RENACIMIENTO

Profesor Sebastián Saldarriaga

 LOS ORIGENES
Según el historiador Peter Burke, una primera fase del Renacimiento italiano iría
desde 1300 hasta 1492.Mas allá de la insistencia de grandes artistas y pensadores
del momento, de pertenecer a una época totalmente diferente de la Edad Media,
la mayoría de los cambios que se generaron en la mentalidad europea de finales
de siglo XV y principios del XVI, tenían incluso sus raíces en el «renacimiento»
del siglo XII.
Desde la aparición del estilo «románico» pasando por el «gótico» de las
catedrales y esculturas del siglo XII, la introducción de los estudios de filosofía y
lógica en las universidades (gracias al papel de Santo Tomas de Aquino y Pedro
Abelardo), la continuada lectura de los escritores clásicos como Homero, Virgilio
y Cicerón y el hecho de que el derecho romano siguió siendo la herramienta
básica del orden cívico en la Edad Media dan a entender que ese resurgimiento
de la Antigüedad había empezado mucho antes.
Se podría incluso hablar también del renacimiento «carolingio» o del
«otoniano» en el que se redescubren varios autores romanos y en
donde varias estructuras arquitectónicas, como la capilla imperial de
Aquisgrán, están basadas en edificio antiguos como el Panteón.

Los romances caballerescos también influyeron de forma

importante la literatura «renacentista». El ciclo artúrico de Chretien
de Troyes, el «Cantar de Roldan» de Turoldo y el anónimo «Cantar
del Mío Cid» tuvieron claras repercusiones desde el poema épico de
Petrarca, «África», la «Jerusalén liberada» de Tasso, «Orlando
furioso» de Ariosto y hasta el «Don Quijote» de Cervantes.
 C AU S A S P O L Í T I C O S O C I A L E S
Las organización estatal de las ciudades italianas en «comunas» o
municipalidades generaron un ambiente de participación política por parte
de los ciudadanos cercano al de las «polis» griegas de la Antigüedad.
Gracias a esto desarrollaron un inherente sentido de la «democracia» y
libertad que les permitió luchar sin escrúpulos por su independencia en
contra del Imperio Romano Germánico y del papado.
Aunque geográficamente la península itálica esta llena de montañas y
colinas, lo que no ayudaba a la agricultura, estaba rodeada por ambos lados
del mar Mediterráneo; posición privilegiada que fomentaba el comercio con
las demás costas europeas y con el Oriente Próximo y que tuvo como
consecuencia el crecimiento urbano de las ciudades y la constitución de los
mercaderes en una clase rica y educada.
Otro factor que jugó un papel importante en el desarrollo de lo que
se llamaría «Renacimiento» fue la Peste Negra, lo que redujo la
población rural obligando a los señores terratenientes a ceder a las
exigencias de los pocos campesinos que quedaban, los cuales
mejoraron su situación paulatinamente.
En cuanto a la cuestión religiosa, la Peste generó un sentimiento de
pesimismo en las masas y de reforma eclesiástica para con la
Iglesia. La mayoría de los sacerdotes que murieron durante la plaga
fueron reemplazados por clérigos muy jóvenes y por lo tanto poco
cultos y educados, lo que redujo la autoridad regional de las iglesias
y privilegio formas mas privadas de fe. Reflejo de esto seria la
fundación de mas capillas centradas en el núcleo familiar.
En cuanto a la tecnología, la llegada de la brújula magnética
posibilito la realización de expediciones marítimas abriendo a
Europa al mercado «internacional». La pólvora, además de la Peste
Negra, contribuyó a acelerar la caída del sistema feudal reflejado en
este caso al desuso continuo de la caballería como unidad militar.

El reloj mecánico transforma la relación del hombre con el tiempo y

sobretodo con el trabajo, al liberar la organización de las actividades
humanas de los ritmos de la naturaleza y de la Iglesia. También, pero
mucho mas adelante, la invención de la imprenta tendría un papel
fundamental.
 L O S R E N A C E N T I S T A S M E D I E VA L E S
A pesar de que el movimiento cultural y económico que fue el
Renacimiento se dio en varios países de Europa, Italia tiene un papel
preponderante en su desarrollo. Hay dos figuras importantes a finales del
siglo XIII y principios del XIV que se podrían calificar como los «padres»
del renacimiento: el pintor y escultor Giotto di Bondone y el poeta Dante
Alighieri.
La fama del primero se fundaría gracias a la creación de un nuevo estilo que
mezclaría la narración pictórica y el espacio tridimensional, tanto en la
pintura como en la escultura, basado en el arte clásico romano que vio en
Pisa. La importancia de Dante radicaría en su elogio a la lengua vulgar que
usaría, junto con un sinnúmero de referencias a la mitología griega y
romana, en su magna obra «La Divina Comedia»; lo que lo llevaría en siglos
posteriores a ser nombrado como «padre de la lengua italiana».
 L O S H E R E D E R O S D E L O S M E D I E VA L I S T A S

