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VIOLENCIA

DE GÉNERO

Cadelago Romina
Muzzio Rafael
Romeo Martin
La ONU en 1995 definió la violencia de
género como “todo acto de violencia
sexista que tiene como resultado
posible o real un daño físico, sexual o
psíquico, incluidas las amenazas, la
coerción o la privación arbitraria de la
libertad, ya sea que ocurra en la vida
pública o en la privada”.
Marco teórico
• Ley 26.485: Ley de protección integral para
prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus
relaciones interpersonales”, año 2009

• El ciclo de la violencia en la pareja, según Leonor


Walker (1978)

• Características de la mujer golpeada y del hombre


golpeador (Varela)
Características de la mujer golpeada:
• Grupo heterogéneo: no distingue edad ni clase social.
• Relaciones amorosas adictivas que no pueden dejar.
• Creen que algún día su pareja mágicamente va a
cambiar.
• Necesitan de su hombre compulsivamente: El amor es el
generador de dependencia que pone en juego el ciclo
de la violencia una y otra vez.
• Baja autoestima, un concepto negativo de si mismas y
no pueden vivir sin ser amadas.
• Razones que tienen para no dejar el vínculo: haber
crecido en hogares violentos o abusivos, tienen miedo a
tener problemas económicos cuando el proveedor es el
hombre, tienen miedo a las reacciones del agresor
contra ellas o contra sí mismo, negación total, creen
merecer los castigos, tienen hijos pequeños, etc.
Características del hombre golpeador:
• Inseguros de sí mismos, lo que genera celos
hacia su pareja y una necesidad de control.
• La inseguridad se presenta disfrazada con
autoritarismo hacia los demás,
especialmente hacia su pareja.
• Tienen problemas de comunicación en sus
vínculos.
• Se aferran al patriarcado y a la desigualdad
en los roles familiares. Justifican sus actos
por fuera de si mismos.
El ciclo de la violencia en
la pareja, según Leonor
Walker (1978)
Fase uno: acumulación de tensiones.

• Incidentes menores de agresión: van creando un clima


de temor e inseguridad en la mujer (compañero se
enoja por cualquier cosa, le grita o la amenaza)
• Reacción de la mujer: negación y racionalización.
Justifica el comportamiento de su pareja, no se
defiende, se muestra pasiva y casi convencida de que
no existe salida.
• No realiza ningún esfuerzo para cambiar su situación.
• Su estado emocional: precario (frecuentes estados
depresivos y de ansiedad que la incapacitan para
valorar lo que está sucediendo porque su energía está
puesta en evitar un daño mayor)
• En esta fase la victima debería pedir ayuda para
prevenir que su problema se agudice.
Fase dos: explosión o incidente agudo.

• Las tensiones son descargadas a través de golpes,


empujones, o maltrato psicológico excesivo.
• Ambos operan con una pérdida de control y gran nivel
de destructividad de parte del hombre hacia la mujer:
primero comienza por querer enseñarle una lección a su
mujer, sin intención de causarle daño y se detiene
solamente cuando piensa que ella aprendió la lección.
• Cualquier acto o palabra por parte de la mujer para
tratar de detener el incidente y como forma de salir de
la angustia que sobreviene ante lo incierto de la
relación, tiene efecto de provocación sobre la
agresividad del hombre.
• Si la victima pide ayuda externa la recibirá a nivel
médico, psicológico y legal. En muchos casos sucede
solo porque la mujer termina hospitalizada.
Fase tres: respiro de calma y cariño o tregua amorosa.

