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LA EUCARISTÍA, BANQUETE

FRATERNO

Por, Fray Iván René Lindo OAR


Tomado de: Borobio, D. (2000). Eucaristía. Biblioteca de
Autores Cristianos: Madrid
P E R S P E C T I VA A N T R O P O L Ó G I C A

• La comida o banquete fraterno, tiene lugar de manera particular en situaciones especiales


de la vida familiar, constituyendo parte importante de uno de los momentos privilegiados
de la vida humana, en los que se manifiesta la riqueza humano-religiosa del hombre.
• La Eucaristía: como signo central de la fe arraiga el simbolismo que ya de por sí posee la
comida humana, con la característica que remite al hombre a lo trascendente, quedando
abierta al misterio, manifiesto en la Pascua del Señor.
• La Eucaristía: Responde y se relaciona de forma análoga a lo que sucede en los otros
sacramentos, es decir, a la situación convivencial y festiva del banquete familiar o comida
fraternos.
• Con este se ha de decir que, no es que cada banquete familiar implique la eucaristía, pero
la reunión fami­liar de los creyentes también suele implicar un banquete (ágape), que
integra la celebración eucarística. (elemento que ha de caracterizarnos como creyentes).
ALGUNOS ELEMENTOS ANTROPOLÓGICOS

• El acto de comer expresa una relación con la realidad crea­da, con la tierra de la que proceden los
alimentos, con las fuentes de energía que los posibilitan (agua, sol, viento, estaciones...) y, en de­finitiva, con
la realidad cósmica entera, con su capacidad y energía generativas y productores.
• La comida es por lo mismo recuerdo vivo de una tarea común de solidaridad, de respeto y protección a la
naturaleza, como condi­ción para obtener de ella los frutos que aseguran nuestra subsisten­cia, nuestro
disfrute, nuestro equilibrio biológico y de relación con el mundo creado.
• La comida es también signo del trabajo del hombre, pues si bien hay frutos que los produce directamente la
tierra, esto sucede normalmente con la intervención, el trabajo laborioso, el sudor y el esfuerzo del hombre.
• La comida es asimismo resultado de un proceso conflictivo y competencial de trabajo y de gestación, que
implica de una u otra forma la prueba y la competitividad por la adquisición, y un cierto proceso de muerte
y de vida, antes de convertirse en elementos para responder a la necesidad o disfrute del hombre.
ALGUNOS ELEMENTOS ANTROPOLÓGICOS

• La comida es también manifestación de una necesidad del hombre, que padece hambre y sed, y requiere
alimentarse para poder sobrevivir.
• La comida es igualmente signo de benevolencia y acogida, sobre todo cuando implica la invitación que se
funda en el amor. La invitación supone gratuidad y gratificación, donación y recepción, con frecuencia
exuberancia de gestos y elementos. «Es un compartir repartiendo, donando. Es un hacer común la vida, un
"vivir-con" (en la raíz latina: convivium, convivan, convivere)». La eucaristía es también invitación gratuita
de Dios autodonante a sí mismo como alimento.
• la comida es un momento privilegiado de la relación y la comunicación interpersonal, viniendo a ser así
verda­dero «banquete fraterno». No se come sólo alimentos, se come de al­guna manera al otro que conmigo
comparte esos alimentos, en el amor o la amistad, comunicándose normalmente con sus palabras y gestos,
con su relato y su historia, con sus gozos, sus dolores y sus esperanzas.
P E R S P E C T I VA T E O L Ó G I C A

• La comida familiar o banquete fraterno se concretan en la euca­ristía en el pan y el vino.


