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Desde la integridad de los DDHH y la calidad democrática

se enciende una luz de alarma

El día 31 de marzo sesionó por primera vez la Comisión de Derechos Humanos con amplia
representación de las bases y de los distintos sectores. Los objetivos centrales de esta
comisión tienen por delante no sólo el trabajo interno en la fuerza política sino también la
construcción de un intercambio sólido con la ciudadanía y las organizaciones sociales.
Para esto se definen algunas acciones concretas que van desde el diálogo con todos los
departamentos del país, el vínculo con las organizaciones de la sociedad civil, el trabajo
constante contra la impunidad de quienes cometieron delitos de lesa humanidad y una
prioridad central a las acciones de formación en Derechos Humanos.

Se valoró la transcendencia de esta convocatoria, y en particular en el actual momento político


donde el gobierno anuncia recortes presupuestales a políticas sociales y un desconocimiento a
la formulación de políticas públicas de derechos humanos.

Asimismo, el discurso de la derecha reivindicando el pasado dictatorial y queriendo instalar


un relato falso como es la teoría de los dos demonios, planteando incluso la libertad para los
autores de delitos de lesa Humanidad y el silencio gubernamental ante ello, pone a toda la
fuerza política en alerta ciudadana en defensa de la democracia, la igualdad de oportunidades
y la libertad para todas las personas sin exclusiones.

Al decir del querido Luís Pérez Aguirre SJ (Perico) aún “somos ignorantes en Derechos
Humanos”, como una utopía en permanente construcción cuando pensamos que llegamos a
una meta vemos con mayor claridad todo lo que falta, y la imperiosa necesidad de difundir,
defender y profundizar derechos que dignifican a la persona humana.

Reivindicamos el Derecho a tener Derechos. Los concebimos como un todo integral,


indivisibles, interdependientes y complementarios. Son irrenunciables e imprescriptibles,
inalienables e inviolables. No pueden ser suspendidos, algunos de ellos nunca jamás. Son
anteriores y superiores al Estado, el cual no los otorga, sino que los reconoce y es el principal
obligado a respetarlos y garantizarlos. Son las condiciones de la dignidad humana y parte
sustantiva de la democracia.

Las autoridades de nuestro país se orientan por una concepción que toma los Derechos
Humanos por Derechos del individuo. La visión individualista permite disociar el orden
político de la violación de los Derechos Humanos. Vale decir, la escisión liberal entre derechos
individuales y orden social desvincula los derechos humanos de la política. Nosotros
sostenemos que los derechos humanos son un elemento constitutivo de la política y que, por
consiguiente, la violación de los derechos humanos es una agresión a la sociedad.

Manifestamos nuestra preocupación:

a) Reprobamos los discursos que intentan desprestigiar y quitar competencias a la


Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo, organismo autónomo
cuyo objetivo final es garantizar el reconocimiento de los derechos de todos y todas y ser
punta de lanza en la educación en y para los Derechos Humanos.

b) Con los desbordes autoritarios de algunos policías que no son representativos de la


mayoría, pero especialmente por la indiferencia de las autoridades del Ministerio del
Interior ante los hechos.
c) Consideramos que es trascendente atender los señalamientos sobre la realidad realizados
en el informe del Comisionado Parlamentario. Dada la realidad de los centros de detención
y el aumento explosivo de la población penitenciaria especialmente las mujeres. Es
necesario comprometer más esfuerzos y medios que permitan generar mejores
condiciones para hacer efectiva la recuperación de quienes están en situación de privación
y prioritario realizar acciones que pongan en valor la vida de estas personas.

d) Por lo ataques efectuados a Fiscalía, al Poder Judicial y por los proyectos de ley que
pretenden lesionar la autonomía de los mismos. Reafirmamos la independencia del Poder
Judicial y Fiscalía. Entendemos que los dichos y gestos por parte de algunos de los
miembros del Poder Ejecutivo y Legislativo resultan agraviantes y degradantes respecto a
la calidad democrática de nuestro país. Confiamos en que el Poder Legislativo de Uruguay
preservará la necesaria autonomía e independencia del Ministerio Público.

