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LAs) OTRA(s) HISTORIA\s) luna 508 15 OOS .05 WHS DLA RMESHOAION STONEA sete ee NGAGE] SUMARIO La narrativa hit6rica griega Cantos Garcia Guan Ai6n, Chronos y Kairés: La concepcién del tiempo en Ja Grecia Clisica Antonio CaMPrLLo El cfrculo y la recta (Aristételes y Hobbes entre la fisica y la politica) Suan Aranzapt «Nuestro objetivo ha sido dar a conocer una muestra de algunas de las corrientes en desarrollo en el ambito de la investigaciOn hist6rica, asi como proporcionar nuevos elementos criticos que permitan una comprensién mas. afinada de los problemas de la HISTORIA @ ovata na sem PATRONATO DE LA UNED DE BERGARA BERGARAKo UNEDeko PATRONATOA ‘Ayuntamiento de Bergara- Bergarako Udala Caja de Ahorros Provincial de Guipizcoa Gipuckoako Aurrezki Kuta Probinzila Caja de Ahorros Municipal de San Sebasisn Donostiake Aurrezki Kutna Munizipala Caja Laboral Popular lan Kide Aurrezkia Excma, Diputacin Foral de Guipizcoa Gipuzkoako Fors Aldundia EDICION: DEPARTAMENTO DE HISTORIA UNED - Bergara Plaza San Martin, 11 20570 Bergara (GUIPUZCOA) ‘Tio.: (948) 761342 - 762962 DISTRIBUCION: PAMIELA, Plazuela del Consejo, 3 4° 31001 Pamplona - lruea Tino. (948) 22 &3 02 LAGS) OTRAS) HISTORIAGS). N°3, 1991 LA(S) OTRA(S) HISTORIA(S) {Wha refiexin sabre os mods y los teros de la investiga hstrca) SUMARIO Carlos Garcfa Gual “La narration hist6rica griega” Antonio Campillo “Ai6nt, Chronos y Kairés: La concepcién del tiempo en la Grecia Clsica” Juan Aranzadi “El cfreulo y la recta. Aristételes y Hobbes entre la Fisica y la Polftica)” © UNED DE BERGARA (GUIPLZCOA) DISENO, FOTOCOMPOSICION ¥ MONTATE: TAMIA ‘ DISTRIBUCION: PAMIELA, PLAZUELA DEL CONSEJO, 3-42 31001 PAMPLONAARUNA. DIL Na/947-87 IMPRESION: GARRASI. AVANIDA DE BARANAIN, 52 31008 PAMPLONAARUNA, PRESENTACION Ei presente niimero de La(s) Otra(s) Historia(s) pretende conti- nuar la labor emprendida por los dos anteriores, publicando nuevas aportaciones sobre lascorrientes en desarrolloenel mbito dela investigacién hist6rica, asi como mostrando nuevos elemen- tos criticos, procedentes de otras disciplinas, que pueden resultar deinterés para la comprensién de los problemas historiograficos. Elvolumen se abre con un interesante ensayo de Carlos Garcia Gual en el que se analizan los puntos de vista de Herédoto y ‘Tucfdides en torno a los limites y caracteristicas de la investiga cién histérica. A continuacién Antonio Campillo ofrece una sope- sada aproximacién a los diferentes modos de la concepcién del tiempo en la tradicién clasica griega y a las consecuencias que de dichas concepciones se derivan. Finalmente, Juan Aranzadi lleva cabo una habil comparacién entre los enunciados dela axiologia fisica de Aristételes y la Fisica modema y los principios politicos aristotélicos y hobbesianos. Esperando que este nfimero tenga tan buena acogida como el anterior, nos reafirmamos en el propésito de alentarla difusiénde Jas nuevas perspectivas que, desarrolladas ya notablemente mas allé de nuestras fronteras, manifiestan todavia una precaria inci- dencia en nuestra comunidad de historiadores. Vicente Huici Urmeneta Coordinador de “La(s) Otra(s) Historia(s)” Departamento de Historia (UNED-Bergara) AION, CHRONOS Y KAIROS (La concepci6n del tiempo en la Grecia Clasica) Antonio CaMPmLLo* * Uaivesiad de Murcia 33 _A.CAMPILLO: Aitn, Chronos y Ketrbe apple oman (Comenzaré por hacerun par de consideraciones preliminaresquetienen. | por objeto delimitar el tema de esta intervencién, y que sin embargo no i son meramente formales o extrinsecas al tema mismo, ya que tienen que | ver precisamente con el problema del tiempo, y en concreto con el problema de la detimitacion temporal de eso que lamamos la Giecia Clésica, Se trata, precisamente, de la dificultad de establecer semejante delimitacién temporal. Dificultad que afecta al estatuto, ala intencién, a ! Ja pretendida validez hist6rica (0, mejor, historiogréfica) de mi exposi- i cién, H Por un lado, y ésta es la primera de las consideraciones a tener en | ‘cuenta, parece imposible describir “la concepcién del tiempo enlaGrecia | CClisica”, si por tal concepcién