Tatiana Antury Bolaños Helen Yuliana Prada Gina Zuleima Hoyos Eliberto Figueroa A todos nos gusta viajar y disfrutar de un paisaje impresionante y de la calma y las sensaciones que nos ofrece la naturaleza. Pero si deseamos preservar nuestro planeta, no está de má s que tengamos en cuenta que, cuando nos desplazamos hasta zonas con espacios naturales, el turismo tiene consecuencias que el medio ambiente puede sufrir. EN LA Vegetación La vegetación de un paisaje es uno de los elementos que más nos gusta, pero a través de acciones que nos parecen “inofensivas” la afectamos, aunque sea levemente. Si recogemos plantas o flores, las especies pueden sufrir un cambio, o incluso pérdida en su calidad. Lo mejor será invadirlas lo menos posible. En el agua
Especialmente en las áreas de playa, la calidad del agua se ve afectada
por una gran demanda, también en las piscinas y espacios recreativos. Incluso se ha dado el caso de pueblos que se quedan sin agua potable cuando existen muchos turistas. En la geología Especialmente en áreas sin proteger, la extracción, el desgaste y la ruptura o alteración de minerales, rocas y fósiles puede destruir rasgos únicos de un paisaje. Esto se puede achacar a los turistas, pero también la construcción de infraestructura hotelera y turística causa alteraciones irreversibles en la tierra por el movimiento de suelos. ¿Y en las ciudades? El turismo urbano también tiene su cuota de responsabilidad en la alteración medioambiental de la ciudad. Por ejemplo, cuando cambia el paisaje de ésta con una infraestructura que choca con su medio ambiente. O cuando existe una sobrecarga de edificaciones turísticas ¡o de visitas!