La primera fase de lo que seria ya el «Renacimiento» empezaría por el circulo liderado por
Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio y entre los que se incluirían al pintor Simone
Martin, al astrónomo Giovanni Dondi, al fraile Dionigi di Borgo y al político Cola di Rienzo.
Todos tendrían un interés desbordado por la cultura de la Antigüedad, especialmente la
romana. Justamente el poema épico de Petrarca, «África» describía la vida de Escipion el
Africano, además de haber sido escrito en latín. Su libro moralista «De hombres ilustres»
muestra una colección de biografías sobre antiguos romanos que servían de modelo de vida
entre los que se encontraban Cicerón y Tito Livio.
Boccaccio era similar en este sentido llegando a escribir una genealogía de los dioses
antiguos y una biografía de «De mujeres ilustres» entre las que se encuentran Helena,
Lucrecia y la reina Juana de Nápoles. Este interés también se vio reflejado en la búsqueda y
transcripción de manuscritos escritos por autores antiguos. Tal vez el hallazgo mas
importante lo hizo Boccaccio cuando encontró en 1355 el «Asno de oro» de Apuleyo en el
monasterio de Montecassino.
 L A S E G U N DA G E N E R AC I Ó N
Esta segunda generación de «renacentistas» se distanciarían con
respecto a Giotto y Dante, basándose mas en la literatura y arte del
«trecento». Este nuevo circulo estaría liderado por Coluccio Salutati
e incluiría al historiador Leonardo Bruni, el escritor y latinista
Poggio Bracciolini, el humanista León Battista Alberti, el arquitecto
Filippo Brunelleschi, el escultor Donatello y el pintor Massaccio.
La innovación de este grupo, mas alla de haber inventado la letra
itálica o cursiva o el haber redescubierto las obras del orador
romano Quintiliano y el manual de arquitectura de Vitrubio, fue el
haberse imbuido de esa mentalidad antigua grecoromana y tratar
de llevarla a cabo en todo lo que hacían.
Esta mentalidad y sentimiento se vio reflejado en los inicios de una escuela
de griego en Florencia creada por el bizantino Manuel Crisoloras.
Sumándole a esto sus conocimientos del latín, el circulo pudo ya no solo
transcribir las obras de los antiguos sino también traducirlos; además de un
mejor entendimiento de los conceptos usados por los autores de la
antigüedad.
Los autores que se vieron beneficiados por este «redescubrimiento» fueron
Platón, Aristóteles, Tucidides, Plutarco, Cicerón, Tácito, etc. En las artes
plásticas, el manual de Vitrubio condicionó a arquitectos como Brunelleschi
a dejar de lado la exuberancia del «gótico» a un diseño mas «alla antica» y
las esculturas como el «Laoconte» y el «Apolo de Belvedere» hicieron lo
mismo con Donatello, siendo una de sus obras mas famosas la escultura de
bronce del «David».
Sin embargo, toca tener en cuenta que a pesar de esta
«diferenciación» con la Edad Media estos grandes escritores y
artistas se basaron en escritos y diseños plenamente medievales.

