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Justicia ¿Hacemos lo que

debemos?
De Michael J. Sandel

Por: Mariana Castro Peña


Michael J. Sandel

 Filósofo, político y profesor estadounidense.

 Se ubica dentro de la corriente teórica comunitarista.*

 En Justicia, Sandel examina su papel en nuestras vidas y en la


sociedad. Según él, la filosofía ayuda a entender la política, la
religión, la moral y nuestras propias convicciones, y muestra que
las cuestiones más importantes que afrontamos como
ciudadanos pueden someterse a un debate racional.
En defensa de la Igualdad. John Rawls
(Capítulo 6)
 John Rawls fue un filósofo estadounidense, profesor de
filosofía política y autor de la Teoría de la Justicia.

 Es reconocido por sus contribuciones a la filosofía


política liberal.

 Principalmente conocido por la Posición Original y el Velo de


la Ignorancia.
En defensa de la Igualdad. John Rawls

 El capítulo empieza con dos preguntas:


-¿Porqué estamos obligados a obedecer la ley?
-¿Cómo podemos decir que nuestro gobierno se basa en el
consentimiento de los gobernados?

Se llega a estas preguntas tras pensar que en ningún momento


los ciudadanos han firmado un contrato social (a excepción de
los políticos y los inmigrantes) para expresar consentimiento o un
compromiso a respetar la Constitución.
En defensa de la Igualdad. John Rawls
 Ante estas dos incógnitas varios filósofos intentan dar una
respuesta:
• John Locke plantea que hemos dado el consentimiento
tácitamente.*
• PERO, ¿Cuál vendría a ser la razón de esta solución? ¿Qué nos
lleva a pensar que pasar por un lugar habitado es equivalente
moralmente a ratificar la Constitución?
• Kant en cambio recurre al consentimiento hipotético (Una ley es
justa si la sociedad en su conjunto, de haber podido, la hubiese refrendado).
SIN EMBARGO, esta vendría a ser una alternativa problemática a
un contrato social autentico.
En defensa de la Igualdad. John Rawls

 John Rawls ofrece una respuesta esclarecedora. Sostiene


que para pensar en la justicia hay que preguntarse cuales
serían los principios con los que estaríamos de acuerdo en
una situación inicial de igualdad.

 Continua diciendo que sería muy complicado ponerse de


acuerdo al elegirlos, por las diferentes creencias e intereses
de las personas. Y que incluso si se llega a un compromiso,
este reflejaría el superior poder negociador de unos y otros.
No habría contrato social justo.
En defensa de la Igualdad. John Rawls

 Propone un experimento mental:


Supongamos que cuando se reúnan a decidir estos principios,
no sepan cual será su paradero en la sociedad. Existirá un velo
de la ignorancia que impedirá temporalmente saber nada de
quienes son.
Tras este velo no sabrán su clase o género y ninguna
característica. Y si nadie sabe nada de todo esto, se decidirá
en una posición originaria de igualdad, puesto que nadie
tendrá un poder negociador superior y los principios que se
acordarían serían justos.
En defensa de la Igualdad. John Rawls

 La idea de contrato social que propone Rawls es un acuerdo


hipotético en una situación originaria de igualdad. Nos invita a
preguntarnos que principios escogeríamos si nos
encontráramos en tal situación, que dejemos de un lado
nuestras convicciones morales y religiosas para los propósitos
de este experimento. ¿Qué principios escogeríamos?
En defensa de la Igualdad. John Rawls

 No escogeríamos el utilitarismo porque tras el velo de la


ignorancia, cada uno pensaría “por lo que yo puedo saber,
lo mismo resulta que pertenezca a una mayoría oprimida”. Y
nadie se arriesgaría a ser el cristiano arrojado a los leones
para divertir a la multitud.
 Tampoco escogeríamos el puro laissez-faire, el principio
libertario de que se les de a los individuos el derecho a
quedarse con todo el dinero que ganen en una economía
de mercado. “Lo mismo resulta que sea Bill Gates y también
podría acabar siendo un pordiosero”.
En defensa de la Igualdad. John Rawls
 Rawls cree que del contrato hipotético saldrían 2 principios de la
justicia:
• El primero ofrece iguales libertades básicas a todos los
ciudadanos, como la libertad de expresión y de culto. Este
principio tendría prioridad sobre otras consideraciones de
utilidad social y bienestar general.