• Luego del incidente de violencia aguda, le sigue un


período de relativa calma.
• El comportamiento de parte del hombre es
extremadamente cariñoso, amable, arrepentido, pide
perdón, promete no volver a golpearla bajo la
condición de que la mujer no provoque su enojo y
pretende compensar a la mujer y convencer a las
personas enteradas de lo sucedido que su
arrepentimiento es sincero.
• Aquí la mujer abandona cualquier iniciativa que haya
considerado tomar para poner límite a la situación
violenta en que vive: La ambivalencia afectiva de su
pareja provoca en la mujer un profundo estado de
confusión y distorsión de la realidad.
• La mujer se siente culpable si ésta crisis la lleva al romper
la pareja y se percibe así misma como la responsable
del bienestar emocional de su pareja. Rara vez pedirá
ayuda.
La teoría del ciclo de la violencia ayuda a explicar
por qué muchas mujeres aguantan violencia durante
muchos años; muestra que la violencia generalmente
no es constante en la relación de pareja puesto que
va acompañada frecuentemente por actitudes de
arrepentimiento y cariño que contrastan
marcadamente con el lado violento del hombre.
Es hasta que el ciclo de violencia se repite en
numerosas ocasiones, que la mujer comienza a
perder la confianza en las promesas amorosas de su
pareja y recién ahí puede lograr reconocer el
carácter abusivo y degradante de la relación y es
cuando se plantea la posibilidad de buscar ayuda
para romper el ciclo de violencia.
Ley 26.485
• El ARTÍCULO 4º define:
• “Se entiende por violencia contra las mujeres toda
conducta, acción u omisión, que de manera
directa o indirecta, tanto en el ámbito público
como en el privado, basada en una relación
desigual de poder, afecte su vida, libertad,
dignidad, integridad física, psicológica, sexual,
económica o patrimonial, como así también su
seguridad personal.”
• Violencia indirecta: toda conducta, acción
omisión, disposición, criterio o práctica
discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja
con respecto al varón.
TIPOS DE VIOLENCIA
 FÍSICA
 PSICOLÓGICA
 SEXUAL
 ECONOMICA Y PATRIMONIAL
 SIMBÓLICA
 DOMÉSTICA
 INSTITUCIONAL
 LABORAL
 CONTRA LA LIBERTAD REPRODUCTIVA
 OBSTÉTRICA
 MEDIATICA
Violencia Física
contra el cuerpo
produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo y
cualquier otra forma de maltrato agresión que afecte
la integridad física.
Violencia Psicológica
causa daño emocional y disminución de la
autoestima o perjudica y perturba el pleno desarrollo
personal o que busca degradar o controlar sus
acciones, comportamientos, creencias y decisiones,
mediante amenaza, acoso, hostigamiento,
restricción, humillación, deshonra, descrédito,
manipulación aislamiento. Incluyendo la
culpabilización, vigilancia constante, exigencia de
obediencia sumisión, coerción verbal, persecución,
insulto, indiferencia, abandono, celos excesivos,
chantaje, ridiculización, explotación y limitación del
derecho de circulación o cualquier otro medio que
cause perjuicio a su salud psicológica y a la
autodeterminación
Violencia Sexual
vulneración en todas sus formas, con o sin acceso
genital, del derecho de la mujer de decidir
voluntariamente acerca de su vida sexual o
reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de
la fuerza o intimidación, incluyendo la violación
dentro del matrimonio o de otras relaciones
vinculares o de parentesco, exista o no convivencia,
así como la prostitución forzada, explotación,
esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.
Puede tener lugar dentro de la familia, en el trabajo,
instituciones educativas, establecimientos de salud o
en otros espacios, tanto del ámbito público como del
privado
Violencia Económica y patrimonial
menoscabo en los recursos económicos o
patrimoniales de la mujer, a través de la perturbación
de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes;
la pérdida, sustracción, destrucción, retención o
distracción indebida de objetos, instrumentos de
trabajo, documentos personales, bienes, valores y
derechos patrimoniales; la limitación de los recursos
económicos destinados a satisfacer sus necesidades
o privación de los medios indispensables para vivir
una vida digna; la limitación o control de sus ingresos,
así como la percepción de un salario menor por igual
tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo
Violencia Simbólica
a través de patrones estereotipados, mensajes,
valores, íconos o signos transmita y reproduzca
dominación, desigualdad y discriminación en las
relaciones sociales, naturalizando la subordinación de
la mujer en la sociedad
Violencia doméstica:
ejercida por un integrante del grupo familiar,
independientemente del espacio físico donde ésta
ocurra, que dañe la dignidad, el bienestar, la
integridad física, psicológica, sexual, económica o
patrimonial, la libertad, comprendiendo la libertad
reproductiva y el derecho al pleno desarrollo de las
mujeres
Violencia institucional:
realizada por las/los funcionarias/os, profesionales,
personal y agentes pertenecientes a cualquier
órgano, ente o institución pública, que tenga como
fin retardar, obstaculizar o impedir que las mujeres
tengan acceso a las políticas públicas y ejerzan los
derechos previstos en esta ley. También las que se
ejercen en los partidos políticos, sindicatos,
organizaciones empresariales, deportivas y de la
sociedad civil
Violencia laboral
aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos
de trabajo públicos o privados y que obstaculiza su
acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad
o permanencia en el mismo, exigiendo requisitos
sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia
física o la realización de test de embarazo. Constituye
también violencia contra las mujeres en el ámbito
laboral quebrantar el derecho de igual remuneración
por igual tarea o función. Incluye el hostigamiento
psicológico en forma sistemática sobre una
determinada trabajadora con el fin de lograr su
exclusión laboral
Violencia contra la libertad
reproductiva:
aquella que vulnere el derecho de las mujeres a
decidir libre y responsablemente el número de
embarazos o el intervalo entre los nacimientos, de
conformidad con la Ley 25.673 de Creación del
Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
Responsable
Violencia obstétrica:
aquella que ejerce el personal de salud sobre el
cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres,
expresada en un trato deshumanizado, un abuso de
medicalización y patologización de los procesos
naturales, de conformidad con la Ley 25.929.
Se considera trato deshumanizado el trato cruel,
deshonroso, descalificador, humillante o amenazante
ejercido por el personal de salud en el contexto de la
atención del embarazo, parto y postparto, ya sea a
la mujer o al/la recién nacido/a, así como en la
atención de complicaciones de abortos naturales o
provocados, sean punibles o no
Violencia mediática:

aquella publicación o difusión de mensajes e


imágenes estereotipados a través de cualquier medio
masivo de comunicación, que de manera directa o
indirecta promueva la explotación de mujeres o sus
imágenes, injurie, difame, discrimine, deshonre,
humille o atente contra la dignidad de las mujeres,
como así también la utilización de mujeres,
adolescentes y niñas en mensajes e imágenes
pornográficas, legitimando la desigualdad de trato o
construya patrones socioculturales reproductores de
la desigualdad o generadores de violencia contra las
mujeres
Caso 1

• Varela plantea que las mujeres golpeadas


pertenecen a un grupo heterogéneo, es decir, la
edad no es un parámetro fijo.

• Violencia física, psicológica y doméstica.


En la provincia de Córdoba, una mujer de 73 años,
viuda, fue golpeada y amenazada de muerte por su
pareja de 74 años, con quien salió durante 3 años.
Ambos compartían paseos y tenían una relación
tranquila. No convivían. Un día discutieron por una
tontería, pero el hombre no lo interpreto así y la mujer
interpreto que la relación estaba terminando.
Cuando ella se dispuso a juntar sus pertenencias, el
hombre apareció con un revolver, se lo puso en el
pecho y gatillo. El disparo no salió, y comenzó a
golpearla. La mujer logro escapar y avisarle a un
quiosquero, pero apareció el hombre y le pidió que
volviera. Ante la negación de la señora, le volvió a
pegar, y quedo detenido por intento de homicidio.
Desde hacía un tiempo él tenía una fantasía de que
a la mujer le gustaba otro señor.
Caso 2
• La agredida retira la denuncia pero el juez
haciendo uso de la Ley de Violencia de Genero
juzga igual al agresor y lo condena.

• Violencia física, psicológica y doméstica.


“Sin la víctima, se desarrolló el segundo juicio por
violencia de género” es un artículo publicado el 28
de mayo de 2016.
Una mujer había denunciado lesiones pero desistió de
la acción por haberse reconciliado con su agresor.
Fiscales de la Unidad de Violencia de Género
siguieron adelante con el caso porque consideraron
que las lesiones estaban acreditadas y que la acción
debía continuar hasta el juicio oral. Un fallo del juez
Leiva condena al imputado a dos años de prisión
efectiva.
La víctima recibió golpes y cortes con un cuchillo a
manos de su pareja, pero decidió desistir de la
denuncia porque viven juntos y tienen 3 hijas.
Caso 3
• Violencia institucional, laboral, psicológica y sexual

