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ORACIONES, POESÍAS REFERENCIAS MARIANAS #2

Pidamos la intercesión de María Santísima a través de las oraciones que les


presento

Lic. Francisco Martínez Arias


Septiembre 2007
Jesús es nuestro destino

El sentido de la existencia de Reina del


Cielo se vincula al particular rol de la
Virgen en el plan de la Salvación. En este
escrito se intenta ubicar a la Virgen en el
preciso lugar que Dios le ha dado,
siguiendo las enseñanzas de San Luis
Grignon y tantos otros autores que han
escrito sobre la Madre del Verbo a lo
largo de los siglos
MADRE DEL REDENTOR

Madre del Redentor, Virgen fecunda,


puerta del Cielo siempre abierta,
estrella del mar, ven a librar al pueblo
que tropieza y se quiere levantar. Ante
la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu Santo Creador, y
permaneces siempre Virgen, recibe el
saludo del ángel Gabriel, y ten piedad
de nosotros los pecadores.
REINA DEL CIELO

Reina del Cielo, alégrate,


aleluya,
porque el Señor,
a quien llevaste en tu seno,
aleluya,
ha resucitado, según su
palabra, aleluya.
Ruega al Señor por
nosotros, aleluya.
Juan Pablo II
Aud. gen. 10-1-1979

Jesús, viendo a su Madre y al discípulo a quien


amaba, que estaba allí, dijo a la Madre: mujer, he ahí
a tu hijo (Jn 19, 26). Así, de un modo nuevo, ha
legado su propia Madre al hombre: al hombre, a quien
ha transmitido el Evangelio. La ha legado a todo
hombre. La ha legado a la Iglesia en el día de su
nacimiento histórico, el día de Pentecostés. Desde
aquel día toda la Iglesia la tiene como Madre. Y todos
los hombres la tienen como Madre. Entienden como
dirigidas a cada uno las palabras pronunciadas desde
la Cruz. Madre de todos los hombres. La maternidad
espiritual no conoce límites. Se extiende en el tiempo
y en el espacio. ¡Alcanza tantos corazones humanos!
Alcanza a las naciones enteras
¡Ruega por nosotros pecadores!

Madre de la Iglesia, bajo tu patrocinio nos


acogemos y a tu inspiración nos encomendamos.
Te pedimos por la Iglesia, para que sea fiel en la
pureza de la fe, en la firmeza de la esperanza, en el
fuego de la caridad, en la disponibilidad apostólica y
misionera, en el compromiso por promover la
justicia y la paz entre los hijos de esta tierra bendita.
Te suplicamos que toda la Iglesia se mantenga
siempre en perfecta comunión de fe y de amor,
unida a la Sede de Pedro con estrechos vínculos de
obediencia y de caridad.
VIRGEN FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE 1

¡Oh Virgen naciente, esperanza y aurora de la


salvación para todo el mundo!, vuelve benigna
tu mirada maternal hacia todos nosotros,
reunidos aquí para celebrar y proclamar tus
glorias.
¡ Oh Virgen fiel, que fuiste siempre solícita y
dispuesta a recibir, conservar y meditar la
Palabra de Dios!, haz que también nosotros,
en medio de las dramáticas vicisitudes de la
historia, sepamos mantener siempre intacta
nuestra fe cristiana, tesoro preciado
transmitido por nuestros padres.
VIRGEN FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE

¡Oh Virgen poderosa, que con tu pie


aplastas la cabeza de la serpiente
tentadora!, haz que cumplamos, día tras
día, nuestras promesas bautismales,
con las que hemos renunciado a
Satanás, a sus obras y seducciones, y
sepamos dar al mundo un gozoso
testimonio de esperanza cristiana.
VIRGEN FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE-3

¡ Oh Virgen clemente, que siempre has


abierto tu corazón maternal a las
invocaciones de la humanidad, a veces
lacerada por el desamor y hasta,
desgraciadamente, por el odio y la guerra!
enséñanos a a crecer, todos juntos, según las
enseñanzas de tu Hijo, en la unidad y en la
paz, para ser dignos hijos del único Padre
celestial. Amén
REFERENCIA

