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Nuevo número, nueva temporada. La escritura rasga el velo de
lo inmemorial. Hace cuerpo en los cuerpos. Es el paisaje literal
del texto. La grafía que viene de China hace del trazo tinta. Roja,
negra; pincel que baila.
La escritura para el psicoanálisis garabatea los linderos de lo real
cuando sacude el cuerpo. Sí, atañe al inconsciente. Lacan dirá que
lo real es el misterio del cuerpo que habla, que es el misterio del
inconsciente. También que lo que se escribe son las condiciones
del goce. Bordear estos campos hacen aquí letra.
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Número Cinco
Cinco, número cinco. Sin comas ni puntos preestablecidos.
Cinco que es punto y seguido. Resignificación de las publica-
ciones anteriores, precipitación de una nueva temporada. Tex-
tos, una vez más. Aun. Más. Aún más. Un cuerpo. Sí encore.
Sí, sin condiciones.
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Índice

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2 Bienvenida

6 Creditos Editoriales

7 “Sparring en Psicoanálisis, ¿con qué nos entre-


namos como sujetos?”
Marcela Martinelli

16 Lejano como un padre: lo político


después de Lacan
Miguel Marinas

38 Freud y su escucha del sintoma en la


clínica psicoanalítica
Andrés Manuel Jiménez

45 Los albures de la vida


Helí Morales Ascencio

53 Durand y su trayectoria antropológica


Paloma Bragdon

71 Leer cuerpo
Margarita Cruz Nieto

75 Carmen: desamparo originario.


Un supuesto devenir…
Sandy Sorain Gómez Méndez

86 Los abrazos rotos


Xóchitl Romo

91 De un significante ausente en la psicosis


infantil: la ausencia
María de Jesús Abrego.

99 Referencias iconográficas
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Directorio Trazo Unario

Coordinación Editorial

Helí Moráles Ascencio
Andrés Manuel Jiménez
Asbel Hernádez
Carlos Gómez Trazo Unario© es publicada por Red Analítica Lacaniana (REAL),
Fernando Quezadas Sede del Colegio de Altos Estudios : Espacios Av. 3 número 99 , Col. San
Pedro de los Pinos, Delegación Benito Juárez, Distrito Federal.
Teléfono: 5515 5329
Coordinación Técnica
© 2010 Copyright
Felipe Arturo Jiménez López Editada en México
Contacto
Diseño Editorial
real@redanaliticalacaniana.org
www.redanaliticalacaniana.org
Felipe Simón Olvera Encina Abril 2011
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Primer asalto un combate constante, combate de amor, de odio, de
existencia, y sí también conlleva un arte, de no morir en
Salen los boxeadores de los respectivos túneles y se van el intento. El sujeto no necesita un contricante externo,
acercando al ring, la pelea está a punto de comenzar. la mayoría de sus peleas son con él, con lo más descono-
Estamos en el cuadrilátero. cido que parece que posee, con su lenguaje que lo habita
plasmado en sus representaciones, fantasías, fantasmas y
Y el psicoanálisis que con eso, propongo que bastante, demás.
sí nos preguntamos cuáles son los sparring que un su-
jeto tiene en su vida, metáfora fuerte y podría pensarse Segundo asalto
fuera de lugar, comparar la vida de un sujeto con el
boxeo, pero no se oye por allí, que la vida es una riña Aparecen Antonio Margarito y Manny Pacquiao en el
constante, que hay que pelear en la vida, quienes o cuadrilátero para enfrentarse, en la tan esperada pelea
que son nuestros oponentes, los miedos, angustias, de- de box. Ambos púgiles tiene el peso establecido en la
monios, que son también con quienes nos entrenamos categoría que les corresponde: super welter, han entre-
al ser sujetos. Entonces, sostengo, es válido seguir por nado muy duro y están catalogados entre los mejores
este camino. boxeadores, ambos parecería tienen las mismas con-
diciones de subirse a los hombros de su entrenador y
12 round, 12 asaltos, 12 encuentros de combate con ser los campeones. ¿Qué lleva a uno a ganar y a otro
uno mismo, podemos pensar en toda la vida de un suje- a ser el perdedor? Podemos plantear lo escuchado por
to, o en 12 instantes de rupturas o retomar la propuesta los expertos: Pacquiao tiene una velocidad impresio-
de que el tiempo tiene una lógica en psicoanálisis otra, nante, los golpes son certeros, y del otro lado Marga-
es el tiempo subjetivo del caso por caso, de Carmen, de rito pierde fuerza al subirse al cuadrilátero, se muestra
Pablo y de cualesquiera que tenga inconciente, que no lento y poco preciso en los golpes. Lo cierto es que
es lo mismo que decir que sea un inconciente. Pacquiao fue el ganador. Margarito se mantuvo de pie
los 12 asaltos de la pelea que perdió, pero recibió tal
El box tiene reglas que seguir, tiene una ley que lo castigo que terminó con ambos ojos inflamados, con
rige como deporte y a los que están insertos en él. el rostro desfigurado y ensangrentado, tuvo que ser
Conlleva riesgos y desafíos, hay golpes, caídas, sangre, operado para repararle una fractura en un hueso de la
dolor y han acontecido más de un deceso en el ring. órbita del ojo derecho.
La sangre se hace presente en el cuerpo propio y en el
del contrincante, a veces se entremezcla la de uno y la Desde el inicio de la pelea Pacquiao se mostró superior
del otro, como el sujeto con sus fantasmas. a Margarito, y allí viene el porqué introduzco este tema,
si en el 5 asalto, significante que luego retomaremos,
El boxeo es un deporte de cómo pelearte con otro, de ya se veía venir una gran golpiza hacia el Tornado de
cómo vencerlo a golpes, y que es la vida de un sujeto sino Tijuana, ¿qué fue lo que llevo al entrenador a no tirar
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la toalla?, expresión ahora coloquial y que debe estar lo que lo detuvo fue que acabaron los asaltos, en este

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incluida en el nuevo y grandioso diccionario de mexi- caso el tiempo cronológico lo salvo, pero se fue perdien-
canismos, su origen viene del boxeo, ésto significa que do, con el dolor de las heridas que tenía en el cuerpo y
el entrenador puede detener la pelea por completo en con el dolor de haber fracasado. Pero no todo fue pér-
el momento que arroja su toalla, para señalar al arbi- dida, lo que ganó allí fue el goce, sí este concepto que
traje de esta decisión. La decisión de arrojar la toalla desde Freud lo tenemos y que con Lacan tiene aún más
hacia el centro de la lona, y por consiguiente detener importancia para el psicoanálisis, algo del lado del goce
de inmediato la pelea aceptando la derrota, recae en la quedó satisfecho, la pulsión de muerte asentó varios gol-
prudencia del equipo de apoyo del boxeador, y es una pes, ganchos, cross y volea se hicieron presentes. Como
decisión que se respeta y se mantiene como resultado en toda pérdida hay una ganancia, aunque sea a veces
final a pesar de que el boxeador participante no esté desconocida para los sujetos, muchas veces muy temida
de acuerdo con ello. El detener la pelea puede evitar y en otros momentos convocada a vivenciarla.
daño irreparable al boxeador. Por lo que la frase “tirar
la toalla” es equivalente a darse por vencido. Se dice Freud plantea que hay un más allá del principio de pla-
que el entrenador de Margarito no tiró la toalla porque cer, se da cuenta en la clínica que la satisfacción psíqui-
el púgil no lo quería, y se mantuvo hasta el final con las ca no se basa, solamente, en la evitación del displacer
consecuencias que sabemos. y el aumento de placer, sino que la pulsión de muerte
expresada muchas veces en pulsión de destrucción es la
Tercer asalto que comanda la vida de un sujeto. La cual a toda costa
busca su satisfacción, la podemos ver constantemente
Nos preguntamos que llevó al Tornado de Tijuana a en la existencia de los hombres y las mujeres. Lo que
no detenerse, se podrá decir que fue porque es un va- el análisis propone es que hay que oírla para estar ad-
liente, como buen mexicano es bien macho, etcétera, vertidos de su existencia y de su presencia en nosotros,
pero la propuesta que yo les hago es porque Margarito es con lo que trabajamos los psicoanalistas. En el caso
es un sujeto y como todo sujeto a veces se atraviesa una de Margarito, la pulsión de muerte se hizo presente,
pequeña línea invisible que nos hace rozar y adentrar- más a plena luz que otras veces, no tan silenciosa como
nos a la muerte, fue convocado a no tan solo tenerla Freud plantea que trabaja la mayoría del tiempo. Aquí
como horizonte de vida, que es la propuesta Freudiana irrumpió y Margarito gozó.
de las pulsiones, sino que él como muchos de nosotros
se adentró por sus senderos, puso un pie y lo dejó en Cuarto asalto
lo Real, retomando uno de los registros propuestos por
Jacques Lacan. ¿Qué hizo que no se muriera recibien- Continuemos con las posibilidades que nos brinda el
do los golpes del filipino?, no fue su entrenador quien lenguaje, sigamos con la metáfora del boxeo y el sujeto.
tiro la toalla, ni el referí, ni siquiera el propio Margarito Subirse al cuadrilátero y comenzar a vivir implica pa-
aceptó su derrota y accedió a parar antes la pelea. Sino sar por diversos round- asaltos- significante que denota
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un suceso repentino y que sorprende, si lo juntamos la propuesta que les traigo, nuestros sparring son los
con el significado que tiene en el boxeo de cada una que Freud nos propuso nombrar como las formacio-
de las partes o tiempos de que consta un combate, po- nes del inconciente, lapsus, actos fallidos, sueños, fan-
demos decir: “el devenir de un sujeto consta de asaltos tasmas y los chistes. Como en el box a veces lo que
que van conformando su combate”. más falla son los entrenamientos y los entrenadores,
en la pelea de Margarito y Pacquiao quien falló fue
Existe una realidad social que nos acoge al entrar al justamente su entrenador que no tiró la toalla, aun
mundo, con sus leyes, prohibiciones, reglas y demás cuando la pelea ya estaba perdida, mucho antes de
y también existe una realidad psíquica que nos con- que sonara la campana del doceavo asalto.
forma y delimita como sujetos. Para ser boxeador se
necesita formarse como púgil, entrenar y conocer de Un sujeto parecería que falla, o algo le falla cuando
las técnicas para acceder a una y luego crear cada se hacen presentes alguna de estas formaciones, no
boxeador su propio estilo de pelear. siempre son vivenciadas como fallas, pero sí conllevan
un desconocimiento de porque se nos presentifican,
En este deporte, hay una figura muy peculiar que es por ejemplo los sueños. Plantean un enigma que a
la del sparring, a saber: persona con la que se entrena veces atormentan y dificultan la cotidianidad y que
un boxeador para preparar un combate. Contrincan- lleva en algunos casos a solicitar un psicoanálisis.
te con quien entrenas para después enfrentarte, ju-
gar, competir con otro. Generalmente quien quiere Un boxeador debe entrenar y tener un sparring o va-
ser boxeador alguna vez fue sparring, sirvió para que rios para ello, es parte del deporte que escogió y no
otros entrenaran y a su vez tuvo sparring con quien puede no pasar por ese camino. Un sujeto no pue-
practicar. Entonces un boxeador tiene sparrings y fue de no ser parte de sus formaciones inconcientes, son
sparring. nuestros entrenadores, aunque no los hayamos esco-
gido, y a veces ni siquiera sepamos porque fregados
Ejercitarse y tener peleas de entrenamiento es lo que nos acompañan, ahora sí que de noche y de día, sin
va posibilitar a un individuo llegar a ser un boxea- ser necesariamente nuestros angelitos de la guarda,
dor. Por lo que el sparring es una figura importante aunque si nos aguardan y nos guardan de no caer, no
en la formación de cualquier boxeador. El título de digamos en la tentación, pero sí nos protegen de que
esta conferencia es “Sparring en Psicoanálisis, con el conteo no acabe y nosotros quedemos tendidos en
que nos entrenamos como sujetos”, a diferencia del la lona sin podernos ya nunca más levantar, por los
box un sujeto, para el psicoanálisis, ya veremos que golpes recibidos de nosotros mismos.
es hablar de sujetos, no se entrena necesariamente
con otro, humano, semejante, sino se entrena con lo Diferente es tener caídas, muchas, parecidas, repeti-
más propio que tiene, que es su inconciente. He aquí das, y, de esas levantarnos antes de que el conteo de
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protección marque que terminó el combate, que es impuso el golpe devastador. En el cuadrilátero del su-

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diferente a plantear que perdimos, ya que el devenir jeto hay golpes que parecen devastadores, de los cuales
de un sujeto está marcado por perder y por las pérdi- parece difícil volver a pararse o dan ganas de tirar la
das, como lo acontecido con el Tornado de Tijuana toalla, nos referimos a nuestros golpes internos, o a lo
perdió la pelea, pero ganó en presencia su pulsión de que los externos nos hacen, pero justamente hay que
muerte. estar advertidos de ellos o sino saber hacer con ellos, no
huirles, es parte de los asaltos-round de nuestro estar
Ya Freud señalaba que el objeto desde siempre está en la vida.
perdido y eso es lo que nos permite ir en su búsqueda
constante, y que se vuelva en palabras lacaniana el Lamentablemente no hay como en el box un tiempo
objeto causa del deseo. de estar en la lona y que no haya más golpes o acechos,
tampoco un otro externo -o si lo hay no nos proteje de
Pero hay una gran diferencia en quedarse en la lona y nuestro inconciente- que nos cuente para que nos recu-
en la pérdida. Demos unos ejemplos, no es lo mismo peremos. El sujeto es el que tiene que contar y contarse
vomitar a ser bulímica, no querer vivir al suicidio, del para hacer de su creer no saber, justamente los sparring
proceso del duelo ha quedarse en la melancolía y así de su devenir. Entrenar con lo que lo entrena y encami-
pudiéramos hablar de muchas otros cuestiones que la na a ser un sujeto de lo inconciente.
clínica nos enseña.
En el boxeo que el pugil derribado se levante antes que
Quinto asalto el periodo de conteo acabe, no garantiza que el evento
continúe, esto es, no es suficiente que el deportista se
Regresemos al boxeo, el conteo de protección men- incorpore físicamente, sino que su estado mental, el
cionado con anterioridad es: que su vista no esté perdida, o que haya sufrido graves
heridas son factores que el arbitraje sopesa al decidir la
En el transcurso de un asalto, acontecido un golpe que continuación de la riña. Si es necesario, médicos eva-
derribe al oponente, este último tiene derecho a un lúan la condición actual del boxeador, opinión acepta-
conteo de protección, lo cual significa que durante va- da ya sea para detener o continuar el evento.
rios segundos –indicados abiertamente por el personal
de arbitraje- no habrá ni golpes ni acechos hasta que el En nuestra realidad psíquica, hay veces que nuestro re-
púgil indique que está listo para continuar. Pero el con- ferí no funciona, que no está la figura que nos diga que
teo tiene un límite, por ejemplo diez segundos contados este round ya terminó y allí es donde el análisis sube al
e ilustrados con los dedos por el réferi, sí se completa ring. No planteo el analista sino el análisis, recordando
la cuenta, y el boxeador no se ha recuperado, entonces lo que Lacan, en la apertura de una sesión clínica en
la victoria del combate será adjudicada al peleador que 1975, menciona “¿Qué es la clínica analítica? -No es
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complicado tiene una base- Es lo que se dice en un psi- se nos muestra. Y estas formaciones a su vez sabe-
coanálisis.” Y lo que se dice y recibe en un consultorio mos de ellas por el lenguaje, por lo que decimos tanto
va más allá de las palabras, se acogen los golpes que no con significantes como más allá de los significantes,
suenan, los llantos contenidos, las injurias, los silencios por lo que nos habla. Por eso la definición de Lacan
incómodos y como en la película de Toy History, se de inconciente, es lo que está estructurado como un
recibe el infinito y más allá de cada caso. lenguaje, si bien no es un lenguaje tiene el armazón
de un lenguaje y podemos pensar en él a partir de
Sexto asalto con caída y conteo de protección saber que es el lenguaje. Con esto podemos plantear
la definición del psicoanalista francés de sujeto, es lo
Hemos planteado al sujeto y su particularidad en la que es representado por un significante para otro sig-
concepción psicoanalítica, por lo que se tratará de nificante. Allí ya está el lenguaje en tanto hablamos
ahondar porqué hablar de sujeto en psicoanálisis. de significantes. Lo esencial de esa definición es que
el sujeto aparece representado, está borrado en tanto
Al buscar sinónimos de este significante surgieron cues- presencia, sabemos de él a partir que se lo representa
tiones que no lo equiparaban a individuo, persona, sino con los significantes, de allí que la escritura del sujeto
con: sumiso, subyugado, sometido, dependiente, opri- sea S barrada. Lacan en el seminario “La lógica del
mido, supeditado. Su raíz latina es subiectus, participio fantasma” en 1966, plantea: “... Un sujeto emerge,
pasado de subiicĕre, poner debajo, someter. Conside- el sujeto barrado, como alguna cosa que viene de un
rando estas cuestiones, la interrogante que se abre es lugar, donde está supuestamente inscrito, a otro lu-
¿a qué se está sometido o por debajo? Y nuestra res- gar donde va inscribirse nuevamente”. Ese otro lugar
puesta es al inconciente. es la propuesta de Freud de la represión original La
Uverdrängung, de lo que constituye lo inconsciente
El sujeto de la conciencia no es con lo que se trabaja propiamente dicho.
en análisis, sino con el sujeto de lo inconciente. A sa-
ber definido por lo que Freud propone como lo que Sujeto supeditado al significante que lo representa,
estructura el psiquismo de un sujeto. Ya mencionamos sujeto sometido al inconciente que lo encuadra, que
lo que propone con respecto al objeto, el cual desde le proporciona el cuadrilátero en donde dará su es-
el origen está pérdido, en ese sentido el sujeto se va pectáculo, su combate, su pelea, donde afrontará los
a presentar en búsqueda de este objeto, del cual está diversos asaltos-round de su existencia. Sujeto en fal-
carente, lo que nunca lo va hacer un sujeto completo ta de un objeto que lo colme o una palabra que le
sino en falta, castrado. muestre su ser. No un sujeto de la conciencia sino de
lo inconciente, y nos sabemos sujetos a partir de la
Demos un golpe por otro lado, en la conceptualiza- presencia de nuestros sparring, de lo que nos entrena
ción del sujeto. Como damos cuenta del inconciente, en el diario subir al ring.
a partir de sus formaciones de lo que se muestra y
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Séptimo asalto, a punto de tirar la toalla el sujeto está barrado en tanto solo puede ser repre-

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sentado por un significante, está subordinado a él y
Freud en 1900 escribe “La interpretación de los sue- queda en un cierto no lugar, queda desapareciendo
ños” obra que despliega la importancia de la vida de su propio decir, y abolido, perdido del objeto. Ante
onírica de los hombres, de cómo en los sueños se lo anterior el fantasma propone al sujeto en relación
manifiesta la realidad inconciente como cumplimien- con (que es el vel, rombo de la fórmula del fantasma)
to de deseo. Después aparecerá “Psicopatología de la lo que se presenta como el objeto de su deseo (después
vida cotidiana” y “El chiste y su relación con lo in- estará en este lugar el objeto a) que viene, digamos al
conciente”. Donde aborda otros sparrings como son rescate del desvanecimiento del sujeto, la importancia
los lapsus, los actos fallidos, los olvidos y el chiste en del objeto no es en cuanto tal, sino en que permite
todas sus vertientes. montar una escena, de allí el término de fantasma-
espectro, como lo que aparece abruptamente, emerge
Antes de estos textos el padre del psicoanálisis había de pronto. Como el inconciente tiene su propia lógi-
comenzado a conceptualizar a la fantasía-fantasma ca, es una axioma, un supuesto estructurado como un
como una muestra del funcionamiento del inconciente, lenguaje, como una frase que le aparece al sujeto y le
en 1897 en el manuscrito conocido como M dirá: “las permite sostenerse frente a su deseo inconciente. El
fantasías se originan por la combinación inconsciente fantasma es una frase o imagen sabida, la cuestión es
de lo vivido con lo oído.” En todo fantasma el sujeto que función cumple para el sujeto.
se pone en juego. En cada escena, él está representado
cualquier sea la máscara. Sabemos del fantasma por Volviendo al ring del sujeto, decimos hay asaltos-round
el discurso, por lo que podemos decir de él. En tanto en donde nuestro sparring son nuestros fantasmas que
eso se presenta como una frase enigmática, por ejem- nos posibilitan desear. Y que nos asaltan, nos brincan
plo “Pegan a un niño” donde el agente del acto no de algún rincón de nuestro cuadrilátero y no tenemos
aparece, por lo que se lo infiere, es una construcción quien tire la toalla por nosotros y uno mismo no pue-
capturada en el lenguaje. de tirar la toalla, sino que a fuerza de entrenamiento
seguimos en la pelea.
Nos detenemos en esta formación porque ejemplifica
y muestra justamente una gran similitud con la figura Octavo y último asalto
del sparring en el boxeo. Lo planteado por Lacan nos
permitirá exponer lo siguiente. Un ejemplo del sparring para concluir.

Como el sueño que lo consideramos portador de un A partir de la placentera y voraz lectura de la trilogía
mensaje y siendo una elaboración discursiva. El fan- de Millenium, pensé en escribir un texto que aborda-
tasma también conlleva un mensaje y es el de sostener rá la figura del sparring y las cuestiones del boxeo.
al sujeto como deseante. Habíamos mencionado que
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En las 3 novelas de Millenium, mal tituladas en es- quezas sino las marcas de nuestras verdades, nuestras
pañol como: Los hombres que no amaban a las mu- fortalezas pulsionales.
jeres, la chica que soñaba con un cerrillo y La reina
en el palacio de las corrientes de aire, todavía peor las A saber, lo inconciente, mi marca personal, con lo
imágenes utilizadas en la portada, la personaje prin- que me entreno al ser sujeto.
cipal femenina Lisbet Salander, en la segunda novela,
quiere aprender a boxear y se acerca a un gimnasio Llegamos al final del combate, nuestro tiempo no fue
de boxeo de barrio, donde solo asisten hombres. Ella el impuesto por el doceavo asalto, por la campana
una mujer de 40 kilos de peso, baja de estatura, con cronológica tocada por otro, sino fue el que me posi-
apariencia de una adolescente de 14 años, aunque ya bilitó mi palabra, ahora yo me bajo de este ring para
tenía 27, aprende a boxear y da una verdaderas tundas que suban otros y otras palabras, gracias.
a sus oponentes, a pesar de su cuerpo esquelético y se
pensaría poco agraciado para ese deporte, logra domi-
nar las técnicas del boxeo, cuestión que le ayudará, en
más de un momento difícil de su vida.

Ella acepta de buen modo y a pesar de las burlas de los


malencarado compañeros del gimnasio, ser sparring,
que entrenen con ella, y así Lisbet al hacer eso, -ser su
sparring- lo que posibilita es ella entrenar con los gori-
lones, gordos, pesados y sudorosos del gimnasio de bo-
xeo y más aun logra saber defenderse, pelear, dominar
la técnica del boxeo a pesar de su cuerpo que parecía
no capaz para ese deporte.

Este pasaje del libro nos permite pensar cómo pode-


mos ser entrenados con lo que aparenta ser nuestra
mayor debilidad. En Lisbeth se trata de una cuestión
física, su constitución parecería de una extrema fragi-
lidad y es, a pesar de ese cuerpo o también podemos
proponer gracias a ese cuerpo, lo que le posibilita la
fortaleza de pelear con pesos pesados. Metáfora de lo
que nuestras formaciones del inconciente nos pueden
dar si las consideramos no tan solo como nuestras fla-
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En los mitemas de la saga de Edipo, según el análisis

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No muy alto y sí amable, de Lévi-Strauss, en aquellos que resumen el punto de
lejano como un padre, llegada de las figuras, aparecen las siguientes caren-
jamás olvidaré al hombre que quiso cias implícitas en los nombres propios de estos padres:
ponerme un piso
(Manuel Vázquez Montalbán) Lábdaco (cojo) es el padre de Layo
Layo (zurdo) es el padre de Edipo
Las figuras paternas que el debate y la teorización psi- Edipo (pie inflamado) es el padre de la prole
coanalítica se traen entre manos en las dos últimas compleja (Eteocles / Polinices, Antígona /
décadas tienen un correlato en el debate político. Así Ismene)
el decaimiento de la función paterna, además de ser
un lugar común en el análisis sociológico, cuestiona el Cojo, zurdo, inflamado son indicadores de una fun-
lugar central de la figura del padre en la constitución ción mítica clara: el tributo que se paga por pasar de
del sujeto de lo inconsciente. Reflexionar este par des- la condición de naturaleza a la de la cultura. Hasta
igual (padre social / padre inconsciente) surte efecto aquí Lévi-Strauss.
en el seno del pensamiento que surge de la experien-
cia del análisis pero también en la reflexión filosófica Si leemos el mito en su contexto político, aparece que
sobre el vínculo político y sus sujetos. la función mediadora del padre, es una función no sólo
entre naturaleza y cultura sino en el juego de equilibrios
Propongo recorrer el carácter frágil de padre mítico y repartos rituales que tratan de superar la situación de 1 .- Desarrollé estos puntos
(Edipo), el padre en Freud, el padre en Lacan, algunas la horda primitiva y su exterminio generalizado. en De la esfinge al padre, se-
minario impartido en REAL,
ampliaciones postlacanianas y, finalmente, algunos México, casa de Trotski
rasgos del discurso político del padre. Así, la desmesura (hybris) que engendra la caída del (abril, 2009). El debate lo
comencé en mi libro La ciudad
padre, se ve producida no por una falta metafísica, y la esfinge (2005) y lo he
1. El padre siempre estuvo tocado del ala sino por una afrenta política, por una transgresión completado en el artículo“. La
ritual (la violencia ejercida para con un huésped de ampliación de un mito: el Edi-
po Político”, Trama y Fondo,
La primera sorpresa, si nos remitimos a la lectura otro Laos). El mito, con todo su aparato de persona- Madrid, junio 2009.
de los mitos que abonan la localización de la función jes, desde el híbrido Tiresias a la no menos híbrida 2 .- Es notable la presencia de
la figura del otro, del extraño o
paterna en la estructura del Edipo, es que la figura Esfinge, supondría el refuerzo ideológico de la norma del extranjero en la constitu-
paterna, lejos de haber decaído en las últimas décadas que obliga a los laoi a mantener el equilibrio con el ción política de las polis y de
las ciudades grecorromanas.
(con la crisis de la producción industrial y la familia extraño (xenos) no enemigo mortal 2 Desde los mitos políticos (Edi-
nuclear productiva), está tocada del ala, está en déficit po) a la Ley de las 12 Tablas
de Roma, el otro tiene estatuto
desde los tiempos remotos que el mito alberga1. La primera lectura psicoanalítica del mito de Edipo de acogido y puede circular en
Rey – primer contexto civilizado, tras el mito de la el espacio propio.
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horda primitiva, de la función paterna y su caída – nos sujeto del núcleo edípico. La pregunta que muestra
sitúa ante tres dimensiones de lo paterno que vinculan su no linealidad (lectura del linaje patri o matrilineal)
su función inconsciente y su manifestación política. sino la eficacia identitaria que se da en los espacios
Podemos resumirlas como sigue: cruzados.