En el caso de la literatura y filosofia Poggio Bracciolini pensaba

que los escritos de los copistas de la era carolingia eran romanos.
En la arquitectura muchos artistas se basaron en edificios que
creían que pertenecían a la época romana; Brunelleschi basó
varias de sus iglesias en el baptisterio de Florencia, un edificio
del siglo XII. El pintor Massaccio en su «Tributo della Moneta»
evocaba las enseñanzas de Giotto sobre la dimensionalidad.
 EL HUMANISMO
Es en esta época que se va configurando los intereses y realizaciones de este
grupo de artistas con el nombre de «humanismo». El termino procede de las
artes que Cicerón había catalogado como «studia humanitatis». La meta de
estas artes era la perfección del hombre.
Estas artes eran cinco: ética, poesía, historia, retorica y gramática. El énfasis
en la ética se debe a que es esta capacidad de distinguir entre el bien y el
mal lo que diferencia al hombre de los animales. La poesía y la historia eran
formas de ética aplicada ofreciendo ejemplos de personajes buenos a imitar
y de malos personajes para evitar. La retorica y la gramática eran artes
relacionadas con el lenguaje que además de permitir entender lo justo de
los injusto, les daba esa conexión con el pasado antiguo ya fuera por medio
del griego o del latín (y a finales del XV, el hebreo).
Estos estudios o artes estaban dirigidos para ensalzar la dignidad del
hombre cantando de esta forma las glorias de la humanidad. Este
antropocentrismo se vio reflejado en la omisión de una de las áreas de
estudio que había atravesado y permeado la Edad Media: la lógica,
especialmente la aristotélica. Se prefirió la persuasión a manos del retorico
en detrimento de los razonamientos lógicos que se usaban, mas que todo,
para derrotar al contrincante en el debate.
Este humanismo también se vio reflejado en otros aspectos. La creencia de
estos artistas de que la cultura antigua era superior a la de ellos decantó
justamente en una preferencia por la filología que los ayudaba a corregir y
traducir los textos antiguos de filosofía, que fueron mal traducidos o que se
habían basado en ediciones árabes, y que eventualmente se convertiría en lo
que hoy se conoce como «critica textual».
Otro aspecto importante es el «humanismo civil» el cual enfatizaba
la vida activa y política en contra de la contemplativa o monacal.
Leonardo Bruni, por ejemplo, elogiaba a Cicerón por haber
mezclado una vida de filosofía y actividad política como habían
hecho los antiguos griegos. En este sentido para Bruni, Dante era
superior a Petrarca.
Justamente como se aprecia por la anterior afirmación, este
sentimiento de pertenencia civil, de patriotismo civil o
responsabilidad civil se puede ver desde el siglo XII en las ciudades
italianas. Aun así, no dejó de permear la mentalidad de estos
artistas, quienes le dieron a esta tradición un matiz mucho mas
clásico.
 PA G A N I S M O O C R I S T I A N I S M O
La cuestión humanista se empieza a revestir en estos años de una
problemática que atravesaría todo el movimiento cultural hasta su fin en la
primera mitad del siglo XVI: la tensión entre el resurgimiento de ideales
paganos y la moralidad cristiana.
Tal tensión se nota en el ataque del fraile Giovanni Dominici hacia Salutati
diciendo que el estudio de la filosofía y de la literatura mundana de los
autores paganos no servía para la salvación; antes era un impedimento.
Pero esa problemática también se vio reflejada en los artistas mismos:
Petrarca, Alberti y el filosofo Ficino eran clérigos. El humanista Silvio
Piccolomini se convertiría en el papa Pio II. Tanto Alberti como Brunelleschi
habían diseñado iglesias, Massaccio pintaba episodios de la Biblia y tanto
Petrarca como Ficino escribieron sobre teología.
La presentación de los humanistas o de los artistas del renacimiento
como paganos es una idea que fue fomentada en el siglo XIX. Sin
embargo, hoy en día se teoriza firmemente que estos hombres
trataban de aparentar ser paganos y no al revés.
Un problema similar había afectado a los Padres de la Iglesia,
pertenecientes estos a dos culturas: la grecorromana y la nueva
moralidad cristiana. La tensión mental la resolvería San Agustín
tanto para sus contemporáneos como para sus herederos
renacentistas al usar el «expolio de los egipcios»: se describe la
salida de los judíos de Egipto llevándose consigo el tesoro de estos y
de igual forma pueden hacer los cristianos con los clásicos paganos
al adaptarlos al ideal y la moral cristiana
Aunque el resurgir de la Antigüedad no solamente se dio en las artes sino
también en la mentalidad, nunca fue llevada a cabo esta idea para sustituir el
cristianismo.
Tal afirmación implica desechar la distinción que se ha hecho de la Edad Media
y el Renacimiento. Este ultimo se tiene que ver entonces como una revolución
«cultural» mas que una ruptura con el pasado inmediato de estos personajes. Es
mas un desarrollo gradual en el que cierto grupo de individuos se sentían
insatisfechos por algunos aspectos culturales y mentales de la baja Edad Media.
Tal sentimiento generó una defensa del humanismo en contra de sus detractores
a los que fueron llamados «barbaros» por desestimar el conocimiento de los
antiguos y por el énfasis que se le daba a la filosofía lógica o «escolástica». Como
solución, humanistas como Bruni y Ficino acuñaron el termino «edad oscura» o
«Edad Media» para denominar la época anterior al resurgimiento de lo antiguo.
 MECENAZGO