Como el océano recibe todas las


aguas, así María recibe todas las
gracias. Como todos los ríos se
precipitan en el mar, así las
gracias que tuvieron los ángeles,
los patriarcas, los profetas, los
a
apóstoles, los mártires, los
confesores y las vírgenes se
reunieron en María
San Buenaventura
Speculi, 2
Virgen con cuatro santos
Andrea del Sarto
Palazzo Pitti, Florence
ADORACIÓN DE SAN ANSELMO
Doctor de la Iglesia. 1033-1109

¡Oh bendita entre todas las mujeres, que vences en


pureza a los ángeles, que superas a los santos en piedad!
Mi espíritu moribundo aspira a una mirada de tu gran
benignidad, pero se avergüenza al espectro de tan
hermoso brillo. ¡Oh Señora mía!, yo quisiera suplicarte
que, por una mirada de tu misericordia, curases las llagas
a mis pecados; pero estoy confuso ante ti a
y úlceras de
causa de su infección y suciedad. Tengo vergüenza, ¡oh
Señora mía!, de mostrarme a ti en mis impurezas tan
horribles, por temor de que tú a tu vez tengas horror de mí
a causa de ellas, y sin embargo, yo no puedo, desgraciado
de mí, ser visto sin ellas.
ORACIÓN DE SAN LUIS GONZAGA
1568 - 1591

Oh Señora mía, Santa María: hoy y todos los


días y en la hora de mi muerte, me encomiendo
a tu bendita fidelidad y singular custodia, y pongo
en el seno de tu misericordia mi alma y mi
cuerpo; te recomiendo toda mi esperanza y mi
consuelo, todas mis angustias y miserias, mi vida
y el fin de ella: para que por tu santísima
intercesión, y por tus méritos, todas mis obras
vayan dirigidas y dispuestas conforme a tu
voluntad y a la de tu Hijo. Amén.
ORACIÓN DE SAN EFRÉN DE SIRIA
Doctor de la Iglesia. 306-373

A Mi santísima Señora, Madre de Dios, llena de gracia, tú


eres la gloria de nuestra naturaleza, el canal de todos los
bienes, la reina de todas las cosas después de la
Trinidad..., la mediadora del mundo después del
Mediador; tú eres el puente misterioso que une la tierra
con el cielo, la llave que nos abre las puertas del paraíso,
a
nuestra abogada, nuestra mediadora. Mira mi fe, mira
mis piadosos anhelos y acuérdate de tu misericordia y de
tu poder. Madre de Aquel que es el único misericordioso
y bueno, acoge mi alma en mi miseria y, por tu
mediación, hazla digna de estar un día a la diestra de tu
único Hijo.
ORACIÓN DE SAN GERMÁN
Obispo de París. 496-576
¿Quién no se llenará la admiración ante ti? Tú eres
firme protección, refugio seguro, intercesión vigilante,
salvación perenne, auxilio eficaz, socorro inmutable,
sólida muralla, tesoro de delicias, paraíso irreprensible,
fortaleza inexpugnable, trinchera protegida, fuerte torre
de defensa, puerto de refugio en la tempestad, sosiego
para los que están agitados, garantía de perdón para
los pecadores, confianza de los desesperados,
acogida de los exiliados, retorno de los desterrados,
reconciliación de los enemistados, ayuda para los que
han sido condenados, bendición de quienes han
sufrido una maldición, rocío para la aridez del alma,
gota de agua para la hierba marchita, pues, según está
escrito, por medio de ti nuestros huesos florecerán
como un prado.
ORACIÓN DE SAN ATANASIO DE ALEJANDRÍA-1
Doctor de la Iglesia. 295 - 373