1. Del padre transgresor al padre dañado: esos padres que anti- En el caso de Edipo, tal como indicamos en nuestros
cipan la caída de la función paterna trabajos mencionados, aparece una red de personajes
e identificaciones que son propias de los distintos te-
En los primeros relatos con valor político, nos encon- rritorios que los sujetos atraviesan.
tramos la figura del padre transgresor (en la figura de
Layo, que arrastra el baldón de su padre y que a su En La ciudad y la esfinge, muestro que las formas de
vez comete el crimen ritual o ceremonial que tiene di- identificación y desidentificación con respecto a las
rectamente valor político. Lo que aparece en el relato figuras parentales (y paternas en concreto) tienen tres
edípico es la presencia de un padre dañado (claudican- escenarios determinantes:
te, como señal de la violencia de la humanización, o
de un padre confuso (dañado con la ate, con la ceguera a) La tierra ajena no reconocida. Edipo parte de la
que incapacita para discernir el destino de uno y de la identificación con sus padres de adopción corintios,
polis. su temor a la transgresión le lleva a dejar estas figuras
y este reino y huir. Su punto de llegada le parece ob-
Estos avatares del padre clánico, son leídos, por lo jeto de conquista y no de destino.
común, desde la antropología, como antecedentes
de una figura mayor, ordenada y poderosa del padre b) La tierra propia no reconocida. Edipo llega a su
político. Esta lectura sublimada no hace justicia a la tierra natal, Tebas, como a territorio de fundación.
realidad con la que se enfrenta el psicoanálisis: la fi- Sus padres legítimos no parecen ni adoptivos (uno
gura del padre no tiene el poder, se le atribuye; no es es muerto, otra es desposada). Sus padres adoptivos
completa, es completada por el discurso del recono- constituyen el origen perdido.
cimiento que sutura la carencia de quien de hijo pasa
a súbdito. c) El terreno entre las dos tierras. El espacio de los
encuentros sorprendentes y terribles: la Esfinge de-
2. La novela familiar del neurótico, ejemplificada en el Edipo. rrotada, el padre muerto, la madre desposada, el des-
cubrimiento del propio crimen inconsciente.
La pregunta identificadora con respecto al Edipo Rey
no es “quién es” o “cuál es la fuente de su poder”, sino Esos tres escenarios muestran en clave narrativa, ale-
“quién se cree que es”. Esa es la novela familiar del górica, la complejidad de las identificaciones paternas.
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3. La enseñanza de la incompletud: del sujeto respecto a su deseo ¿Qué ocurre, pues, con esta figura bicéfala, o bidimen-

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sional que es la paterna, en su itinerario a través de las
El punto de llegada es la constitución de un sujeto que formaciones institucionales? ¿Cómo se modula, cómo
sufre de una constitución peculiar. Que está regido afecta a la constitución del sujeto, dada la invariancia
por la manquedad (manque), por un doble camino: como figura del Edipo que se erige en estructura nor-
a) lo no accesible del sujeto del deseo. Como el padre mativa psíquica y cultural para toda criatura nacida
claudicante así el sujeto que lo secunda, lo internaliza, de madre?
decae en su completad. No sabe de su deseo.
b) la culpa inconsciente de Edipo en su desempeño po- El padre va sobre el tiempo, flotando como un cuer-
lítico. Obrar de modo imprevisto, desmesurado, más po extraño, por más que su lugar central sufre des-
allá de la norma positiva, supone el reconocimiento plazamientos y negociaciones, rechazos y sobre todo
de un orden de la cultura, administrado por el padre, diversas formas de reconocimiento es decir, de atribu-
que tiene sus formas de equilibrio y transgresión que ciones del poder que le constituye. Percha en la que
afectan a la constitución misma del sujeto. se cuelgan todas las jerarquías y las desigualdades, el
padre atraviesa varios dualismos antagónicos:
Así pues, este recorrido siempre abierto por el esce-
nario del mito y de la leyenda, y luego de la tragedia 1. Oikos – polis. Es transmisor de la autoridad de la
escrita y representada, nos muestra un contexto po- casa y mediador con la polis
lítico del declive del padre, puesto que sus avatares 2. Famulus - pater familias: es constitutivo de la filiación
tienen ese carácter intrínsecamente político: el de la desde la familia extensa
polis anudada con la escena de lo inconsciente, con la 3. Estamento que sustituye y engloba al pater familias:
otra escena.Esta línea de lectura e interpretación nos Queda subsumido en el poder estamental al que presta
lleva a reconocer: su prestigio y sus atributos
(a) el carácter cívico- político de la Esfinge: que pone 4. Subsuncion del padre en el Soberano. En la constitu-
pruebas políticas (que se leen en clave metafísica), ción de los estados , la autoridad paterna se esencializa
(b) el carácter ritual, público, de la transgresión este en el espacio político. Es la figura paterna del Rey, del
desencadena a la vez el castigo de la ciudad y la tra- Monarca absoluto.
gedia de Edipo, 5. Peculio y fuerza de trabajo: la familia industrial. La
(c) el carácter problemático de la incorporación polí- figura paterna administra los recursos y se autoriza a
tica y ética del extranjero, los beneficios. La autoridad transita del padre al padrone.
(d) el carácter del mismo extranjero, que no sólo es 6. Diseminación en el ciudadano -individuo y añoranza
otro, sino de otros laoi: lo que expresa la dificultad de la de la comunidad. La figura paterna se desdibuja en las
exogamia (y de la prohibición del incesto) como clave. variantes de la fratría como alternativa al monopolio
de la figura paterna.
TrazoUnario

20
y que es el resorte de lo que llamo “solución paterna”. El
Y de ese contexto, sincrónica y diacrónicamente plu- Padre es una solución histórica que esta a punto de dejar
el lugar a otros arreglos de las relaciones entre los sexos y
ral, surgen las que Juan B. Ritvo llama “cuestiones las formas de poder. El Padre nombra, ni más ni menos,
candentes”3: que el reto que vincula en occidente religión y política.
(a) el estatuto de la feminidad y de la organización La cuestión del padre liga indisolublemente la del poder
falocéntrica en la vida psíquica y la del sujeto: representa una manera de definir una
(b) la naturaleza de la paternidad y de la maternidad relación con el poder, calcada sobre los vínculos que es-
tablecen con la figura paterna e incluso sobre el modo de
en su relación con la cultura y el orden simbólico
otras sociedades (63-64)
(c) el estatuto de la ley paterna en su relación con las
normas históricas
2. La cifra de las posiciones paternas: de la Es-
finge al Padre y más allá
Sigue Ritvo:

Se trata de definir qué relación mantiene hoy la realidad Freud sitúa la pregunta por la identidad en medio de
psíquica de la paternidad con una figura histórica que lla- esta saga mítica sobre el padre, que es el Edipo, que
mo “el Padre”, y que corresponde a una organización de es el recurso a la Esfinge. Pero notemos que cuando
la filiación en función de poderes atribuidos a los padres Freud se refiere a la Esfinge, en pocos momentos en
/…/ Cuando el padre no tiene ya poderes como tal, se le
que lo hace relativamente al margen del mito de Edi-
reconoce un valor de Referencia que estaría fuera de lo
político, fuera de la deliberación y que evidentemente es po, hace referencia a la permanencia ritual de una
la formula última que reviste su poder (O.C.,63) pregunta en el proceso de autoconocimiento de los
infantes. A saber: como con la Esfinge niños y niñas,
Un comentario. No sé si realmente está fuera de lo sobre todo niños, se preguntan sobre su origen, a sa-
político la figura psicoanalítica del padre. Sí se presen- ber sobre su sexuación.
ta como padre intangible para la deliberación, pues
opera como un funtor indispensable en las fórmulas No diré que arranca esta vinculación entre pregunta por
de la sexuación. Seguramente la discusión que lleva- la edad - pregunta por el sexo de las cualidades emble-
mos entre manos hace que este poder de última hora máticas de la Esfinge griega (alada, de cola serpentina),
sea él mismo fuertemente cuestionado. Pero veamos pero no se puede ocultar que en el entramado narrativo
este otro fragmento que matiza especialmente bien el el nexo está preparado. Lo que ocurre es que Freud no
entreverado psicopolítico de la figura paterna. lo explicita. Por eso llama la atención que cuando habla
de la intriga que niños y niñas tienen acerca de su ca-
Es cierto que las sociedades democráticas se han distin- rácter sexuado, remita Freud, tan cuidadoso en materia
guido en su esfuerzo por desvincular el sujeto ciudadano de relatos, a la pregunta de la Esfinge. La Esfinge, como 3 .- Juan B. Ritvo, El padre,
de la minoría del modo parental de la sujeción. Pero están ya sabemos de sobra, pregunta por la secuencia de las políticas de su genealogía,
lejos de haber alcanzado lo que reproduce esta sujeción Letra Viva, 2006.
edades. Si queremos - y como más adelante veremos
21
- pregunta por la temporalidad, por la finitud, por el ca- lógico, Freud nos ofrece la figura principal de Edipo,

TrazoUnario
rácter perecedero de todo ser humano. ¿Por qué Freud que es el meollo de su primera configuración. Edipo
utiliza a bote pronto edad por sexo? Rey y la Esfinge forman la primera dupla que confi-
gura el padre freudiano.
Se puede responder que no hay quidproquo alguno,
puesto que Freud se limita a utilizar la Esfinge icono Moisés es la segunda. Su atención a los sistemas de
como sinécdoque del enigma. Es decir que toma por creencias y su vinculación con las formaciones de lo in-
sinónimos Esfinge y enigma. consciente será el gran aporte de Freud, en el contexto
de su pertenencia a la cultura judía. El judío sin dios
Pero también se puede detener la respuesta un mo- (como se designa a si mismo en su relación con Pfister)
mento si a esta formulación se le añade otro elemen- es consciente del valor pregnante del relato del noble
to del contexto: la pregunta por la sexuación agota israelí (o egipcio: doble desarraigo, como el tebano-
la pregunta por el origen. De dónde vienen los niños corintio) que, como Edipo, nace en tierra extraña, ex-
(que tan distintos son unas de otros), o de dónde vie- traña luego su propia tierra y gente y se ve impulsado
nen niñas y niños que muestran en su tener / no tener a la reconquista de la tierra de los antepasados.
una diferencia inquietante, que pide una respuesta no
estándar. Tengo la impresión de que Freud anuda es- Siguen algunos rasgos de ese Moisés y su relación con
tas dos cuestiones y por ello no rescata explícitamente el propio Shlomo, nombre que el padre le impone a
la figura de la Esfinge. La da por supuesta, es decir, Freud. Nombre oculto, pues, debajo del Sigismund
piensa que esta ha hecho ya su labor. Por eso puede civil, vienés
morir, desaparecer del relato.
Como Edipo, Moisés
2.1. Padre de Freud
Freud transita siempre entre significantes escénicos se-
Veamos algunos de los determinantes de la doctrina mejantes. Como Peter Gay muestra, el Edipo que es
freudiana sobre el padre. Si los llamamos determi- su lectura de griego en el bachillerato, en la versión
nantes no es porque cierren el recorrido de las dimen- de Sófocles, acaba ligándose en su interés – y en el de
siones, sino porque marcan su inicio. Aunque si el re- los estudiosos de los miércoles – con el atormentado
sultado es la formación de una estructura atribuida al Hamlet. El Dios del Sinaí, que Moisés acuña en su
psiquismo (la red llamada Edipo) entonces el inicio no primera versión tiene tintes omnipotentes y terribles
es tan relevante. que hacen pensar en el mito de la horda primitiva.
Dios celoso que castiga en las generaciones siguientes
Junto a la formación de la figura mayor, el Padre de al culpable. No cabe pues delegar en la Cábala, que
la horda, resultado de la lectura de este mito antropo- puede llegar a ver el episodio de Moisés como la lu-
TrazoUnario

22
cha sostenida entre una búsqueda espiritual, abierta a yos, hace de Moisés emblema de la condición de la
otras dimensiones del sujeto y de la creencia, contra paternidad y la filiación. Saga de abandono que co-
el ego depredador personificado en el faraón. O en mienza con la historia del niño Moisés, representa la
la lectura más abierta a la dimensión de la violencia dialéctica de la incorporación del extranjero y su man-
(que acercaría a Moisés y al asesinato ritualizado de tenimiento a distancia, convertido en otro nombre.
la horda)4
Esta saga es metáfora de la más brutal de las reali-
Se trata aquí de indagar precisamente la religión del dades: puesto que todas y todos los hijos de madre
padre y sus sentidos. Y, en esta óptica, la pregunta somos, para ser, extranjeros y expulsados de nuestra
por qué es un padre inaugura un amplio arco de re- tierra materna originaria, de nuestra madre, de nues-
corrido entre dos extremos, de Freud a Lacan (de los tra matria.
mitemas de uno a los matemas del otro) un padre es
(a) según el mito de la horda, lo asesinado y comido Así, esta escritura de la teoría tiene su correlato con
crudo por sus hijos (que precisamente reviste su ca- el escrito psíquico: la escritura de los mitos del padre
rácter de padre cuando entra no sólo en su limitación es, en buena parte, el camino de la transmisión de
claudicante, sino en su pérdida misma) y en el otro la teorización psicoanalítica, del despliegue de las di-
extremo, más reciente, de la formulación: mensiones de sus conceptos. Tal es el padre.
(b) un padre es el nombre que para un sujeto mantiene
juntos R, S, I. Dos aclaraciones de lectura, nos ayudan a precisar
esta dimensión de exclusión / atribución (de extran-
Ese carácter mediador, que en el Moisés aparecerá jería / carencia) que la saga de Moisés ejemplifica.
con creces 5, tiene que ver con ese extranjero incluido Una, es la conocida de Richard J. Bernstein, Freud y
en el interior. Con la figura paterna que reúne en sí el legado de Moisés y el otro el de Solal Rabinovich, ya
la carencia de su condición y el poder atribuido de mencionado, Escrituras del asesinato. Tomo dos elemen-
su linaje. tos de ellos. 4 .- Rabinovitch, Solal,
Escrituras del asesinato, Edi-
ciones del Serbal, 2000.
Es el embajador que viene de otro lugar, en términos Bernstein comienza con el prólogo a la edición he- 5 .- Puede verse la interesante
hipótesis de Jesús González
sugerentes de Joël Dor 6. Es quien trae, a la dupla ma- brea de Totem y Tabú (escrita en Viena, en 1930). En Requena, acerca del “cuarto
dre-hijo, otra cultura, de la que ambos son distantes él sintetiza Freud su pertenencia al orden paterno, la Freud”, en JMMarinas (ed)
por nacimiento y origen. El padre trae un habla y una religión del padre, su separación de él y de la comu- Lo político y el psicoanálisis,
el reverso del vínculo, Ed.
norma de ese otro país, esa habla reglada contribuye nidad que lo acompaña, y su afirmación de la perte- Biblioteca Nueva, 2009.
a la separación de los fundidos entre sí, y da lugar a la nencia al pueblo, como especificidad identitaria. 6 .- Joel Dor, Introducción
a la lectura de Lacan, II La
inscripción del sujeto en la cultura. estructura del sujeto, Gedisa,
Esta saga del despojamiento y del abandono de los su- Ninguno de los lectores de la versión hebrea de este 1994.
23
libro podrá ponerse con facilidad en la situación afec- (b) Queda la huella traumática de esa comunidad

TrazoUnario
tiva del autor, quien no comprende la lengua sagrada, (cum-munus) en la que el munus también es don y res-
“ se ha enajenado por completo de la religión pater- ponsabilidad.
na (Väterliche Religion) - como de toda otra - no puede (c) Queda la eficacia estructurante del padre en tanto
simpatizar con ideales nacionalistas y, sin embargo, que desprovisto (castración)8
nunca ha desmentido la pertenencia a su pueblo, (d) De la que la circuncisión es prenda ritual9 (la ley
siente su especificidad de judío y no abriga deseos de del pueblo, tan freudianamente rescatada, en medio
cambiarla.¿Qué te queda entonces de judío si has re- de su crítica, va más allá de la relación consciente y
signado toda relación de comunidad con tus compa- voluntaria con el padre, como muestran, por ejemplo,
triotas? Respondería Aún mucho, quizá lo principal7. de Montaigne a Derrida)
7 .- Richard J. Bernstein,
¿Qué queda del vínculo con el padre tras su decli- Solal Rabinovitch, en su obra ya mencionada, nos Freud y el legado de Moisés,
1998, Siglo XXI. Notemos
nación? Freud hace ver que la mera pertenencia ayuda a leer en el contexto psicoanalítico más com- que en el original alemán se
que está trazada por la comunidad de creencias no plejo (transitando las escenas de análoga estructura). contraponen Gemeinsam (co-
es bastante, que ese vínculo ha de ser superado para Rabinovich, como es sabido, amplia la historia, la le- munidad de creencias) y Volk
(pueblo de pertenencia):
la propia constitución del sujeto autónomo (el de la yenda hacia un verdadero mito de Moisés. A saber: la “Was ist an dir noch judisch,
ciencia sin prejuicios). Porque precisamente, y frente hipótesis del asesinato mosaico, con lo que esta saga wenn du alle diese Gemeinsa-
mkeiten mit deinem Volkgenos-
a un nacionalismo de pura pertenencia, cabe afirmar que Freud tiene presente hasta el final de sus días, se sen angegeben hast? ...Noch
un nuevo vínculo (este no filial sino fraternal). Se trata aproximaría al padre de la horda primitiva. sehr viel, wahrscheinlich die
Hauptsache” Freud se replie-
en propias palabras de Freud del “nuevo judaísmo” a ga más atrás, en su pertenencia
ciencia sin prejuicios no puede quedar fuera del. Este En síntesis, la escritura del asesinato de Moisés permite al pueblo judío, para salvar la
comunidad de la religión del
padre destituido por su condición cívica amenazada y colegir un desmentido. Este repudio, entrevisto en la padre. Interesante dilema.
por su quiebra económica, es la entera alegoría de la lectura de “ la escritura bíblica” (cuya fuente es nada 8 .- Es la posición de Heli
desvinculación social de la figura del padre. Tan frágil menos que el Zohar), se reconstruye desde la presencia Morales en su introducción a
Las suplencias del nombre del
y tan decisivamente importante para dar cuenta de lo constante de un síntoma mayor: la culpa judía. Es lo padre, Siglo XXI. El padre en
íntimo de uno. imposible de escribir: Urverdrangt. Por el deslizamiento el discurso social puede “perder
la cabeza”, pero eso no anula
entre las escenas, por el carácter de transmisión psicoa- su eficacia psicogénica.
Pero queda lo capital: nalítica que tiene la reescritura del mito, Rabinovich 9 .- Las referencias más lla-
mativas están en Montaigne
sugiere que se trata de un acto en el principio de la Diario del Viaje a Italia, (edi-
Si recapitulamos, transitando de la escena mítica del constitución del Padre en tanto que el padre esta en el ción de Carlo Thiebaut y mia
padre, la del moisés, y la síntesis freudiana de ambos en Debate + CSIC, 1996),
fundamento del psicoanálisis. donde describe la ceremonia de
escenarios, tenemos estas características: la circuncisión en la Roma de
(a). La estructuración comunitaria del psiquismo, una Reduciéndolo a un enunciado que ligue las dos for- finales del XVI, y en la Cir-
confession de Jacques Derrida,
vez el padre devorado. mulaciones (relato de Moisés / relato de fundación Ed. Du Seuil, 1991.
TrazoUnario

24
del psicoanálisis): el asesinato del padre funda al pa- desligamiento del padre, proceso ambivalente cuyos efec-
dre, la escritura del mito fija lo real del asesinato. tos el hijo siguió sintiendo muchos años después de la
muerte de Jakob Freud. Achacaba a su padre la culpa
de la insatisfactoria situación en casa, que era una de las
Lo más llamativo – a expensas de su mayor debate – es causas de su impulso de viajar.
que esta enseñanza, que permite recuperar el papel del El padre murió en 1896 y Freud experimentó un senti-
padre muerto en la saga misma de Moisés y, por consi- miento de franco desarraigo. Trataba de volver a sentir
guiente, vincularlo al tema de la horda. Si para Freud el suelo bajo los pies y, a los pocos días del entierro co-
menzó a coleccionar esculturas: otro intento -junto a los
fue así, sólo daría testimonio de ello sus versiones del viajes - de conseguir un sustitutivo de la pérdida sufrida.
Moisés. Hasta el último momento. En el manuscrito “Mi característica onírica individual”
escribe Freud que “había comenzado a viajar” en 189510
La palabra, viene a afirmar Rabinovich para apun-
talar su hipótesis, transmite un saber de la experien- Cabe pensar – sigue apostillando Tögel – que, como
cia de la cura como de la teoría (la verdad habla). En sugirió la propia Sabine Spielrein, que hay dos raíces
cambio la escritura: transmite aquello que en ese saber del viaje, es decir del distanciarse por cuenta propia:
toca lo real, aunque sea de forma oscura como una a) el anhelo de desligamiento b) la búsqueda de algo
letra en suspenso…Este hallazgo, pues, estaría en el nuevo, bajo la que siempre se oculta el incesto. Cabe
plano de la letra. sumarse a la conjetura del malogrado Victor Tausk,
quien atribuye el ánimo viajero a la huida de la discu-
Como Moisés, Shlomo: lejano como un padre sión definitiva con el padre y el intento de superar las
condiciones de pobreza de la casa paterna .
Hay un episodio, o un estilo biográfico, en la saga de
Freud, que nos revela con sencillez y sorpresa la cons- Pero Freud no se detuvo aquí con su interpretación.
trucción de la figura del padre. Me refiero a la fuente Fue más allá en introdujo la relación con su padre en el
biográfica que trata de la separación Jakob, del padre. complejo problemático. Cuando Freud, que a la sazón
contaría diez años, supo de su padre cómo un cristiano
Ese desplazarse, junto con la posibilidad de acceso a lo le había humillado cuando era joven y el no se había de-
nuevo no controlado por el padre, nos dice bien de su fendido, contrapuso a esta situación otra que respondía
percepción más íntima. De extranjerías, de viajes, de mejor a mis sentimientos: la escena en la que el padre
otros modos de identidad dice este episodio que conclu- de Aníbal, Almílcar Barca, hace jurar a su hijo ante el
ye, entre sus hitos principales, con la entrada en Roma, altar doméstico, que se vengará de los romanos. Desde
entonces tuvo Aníbal un lugar en mis fantasías”. Aníbal 10 .- Christfried Tögel,
a los pies de la estatua de Moisés de Miguel Ángel. no pudo cumplir su juramento. En cambio Freud, tras su
“Anoche volví a soñar con
viajar” , en Unser Herz zeigt
“penetración” en el año 1901 fue a Roma otras seis veces nach dem Süden: Reisebrie-
Dice Christfried Tögel: (Christfried Tögel, p. 25) fe 1895-1923 (Nuestros
corazones apuntan al sur:
El más importante signo externo de la libertad era para Cartas de viaje 1895-1923)
Freud el viajar, que a la vez era para el un símbolo del Aufbau-Verlag, marzo 2002.
25
En la última frase de la carta que escribió a Romain Sintetizando con decisión, el paso del nombre a los

TrazoUnario
Rolland en 1936 interpreta el nexo que existía entre nombres del padre significa el reconocimiento del un
la relación con su padre, su propia enfermedad y su modelo plural, articulado en su misma estructura, y
edad avanzada: por otra parte maleable, como es el nudo Borromeo.

“Y ahora ya no le extrañará a usted que acuda con tan- Los nombres en plural ocupan (padre real, padre,
ta frecuencia a mi memoria la vivencia que tuve en la simbólico, padre imaginario) las posiciones articula-
Acrópolis, desde que yo mismo he envejecido, necesito
das que son:
indulgencia y ya no puedo viajar”

Lo real del gozo


Curiosa percepción del padre y de su potencia troque-
Lo simbólico de la ley
ladora íntima, la que nos vuelve a un padre nómada
Lo imaginario del amor
y que impone el nomadismo como estilo. Sabemos de
Freud su temprano viaje a la ciudad de Leipzig, donde
Ese modelo plural y rico en matices y redefinicio-
la familia no remonta el vuelo y eso parece llevarles a
nes, se va labrando en una secuencia determinada.
Viena. La ciudad que no es paterna, que Freud nunca
Aquella en la que Lacan se despega de un diagnósti-
quiso en demasía. La situación de nomadismo en el
co institucional de la familia para entrar en el lugar
nombre del padre. Ir y venir. Y luego no poder dejar
estructural del padre en la construcción triádica de
de hacerlo.
las dimensiones de lo inconsciente (nudo Borromeo).
Veamos, pues, brevemente dos momentos del vasto
Ese es el Moisés que viaja y nunca puede entrar en la
edificio lacaniano: (1) El progresivo lugar del padre
tierra prometida, es el Edipo que vaga por el propio
como vehículo de la formación de lo inconsciente (2)
legado del padre muerto, es la condición de la comu-
La estilización del nombre del padre en el sinthome.
nidad dispersa una vez devorado el homínido engen-
drador.
El hilo conductor del padre como formación de lo inconsciente
11 .- Es interesante la versión
2.3. Del padre a los padres en Lacan de Luiz Tarelho, Paranoia y
¿Cuáles son los antecedentes de estas formulaciones?
teoría de la seducción generali-
En el seminario De los nombres del Padre, sabemos que zada, traducida por mí, para
El difícil equilibrio entre una figura sustancialmente Síntesis, 2000, en la que sos-
Lacan mismo traza el itinerario de su preocupación
en decadencia (el padre político) y otras dimensiones tiene – siguiendo a Laplanche
y desarrollo teórico. Este es la conocida secuencia en - que el contexto de la crianza
de la misma que, aunque complejas, parecen seguir
cuatro pasos: y los cuidados, la amenaza de
gozando de buena salud (el padre psicoanalítico) abo- fusión, y la retirada paterna
naría el plural modelo lacaniano. El paso del nombre son vistos como desencadenan-
1. Seminario 3: Schreber y el nombre del padre11 tes. . El punto importante en
a los nombres del padre. la teoría de la forclusión del
2. 15, 22, 29 enero y 5 febrero 1958: la metáfora paterna nombre del padre.
TrazoUnario

26
3. Mayo 1960: drama del padre en Claudel complejo de Edipo, (b) el carácter vincular, escénico,
4. 20 diciembre 1961 y enero 1962:función del nombre del complejo de castración
propio
(a) la diferenciación, implica esa estilización necesaria
Esta secuencia nos muestra bien lo que algunos lla- para la construcción del concepto y modelo analítico
marán la estilización del nombre del padre, a partir (distancia del contexto de socialización)
de las estructuras de la socialización. También es sa-
bido que a partir de1938, Lacan en su Estudio sobre Si nos fijamos en el seminario 5, Las formaciones de lo
la familia: da un paso importante de la etiología psi- inconsciente (sesión del 15 enero de 1958), tenemos que
quiátrica, cuando analiza la transferencia de la cultura efectivamente es la metáfora paterna la que se ocupa
y de las coordenadas psíquicas (como procesos que de la función del padre. Se inaugura con el complejo
exceden a la conciencia). La noción de complejo y de de Edipo que coincide con la Ciencia de los Sueños.
imago12 permiten caracterizar la declinación social de Lo que en ella revela lo inconsciente es el complejo de
la imagen paterna, la declinación jurídica de su poder, Edipo, y esto forma parte de la Historia del Análisis.
la humillación social y en suma – para lo que al aná-
lisis respecta – la conversión del Padre como Imago. La importancia de la revelación de lo inconsciente es
Y por tanto el abordaje de la función paterna desde la amnesia infantil dirigida a los deseos infantiles para
su inscripción en las formaciones de lo inconsciente, con la madre y al hecho de que tales deseos son re-
como metáfora. primidos, pero que se ha olvidado que estos deseos
son primordiales y más: que están siempre ahí. Este
En el 1953, al tratar el mito individual del neurótico, plano es el que despliega la superficie: permite esta-
en la escritura de Función y campo de la palabra, aparece la blecer la diferencia de la función paterna en la familia
metáfora del complejo de castración, respecto de la y en el complejo.
que el Padre representa función simbólica (distante de
lo real a lo que recubre). Ese Padre operador simbóli- (b) el carácter vincular, escénico, del complejo de cas-
co aparece en 1955 como ligado a la metáfora y a la tración (cercanía del contexto de socialización) resca-
función significante. 1970 es definido en relación con ta las figuras sociales, pero les confiere una significa-
el discurso del amo, como el amo tachado. En 1973, se ción que proviene de la escucha de las formaciones
resuelve en una nueva inscripción, la del sinthome, el de lo inconsciente. Escena no es escenario social, sino
nombre del padre, anuda los tres registros. por relación con la “otra escena” de lo reprimido, de
lo pasado a lo inconsciente. 12 .- Un excelente descripción
Si detallamos un poco más estos hitos sucintos, vemos fenomenológica de ambos con-
ceptos la desarrolla J. Lacan
dos progresiones importantes: (a) la progresiva dife- En el mismo Seminario 5 (sesión del día 22 enero de en “Más allá del principio de
renciación entre la función paterna en la familia y el 1958) aparece el carácter imaginario del falo y el sim- realidad”, en sus Escritos.
27
bólico del nombre del padre. La secuencia se acerca a la horda se establece la diferencia jouissance / désir.