• El segundo, se refiere a la igualdad social y económica. Aunque


no requiere de una distribución igual de las rentas y del
patrimonio, solo permite las desigualdades sociales y
económicas que sirvan para mejorar la situación de los
miembros menos prósperos de la sociedad.
LOS LIMITES MORALES DE LOS
CONTRATOS
 Para poder apreciar la fuerza moral de este contrato
hipotético de Rawls primero debe fijarse los limites morales de
los contratos reales.

 Los contratos reales no son instrumentos morales


autosuficientes. El mero hecho de que se haga un trato, no
significa que sea equitativo.

 Para saber si es equitativo lo que se acuerda en el contrato,


no podremos señalar solo al acuerdo mismo se necesita un
patrón independiente de equidad.
LOS LIMITES MORALES DE LOS
CONTRATOS
 ¿De donde podría venir un patrón así? ¿De una
Constitución? Pero, que el pueblo ratifique una Constitución
no prueba que lo que promulga sea justo.

 Se entiende entonces que, no hay garantía de que ningún


contrato social, produzca unos términos equitativos para regir
la cooperación social.

 Una de las partes siempre puede negociar mejor, o tener una


posición negociadora mas fuerte, o conocer mejor el valor
de lo que se esta intercambiando.
LOS LIMITES MORALES DE LOS
CONTRATOS
 Sin embargo, reconocer que los contratos no confieren equidad
a sus propios términos, no significa que debamos violar nuestros
acuerdos cuando nos apetezca.

 El consentimiento en importante, aunque la justicia no consista


solo en el consentimiento.

 Los pensadores jurídicos llevan tiempo debatiendo esta cuestión:


El consentimiento, ¿crea una obligación por si mismo o se
requiere que haya algún componente de provecho o de
confianza depositada? Este debate nos dice algo sobre la
moralidad de los contratos que a menudo pasamos por alto, que
los contratos reales tienen peso moral en la medida en que
realicen dos ideales , la autonomía y la reciprocidad.
LOS LIMITES MORALES DE LOS
CONTRATOS
 Autonomía: los contratos expresan nuestra autonomía, las
obligaciones que crean tienen peso por que nos las
imponemos a nosotros mismos.
 Reciprocidad: son instrumentos para el beneficio mutuo. La
obligación de cumplirlos proviene de la obligación de pagar
a otros por los beneficios que nos aportan.
 En la practica, estos ideales se realizan imperfectamente.
Algunos acuerdos aunque sean voluntarios no son
mutuamente beneficiosos
 Indica los limites morales del consentimiento: hay casos en los
que el consentimiento quizá no baste para crear una
obligación que ate moralmente, en otros casos quizás no sea
necesario.
CUANDO EL CONSENTIMIENTO NO
BASTA
 Dos aspectos relativos a los limites morales de los contratos:
• Haber acordado algo no garantiza su equidad.
• El consentimiento no basta para crear una obligación moral.(caso
de la señora con el gasfitero)
El autor sostiene que el consentimiento no es una condición
suficiente de la obligación moral; un trato descompensado puede
quedar tan lejos del mutuo beneficio que ni siquiera el que sea
voluntario lo redima.
Afirma entonces que, el consentimiento no es una condición
necesaria para que haya obligación moral.
Si el beneficio mutuo resulta suficientemente claro, podría haber una
exigencia moral de reciprocidad incluso sin que medie
consentimiento alguno.
EL CONTRATO PERFECTO
 Si tratase con alguien que tiene una situación negociadora mejor
que la mía, mi acuerdo quizá no sea del todo voluntario, estará
sometido a presiones o incluso coaccionado.

 En la vida real las personas se encuentran en posiciones


diferentes, esto significa que siempre es posible que haya
diferencias en poder negociador y en conocimiento. Y en la
medida en que sea así, que haya un acuerdo no garantiza por si
mismo la equidad del trato.