Oh Virgen, tu gloria supera todas las cosas


creadas. ¿Qué hay que se pueda semejar a
tu nobleza, madre del Verbo Dios? ¿A
quién te compararé, oh Virgen, de entre
toda la creación? Excelsos son los ángeles
a
de Dios y los arcángeles, pero ¡cuánto los
superas tú, María! Los ángeles y los
arcángeles sirven con temor a aquel que
habita en tu seno, y no se atreven a
hablarle; tú, sin embargo, hablas con él
libremente.
ORACIÓN DE SAN ATANASIO DE ALEJANDRÍA-2
Doctor de la Iglesia. 295 - 373

Decimos que los querubines son excelsos,


pero tú eres mucho más excelsa que ellos:
los querubines sostienen el trono de Dios;
tú, sin embargo, sostienes a Dios mismo
entre tus brazos. Los serafines están
a
delante de Dios, pero tú estás más presente
que ellos; los serafines cubren su cara con
las alas no pudiendo contemplar la gloria
perfecta; tú, en cambio, no sólo contemplas
su cara, sino que la acaricias y llenas de
leche su boca santa
VIRGEN MARÍA SÍMBOLO MARIANO
San Alfonso María Ligorio

«Cuando un parecer es de algún modo


honroso para la Virgen Santísima, y tiene
algún fundamento, y no está en pugna con
las verdades de fe y los decretos de la
Iglesia, ni con la verdad ciertamente
conocida, el no aceptarla o impugnarla,
denota poca devoción a la Madre de Dios.
No quiero yo ser del número de estos poco
a
devotos, ni quisiera ver entre ellos a mis
lectores; antes bien, querría fuésemos todos
del número de los que todo cuanto sin error
se puede creer de las grandezas de la
Virgen, todo llana y firmemente lo creen, lo
cual es una de las cosas más agradables a
María.»
ORACIONES DE PETICIÓN-1

Oh Madre de Dios y Madre de todas las


gracias: por las muchísimas que te concedió
la Santísima Trinidad, y particularmente por tu
poder, sabiduría y ardiente caridad, te suplico
nos concedas a nosotros participar de estas
gracias, como participan los hijos de los
bienes de sus padres, y especialmente nos
concedas la gracia que te pedimos en esta
novenaa honrando en ti al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo. Amén.
(Hacer aquí la petición).
ORACIONES DE ROGACIÓN- 2

Oh Virgen poderosísima: así como Dios


Padre, en su munificencia omnipotente,
levantó tu alma sobre un trono de gloria sin
igual, hasta el punto de que, después de él,
eres la más poderosa en el cielo y en la
tierra, así
a también te suplico que me asistas
en la hora de la muerte, para fortificarme y
rechazar de mí toda potestad enemiga.

Avemaría.
ORACIONES DE ROGACIÓN- 3

Oh Virgen sapientísima: así como el Hijo de Dios,


conforme a los tesoros de su sabiduría, te adornó
y llenó maravillosamente de ciencia y
entendimiento, de tal modo que gozas del
conocimiento de la Santísima Trinidad más que
todos los santos juntos, y como sol brillante, con
la claridad de que te ha embellecido, adornas
todo el cielo, así también te ruego me asistas en
la hora de la muerte, para llenar mi alma de las
luces de la fe y de la verdadera sabiduría, para
que no la oscurezcan las tinieblas de la
ignorancia y del error.
Avemaría.
ORACIONES DE ROGACIÓN- 4

Oh Virgen amantísima: así como el


Espíritu Santo te llenó por completo de las
dulzuras de su amor y te hizo tan amable y
tan amante que, después de Dios, eres la
más dulce y la más misericordiosa, así
también te ruego me asistas en la hora de
la muerte, llenando mi alma de tal
suavidad de amor divino, que toda pena y
amargura de muerte se cambie para mí en
delicias.
Avemaría
VIRGEN MARÍA
San Bernardo de Claraval Hom. sobre la Virgen Madre, 1