TrazoUnario
la socialización (autonomía = castración), separación En ella el gozo puro del padre es presentado como
de la madre, identificación. En esta secuencia: hecho primordial. Es el mismo Gozo de Dios. Es el
deseo del dios de Moisés (al Sadai)
1 castración es sentida como amenaza
2 la privación de la madre, rectifica y refuerza (des- Con ese padre tan armado, tan revestido de dones,
mentida) pareciera imposible recuperar el padre claudican-
3 quien “lo tiene” se convierte en atractor: deseo e te que vimos en los orígenes de los mitos leídos por
identificación Freud y por nosotros mismos. Lacan tiene el genial
hallazgo de establecer una diferencia fundamental:
En la sesión del día 29 de enero 1958, se da este pro- la estructura del Edipo (la estructuración del sujeto)
greso: La metáfora paterna vehicula el complejo de / el grupo familiar (conflicto de roles). La tarea que
castración (no precisamente el Edipo.) Entendiendo queda (y es la nuestra actualmente) es cómo articular
que los conceptos en este desarrollo temprano son lo interno / lo externo: porque es (a) algo más que un
importantes. Precisamente porque ofrecen otra cara. proceso de internalizacion, una dimensión , estructu-
Esta es la pluralidad de dimensiones: rante inconsciente, mientras que (b) ese padre social
y familiarmente visto, que puede ser “una sombra o
Amenaza de castración que es un hecho simbólico so- un banquero” – en expresión de Lacan – queda bien
bre un objeto imaginario por un sujeto real distinguido del nombre del padre que anuda la relación

Frustración: acto imaginario en el que el padre simbó- Al Padre: (au père, au pire13, al padre, a lo peor ) le com-
lico (como quien tiene derecho) impide el acceso a un pete en la estructura del psiquismo una operación
objeto real (la madre) decisiva: al incorporar el animal (horda, amenaza de
Privación: el padre se hace preferible a la madre castración ) el padre adquiere otra característica: su
Metáfora paterna: el padre sustituye como significante a definitiva dimensión inconsciente y la fundación del
la madre. vínculo, de lo político, considerando no lo funcional
de la institución, sino la presencia, los síntomas, de la
La restitución o encumbramiento de la figura paterna otra escena.
tiene en Las formaciones de lo inconsciente, un papel deci-
sivo. Ese es el recorrido por el padre en el Moisés, que Lo” sinthomático” del padre y sus suplencias
establece una lectura bíblica detallada (la misma que
luego quedaría interrumpida en la primera versión La redefinición del padre desde estos trabajos de La-
del seminario Los nombres del padre, 1963). El padre de can (y no sólo) asumen una nueva mirada sobre la 13 .- G. Miller, Du père au
la horda es aproximado al padre sinaítico. A partir de condición sexuada de la figura paterna.” pire, Grasset, 1994.
TrazoUnario

28
La constitución del padre oscila en la doble tensión (a) veda de una relación con el gozo masculino. Y sigue
orientado a gozar a través de la mujer (lo que abre a la diciendo:
dimensión de lo específico del gozo femenino y de su
radical diferencia con el gozo fálico) y (b) el constitui- Hay algo cuya incidencia quisiera indicar. Porque se trata
del sesgo de un momento que es aquel que vivimos en la
do por su capacidad de monopolizar el gozar (lo que
historia. Hay una historia, aunque no sea forzosamente
abre a la dimensión de la definición de gozo como la que se cree, lo que vivimos es muy precisamente esto:
intrínsecamente masculino, y el femenino como su que curiosamente la pérdida, la pérdida de lo que se so-
excepción y reverso). Curiosamente la redefinición de portaría en la dimensión del amor, si es efectivamente
la figura paterna y su función altera de modo com- no la que yo digo —yo no puedo decirla—, ese Nombre
del Padre se ve sustituido por una función que no es otra
pleto la figura materna en relación con ese nombre
cosa que la del “nombrar para” [nommer á]. Ser nombra-
del padre. Para dar en síntesis este paso, refiero dos do para algo, he aquí lo que despunta en un orden que
fragmentos del seminario 19 de Lacan. se ve efectivamente que sustituye al Nombre del Padre.
Salvo que aquí, la madre generalmente basta por si sola
Sencillamente, allí está indicado que el amor tiene para designar su proyecto, para efectuar su trazado, para
que ver con lo que yo aislé bajo el título de Nombre- indicar su camino. (Seminario 21 Les non-dupes-errent, 19
del padre. Es muy extraño. El Nombre-del padre al de marzo de 1974)
que antes aludí irónicamente, cuando dije que ten-
dría relación con la antigüedad de la familia, ¿qué La importancia del nombre del padre es enorme y
puede ser? ¿Qué es lo que el Edipo, el susodicho doble: (a) instaura la negación (frente a lo no-yo, ex-
Edipo, nos enseña sobre esto? Pues bien, no pienso cluyendo la complementariedad, afirmando la man-
que esto pueda abordarse de frente. Por ello, en lo quedad constitutiva) pero también (b) la excepción
que hoy proyecté decirles, y sin duda en razón de que el padre representa (frente a una supuesta com-
una experiencia que a mí mismo me había fatigado, pletud o esencia incuestionada del gozo fálico).
quisiera mostrarles cómo se amoneda ese nombre,
ese nombre que en pocos casos no vemos al menos Precisamente el no que dice el padre es lo que nos intro-
reprimido. Para llevar ese nombre no basta que duce en el fundamento de la negación. Cabe preguntarse
aquella en la que se encarna el Otro, el Otro como si se trata de la misma negación que forma circulo en un
tal, el Otro con 0 [A] mayúscula, aquella digo en mundo, que al definir alguna esencia, esencia de natura-
quien el Otro se encarna — no hace más que encar- leza universal, o sea lo que se apoya en el todo, —preci-
narse, encarna la voz — a saber, la madre, la madre samente rechaza, ¿qué rechaza?— fuera del todo, llevado
habla, la madre por la cual la palabra se transmite, por ello a la ficción de un complemento al todo, y hace a
la madre, hay que decirlo, es reducida a traducir ese todo hombre responder: por eso (. . .) lo que es no-hom-
bre, ¿no se siente acaso que hay una oquedad (béance) de
nombre (nom) por un nodo. ese no lógico al decir-no?. Al decir-no proposicional, diría
yo, para soportarlo. A saber, lo que hago funcionar, en
Lo que Lacan prepara es la mostración del nombre mis esquemas, acerca de la identificación sexual, o sea que
del padre convertido en una función. En clave de bó- todo hombre no puede confesarse en su gozo, es decir en
29
su esencia, fálica para llamarla por su nombre, que todo Recordemos que el término síntoma (del griego sun-

TrazoUnario
hombre no llega sino, al fundarse sobre esta excepción, temno) no significa otra cosa que cortar reuniendo. El sín-
de algo, el padre, en tanto que proposicionalmente él dice
“no” a esa esencia. El desfiladero del significante por el
toma, es un signo sin interpretante, según Peirce. Hay
cual pasa al ejercicio ese algo que es el amor, es muy pre- construirlo. Esa reunión de lo ternario (RSI - tres ta-
cisamente ese Nombre del Padre que sólo es no a nivel del blas de la ley) no es de nuestra estructura, requiere un
decir, y que se amoneda por la voz de la madre en el decir elemento en lo real: “el sinthome”.
no de cierto número de prohibiciones; esto en el caso, en
el feliz caso, aquél donde la madre quiere, con su pequeña
cabeza, proferir algunos cabeceos.(Seminario 21, Les non-
El recorrido parece completarse con la crítica a la
dupes-errent, 19 de marzo de 1974). que Lacan somete el lugar común, con el que comen-
zamos, a saber: el declinar, el declive del padre. O
Esos “cabezazos de asentimiento materno” resultan es una “leyenda dorada” (y entonces tendría razón
importantes para reafirmar la función paterna, que nuestra hipótesis de que tal claudicación aparece ya
es función de negación, de separación, de excepción. en los mitos fundacionales de nuestra cultura), o es
Aquí se ve la radicalidad de la propuesta lacaniana: una cierta etiqueta que se coloca mientras tanto, con
nombre del padre, sexuación, tienen que ver, si puedo una indudable pereza intelectual.
expresarlo así, con los nombres de la frágil condición
humana. Volver al nudo Borromeo con ese sinthome Pero, ¿cómo avanzar en la conceptualización? Incor-
que lo anuda, tiene que ver con el ser que así “cree ser porando la reflexión sobre el padre psicoanalítico mos-
hombre”. Nada menos. trando su dependencia constructiva de las categorías
culturales e históricas, y al mismo tiempo, indicando
El nudo llamado borromeo ya estaba, pues, allí sin que a que en el corazón mismo del vínculo político está la
nadie se le hubiera ocurrido extraer consecuencias de el. huella del claudicante padre que el psicoanálisis le co-
En esto reside el resorte del error: pensar que este nudo rresponde haber inventado, encontrado.
sea una norma para la relación de tres funciones que no
existen una para la otra en su ejercicio más que en el
ser que, por anudarse, cree ser hombre. No es el hecho De todos modos Lacan parece anunciar (Le sinthome,
de que estén rotos lo simbólico, lo imaginario, lo real lo 13 abril de 1976) lo que es lugar común de los diag-
que define la perversión, sino que estos ya son distintos, nósticos posteriores, Michel Tort sobre todo.
de manera que hay que suponer un cuarto, que en esta
oportunidad es el sinthome. Digo que hay que suponer te-
trádico lo que hace al lazo borromeo - que perversión
Efectivamente, y dicho a lo Hamlet, el padre que vos
sólo quiere decir versión-hacia-el-padre (o padre hacia matasteis goza de buena salud. Su declive no ha de
Sión) - que, en suma, el padre es un síntoma, o un sintho- confundirse con la pérdida de autoridad no de él, sino
me, como ustedes quieran. Plantear el vínculo enigmático de un sistema socializador y productivo en mudan-
de lo imaginario, lo simbólico y lo real implica o supone za. El padre que el psicoanálisis levanta es una figura
la existencia del síntoma (Le sinthome, 18 de noviembre
frágil pero decisiva para entender la constitución del
de 1975)
TrazoUnario

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sujeto y sus quiebras. E incluso el gozne del vínculo no-toda inscrita en el orden de la representación,
político contemplado desde dentro. disfrutando de una relación supuestamente privi-
legiada con lo real, en tanto que la inscripción del
3. Para decirlo mejor: nuevas aportaciones nombre del padre supone trascender las figuras del
padre imaginario y real para centrar su valor en la
función metaforizante del padre simbólico, ¿no se
Es evidente que las breves anotaciones de las posicio-
lleva la diferencia de sexos tan lejos que de ella resul-
nes de Lacan han engendrado glosas y comentarios, ta, por decirlo así , la constitución de dos “especies”
incluso críticas sustanciosas que , sin negar los hallaz- diferentes?
gos del psiquiatra que se convirtió en padre-severo
sin dejar de ser cuerpo consumido ( a veces más que La objeción no es baladí y tributa, en mi opinión, a
discernido con cuidado) , tienen algo en común: des- la, al parecer inevitable, recepción ontologizante de
plazar el problema abriéndolo a sus entramados con- los conceptos de Lacan. Quizá sea innecesario, pero
textuales. habría que precisar que, aunque Lacan se inspira en
Sartre, en Bataille, en Heidegger (por nombrar cons-
De entre las muchas posibles - y, reconociendo el ca- picuos pensadores de su entorno y del nuestro) él no
rácter pionero (no sólo en el contexto mexicano) del 14 .- En el prólogo de Silvia
es exactamente ninguno de ellos: quiero decir que no Tubert (ed) Figuras del padre,
libro colectivo ya mencionado Las suplencias del nombre es ontólogo ni metafísico. Cátedra, 1997.
del padre – me limito a tres que tratan de (a) la posible 15 .- J. Lacan Die Bedeutung
des phallus, conferencia en ale-
reducción lacaniana de la problemática sexual ligada Esto, lejos de ser una boutade, tiene que ver con el mán del 9 de mayo de 1958
al padre, (b) el cierre dogmático de la concepción pa- final de la cita de Tubert, “no se lleva la diferencia en el Instituto Max Plank de
terna, (c) la necesaria apertura al contexto político. Munich: “ El falo aquí se
de sexos tan lejos que parecen dos especies diferen- aclara por su función. El falo
tes? No debiera parecernos tal si se tiene en cuenta en la doctrina freudiana (1) no
El padre y la hipóstasis del falo: Silvia Tubert14 es un fantasma, si por ello en-
la posición que phallus ocupa en Lacan desde textos tendemos un efecto imaginario.
tempranos, claramente asumido como simulacro15. Y, (2) Tampoco es un objeto como
Una primera línea de crítica y desplazamiento - a mi tal (parcial, interno, bueno,
por consiguiente, el lugar del padre estaría bien del malo, etc.) en la medida en que
juicio más de la recepción canónica lacaniana que de lado del significante…como por otra parte la mujer. este término tiende a apreciar
la versatilidad del propio vate – es la que junta figura Que no por ser no-toda-fálica quedaría excluida del
la realidad interesada en una
relación. (3) Menos aún es
paterna y masculinidad. Es evidente que así ha de ser, orden de la representación. Porque ambas figuras se el órgano, pene o clítoris, que
que así es la vida misma, pero en la conceptualización definen recíprocamente simboliza. Por ello no es ca-
tiene más calado reconstruir la articulación de estos sual que Freud haya tomado la
. referencia al (4) simulacro que
dos pares (padre + varón) Pero, bien es cierto también que la ontologización co- era para los antiguos”. Véase
mi Mujer es querer, en el libro
rre pareja de esa que he venido llamando estilización de igual título, ed. Minerva,
Al situar el goce femenino más allá del falo, en un Madrid, 2010.
de las condiciones interactivas del padre.
espacio extrasimbólico, al definir a la mujer como
31
Por eso tiene sentido la objeción final del párrafo: Se pueden mantener en suspenso las objeciones por-

TrazoUnario
que, a mi entender, más que cuestionar la reducción
Lo que esta claro al menos es que el principio paterno, cifradora (si puedo llamarla así) de Lacan, nos permite
una vez más se desmaterializa y se eleva a la categoría de
principio único de la generación de los seres humanos seguir preguntándonos por las relaciones entre sexua-
como tales. ción, paternidad y filiación en el contexto contempo-
ráneo. Nos permite también temporalizar el modelo
Ese es el riesgo de la comprensión de una función pa- lacaniano que, a veces, puede ser tomado como ahistó-
terna como engendradora de los seres de palabra, por rico o, peor aún, como ontología del sujeto. Y sabemos
partir de la mediación del significante paterno como que está hecho, como todo lo suyo, para dar cuenta de
condición del sujeto. Pero acabamos de ver que no lo lo que en el análisis concreto surge.
hay sin refrendo materno.
El despojamiento de las condiciones históricas concre-
Y en este mismo orden, de más contundencia y bri- tas – más de ciertos lacanianos, que de Lacan mismo
llantez es el párrafo que sigue: – puede ser vuelto a considerar a partir de estas figuras
del padre que Silvia Tubert analiza cuidadosamente.
Al fundar la filiación y la estructuración del sujeto ex-
clusivamente en la inscripción del nombre del padre que, Michel Tort : fin del padre como dogma16
simultáneamente, supone el corte con respecto a la madre
parece afirmarse entonces la creencia de que, en tanto La objeción y el desplazamiento de Tort tiene que
que seres humanos, nacemos sólo de “un” progenitor. Al
mismo tiempo se asegura el estatuto metafórico del pa- ver con la entrada en el complejo ideológico llamado
dre mediante la negación de su corporalidad, del mismo padre. Por eso elige la palabra dogma. Para advertir a
modo que se asegura la significación universal del falo la reflexión psicoanalítica de la fragilidad del dogma
merced a la negación de su referencia al órgano anatómi- cultural paterno. Y no incurrir en tratar con rigidez
co. Al hacerlo, cristaliza una doble operación que, como lo que de suyo es lábil.
hemos visto, tiene una larga historia: por un lado, se niega
el compromiso corporal del hombre en la paternidad, re-
ducida a su valor significante ( reducción que en lo imagi- Me quedo, en esta mención breve, con la formula-
nario social es, en realidad, una idealización) puesto que ción de sus dos paradojas. En ellas está, creo yo que
lo que parece estar en juego en este contexto es exclusiva- bien planteado, otro aspecto que desplaza el canon
mente el “nombre” del padre. Por otro lado, se encubre lacanista.
el hecho de que el nombre del padre es el decreto de la
madre. En este sentido, Charles Bernheimer ha señalado
que lejos de ser un símbolo del privilegio fálico como pos- Primera paradoja: se podría inferir, lógicamente, de
tula Lacan, el nombre del padre es una fuente de angus- este cuadro que si el padre declina, es porque representa 16 .- Michel Tort, Fin du
claramente una función histórica, ligada a los diversos dogme paternel, Aubier 2005.
tia potencial para el hombre: el problema no radica en la La traducción de estos frag-
sustitución de un significante por otro sino en el riesgo de aspectos de las épocas superadas (por múltiples revolu-
mentos de la introducción es
ciones). Reconocemos hoy (de nombre) la relación de mía ( JMM).
que un pene haya sustituido a otro (ibid. Inntroducción).
TrazoUnario

32
esta figura, el Padre, con un poder histórico “de los pa- declinar. De Don Juan al comienzo de este siglo, para no
dres”, que estos han perdido. Comenzamos a entrever, tomar más que estos momentos, el padre no deja de morir
sin calibrar la justa medida, que era una función social y de renacer, la revuelta contra él y su resurrección no
ligada a lo arbitrario monárquico y jerárquico, al espíritu cesa de prosperar. Este lugar común, esta letanía, que sin
religioso, a los antiguos modos de producción. Se debe- duda ponen música a la recriminación misma de los “pa-
ría poder admitir, por lo tanto, que, como toda realidad dres” propios de cada generación, adquieren acentos nue-
histórica que ha cumplido su tiempo, cede su puesto. Es vos. La categoría de padre resulta solidaria de la “crisis”
cierto que, para ello, habría que aceptar, al tratarse del no sólo de la autoridad (problemática que subyace a toda
Padre, la existencia de una historia real, política, econó- la historia política), sino de las nuevas “instituciones” en
mica; una historia de los sistemas de pensamiento y de los que se han convertido recientemente “lo simbólico”, “la
saberes sobre el padre. diferencia de los sexos”, cuya suerte es presentada como
ligada a los infortunios del Padre.
Nada que objetar hasta aquí, coincide con el diagnós-
tico de Ritvo, coincide con los lugares comunes de la Don de resulta más incisivo es en su segunda parado-
crisis de la función paterna. Lo que añade es el nivel ja, puesto que, como pocas reflexiones sobre lo pater-
epistémico de tratamiento del problema: no hoy, se permite contextualizar – con más o menos
éxito, lo veremos – su diagnóstico en lo concreto de la
Habría que preguntarse cómo las funciones psíquicas división territorial de nuestros mundos:
que estamos acostumbrados a identificar se relacionan
efectivamente con ello. Se trata más bien, en el discurso Segunda paradoja: en el momento mismo en el que
del declive, de mantener una inquietud permanente. Allí el Padre pierde uno a uno sus poderes, se ve que nunca
donde podríamos pensar dinámicamente un cambio de el poder “psíquico” de los padres ha sido tan celebrado
bases, hay que dramatizar antes que nada un desfonda- y exaltado, al menos en Francia. Verdad de este lado del
miento, a la vez antiguo e inminente, una catástrofe que Atlántico, error en ultramar? Hay que constatar clara-
se sitúa, en un más allá metafísico de toda historia real. mente que esta figura mayúscula, el Padre no ocupa, por
Dicho de otro modo, no nos acostumbramos a su Des- desgracia, el mismo lugar en los países anglosajones. Este
aparición y nos atenemos a una historia legendaria que dato extraño está sin duda vinculado al lugar cada vez
protege la ilusión de las realidades de la historia. mayor que en Francia, sobre todo desde los años 1980,
ocupa una versión del discurso psicoanalítico, el de la
Que se trata de ligar con las funciones psíquicas tiene corriente lacaniana, versión completamente coherente
con esta configuración tan antigua de una homilía pa-
todo nuestro acuerdo. Que se trata de un más allá terna, muy anterior al psicoanálisis. Esta coincidencia
metafísico vale como expresión, creo yo, de esa cierta no es menos perturbadora. Incluso si esta corriente nos
atemporalidad en la que se ha recibido el hallazgo de advierte doctamente que no hay que confundir el trivial
Freud y, tal vez más, el de lacan. padre social y el Padre en su función llamada simbólica,
la cuestión sigue obstinada: ¿cuál es la relación de lo que
De este modo ese discurso que pretende traducir el actual, desparece ante nosotros de los poderes de los padres y lo
no es de hoy: actualiza más bien, en Occidente, una can- “universal de la función paterna”? Pues es singular que
tinela según la cual el Padre, con su Familia, no cesa de esta función paterna universal parece prevalecer exacta-
mente en los límites de la penetración de la vulgata la-
33
caniana, que recubren aproximadamente los territorios Ritvo: Del padre a las políticas de su genealogía

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latinizados de la Contrarreforma ( Francia, Alemania,
América Latina) y algunos enclaves de los estudios litera- Ante tanta sociología, tanta historia y antropología cultu-
rios en las universidades americanas, incondicionales de ral se trata de no perder el hilo en esta formidable trama:
los productos regionales franceses excepcionales lo propio de la función paterna localizada desde Lacan
como nombre, nombre del Padre (O.C., p. 30).
Y concluye.
Así advierte Ritvo en su obra mencionada, de la que
Esta función universal “subjetivante” que, ni más ni me- aporto sólo unos pocos rasgos para concluir este epí-
nos, haría de nosotros, gracias a la intervención del Padre,
sujetos humanos, se vería hoy comprometida. El esquema
grafe de los desplazamientos. La solidez ce Ritvo ra-
implicado en muchos de los debates actuales y que tiende dica , a mi juicio, en que nos enseña a leer desde lo
a representar la evidencia, se presenta más o menos así: estricto del discurso psicoanalítico, desde el entramado
1. El psicoanálisis identifica en la función paterna el re- de sus presuposiciones, la desembocadura política de
sorte psíquico de la “ley”, que asegura la “institución del las mismas. La intervención que es la cura, y su teoriza-
sujeto” (es decir lo que nos hace sujetos).
2. La evolución histórica de las sociedades modernas se
ción, tienen efectos ideológicos sobre la realidad
caracteriza sin duda por una disminución del poder so-
cial atribuido a los padres; La realidad del mundo unificado ha puesto en cuestión
3. El declinar del poder social de los padres lleva a pre- la “soberanía caduca de la autoridad” en la cual hasta
guntarse con inquietud sobre la manera en la que puede hoy se ha visto fundada la familia: soberanía que algunos
actuarse la función paterna y, a través de ella, la constitu- querrían restaurar (los psicoanalistas convertidos en pe-
ción del sujeto. ritos entre otros) bajo la forma del Dios padre “tirano”

El debate ya no es la universalidad antropológica del Leyendo a Ritvo y sus percutientes observaciones, me


Edipo, sino la leyenda dorada que antes mencionamos. surge una pregunta ¿Y si resulta que el psicoanálisis
hubiera tenido, en su fundación misma, la tarea de
De todos modos, este esquema del declinar no es satisfac- apuntalar la figura paterna, ya tan amenazada, tan
torio por dos razones: de carácter histórico, por un lado, claudicante desde sus orígenes?
psicoanalítico por otro. En cuanto a la historia, es evi-
dente que el discurso común solemne sobre el declive del
padre es más una leyenda dorada que un saber histórico La línea argumental , es con todo no sociologista, sino
sobre “el Padre”. La pregunta histórica es más bien saber pegada a la lógica de lo inconsciente que la función
cómo se ha construido esta leyenda. Pero apenas hemos paterna re-presenta:
avanzado en este punto, en la medida en que habría que
saber todavía cual es el objeto real de esta historia: punto es un logos separador: palabra y medida, medida de lo
que no deja de tener que ver con la contribución del psi- que carece de ella, separar: cortar, establecer un intervalo
coanálisis sobre “el Padre”. entre dos, un tres sin el cual no hay uno ni dos logos se-
parador y donante: transmisor de la referencia fálica, que
TrazoUnario

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obra en el acto de nombrar al sujeto que, al ser nombra- Retengo, por sintetizar, esta brillante reflexión sobre
do puede nombrarse y nombrar al que lo nombra en el la cuestión del nombre del padre:
espacio de la filiación; vínculo no recíproco, no reflexivo:
el nombre del padre, que es un lugar ante que un nombre
El nombre del padre no coincide con el apellido de padre,
particular, no establece referencia alguna de sí a sí: siem-
pero dónde localizarlo?
pre el padre es el Padre, incluso para el propio sujeto que
Recordemos que Lacan situó la identificación con el
porta la función. nombre propio para decirnos que debe desplegarse el
trabajo del concepto. Y al revés , si el apellido es una vía
Es sería lo específico de la Invención psicoanalítica estrecha, hay vías que por su amplitud espectacular se
ante la supuesta declinación del padre en el siglo diluyen en la pura indiferenciación.
En el nombre localizamos nuestro asunto ; con todo, el
XIX. Y vuelve la pregunta de la utilidad, del efecto no
nombre del padre no es un nombre propio. El nombre
pretendido (¿?) del psicoanálisis desde Freud. Intentar propio de persona es un lugar de identificación y perte-
reparar, suturar, reconstruir… nece a la economía del llamado. (O.C. p. 38)

La respuesta de Ritvo está en esta capacidad de mos- En la interimplicación de lo materno y paterno a la


trar el entramado institucional de padre en la institu- que hemos aludido más arriba como consustancial a
ción familiar (volver a la reflexión primera de Lacan la problemática del padre. Ritvo destaca lo que el lla-
sobre los complejos familiares a estas alturas de siglo, ma dos gestos de Lacan de inmensas consecuencias:
digo yo, no sería banal). Familia no es autocrática,
sino enlazada con la communitas que la alberga. El 1. La madre jamás está sola con su hijo porque entre am-
sujeto se forma o no, se queda en particular sin llegar bos interviene el falo como principio de subsunción y de
equivalencia.
a ser sujeto según se reciba la ley que sustenta el vín-
2. Modificó la presentación tradicional de la regla de pro-
culo político que atraviesa toda forma de familia hibición del incesto al colocar a la madre en el lugar del
Bien Supremo; la identificación entre das Ding y el Bien
Dos extremos: Supremo expresión tomada del vocabulario de la filosofía
1. Las figuras del Padre tal y como se inscriben en la cul- y de la teología, acarrea consecuencias metafóricas.
tura, un lugar que ya sabemos, provienen de más allá
del orden familiar, aunque este orden sea su condición
de posibilidad.
Resulta, pues, estimulante ampliar los problemas que
2. El sujeto para el que toda ley es recibida; noción que en la saga de los lectores críticos de Lacan se formu-
no se contrapone a la de actividad, ya que no es posible lan: desde la contextualización de la sexuación a las
recibir sin interpretar lo recibido como tal, sin tratar de implicaciones políticas de los elementos que luego ve-
dar forma a lo que se recibe, que está dominado por la mos en cuadros y modelos aparentemente atempora-
indeterminación estructural de la ley.
Y cuando el que recibe no interpreta porque reproduce
les (porque pertenecen a la temporalidad lógica de lo
ritualmente órdenes a las que atribuye la más extrema de inconsciente, pero se forman como conceptos discur-
las coherencias, sólo hay particulares, no sujetos. sivos en la exterioridad de la cultura).
35
4. Regreso a los discursos sociales efectos en la propia intimidad. El juego inconsciente

TrazoUnario
de las atribuciones nos deja ver dimensiones más radi-
Veamos, para regresar al contexto social y cultural, a cales de la sexuación. Según ella, según la letra de este
su reparto político de los roles, este mito tereno de los mito, qué es un padre: (a) alguien que trabaja y cami-
orígenes del tabaco. Lo cito de memoria, tras haberlo na ligero, (b) alguien que envidia la fecundidad de su
trabajado en grupo en no pocas ocasiones. Está reco- mujer, (c) alguien que tiene como espacios lo de arriba
gido por Dan Sperber (Le structuralisme en anthropologie, y lo de afuera. Y qué es una madre: (a) alguien que es
1980) en el programa de Levi-Strauss que se llamó fecunda, (b) alguien que prepara bilongos o amarres
“De la miel a las cenizas”: para asegurar el vínculo del marido, (c) alguien que
muere para dar vida. Caben muchísimas más aprecia-
Había una mujer que era una bruja. Alimentaba a su ma- ciones. No aquí ni ahora. Pero para empezar.
rido mezclando con sangre menstrual la planta roja de
carataguá. Este cuando comía se le quitaban las ganas de
trabajar y caminaba cojeando. El modelo de la cinta de Moebius nos permite figurar
Advertido por su hijo, el hombre sale al bosque. Choca el regreso de las representaciones paternas propias
las suelas de sus sandalias y, con este ruido, descubre unas del discurso analítico a sus contextos sociales. En él,
abejas de un panal. Saca la miel del panal y la mezcla con como es sabido, como Freud nos muestra en su Aná-
embriones de una serpiente que acababa de matar. Se lo lisis de masas, el vector del sujeto individualmente
da a su mujer para que coma.
Esta, en cuanto ha comido, nota un terrible picor por considerado, desemboca en su giro en la constitución
todo el cuerpo y se convierte en una ogresa. Inmediata- comunitaria del sujeto.
mente comienza a perseguir a su marido para devorarle.
Este se interna en el bosque y se sube a un árbol. Para Tras este breve recorrido, nos caben aún dos pregun-
distraerla le arroja tres papagayos que están por allí. Ella tas. (a) ¿Cuál es la cifra de las posiciones paternas?
continúa su persecución. El hombre sortea un trampa
que ha preparado para cazar, pero ella cae en el hoyo y (b) ¿Cómo se articula el haz de los rasgos sociales del
muere. padre con el envés de la función paterna del psicoa-
El hombre cubre el hoyo de tierra. De noche, una vegeta- nálisis?.
ción brota del hoyo cubierto. El hombre toma las hojas y
las seca. Las enrolla y en silencio fuma. Sus compañeros
función paterna mitos figuras políticas del padre
llegan y le sorprenden.
Así es como los hombres entraron en conocimiento del Horda. castración Horda primitiva
Mito tereno
Origen traumático de la communitas
(incesto, exogamia)

tabaco. Separación, madre Edipo Padre-padrone: propietario

Identificación con quien tiene Deseo de la madre Padre de la pareja moderna


Amor burgués

Ese reparto, esa articulación de roles y territorios y


acciones y actitudes es significativo. Es el signo de la
construcción política del padre y de la madre. Pero no Hablar de cifra equivale a hablar de articulación, fic-
es un constructor externo, coercitivo, sino que tiene sus ción orientativa que nos permita ver de una vez las
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pistas que se entrecruzan en los relatos fundantes y en lariado, especializado, desvinculado, que compite con
su teorización psicoanalítica. la autoridad del Capital y de los medios de comunica-
ción. Compite con impotencia.
Así vemos que es posible correlacionar (tipo Moebius,
no como funciones) los tres principales nombres de la (c) El surgimiento de la sororidades, en lo cultural y
función paterna (la horda / la separación / la identifi- las transformaciones de la genética reproductiva en lo
cación ) con los mitos que los albergan narrativamen- tecnológico han contribuido a la melancólica (o reac-
te (mitos primitivos, Edipo, Relatos del amor burgués) tiva y mortífera) exclusión o decaimiento de la figura
. El resultado son las tres figuras políticas, que ya no del varón en nuestra cultura. Y, puesto que de filia-
son puramente institucionales, sino que consideran la ción se trata a la postre, de la figura del padre.
otra escena, la vinculación con lo inconsciente que las
dos primera columnas han permitido abrir. El origen (d) La construcción de la masculinidad y su dependen-
traumático de la communitas, el nexo padre-padrone, cia de una imagen paterna, al menos como modelo
y el padre de la pareja moderna nuclear o post, serían destituido. Si en la cultura del linaje se hablaba del Pa-
los nombres más densos de esta relación. dre y la Madre (el Hombre y la Mujer) como modelos
naturales y exclusivos, en la industrial, la pluralidad
La situación de llegada, nos permite destacar, siquiera aludida hace más complejos los sistemas de identifica-
enunciar, estos cuatro rasgos de la crisis del padre, vistos ción. Esto se multiplica exponencialmente en el mo-
desde la mirada política instruida por el psicoanálisis. mento en que ya no es varón o mujer, sino lo masculi-
no o lo femenino el plano de los modelos de vida.
(a) La crisis de la cultura del consumo: del patriarcalis-
mo a la fratría. Esta nuevo escenario – como mostraba Para concluir, recurriendo a la letra misma de los
Jesús Ibáñez en los ochenta17 - modifica las condicio- discursos sociales, presento este cuadro final de una
nes impensadas, inconscientes de todo proceso inte- investigación sobre las figuras del discurso político.
ractivo. La cultura del simulacro acontece a la vez que La pregunta “¿qué es un niño?”18 sirvió para desenca-
la destitución cultural de la vigencia paterna: la fratría, denar un largo elenco de argumentos e imágenes en 17 .- Jesús Ibáñez, Más allá
la horizontalidad, es fuente de modelos de vigencia es- torno a la relaciones paterno-filiales. Al hablar de la de la sociología: el grupo de
tética, ética y política. percepción de lo que es un niño o un a niña, lo que discusión, Siglo XXI, 1985.
18 .- Se trata de investiga-
obteníamos era la imagen de qué es un padre. ciones realizadas a partir del
(b) El papel relevante de la figura paterna en el capi- período 1995-2000. El des-
tinatario fue el Ministerio de
talismo de producción. El padre moderno se modifica El análisis nos permite establecer 4 discursos adultos Asuntos Sociales, en su Direc-
sustancialmente con el advenimiento de la industriali- en función de la autoposición de los padres. 1. fusio- ción de Protección Jurídica del
Menor. Algunas de ellas están
zación. Pero ha perdido ya su aura omnipotente de la nal (invasión del espacio filial por el padre) 2. merito- en Internet (Ver la televisión
cultura preindustrial: se ha transformado en un asa- crático ( proyección exigente en los hijos) 3. nutricio con los niños).
37
(tomar a los hijos como demanda incesante sin objeto) paternas diluidas en el anonimato psicotizante de la

TrazoUnario
y 4. perplejo (negación l sociedad del consumo.

