La balanza de pagos es un registro sistemático de todas las transacciones
realizadas entre los residentes de un país (personas naturales o jurídicas) y el resto
del mundo, durante un período de tiempo determinado. La balanza de pagos enumera y cuantifica como activos todos los rubros por medio de los cuales los residentes obtuvieron poder de compra externo (exportación de bienes y servicios, endeudamiento externo, etc), a la vez que clasifica como pasivos, el gasto o uso que se hace en el exterior del poder de compra adquirido (importación de bienes y servicios, inversión en el extranjero, pagos por concepto de deuda externa, etc). La balanza de pagos refleja las transacciones realizadas en un período de tiempo determinado (un semestre, un año, una década) y no el estado de ingresos y salidas de una economía en una fecha determinada. Este último se manifiesta en la balanza de deudas internacionales. Es importante aclarar que cuando hacemos referencia a residentes y no residentes no discriminamos según la nacionalidad o país de origen sino de acuerdo al país donde se encuentran ubicados. O sea que, si una empresa alemana radicada en Colombia (por ejemplo una filial) debe hacer un pago a otra compañía fuera de Colombia, éste se considera para Colombia como una obligación de un residente con respecto a un extranjero. Igualmente, se tomará como no residente a cualquier empresa colombiana radicada, jurídicamente, fuera de las fronteras de Colombia. Cuenta Corriente, Cuenta de Capitales, Errores y Omisiones y Reservas Internacionales Esta cuenta incluye el intercambio de bienes y servicios que realizan los residentes de un país con los residentes del resto del mundo. La cuenta corriente está compuesta principalmente por dos balanzas: la balanza comercial y la cuenta de servicios. Sin embargo, frecuentemente, los países involucran en esta cuenta también las entradas y salidas sin contrapartida, esto es, la cuenta de transferencias, lo mismo que la producción nacional de oro Es el resultado de la diferencia entre el valor de las exportaciones y el de las importaciones de bienes. El saldo positivo o negativo que se obtiene entre estas dos operaciones se conoce como saldo en balanza comercial, Frecuentemente, la contabilidad de las exportaciones de un país se expresa en términos FOB (Free on Board), lo que indica que para calcular dicho valor se tienen en cuenta todos los costos en que se incurre hasta que la mercancía se halla a bordo de la nave de transporte en el país del exportador; mientras que las importacines se calculan en términos CIF (Cost, Insurance and Freight), por lo que el valor de la importación incluye los costos logísticos hasta que la mercancía es descargada en el puerto de destino. Esta forma de calcular el valor del comercio exterior, FOB y CIF, es relevante de conocer ya que el valor de las exportaciones tiene un bajo contenido de servicios mientras que las importaciones incluyen en su valor contable, servicios tan importantes como los seguros y los fletes internacionales, los cuales, por ende, no se registran de modo independiente en la cuenta de servicios, porque se configuraría una doble contabilización de una misma operación. Esta cuenta está compuesta por las transacciones de residentes con no residentes en materia de importación y exportación de servicios no factoriales y servicios factoriales. Los servicios no factoriales son aquellos que no se asocian a los factores de producción (particularmente capital) sino que son satisfactores de necesidades de los individuos o facilitadores de labor productiva o comercial. Se destacan, entre otros, los servicios de transporte, de comunicaciones, de turismo, de educación y sanitarios. Algunos países tienen ingresos significativos por facilitar los flujos de mercancías y de personas poniendo a disposición de otros sus aerolíneas, sus navieras, puertos de tránsito, canales interoceánicos, satélites para comunicaciones, etc En el marco de las negociaciones de la OMC, a partir de la ronda de Uruguay del GATT, la cual culminó en 1994 con la firma del Acuerdo de Marraquech, se determinó que la prestación de servicios internacionales se dividía en las siguientes cuatro modalidades: Comercio Transfronterizo: cuando el oferente presta el servicio desde su país de residencia a usuarios en el país extranjero: servicios de comunicaciones, de transporte, de diseño arquitectónico, etc.; Comercio en el cual el usuario se desplaza al país del oferente del servicio: turismo internacional, servicios médicos y hospitalarios, etc. Comercio de Servicios con Presencia Comercial: cuando el prestador del servicios se desplaza y se instala en el país de los usuarios; Comercio de Servicios con Desplazamiento de Personal: cuando el oferente, para prestar sus servicios debe desplazar equipo humano al país de los usuarios. Frecuentemente le hemos dado poca importancia a esta cuenta. Ella refleja los ingresos y egresos que puede tener un país pero que se caracterizan por no tener contrapartida: donaciones, reparaciones, giros de ciudadanos de un país que migraron a hacia otro por razones económicas (empleos) o, incluso, políticas (refugiados). Esta cuenta refleja el movimiento de capitales en forma de crédito externo o inversión extranjera. Aquí se incluyen tanto los créditos que concede la banca privada, como los de la banca multiestatal y la banca pública. Igualmente, hacen parte de esta cuenta las inversiones a corto, mediano y largo plazo que hacen las compañías multinacionales en los diferentes países.
