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LAS NOVELAS DE ANTICIPACIÓN MARZO, 2018

FICCIÓN UTÓPICA
En el año 1516, a partir de la publicación de Utopía, se comienza a utilizar el
nombre de “género utópico” para referirse a las novelas que presentan
características similares a la obra de Tomás Moro. No obstante eso, en la historia de
la literatura ya existían obras que mostraban mundos alternativos, paradisíacos e
ideales, similares al que Moro creó en el siglo XVI, con lo que se podría decir que el
pensamiento utópico ya estaba presente en muchas obras, incluso antes de que se lo
denominara de esa forma.
Cuando nos referimos a la literatura utópica estamos hablando de ficciones que
describen el funcionamiento de un Estado ideal, no localizado en un lugar específico,
perfectamente pensado, tanto desde el punto de vista político, social, científico y en
ocasiones religioso, donde los habitantes cuentan con una predisposición natural a
aceptar las leyes y normas de convivencia. Son Estados ideales de ficción, que se
presentan como alternativos a los del mundo real.
FICCIÓN DISTÓPICA
En las primeras décadas del siglo XX surgió una utopía de carácter negativo, donde
el futuro aparece muy distinto de como lo habían soñado los utopistas clásicos. En los
años 20’, cuando comienzan a escribirse este tipo de obras, la humanidad estaba
viviendo un momento histórico muy especial: había terminado la primera guerra
mundial, comenzaba el afianzamiento del régimen soviético, surgía el nazismo en
Alemania y algunos escritores empezaban a alertar sobre el perjuicio que implicaría
el establecimiento definitivo de un régimen totalitario para la libertad de los
individuos ante el peligro de la masificación y la desindividualización. El mundo
comenzaba a vivir bajo un potencial tecnológico nunca visto, el peligro nuclear
estaba latente, de manera que no es extraño que la utopía diera un viraje y
mostrara su peor rostro, el de un futuro alienante, sin libertad, absurdo.
LAS NOVELAS DISTÓPICAS
Las novelas distópicas son obras que ponen en cuestión los sueños de las clásicas
utopías, los sueños de una sociedad perfecta; advierten sobre los peligros de un
futuro proyectado con las ideas de un presente. Allí aparecen tanto temas como el
del socialismo de Estado, el consumismo, el control social (por diferentes ideologías),
el hombre en la sociedad y en la individualidad.
La forma más clásica de advertencia que utilizan estas obras es mostrar el
enfrentamiento que se da entre un personaje y las condiciones sociales con las que le
ha tocado vivir. Ejemplos como el de John el Salvaje en Un mundo feliz, de Aldous
Huxley (1932), Winston Smith en 1984 de George Orwell (1949) o el bombero
Montag en Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (1953), son una clara muestra del
enfrentamiento del individuo con lo impuesto socialmente.
ASPECTOS GENERALES
El relato distópico nos presenta una hipotética sociedad futura donde, ya sea por la
deshumanización de la misma, un gobierno totalitario o el control intrusivo que la
tecnología ejerce sobre el día al día, el individualismo se degrada en términos
absolutos en favor del pensamiento único y de una sociedad unitaria. En definitiva,
un mundo de pesadilla donde nadie debe saltarse las reglas o corre el riesgo de
ser aniquilado. Por ello se afirma que la distopía es lo opuesto a la utopía, la
sociedad ideal donde todo funciona a las mil maravillas.
Las primeras historias de este tipo aparecieron a finales del siglo XIX; sin embargo,
son dos los títulos de referencia que han inspirado a la mayoría de los que han
venido después: Un mundo feliz, de Aldous Huxley, y 1984, de George Orwell.
PRINCIPALES TEMÁTICAS
El miedo, la coacción y la falta de libertad son los elementos principales en esta
clase de narración. Otras características de este subgénero son la presencia del
dolor y de la presión psicológica; la alienación del individuo, ya sea por
adoctrinamiento o por el uso de drogas que le privan de la capacidad de sentir o
emocionarse; un evidente halo de pesimismo, y la presencia de un antagonista
inflexible y malvado, así como de un protagonista que puede abrir los ojos a la
realidad y rebelarse ante su destino y el de los que le rodean.