 Por eso los contratos reales no son instrumentos morales


autosuficientes. Siempre tiene sentido preguntarse si es equitativo
el acuerdo al que han llegado las partes.
EL CONTRATO PERFECTO
 Si imaginamos un contrato con partes iguales en poder y
conocimiento e imaginamos que el objeto de ese contrato son
los principios que gobiernan nuestras vidas en común, los que
nos asignan nuestros derechos y deberes como ciudadanos.

 Un contrato de esta especie, con partes iguales como


señalamos no deja lugar para la coacción ni para las ventajas
contrarias a la equidad.

 Sus términos serian justos, fuesen cuales fuesen.


EL CONTRATO PERFECTO
 Si podemos imaginar un acuerdo como ese, habríamos llegado a
la idea de un acuerdo hipotético de Rawls, en una situación inicial
de igualdad.

 El velo de la ignorancia garantiza la igualdad de poder y


conocimiento que la posición original requiere. Al garantizar que
nadie sabe su lugar en la sociedad, sus propias fortalezas o
debilidades, sus valores o fines.

 El velo de la ignorancia garantiza que nadie sacará provecho ni


siquiera sin saberlo de una posición negociadora favorable.
DOS PRINCIPIOS DE LA JUSTICIA
 Para protegernos de peligros rechazaríamos el utilitarismo y
acordaríamos un principio que estableciese que todos los
ciudadanos tuviesen las mismas libertades básicas, entre ellas el
derecho a las libertades de conciencia y de consentimiento.

 ¿Qué principio escogeríamos para que nuestras desigualdades


sociales y económicas se rigiesen por él?

 Adoptaríamos el principio que Rawls llama “de la diferencia”: solo


se permitirán las desigualdades sociales y económicas que reporten
algún beneficio a quienes estén en la sociedad en posición mas
desfavorable.
DOS PRINCIPIOS DE LA JUSTICIA
PERO, ¿Hasta que punto es igualitario este principio? La diferencia en
las remuneraciones tendrá consecuencias que dependerán de las
circunstancias sociales y económicas.

 Si pagar mas a los médicos hará que las zonas rurales y más pobres
tengan mejores sistemas de salud y sanitarios, entonces la
diferencia salarial estará acorde al principio que propone Rawls.
PERO, ¿Que pasaría si la diferencia salarial solo logra que Beverly Hills
se llene de cirujanos? En este caso resultaría sumamente difícil
justificar la diferencia salarial de Rawls.
DOS PRINCIPIOS DE LA JUSTICIA

 Para Rawls, de lo que se trata es de si la riqueza de por ejemplo Bill


Gates nació como parte de un sistema que, tomado en su conjunto,
funciona en beneficio de los menos pudientes.

 La idea principal es que la distribución de la renta y de las


oportunidades no debería basarse en factores que, desde un punto
de vista moral, resulten arbitrarios.
EL ARGUMENTO DE LA ARBITRARIEDAD
MORAL
 Rawls presenta su argumento mediante la comparación de varias
teorías de la justicia rivales.
 Empieza por la aristocracia feudal. Estos sistemas no son equitativos,
porque distribuyen la renta, el patrimonio conforme a un accidente
de nacimiento. Las circunstancias en que se nace no son obra de
uno mismo, por lo que es injusto que las perspectivas que se tengan
en la vida dependan de ese hecho arbitrario.
 Las sociedades de mercado remedian esa arbitrariedad en cierta
medida. Abren carreras a quienes tengan las aptitudes requeridas y
ofrecen igualdad ante la ley. La distribución de la renta y del
patrimonio esta determinada por el libre mercado.
EL ARGUMENTO DE LA ARBITRARIEDAD
MORAL
 En la practica este sistema de libre mercado, las oportunidades pueden
distar mucho de ser iguales. Ya que quienes tienen familias que los
respaldan y una buena educación cuentan con una clara ventaja sobre
quienes carecen de ello. Por eso sostiene Rawls, que la distribución de la
renta y del patrimonio resultante de un mercado libre con igualdad
formal de oportunidades no se puede considerar justa.
 Una forma de remediar esta falta de equidad es corregir las desventajas
sociales y económicas. Se propone retirar obstáculos que impidan el
logro personal y se ofrecen las misma oportunidades educativas, de
modo que quienes vienen de familias pobres puedan competir sin
desventaja con quienes tienen un trasfondo privilegiado. Crear
programas de nutrición infantil, de asistencia sanitaria, educativos, de
formación profesional, lo que haga falta para que todos partan del
mismo punto de salida.
EL ARGUMENTO DE LA ARBITRARIEDAD
MORAL
 Según la concepción meritocrática, la distribución de la renta y del
patrimonio resultante de un mercado libre es justa, pero solo si todos
tienen las mismas oportunidades de desarrollar sus aptitudes.
 Rawls cree que la concepción meritocrática corrige ciertas
desventajas moralmente arbitrarias, pero sigue sin llegar a ser justa,
porque aunque se logre que todos partan del mismo punto de
salida, será mas o menos predecible quienes ganaran las carrera, o
sea los que corran mas deprisa.
PERO, ser un corredor veloz no depende del todo de mi. Es moralmente
contingente. Aunque trabajase a la perfección en eliminar la influencia
de las contingencias sociales, el sistema meritocrático seguiría
permitiendo que la distribución de la renta y patrimonio este
determinada por la distribución natural de capacidades y aptitudes.
EL ARGUMENTO DE LA ARBITRARIEDAD
MORAL
 Rawls llega a la conclusión de que la concepción meritocrática de
la justicia es deficiente por la misma razón, que la libertaria, ambas
basan las partes que correspondan en la distribución de la renta y
del patrimonio en factores moralmente arbitrarios.