Discurso consciente Discurso inconsciente Por otra parte, intuimos que el padre se ha ido lejos,
Fusión vivo y me castigo en no resolución del Edipo por exactamente tan lejos como nuestro inconsciente. A
ellos: son mi cuerpo no reconocimiento de la
función paterna, del corte la vista está.
“el hijo es de la madre”

Mérito me realizo en ellos, son toda época sueña la


mi falo siguiente (W. Benjamin)
“llegará donde yo no he cada uno es hijo de otros
llegado” sueños

Nutricio me compenso en ellos, no escucho su petición,


son mi boca sino sólo su demanda sin
“antes de que les falte objeto
nada, le doy” niego su finitud

Perplejo no sé qué hacer no soy ni su cuerpo, ni su


se qué no hacer meta, ni su amigo, ni su
todo

La pluralidad de posiciones, junto con las secuencias


anteriores nos permiten concluir que hay una notoria
complejidad en las figuras sociales. Que la declinación
del padre, no es fácilmente detectable, salvo como le-
yenda dorada, quizá porque el proceso es más radical
que el simple dejar de mandar de los varones (que,
dicho sea de paso, se plantea, un poco en poblaciones
desarrolladas y eso con el logro de nuevas violencias
que sabemos).

Hay una distancia, una lejanía, una pérdida de la vieja


figura paterna. Esa lejanía de la figura del padre – por
ahí comenzábamos – que tiene que ver con la distan-
cia, la pérdida de vigencia del antiguo padre-padrone.
Pero no estoy tan seguro de que ese decaimiento de un
sistema parental, en algunas de sus figuras más toscas,
no encubra un sistema de sometimiento a instancias
TrazoUnario

38
39
“El Síntoma es indicio y sustituto de una lo que necesariamente sería del orden del horror para

TrazoUnario
satisfacción pulsional interceptada, el sujeto y por lo tanto éste se protege por formaciones
es un resultado del proceso represivo”
puestas en marcha que le permitan aislarse del peligro
Sigmund Freud
que ha sido señalizado por la angustia, a las que llama-
mos síntomas.
Los trabajos de Freud vieron la luz en medio de una
inmensa soledad teórica, las histéricas fueron su guía
Los síntomas son mensajes cifrados que precisan de
en la obscuridad, porque a través de lo que ellas le
un desciframiento, son la solución de compromiso
entregaban en sus síntomas fue como produjo su pri-
relacionada con un conflicto entre la realización de
mera teoría, la de la seducción, fue también por ellas
un deseo inconsciente y la imposibilidad de llevarlo a
que pudo establecer la técnica y el instrumento del
cabo en la realidad.
psicoanálisis, la técnica, la asociación libre y el instru-
mento, la palabra.
La sexualidad infantil, que ha sucumbido ante la re-
presión, es la principal fuerza impulsora del desarrollo
Es en la histeria donde Freud encuentra que la función
de los síntomas pues éstos son residuos y símbolos con-
sexual se anuda frecuentemente a la angustia y al sínto-
memorativos de determinados sucesos traumáticos
ma defensivo del asco que se instalan como una reac-
que se hallan estrechamente ligados a la vida psíquica
ción, realizada con posterioridad (nachträglich) frente
del sujeto y poseen un sentido sólo representable para
a eso sexual que fue asumido de manera pasiva y que
él mismo.
después surge nuevamente al ser representado, susto
sexual lo llama y es el resultado de una vivencia pri-
Los síntomas buscan en ocasiones procurar una sa-
maria sucedida en la niñez, aunque más tarde, cuando
tisfacción sexual al sujeto y otras a preservarle contra
introduce el concepto de fantasía reconoce que esto no
la misma, son también resultado de transacciones de
pudo haber sucedido realmente, pero que se presen-
la interferencia de tendencias opuestas, y manifiestan
ta en el sujeto a manera de una mezcla de vivencias
tanto lo que ha sido reprimido como lo que ha cons-
que fueron oídas de lo vivido por los padres y lo que
tituido la causa de tal represión y ha colaborado así a
fue visto y oído por él mismo, generando de esta guisa
su génesis.
recuerdos que por la diacronía de los tiempos entre lo
visto, lo oído y el fragmento liberado tornan en inac-
Si recorremos con Freud el camino de la construcción
cesible la autenticidad misma de la vivencia, como nos 1 .- Kuhn, T.S.
de su concepción sobre los síntomas podemos encon- (1969),”La estructura de
dice Óscar Masota “está apartada de la personalidad las revoluciones científi-
trar cuatro tiempos: un primero en el que los ubica
consciente así como de la realidad objetiva, y sólo tuvo cas”, FCE. Pág. 161.
en un gran cuadro al que él denomina Sintomatolo- 2 .- Gay, P. (1988)
permitido desplegarse en la fantasía o bien ha perma-
gía y que lo encontramos en el texto Histeria de 1888. “FREUD, una vida de
necido por entero en lo inconsciente, siendo entonces nuestro tiempo”, Ed. Paidós.
El segundo tiempo se hace presente en sus Estudios
no consabida para la conciencia de la personalidad” Pág. 57.
TrazoUnario

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sobre la histeria que escribe con Breuer, en donde es resaltado muy claramente en el historial: “En la
trata ya a los síntomas como entidades separadas de hipnosis me empeño en ahuyentar estas alucinaciones
las que es necesario encontrar su origen para, de esta de bichos” refiriéndose a un paquete en el que se en-
manera, lograr la cura del enfermo porque solamen- viaron ratas blancas y en el que ella pensaría que hay
te buscando “la vivencia original junto con su afecto, una rata muerta, “ro-í-da”.
puede ser traída a la conciencia, el afecto es por ese
mismo hecho descargado o <<abreaccionado>>, la Otro de los síntomas era ver escenas traumáticas de
fuerza que ha mantenido al síntoma deja de operar y su infancia revividas con mucha fuerza lo que lleva a
el síntoma desaparece” , utilizando esta técnica en los Freud a comprender “porqué tantas veces me habla
casos con los que él trabaja. sobre escenas con animales e imágenes de cadáveres.
Mi terapia consiste en borrarle esas imágenes de suer-
Este tiempo se encuentra principalmente asociado a te que no vuelvan a presentarse a sus ojos. En apoyo
la atención de pacientes histéricas como son los ca- de la sugestión se las tacho varias veces sobre los ojos”
sos de Anna O. que comparte con Breuer, la señora …
Emmy Von R., Miss Lucy R., Señorita Elizabeth von Líneas adelante vuelve a señalar que respecto a un
R., y algunos otros más que lo obligan a pensar de dolor de estómago constante que padecía también
manera diferente, dejando incluso de lado los méto- había eliminado “el dolor de estómago tachándolo, y
dos terapéuticos habituales de su tiempo tales como le dije que después de comer ella esperaría el retorno
la hidroterapia, la electroterapia, los masajes y la cura de ese dolor, pero no lo tendría.”
de reposo de Weir Mitchell.
Emmy habla de una serie de recuerdos de diferentes
Freud escucha en las histéricas algo más, él sabe, sin épocas de su vida y Freud recurre a la misma fórmula
saber con claridad todavía, que detrás de lo que ellas “Le extingo el recuerdo plástico de estas escenas pero
dicen hay algo más, que los síntomas histéricos son el la exhorto a que se las represente una vez más” por-
resultado de un afecto “estrangulado” y el recuerdo de que con ello Freud propiciaba que la carga de afecto
la vivencia a la que se halla sometido ha sido desalojado que contenían disminuyera y de esta manera fuera
de la conciencia, por lo tanto los síntomas son símbolos desapareciendo, porque también ha encontrado que
mnémicos o símbolos del recuerdo sofocado. “Un síntoma corresponde con toda regularidad a va-
rios significados simultáneamente; agreguemos aho-
Es con el caso de la señora Emmy von R. principalmen- ra que también puede expresar varios significados 3 .- Morales, H. (2008)
te en donde va describiendo los diferentes síntomas sucesivamente. El síntoma puede variar uno de sus “Sujeto y estructura”,
que ella presenta y la forma en que él los va eliminando significados o su significado principal en el curso de 2ª.ed.corr. y aum. Ed.
Ediciones de la noche.
a través de lo que llama su “técnica de levantamiento los años, o un papel rector puede pasar de un signi- Pág. 39.
de síntomas” que está utilizando en este tiempo y que ficado a otro” 4 .- Ídem. Pág. 42.
41
Este segundo tiempo de trabajo con el síntoma Freud lo desventaja aparente, la nueva técnica es muy superior

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resume de esta manera “combatí las representaciones a la antigua, e indiscutiblemente la única posible”
patológicas presentes mediante aseguramiento, prohi-
bición, introducción de representaciones contrarias de Ahora bien, aunque es en este tiempo cuando Freud
todo tipo; más no me contenté con ello, sino que fui aborda más profusamente los síntomas en la neurosis
tras las huellas de la historia genética de cada síntoma obsesiva, ya desde 1896 en la Herencia y la etiología de
a fin de poder combatir las premisas sobre las cuales se las neurosis empieza a hablar de los síntomas corres-
edificaban las ideas patológicas. Y en el curso de estos pondientes a ella, que él llama neurosis de obsesiones
análisis sucedía, por regla general, que la enferma de- y en las que ubica la neurastenia de Beard de la cual
clarara, bajo los signos de la más violenta excitación, nos aclara “yo he descompuesto en dos estados funcio-
cosas cuyo afecto sólo había hallado hasta entonces un nales separados tanto por la etiología como por el as-
drenaje como expresión de emociones.” pecto sintomático: la neurastenia propiamente dicha y
la neurosis de angustia (Angstneurose) –denominación
Es importante señalar que la técnica de Freud se ha- que, dicho sea de paso, a mí mismo no me convence.”
llaba muy estrechamente relacionada con el síntoma,
en el primero y segundo tiempo lo que él buscaba era La neurastenia comprende síntomas como fatiga física,
perseguir al síntoma hasta sus orígenes para desde ahí cefaleas, dispepsia, constipación, parestesias espinales,
hacerlo desaparecer, sin embargo, su genio y constan- empobrecimiento de la actividad sexual.
cia en la observación e investigación lo llevan por otros
senderos que le permiten afinar la técnica y, en el texto En la neurosis de angustia la acumulación de la exci-
Fragmento de análisis de un caso de histeria mejor co- tación sexual se transforma directamente en síntoma
nocido como el caso Dora hace un señalamiento muy sin mediación psíquica.
importante sobre el síntoma con el cual inaugura lo
que sería el tercer tiempo, haciendo notar que hasta En la neurosis obsesiva encontramos que el síntoma
hacía poco “el trabajo partía de los síntomas y se consta de dos tiempos uno que lleva a la acción y otro
fijaba como meta resolverlos uno tras otro. He aban- que la cancela, es decir, tienen una tendencia contra-
donado después esta técnica por hallarla totalmente puesta y en general se pueden resumir en prohibicio-
inadecuada a la estructura más fina de la neurosis. nes, medidas precautorias, penitencias a las que Freud
Ahora dejo que el enfermo mismo determine el tema llama de naturaleza negativa, y las otras de la tenden-
del trabajo cotidiano, y entonces parto de la superficie cia opuesta son satisfacciones sustitutivas que necesa-
que el inconsciente ofrece a su atención en cada caso. riamente simbolizan otra clase de acción y, a diferencia
Pero así obtengo fragmentado, entramado en diversos de la histeria en que el componente sexual se vivenció 5 .- Freud, S. (1891) “La
contextos y distribuido en épocas separadas lo que co- de manera pasiva, en la neurosis obsesiva tuvo un pa- Afasia”, 1ª ed. 3ra reimp.
Buenos Aires, nueva Visión,
rresponde a la solución de un síntoma. A pesar de esta pel activo y sobre todo una ganancia de placer. 2004.
TrazoUnario

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Aunque hay otros textos anteriores será en dos princi- va en la fantasía y la regresión al material del pasado,
pales en los que Freud fija las coordenadas del síntoma mismo que ha formado parte desde muy temprano
en la neurosis obsesiva y en los que también escucha del edificio de su doctrina y el segundo al cual él de-
lo que está más allá, en 1909 publica A propósito de nomina “progrediente, que produce sus efectos desde
un caso de neurosis obsesiva (El hombre de las ratas) las impresiones infantiles, señala el camino a la libido
y De la historia de una neurosis infantil (El hombre que se retira de la vida y permite comprender la re-
de los lobos), en el primero agrega a la formación del gresión a la infancia, de otro modo inexplicable. Así
síntoma dos características: la casualidad y la incerti- según mi concepción, ambos factores se conjugan en
dumbre de la memoria. la formación de síntoma.”

Cuando se refiere a la casualidad habla de una dispo- En un cuarto tiempo en el texto llamado Inhibición,
sición de dinero que el padre del hombre de las ratas Síntoma y Angustia Freud utiliza la expresión forma-
tiene encomendado y que de manera ilícita toma para ción de síntoma como sinónima de formación sustitu-
pagar una deuda de juego, pero que es subsanada por tiva y lo aclara de la siguiente manera “La formación
un amigo, al cual, cuando su vida ha tomado un giro de síntoma tiene por lo tanto el efectivo resultado de
mejor en lo económico, no encuentra para poderle cancelar la situación de peligro. Posee dos caras: una,
pagar. que permanece oculta para nosotros, produce en el
ello aquella modificación por medio de la cual el yo se
En cuanto a la incertidumbre de la memoria Freud sustrae del peligro; la otra cara vuelta hacia nosotros,
nos dice que “La predilección de los enfermos obse- nos muestra lo que ella ha creado en reemplazo del
sivos por la incertidumbre y la duda se les convierte proceso pulsional modificado: la formación sustituti-
en motivos para adherir sus pensamientos preferen- va” y es en este texto también en donde señala una
temente, a aquellos temas en que la incertidumbre nueva característica del síntoma como una barrera
de los hombres es universal, en que nuestro saber o que pone límite a la debacle subjetiva, es lo que de-
nuestro juicio permanecen por fuerza expuestos a la fiende al sujeto frente al avasallamiento pulsional pues
duda. Esos temas son sobre todo: la filiación paterna, “Si se obstaculiza la formación de síntoma, el peligro
la duración de la vida, la vida después de la muerte, se presenta efectivamente” , ya que “los síntomas son
y la memoria, a la que solemos prestar creencia sin creados para evitar la situación de peligro que es seña-
poseer la menor garantía de su confiabilidad” lada mediante el desarrollo de angustia”

En el Hombre de los lobos también señala otros dos Asimismo, explica también al síntoma desde la se- 6 .- Idem. Pág. 91.
factores a la causación de síntomas, uno compuesto gunda tópica del aparato psíquico de esta manera 7 .- Freud, S. Cartas a
Wilhelm Fliess (1887-
por la articulación del conflicto actual del enfermo, el “El síntoma es indicio y sustituto de una satisfacción 1904), Ed. Amorrortu.
extrañamiento de la realidad, la satisfacción sustituti- pulsional interceptada, es un resultado del proceso Pág. 218.
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represivo. La represión parte del yo, quien eventual- que se suceden y dan origen al síntoma y establece los

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mente por encargo del superyó, no quiere acatar una nexos que hay entre el conflicto actual, el alejamiento
investidura libidinal incitada en el ello. Mediante la de la realidad, la satisfacción sustitutiva, los recuerdos
represión, el yo consigue coartar el devenir conciente pasados y la regresión a lo infantil que se anudan de
de la representación que era la portadora de la mo- una manera tal que no hay un rompimiento de la ca-
ción desagradable.” dena y se prolonga en lo infinito, por ello el obsesivo
piensa, piensa y no para de pensar.
Resumiendo tenemos entonces que la escucha del sín-
toma por Freud en la clínica psicoanalítica se encuen- Al tener ya la segunda tópica del aparato psíquico, ésta
tra ligada estrechamente al desarrollo de su método, y le permite pensar al síntoma como la lucha que se de-
va sufriendo cambios importantes que la van hacien- sarrolla entre ello, superyó y yo, en la que la pulsión
do más fina. proveniente del ello asaetea al yo, mismo que por en-
cargo del superyó trata de desecharla generándose de
Pasa de las concepciones clásicas del médico especia- esta forma el conflicto que se traduce en síntoma.
lista en enfermedades nerviosas a una primera visión
muy particular en la que agrupa a los síntomas en Así pues, tenemos que el síntoma es primeramente un
una sintomatología de la histeria, él escucha en esos deseo no cumplido, se encuentra estrechamente ligado
síntomas un discurso sin palabras, ahí están los gritos a lo sexual que es inconciliable y que buscarse satis-
silenciosos del cuerpo, expuestos, tan a la vista que no facerse por sí mismo, pero por lo mismo causa sufri-
son captados por la mirada. miento, no se le reconoce como tal, causa un conflicto
psíquico y además tiene un sentido que está inscrito en
La histérica le devela sus secretos a Freud, y la ore- el sinsentido de todo lo que lo rodea.
ja de éste, siempre atenta, los escucha, piensa que lo
mejor que puede hacer es ir eliminando los síntomas, Para finalizar no creo que sea necesario aclarar que el
uno a uno, tachándolos nos dice Freud, es descargar el síntoma está hoy más omnipresente que nunca, pero
afecto, la abreacción es la que produce la curación del sus gritos para reclamar su ciudadanía no se quieren
paciente, pero siempre persiguiéndolos desde su ori- escuchar, se le pretende exiliar con la promesa que se
gen, con lo cual se hace presente la singularidad de su hace de paraísos artificiales en donde la felicidad está
método, lo actual es sólo un pálido reflejo de todo lo al alcance de la boca, perdón de la mano, porque a
que contiene ese recuerdo o vivencia que hace daño. diario podemos escuchar y ver en los medios masivos
de comunicación el bombardeo que los laboratorios
Con la neurosis obsesiva el oído se hace más agudo y hacen de sus productos a través de los cuales es muy
se percata de los dos tiempos del síntoma, el que lleva fácil destituir un síntoma y no darse cuenta de que
a la acción y el que la anula, oye sobre “casualidades” hay otro que lo sustituye.
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Veamos algunos ejemplos:

Bio-electro un medicamento seguro y eficaz que ali-


via la migraña y el dolor de cabeza, dos tabletas si es
migraña y una si es dolor de cabeza,

Si el stres afecta tu vida, Dalay es lo indicado para el


tratamiento de la tensión nerviosa moderada, irritabi-
lidad y dificultad para conciliar el sueño.

Para que pare la gastritis genoprasol, único en la pre-


vención y tratamiento de la gastritis, agruras, reflujo y
acidez estomacal

Y si hay unas manitas que se turban más que otras y


se sienten sucias, quien sabe porqué, AOGel, les quita
esa molesta sensación y las hace sentirse como nuevas
y sin mancha.

Podemos percatarnos pues de que al síntoma se lo


puede acallar fácilmente, no importa que con ello
también se forcluya al sujeto.
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Mientras más cerca estemos del psicoanálisis divertido, del psicoanálisis. Este no sólo surge del campo de la
más cerca estaremos del verdadero psicoanálisis. ciencia sino que es inconcebible sin la historia y la
J. Lacan 1953
ciudad que lo vio nacer. Viena, la capital del imperio
Austro-húngaro de finales del siglo XIX, fue la cuna
El mundo se presenta en un panorama fragmentario.
del saber inaugurado por Freud. Sin ella no se pueden
Continentes, países, lenguas, culturas, historias; latitu-
entender aristas fundamentales del descubrimiento
des diversas y coordenadas contrastantes.
freudiano.
Una pieza importante en el rompecabezas del mundo
Pero no fue la única. Hay al menos otras tres ciudades
es la ciudad. Zócalo de lo social desde Aristóteles, la
importantes para la instauración histórica del psicoa-
ciudad es el caleidoscopio pulsante de la vida humana.
nálisis en sus inicios: Londres, París y Roma. Londres
También la cita de deidades amigas, extenuadas o be-
es la sede de los poderes de la institución psicoanalítica
ligerantes. Son asimismo la explanada de los poderes
internacional, espacio de un importante auge teórico y
políticos, sociales y religiosos. Las ciudades no son solo
clínico así como la tierra del exilio y muerte de Freud.
arquitectura, enjambre de estilos e historias sostenidas
sobre edificios, casas, vecindades, calles, mercados,
París es importante por las escuelas e instituciones
parques, comercios, plazas, iglesias, templos, zonas
psicoanalíticas que allí florecieron y por ser aposento
marginales, florecientes, densas o rosas. Tampoco son
de las propuestas, las elaboraciones y los movimientos
sólo piedras, hierro, cemento, árboles, matas, palme-
surgidos de la enseñanza de Lacan.
ras, cristal, madera y plástico; humo, sol, viento, agua,
sudor, sangre, mierda y basura. Son el espacio privi-
Roma ocupa un lugar especial. Es un lugar de tránsito, de
legiado donde la especie deviene sociedad y donde la
sueño y de encrucijadas; de encuentros y desencuentros.
sociedad construye sus sueños. También donde se es-
tablece la violencia, la desesperanza, los cantos de la
Para Freud, Roma representó un remolino que moja-
vida y las sombras de la muerte. Las ciudades son las
ba sus sueños, un mito poblado de triunfos y epopeyas,
cunas del amor y las recámaras del odio. Son fuerza
una ciudad museo, historia, monumento; un alivio para
centrífuga y centrípeta de lo mejor y lo peor de los
el veneno de otra ciudad que lo desdeñaba e ignoraba.
asentamientos humanos.
Para Lacan, Roma es el comienzo de una apuesta
Las ciudades son el espejo del tiempo. Allí se escribe
radical que se tornó letra en el famoso discurso de
el acontecer del ser y los seres. Son el transcurrir del
1953. Pero no sería la ultima vez que la capital de Ita-
pulso histórico. Hay actos humanos, sea en el campo
lia fuese auditorio de sus palabras. En 1974, Lacan
del saber, del pensar, del soñar, del fundar, del edificar,
retorna con una alocución llamada “La tercera”. Su
del cimentar que son impensables sin el espectro de la
discurso esta vez no bordea el entusiasmo del campo
ciudad y el tiempo que allí se inscribe. Tal es el caso
47
simbólico del lenguaje. Su reflexión se lía en torno al Durante algún tiempo trabajé la cuestión de la sexua-

TrazoUnario
objeto a y la topología. lidad de las mujeres. Allí, evidentemente, el goce Otro
se presentaba con toda su fuerza. Escribí en el 2003:
Ahora, el objeto causa del deseo se presentaba como “El goce del lado de las mujeres implica un goce Otro.
ojo del huracán del pensamiento clínico y conceptual. Un goce que no precisa para su expansión portar nin-
El objeto a no solo permite escribir el algoritmo del guna insignia fálica, que no se somete al caminar de
fantasma abriendo la definición del sujeto a lo real, no las manecillas del reloj ni acepta su prisa mecánica,
nada más faculta la arquitectura de los cuatro discur- que no acata los tiempos de la biología ni transa con
sos radicales introduciendo lo real en el campo de la las legalidades de los fluidos. El goce Otro no quiere
estructura sino que ahora establece la vinculación de reducirse a una zona específica del cuerpo. Su territo-
los tres registros con el nudo borromeo para pensar la rio es extenso como el cuerpo mismo, por ello busca
clínica del psicoanálisis. delicias en cualquier pliegue del codo, en los silencios
de la boca abierta”, en la rugosa llanura de la rodilla;
Dice Lacan en 1974: “…ese objeto insensato que he en el infinito abismo de tu ombligo sudado.
especificado con el “a”. Esto es lo que queda atrapado
en el atasco de lo simbólico, lo imaginario y lo real Se trata de gozar no sólo del órgano, sino de toda la
como nudo.”1 El nudo escribe vinculando los registros planicie del cuerpo y sus recovecos. Sin la prisa ni la
y el objeto, en el vacío de la intersección de ellos, posi- presión de la presunción fálica, el encuentro erótico
bilita abrir los vericuetos del goce. Lacan desde finales puede extenderse hasta intentar tocar con la punta de
de la década de los sesenta y a principio de los setenta los dedos y la lengua, las costas de lo infinito huma-
avanza una doble dimensión del goce. Existe un goce no.”2. Y del goce fálico, pensando en la manera como
fálico y otro que si no fuera ese, sería un goce Otro. este hace fallar a lo macho escribí: “El goce del lado del
hombre, se fundamenta en un imperialismo del uso del
El goce fálico convocaría al lado hombre de los seres órgano como instrumento de presencia en el mundo.
hablantes, el goce Otro a la posición mujer. Evidente- Es como si el erotismo se circunscribiera a una zona
mente no se trata de biología sino de dos modalida- altamente privilegiada. En ese goce hay un predomi-
des de relación con el goce. Ahora, en esta conferencia nio de la ilusión por tener. Detentar esa insignia fálica
llamada “La tercera”, en la presentación del nudo, se legisla un modo de gozar del mundo. Desde esa pers-
establece otra diferencia ante esta bifurcación del goce. pectiva, el goce aparece referido a la tenencia”. 1 .- Lacan Jacques. “La ter-
Existen, espacializados en la escritura del nudo borrro- cera” en Actas de la Escuela
Freudiana de París, congreso
meo, dos exterioridades: el goce fálico aparece como Tenencia de títulos académicos, carros falocromáti- de 1974, Ediciones Petrel,
lo exterior al cuerpo y el goce Otro (del Otro) como lo cos, mujeres convertidas en fetiche o cualquier otro Barcelona 1980, p. 164
2 .- Morales Helí. Sujeto en
exterior al lenguaje. Veámos algunas cuestiones que se estandarte del tener como poder. Es el goce de aquel el laberinto, Ediciones de la
desprenden de esta aseveración de Lacan. que cuando se relaciona sexualmente, circunscribe Noche, México 2003, p. 648
TrazoUnario

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toda la intensidad a una zona exclusiva y reduce la Pablo Neruda y la Nueva picardía mexicana por Octavio
locura del encuentro erótico al tiempo acotado de la Paz. Sí, todos ellos merecedores del Premio Nóbel de
erección.”3 Literatura.

