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INFLUENCIA DE LA ORDEN DEL CARMEN

A TRAVÉS DE ESTA LÍNEA DE TIEMPO, HAREMOS UN


RECORRIDO DE LA HISTORIA DE NUESTRA ORDEN
DANDO CUENTA DE LOS DIFERENTES PERSONAJES,
ESTILOS, CORRIENTES Y MOVIMIENTOS QUE TUVIERON
LUGAR EN NUESTRA TRADICIÓN, CUALES FUERON SUS
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS, SUS EXPONENTES
CONNOTADOS Y SUS OBRAS MÁS DESTACADAS.
SIGLO XII: SUS
ORIGENES
 Hacia finales del siglo XII, durante el período de las cruzadas, un pequeño grupo de ermitaños
latinos se estableció en la ladera del Monte Carmelo, con el deseo de imitar al profeta Elías,
adoptando una forma de vida eremítica.
 En los siglos XIV y XV Europa acusó una fase de grandes cambios culturales y sociales que
influyeron en el modo de vivir la vida religiosa. La nueva sensibilidad hizo que se considerara
deficiente el modo en que se vivía en los conventos y que se hiciera urgente una renovación, que
adoptó como elemento de referencia los orígenes míticos de las Ordenes religiosas.
 La adaptación de los Carmelitas a la vida de la ciudad, lo que significó algunos cambios en la
interpretación de la Regla, supuso también un debilitamiento de la vida eremítica tal y como la
practicaban las primeras generaciones.
 Entre el 1206 y el 1214 el prior, del que se conoce solo la inicial del nombre, pidió a Alberto,
Patriarca latino de Jerusalén, de aprobar para los ermitaños una regla de vida. De este modo
consiguieron ser acogidos oficialmente como comunidad en el ámbito de la Iglesia local, preludio
para el reconocimento como Orden religiosa, que tuvo lugar algunos decenios más tarde por parte
del Papa.
 Alrededor del 1240 iniciaron las primeras fundaciones de conventos en Europa. También el rey de
Francia, Luis IX, de vuelta de la cruzada (1254), se llevó consigo algunos carmelitas, favoreciendo
así su expansión.
 En el 1291, con el asedio y la conquista de San Juan de Acre por parte de los Mamelucos, los
carmelitas se vieron obligados a abandonar la Tierra Santa por alrededor de dos siglos y medio.
 En los siglos XIV y XV Europa acusó una fase de
grandes cambios culturales y sociales que influyeron
en el modo de vivir la vida religiosa. La nueva
sensibilidad hizo que se considerara deficiente el
modo en que se vivía en los conventos y que se
hiciera urgente una renovación, que adoptó como
elemento de referencia los orígenes míticos de las
Ordenes religiosas.
 La adaptación de los Carmelitas a la vida de la
ciudad, lo que significó algunos cambios en la
interpretación de la Regla, supuso también un
debilitamiento de la vida eremítica tal y como la
practicaban las primeras generaciones.
 Hemos de considerar como Maestros Espirituales a todos aquellos
venerables varones que desde el principio de la Orden trataron de plasmar
en enseñanzas cuanto ellos vivieron y que intentaron transmitir no sin un
cierto sentido profético. Por su mismo origen la Orden del Carmen nos ha
llegado envuelta entre la leyenda y la realidad a través de una fuerte
tradición como precioso legado, lecciones de historia unas como hechos
constatados y vivencias de grandes figuras otras que fueron forjando una
recia espiritualidad, la del Carmelo, hoy consagrada en la Iglesia universal.

 En este magisterio también la mujer llegará a ocupar con honor un lugar

destacado.
 Habría que comenzar, sin duda, por San Alberto de Jerusalén cuyo papel no fue el de

un mero legislador de la Orden sino que en cierto sentido fue su verdadero fundador;
su recia personalidad y su propia vivencia quedaron sin duda plasmadas en los
grandes valores y principios dictados en aquella formula vitæ por los que se habían
de regir los primitivos eremitas del Carmelo. Aquellos monjes no se preocuparon ni
mucho ni poco en que de sus vidas quedara constancia; simplemente se limitaron a
vivir a tenor de unos ideales que se habían forjado en un lugar y en circunstancias
concretas, las del Monte Carmelo, pero que hubieron de trasladar muy lejos del lugar
en donde habían surgido. Las diversas refundaciones de que ha sido objeto a lo largo
de la historia ha originado que el Carmelo haya siempre reemprendido altos vuelos
de constante renovación, siempre orientados hacia sus fuentes de origen, pero sin
las trabas de los hechos formales de una fundación canónica.
 Nuestros primitivos escritores, hijos ya de la nueva cultura de Europa forjada en

las universidades del medioevo, tuvieron clara conciencia de que se había de


dejar constancia de su lejano origen y de su identidad en cuya búsqueda se
ocuparon, siguiendo una vieja tradición rayana en la leyenda. De ahí el gran valor
de aquellos primeros escritos, semilla arrojada en el surco del tiempo que más
tarde se recogerá en una espléndida cosecha de realidades. Por tanto, nada de
extraño tiene que la mayor parte de los temas a los que nuestros primitivos
escritores dedicaron su máxima atención fueran los del origen eliano-mariano de
la Orden, partiendo de unos simples datos expresados en la Regla, el de la fuente
y el del oratorio, con la única declaración que sobre su identidad habían hecho
los propios Carmelitas en la Rubrica prima de las Constituciones de 1281.
 Esta famosa Rúbrica le servirá de base a Juan de Bacontorph (†1346) para su De

inceptione Ordinis beatæ Mariæ Virginis de Monte Carmelo y su Speculum de


institutione Ordinis; otro Speculum o Tractatus escribirá su contemporáneo Juan de
Chimeneto mientras que Juan de Hildesheim defenderá a capa y espada en su
Dialogus (1370) la tradición carmelita sobre su espíritu mariano y su origen profético.
De la misma época son Bernardo Oller y Felipe Ribot, gran recopilador de estos
escritos con los que formó su libro De institutione (1370) cuyos ecos le habrían de
llegar hasta la propia Santa Teresa. Es a partir de la segunda mitad del siglo XV cuando
aparecen los grandes escritores carmelitas cuyas obras se divulgan prodigiosamente
gracias al nuevo milagro de la invención de la imprenta. Y el Renacimiento. Bajo los
nuevos parámetros del Humanismo y el prisma de una cultura lúcida, el Carmelo
entrará por la puerta grande y con honor en la Historia gracias a nuestros clásicos
maestros a los que todos nosotros, Carmelitas de hoy, les somos deudores.
FIGURAS DEL CARMELO
 JUAN SORETH
 ARNOLDO BOSTIO
 . BEATO BAUTISTA MANTUANO
 SANTA TERESA DE JESÚS
 SAN JUAN DE LA CRUZ
 SANTA MARIA MAGDALENA DE PAZZI
 V. FR. JUAN DE SAN SAMSON
 V. P. DOMINGO DE SAN ALBERTO
 V. P. MIGUEL DE SAN AGUSTIN
 V. P. MIGUEL DE LA FUENTE
 V. P. JUAN SANZ
 SANTA TERESA DE LISIEUX

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