 Desde un punto de vista moral, las contingencias sociales y el azar


natural son igualmente arbitrarios.

 Algunos críticos del igualitarismo creen que la única alternativa a la


sociedad de mercado meritocrática es una igualdad niveladora
que impone lastres a los talentosos. (el cuento)
UNA PESADILLA IGUALITARIA
 La teoría de la justicia de Rawls muestra que una igualdad niveladora
no es la única alternativa a una sociedad de mercado meritocrática.
La alternativa de Rawls, a la que llama principio de la diferencia,
corrige la distribución desigual de aptitudes y dones sin lastrar a
quienes los poseen. Alentando a los bien dotados a desarrollar y
ejercer su talento, pero comprendiendo que la recompensa que su
aptitud cosecha en el mercado pertenece a la comunidad en su
conjunto.
 El principio de la diferencia representa un acuerdo por el que se
considera que la distribución natural de la aptitud es un bien común y
por el que los beneficios de esa distribución se reparten. Quienes han
resultado favorecidos por la naturaleza, sean quienes sean, pueden
sacar provecho de su buena fortuna solo con la condición de que se
mejore la situación de quienes han salido perdiendo. Los aventajados
por su naturaleza no han de ganar por el mero hecho de que están
mejor dotados, sino solo para cubrir el coste de la formación y la
educación y para que usen sus dotes de modo que ayuden también
a los menos afortunados.
UNA PESADILLA IGUALITARIA
 Cuatro teorías de la justicia distributiva contrapuestas:
1. El sistema feudal: una jerarquía fija basada en el nacimiento.
2. Libertarismo: mercado libre con igualdad formal de oportunidades.
3. Meritocracia: mercado libre con una igualdad de oportunidades
equitativa.
4. Igualitarismo: el principio de la diferencia de Rawls.
 Rawls sostiene que las tres primeras teorías basan la parte que
corresponda a cada uno en la distribución de la riqueza en factores
que, desde un punto de vista moral, son arbitrarios: en el accidente de
dónde se nació, o en ventajas sociales y económicas, o en aptitudes y
capacidades naturales. Solo el principio de la diferencia evita basar la
distribución de la renta y del patrimonio en esas contingencias.
Primera objeción: Los incentivos
 Rawls al defender el principio de la diferencia atrae dos
objeciones.
 La primera, se pregunta por los incentivos. Si el que tiene
talento puede beneficiarse de él solamente para ayudar a los
menos pudientes, ¿qué ocurriría si decidiese trabajar menos o
si, ya de entrada, prefiriese no desarrollar su capacidad?
 La réplica de Rawls dice que el principio de la diferencia
permite la desigualdad de ingresos por el bien de los incentivos
con tal de que se necesiten tales incentivos para mejorar la
suerte de los menos aventajados.
 Si Rawls tuviese razón, las desigualdades en los ingresos serían
justas solo en la medida en que motivasen esfuerzos que al final
ayudasen a los desfavorecidos, y no porque las estrellas del
deporte se merezcan ganar más que los obreros de una
fábrica.
Segunda objeción: El esfuerzo
 Hay una segunda objeción a la teoría de la justicia de Rawls,
el esfuerzo.