Esto no es falso pero está un poco demasiado teñido de El albur ha sido estudiado desde diversas perspectivas:
ideología. Hay una especie de elogio del goce Otro en sociológicas, antropológicas, literarias, lingüísticas, fi-
detrimento del goce fálico. Asumo la autocrítica. Pero lológicas y culturales. Pero, aquí nos abocaremos a la
además, y eso es lo que me interesa presentar hoy, la problematización de la cuestión del goce fálico. Para
dimensión que Lacan trabaja de que el goce fálico está ello se hace necesario retomar lo trabajado por Freud
fuera del cuerpo abre cuestiones no pensadas en ese en el célebre libro: El chiste y su relación con el inconsciente.
entonces. Es por ello que el tema central de este es-
crito es pensar la cuestión del goce fálico desde estas Del extenso análisis que Freud hiciera sobre el chiste,
dos dimensiones: un intento de “no-ideología” (segu- podemos señalar dos de sus aportes fundamentales: el
ramente fallido) y el fuera del cuerpo. Para ello tomaré chiste tiene como materialidad al lenguaje y segunda,
un camino que tal vez parezca extraño: la cuestión del su espacio es el texto. Lo que hace a la estructura del
albur. chiste no es el contenido sino la textura de su arma-
zón. De hecho se sabe que para hablar del sentido del
El albur puede definirse como una competencia len- humor se necesita tener muy poco sentido del humor
guajera dentro del campo de las referencias eróticas o porque, como en el chiste, lo importante no es el con-
como zancadillas verbales teñidas de alusiones sexua- tenido sino el modo de decirlo. Quien explica lo que
les. Habrá quien piense que los albures no tienen quiso decir un chiste, lo mata. De hecho lo chistoso
honores para presentarse ante la literatura o el psi- del chiste es que no necesita explicación o que su men-
coanálisis. Pero veamos algunas anécdotas curiosas. saje es la forma como el lenguaje se burla del mensaje.
Ante la pregunta ¿cuál es el libro más leído en idioma
español después del Quijote de la Mancha? habrá quien Va un ejemplo: Dos maestras de química reflexiona-
responda: Cien años de Soledad, El siglo de las luces, El arco ban sobre la enseñanza:¿cómo explicarías la disolu-
y la lira, La región más transparente o Sujeto y Estructura. No, ción? Eso que sucede cuando se mete a un hombre
precisamente un libro sobre albures: Picardía Mexicana en ácido sulfúrico. ¿Y la solución?… meterlos a to-
de Armando Jiménez. Y para aquellos que desprecien dos…¿acaso necesita explicación?
esas formas del lenguaje por presentarse ajenas a la
academia y a la alta literatura sépanse que la mentada Freud avanza siempre tomando la materialidad del
Picardía mexicana fue prologada por Camilo José Cela, lenguaje como el campo del chiste. Así investiga sus
un libro de Dichos y refranes de la picardía Mexicana por técnicas para mostrar como funciona. Para él hay tres
García Márquez, Tumbaburro de la picardía mexicana por técnicas: 3 .- Ibid
49
1.- La condensación 2.- La múltiple acepción del mis- Respecto a la de doble sentido, me parece que no

TrazoUnario
mo material y 3.- La del doble sentido. necesitamos ejemplos.

Un ejemplo de la primera es el famosísimo chiste del Pero las técnicas no terminan allí, también existe el
agente de lotería y pedicuro que presume sus rela- retruécano y aquellas por desplazamiento. Un re-
ciones con un rico barón diciendo:“Y así, verdade- truécano es cuando dos palabras comparten letras
ramente, ha querido Dios concederme toda su gra- pero hay un dislocamiento. Por ejemplo: Se ocupa
cia: tomé asiento junto a Salomón Rothschild y él me más de la botella que de la batalla. En el caso por des-
trató famillonarmente”.4La palabra famillonarmente se plazamiento tenemos un chiste clásico: Dos judíos
compone de fragmentos de dos palabras, familiar- se encuentran cerca de unos baños públicos, “¿Has
mente y millonario, que al compactarse forman una tomado un baño?, pregunta uno de ellos. Y el otro
nueva palabra que mueve al chiste al implicar que lo contesta preguntándole a su vez ¿es que falta algu-
trató familiarmente como si fuera un millonario. Sí, esta- no?”5 El primer judío pregunta has tomado un baño.
mos ante el mecanismo de condensación. Veámoslo El acento está en baño. El segundo responde como si
en otros ejemplos de otras lenguas: la pregunta dijera: ¿Has tomado un baño? Hay un
desplazamiento del acento en el texto.
De Quincey dice que gentes ancianas tienden a caer
en anecdotage. La palabra fusiona: Sea por condensación que combine palabras para for-
mar una nueva, genere doble sentidos, tenga múltiples
Anecdote (anécdota) y Alguien decía de las na- acepciones o por desplazamiento que cambie el acento,
dotage (chochez) vidades son alcohollydays los chistes se urden en los recovecos del lenguaje.

Respecto a la técnica de la múltiple acepción, Freud Ahora, algo salta a la vista, la condensación y el des-
da este ejemplo: En un salón de París fue presenta- plazamiento son los dos mecanismos que Freud pre-
do un joven, supuesto pariente del gran Jean-Jacques sentará en la configuración de los sueños. El chiste es
Rousseau y que también llevaba su nombre. Era pe- como un sueño que se presenta de día. Es un sueño
lirrojo. Pero su comportamiento fue tan torpe que la diurno. El sueño y el chiste están armados desde las
dama de la casa dijo a quien lo había presentado a mismas vías del inconsciente. Pero no nada más. Sue-
modo de crítica: Vous m’avez fait connaître un jeune homme ño y chiste se nutren de la viscosidad del deseo vertida
roux et sot, mais non pas un Rousseau. La crítica es que en en las palabras. El sueño es la realización figurativa
vez de conocer un Rousseau conoció un tipo rojo roux del deseo, el chiste también pero termina en risa. El 4 .- Freud Sigmund, El chiste
y su relación con el inconscien-
y tonto sot. Lo que aquí acontece tiene que ver con sueño es la puesta en juego de un deseo que se tramita te (1905) Obras Completas,
una homofonía: Rousseau en un texto, el chiste es un texto que pone en juego Amorrortu editores, BsAs
1976, T-VIII p. 23
Roux sot al deseo para tramitar una extraña alegría. El chiste 5 .- Op.cit. p. 48
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juega con las palabras para burlarse de los obstáculos en metáforas convocantes. El albur invita a la lengua
al deseo; es la realización de un recurso textual para a que se pasee por las laderas de su filo para, en un re-
librarse de la crítica. De allí el estallido de placer. El molino lingüístico, hacer hablar al Otro a través de los
chiste disloca las censuras para producir risa. Freud: otros. Vean si no. En el libro mentado se explica el me-
“….Su operación consiste en cancelar inhibiciones canismo del albur: “Pongamos el caso que alguien diga
internas y en reabrir fuentes del placer que ellas ha- ano, se contesta: préstame atención. Cabeza: Me ve
bían vuelto inasequibles…”6 Una cosa más, si bien es Sara. Chaqueta: Hazme un servicio. Chile: Me agarras
cierto que el sueño y el chiste comparten arquitectu- desprevenido. Chiquito: mande usted?.”7 También se
ra y mecanismos, una diferencia importante es que puede ver en el siguiente diálogo en una cantina:
el chiste es la cara social del inconsciente. Los sueños
son elaboraciones íntimas que se gestan en el secreto “El chofer saludó al cantinero:
del sujeto; son su espejo entrañable. Los chistes son la ¿Cómo anillo por acá?
algarabía social del inconsciente pues incluyen al otro. - Mande usted
El sueño es secreto de alcoba, el chiste llamarada de - Muérdemelo a decir.
fiesta. -Mejor sírveme una torta de las que me has dado en
nalgotas ocasiones
Los chistes y los sueños son formaciones del lenguaje. - ¿Quieres una de chile en papas?
No es difícil apreciar en el chiste de manera soberbia, - Ay cagamba, mejor trabájame cuatro de milargruesa
que sus técnicas, sus hilaciones (de hilar e hilaridad) con remamadas de pitomate y chile cascabel.”8
como sus chisporroteos se configuran dentro de la ló-
gica y la cinética del significante. En el chiste se re- Pero, lo más picante del asunto es que no se trata de
conoce la materialidad significante de la presentación placer como en el chiste común, hay algo que inquieta,
del deseo, allí las palabras se rompen, se compactan, que incomoda, que hace que uno se ponga duro, sién-
se relacionan sin sintaxis ni gramática para producir tese sino a reflexionar en que muchas de estas charadas
nuevos retoños de la lengua; allí también la polisemia no mueven a risa ni producen placer. Incluso pareciera
da la vuelta al ruedo y la metáfora se enlaza con la me- que no están hechas para eso.
tonimia para provocar sorpresas textuales. Los chistes
florecen en la tierra fértil del lenguaje. Muchas veces el que se ríe es el testigo del duelo verbal.
Hay algo que disloca. Sí, la violencia. Hay en todos es-
Es hora de pasar al albur. Los albures tiene también tos juegos una agresión verbal que intenta penetrar al
esta faceta significante. Tal vez como ningún otro re- otro. De hecho, digámoslo de una vez, no se trata de 6 .- Op.cit. p. 124
toño de la lengua, la evocación de la sexualidad vía la placer sino de goce. Sí, de un goce que siendo específico 7 .- Jiménez Armando, Nueva
metáfora y la movilidad significante encuentre tal lu- del lenguaje no debe dejar que el cuerpo se meta. Está, Picardía Mexicana, Ed. Dia-
na, México 1991, p.22
bricidad de expresión. En el albur habla la sexualidad de hecho, construido para eso. Se habla para no tocar. 8 .- Op.cit. p. 237
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No es un juego homosexual, es un duelo fálico; es una Sí, escritura que debe ser leída.

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trifulca entre hombres. Si se alburea a una mujer no
hay juego sino agresión. El albur es un baile de pala- Veamos un ejemplo: Se cuenta con picardía lo si-
bras que sirve para hacer incisión en la tela del decir guiente:
del otro. La desgracia temporal del vencido es del or-
den de lo simbólico, del discurso. No se busca some- En una vuelta a ciclista a Tokio la clasificación era la
ter al cuerpo del otro sino de oradar con la fuerza siguiente:
fálica del lenguaje. La diatriba apunta a un goce, a un El mexicano Martín Cholano, a la cabeza;
goce del habla. Es un duelo verbal donde la elegancia Ben Jalam Elami, el árabe, 2°;
para manejar los brillos de la lengua es lo que más Tekojo Nakama, japonés, 3°;
se aprecia. Un albur burdo es grosería, uno fino, flor Iván Treskke T. Cho, ruso, 4° y
de ocurrencia. Estamos ante un goce del decir que Salomé Terán Parada, español, 5°. Los jueces eran:
deja fuera el cuerpo. Hay una incidencia fálica pero Tagaroka Gando, T. Jodoke Dito, Teyeno Tuoyo,
sin cuerpo. Después de lo dicho se hace evidente que Teruje Tumono y Kekojida Mazuabe.9
el albur muestra lo que Lacan mencionaba como el También se puede dar un ejemplo matemático:
goce fálico, es decir, un goce del lenguaje que deja P2A + A2 x 2D2 = KK10
fuera el cuerpo.
¿Ante que estamos? Ante un enjambre de letras que
Pero aún hay más. Dentro de la picardía mexicana produce no tanto una polisemia, que es del orden del
existe algo que implica un más allá del significante. significante, sino un equivoco escritural asignificativo.
Un espacio que araña lo real precisamente por su re- Más claro, estamos mucho más ante una aventura de
lación con el goce. Se trata de una marca que atañe lalengua, así todo junto, que del lenguaje. Hay en es-
a la escritura. Lacan define en Lituraterre a la letra tas escrituras un litoral que toca lo real en tanto, como
como un litoral entre el goce y el saber, es decir, en- juego de letras, lo que aparece es del orden del goce.
tre lo real y lo simbólico. ¿Cómo pensar esta difícil La cuestión es clara: se trata de un goce más allá del
cuestión? Proponemos, precisamente, hacerlo desde lenguaje. Es un goce que sacude al cuerpo pero sin
la picardía del albur. reducirlo a su entidad biológica. El cuerpo anatómico
es exiliado. Es un cuerpo como sustancia sí, pero de
Los albures anidan en la materialidad de lenguaje, goce. El cuerpo es donde pulsa el goce, esa es su ma-
pero no nada más. En tanto evoca, convoca y hace terialidad. Lalengua es esa dimensión que viniendo
aparecer no al placer sino al goce, hay también una de lo simbólico en tanto cimbra el cuerpo por tratarse
veta que raya lo real. Lo raya cuando, convocando al del goce lo trastoca para hacer litoral con lo real. La-
goce, lo empuja en la letra a decir lo incomprensible. lengua no es el significante puro. Es sólo una faz del 9.- Op.cit. p. 169
Incomprensible que sólo dice cuando hace escritura. mismo; es lo que de lo real hay en lo simbólico. Más 10 .- Op.cit. p.133
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radical: es aquello del goce que anida en el lenguaje. rehilete que engaña la vista al girar. Esa que huele a
Lalangue se acerca al equívoco porque, como en el mariachi y suena a tortillas de mercado. La que recibe
hablar infantil lallation, hay juego. Juego del lenguaje sorprendida a los inmigrantes del campo, del trabajo
que confiesa al cuerpo. Chapuza que arremolina al o de la vida. La que es muchas ciudades y un caos sin
cuerpo para dejarlo fuera. Lalangua es el jugar del fronteras visibles.
lenguaje en el goce. Esto, esto precisamente, es lo que
he querido mostrar: la picardía del albur escrito es A esa ciudad que me recibió y que me permitió llegar
juego del goce que atañe a lo real, es un equívoco más a ser lo que ahora soy dedico este trabajo, porque, a
allá del lenguaje que toca a la escritura; es una puesta pesar de los miedos que infunde, de la violencia que
en acto de lalengua. se respira, de su imposible laberinto, también ha sido
el archipiélago de mis deseos, la cuna de mis hijas, la
Para terminar. Comencé hablando de las ciudades estancia de mi hijo, mi guarida de amor y, entre otras
del psicoanálisis. Para cada psicoanalista cuentan. cosas, me ha dado y enseñado el goce del albur. Y
Pero también cuentan las ciudades de su vida, de su como diría Borges de su ciudad, yo diría de la mía: no
formación, de su ser analista. Yo nací en Guadalajara es el amor México lindo lo que nos une sino el espan-
que siempre será mi nido, cerrojo de mis secretos, mi to, será por eso que te quiero tanto.
estadio de fútbol y mis primeros dolores. Mi padre y
mi madre nacieron en pueblos cerca de la costa, en
puertos tropicales, por ello siempre vuelvo al mar. He
vivido por periodos de mi historia en ciudades que
marcaron mi vida como Londres o París.

Hay muchas ciudades que han sido un hogar por su


hospitalidad como Cuernavaca, Morelia, Oaxaca,
Poza Rica, Querétaro, Toluca, Puebla, Guanajuato,
Puerto Escondido, Zacatecas, Madrid, San José, La
Paz o Salta. Otras que han sido oleada de sorpresas
estéticas como Praga, Viena, Berlín, Puerto Vallarta,
Roma, Venecia, Panamá, Curaçao, Buenos Aires, Rio
de Janeiro, Varsovia, Bucarest, Estambul, Caracas,
Santorini, Barcelona, Atenas, Amsterdam, La Haba-
na, San Juan, Nueva York, San Francisco, Lisboa etc.
Pero desde hace tiempo vivo en la ciudad de México.
Esa que es chinampa en un lago escondido, la que es
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54 A continuación se presentan algunas reflexiones ex-


simbólica, pero que no aborda directamente, por lo
traídas del texto “Las estructuras antropológicas del que a veces se pierden en ese tejido complejo ceñi-
imaginario”, en cuya introducción su autor Gilbert do por el objeto de estudio del autor, donde se diluye
Durand, aporta elementos novedosos para trabajar el un potencial adicional: un remanente producido por
mito a partir de su modelo de comprensión del símbo- el mismo texto a lo largo de su construcción, capaz
lo, basado en una lógica no convencional. de iluminar tangencialmente otras facetas del mismo
objeto y permitir a los lectores profundizar o abrir
En principio se trata únicamente de enfatizar algunos nuevos derroteros para enriquecer el quehacer antro-
aspectos de los trabajos de Durand sobre simbolismo pológico.
e imaginario, a la luz de un pensamiento complejo.
Conceptos como “trayectoria antropológica”, “imaginario En el texto de Durand uno de las aspectos más rele-
de acción”, “método de convergencia”, “redundancia”, “es- vantes es su propuesta respecto a la física y astrofísi-
tructura” o “cuenca semántica”, constituyen principios de ca post-einsteiniana donde aborda lo “real como algo
análisis para dilucidar la intrincada relación existente velado” y lo imaginario de la física, no ya como un
entre mito y símbolo, tema al que se alude implícita- “imaginario de objeto”, sino como un “imaginario de ac-
mente a lo largo de la obra de este genial filósofo del ción”. Esta hipótesis pone el acento en la necesidad
imaginario. de “supresión de la noción de trayectoria ligada a la imagen del
objeto”, eje de la mecánica cuántica y fundamento del
O mejor, este enamorado de la convergencia, cuya concepto de “trayectoria antropológica”, cuyas repercu-
teoría tiene fuertes resonancias para una antropolo- siones metodológicas han hecho mella en los modelos
gía de la complejidad humana, ya que organiza su clásicos de experimentación científica, así como en
propuesta epistemológica a partir de una lógica no los paradigmas de investigación dentro de las ciencias
formal; de un principio de antagonismo y una lógica sociales.
dinámica de lo contradictorio, basados en el modelo
del físico Sthephane Lupasco. ¿A qué consecuencias remiten postulados físicos como
los anteriores, dentro de las disciplinas humanísticas?
Durand a lo largo de su obra, denota gran interés por ¿Cómo afecta esta estocada a la noción de causalidad
establecer analogías con otros campos de la ciencia y su soporte espacio/temporal? Durand considera la
como la biología, la física, la matemática y la genética contribución de R. Sheldrake* a través de su noción
contemporáneas. El mismo interés nos guía en la ela- de “causación formativa” y la propia de “trayectoria
boración de este ensayo, al tratar de establecer un vín- antropológica”, principios de análisis incompatibles * .- Véase R. Sheldrake. Una
culo entre mito y estructura del imaginario, nociones con algunos modelos positivistas todavía imperantes, nueva ciencia de la vida. La
Hipótesis de la causación for-
que forman parte de la trama discursiva a través de y abre otra perspectiva para trabajar con la imagina- mativa; Kairós, Barcelona,
la cual Durand desarrolla el tema de la imaginación ción simbólica. 1981
55
determinada por ideas trascendentes o fórmulas ma-

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*Véase R. Sheldrake. Una nueva ciencia de la vida. temáticas eternas, sino es el resultado de las formas
La Hipótesis de la causación formativa; Kairós, Bar- reales de organismos similares anteriores, por tanto,
celona, 1981 su estructura depende de lo acontecido antes.

Su propuesta no obedece a una lógica aristotélica, Como puede apreciarse, en la “causación formativa” la
sustentada sobre entendidos como el de identidad, repetición es el mecanismo `princeps´ a través del cual
no-contradicción y exclusión, según los cuales una se instaura el sentido; pero un sentido inagotable, ase-
cosa no puede ser en un mismo tiempo y lugar otra diado constantemente por el juego de las redundan-
cosa que la que es; no puede estar al mismo tiempo en cias míticas y rituales para tratar de cercarlo, creando
dos lugares diferentes, etc. en el intento un nuevo excedente de sentido, y alejan-
do cada vez más las posibilidades de acabamiento del
Uno de los principio de análisis de la teoría de Durand, sistema, de frente al el dilema de su fractalidad.
plantea que se puede partir de cualquier extremo de un
conjunto sistémico con la misma fiabilidad, en conse- Durand denomina a este juego, “repetición instauradora
cuencia subvierte el término de `efecto´ de la antigua del acto simbólico” y asegura: “gracias a este poder de repetir
física, el cual asegura: “por su asunción o donación de forma el símbolo satisface de manera indefinida su inadecuación fun-
se vuelve escandalosamente su propia causa. (…) todo –en par- damental”. Asimismo, enfatiza el carácter esclarecedor
ticular para nosotros simbólogos- ocurre como si la maduración o de los conjuntos simbólicos más allá de su función in-
la repetición (las famosas redundancias) del efecto, crearan una dividual; “el conjunto de todos los símbolos relativos a un tema
función causativa”. 1 los esclarece entre sí, les agrega una potencia simbólica suple-
mentaria”2 , fundamento del método de convergencia.
Tal irreverencia, desde luego, viene a revolucionar las El mecanismo de redundancia significante de los gestos
formas habituales de reflexión sobre lo simbólico. y relaciones lingüísticas prevalece respecto a los rituales
y mitos, además permite definir estos últimos como
El otro principio en que se apoya es el de “causación “una repetición de ciertas relaciones lógicas y lingüísticas, entre
formativa”, concepto empleado por el bioquímico Ru- ideas o imágenes expresadas verbalmente”3.
pert Sheldrake para referirse a la memoria agrupa- 1 .-Durand, Gilbert. Las es-
tructuras antropológicas del
da o colectiva de las especies, consiste en que cada En este aspecto, Durand coincide con Lévi-Strauss imaginario; Fondo de Cultu-
miembro de la especie está modelado por campos de en la necesidad de orientar el análisis mítico, no ra Económica, México, D.F.
2004, p.14.
especie (denominados campos mórficos), y a su vez tanto al diacronismo aparente del relato, como al 2 .- Durand, Gilbert. La ima-
contribuye a los mismos, ejerciendo una influencia sincronismo de las secuencias -concebidas como re- ginación simbólica; Amorrortu
sobre sus futuros miembros. La “causación formativa” dundancias- ya que son ellas las encargadas de dar editores, Buenos Aires, 2000,
p. 17.
presupone que la estructura de los campos no está cuenta de lo significativo. 3 .- Ibídem, p. 18
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56
Asimismo, para referirse de manera más amplia al permanente de la energía, de un estado de actualiza-
trabajo de la imaginación simbólica (en el cual se in- ción a uno de potencialización. Es decir, en un princi-
cluye el mito), recurre al término “trayecto antropológico” pio de antagonismo y causalidad de antagonismo de
concebido como principio de análisis atribuible a cual- toda energía y su estructuración.
quier extremo del conjunto sistémico.
La citada dinámica antagónica de la estructuración
Para explicar el desplazamiento de la idea de “imagi- engendra el sistema; sin ese principio de antagonis-
nario de objeto”, a la de “imaginario de acción”, es nece- mo, “(…) no habría más que conglomerados rigurosamente
sario concebir la estructura como un sistema material homogéneos, desprovistos de toda parte distinta o a la inversa,
de fuerzas en tensión, y la acción como la capacidad diversificaciones informes de partes indefinidamente diversas y
el ser humano para transformar el hecho real; para dispersas sin ningún todo posible”6.
ordenarlo. En ese sentido, estructura y acción, com-
parten la idea de orden. A su vez, para Durand sólo es factible hablar de es-
tructura, si las formas abandonan el dominio del
Lupasco, por ejemplo, sostiene: “toda la significación del intercambio mecánico para transitar a un uso se-
término estructura está contenida en la observación y explici- mántico, desatando el libre juego del sentido, sin por
tación de esa relación de las partes entre sí que da lugar a ese ello renunciar a la idea de sistemas y estructuras del
contenido característico que se puede llamar estructura”4 . Más imaginario: “(…) -es decir, el conjunto de las imágenes y
aún, reconoce la necesidad de descubrir su lógica in- las relaciones de imágenes que constituye el capital pensante
terna a través de la denominada <experiencia cien- del homo sapiens- se nos aparece como el gran denominador
tífica>, más acá y más allá de las teorías científicas. fundamental donde van a ordenarse todos los métodos del pen-
samiento humano”7
Dicha experiencia fundamental es la de las “estructuras .
energéticas”: “(….) todo es acontecimiento y manifestación de la Pero, qué permite dinamizar estas constelaciones de
energía, incluso las elaboraciones mentales más interiores y más relaciones, campos, arquetipos y estructuras a las que
abstractas que condicionan la actividad fisiológica de los centros se refiere Durand. Cómo ir más allá de los intercam-
nerviosos superiores”5. bios mecánicos, por ejemplo en el caso del mito, para
transitar metodológicamente a un uso semántico del 4 .- Lupasco, Sthephane. Nue-
vos aspectos del arte y de la
Sin afán de profundizar en el pensamiento del Físico mismo. Son cuestiones develadas, poco a poco a lo lar- ciencia; Ediciones Guadarra-
y para no distraer la atención del tema de este ensayo, go de “Las estructuras antropológicas del imaginario”, donde ma, Madrid, 1968,
p. 84
únicamente apuntaré algunas coincidencias entre la se sobreentiende la premisa de un devenir energético 5 .- Ibídem, p. 93
concepción de estructura antropológica del imaginario organizado a través de estructuras, cuya posibilidad 6 .- Ibídem, p. 95
propia de Durand y la estructura energética, basada de existencia depende de su propio antagonismo y so- 7 .- Durand, Gilbert. Las Es-
tructuras Antropológicas del
en una dinámica antagónica y contradictoria del paso bre las cuales opera la acción del hombre. Imaginario; Op. cit. , p.21
57
El paso de la estructura al “trayecto antropológico”, defini- seedora de una fuerte concentración energética, capaz

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do como incesante intercambio en el nivel de lo imagi- de impedir “toda actualización más desarrollada, relegando
nario, entre las pulsiones subjetivas y asimiladoras y las a la potencialidad los dinamismos antagónicos, e instaurando
intimaciones objetivas emanadas del medio cósmico y así una <realidad> no contradictoria. (…) una sistematiza-
social, se logra a través de la noción de imaginación ción energética a la que he calificado de neuro-psíquica cuyas
como dinamismo organizador capaz de conferir ho- propiedades comportan analogías extrañas, pero indiscutibles,
mogeneidad a la representación: “potencia dinámica que con las manifestaciones energéticas y las sistematizaciones de la
deforma las formas pragmáticas suministradas por la percepción” experiencia microfísica”8.
y fundamenta toda la vida psíquica.
Lupasco establece una analogía entre experiencia
A la imaginación, por consiguiente, se atribuye la psíquica y experiencia microfísica, introduciendo el
función de dar coherencia y unidad al pensamiento tema del simbolismo vía la tercera materia, al atribuir
y sus expresiones simbólicas; de sostener una lógica al psiquismo una lógica similar a la de la experiencia
y una dialéctica entre sentido y símbolo, a través de microfísica: “(…) justamente porque nuestros sentidos no per-
un trabajo permanente de corrección y ajuste, el cual ciben más que lo que elaboran las actualizaciones y las poten-
presupone una anterioridad por parte del símbolo: un cializaciones antagónicas y alternativas de los sistemas físico y
pre-simbolismo. biológico en conflicto y su orientación no contradictoria”9.