Usualmente el «apogeo» del renacimiento se da entre 1490 y 1530. Sin
embargo, antes de pasar a estos años es necesario hacer mención de los
orígenes de uno de los aspectos cruciales que ayudaron a que tal «apogeo»
sucediera: el mecenazgo.
Son tres factores: el aumento del comercio de textiles gracias al aumento de
la producción de estos y el desarrollo de la banca. El comercio internacional
en Italia se había constituido en la base de las demás actividades.
Se da una acumulación de capital constante, un aumento del crédito y se
separo la gestión de la propiedad capital y de la fuerza de trabajo. Se
realizaron, también, intentos de ampliar el mercado a través de expediciones
a gran escala. En la educación se fomentan las clases de comercio y
mercancía.
El desarrollo de la banca se venia gestando desde el siglo XIII con el
ascenso de familias dedicadas exclusivamente a este negocio como
los Amieri, los Scali, los Bardi y su absurda expansión a principios
del siglo XV gracias a la familia banquera mas famosa: los Medici.
Desde la baja Edad Media hasta el Renacimiento, estas familias
habían establecido una inmensa red de subsidiarias a través de
Europa, con énfasis en los principales centros comerciales como
Brujas, Paris y Londres.
Para la época de los Medici operaciones modernas como el cambio
de divisas, el deposito, la transferencia y el crédito a interés ya
habían sido introducidas y siendo usadas en el día a día.
Desde mediados del siglo XIII el comercio y la banca venían
desarrollándose como una actividad cada vez mas útil en la
consecución de privilegios y posición social. El choque con la vieja
aristocracia fue inevitable, a causa del creciente empobrecimiento
de esta.
Como resultado la riqueza y la capacidad de captación de capital
empezó a ocupar el lugar del derecho de sangre y cuna como
principal sello de distinción social. Se dio entonces una mezcla: los
nobles aristócratas se casaban con esta nueva «clase» para retener
su riqueza y posición y los pertenecientes a esta nueva «clase» se
casaban con los nobles aristócratas para alcanzar el titulo nobiliar.
Estos nuevos nobles eran lo que comúnmente se llama «burguesía» y
produjeron una fusión de valores y cualidades con respecto a la vieja
aristocracia: el arrojo militar de los nobles y el caculo comercial de
los burgueses. El comercio marítimo y las expediciones para
encontrar nuevos puntos comerciales fue el obvio resultado de esta
nueva mentalidad.
Había una nueva elite urbana, culta y educada que permeó la psique
moral de Europa, incluida por el reducido grupo de príncipes y
monarcas que se vieron beneficiados por el aumento de capital de
sus arcas. Entre esta burguesía y estos monarcas se dio inicio a un
movimiento que comenzó a patrocinar las artes y el estudio.
Este hecho se hace mas evidente cuando se tiene en cuenta que los
encargos de arte, especialmente el religioso, provenían cada vez
menos de las autoridades eclesiásticas y mas de los gremios
comerciantes o de patronos privados. Eran estos nuevos ricos
quienes elegían a los artistas y discutían con ellos los detalles de los
proyectos.
Otro factor fue cuando el patronazgo secular pasó de los edificios
eclesiásticos a los públicos. El mecenazgo clerical para la creación
de pinturas, esculturas y edificios continuó, pero en menor medida
al mecenazgo privado (burguesía, nobles, reyes) o publico (comuna,
municipalidad).
 EL APOGEO Y FIN
El arte del mecenazgo lo perfeccionó la familia Medici. Empezando por Cosimo
de Medici quien fue patrono de Bruni, Bracciolini, Donatello, Brunelleschi etc
hasta llegar a su nieto, Lorenzo de Medici el Magnifico, mecenas este de artistas
como Botticelli, Leonardo, Miguel Ángel y de escritores y filósofos como Ficino,
Poliziano y Pico della Mirandela.
Es con este grupo de hombres que empieza a aparecer el concepto de «genio»
como consecuencia del nuevo culto al individuo que triunfaba por medio de la
competencia. Cada uno de estos humanistas tenían su propio estilo y al finalizar
cada obra se jactaban de ella al firmarla, ya fuera esta una pintura, escultura o
una obra arquitectónica.
A pesar de que le retrato aparece por primera vez en el siglo XIII, es a finales del
XV que comienza a cobrar un matiz interesante entre la perfección artística, el
culto al genio y la diferenciación del individuo con respecto a los demás.
El final del Renacimiento como movimiento cultural se inicia como una ironía: es
cuando finalmente se establecen los preceptos humanistas por todas las ciudades
italianas y buen parte de Europa que se comienzan a buscar nuevas formas de
expresión artística o filosófica.
La causa de este giro se atribuye normalmente a las invasiones francesas de
Carlos VIII en la década de 1490 y en la década siguiente esta vez lideradas por el
hijo de Carlos, Luis XII. Tal seguidilla de problemas políticos finalizaría con el
Saqueo de Roma de 1527 por parte del emperador Carlos I.
Esto generó la salida de muchos artistas de Italia (el caso mas famoso es de
Leonardo quien fue invitado a la corte francesa por Francisco I) que
eventualmente ayudaría a la expansión del movimiento humanista en Europa.
También tuvo como consecuencia el giro artístico que Miguel Ángel le dio a sus
pinturas, de alguna forma dando inicio a una rama del Renacimiento: el
«manierismo», movimiento este que exageraba las proporciones y los
movimientos de los personajes.
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