 ¿Michael Jordan o Bill Gates acaso no se merecen la


recompensa que sus esfuerzos les reportaron?

 Rawls replica que incluso el esfuerzo puede ser el producto de


haberse criado en circunstancias favorables. Como en otros
factores de los que depende que tengamos éxito, en el
esfuerzo influyen contingencias que no se nos pueden atribuir.

 Pese a todo lo que se diga del esfuerzo, lo que de verdad cree


la meritocracia que merece ser retribuido es la contribución o
el logro.
RECHAZO DEL MERECIMIENTO MORAL
 De ser correcto, el argumento de Rawls acerca de la arbitrariedad
moral de la aptitud, conduce a una conclusión sorprendente: la
justicia distributiva no tiene nada que ver con recompensar el
merecimiento moral.
 Si la justicia distributiva no consiste en premiar el merecimiento
moral, ¿significa que a quienes trabajan duro y se atienen a las
reglas no les corresponden en absoluto las recompensas que
obtienen por su esfuerzo? No exactamente. Aquí Rawls hace
una distinción, importante pero sutil: entre el merecimiento
moral y lo que él llama «derecho a las expectativas legítimas».
La diferencia es esta: al contrario que en la vindicación de un
mérito, un derecho adquirido solo se genera cuando se han
establecido ya ciertas reglas del juego, y, para empezar, no
nos puede decir cómo se establecen esas reglas.
RECHAZO DEL MERECIMIENTO MORAL
 Rawls sostiene que la justicia distributiva no consiste en premiar
la virtud o el merecimiento moral. Por el contrario, consiste en
que se satisfagan las expectativas legítimas que se producen
una vez que se han instaurado las reglas del juego.

 Una vez que los principios de la justicia han establecido los


términos de la cooperación social, se tendrá el derecho a
percibir los beneficios que se obtengan conforme a las reglas.
Pero si el sistema fiscal obliga a los perceptores a entregar una
parte de esos ingresos para ayudar a los desfavorecidos, no
podrán quejarse de que eso les priva de algo que se merecen
moralmente.
RECHAZO DEL MERECIMIENTO MORAL
 Por dos razones rechaza Rawls que la justicia distributiva se base
en el merecimiento moral:

• La primera, es que las aptitudes gracias a las que puedo competir


con más éxito no son del todo obra mía.

• Una segunda contingencia es igualmente decisiva: las cualidades


que una sociedad valora más en un momento dado son también
arbitrarias moralmente. Aunque yo pudiese reclamar fuera de
toda duda que mi aptitud se me debe únicamente a mí, seguiría
siendo cierto que la recompensa que esa aptitud coseche
dependerá de las contingencias de la oferta y de la demanda.
LA VIDA, ¿ES INJUSTA?

 El economista Milton Friedman en su libro Libertad de Elegir


comenta que la vida no es justa, pero que es importante
aprender a reconocer cuanto nos beneficiamos de esa
injusticia que tanto deploramos.

 Sin embargo Rawls en Teoría de la Justicia rechaza el consejo


de ser complacientes que se refleja en las opiniones de
Friedman. Dice “La manera en que son las cosas no determina
la manera en que deberían ser.”
LA VIDA, ¿ES INJUSTA?
 La distribución natural ni es justa ni injusta; ni es injusto tampoco que
las personas nazcan en la sociedad en alguna posición particular.
Son, simplemente, hechos naturales. Lo que es justo e injusto es la
manera en que las instituciones tratan esos hechos.

 Rawls propone que los tratemos aceptando «compartir los unos el


destino de los otros» y «sacar provecho de los accidentes de la
naturaleza y de las circunstancias sociales solo cuando redunda en
el beneficio común». Sea válida o no en última instancia esta teoría
de la justicia, representa la defensa más atractiva de una sociedad
más igual que la filosofía política haya producido jamás en Estados
Unidos.

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