La interrogante en este punto, remite a la noción de Todo ocurre “(…) como si el psiquismo fuera esa región
potencia dinámica, es decir, la imaginación como electroquímica donde se acumulan acontecimientos energéticos
dinamismo organizador, ¿Podría analogarse esta transmitidos por el flujo nervioso –bajo su aspecto más general
potencia con la denominada “materia psíquica” por de homogeneidad que acarrea la muerte y de heterogeneidad que
Lupasco? condiciona la vida- no en un estado potencial, como podría
creerse, porque en él serían necesarias actualizaciones antagó-
Efectivamente para el físico la energía engendra sis- nicas, sino en esos estados energéticos intermedios, (llamados en
temas y éstos se estructuran de acuerdo a los tipos mi lógica simbólica estados T porque implican un tercero incluido),
de materias lógicamente posibles: 1) La materia física ni potenciales, ni actuales entre sí, a medio camino, por así de-
integrada por sistemas de moléculas, átomos y partí- cirlo, entre la potencialidad y la actualidad y, por tanto, en una
culas; 2) La llamada materia viva, conformada por los contradicción, una ambivalencia que los liga poderosamente y
mismos elementos que la precedente, pero evoluciona los organiza según lo que yo he descrito brevemente como una
bajo un dominio progresivo de heterogeneidad, el cual tercera materia”10. 8 .- Lupasco, Sthéphane. Op.
cit. , p. 54
organiza su particular forma de sistematización con 9 .- Ídem.
leyes propias. 3) Esta materia remite a la existencia Y llega más lejos en su conjetura, muy cercana de la 10 .- Ibídem,pp. 54-55
autónoma del psiquismo; a su estructura dinámica po- poética de Durand y Bachelard: “(…) la afirmación y la
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negación, motores lógicos de lo homogéneo y de lo heterogéneo, La moneda está en el aire…
velan en ella en tensión, mientras se interpenetran y se separan a Sobre la duración de las trayectorias antropológicas,
la vez; todo está aquí a punto de nacer y de morir a un tiempo; queda por aclarar si de ellas se puede deducir una
las cosas tienen algo de sueño y de realidad; todo esboza ahí algo materialidad constituida por el estado primordial del
continuo que se relaja y se rompe y algo discontinuo cuyos hilos pensamiento –denominada por Sassure flujos de pen-
se anudan (…) Todo ondula ahí y se fragmenta a la vez que se samiento; devenir energético para Lupasco o magma
coagula; todo se muda en una subjetividad activa que perturba de significación para Castoriadis– y cuáles son sus al-
una objetividad de posibles, al mismo tiempo que una objetividad cances.
que absorbe y disuelve la subjetividad (las fuerzas psíquicas dan
la impresión de imponerse a aquello que debiera recibirlas); el De acuerdo con Durand el flujo de materia, para pasar
observador y la cosa observada, de la misma forma que en la a la significación de la experiencia, requiere transitar
experiencia microfísica, se alteran y se colocan recíprocamente en por el tamiz de las estructuras simbólicas. ¿Podría con-
una equivocidad antinómica; las tendencias, las inclinaciones, jeturarse entonces que la materia se proyecta sobre las
las pulsiones, esas especies de trayectorias invisibles, móviles e estructuras simbólicas, dando lugar, por una parte a la
inmóviles a la vez, que parecen estar fuera del espacio y del sustancia, y por otra, a la forma de los signos?
tiempo y sin embargo se crean una especie de espacio y tiempo
propio, de las que sólo se captan los efectos”11. A propósito, cabe subrayar también el carácter inma-
nejable de la materia por tratarse de flujos continuos
Las trayectorias se apiñan en un conflicto dinámico y múltiples, sujetos a una dinámica y a una lógica de
cada vez más amplio y, por tanto, más equilibrador; antagonismo y contradicción: a una ambivalencia
luego algunas de ellas se separan e intenten una sali- constitucional.
da, “se dirigen hacia un plano de actualización físico-biológica
que reprime los antagonismos en lo potencial y se <realizan> Desde este ángulo, cada expresión simbólica está li-
al insertarse en las operaciones de la percepción y de la acción, mitada, coexiste permanentemente con un compo-
tomadas así por la sistematización psíquica”12. nente contradictorio, aunque sea de forma virtual.
Esta lógica es la puerta de entrada a la teoría de Du-
¡Menudo recorrido el de las trayectorias de Lupas- rand, para quien en las estructuras imaginarias: “(…)
co!, faltaría saber si coincide puntualmente con el los mismos datos del mundo mental no pueden pasarse sin la
postulado por Durand para la imaginación simbólica coexistencia de ambos, implicando el uno al otro, definiéndose
y si comparte con el físico la idea de sistematización el uno en relación con el otro; todo es aquí dualístico como en la
psíquica específica, cuya lógica atribuye a los acon- experiencia microfísica”13.
tecimientos energéticos del ser humano una materia
11 .- Ibídem, pp. 55-56
diferente: “más sutil, sin duda, pero más densa, más resistente De igual manera, respecto a su noción de imagina- 12 .- Ídem.
y más intrínsecamente libre que cualquier otra”. ción simbólica, podemos suponer en el paso de la 13 .- Ibídem, p. 58
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materia a la significación, procesos de simbolización, Tal matriz, apuntalada por la idea de materia psíqui-

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procesos de conocimiento que implican la transición ca de Lupasco, es el referente simbólico utilizado por
de lo continuo (analógico) a lo discontinuo (digital), Durand para el estudio de los arquetipos fundamen-
a través de síntesis cognitivas: en suma, el paso de lo tales de la imaginación humana. Adentrarse en este
múltiple a lo único. campo, requiere establecer una nueva concepción
de símbolo, primero definido como imagen, no ya
Más acá de la imaginación, para Durand los procesos de naturaleza lingüística, ni lineal únicamente; sino
corporales también son continuos, de ahí la dificultad como resultado de “(…)conductas elementales del psiquismo
para incorporarlos dentro de los modelos clásicos de humano, reservando para más tarde el ajuste de dichas conduc-
investigación antropológica, con todo lo que su estu- tas a los complementos directos de objeto, incluso a los juegos
dio compromete respecto a nociones tan arraigadas semiológicos” 14.
como las de tiempo y espacio dentro de una lógica
aristotélica. Conocer los referentes teóricos de Durand, permite
explicar cómo se expresa continuamente el potencial
No obstante, la importancia fundamental de los procesos cohesionante de los símbolos, más allá de las contradic-
corporales es innegable; el primer referente del cuerpo ciones naturales, para ligar elementos inconciliables:
para el recién nacido se da a través de la madre, y es pre- los tabicamientos sociales y las segregaciones de los
cisamente tal identificación corporal el primer espacio periodos de la historia estudiados por Durand a tra-
de la cultura, anticipatorio de la función del lenguaje. El vés del concepto de “cuenca semántica”. Entender en
cuerpo genera una función pre-simbólica vía la relación fin, un poco más sobre el despliegue de su dialógica.
cuerpo-tacto, a través de la experiencia, ésta constituye
la función simbólica a partir de la cual es posible nom- Durand concibe esta dialógica desde una perspectiva
brar. Cuerpo y lenguaje, forman un binomio material, simbólica, de ahí parte para investigar los arquetipos
sustento de la función simbólica; el cuerpo permite la fundamentales de la imaginación humana como una
simbolización y, por consiguiente, los procesos cogniti- semántica, no como una semiología de las imágenes,
vos, el pensamiento y el razonamiento. yendo más allá de la expresión lingüística del símbo-
lo, al atribuirle una pluridimensionalidad inteligible a
Cuerpo y lenguaje, hay que insistir, forman un binomio través de un “método comprensivo de las motivaciones”. Así
indisoluble, cuyas manifestaciones dan cuenta del con- logra una convergencia entre la explicación lineal del
tinuo-discontinuo integrante del flujo del pensamiento significante, propuesta por Sassure, y la expresión nun-
y la cultura. Ambos se manifiestan constantemente a ca lograda de los impulsos intuitivos de la imaginación.
través del “semantismo del imaginario”: “matriz original a
partir de la cual se despliegan todo el pensamiento racionalizado El autor resuelve el antagonismo sostenido por Lupasco, 14 .- Durand, Gilbert. Op. cit.
y su cortejo semiológico”. vía un <compromiso>, un esfuerzo para identificar y p.41
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distribuir los símbolos, según los grandes centros de in- En este camino largo y sinuoso de búsqueda de con-
terés predominantes en el pensamiento. Tiende un hilo vergencia entre posturas que intentan reducir las ex-
reflexivo a partir de un pensamiento perceptivo, que plicaciones de las motivaciones simbólicas a sistemas
inicialmente alimenta únicamente lo que denomina de elementos exteriores a la conciencia exclusivos de
“ensoñación imaginaria” (esta incluye las motivaciones del las pulsiones, o a la pulsión únicamente con su consi-
simbolismo religioso o la imaginación literaria, donde guiente mecanismo reductor de la censura difundido
ubica los elementos inductores para la fabulación y por el psicoanálisis, Durand opta por colocarse en la
consecuentemente el mito). senda de la antropología a fin de estudiar las moti-
vaciones simbólicas y establecer una clasificación es-
Tales elementos desempeñan un papel primordial, po- tructural de los símbolos.
larizando los campos de fuerza en el continuo homogé-
neo del imaginario. Adopta para su investigación un punto de vista para
el cual nada humano debe ser ajeno, preocupado por
Otra fuente de encuadres primordiales de los símbolos arribar a una convención metodológica, a un diálogo
la representan los datos sociológicos de la colectividad fructífero entre disciplinas y autores para enriquecer
y de las sociedades; sin por ello omitir la existencia de su mirada sobre el símbolo. De ese esfuerzo comuni-
diversas síntesis motivacionales, producto de las pul- cativo surge su noción de “trayecto antropológico”, como
siones libidinales en evolución y las presiones selecti- una génesis recíproca que oscila entre el gesto pulsio-
vas del grupo familiar. Con este antecedente, Durand nal y el entorno social, y viceversa. Salta a la vista la
advierte cierto fundamento espistémico para el análisis analogía entre esta postura y la de Lupasco respecto
de las motivaciones simbólicas en la regla fundamental a un antagonismo creador de la esencia misma de la
de su maestro Bachelard: “todo elemento es bivalente, invi- energía, fuente de todo.
tación a la conquista adaptativa y, a la vez, rechazo que motiva
un repliegue asimilador”15. Se podría ir más lejos, haciendo coincidir las inten-
ciones de Lupasco y Durand para trabajar en un
No obstante, reconoce limitaciones en la clasificación territorio fronterizo y transdisciplinario constituido
elemental de Bachelard, quien no pone de manifiesto por el psiquismo, “de elaboración difícil, precaria y sin
los motivos últimos que resolverían las ambivalencias. embargo, poderosa en la finura vulnerable de su contextura”.
Así pues, Durand encuentra una respuesta más adecuada
-vía Lupasco- en el concepto de materia psíquica, punto En ese sentido, el psiquismo no es ni una interioridad
intermedio que da cuenta de lo físico y lo biológico, de la subjetiva, ni una exterioridad objetiva, pues “(…) ca-
organización de sus manifestaciones a partir del pensa- racteriza por encima de todo al hombre y permite su conciencia
miento, de las categorías motivadoras de los símbolos en de la conciencia y su reflexión, precisamente en virtud de su
las conductas elementales del psiquismo humano. contradicción, de su duda dinámica”16. Una de las singula- 15 .- Ibídem, p. 38
61
ridades del ser humano, en efecto, consiste en el con- las interacciones con el medio, a este proceso se deno-

TrazoUnario
siderable desarrollo de su sistema nervioso central, mina trayecto antropológico “porque la reversibilidad de
cuya sustancia nerviosa presenta tal complejidad que los términos es lo propio tanto del producto como del trayecto”.
permite la conciencia reflexiva (la conciencia que se
percibe a sí misma). El autor insiste en la génesis recíproca del “gesto” y
del entorno, cuyo corazón es el símbolo, confirmando
En el sistema nervioso central, al igual que en el nú- así su principio de análisis en virtud del cual: “(…) el
cleo del átomo, las tendencias a la homogeneización trayecto antropológico puede partir indistintamente de la cultura
y a la heterogenización están igualmente asociadas o del natural psicológico, ya que lo esencial de la representación
en una sistematización energética diferente a las sis- y del símbolo está contenida en estos dos límites reversibles”17.
tematizaciones físicas y biológicas. Para el individuo
normal, ambas tendencias se encuentran simultá- Límites dentro de los cuales ubica las posibilidades de
neamente potencializadas y actualizadas en una acercamiento al mito, para cuyo estudio se requiere
constante tensión que constituye el motor de la vida de una metodología de <convergencia> porque “(…)
del espíritu. El espíritu del hombre es un universo tiende a localizar vastas constelaciones de imágenes, constela-
en sí, ésta es la tesis desarrollada por Lupasco en su ciones más o menos constantes y que parecen estructuradas por
ensayo sobre La energía y la materia psíquica. cierto isomorfismo de los símbolos convergentes”18.

Tanto el físico, como Durand, implícitamente apuntan Conviene aclarar la distinción entre analogía y con-
a la necesidad de una antropología de la complejidad vergencia, ya que el término convergencia no se re-
humana para continuar por esta intrincada vía de ac- fiere a la identificación de similitudes entre relaciones
ceso al simbolismo y su misteriosa realidad. diferentes, sino de constelaciones de imágenes seme-
jantes término a término, en dominios diferentes del
No obstante, Durand da un paso más allá al identifi- pensamiento.
car del psiquismo como la tercera materia; lugar de
posibilidad de comprensión del universo simbólico y No analogía, sino homología, precisa Durand para su-
sus mecanismos. A tal efecto define su concepto de ima- brayar el semantismo del símbolo y el papel de la con-
ginario como aquel trayecto en el cual la representación vergencia principalmente sobre la materialidad de los
del objeto se deja asimilar y modelar por los imperativos elementos semejantes, que sobre su sintaxis. Homolo-
pulsionales, en tanto las representaciones subjetivas se ex- gía pues, no es función, sino equivalencia morfológica, 16 .- Lupasco, Sthéphane. Op.
plican por los acomodamientos anteriores del sujeto al equivalencia estructural, que permite a los símbolos cit. p. 66
medio objetivo. Este último punto nos remite de nuevo circular en una constelación a manera de desarrollos 17 .- Duran, Gilbert. Op. cit.
p. 45
a la idea de “causación formativa”, pues el símbolo siem- de un mismo tema arquetípico. En otras palabras, 18 .- Ídem.
pre es producto de las determinaciones biopsíquicas y variaciones sobre un arquetipo. Este planteamiento
TrazoUnario

62
corresponde a una “hermenéutica de sentidos compartidos”, No obstante, el autor no enfoca su comentario sobre
más allá de las denominadas hermenéuticas analógicas y permite el tema de la emergencia discursiva, sino directamen-
situar el trabajo de interpretación del mito a partir de otras coor- te lo lleva al terreno metodológico para justificar la
denadas teóricas y metodológicas. validez de iniciar el trabajo en cualquier punto del
sistema: “Metodológicamente, uno se ve obligado a reintrodu-
Además proporciona un modelo para realizar el tra- cir lo que había tenido el cuidado de eliminar ontológicamente: o
bajo antropológico sobre los símbolos, a partir de la sea, un sentido progresivo de la descripción, un sentido obligado
definición de constelaciones o conjuntos simbólicos a escoger un punto de partida o bien en el esquema psicológico o
donde convergen las imágenes alrededor de núcleos en el objeto cultural”19.
organizadores “los que la arquetipología antropológica debe
ingeniarse para localizar a través de todas las manifestaciones Elegir un punto de partida pues, no constituye una
humanas de la imaginación” limitante epistemológica: “(…) si metodológicamente, uno
. se ve forzado a comenzar por un comienzo, esto en modo alguno
La tarea sugerida por Durand no es fácil, él mismo implica, de hecho que ese comienzo metodológico y lógico esté
reconoce la dificultad para la investigación antropoló- ontológicamente primero”20 . Por consiguiente, aconseja no
gica, entre otros motivos por la necesidad de recurrir confundir el hilo de nuestro discurso o nuestra des-
al discurso para dar cuenta de los resultados en el cripción, con el de la ontogénesis o filogénesis de los
rastreo de las citadas constelaciones. propios símbolos, esto vale incluso, si deliberadamente
se parte de uno de los dos esquemas.
Tema muy afín al debate sobre la neutralidad psicoana-
lítica, la incidencia del observador sobre lo observado y Indudablemente alude a un “método de acción mental”, no
la reflexividad, cuestiones que cada especialista habrá a un modelo constitutivo de lo real, por consiguien-
de resolver en el interior de su quehacer profesional. te su análisis comienza con el sujeto, pasa luego a los
complementos directos del objeto, y posteriormente a
Sin pretender desestimar este problema de la discur- los indirectos, siguiendo así una lógica inductiva. Partir
sividad, donde también entra en juego la noción de del psiquismo proporciona ventajas metodológicas con
“gesto” y de “acción”, Durand al señala el vector o hilo respecto a las posiciones culturalistas, ya que constituye
discursivo que necesariamente se construye paralelo al un punto de arranque más simple, más general y más
esfuerzo de identificación de conjuntos simbólicos y se cerrado sobre sí mismo.
añade a los sentidos de las “intuiciones primarias”, en-
fatizando la formación de las “emergencias” surgidas Adicionalmente, el medio cultural representa una
del trabajo antropológico, tema ignorado, aún hoy en especificación de ciertos bosquejos psicológicos de la
día, sobre todo en las ciencias sociales. infancia en los que las vocaciones y censuras cultu-
19 .- Ibídem, p. 48
rales, seleccionan poco a poco las formas de acción 20 .- Ídem.
63
y pensamiento propias de cada sociedad. Se trata de de la vida, los traumatismos fisiológicos y psicológicos, la

TrazoUnario
una amalgama entre lo natural y social, organizados adaptación positiva o negativa al medio vendrán a florear sus
mediante una tensión antagónica. motivos y a especificar el ´polmorfismo´ tanto pulsional como
social de la infancia”21.
Y es precisamente en el campo psicológico donde
busca los grandes ejes para una clasificación abarca- Los reflejos dominantes en el recién nacido humano
tiva de todas las constelaciones encontradas a través se clasifican en tres grandes apartados: dominante de
de su trabajo de investigación. Durand postula la exis- posición, dominante de nutrición y dominante de re-
tencia de un sector de lo psicológico donde surgen las flejo sexual -esta última constituye un campo no muy
“metáforas axiomáticas”, incluso simpatiza con la hipó- explorado, pero de gran riqueza pues remite a una
tesis de Bachelard, quien considera dichas metáforas prefiguración coreográfica del ejercicio de la sexua-
indicadores del movimiento. lidad-. Con base en las dominantes reflejas, Durand
formula como hipótesis de trabajo la estrecha conco-
Ambos parecen optar por la hipótesis de un esquema mitancia entre gestos del cuerpo, centros nerviosos y
clasificatorio de los símbolos de corte cinemático, más representaciones simbólicas.
allá de las formas simbólicas, el cual remite al concepto
de fuerza y atribuye la constancia de los arquetipos a Pero, ¿cómo se concibe desde la teoría, el paso de los
direcciones y “realidades dinámicas” conformadas por las reflejos dominantes a su prolongación cultural? La res-
“categorías de pensamiento”, colocándonos en el camino puesta implica de entrada un acuerdo entre dominante
de un modelo energético, viable metodológicamente, refleja y entorno cultural para motivar la imagen y dar
por tratarse de una “cinemática simbólica, dinamicamente su vigor al símbolo. Esta concordancia debe inspirarse
mensurable”. La motricidad atribuida a sus imágenes se no en la represión, sino en una emergencia surgida del
puede tomar como punto de partida de la clasificación vínculo pulsión-cultura en cuya historia prevalece, se-
aludida, si bien, para ello es necesario localizar esas gún Durand- una “felicidad” suficiente para perpetuarla.
metáforas básicas, esas “categorías vitales” en sus domi- Suponiendo que realmente la economía predominante es
nios correspondientes. la de la pulsión de vida, nos veríamos tentados a formular
la siguiente pregunta ¿es posible atribuir a la “redundancia
Resulta interesante ver como el autor se introduce en simbólica” un valor ético y estético?
el terreno de la reflexología con el propósito consoli-
dar sus hipótesis sobre el fundamento biológico y di- Más allá de las elaboraciones psicoanalíticas centra-
námico del símbolo. Para ello se auxilia del concepto das en la idea de castración y complejo edípico, la
“gestos dominantes” definidos como un sistema fun- respuesta nos conduce a través de una concepción
cional derivado de la reflexología, concretamente de termodinámica enfocada principalmente a investigar
la reflexología infantil, “(…) sobre la cual la experiencia la función negentrópica del símbolo. 21 .- Ibídem, p. 50
TrazoUnario

64
En ese punto Durand opta por un análisis del entor- capaz de abarcar una amplia bipartición entre dos
no tecnológico humano en busca del puente de unión regimenes simbólicos y la tripartición reflexológica.
pulsión-cultura, pero trasciende la materialidad de los Este plan bipartita y tripartita se relaciona a partir
objetos, considerados únicamente como complejos de de los regimenes diurno y nocturno, el primero de
tendencias o redes de gestos: “(…) cada gesto solicita a su los cuales comprende la dominante postural con sus
vez una materia y una técnica, suscita un material imaginario y, implicaciones manuales, visuales y agresivas; mien-
si no una herramienta, por lo menos un utensilio”22. tras el segundo tiene una filiación más cercana con
la dominante digestiva y sexual. No desarrollaremos
Igualmente, distingue el carácter de los objetos estas relaciones, baste subrayar que para el método
(utensilios), del de los objetos simbólicos, debido a su de convergencia constituyen las dos partes del análisis
naturaleza polivalente y su capacidad de constituir donde se agrupan las grandes constelaciones simbóli-
redes donde varias dominantes pueden entrelazar- cas, origen del simbolismo.
se. El objeto, por tanto, está sujeto a trastocamientos
de sentido; duplicaciones portadoras de procesos de Asimismo, esta concepción postula ante todo el “se-
“doble negación” ejemplificados con temas como el del mantismo de las imágenes” como portadoras de un
engullidor-engullido; el árbol derribado, la barca- sentido materializado a través de su capacidad de
cofre o el cortador de lazos quien se convierte en construir culturas. Esta materialidad se desprende de
ligador maestro. la relación entre el arquetipo y “(…) ciertos procesos per-
ceptibles de la naturaleza que se reproducen incesantemente y
La complejidad manifiesta de los objetos simbólicos siempre están activos, pero, por otra parte, también es indudable
justifica la creación del método propio de las estruc- que igualmente se relaciona con ciertas relaciones interiores de la
tura de lo imaginario, el cual consiste en “(…) partir de vida del espíritu y de la vida en general”24.
los grandes gestos reflexológicos para desenredar las redes y los
nudos constituidos por las fijaciones y las proyecciones sobre los La manifestación material promovida por dichos
objetos del entrono perceptivo”23. arquetipos a través de las sociedades y la cultura, se
determina por la forma actualizada para cada caso,
Por otro lado, el énfasis en el entorno tecnológico tam- punto de encuentro entre el imaginario y los procesos
bién incluye los esquemas afectivos, es decir, las relaciones racionales. Por consiguiente, no deben confundirse
del individuo y su medio humano primordial, los cuales arquetipo y símbolo. En el primero la universalidad y
dan pié a la distribución psicotecnológica, base de la la adecuación al esquema (Durand entiende esquema
reflexión sobre las estructuras del imaginario. como una generalización dinámica y afectiva de la
imagen) es constante, en tanto la ambivalencia predo-
En la propuesta de Durand convergen reflexolo- mina respecto al símbolo. Equivocidad y estabilidad 22 .- Ibídem, p. 57
23 .- Ídem.
gía, tecnología y sociología, sustrato antropológico son dos caras del universo simbólico, cuyos lenguajes 24 .- Ibídem, p. 63
65
participan de una dinámica que sólo la producción de tiene gran relevancia, constituye el vínculo entre

TrazoUnario
“sentidos compartidos” lleva eventualmente a buen imaginario e historia. Durand explica que entre los
recaudo. signos fuera del lenguaje –arquetipos– se localizan
las construcciones imaginarias y la historia, cuya
Los arquetipos pues se relacionan con imágenes muy transformación constante se logra gracias al mito,
bien diferenciadas por los grupos y las culturas, las al que además se atribuye la función de mantener
cuales permanecen inmutables, mientras el símbolo en movimiento las trayectorias antropológicas. In-
que los distingue, se transforma permanentemente, se dependientemente de que una vez capturado por el
fuga, escapa, en busca de nuevos sentidos, de signifi- lenguaje, por la palabra, el mito inexorablemente se
caciones múltiples para su pervivencia. digitalice en sintaxis.

Cultura y “natural psicológico” forman límites re- En principio el dinamismo mítico se atribuye única-
versibles, en su interior se mueven los símbolos mente a su inclusión dentro del Régimen Nocturno,
creando “trayectos antropológicos”, cuyos grandes el cual a su vez se subdivide en dominantes digestiva y
ejes se delimitan a través del método de convergen- cíclica (la digestiva subsume las técnicas del continente
cia, encargado de localizar vastas constelaciones de y el habitat, valores alimenticios y digestivos, la socio-
imágenes más o menos constantes, estructuradas por logía matriarcal y nutricia), en tanto a la cíclica se le
cierto isomorfismo de los símbolos convergentes en atribuyen las técnicas del ciclo agrícola, la industria
ellas. textil, los símbolos naturales o artificiales del retorno,
así como los mitos y dramas astrobiológicos.
No obstante, más allá del método, desde una óptica com-
pleja, la riqueza del concepto “trayectoria antropológica”, se En esta última clasificación el antropólogo de lo ima-
puede desentrañar sobre otros dos ejes: signo y mito, ginario, incluye los mitos únicamente como pertene-
cuyos desarrollos forman una espiral por la que circulan cientes al Régimen Nocturno, más adelante desarrolla
a través de una dinámica convergente una convivencia su concepto de Régimen no como simple contenido,
de elementos contradictorios como diurno-nocturno destacando en él su función de enlace entre lo que
masculino-femenino, sol-luna, digital-analógico, padre- considera como el modelo afectivo-representativo
madre, orden-caos, técnica- cultura. Dentro de esta anterior a la idea, o sea, su motivo arquetípico (halo
dialógica de los contrarios, el tiempo condiciona la imaginario), y su compromiso pragmático con un de-
relación entre signo y mito. terminado contexto histórico y epistemológico.

Pero no se trata del tiempo cronológico, sino de uno Para Jung y Durand, este compromiso es responsable
que hace posible la presencia de algo cuando ya no de que tanto las teorías científicas como los cuentos
existe, cuya unidad de significación es el mito. Éste y leyendas compartan límites. Los arquetipos pues,
TrazoUnario

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constituyen el punto de unión entre el imaginario y
los procesos racionales, pero el mito es el mecanismo, Mito y estructura comparten fronteras; son producto
digamos operativo, encargado de materializar dicho de una dialógica entre contrarios –dinámico y estáti-
enlace. co– , convergen para potenciar un sentido. Estabilidad
y dinamismo, esquemas originales y mitos confluyen
“En la prolongación de los esquemas, los arquetipos y los sim- para dar cuenta de los “trayectos antropológicos”. Sin
ples símbolos, se puede seleccionar el mito”. ¿A qué se refiere embargo, esta estabilidad-dinámica implica ubicar la
Durand con esta aseveración?, seguramente a una noción de estructura en oposición a la de “forma”, en-
idea de mito como sistema dinámico de símbolos, tendida como <residuo empírico> o como <abstrac-
arquetipos y esquemas, bajo cuyo impulso “tiende a ción semiológica coagulada>, resultado de un proceso
convertirse en relato”. Si bien esta aseveración no supone deductivo: la forma se define pues como algo estático,
un metabolismo obligado, sino una virtualidad; una detenido, paralizado.
potencialidad creativa del mito.
Por el contrario, la estructura remite a “un dinamismo
Desde esta óptica, se concibe el mito como “bosquejo de transformador”, por tanto, si de acuerdo con ciertas co-
racionalización”, al servirse del hilo del discurso dentro rrientes clásicas se considera la forma como asociada
del cual los símbolos se expresan en palabras y los ar- a la estructura, debe pensarse como forma dinámica.
quetipos en ideas. Por lo tanto, no se pone el énfasis En otras palabras, sujeta a transformaciones debido a
en el contenido, sino en la función mítica como una la modificación de alguno de sus términos, pero capaz
forma de “explicitar” un esquema o grupo de esquemas de conformar “modelos taxonómicos y pedagógicos”.
a través de una sintaxis y una pragmática. Tales modelos sirven a la vez para una clasificación y
como dinamizadoras de los campos imaginarios.
“(…) la organización dinámica del mito corresponde a menudo
a la organización estática que hemos llamado constelación de Definida como <forma transformable>, la estructura:
las imágenes. El método de convergencia pone de manifiesto el “(…) representa el papel de protocolo motivador para toda una
mismo isomorfismo tanto en la constelación como en el mito”25. agrupación de imágenes y que a su vez es susceptible de agru-
parse en una estructura más general que llamaremos Régimen”26
Tal isomorfismo, tanto para los esquemas, arqueti- , las agrupaciones de estructuras vecinas conforman
pos y símbolos, como para los sistemas míticos o las el régimen del imaginario.
constelaciones estáticas, apunta a la existencia de
“protocolos normativos de las representaciones imaginarias” La ductilidad de dichos regimenes da cuenta de una
definidas o relativamente estables, agrupadas entorno estructura flexible, virtualmente modificable, lejos
de los esquemas originales (¿atractores?), denomina- de la idea de inmutabilidad que frecuentemente se 25 .- Ibídem, p. 65
dos estructuras. le atribuye, y precisamente este dinamismo, origina 26 .- Ibídem, p. 66
67
diversas preguntas, ya no sólo sobre la motivación

TrazoUnario
de los símbolos, sino sobre la del propio régimen Para que una fuerza se manifieste, actué, se gaste, ne-
del imaginario, así como por la relación que une las cesariamente tiene que consumir sus reservas. ¿Cómo
transformaciones entre los rasgos caracterológicos o lo logra?, actualizando sus potencialidades, pero di-
tipológicos del sujeto y las presiones histórico-sociales, cha fuerza no puede mantenerse en un estado inicial
sobre “(…) la forma común que engloba a tales regimenes de potencialización sino a través de un dinamismo.
heterogéneos y sobre la significación funcional de esta forma de Es decir, una fuerza antagónica que la rechace a este
la imaginación y del conjunto de las estructuras y los regímenes estado, vía su propia actualización y se potencialice a
que ella subsume”27. su vez, para permitir a la primera actualizarse.

