Avalos Carbonel Alonso Jimenez Burgos Renzo El objetivo: Un clima de trabajo agradable y motivador
Todas las personas disfrutamos de la satisfacción y del bienestar que nos
devuelve un buen ambiente en el trabajo. Y eso es importante porque al menos pasamos 8 horas de nuestro día con nuestros compañeros y compañeras, y suele ser más tiempo del que pasamos con amigos, pareja o familia. Ante un clima laboral positivo, trabajamos más a gusto y animados. Resolvemos mejor los retos diarios y el trabajo se convierte en una fuente de satisfacción y desarrollo.. ¿Qué son los conflictos laborales? ¿Cuándo vivimos en nuestro espacio de trabajo una situación de conflicto laboral, surgen en nosotros muchas preguntas: ¿y esto por qué sucede? ¿es casual? ¿me ha tocado un mal ambiente de trabajo?… pero hay una pregunta que convendría que nos hiciéramos, más allá de darle vueltas y más vueltas a por qué y cómo nos vemos inmersos en un mal ambiente de trabajo: ¿qué puedo hacer para la resolución de los conflictos laborales en los que participo y me afectan? El conflicto existe cuando dos o mas agentes se movilizan para obtener objetivos incompatibles donde la otra parte es vista en medio del camino de dichos objetivos. El conflicto ocurre en muchas esferas diferentes ya sean políticas, sociales ó económicas, entre individuos, grupos o estados y en niveles diferentes, desde el personal hasta el global. En un conflicto violento se observa violencia organizada y sostenida entre dos o más grupos instados a usar la fuerza con el propósito de alcanzar sus metas (France Marc-André, 2004: 4). Factores que desencadenan conflictos laborales
Son muchos los factores de los que depende un buen ambiente
de trabajo, pero uno de los motivos determinantes es cómo se resuelven los conflictos laborales, la forma en la que los abordamos. Tipos de conflictos laborales Conflictos de Comunicación
Esta es una de los tipologías de conflictos laborales que pueden
resolverse con mayor facilidad. Una o ambas partes no han expresado bien lo que querían decir y una o ambas partes han entendido mal lo que han expresado. Este tipo de conflictos a veces está muy relacionado con la falta de habilidades sociales (no saber decir no, falta de asertividad, falta de habilidades para expresar o aceptar críticas…) Conflictos de Relación
Estos son más complicados de resolver pues se trata de falta de
sintonía entre dos compañeros o compañeras, o trabajador y jefe. Los conflictos de relación tienen mucho que ver con aspectos de la personalidad de quienes entran en dicho conflicto, de modo que la forma de ser de uno choca o molesta a la otra parte. Conflictos de Necesidades
Cuando las necesidades no confluyen y lo que hace una parte impide
que el otro se sienta bien. La base de la solución es siempre la negociación. Conflictos de Valores
Los valores culturales y educacionales normalmente muy
interiorizados suelen generar conflictos en muchas situaciones. Por ejemplo la dificultad de algunos hombres para tener por jefe a una mujer está en la base cultural y educativa donde los roles de género son esenciales. Cómo prevenir los conflictos laborales
1. Se consciente de cómo te sientes, y regula tus
emociones.
2. Ten una comunicación adecuada basada en el
respeto y la escucha. 3. Valora, refuerza y agradece a tus compañeros y compañeras. 4. Desarrolla la empatía.
5. Se asertivo o asertiva
6. Aprende a llegar a acuerdos, aprende a
negociar. Fases desde la Psicología en la resolución de conflictos laborales 1. Preparación.
En la resolución de conflictos laborales hay una fase de
preparación, donde cualquiera de las partes implicadas tienen que salir del “estoy en lo cierto, tengo la razón” a tener un pensamiento abierto a otras opciones diferentes. Aceptar que no perdemos nada por tener o no la razón es una posición favorecedora en la resolución de conflictos laborales. 2. Gestión de nuestras emociones.
Cuando hay conflictos en el trabajo nos “cargamos” de
energía negativa, de incomodidad, de rabia o disgusto. Si no reconocemos estas emociones y las gestionamos bien pueden interferir en la resolución. Para “descargarnos” de ellas puede venir bien comenzar por aceptar y entender lo que estamos sintiendo, contárselo a otras personas, hacer ejercicio o realizar algo gratificante, etc. 3. Reparación.
Es importante reparar el daño que se haya podido causar
y una forma es pedir disculpas. Esto requiere que de verdad se sienta para que funcione. 4. Entendimiento.
Aquí comienza el trabajo de comunicación con tu jefe o
compañeros y compañeras. Expresarnos y escuchar con atención entendiendo la situación y al otro. Esto requiere un gran esfuerzo y es el inicio para ponerse de acuerdo y resolver el conflicto.