Si se levantan los vientos de las tentaciones, si


tropiezas con los escollos de la tentación, mira a
la estrella, llama a María.
Si te agitan las olas de la soberbia, de la
ambición o de la envidia, mira a la estrella, llama
a María.
Si la ira, la avaricia o la impureza impelen
violentamente la nave de tu alma, mira a María.
Si turbado con la memoria de tus pecados,
confuso ante la fealdad de tu conciencia,
temeroso ante la idea del juicio, comienzas a
hundirte en la sima sin fondo de la tristeza o en el
abismo de la desesperación, piensa en María.
VIRGEN MARÍA San Bernardo
Hom. sobre la Virgen Madre, 2

En los peligros, en las angustias, en las dudas,


piensa en María, invoca a María. No se aparte
María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y
para conseguir su ayuda intercesora no te
apartes tú de los ejemplos de su virtud. No te
descaminarás si la sigues, no desesperarás si la
a no te perderás si en ella piensas.
ruegas,
Si ella te tiene de su mano, no caerás; si te
protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás
sí es tu guía; llegarás felizmente al puerto si Ella
te ampara
(S. Bernardo de Claraval,
Hom. en la Asunción de la B. Virgen María, 1,
7-8).

Que nuestra alma sedienta acuda a esta


fuente, y que nuestra miseria recurra a este
tesoro de compasión... Virgen bendita, que
tu bondad haga conocer en adelante al
mundo la gracia que tú has hallado junto a
Dios: consigue con tus oraciones el perdón
de los culpables, la salud de los enfermos,
el consuelo de los afligidos, ayuda y
libertad para los que están en peligro.
REGINA COELI
V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya.
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
V. Ha resucitado, según predijo; aleluya.
R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente;
aleluya.
Oración
Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo, nuestro
Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al
mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen
María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el
mismo Jesucristo Nuestro Señor.
R. Amén.
La vidente Marija: El Primer Mensaje
De Nuestra Señora Reina de la paz
La Virgen, quien se le aparece llorando y
cargando una Cruz de madera. Entonces le dice:

"¡Paz, Paz, Paz!. ¡Reconcíliense!. ¡Sólo Paz!.


Hagan la paz con Dios y entre ustedes
mismos. Para eso, es necesario creer, orar,
ayunar y confesarse.“

“Yo soy la Reina de la Paz".


Medjugorje
6 de agosto 1981
Oración a Nuestra Señora de Guadalupe 1

Oh Virgen Inmaculada! Escucha la oración que te


dirigimos y preséntala a tu Hijo Jesús.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestro
pueblo. Queremos ser totalmente tuyos y fieles
siempre a Jesucristo en su Iglesia.
Virgen de Guadalupe, bendice a nuestras familias.
Compadécete de nosotros y guíanos siempre a
Jesús. Y así, libres de todo mal, podremos llevar a
los demás la alegría y la paz que sólo pueden venir
de tu Hijo Jesucristo. Amén.

Un Padre Nuestro, Ave María y Gloria...


Oración a Nuestra Señora de Guadalupe 2

Oh Purísima Virgen de Guadalupe alcánzame de tu


Divino Hijo el perdón de mis pecados, bendición
para mi trabajo, remedio a mis enfermedades y
necesidades y todo lo que tu creas conveniente
pedir para mi y mi familia. Oh Santa Madre de Dios!
no desprecies las suplicas que te dirigimos en
nuestras necesidades, antes líbranos de todos los
peligros.
Oh Virgen llena de gloria y bendición! Por Cristo
Nuestro Señor, Amén.

Un Padre Nuestro, Ave María y Gloria...


Oración a Nuestra Señora de Guadalupe 3

Santa María de Guadalupe, Mística Rosa, intercede


por la Iglesia, protege al Soberano Pontífice, oye a
todos los que te invocan en sus necesidades.
Así como pudiste aparecer en el Tepeyac y decirnos:
"Soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero
Dios", alcánzanos de tu Divino Hijo la conservación
de la Fe. Tu eres nuestra dulce esperanza en las
amarguras de esta vida. Danos un amor ardiente y
la gracia de la perseverancia final. Amén.
Un Padre Nuestro, Ave María y Gloria..
ORACIÓN A LA VIRGEN DE FÁTIMA

Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas


veces a los niños; yo también quisiera veros, oír
vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo.
Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis
de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para
conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle
a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con
Vos allí en el Cielo.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.