se entiende lo que Dilthey lamaba una i Weltanschauung, estoes, una ‘visi6n del mundo”, un sistema coherente i de conceptos, creencias, imAgenes, valores y costum’-res, compartido: AG) OTRAG) HISTORIA) #3 por un conjunto de individuos pertenecientes a una sociedad perfecta- ‘mente delimitada, una sociedad a la que habria que concebir como una ‘unidad espacio-temporal animada por una conciencia o espiitu comin, Contra esta pretendida unidad, habria que comenzar por reconocer no ‘Glo las variaciones temporales que conducen, como suele decirse, “del ‘ito al logos”, las diferencias que separant—por ejemplo—aHomero de “Aristteles, sino gue en un mismo corte sincrénico habria que reconocer Ia discontinuidad, la yuxtaposicisn y el encabalgamiento de estratos diferentes, de diferentes tipos de discurso y de préctica social: ,eémo no discernir la distancia —pero también el solapamiento—entre el discurso de los poetas liricos y tragicos, el relato de los historiadores, la especu- lacién de los filésofos, la reglamentacién politica y religiosa de los, ccalendarios, la ritualizacién de las creencias relativas a la muerte y al “mas alld”, el culto aMnemosyne y el.cultivo delamemoria, y otras tantas précticas més 0 menos directamente relacionadas con la representacién y reglamentacién del tiempo? ‘Cualquier historiador reconoceré estas dificultades, y no obstante la condicién misma de su discurso le obligaré a suponer la existencia de una tnidad epocal, aunque esta unidad sea precisamente lo que hay que probar. De modo que la idea misma de que hay épocas, en sentido stricto, tandré que postularla aunque s6loseacomo una idea reguladora de su investigacién (en el sentido kantiano de la expresiGn), y por tanto ‘como una idea problemérica, esto.es, queno cabe deducir dela experien- cia historiogréfica y que sin embargo permite ordenarla o configurarla, No creo que sea posible eludir o superar esta dificultad; lo unico que ‘pretendo es atenuarla, por asi decirlo,restringiendo al maximo el campo de andlisis: voy a ocuparme exclusivamente de ese tipo de discurso que partir de PlatGn comienza a ser conocido como filosofia, yen conereto analizaré tes términos (aién, chrnosy kair6s)utilizados muy desigual- ‘mente pot los fildsofos griegos. Pero aesta humilde reducci6n del campo de andlisis hay que agregar, como contrapartida, una ambiciosa ampliacién del alcance o validez del anilisis mismo. ¥ con esto entro en la segunda consideraciGn acerca de 36 A.CAMPILLO: Aitn, Chronos y Kairks los problemas de delimitacién temporal: el discurso historiogréfico no s6lo pretende restitur la wnidad intema de una época determinada —la Grecia Clisica, en este caso—, sino tambign su alteridad, su distancia, su exterioridad con respecto a la época presente, Ahora bicn: esta alteridad 0 inconmesurabilidad entre las diversas épocas, entendidas ‘como totalidades cerradas, es a su vez desmentida o problematizada por as diversas formas de transmisién temporal, sobre todo por el supuesto ccontrario de la continuidad o perdurabilidad de ciertas constantes de la existencia humana. Una vez. més, el historiador no puede postular la diferencia entre las 6pocas mis que como una idea reguladora y proble- ‘mitica, En cuanto al filésofo, no puede negar sin mas esa diferencia, pero si que tenderé a sugerir una cierta reiteraci6n en la aparente sucesin lineal delas Epocas, esto es, una ciectapersistencia de los problemas y de las alternativas que a propésito del tiempo se plantearon los filésofos agriegos. De modo que no se trata sélo de saber c6mo pensaron ellos acerca del tiempo, de su propio tiempo, sino también de cémo podemos pensar nosotros nuestro propio tiempo a partir de lo ya pensado por estos Jejanos antepasados nuestros. Resulta, pues, que la aparentemente neutra exposicin historiogrdfi- ‘cade la concepeién griega del tiempo pone en juego ya una determinada epresentaci6n 0 configuraciGn del tiempo hist6rico que viene a condi- cionar el sentido y el valor mismo de una reflexiOn que se pretenda més ‘o-menos filoséfica. De modo que, si queremos que semejante reflexién vance libremente, tenemos que comenzar por problematizarlos