e) La insensibilidad de las políticas económicas del gobierno nacional que llevan a la pobreza
a miles de familias y en particular a niños y jóvenes. La pobreza y la falta de trabajo son
factores que contribuyen al no cumplimiento de los derechos humanos básicos (derecho al
trabajo, salud, seguridad social, vivienda, educación, recreación) e incluso a vivir en un
ambiente libre de contaminación.

f) Las personas mayores, las mujeres, las personas en situación de discapacidad, niñas, niños
y jóvenes, personas trans, migrantes y afrodescendientes son doblemente perjudicados
por su condición de tales por esas políticas públicas que los/ las excluye y marginaliza.

g) El Uruguay de la diáspora es parte indisoluble de la sociedad uruguaya, vibra con cada uno
de sus logros y de nuestras penas, sueña con regresar y colabora económicamente para
paliar las necesidades de nuestra (su) gente. Es un debe del Estado reconocer su derecho a
decidir mediante el voto con el destino de su patria. Desde nuestro ámbito nos
comprometemos en lograr la aprobación de una ley que instrumente el voto en el exterior.

h) Las mujeres constituyen más del 50% de la población del país. Están integradas en
variados espacios laborales, pero su ascenso laboral presenta mayores dificultades y su
salario es menor por igual trabajo que el de los varones. Las mujeres tienen derecho a no
sufrir discriminación ni violencia por el hecho de haber nacido mujer. Condenamos con
toda nuestra fuerza el maltrato y el femicidio por parte de sus parejas o ex parejas, como
también el miedo constante a ser agredidas sexualmente con impunidad.

i) Condenamos la pretensión de algunas personas de intentar desconocer la justicia y el


castigo a delincuentes de delitos de Lesa Humanidad cuyo accionar en tiempo del
Terrorismo de Estado avergüenza a toda persona respetuosa de la democracia y la
libertad. En Uruguay hubo militares, policías y civiles que asesinaron compatriotas,
torturaron, secuestraron personas en nuestro territorio y fuera de él, se apropiaron de
bebés, robaron bienes muebles e inmuebles actuando en nombre del Estado y utilizando
todo el poder de éste en aras de una política criminal. 198 personas, mujeres, varones e
incluso bebés y adolescentes fueron secuestrados y aún continúan desaparecidos.

Reafirmamos:

a) Nuestro apoyo a la construcción del Memorial de las ex presas políticas, por tratarse de
un espacio necesario para la recuperación, construcción y trasmisión de memorias de
nuestro pasado reciente. Es un gran debe que tenemos como sociedad con las
compañeras que vivieron la crueldad y el salvajismo de la tortura, que en muchos casos
llegó hasta la muerte de compañeras de las que todavía hoy seguimos buscando sus
restos.
Merecido y tardío homenaje y reconocimiento a quienes fueron víctimas del terrorismo
de estado y víctimas de la actuación ilegítima del estado. Las mujeres, como luchadoras
políticas, sociales, gremiales y culturales tuvieron un papel fundamental en la
resistencia popular a la dictadura y previa a ésta.
Las compañeras fueron reprimidas en su doble condición de luchadoras y mujeres,
ilegítimamente detenidas y recluidas en centros de detención, mientras que otras
fueron asesinadas o desaparecidas por las fuerzas represivas
La construcción de este memorial en su honor es una forma de reconocer su lucha, que
no ha sido debidamente reconocida y es una forma de mantener vivo el recuerdo.

b) Nuestra convicción que la Paz es el objetivo primordial para el logro de una convivencia
democrática donde los Derechos Humanos son el rumbo.

c) Nuestro compromiso es el de proteger a las personas que sufran tortura, tratos crueles,
inhumanos o degradantes, discriminación étnico racial, violencia xenofóbica,
homofóbica y transfóbica, así como denunciar dichas violaciones y a quienes practican
un discurso de odio contra supuestos “enemigos”.

d) Nuestra certeza que toda persona tiene derecho a tomar decisiones sobre su vida
sexual y reproductiva, sobre su orientación sexual e identidad de género.

e) Promover acciones sostenidas y regulares de diálogo e interlocución con colectivos y


organizaciones de la sociedad civil vinculados a la temática de los Derechos Humanos y
construcción de la ciudadanía democrática cuyo objetivo en común sea la promoción
de más derechos y bienestar con dignidad.

Comisión DDHH – FA
Marzo 2022

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