ORACIÓN A LA VIRGEN DE FÁTIMA

Madre mía también os pido por mis padres,


para que vivan unidos en el amor; por mis
hermanos, familiares y amigos, para que
viviendo unidos en familia un día podamos
gozar con Vos en la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.


ORACIÓN A LA VIRGEN DE FÁTIMA

Os pido de un modo especial por la conversión


de los pecadores y la paz del mundo; por los
niños, para que nunca les falten los auxilios
divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un
día conseguir la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria


Madre Auxiliadora
Tengo mil dificultades: ayúdame.
De los enemigos del alma: defiéndeme.
En mis desaciertos: ilumíname.
En mis dudas y penas: confórtame.
En mis soledades: acompáñame.
En mis enfermedades: fortaléceme.
Cuando me desprecien: anímame.
En las tentaciones: defiéndeme.
En las horas difíciles: consuélame.
Con tu corazón maternal: ámame.
Con tu inmenso poder: protégeme.
Y en tus brazos al expirar: recíbeme.
Amén.
María Auxiliadora ruega por nosotros

Oh María!
Virgen poderosa grande e ilustre defensora
de la Iglesia, Singular Auxilio de los
cristianos terrible como un ejército ordenado
en batalla, tú sola haz triunfado de todas las
herejías del mundo,

Oh Madre!
En nuestras angustias,
en nuestras luchas
líbranos del enemigo
y a la hora de la muerte
llévanos al cielo.
Amén
Oraciones de Nuestra Señora del Carmen-1

¡Oh Virgen Santísima Inmaculada, belleza y


esplendor del Carmen! Vos, que miráis con ojos de
particular bondad al que viste vuestro bendito
Escapulario, miradme benignamente y cubridme
con el manto de vuestra maternal protección.
Fortaleced mi flaqueza con vuestro poder, iluminad
las tinieblas de mi entendimiento con vuestra
sabiduría, aumentad en mí la fe, la esperanza y la
caridad. Adornad mi alma con tales gracias y
virtudes que sea siempre amada de vuestro divino
Hijo y de Vos. Asistidme en vida, consoladme
cuando muera con vuestra amabilísima presencia,
y presentadme a la augustísima Trinidad como hijo
y siervo devoto vuestro, para alabaros eternamente
y bendeciros en el Paraíso. Amén.
Oraciones de Nuestra Señora del Carmen-2
¡Oh Virgen Santa del Carmen! Jamás podremos
corresponder dignamente a los favores y gracias
que nos has hecho al darnos tu santo Escapulario.
Acepta nuestro sencillo, pero hondamente sentido,
agradecimiento y, ya que nada te podemos dar que
sea digno de Ti y de tus mercedes, ofrecemos
nuestro corazón, con todo su amor, y toda nuestra
vida, que queremos emplear en el amor y servicio
de tu Hijo Señor nuestro, y en propagar tu dulce
devoción, procurando que todos nuestros hermanos
en la fe, con los cuales la divina Providencia nos
hace convivir y relacionar, estimen y agradezcan tu
gran don, vistiendo el santo Escapulario, y que
todos podamos vivir y morir en tu amor y devoción.
Amen.
Oraciones de Nuestra Señora del Carmen-3
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los
pecadores, y especial Protectora de los que visten tu
sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te
engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te
suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis
pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma,
el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis
aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si
conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma:
que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra
intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos
los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte
dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te
saludo una y mil veces, diciendo:
(rezar tres avemarías)
ORACION A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
AVE MARÍA DOLOROSA

Dios te salve, María, llena eres de dolores;