supbes- tosmismos del discurso historiogréfico, sin que podamos, por otra parte, prescindir del mismo, puesto que es precisamente el trabajo del historia. dor cl que nos permite aproximarnos con el mayor rigor posible al pensamiento filos6fico de los griegos. __ Abora bien: esta misma contraposicién entre discurso histérico y discurso filosofico es una de las grandes invenciones del pensamiento clésico griego, uno de los mayores legados que la época presente ha recibido de la época griega. Efectivamente, el llamado “‘milagro griego”, esto es, el trinsito del pensamiento mitico al pensamieato légico, trajo 37 LAG OTRAG) HISTORIA) 23 = a cconsigo Ja aparicién simulténea y la inevitable confrontacién entre historia y flsopa. Abas coincidian en diferenciase del elato mitico, pero lo hacfan desde dos perspectivas contrarias, o mejor: inauguraban ‘esas dos perspectivas, que no eran sino dos modos de afrontar el problema del tiempo. Frente al tiempo de los dioses comienzan a establecerse dos tipos de temporalidad: el tiempo de los hombres y el tiempo de la naturaleza, el tiempo de la pdlis y el tiempo de la physis. ¥ éstos son, todavia hoy, los tiempos con los que nosotros contamos. Enel mito, eran los dioses los que originaban y gobemaban el mundo natural y el mundo social. La filosofia viene a afirmar que esa interven- cin no es necesaria, puesto que el orden del mundo se sustenta solo y cexiste desde siempre, no ha sido creado 0 instaurado por nadie, El orden 4e Ia pélis, en cambio, s{ que ha sido creado, pero lo ha sido por los propios hombres, yes, por ello mismo, efimero, diverso y cambiante. Es ‘de estas creaciones de los hombres de las que se ocupa la istoriografia, LLadualidad mitica entre lo divino y lo humano, entre los inmortales y los ‘martales, comienza a ser reemplazada por esta otra dualidad entre lo natural y lo humano. En este desplazamicnto, no es extrafio que la naturaleza se revista de atributos divinos. Sinombargo,estanveva dulidad queda tensa oral echo de que los griegos ‘una correspondencia entre el késmos humano y Konas twa, ene ‘1 orden politico y el orden fisico: tanto la physis como la polis responden a una misma Icy, Ia ley de la jerarqufa y 1a repetici6n, El tiempo —tanto el de la naturaleza como el de la historia— xo es s6lo una {nea que avanza incesantemente, sino también un cfrculo queretormna una y otra vez; no es s6lo sucesién sino también repeticién; ‘yesto es asf porque deriva y depende de un principio (arché) divino 0 ‘sagrado (hierds), que es concebido como inmévil y como eterno. Este principio es el centro del que procede y al que retoma inevitablemente el tiempo. Esta parece, pues, la verdadera dualidad entre cuyos polos ‘extremos oscila todo el pensamniento filoséfico griego: la dualidad entre chronosy aién. Esta dvalidad atraviesalos diez siglos de filosofia grieg, desde los presocriticos hasta los neoplaténicos, desde Anaximandro 38 ‘A.CAMPILLO: Ain Chronos y Keir hasta Plotino. Pero lo que emparienta a los distintos filésofos griegos entre sf, y & nosotros con ellos, no son las respuestas que cada uno roporciona, sino las preguntas que todos ellos se plantean; no las soluciones que cada cual busca, sino los problemas con los que todos ellos se encuentran. Son estos problemas comunes los que van a centrar nuestra atencién, Eltérmino chrénos se empleaba yaen Homero para designaruncierto intervalo de tiempo, un tiempo determinado, y en este sentido estaba préximo a otros términos que designaban unidades de tiempo més 0 ‘menos precisas: émar, el dia; sémeron, el hoy, el dfa de hoy, la jomada; hhdra, la hora, esto es, cierto momento del dia, pero también cierto ‘momento del affo, cierta estacién, y en especial Ia primavera, y por analogia también a primavera de la vida, la juventud; mefs, el mes lunar; 410s y eniautds, el aio; periétos, la vuelta de los alias, los afios que sobrevieneno que vuelven de nuevo; nyn, elahora, elinstante, elpresente actual. Pero precisamente porque lo comiin a todas estas magnitudes es ‘que son tiempos (chrénoi) determinados, el término chrénos acabaré por

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