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El criterio más utilizado para clasificar los distintos tipos de mercado es el que
hacer referencia al número de participantes en él. Así, se tiene:
Lo anterior se debe a que, mientras más repartido esté el poder de influir en las
condiciones del mercado, menos eficaces serán aquellas acciones
discrecionales dirigidas a manipular la cantidad disponible de productos y los
precios del mercado.
Aunque parezca que las condiciones antes descritas son muy restrictivas, y
pocos los productos cuyos mercados las reúnen, el modelo de competencia
perfecta es útil porque muchos mercados se aproximan a él, siendo de este
modo su aplicación, considerablemente amplia.
En este tipo de mercados, la oferta y la demanda de un producto
determina un precio de equilibrio, y a dicho precio las empresas
deciden libremente qué cantidad producir.
ii. Los productores, es decir, el costo marginal de un bien para la sociedad como
un todo es igual al costo marginal para los productores.
b) Eficiencia Tecnológica: En términos simples significa impedir el
despilfarro.
Permite determinar la cantidad que tiene que producir una empresa. La decisión
de aumentar, disminuir o mantener la producción actual depende de lo que sucede
en el “margen” (P = IMg = d ).
a) Patrones de costos: Si todos los productos pudieran ser elaborados por cualquier
persona a costos iguales y constantes, todos seriamos capaces de ofrecer una canasta
completa de bienes de consumo y no sería necesario que existiesen empresas
industriales gigantescas.
Las razones tecnológicas del monopolio natural se concretan en que los costos
medios disminuyen a medida que aumenta la cantidad producida del bien.
v. El monopolio resultante de fusiones: Se da cuando está
permitido legalmente que varios productores puedan unirse para
formar una empresa única e incrementar sus beneficios para
poder imponer un precio más elevado.
- Aceptar la existencia del monopolio, pero regularlo a través del gobierno, contando
al efecto con las siguientes posibilidades:
a. Que el monopolio funcione libremente, permitiéndole la obtención de beneficios
extraordinarios, pero estableciendo un impuesto sobre el monopolista,
tendiente a reducir sus beneficios extras, devolviendo a los consumidores, en
forma de transferencias, el exceso de precio que han pagado.
b. Obligar al monopolista a fijar un precio que elimine los beneficios extras:
forzarle a fijar el precio más bajo, sin salir del mercado.
c. Establecer un precio que sitúe a la empresa monopólica en una posición
donde su volumen de producción sea equivalente al de competencia
perfecta. En todo caso, esta política presenta serias dificultades, especialmente
tratándose de un monopolio natural (los que operan en el tramo decreciente de
sus costos):en este caso, los costos medios pueden ser superiores al precio, y la
empresa incurrirá en pérdidas.
Por lo anterior, y a fin de evitar de que la empresa se vea forzada a salir del
mercado si continúa esta regulación, se debe recurrir a un subsidio oficial
suficiente para compensar las pérdidas.
Una de las posibilidades es que las diversas empresas que forman el mercado,
aunque mantengan separadas sus propias identidades corporativas, se reúnan
en un cártel: agrupación de empresas que trata de limitar la acción de las
fuerzas de la competencia, para acordar los precios en común y/o alcanzar
una maximización conjunta de los beneficios.
Estos acuerdos tienden a ser inestables, ya que cada miembro del cártel tiene
incentivos para bajar los precios y tratar de vender más de la porción que le ha
sido asignada: estas contraposiciones entre el interés colectivo del cártel y el
interés individual de sus integrantes, suelen acabar en guerras de precios, en las
que cada empresa trata de incrementar su participación en el mercado.
El oligopolio presenta una relativa rigidez de los precios. Los oligopolistas no
reaccionan ante cambios en las condiciones de mercado con la misma intensidad
con la que lo harían empresas en competencia perfecta o en el monopolio, ya que
debido a la rivalidad existente entre las empresas oligopólicas, si un empresario
aumenta sus precios no le seguirán sus competidores por lo cual la cantidad
vendida disminuye.
Esta situación hace que los oligopolistas enfrenten una gran incertidumbre. Para
paliar esta situación desarrollan soluciones que suelen agruparse en dos grandes
categorías: colusivas y no colusivas. Las soluciones colusivas se dan cuando
todos los rivales en el mercado, de forma explícita o implícita, establecen un
acuerdo que les permite disponer de información acerca del comportamiento y
reacción de los demás, ante una decisión que se tome en el mercado. En la
colusión explícita existe un acuerdo real entre las empresas, en cambio, en la
colusión tácita existe un acuerdo no formalizado.
a) La colusión: Es el resultado de las consecuencias negativas de las guerras de
precios. Para ello se establecen acuerdos colusivos explícitos, tratando de obtener
las utilidades del monopolio. Los factores que propician la colusión son:
- Los acuerdos colusivos que se logran deben tener vigencia durante períodos de
tiempo aceptablemente largos.
- Facilidad para detectar las violaciones. Si es posible, repartir los clientes entre
las empresas y asignar una determinada área geográfica a cada empresa, para
detectar si se violan los acuerdos sobre precios de venta y cantidades vendidas.
Entre los tipos de colusión, distinguimos:
Dado que las guerras de precio suelen tener efectos autodestructores y las
condiciones de mercado obligan a efectuar cambios en los precios, las
empresas encuentran conveniente seguir a aquellos que dan el primer
paso en la subida de precios. Si las demás empresas la siguen, el aumento de
precio se mantendrá y generará utilidades para toda la industria.