Las operaciones en cuenta de capitales se caracterizan por tener como
contrapartida el título de propiedad de un activo financiero: título de deuda, propiedad sobre un depósito bancario, título de propiedad de una empresa, derechos de explotación de un pozo petrolero o de una red telefónica, por ejemplo Sin embargo, debemos recordar que las ganancias que se obtienen por transacciones a través de la cuenta de capitales -intereses, utilidades repatriadas- se inscriben en la balanza de servicios de la cuenta corriente, como "servicios financieros" y no en la cuenta de capitales. A causa de problemas en las fuentes de información las cuales no logran capturar todos los datos por la existencia de operaciones de contrabando, de sobrefacturación de exportaciones o de la subfacturación de importaciones en el comercio exterior, es probable que el equilibrio contable en la balanza de pagos no se logre. Por ello, existe una quinta partida en la balanza de pagos: errores y omisiones, donde se incluye la diferencia existente entre activos y pasivos. La partida de errores y omisiones es un asiento contable que surge de la imposibilidad del Estado de controlar en su totalidad las transacciones económicas internacionales que realizan los nacionales con el exterior. En efecto, la subfacturación de importaciones y el contrabando (para evadir el pago de aranceles), la sobrefacturación de exportaciones (para cobrar subsidios), el movimiento de capitales ilegalmente obtenidos y otros, hacen que desde el punto de vista contable no exista un equilibrio entre activos y pasivos. La magnitud de esta cuenta debe ser tenida en cuenta, puesto que ella indica que tan confiable puede ser la información que se está utilizando para la toma de decisiones de política económica Según un principio contable de la balanza de pagos, el superávit de la cuenta corriente es igual al déficit de la cuenta de capitales; a la vez que un déficit en la cuenta corriente se debe cubrir con el superávit que se tenga en la cuenta de capitales. Pero, normalmente, un país no invierte en el exterior todo su superávit de cuenta corriente, a la vez que se puede dar el caso de que un país no reciba suficientes créditos o inversiones desde el exterior como para cubrir la totalidad de su déficit en cuenta corriente. Cuando se presenta una diferencia entre los saldos de cuenta corriente y cuenta de capitales se recurre, entonces, a las reservas internacionales (R.I.), ya sea para financiar con ellas el déficit en cuenta corriente o para asimilar los excedentes de divisas generados por los superávits en cuenta corriente que no son invertidos en el exterior. Las reservas internacionales son los saldos acumulados de divisas de períodos anteriores. Si no fuera porque los bancos centrales compran las divisas sobrantes (R.I), la moneda nacional sufriría una revaluación a consecuencia del exceso de demanda de la misma por parte de los sujetos que poseen divisas extranjeras. Igualmente, sino fuera por las reservas internacionales, no se podrían financiar algunas de las importaciones o cumplir los compromisos de deuda externa en ciertos momentos recesivos de la dinámica económica de un país. Las reservas internacionales están constituidas por oro, divisas y Derechos Especiales de Giro (DEG). Estos últimos son unidades de cuenta creadas por el Fondo Monetario Internacional para incrementar la liquidez internacional. Las reservas internacionales cumplen básicamente tres funciones: liquidar los saldos internacionales, servir de apoyo para controlar el tipo de cambio y regular el volumen de los medios de pagos nacionales. Generalmente, el incremento de las reservas internacionales se dá debido a los saldos netos positivos en cuenta corriente que no han sido invertidos en el exterior. El volumen de reservas internacionales se calcula en "meses de importaciones de bienes y servicios". Por ende, lo que se establece es la relación entre los ahorros (reservas) de medios de pago internacional y los compromisos corrientes con el exterior. El conocimiento del volumen y la dinámica de las reservas internacionales es un elemento sumamente importante para estudiar el estado global de la balanza de pagos La suma total de los pasivos es igual a la suma de los activos. Este principio refleja un equilibrio contable en la balanza de pagos; lo que quiere decir que un país sólo podrá comprarle al resto del mundo la cantidad de bienes, servicios y activos financieros que le permita el poder de compra generado por sus ingresos, a través de las distintas cuentas de la balanza de pagos, Un superávit o déficit en la cuenta corriente es igual al saldo de las cuentas subsidiarias (cuenta de capitales y movimiento de reservas internacionales) pero con signo contrario. O sea que un excedente surgido en cuenta corriente debe ser utilizado en la cuenta de capitales en forma de inversión en el extranjero o amortización a la deuda externa, por ejemplo. Igualmente, un déficit de cuenta corriente debe ser saldado con ingresos en forma de crédito o flujos de inversionistas extranjeros o reduciendo las reservas internacionales. Del estudio y análisis de este segundo principio, la relación entre la cuenta corriente y las cuentas subsidiarias, es que podremos saber a ciencia cierta cómo se encuentran las relaciones económicas internacionales de un país, qué efectos producen éstas sobre la economía nacional y qué medidas de ajuste habría que aplicar para lograr un verdadero equilibrio en caso de que se presenten desajustes. El equilibrio contable: Resulta de la diferencia entre los débitos y los créditos de la balanza de pagos. Es importante tener en cuenta que el equilibrio contable no nos muestra si un país registra o no dificultades en su balanza de pagos puesto que, como se dijo anteriormente, un principio de la balanza de pagos es que el total de débitos es igual al de créditos. Equilibrio comercial y financiero: Cuando un país tiene un superávit en cuenta corriente -las exportaciones de bienes y servicios superan a las importaciones de bienes y servicios-, es necesario que el equivalente a dicho superávit, pase con signo negativo a la cuenta de capitales en forma de inversiones a corto, mediano o largo plazo en el extranjero, amortización o prepago a la deuda externa, concesión de créditos por parte de nacionales a extranjeros, compra (nacionalización) de inversión extranjera o incremento de las reservas internacionales.