Jesús crucificado está contigo; digna eres de
llorada y compadecida entre todas las
mujeres, y digno es de ser llorado y
compadecido Jesús, fruto bendito de tu
vientre.
Santa María, Madre del Crucificado, da
lágrimas a nosotros crucificadores de tu Hijo,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
AVEMARÍA DOLOROSA
Señora y Madre nuestra: tu estabas serena y
fuerte junto a la cruz de Jesús. Ofrecías tu Hijo
al Padre para la redención del mundo.
Lo perdías, en cierto sentido, porque El tenía
que estar en las cosas del Padre, pero lo
ganabas porque se convertía en Redentor del
mundo, en el Amigo que da la vida por sus
amigos.
María, ¡qué hermoso es escuchar desde la cruz
las palabras de Jesús: "Ahí tienes a tu hijo", "ahí
tienes a tu Madre".
¡Qué bueno si te recibimos en nuestra casa
como Juan! Queremos llevarte siempre a
nuestra casa. Nuestra casa es el lugar donde
vivimos. Pero nuestra casa es sobre todo el
corazón, donde mora la Trinidad Santísima.
Amén.
ORACIÓN PARA OBTENER UN FAVOR

Inmaculada Madre de Dios y madre mía, que al


entregamos tu Medalla, te has mostrado
dispensadora de todas las gracias del cielo.
Reconozco mi indignidad para merecer tu
protección; pero miro tu imagen con los brazos
abiertos y recurro a ti para que me concedas la
gracia que te pido.
(Aquí se pide la gracia y se reza tres veces la
oración jaculatoria:
OH María, sin pecado concebida, ruega por
nosotros que recurrimos a ti).
AMEN
ORACIÓN EN ACCIÓN DE GRACIAS

Virgen Milagrosa, mírame delante de ti, lleno


de alegría, para darte las gracias por el favor
que me has concedido. He reconocido por
experiencia que siempre escuchas las
peticiones que te hacemos y que tu Medalla es
prenda de protección y de paz. Continúa,
Virgen Milagrosa, otorgándonos favores y
acercándonos cada día más al Señor. Oh
María, sin pecado concebida, ruega por
nosotros que recurrimos a ti.
AMEN
María, Madre mía,
ayúdame en esta
noche y este día
a no caer en
pecado mortal ni
venial, por el
poder que te
concedió el
Padre Eterno:
Estaba la Madre piadosa
junto a la Cruz, lacrimosa
mientras el Hijo pendía.
Su alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.
¡Oh cuán triste,
oh cuán aflicta
se vio la Madre
bendita, de tantos
tormentos llena!
¡Cuando triste
contemplaba
y dolorosa miraba
del Hijo amado la
pena!
¿Y qué hombre no
llorara si a la Madre
contemplara de Cristo
en tanto dolor?
¿Y quién no se
entristeciera,
piadosa Madre, si os
viera
sujeta a tanto rigor?
Por los pecados del
mundo
vio a Jesús en tan
profundo
tormento la dulce Madre.
Y muriendo el Hijo
amado
que rindió desamparado
el Espíritu a su Padre.
¡Oh, Madre, fuente de
amor!
hazme sentir tu dolor
para que llore
contigo.
Y que por mi Cristo
amado,
mi corazón abrasado
más viva en Él que
conmigo.
Y porque amarle
me anime en mi
corazón imprime
las llagas que tuvo
en sí.
Ya de tu Hijo,
Señora, divide
conmigo ahora
las que padeció
por mí.
Oración al Corazón de Nuestra Madre María

A Tí que eres la Madre, que amas con


ternura,
venimos a ofrecerte nuestra vida y a
decirte que te amamos; que somos
tus hijos que confiamos en el poder
de tu protección.
a
Llévanos sobre tu corazón junto al
Niño que descansa en tus brazos,
consuélanos en la aflicción,
fortalécenos en la tentación.
Oración al Corazón de Nuestra Madre María 2