La connotación de estructura como <forma transfor- Dicha lógica responde al “principio de antagonismo”
mable> despierta una especie de escozor por su am- y “causalidad de antagonismo” propia de toda ener-
bivalencia. No así, considerada desde la perspectiva gía, además de constituir el principio y causalidad de
de Lupasco, cuya influencia se advierte en los escasos toda estructuración. Evidentemente, la lógica descrita
párrafos que Durand le dedica al tema y a la que se para las estructuras se contrapone con la lógica clási-
podría hacer mención como corolario de este trabajo. ca, basada en los principios de identidad y no contra-
dicción.
El problema del conocimiento de la estructura, se
asocia con el descubrimiento de su lógica interna; una Por lo tanto, la existencia y conservación de la estruc-
lógica de la parte y el todo constituida en el ámbito tura y de los regímenes del imaginario de Durand,
de los acontecimientos energéticos. El concepto de son tributarios de esta lógica de Lupasco. De ahí su
estructura desde una visión de antropología compleja, insistencia en el “dinamismo transformador de la estructura”,
requiere entender las “(…) elaboraciones mentales más in- sin el cual el sistema arquetípico se desmoronaría, ya
teriores y más abstractas que condicionan la actividad fisiológica que, una actualización progresiva de la homogeneidad
de los centros nerviosos superiores”28 como acontecimientos en detrimento de una potencialización de sus niveles,
y manifestaciones de energía. de las diferenciaciones de la energía, disolvería pau-
latinamente toda la estructura en una uniformidad,
En ese sentido, se define como propiedad fundamen- provocando su muerte.
tal de toda energía, el paso necesario y permanente
de un estado más o menos potencial, a otro más o Consecuentemente, la condición de existencia de las
menos actual: “(…) arrastrando de esta forma el paso de constelaciones imaginarias, conglomerados o arqueti-
la energía antagónica y contradictoria de su estado de actuali- pos, depende de este principio de causalidad -de an-
zación al estado de potencialización”, sin dicho proceso “nada tagonismo inherente a toda energía-, cuya posibilidad 27 .- Ídem.
28.-Lupasco, Sthéphane, p. 93
puede ocurrir en el mundo”29 . de actualización y potencialización se comporta como 29 .- Ibídem, pp. 80-112
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“memoria de una finalidad en sus estados de potencialidad, y los antagonismo, dominar y calcular sus energías de ligazón y de
de una causalidad mecánica en sus estados de actualización”, homogenización y las rupturas y heterogenización –bajo sus
según precisa el físico, para quien este dinamismo de múltiples aspectos-, sus grados respectivos de potencialización
la energía desempeña alternativamente un doble pa- y de actualización”.30
pel.
Así, para trabajar con el concepto de estructura es ne-
Con base en esta dialógica, se capta mejor la clasi- cesario estudiar su contradicción dinámica y cantidad
ficación de Durand en los ejes diurno-nocturno, el de antagonismo, las cuales determinan su grado de
primero podría hacerse corresponder con el concepto resistencia o debilitamiento, aportando a los especia-
de “actualización” y el relativo a lo “nocturno” con listas datos para evaluar las posibilidades de modifica-
el de “potencialización”. El enfoque subyacente a la ción o destrucción del sistema o estructura, objeto de
teoría de Lupasco y Durand, presupone la existencia su investigación.
de estructuras a partir no sólo del hombre, sino tam-
bién de la naturaleza (materia física), de ahí la validez Hablar de cantidad de antagonismo en las disciplinas
de recurrir a una “lógica contradiccional del antagonismo humanísticas es complicado, toda vez que su falta de
energético” para tratar de entenderlas. operatividad, remite a la necesidad de pensar en térmi-
nos cualitativos, y no sólo en términos cualitativos, sino
La lectura de la introducción a “Las estructuras an- de fuerzas antagónicas, es decir, crear o aprovechar las
tropológicas del imaginario” a la luz del concepto condiciones en que éstas se manifiestan para dar cuen-
de estructura de Lupasco, enriquece el tema de lo ta de ellas. Hace falta promover una antropología del
metodológico ahí expuesto. Su noción de estructura vínculo, de la relación; pero también de sus antítesis:
tiene algunas implicaciones metodológicas acordes el lazo negativo, la no-relación, la des-articulación, la
con una antropología compleja. diversidad, la exclusión, aspectos todos ellos inherentes
a la energía misma.
Entre ellas la importancia y el énfasis que debe prestar-
se no sólo a las relaciones; a las fuerzas de ligazón, de Tópicos definitivamente pertenecientes al régimen
asociación, de cohesión –tendencia muy generalizada nocturno al que Durand incorpora un sesgo me-
en el ámbito de los estudios científicos y humanísticos–, todológico propio del concepto de estructura. Ésta
también es imprescindible dirigir la atención, “sobre las permite todavía extraer otra pista metodológica para
fuerzas de ruptura, de disociación, de exclusión diversificadora e una antropología compleja: “(…) en presencia de cual-
individualizadora de toda estructura”. quier estructura, dada o por construir, no ignorar jamás que
una estructura no puede ser rigurosamente actualizada, es de-
“Para explicar una estructura, para utilizarla, es, pues, pre- cir, absoluta, debido a la naturaleza y a la lógica mismas de
ciso modificarla, engendrarla, fabricarla, conocer su lógica de la energía. Una estructura no es más que una estructuración 30 .- Ibídem, p. 101
69
dinámica que comporta siempre una estructuración potencial, falta de compromiso del mito con la lingüística, a su

TrazoUnario
antagónica y contradictoria”31. falta de fijeza expresiva, es evasivo, no se deja ubicar,
salta de una boca a otra, de una narración a otra, de
La lógica expuesta, coadyuva a una mejor compren- una palabra a otra… Se escurre, escapa a cualquier
sión de la complejidad mítica, cuya estructura podría forma, su valor es él mismo en su ser y en su estar, más
pensarse por una parte como narrativa, es decir como que en su decir y en su contar.
un “pluralismo dinámico” materializado a través de
la palabra, y por otra, como estructura potencial, Mito es gramaticalmente hablando gerundio perma-
surgida de la constancia bipolar de lo imaginario. nente: es un ifinit (o)ivo, siempre abierto, conjugándose
En todo caso, el mismo Durand define el mito como constantemente: a punto de decir-se: postergando su sen-
un conjunto simbólico, por consiguiente, también par- tido, evadiendo su entrega. Sus límites no tienen anverso,
ticipa del carácter de símbolo “como procedimiento ni reverso, el mito es una banda de moebius, nunca se
de mediación a través de un conocimiento concreto sabe donde está, por eso tiene tiempo y espacio propios.
y experimental”, y de esa doble naturaleza inherente
a la mujer y al régimen nocturno atribuida al <sum- Son la ritualidad y sus sucedáneos contemporáneos
bolon> , a la vez creador de sentido y su receptáculo. diseminados en las prácticas del cotidiano, los que
permiten al mito otras formas de presencia y perma-
El mito posee esa condición dual de activo-pasivo, ex- nencia más allá de la idea de identidad (predominante
presada permanentemente a través del juego de sus aún en la mitología clásica) como puede ser la convi-
redundancias que simula liberar el sentido en el ins- vencia, resultado de otras estrategias de manifestación
tante preciso de atraparlo. Vive buscando el sentido -actualización del simbolismo mítico.
para liberarlo con la magia de su toque: sueña con
atraparlo para dejarlo partir…“El mito no se reduce di- Pero volviendo a Durand -para quien el mito provie-
rectamente a un sentido funcional por medio de la contingencia ne de la imaginación, como una de sus expresiones
de una lengua, como la palabra incluida en el léxico. Constituye más logradas- antropológicamente define la función
un lenguaje, sí, pero un lenguaje allende el nivel habitual de la mítica como un dinamismo equilibrante, una fuerza
expresión lingüística”32. de cohesión social reflejo de la cultura, de la cual es
producto y producción. El mito funciona como un
¿De qué lenguaje se trata, qué significa `allende´?, enlace, un puente o un lugar de transición entre los
¿Cómo entender un más allá del lenguaje? O mejor, regimenes diurno y nocturno, con todo lo que impli-
¿Cuáles son los ingredientes de esta formula imagina- can dentro de la dialógica esbozada.
ria? ¿De qué está hecha el mito? ¿Cómo entender su 31 .- Ibídem, p. 109
32.- Gilbert, Durand. La
originalidad respecto de los otros hechos lingüísticos? Más aún, el espacio potencial-actual del mito delimita sim- imaginación simbólica. Op.
Existe, no cabe duda, un gran misterio respecto a la bólicamente aquellas polaridades divergentes; imágenes cit. p. 60
TrazoUnario

70
antagónicas que sin perder su individualidad y poten- Las convergencias empíricas como arquetipos, regime-
cialidad antagónicas, son capaces de relacionarse “en nes, estructuras, constelaciones o sistemas, deducidos
el tiempo, en el hilo de un relato, más en un sistema que en una del su análisis, constituyen categorías clasificatorias
síntesis”. identificables a través del comportamiento reflejo o
social de los individuos. “Esta tripartición <verbal>
Esta organización actualizada por el mito da cuenta que descubrimos en el origen reflejo, totalmente
de los “instantes psíquicos de una <historia>”, expresados biológica aún, del trayecto antropológico la volve-
a través de estructuras discursivas de lo imaginario, de remos a encontrar sin cesar en los diferentes niveles
donde emergen “ciertos hábitos retóricos inherentes al relato” de formación de los símbolos”. 34
a manera de referentes paradigmáticos para las mani-
festaciones psicosociales de la imaginación simbólica Como estudios del mito, no podemos ignorar las
y su variabilidad temporal. aportaciones teóricas de una antropología la conver-
gencia, para una reflexión sobre la lógica y dinámica,
33 .- Ibídem, p. 99
“Regularidad alternante”, así concibe dichos hábitos que desde la perspectiva de su dinamismo antagónico
34 .- Ibídem, p. 102
integrados por grandes sistemas de imágenes de organizan los recorridos de la energía simbólica.
<representación del mundo> que “se suceden de ma-
nera intermitente en el curso de la evolución de las civilizaciones
humanas”. Si bien, tales regularidades están sujetas a
factores de desequilibrio extrínsecos, los cuales van
creando emergencias surgidas de sus propias historias
de acoplamiento (vueltas parciales al equilibrio) y ha-
cen cada vez más complejas sus formas de expresión,
tanto en el terreno de lo socio-psicológico, como de
lo fisio-psicológico, adscribiéndose a los esquemas de
acción postural, digestivo y copulativo.

Durand da por sentado que entre categorías simbólicas


arquetípicas y reflexologicas, no existe una relación
de causa efecto, de esa certeza desprende su principio
metodológico: “(…) <el trayecto antropológico> pue-
de ser seguido en el sentido: fisiología---sociedad; o al
revés sociedad---fisiología. Simplemente, se comprue-
ba una convergencia de símbolos en series isótopas, en
diferentes niveles antropológicos”.33
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Cuerpo, contendor de la vida y la muerte, lleno de letras, Cuerpo, lienzo, hoja con trazos, firmamento con es-
trazos, rayones, cicatrices, manchas, huellas, orificios; ¿para trellas , lunas y demás astros.
qué? para hacerlo propio: herirlo, embellecerlo, perforarlo,
tatuarlo, vestirlo, mostrarlo, maquillarlo, alimentarlo, en- “Si leo con placer esta frase, esta historia o esta pa-
fermarlo, destruirlo, ponerlo en riesgo. El cuerpo respira labra es porque han sido escritas en el placer (este
y está también atravesado por el significante, pero gran placer no está en contradicción con las quejas del
parte de lo que se escribe no es del orden simbólico sino escritor). Pero, ¿y lo contrario? ¿Escribir en el placer,
de lo real. me asegura a mí, escritor, la existencia del placer de
mi lector? De ninguna manera. Es preciso que yo
El cuerpo está tan lleno de vida, de desborde, ¿cómo busque a ese lector (que lo `’rastree”) sin saber dónde
ponerle significante a aquello que solo se siente y que está. Se crea entonces un espacio de gocé, No es la
no alcanza a describirse?, sentir mi cuerpo, sentir la “persona” del otro lo que necesito, es el espacio: la
respiración, los latidos de un corazón, un suspiro, una posibilidad de una dialéctica del deseo, de una im-
caricia, ya sea por uno mismo o por otro, un pelliz- previsión del goce: que las cartas no estén echadas
co, un orgasmo, un abrazo, sentir un “te amo” , no sino que haya juego todavía”.1
solo con las fibras de los órganos del aparato auditivo
sino con el cuerpo entero. ¿Cómo vamos escribiendo Ese espacio es el cuerpo, lugar de intercambio, de
nuestra historia en el cuerpo? Un cuerpo poseído por lazo, de juego, ese lector con el que puedo intercam-
una historia y nosotros poseídos por ella. El cuerpo biar letras porque tiene los lentes para divisar mi
es. Cuerpo habitado por el deseo, cínico, imposible diminuta escritura, entonces tampoco es el lector
de silenciar, habitado por la muerte y por el exceso, solo, sino que soy yo con el otro y con a. Con cada
cuerpo que crea y que destruye. lector se lee una historia distinta, se construye una
historia diferente. Pero en todas está el sujeto.
¿Cómo se lee pues todo aquello? ¿quién lo lee? Es a
partir del lector que entonces algo distinto se dice. El Hay una escritura para cada tiempo, cada historia,
sujeto, autor con los otros de su obra principal, su his- cada época; pero que a la vez trasciende eso y ha-
toria, su cuerpo, pero que de algún modo no sabe lo bla independientemente de ello. ¿Qué tipo de escritos
que ha escrito, no sabe que sabe. El deseo es deseo del hay en los cuerpos? Hay poesía, hay cuentos fantásticos,
Otro. No construye solo el sujeto su cuerpo, lo cons- historias de miedo, sinfonías azules, memorias obscuras,
truye con la mirada de los demás, viendo que lo miran mentiras piadosas. ¿Con qué están escritas?, con lo que
y viéndose en su mirada. Siendo leído y leyendo a los ya se había dicho, con síntoma, con sangre, con tinta,
otros. Entre los cuerpos se hablan en su soledad, se con piel, con cicatrices, con enfermedades, con caricias,
rozan y se reconocen. con golpes… formaciones de escritura. 1.- R. , Barthes, El Placer
del Texto, Francia: 1975
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El cuerpo también se escribe a sí mismo, esa mirada El cuerpo se vive como la no relación sexual, no se llega

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que me observa, la del espejo, de algún modo la tengo al goce sexual al mismo tiempo, no se siente lo mismo
que identificar, reconocer, pues esa mirada es de otro al mismo tiempo, el cuerpo vive a destiempo del otro,
que no soy yo pero que a la vez se que es mi reflejo. se esta a solas con él toda la vida, con esa masa frag-
Me identifico en la diferencia. mentada que uno también tiene que aprender a leer
o al menos intentar ponerle significante a eso que se
“La escritura es esto: la ciencia de los goces del lenguaje, su siente, atravesar y perforar el cuerpo con el recurso que
kamasutra (de esta ciencia no hay más que un tratado: la tenemos, el lenguaje.
escritura misma).”
Cuerpos caminantes, danzarines, muertos vivientes es
Y en esos manuscritos impresos en la piel de nuestros lo que se observa, siempre hay muerte en los cuerpos.
cuerpos se encuentra el placer y el goce. El placer es ¿Cómo se lee la vida y la muerte? A veces con placer,
de la vida y el goce es de la muerte. a veces con goce o ambos.

“Texto de placer: el que contenta, colma, da euforia; proviene “El placer del texto es ese momento en que mi cuerpo comienza
de la cultura, no rompe con ella y está ligado a una práctico a seguir sus propias ideas -pues mi cuerpo no tiene las mismas
confortable de la lectura. ideas que yo.”

Texto de goce: el qué pone en estado de pérdida, desacomoda ¿Qué se hace frente al goce de los cuerpos, frente a
(tal vez incluso hasta una forma de aburrimiento), hace vacilar un goce que se percibe en el cuerpo del otro o en el
los fundamentos históricos, culturales, psicológicos del lector, la propio? Ese otro es el que le devuelve a uno el reflejo
congruencia de sus gustos, de sus valores y de sus recuerdos, pone de lo que no se puede entender, mucho menos expli-
en crisis su relación con el lenguaje.” car; de lo que sobrepasa el placer, de lo imposible de
la relación con esos otros cuerpos y de la distancia que
Hay cuerpos que al observarlos nos causan placer, que los separa unos de otros, la imposibilidad de la com-
nos contentan, pero también hay otros que nos des- plementariedad de los sexos, que los cuerpos son algo
acomodan, incluso nos angustian. El cuerpo, como más que anatomía, algo más que celúlas y tejidos.
los textos, se lee en los intersticios, entro el otro y yo. Son también los depositarios de nuestra subjetividad.

No somos sino con el otro, frente al otro, nos construi-


mos con ladrillos prestados y la mezcla de nuestras
subjetividades, nos escribimos juntos y nos leemos así
también.
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Carmen: desamparo originario. “demanda social” exige la presencia de un Otro de la
Un supuesto devenir… prohibición, escribo entonces:

“todos con un aire de soledad que no Mujer de 20 años, complexión delgada, estatura baja,
permitía poner en duda el parentesco”
tez morena, ojos y boca grande, voz enronquecida,
Gabriel García Márquez.
sus ojos tienen un brillo continuo, en ocasiones éste se
convierte en llanto que aparece durante el discurso.
El servicio de atención psicoterapéutica donde pres- Es nacida en el estado de Oaxaca, actualmente vive
to mis servicios, es dirigido a mujeres mayores de 18 en el DF con su pareja y sus dos hijos varones de 2
años, en situación actual y/o pasada de violencia. Es años 8 meses y 1 año y medio.
gratuito por parte de los Servicios de Salud Pública
del DF en apego a la Ley de Acceso a las Mujeres a Asiste al servicio solicitando terapia psicológica por-
una Vida Libre de Violencia (Gobierno del Distrito que “está muy nerviosa”. Acaba de regresar a su casa
Federal, 2007) y la NOM-046-SSA2-2005 (SECRE- con su pareja y sus dos hijos, de donde se había salido
TARÍA DE SALUD, 2007). La Secretaría maneja un meses atrás por la forma en que su pareja se conduce
protocolo para la atención psicológica, está configura- hacia ella (golpes, insultos y violaciones), además de
do de forma grupal, previas entrevistas y evaluación ello, menciona que se le dificulta mucho la relación
diagnóstica de ansiedad y depresión, hay sesiones in- con sus hijos, que le “desespera estar con ellos”; uno
dividuales si el caso lo requiere por crisis de ansiedad de los acuerdos para su regreso a la vivienda fue el
o en tanto se conforma el grupo terapéutico. ingreso de sus hijos a una guardería, ella comenta que
de esta forma evita desesperarse y pegarles: “siento
La finalidad del programa de atención es atender la que no los quiero” (mientras habla se mueve de un ex-
demanda en la salud pública por violencia de género tremo a otro de la silla mientras se sujeta de la misma
y propiciar en las usuarias un mayor nivel crítico, con ambas manos).
autónomo, elaboración de duelos y establecimiento
de relaciones saludables. Además de eso, se ofrece Sobre su rememoración histórica que se suscribe bajo
servicio de asesoría general sobre los derechos y co- el encabezado de “historia clínica” se lee: es la pri-
nocimiento de la Ley, así como referencia si el caso mera de dos hijos del matrimonio de su padre y su
lo requiere a otro servicio como albergue. madre; su madre se fue de la casa cuando ella tenía
2 años y medio aproximadamente, ella dice recordar
En este marco es desde donde escucho lo que me hace que el día que su madre se fue de la casa, su padre
pensar en el lugar donde viene a colocarse este sujeto, la golpeó fuertemente, la madre estaba sangrando
la referencia necesaria a la existencia de una Ley que y el padre la intentaba ahorcar con una hamaca, la
viene a limitar el devoramiento del Otro, donde la madre se va y no la volvió a ver hasta los 7 años de
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edad, en la casa de la abuela materna donde la madre Mi reflexión y mi escritura a partir de lo anterior es

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“los mandó llamar” a ella y a su hermano menor, su con fundamento y complemento de otro trabajo: Cien
madre les ofreció un billete a cada uno y ella tomó años de soledad: de desamparo originario, Devenir
el billete y se lo arrojó gritándole: “¿qué crees que supuesto, ya que el discurso de Carmen me remite a
con eso nos vas a comprar? Yo no quiero tu dinero”. él, me permite pensar en la filiación, el nombre y el
Desde entonces no volvió a ver a su mamá. destino de repetición, sobre todo, me permite pensar
en la posibilidad del cuestionamiento de la historia,
Ella y su hermano quedaron al cuidado de su padre, la invitación a que el pasado no tiene que ser destino:
quien es alcohólico, por lo que tuvo que ser la abuela
paterna quien se hiciese cargo de los cuidados; al mo- La característica de sus ojos, me llevó a pensar en el
rir la abuela, quedan al cuidado de una tía, hermana escrito de García Márquez, “y muy pronto se vio que
de su padre, la tía tenía dos hijos, recuerda con enojo era un legítimo Aureliano Buendía, con sus pómulos
que su tía prefería a sus hijos; que los deberes eran altos su mirada de asombro y su aire solitario” (García
para ella y su hermano y sus primos tenían más pri- Márquez, 1967 pág. 360), pienso en esta condición
vilegios. Terminando la educación secundaria llegó a de soledad como requisito para hacerse sujeto de de-
vivir al DF, con sus tíos maternos, se quienes comenta: seo del Otro; el desamparo originario tiene que ver
“no se interesaban en mí y me maltrataban […] no les con el primer momento donde nace la carne como
importaba porque no me conocían y nunca habíamos una masa de necesidades que precisa de la asisten-
tenido contacto y mi mamá se fue hace mucho tiem- cia del Otro para vivir, la satisfacción de esas primeras
po”. Comienza a trabajar en un expendio de postres necesidades forma las huellas, esos primeros contactos
al sur de la Ciudad. Posteriormente comienza a vivir construyen la memoria indeleble y el neonato empieza
con unos conocidos; en el trabajo conoce a su actual a sujetarse al Otro a través de esas huellas mnémicas
pareja, comienza a vivir con él en la casa de su sue- , que son las marcas que van formando el cuerpo a
gra, donde también viven su cuñada y su esposo con partir de la satisfacción de esas primeras necesidades,
un hijo. Concibieron dos hijos, desde el inicio de la así se va conformando la memoria desde donde in-
relación él la golpeaba e insultaba, ella decidió salir- vestimos y nos vinculamos con los otros, en tanto esas
se de esa casa cuando su segundo hijo tenía un año huellas sean reactivadas, la memoria permite cami-
aproximadamente, estuvo con otra pareja y comenta nar, “seguir viendo con la memoria cuando ya no se
que estando con él “era muy feliz, no extrañaba nada lo permitieran las sombras de las cataratas” (García
[…] ni a mi mamá”; se comenzó a preocupar por sus Márquez, 1967 pág. 283). A partir de estos primeros
hijos: “por si estarían bien, si habrían comido, si les momentos, el neonato aprehende a llamar al Otro
pegarían”, es entonces cuando decide regresar a la que ha calmado su llanto, empieza a “descubrir el
casa de su pareja con sus hijos. auxilio imprevisto de los olores, que se definieron en
las tinieblas como una fuerza mucho más convincente
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que los volúmenes y el color y la salvaron definitiva- Pareciera que Carmen se va desplazando por una
mente” (García Márquez, 1967 pág. 282), en eso con- serie de lugares de desalojo, de vacíos y ausencias, a
siste la asistencia del Otro, que salva de las tinieblas, modo de repetición de escenas, me parece que se evi-
de la muerte, de la angustia y esa primera impresión dencia una repetición a modo de defensa, pues es más
jamás podrá ser repetida, será entonces una búsqueda doloroso recordar que repetir; repite y curiosamente
jamás satisfecha, perenne, pues se busca esa primera (como en los Buendía) tal vez de allí la soledad, don-
satisfacción que es irremediablemente perdida. de los nombres y los acontecimientos compulsan y se
repiten, eso no elaborado, el trauma (del crimen), “y
Quien acude a ese llamado en función de Otro es la nos hemos dado la explicación de que en estos casos
madre , por ello la función materna es distraerlo en una compulsión de repetición se impone incluso más
el camino a la muerte, es retrasar el regreso, como allá del principio de placer […] En tales casos ads-
“Úrsula se lo disputó a la muerte” (García Márquez, cribimos a la compulsión de repetición el carácter de
1967 pág. 160), en este caso clínico me parece obtura- lo demoníaco. (Freud, 1933)”. Se repite sin saber, sin
da, parece que el Otro se va cuando ella comienza a tener conciencia de ello y tal vez en algún momento el
reconocerlo como auxiliador, que la abandona a esta desgaste repetitivo permita apropiarselo: “Ya eso me
angustia, a este llanto, constituyendo a este momento lo sé de memoria, gritaba Úrsula, […]es como si el
como traumático pues no alcanza la representación. El tiempo diera vueltas en redondo y hubiéramos vuelto
llanto del desamparo toma dirección, es una demanda al principio” (García Márquez, 1967 pág. 225).
al Otro, desde otro, de su mirada, de su tacto, de su
escucha, de su cuerpo: “estaba llorando de amor, ella La repetición menciona Freud, pertenece a una di-
reconoció de inmediato el llanto más antiguo de la mensión distinta a la del placer, es un más allá, tiene
historia de hombre” (García Márquez, 2007 pág. que ver con un exceso y eso es lo que Lacan denomi-
448), antiguo porque es prehistórico a cada sujeto, nará goce, el goce es ese que satisface a la pulsión de
porque es anterior a la constitución psíquica, es decir, muerte, es ese desgaste, esa entrega del propio cuerpo
antes de que el sujeto se apropie de la pluma que al Gran Otro devorador, no hay palabra porque la
escribe su propia historia, Carmen demanda: palabra limita al goce, es desligadura, hay desgaste
“cuando él me habla y me explica me siento muy bien, puro y la ganancia es secundaria, como los pescadi-
que me dice porque no me contestaba, porque no era tos de oro de Aureliano: “cambiaba los pescaditos por
todo lo que yo me imaginaba”.- ¿Quieres explicaciones?- monedas de oro, luego convertía las monedas de oro
en pescaditos, y así sucesivamente, de modo que tenía
“Sí, yo creo que sí, que mi mamá viniera y que me que trabajar cada vez más a medida que más ven-
explicara porque se fue, que me abrazara y sólo es- día, para satisfacer un círculo vicioso exasperante”
tuviera con nosotros, conmigo y con mis hijos, y mi (García Márquez, 2007 pág. 230), porque el goce es
hermano si quiere, sino pues nada más nosotros”. como un agujero negro, nunca es suficiente, cada vez
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pide más es insaciable, sólo la muerte lo sacia, en esta (García Márquez, 1967 pág. 349). Así, el neonato

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dimensión es donde se inscribe la violencia, Carmen tendrá que hacerse para llegar a convertirse (o no) en
menciona: “Me da coraje pensar en mi mamá, de que digno portador del nombre… “Un nombre, por con-
ella sea feliz y mi papá no lo sea, a veces me gustaría ir fuso que sea, designa una determinada persona y en
a donde vive, porque su familia no sabe que ella tuvo esto consiste exactamente el paso al estado humano.
otros hijos antes, me gustaría ir para decirles que tiene Si debemos definir en qué momento el hombre devie-
otros hijos y que sufra como nosotros sufrimos”. ne humano, digamos que es cuando, así sea mínima-
mente, entra en la relación simbólica” (Lacan, 1981).
Al mismo tiempo el goce es tan constitutivo del psi- Ya que uno nace en el lenguaje y el deseo del Otro,
quismo que exige un trabajo perenne en su descifra- uno viene a instaurarse en lo ya pre-visto y pre-dicho
miento y atravesamiento, ese goce está tan profunda para mi, “No le pondremos Úrsula, porque se sufre
e íntimamente del Sujeto, que aunque la lucha vaya mucho con ese nombre” (Pág. 155).
siempre dirigida hacia la construcción de vínculos,
hay algo que siempre pugna por regresar, que los des- La pregunta acá sería: ¿Tendrá que ser también con
truye, en la compulsión a la repetición , dice: “al hijo el nombre de Carmen que se sufra mucho?, es esa la
de mi cuñada no lo quiero, no lo puedo ver, a veces le profecía escrita que sostiene su nombre y ella como
digo a mi hijo el más grande que vaya y le pegue y que forma de salvación renuncia a ella a costa incluso de
si no le pega yo le doy más fuerte a él” desligarse de su lugar de sujeto, menciona: “No quie-
ro hacer lo mismo que hizo mi mama, no los quiero
Parece que la estructura a la que convoca su nombre dejar, pero no puedo estar con ellos, quisiera irme,
es una de la desligadura, es violencia y muerte, parece lejos, donde nadie me conociera, olvidarme de todo
que no es posible que visualice otra presencia pues la y empezar de nuevo.” La profecía es un evento total-
de la muerte es abundante y asfixiante, en una sesión mente ajeno e insignificante que cobra sentido hasta
dice: “No me gusta mi nombre, no me gusta cómo me el a posteriori y hace cadena de acontecimientos de
llamo, porque siento que me recuerda a ella, siento sentido, el sentido es entonces en un segundo momen-
que ella lo escogió”. La profecía es lo que antecede al to; esto depende directamente de la lectura del sujeto,
sujeto, a esa masa simbólica será expulsado y la for- es decir, ese acto es el significante primero, que puede
ma como que se podrá sujetar será el nombre propio, leerse de distintas formas, la cadena es variable, de-
como metáfora para identificarse a eso diferente de pende del sujeto, no es fija, es cuestionable. Pareciera
la carne, hacer de esa carne cuerpo por medio de la que si la condición para su filiación es la repetición
identificación, ese que nombran soy Yo, aparece en- de la historia, sufre cuando la cuestiona, cuando se
tonces el nombre como espejo que salva de la cosa, revela ante este “destino”.
separa, da vida y sujeta al deseo: “soy José Arcadio
Segundo Buendía. Pronunció el nombre completo, El significante de su nombre parece que le remite al
letra por letra para convencerse de que estaba vivo” lugar de la madre, el de la ausencia, como llanto de
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sus hijos remite a ese significante de vacío, por eso su Será que no puede ver Carmen lo que la imagen del
angustia y se revela y sufre, desde allí es desde donde otro le devuelve, como un espejo donde Yo es Otro,
establece su demanda ante el saber que no tiene y que hay una exigencia de sublimación del odio en la re-
le exige el llanto de sus hijos. El nombre es el lazo conciliación con esa imagen de sí misma en falta que
que ata al deseo, el nombre se lanza como llamado y aborrece y entonces hacer un intento de vinculo a
sujeta y el otro puede entonces responder, ser sujeto través de esa proximidad (projimidad) de ese seme-
de deseo implica entonces poder construir vínculos y jante así en desamparo “rescatar a Rebeca de su
como en un espejo donde se reconoce en la mirada salsa de miseria no por odio ni por amor, sino por
del otro nuestro propio desamparo “nuestro desam- la comprensión sin medidas de la soledad” (García
paro, nuestra caída en un mundo donde caemos en el Márquez, 2007 pág. 318); en una sesión después de
abandono, infinitamente” (Lacan, 1960), así se forma haber narrado con angustia que iba a golpear a su
el primer vínculo y el resto de ellos tienen esta base: hijo y lo vio con los brazos levantados pidiéndole per-
reconocer a otro sujeto de deseo. dón, le pregunté: -¿Qué sentiste cuando lo viste con
sus dos brazos levantados?-“Que tenía miedo, me
Hacia su cuñada menciona sentir mucho coraje, pues veía con miedo”- ¿Cómo tu a tu marido?- “(Silencio)
parece que ha venido nuevamente a “desplazarla” a si, le tengo miedo…”
quitarle lo que no era de ella, lo que desea es el lugar
que tiene su cuñada ante la mirada de su madre, En las sesiones que ha trabajado Carmen habla de
como un lugar de reconocimiento, de allí la rivalidad, su dolor diario, de su impotencia, de su esfuerzo por
menciona: “Siento mucho coraje hacia mi cuñada y no agredir a sus hijos, los lleva a la guardería, los
su hijo, que no me gusta verla, me da mucho coraje guarda de ella misma, habla de su angustia de no
ver cuando platica y se ríe con su mamá, pienso que poder poner(se) límites –por consecuencia no limita
porque no se van a otro lugar”, mantiene un vinculo el goce del Otro- es la batalla neurótica, su angustia
que me remite al de Rebeca con Amaranta, un ama- es de no gozar: “Pues, quería pedirle unas terapias
rre salvaje y diplomático pintado de seductor, hasta para ya no desesperarme tanto, ya no les quiero pe-
la muerte pensando en ella, Carmen pide a dios: “Yo gar a mis hijos ni que sientan que no me interesan,
creo mucho en dios, yo rezo y le pido a dios que le es que cuando empiezan a llorar me desesperan, me
mande una enfermedad a mi cuñada, para que se empiezo a enojar y les grito, les grito muy feo, les
muera y así no la tenga que ver y también a su hijo, digo que los odio y luego me siento muy mal y los
que se mueran los dos (llanto)”, como Rebeca tejió la abrazo y les pido perdón”, una batalla diaria contra
mortaja para Amaranta, “elaboró el plan con tanto el goce, como “Aureliano Buendía promovió trein-
odio que la estremeció la idea de que lo habría he- ta y dos levantamientos armados y los perdió todos.
cho de igual modo si hubiera sido con amor” (García Tuvo diecisiete hijos varones de diecisiete mujeres
Márquez, 2007 pág. 317). distintas, que fueron exterminados uno tras otro en
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una sola noche” (García Márquez, 2007 pág. 125), que, de acuerdo con la evidencia clínica, su dimen-

