Acápite 134.

Los auténticos cambios

sociales deben ser:
• Efectivos y duraderos A TODOS, particularmente a
• Fundados en un cambio quienes están investidos de
de la conducta personal y responsabilidad política,
NO delegarlas en las jurídica o profesional frente
instituciones. a los demás, corresponde
• A partir de las personas y ser conciencia vigilante de la
en referencia a ellas sociedad y primeros testigos
de una convivencia civil y
• Principalmente de las digna del hombre.
personas competentes en
el desarrollo de las
actitudes morales,
convivencia humana.
El ser humano:
• Tiene dignidad y valor inherente
• No puede ser intercambiable o
reemplazable
• Tiene valor ilimitado
• Tiene identidad y capacidad de elegir
• Es imagen misma y perfecta de Dios
vivo
• Revelador de Dios al hombre y del
hombre a sí mismo
• Único e irrepetible
• Capaz de auto comprenderse, auto
poseerse y auto determinarse
• Inteligente y consciente
• Capaz de reflexionar sobre sí mismo y
de ser consciente de sus actos
• Tiene libertad
La Iglesia se dirige:
• Recordándole constantemente su altísima
vocación, para que cada vez sea más consciente
y digno de ella. Cristo con su encarnación se ha
unido, en cierto modo, con todo hombre, por
ello, la Iglesia reconoce como tarea principal
hacer que esta unión pueda actuarse y
renovarse continuamente.
• Señala y desea recorrer ella misma el camino
del hombre, e invita a reconocer en todos, y en
especial en el pobre y el que sufre un hermano
«Por quien murió Cristo».
• La inteligencia, conciencia y libertad no definen
a la persona, si no que es la persona quien esta
en la base de los actos de inteligencia,
conciencia y libertad. Estos pueden faltar, sin
que por ello el hombre deje de ser persona.
Esta debe ser comprendida siempre en su
irrepetible e insuprimible singularidad.
• En efecto, el hombre existe ante todo como
subjetividad, como centro de conciencia y de
libertad. Una sociedad justa puede ser realizada
solamente en el respeto de la dignidad
trascendente de la persona humana.