Haznos crecer en la fe, en la esperanza,


y en el amor a Dios y a los hermanos.
Conserva en nuestro interior la alegría
de ser hijos de la Iglesia.
Impúlsanos para que seamos
entusiastas evangelizadores del Reino.
Y quea tu bendición nos acompañe,
Madre
hasta ver la hermosura de Dios en el
Cielo.
Amén
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

¡Santísima Virgen María, que para inspirarme confianza


habéis querido llamaros Madre del Perpetuo Socorro! Yo
os suplico me socorráis en todo tiempo y en todo lugar;
en mis tentaciones, después de mis caídas, en mis
dificultades, en todas las miserias de la vida y, sobre
todo, en el trance de la muerte. Concédeme, ¡oh
amorosa Madre!, el pensamiento y la costumbre de
a
recurrir siempre a Vos; porque estoy cierto de que, si soy
fiel en invocaros, Vos seréis fiel en socorrerme.
Alcanzadme, pues, la gracia de acudir a Vos sin cesar
con la confianza de un hijo, a fin de que obtenga vuestro
perpetuo socorro y la perseverancia final. Bendecidme y
rogad por mí ahora y en la hora de mi muerte. Así sea.
¡Oh Madre del Perpetuo Socorro! Rogad a Jesús por mí,
y salvadme!
¡Santísima Virgen María del Perpetuo Socorro
Santísima y siempre pura Virgen María, Madre de Jesucristo, Reina
del mundo y Señora de todo lo creado; que a ninguno abandonas, a
ninguno desprecias ni dejas desconsolado a quien recurre a Ti con
corazón humilde y puro. No me deseches por mis gravísimos e
innumerables pecados, no me abandones por mis muchas
iniquidades, ni por la dureza e inmundicia de mi corazón me prives de
tu gracia y de tu amor, pues soy tu hijo. Escucha a este pecador que
confía en tu misericordia y piedad: socórreme, piadosísima Madre del
Perpetuo Socorro, de tu querido Hijo, omnipotente Dios y Señor
nuestro Jesucristo,
a la indulgencia y la remisión de todos mis pecados
y la gracia de tu amor y temor, la salud y la castidad y el verme libre
de todos los peligros de alma y cuerpo. En los últimos momentos de
mi vida, sé mi piadosa auxiliadora y libra mi alma de las eternas
penas y de todo mal, así como las almas de mis padres, familiares,
amigos y bienhechores, y las de todos los fieles vivos y difuntos, con
el auxilio de Aquel que por espacio de nueve meses llevaste en tu
purísimo seno y con tus manos reclinaste en el pesebre, tu Hijo y
Señor nuestro Jesucristo, que es bendito por los siglos de los siglos.
Amén.
Nuestra Señora del Santo Rosario

¡Oh Madre y clementísima Virgen


del Rosario! Vos que plantasteis en
la Iglesia, por medio de vuestro
privilegiado hijo Domingo, el místico
árbol del Santo Rosario, haced que
abracemos todos tu santa devoción
y gocemos su verdadero espíritu;
de suerte que aquellas místicas
rosas sean en nuestros labios y
corazón, por los pecadores
medicina y por los justos aumento
de gracia. Amén.
Nuestra Señor del Santo Rosario

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios,


dulce refugio y consuelo piadoso de todos
los afligidos! Por aquella confianza y
autoridad de Madre con que podéis
presentar nuestros ruegos al que es árbitro
soberano de nuestro bien empeñad una y
otra en favor nuestro. Conseguidnos el
reformar con el Santo Rosario nuestras
vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel
imitación de vuestro Hijo Jesús, hasta que
podamos adorarlo y amarlo por todos los
siglos de los siglos. Amén.
Meditad con respeto y
alegría cada oración
expuesta ante vosotros.
Dignaos tener confianza
en la benevolencia de
Nuestra Santa Madre de
Dios, la cual diariamente
intercede por cada uno
de nosotros ante las tres
Divinas Personas de la
Santísima Trinidad.
Que Dios y María Santísima los bendiga.
Francisco Martínez Arias,
Septiembre 2007

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