• Se ha de destacar en entre la comida o banquete antes mencionado y la Eucaristía, se da una coincidencia y
complementariedad simbólica.
• Coincidencia: los dos (la comida u la Eucaristía) son símbolos del trabajo, de la vida (fruto de un proceso de
muerte y de transformación), y de la comunión entre los miembros del grupo (familia, amigos) que se reúnen y
celebran. Los dos son portadores de valores familiares, so­ciales, religiosos.
• La Complementariedad: se muestra en que si el pan sacia el ham­bre, el vino sacia la sed; si el uno es fruto de
la tierra, madre fecunda, el otro es fruto del sol, sin el que nada puede crecer; si el primero (la comida) in ­dica
más un alimento material necesario para vivir, el otro (la Eucaristía) sugiere más un alimento espiritual que da
acceso a una nueva experiencia; el pan corresponde más al alimento cotidiano, el vino a la alegría festiva...
P E R S P E C T I VA T E O L Ó G I C A

• Pan y vino son igualmente símbolos complementarios de la comunión con lo divino.


• Un banquete es algo más que saciar el hambre y la sed. El banquete no es un acto individual, es una fiesta en comunión,
que congrega a la familia, los amigos, los convocados, la comunidad. La función material del banquete, aun siendo
importante, viene superada por la función simbólica y espiritual, que tiende a expresar la unión y la comunión, la
amistad o el amor, la alegría y la solidaridad... Por eso los grandes momentos o situaciones de la vida están marcados por
la reunión en banquetes celebrativos.
• es preciso reconocer que en el banquete eucarístico el pan y el vino son especialmente aptos para expresar la comunión entre los
participantes y con Dios, en una transformación que anticipa la nuestro encuentro definitivo con Dios (participamos y degustamos del
cielo).
• L. Maldonado: «En la euca­ristía tenemos la compenetración entre el cuerpo de la humanidad co­mulgando con el cosmos (pan y vino) y
con el cuerpo de Cristo humanado (pan y vino transustanciados). (X BASURKO, Para comprender la eucaristía, 24). (En la eucaristía
se compenetra lo humano y lo divino)
P E R S P E C T I VA L I T Ú R G I C A

En la celebración eucarística, luego de la liturgia de la Palabra, encontramos en la liturgia de la Eucaristía las


secuencias que corresponden a:
1. Jesús se reunió y dialogó con sus discípu­los = asamblea y palabra.
2. Jesús tomó el pan y el vino = preparación de las ofrendas
3. Jesús dio gracias y pronunció la bendición = plega­ria eucarística.
4. Jesús partió el pan = fracción del pan y preparación a la comunión.
5. Jesús lo dio a sus discípulos = comunión.

• «La Cena del Señor o Misa es la asamblea sagrada o congrega­ción del pueblo de Dios, reunido bajo la
presidencia del sacerdote para celebrar el memorial del Señor» (IGMR 7, Cf. n. 282-283).
A L G U N O S E L E M E N T O S A T E N E R E N C U E N TA

• La eucaristía es alimento, pero sobre todo es comunión con Cristo en la comunión con los hermanos, es
comunión en la comuni­cación fraterna (cf. 1 Cor 10 y 11).
• La comunión eucarística significa la máxima unión con Cristo y con la Iglesia, Cuerpo de Cristo. Pero
también exige la máxima comunión y comunicación con los herma­nos concretos.
• La unidad con la Iglesia universal y con la humanidad entera, que se establece desde la comunión con Cristo,
se concreta en la unidad y la comunión con los hermanos, sobre todo con los más pobres y necesitados.
• El banquete cristiano es un lu­gar de comunión plena con todos los miembros del grupo. La euca­ristía es un
lugar de «comunión en Cristo», de «comunicación de bienes», de koinonía (comunión) y de diakonía
(servicio).
• La «cena del Señor» se presenta como la síntesis de la co­mida pascual y del servicio en la caridad. Por eso,
en los Hechos se ha­bla al mismo tiempo y en el mismo lugar (2,42-47) de la «fracción del pan» y del «tener
todo en común». Por eso mismo la colecta para ayuda de la comunidad tiene lugar «el primer día de la
semana, día en que se celebra la Cena del Señor y se conmemora la Resurrección» (1 Cor 16,2).
• La comunicación de bienes no aparece separada, sino unida a la comida fraterna (Hch 6,2; 1 Cor 11,17-34),
sin duda para indicar que no puede existir verdadera comunión en el cuerpo y la sangre de Cristo sino existe
comunicación en los bienes, y mutua ayuda para con nuestros hermanos más necesitados.

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