“Le quitaron el sueldo a la policía que denunció violencia de


género”.
Una policía acusó a sus jefes por violencia de genero e
institucional cuando cumplía funciones como la primera mujer
bombera.
Se la destino a la comisaria del Menor.
"Cuando empezó el maltrato en la Comisaría del Menor fuimos a
la Dirección de la Mujer del Poder Judicial, denunciando que
era víctima de violencia institucional. Nos recomendaron que la
tratara una psicóloga, que le dio 15 días de licencia y la derivó a
una psiquiatra, que le amplió su licencia 30 días más. La misma
psicóloga me llamó para advertirme de que sería un riesgo para
la vida de la victima que ella tuviera que manejar un arma",
cuenta la abogada.
Desde la Dirección de Policías, le enviaban a la efectiva
distintas citaciones para que se presentara a trabajar, aun
conociendo sus licencias.
Cuando la victima se presenta a la Dirección de Policías
para presentar un certificado más de su última licencia, le
informan que no debía presentar nada más porque se le
había iniciado un sumario administrativo por abandono de
servicio y que por tanto le habían cortado sus haberes.
El caso consiguió un fallo del INADI: "En mi caso, la
discriminación y la violencia dentro del Cuartel de
Bomberos se basó en mi condición de mujer. Me daban
tareas administrativas y cuando yo peleaba por hacer las
tareas propias del bombero, como rescates o extinción de
incendios, me decían que no querían mujeres“.
Su lucha por tener el mismo trabajo que sus compañeros
comenzó en 2006 cuando era la primera mujer del cuerpo
y cuando por fin pudo participar de la primera reunión
con sus compañeros oficiales de policías contó: "Entré al
cuartel y todos se habían desnudado, y así se desarrolló la
reunión".
Caso 4
• Violencia física, psicológica, domestica y económica y patrimonial.

“Desesperado pedido de una víctima de violencia a un juez para que no


libere a su marido:

El hombre está condenado pero en septiembre podría obtener la libertad


condicional”.
La victima (39 años) vive con tres de sus hijos y durante 3 años fue víctima
de violencia de género por parte de su exmarido, a quien denunció más de
20 veces.

El agresor se encuentra detenido desde 2014 condenado por ataques con


lesiones graves , pero la llama y la sigue amenazando. Le exige que le
devuelva la "plata que le robó", que no se trata de otra cosa que la cuota
alimentaria que por orden del juez, le retienen del sueldo que cobra por su
trabajo carcelario. “La voy a mandar a matar porque si se muere no tengo
que pagar más", le dijo.
Como si las amenazas no fueran suficiente, podría salir de
la cárcel. "El 20 de septiembre podría recibir la libertad
condicional. Por eso ella, le escribió una carta al juez e
inició una campaña a través de Change.org, para que no
se le otorgue el beneficio.
Durante el primer tiempo, el nunca fue violento. Hasta que
nació su primera hija. Cuando la beba tenía tres meses, le
puso un cuchillo en el cuello porque ella se negó a tener
relaciones sexuales.
Ella denunció. Después perdonó. Creyó como tantas otras
mujeres en situaciones parecidas que él iba a cambiar.
Pero no cambió. Golpes, labios rotos, costillas fisuradas, la
violencia no se detenía hasta que, dos años después, se
separaron. Sin embargo, ni las medidas cautelares ni el
botón antipánico lo detuvieron. Siguió hostigando,
amenazando, dando miedo.
Caso 5
• Violencia obstetricia

Se ejerce contra las mujeres en las salas de los


hospitales públicos y las clínicas privadas. No
discrimina por clases sociales, ni edades, ni áreas
geográficas. La sufren las adolescentes sin cobertura
médica que dan a luz en hospitales públicos y
mujeres de treinta que se atienden por la prepaga en
sanatorios en la Capital
La victima de 21 años se encontraba desnuda en el
pasillo del hospital y de pie, llevaba en brazos a su
hija recién nacida, recién arropada. Tenía las piernas
ensangrentadas. Después de unos minutos, una de
las enfermeras del parto le entregó un paño de gasa.
"Ponételo entre las piernas y andá para allá", le
indicó. La mujer caminó. El pasillo le pareció
interminable. "Caminá con las piernas cerradas que
vas a sangrar y te vas a resbalar", escuchó. Se apoyó
en la pared. Le costaba respirar. Entonces recibió una
nueva indicación: "Respirá bien, porque te vas a
desmayar y yo no te voy a levantar".
La mujer llegó sin ayuda al cuarto que le habían
indicado. Su marido estaba en el edificio, pero el
personal de salud le había prohibido acompañarla
en el parto. Cuando se encontró con él, horas
después, no le contó lo que había pasado. Ni del
maltrato antes de parir -por ejemplo, las cargadas- ni
durante -las inyecciones de fármacos sin consultarla-,
ni después. En ese momento, todo le pareció normal.
Nunca había escuchado hablar de violencia
obstétrica. En las paredes del hospital, repletas de
carteles con recomendaciones, no había rastro de
esas dos palabras.

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