ALDOUS HUXLEY: UN MUNDO FELIZ (1932)
Es una obra paradigmática dentro de las distopías: la acción transcurre en un futuro
extremadamente tecnológico, donde el desarrollo científico está en manos de un
Estado que lo utiliza para establecer normas y criterios que apuntan a crear en la
sociedad una “felicidad” constante. En este “mundo feliz” los individuos tienen la vida
programada desde antes de nacer, sus emociones han sido manipuladas desde muy
pequeños con sistemas de enseñanza que no dejan lugar a la individualidad ni a la
reflexión. El Estado ha sabido manipular los sentimientos y emociones de las personas
como un mecanismo de control social en que cada individuo es feliz con la vida que
le ha tocado.
ALDOUS HUXLEY: UN MUNDO FELIZ (1932)
En términos generales, la novela ilustra una sociedad avanzada desde el punto de
vista tecnológico, en la que todas las personas son felices y viven sin conflictos
aparentes, y en donde además no existen la pobreza ni las guerras. La reproducción
de los seres humanos se da a través de cultivos artificiales; son educados por medio
de la hipnopedia, un sistema que busca grabar en la mente de las personas todos
aquellos conceptos que son utilitarios en esa sociedad. El avance de la ciencia está
controlado por el Estado y cada invento tiene que superar en algo a otro invento
anterior; no existe el concepto de familia y la sexualidad es libre. Tampoco existe la
posibilidad de que un individuo cambie de clase: si es un alfa estará feliz con serlo,
lo mismo sucederá con los gammas, los deltas y los epsilones; el arte no existe y la
religión tampoco.
GEORGE ORWELL: 1984 (1949)
También es una obra que transcurre en una sociedad futura con características
aterradoras. La sociedad descrita por Orwell está gobernada por un Estado
totalitario, dirigido por un único partido que además de imponer su criterio en todos
los aspectos de la sociedad se encarga de vigilar permanentemente todos los
movimientos de los ciudadanos. La imagen del Gran Hermano es la que ostenta el
máximo poder social, es la encarnación de los ideales del partido único y al que
todos los ciudadanos deben rendir veneración y respeto.
GEORGE ORWELL: 1984 (1949)
El protagonista de esta novela, Winston Smith, trabaja en el Ministerio de la Verdad,
uno de los cuatro ministerios que tiene el Estado. Su función es modificar los datos de
la realidad, fundamentalmente los datos históricos, para generar una opinión
totalmente direccionada y afín a los intereses del partido único. Con el tiempo Smith
toma conciencia de cómo el Estado manipula a su favor a los habitantes y trata de
escapar de la constante y permanente vigilancia del Gran Hermano.
RAY BRADBURY: FAHRENHEIT 451 (1953)
Es otro ejemplo clásico de distopía. El tema central de la novela gira en torno a la
quema de libros y el título de la obra se refiere precisamente a la temperatura a la
que se quema el papel. La acción transcurre en un futuro en que la lectura está
prohibida porque quienes gobiernan consideran que los libros llevan
irremediablemente a la desdicha del hombre. Al igual que en las otras dos obras
referidas, en la novela el Estado se encarga de la manipulación psicológica e
intelectual de los habitantes; en este caso se sostiene que la lectura diferencia a los
hombres cuando éstos deberían ser iguales, de manera que la prohibición de la
lectura y la condena de los libros es una herramienta usada para evitar todo tipo de
desviación cultural. Es una sociedad alienada por distintos aparatos de comunicación
que prácticamente han sustituido las relaciones interpersonales; la ciencia de esta
forma es utilizada para mantener sumisos a los ciudadanos frente a un sistema que
no se cuestiona.
RAY BRADBURY: FAHRENHEIT 451 (1953)
El protagonista de esta novela es un bombero llamado Montag, que se ocupa de
quemar los libros. En este mundo los bomberos no se encargan de apagar el fuego
sino de provocarlo, claro que de forma controlada. Poco a poco, y
fundamentalmente a partir del conocimiento de una muchacha llamada Clarisse,
Montag comienza a tener curiosidad por la lectura, lo que lo lleva a comenzar a
guardar algunos de los libros que decomisa.

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