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¿acaso no es la vida una batalla constante, no es acaso sión fantasmática es infinitamente más importante
cada encuentro con el otro una batalla?, una batalla que su dimensión de acontecimiento” (Lacan, 1954),
donde uno siempre pierde algo, algo que nunca vuel- al mismo tiempo el fantasma es oportuno, ya que me
ve y gana porque algo del otro queda introyectado y permite acercarme al otro e interpretar su deseo, cal-
a partir de allí Yo es y se gana cuando se pierde, pero ma la angustia de no saber ¿qué me quiere el Otro?
Carmen no quiere perder más: “Me gustaría estar y Carmen interpreta desde esa configuración fantas-
con ella y que me abrazara porque nunca me abrazó, mática de ausencia y así es como se vincula:
como a sus hijos, con ellos sí estuvo […] yo siento que
mi prioridad soy yo, me importa mucho que la gente ¿Te enojas para no sentir miedo como tu hijo? “Yo
me quiera y yo pienso que eso no es bueno, no quiero creo que sí, cuando se enoja mi esposo en lugar de
que a mis hijos les importe que los quieran, porque sentir miedo lo provoco para que se enoje mucho y
uno sufre mucho con eso” me pegue y yo me pueda ir, pero si siento mucho mie-
do […] Cuando él me toca no lo soporto, no quiero
Durante su salida de la casa tuvo otra pareja, donde que me toque y le pido que no me toque, que por
manifiesta bienestar, mantiene contacto con él y lo lla- favor no me toque pero lo sigue haciendo, yo creo
ma “mi novio”, parece que esta figura le ofrece una que lo hace para hacerme enojar. A veces me gustaría
desmentida al dolor, pues con él se siente bien “no que se enojara mucho mucho, que me pegara muy
extrañaba nada”; el encuentro sexual ofrece la ilusión fuerte para poderme ir, pero cuando él me pega me
momentánea de completud, es ese goce en lo sexual pega en la cabeza, dice que no es tonto porque no me
que desmiente la castración, ilusoriamente se cree ha- va a pegar en un lugar donde se me vea para que lo
ber encontrado el objeto, ese primer objeto, “sintió el demande. Quisiera tener un pretexto para irme -¿Tú
peso de su mano en la rodilla, y supo que ambos lle- crees que tu madre lo que buscó fue un pretexto para
gaban en aquel instante al otro lado del desamparo” irse?- “(Silencio) Mucha gente dice que mi mamá en-
(García Márquez, 2007 pág. 328). Continuamente gañaba a mi papá y yo un día le dije a mi papá que
Carmen habla con angustia de eso que le gana, que mi mamá lo engañaba. Mi mamá cuando se casó sólo
la excede, que la sobrepasa “Cuando le hablo a mi quería estar con su mamá y allí siempre estaba, mi
novio y no me contesta me da mucho coraje, pero me papá era el que lavaba, el que cocinaba porque mi
da risa, me empiezo a reír y reír, no sé porque, si me mamá nunca estaba.”
da coraje, pero me rio y ya luego me enojo mucho”,
eso de lo inconsciente que se observa en la configura- Más antiguo que el amor es el odio, que es la base de
ción de lo que se denomina el fantasma “donde Freud todo vínculo, por eso Prudencio es el fantasma de José
plantea la pregunta: ¿qué es el trauma? Se da cuenta Arcadio, eso impenetrable y tan constitutivo suyo,
que el trauma es una noción sumamente ambigua, ya que por eso en ese encuentro en lo real con su fan-
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tasma se ve allí, ve su propia muerte y se le derrumba al lugar de la Ley y su ambivalencia que enloquece,
el mundo, se derrumba él mismo y es por eso que in- la locura es lo no simbolizado, lo real, estar debajo
tenta derribar(se) la casa; “entonces agarró la tranca del castaño es la literalidad, respecto de su padre,
de una puerta y con la violencia salvaje de su fuerza Carmen comenta: “Me da tristeza ver a mi papá,
descomunal destrozó hasta convertirlos en polvo […] que él no puede ser feliz, me dice que se da cuenta
se necesitaron diez hombres para tumbarlo, catorce porque también a la señora con quien está ahora le
para amarrarlo, veinte para arrastrarlo hasta el cas- pega, pero que no lo puede evitar y me preocupa
taño, donde lo dejaron amarrado ladrando en lengua que le pase algo, porque dice que a veces sólo camina
extraña y echando espumarajos verdes por la boca” y camina y de repente reacciona y está muy lejos y no
(García Márquez, 2007 pág. 96), el Ello desbordante sabe cómo llegó allí”; “si volvió al castaño no fue por
puede desatar los sutiles lazos simbólicos y dejarnos voluntad sino por la costumbre del cuerpo” (García
en la caída libre inacabable de lo real, el ello es incon- Márquez, 2007 pág. 165),
tenible e indescifrable, eso que profería José Arcadio,
a lo que hemos puesto barreras simbólicas. Respecto El asesinato del padre no se puede acallar porque psi-
a uno de sus hijos dice: “El más grande desde que cotiza de allí mi referencia obligatorio al marco Legal
nació me enoja mucho, porque me desesperaba que que delimita mi intervención y mi escucha, de allí el
lloraba, porque yo tengo el sueño muy pesado y el nombramiento de la Ley que aparece para prohibir
lloraba… Pero si lo quiero porque luego se me pone este devoramiento sanguinario, la Ley debe acudir al
mal y lo llevo al hospital y yo allí me quedo con él el grito de la locura; la locura y la violencia, es la vuelta
tiempo que sea necesario. Una vez cuando estaba chi- de ese padre de la horda, el sanguinario, ese Otro no
quito, estaba llorando mucho y no se calmaba, y yo atravesado por la castración y que exige el colérico sa-
le decía que ya se callara por favor y no lloraba más, crificio en su nombre y se presenta el derrumbamien-
entonces como a las 3 de la mañana le pegué muy to del mundo simbólico, de los sutiles lazos simbólicos
feo para que ya se calmara y a las 6 ya se lo llevaron que salvan de su cruenta violencia desgarradora, de-
al hospital y los doctores me regañaron porque él no voradora de cuerpos, de sus “coletazos de dragón”,
podía respirar (llanto) yo creo que lloraba porque ya “las tijeras insaciables y metódicas de la metralla […]
no tenía oxígeno y yo le pegué y por eso yo lo abrazo antes de que el tropel colosal arrasara con el espa-
y le pido perdón”. cio vacío, con la mujer arrodillada, con la luz del alto
cielo de sequía, y con el puto mundo donde Úrsu-
Arribamos así al lugar de referencia obligatoria, en la la Iguarán había vendido tantos animalitos de cara-
escritura de lo que hemos estado bordeando, pues ante melo” (García Márquez, 2007 pág. 348) y todas esas
las narraciones podemos visualizar la presencia en re- palabras aún no alcanzan para hacer asequible esa
petición de lo no elaborado, pues ante esto que se pre- violencia, esa ferocidad mordaz que derrumba esos
senta en la línea de la prohibición la pregunta apunta animalitos de caramelo como intentos creativos por
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separarse de ese padre devorador, de poner distancia llorando, lo abracé y se la di hasta que se durmió y

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aunque fuese con un animalito de caramelo… otras veces se la doy y le digo que ya deje de llorar;
luego estaba acostada con mi hijo el más grande y
Carmen sólo considera como hermanas a los hijos me abrazaba y me decía: te quiero mucho mamita
de su papá, -¿Porque ellos pasaron lo mismo que y yo lo abracé y le dije: yo también te quiero mucho
tú?- “Si yo creo que sí, mi papá también la golpeaba y otras veces le decía: Si, ¡ya cállate!
muy feo, y yo me daba cuenta y yo le decía que no Me siento muy bien de que lo logré hacer, porque
lo hiciera, que se acordara de que yo también era siempre decía, hoy no les voy a gritar ni voy a deses-
mujer y que si a él le gustaría que a mí me pegaran perar y lo terminaba haciendo. Me dieron ganas de
como él les pega, y él me decía, no mija’, yo se que tu ya no llevarlos a la guardería, de quedarme con ellos,
eres muy cabrona’ y tu no vas a permitir que nadie pero que tal que no puedo, que tal que les vuelvo a
te ponga una mano encima, porque ellos tienen que pegar…”
entender que nosotros somos los mejores” -¿Noso-
tros?- “Sí, o sea la familia de mi papá, él piensa que Esta fue la última sesión a la que Carmen asistió.
los de su familia siempre tienen que estar arriba”.
Pensé en Úrsula que ante el desvanecimiento de lo cons-
En otra ocasión: Se sienta, comenta descriptivamente truido acude con angustia al padre, angustia ante el goce
el último día y la posición que había tomado respecto insaciable del Otro, demanda escucha, guía, demanda
de cada acontecimiento de su cotidianeidad que no paternidad, pero es un padre indiferente, ensimismado
mostraba ninguna modificación: y gozoso, “hundido en un abismo de inconsistencia, era
sordo a sus lamentos” (García Márquez, 2007 pág. 128).
“Ayer fue un buen día, fui por mis hijos a la guardería
y no les grité ni una vez. Yo creo que es porque mi He pensado en Carmen, en su deseo y si éste podría
esposo no me ha violado […]Mi hijo estaba jugando concebir la oportunidad de derrumbar toda esa histo-
con uno de los niños de arriba y se pelearon por un ria de repetición y poder reconstruir una propia, tirar
juguete y mi hijo lloró y le dijo al niño que se fuera y a Macondo y que su derrumbamiento represente la
yo le pregunté que si de verdad quería que se fuera y caída de los pilares precedentes que atan al desgaste
él me dijo que si, le dije al niño que ya nos íbamos a repetitivo de la muerte, que duelen y pesan, “Lloró
dormir que por favor se fuera, me dio gusto porque le con la frente apoyada en la puerta de la antigua librería
cumplí a mi hijo lo que le dije y otras veces cuando del sabio catalán [el padre muerto], consciente de que
eso pasa le digo que él se vaya si quiere” estaba pagando los llantos atrasados de una muerte que
no quiso llorar a tiempo” (García Márquez, 2007 pág.
Las palabras funcionan… 467), esos duelos que se retardan, que se desmienten
“Si, cuando mi hijo el chico me pidió su mamila y que son reactivados como huellas mnémicas sin que
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el Yo tenga noticia. El derrumbe viene del cuestiona- inundada de real, mordisqueada y que otra cosa ha
miento de los pilares gozosos familiares de dolor, de sustituido a las palabras.
repetición, será que sus hijos le darán la oportunidad
de hacer: “conciencia de que era incapaz de resistir
sobre su alma el peso abrumador de tanto pasado” Freud, Sigmund. 1915. Contribución a la historia del
(García Márquez, 2007 pág. 468), dice: “Yo hablo con movimiento psicoanalítico y otras obras. Apéndice C,
Palabra y cosa. Versión completa de PAIDOS. 1915. Vol.
él le digo que no le pegue a su hermanito que lo debe Tomo XIV Psikolibro.
de cuidar y de querer, una vez lo aventó muy feo a su —. 1914. Obras Completas. Contribución a la historia
hermanito y yo en lugar de ir a levantar a mi hijo el del movimiento psicoanalítico. Versión completa Paidós,
chiquito me fui contra él y él se arrinconó y levantó Buenos Aires : Psikolibro, 1914. Vol. XIV.
sus bracitos y me dijo que lo perdonara, que por favor —. 1914. Obras Completas. Introducción del Narcisis-
mo. Buenos aires : Versión completa de Paidós., Psikoli-
no le hiciera nada que no lo volvería a hacer y me sen- bro, 1914. Vol. XIV.
tí muy mal, y lo abracé abrace a mis dos hijos y les dije —. 1899. Obras Completas. Sobre los recuerdos encu-
que me perdonaran”, ¿cuestionará el pasado o se irá bridores. s.l., Buenos Aires : Versión completa de PAI-
de nuevo, sin elegir? “herido por las lanzas mortales DOS ed. Psikolibro, 1899. Vol. III.
de las nostalgias propias y ajenas” (García Márquez, Freud, Sigmund. 1912. Consejos al médico sobre el tra-
tamiento psicoanalítico. [ed.] (Versión completa de PAI-
2007 pág. 468). DOS ed. Psikolibro). Buenos Aires : s.n., 1912. Vol. XII.
—. 1933. Obras Completas. Conferencia 32. Angustia y
Me quedan muchas preguntas ante la escucha y su a vida pulsional. [ed.] Versión Completa Paidos en Psikoli-
posterior lectura: bro. Buenos Aires : s.n., 1933.
—. 1933.. Obras Completas. Tomo XXII. Nuevas confe-
rencia de introducción al Psicoanálisis. Versión completa
¿Cómo se ha configurado este Otro de la cultura que de Paidós., Buenos Aires : Psikolibro, 1933.
recibe a este sujeto? García Márquez, Gabriel. 1967. Cien años de soledad.
¿Cuál es la estructura a la que el significante de su Conmemorativa. 2007. Colombia : Real Academia Es-
nombre convoca? pañola, Asociación de Academias de la Lengua Españo-
¿Su filiación será sólo a condición de repetición del la, 1967.
—. 2007. Cien años de soledad. Conmemorativa. Co-
desgaste, de la desligadura? lombia : Real Academia Española, Asociación de Acade-
¿Quién es ese Otro que se ofrece como Ideal a seguir, mias de la Lengua Española, 2007.
es un Otro no castrado que demanda su sacrificio en Gobierno del Distrito Federal. 2007. Ley de Acceso de
carne como condición de su goce? las Mujeres a una Vida Libre de Violencia del Distrito
Esa angustia que manifiesta Carmen ¿es ante el goce Federal. México, D.F. : Instituto de las Mujeres de la Ciu-
dad de México, 2007.
del Otro, ante el no saber que me quiere el Otro? Lacan, Jacques. 1954. El Seminario 1. La resistencia y las
Cómo se ha configurado esa masa simbólica a la que defensas. Buenos Aires : Versión completa Paidós, Psiko-
ha sido expulsado el sujeto, que me parece que está libro, 1954.
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I. SOBRE LA RE-LECTURA interpretación que hace el analista? En el diván, “surgen

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ratoncillos, entre risas, de los monstruos del infierno que
La primera película de Pedro Almodovar que ví fue, nuestros miedos antes prometían”.
siendo una adolescente, “Mujeres al borde de un ataque
de nervios”; me impactó en aquella época la soltura y En psicoanálisis vamos encontrando la importancia
la simpatía con que el director nos proponía entrar al del “montaje subjetivo”, “la edición”, la re-lectura.
mundo femenino. Con muchísima gracia Almodovar Esta lectura cuando “subsisten restos de infierno” es
abordaba, ya en aquel entonces, el dolor de mujeres “una de las formas de la esperanza”.
abandonadas, traicionadas, embarazadas, locas, bobas ...
ó apasionadas (“ah”, pensé, “entonces puede uno también A partir de no sé que momento Almodovar se volvió más
reírse de esos asuntos”). “maduro” suele decir la crítica. Pasó del punto “frívolo,
cómico y desatado” a una búsqueda cinematográfica más
Quizás por eso en el 2009 me impactó doblemente ver la íntima. No sé si alguna vez fue frívolo como se le describe
capacidad de este director español para lo que, desde mi en la prensa, pero quizás hubo un cambio en su traba-
perspectiva, es un asunto fundamental en psicoanálisis: la jo puesto que empezó a tratar algunos temas poniendo
posibilidad de realizar una re-lectura. énfasis en lo que les ocurre no sólo a las mujeres, sino
también a los hombres que están frente a una mujer y, por
Almodovar hace una obra maestra de re lectura en “Los ejemplo, frente a un hijo.
abrazos rotos”, porque no sólo se replantea aquella pelí-
cula de finales de los ochentas, sino que se enfrenta a su O más propiamente, Almodovar ha ido agregando
obra entera y, se enfrenta al mundo del cine en general cierta complejidad en lo que puede ocurrir con el
(en la película se hace alusión a algunas obras de Rosellini amor porque añadió también el amor entre distintas
por ejemplo… se hace alusión también al cine negro, al generaciones: el amor romántico, el amor filial y de
cine americano, a la comedia romántica, al melodrama, transmisión en el tiempo.
etc.). El mismo hecho de cambiar de género en un mis-
mo filme muestra una gran capacidad para traducir los En este caso la historia se apoya en una especie de pa-
acontecimientos a otras tonalidades. Es una obra de cine radoja: dos abrazos: los abrazos rotos por la separación
dentro del cine y una disección del mismo. de la muerte… y los abrazos de amor que se hacen eter-
nos a través de la muerte. Hay los abrazos rotos en las
¿Este filme puede decirnos algo particular a los analistas? fotos de Lena y Mateo pero Mateo se queda antes de
¿no es acaso una re-lectura (una serie de transcripciones) la ceguera, con la imagen da la pareja de la playa: ellos
lo que Freud nos propone como esquema del funciona- siguen eternamente abrazados. Por eso el inter-texto
miento del inconsciente en la carta 52 que le escribe a principal de la película, se presenta a través de “Viaje
Fliess?, ¿no es una re-lectura de nuestra historia lo que a Italia” de Rossellini cuando aparecen los amantes de
hacemos en el transcurso de un psicoanálisis? y ¿no las ruinas de Pompeya en su abrazo milenario: “Polvo
cambia a veces de género nuestro drama a través de la serán, dice el poeta, más polvo enamorado”. El amor
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más allá de la muerte, el amor, que al contrario de la Dos temas están ligados en la película: el amor y la pater-
propuesta religiosa, no termina ni después de morir. Por nidad. Para el psicoanálisis no ha pasado desapercibido
eso el “Huracán” que es Harry Caine sobrevive, pero que estos temas no pueden estar sino relacionados.
Mateo Blanco muere en los brazos de su amada: muere
para quedarse en el abrazo eterno. Lo que sigue es la Aparecen distintas “versiones” de padres:
oscuridad…La asunción del amor dejó a Mateo conse- Ernesto: el padre tirano-el padre odiado en el que aso-
cuencias trágicas, dejó a Mateo sumido en la oscuridad. ma inmediatamente la pasión de matar, la pasión do-
La vida es sólo posible durante 14 años en la ficción de minada por los celos, el abuso, la traición y la culpa.
Harry Caine. La mujer es y tiene que ser sólo “para él”. Un padre
odiado por su hijo (padre imaginario diríamos quizás con
Pero ¿qué le devuelve la vida a Mateo? Le devuelve la Lacan); y por otro lado aparece Mateo, el padre capaz de
vida el hecho de poder contar a Diego su historia, le es contar desde su ceguera (que desde Edipo simboliza la
devuelta la vida cuando descubre también la posibilidad de castración); el padre que tiene, a pesar de todo, la pasión
re-montar la película en la que se desplegó el deseo de su de crear (el padre simbólico).
amada Lena. Después de catorce años en la tumba, Mateo
vuelve a “ver” a Lena. Esa mujer que había pasado frente También está el padre de Lena, el padre enfermo, por el
a sus ojos del sacrificio a la posibilidad de realizar su sueño que una hija se sacrifica. Al final ella comparte el lecho
de ser actriz, había pasado del sometimiento al deseo. Ese de muerte precisamente con él. De este hablaremos en
movimiento deseante de una mujer es de los que hacen otra ocasión.
surco, de los que ponen una huella en algún lado (a veces
en un hombre): en esas circunstancias en las que una mujer Pensemos los dos primeros: Ernesto y Mateo domina-
despliega su ser, no quedaba para Mateo ningún remedio dos por la pasión y el deseo.
más que enamorarse. Y como no, si se ama y se desea lo
que apasiona al Otro. El rompecabezas de un padre, es al mismo tiempo el
rompecabezas del amor. Por eso todo se reconstruye a
Ese deseo de ella no podía sepultarse y sepultarlo partir de la presencia de los hijos intentando desenvolver
eternamente. los enigmas: Ernesto con la película sobre “la venganza
de un hijo hacia su padre” y Diego que intenta recom-
II. AMOR Y PATERNIDAD poner las fotos de la pasión de Mateo al tiempo que
escribe junto con él una guión de cine sobre el amor
Curiosamente Mateo vuelve a amar a Lena digamos entre vampiros (¿no son los vampiros, los muertos en
“en vivo” a partir de la relación con su hijo Diego, a vida?). Se construye así, una historia entre la vida y la
partir del momento en que lo cuida como padre y le muerte.
cuenta su historia como hombre: vuelve a vivir a partir
de que hay transmisión. ¿Qué hace que un hijo, en lugar de sentir un rencor
eterno, pueda decir: “estoy muy orgulloso de ti papá”?
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Esta interrogación es la que explora Almodovar y como hombre y frente a una mujer-que-desea, frente a

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permanece abierta para los analistas. una mujer y el misterio que su sexualidad y su cuerpo
representan para ella misma”.
Nuestra bitácora sigue enmarcada por las mismas
preguntas que formuló Freud: Nos seguimos de- Sin este mensaje, la angustia o el rencor son desbordantes.
vanando los sesos para entender por un lado ¿qué
quiere una mujer? y por el otro ¿qué es un padre? A partir de los encadenamientos borromeos podríamos
Diremos que la posibilidad de construir una respuesta decir que un padre se anuda con una mujer que desea
a ambas preguntas está en que estas puedan de algún un hijo -u otra cosa-. Este padre anudado acompañará
modo ligarse. Según Ricardo Saiegh Freud nos hace un al hijo atravesado por el deseo de su madre.
chiste judío con este tema porque nos dice:
- Más allá de las quejas sobre un padre que está ciego,
”¿qué quiere una mujer? que abandonó a su hijo con síndrome down; más allá
-un padre de un padre que no se quedó con la madre (como en
-y ¿qué es un padre? el caso de Diego), aparece la pregunta: ¿y al padre, qué
- aquel que soporta la pregunta de qué quiere una mu- lo causaba? Por eso es Diego quien se conmueve con la
jer”. foto de Lena y quien acompañará a Mateo para volver
a montar “Mujeres y malestas”. Ahí se juega su futuro
Propongo entonces pensar que un padre es el que per- como hijo y como hombre creativo capaz de amar a
mite abordar la interrogación que genera el deseo que una mujer.
se encarna en un cuerpo femenino y que de algún modo
hereda ese soporte a su hijo. Diremos entonces que la Esta es la diferencia entre los padres que nos muestra
función de un padre o la función paterna es la de po- Almodovar, esa es la distancia entre el cineasta y el em-
sibilitar que un sujeto pueda sobrellevar el enigma que presario. Los dos se apasionan, los dos aman, pero sólo
le genera el deseo de una mujer y que esto se traduzca uno de ellos soporta que ella deseé-más-allá-de-él. Sólo
no en terror a perderla y en ganas de destruirla, sino en uno de ellos desea a una mujer, el otro quizás anhela
deseo del deseo de ella (¿qué quiere ella?). aquello que reafirma su narcisismo: una mujer joven
para presumir. Por eso cuando la joven despierta y se
No será lo mismo si la herencia de un padre sobre lo que mueve: hay que aniquilarla.
es una mujer, propone la venganza y el maltrato que si
propone un campo abierto para indagar (por ejemplo, a Esta película nos señala la relación entre la relectura del
través de una cámara de cine). amor y la paternidad. Ambos temas están cosidos entre
si pues no se puede releer de otro modo que no sea de la
De algún modo para ser padre (y hombre) hace falta mano de un antecesor que desea el deseo.
algo que le afirme al sujeto: “esta es la historia que has
de afrontar, esta es la historia de tu relación con el deseo
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María de
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introducción Si la psicosis paranoica es considerada como una psi-
cosis de presencia en tanto hay una forclusión del
“El significante en cuanto tal no significa nada”, pre- Nombre-del-Padre, debido a que hay a su vez una falla
misa que considerara Lacan en su seminario tres “las imaginaria, ya que la madre imposibilita la entrada de
psicosis” para referir la imposibilidad de que un signi- este tercero a realizar el corte; el niño queda entonces,
ficante pueda representarse por sí solo. Será necesario atrapado en lo imaginario. En cambio, en el autismo,
hacerlo ejercer dentro de una cadena discursiva, que le el niño no sólo no puede acceder a lo simbólico, sino
permita enarbolar un sentido. El significante S1, amo tampoco a lo imaginario. Es decir ¿que habría que
sin duda, pero no es nada sin S2. El primero se estatuye pensar en que el niño se juega sólo en el registro de lo
en el campo de la Ley pero también del goce, el segun- real? o ¿si qué el objeto que preserva en sus manitas es
do en el campo del saber, del deseo. Esta es la pregunta tan sólo la suplencia de la madre, entonces es una mala
por la que quiero partir en relación a la psicosis infantil, suplencia porque no cumple con la función imaginaria?,
en particular el autismo que G. Cabas particularizara ¿cómo darle esa movilidad a ese objeto como S1, si en
como una psicosis de ausencia. De ausencia, porque se ese lugar aparentemente se encuentra un simple y mero
trata de la ausencia de ese otro que en representación agujero? ¿Será por eso que en el autismo todo se ve
de ese Otro el niño podría erigirse primero como falo como amenazante, tanto lo que se le da, como lo que se
de la madre y la promesa de que ella también lo sería le pide?, ¿cómo puede hacerse vehicular el S2, significante
en esos momentos. De la ausencia de una construcción de la ausencia, de la falta, sobre esa presencia - S1- sobre la
imaginaria. Se trata de esa ausencia, la que propiciará cual tener su efecto?
la imposibilidad de significar una presencia a través de
una ausencia, debido a que la primera no se ha he- ¿Se puede partir entonces, en un sentido estricto que
cho presentificar. Es la ausencia de la ausencia debido en tanto hay un S1 amo, no hay sujeto que para bien
a una ausencia: la ausencia de la función materna, la o para mal no quede inserto en el mundo simbólico,
que impedirá esa dialectización por un significante que aún cuando en ese cuerpo real del autista nada entre y
en aras de la organización psíquica lo introdujera a nada salga? ¿Se podría en un momento dado pensar que
un preámbulo simbólico. Esto es un tanto complica- ese S1 podría estar en algún lado, en ese objeto, donde
do ya que dicha organización subjetiva comienza con aparentemente no hay nada y halar a ese pequeño don
la ausencia con ese par opositor que es la presencia. nadie hacia el don de los astros? ¿Entonces, aun cuando
Fort-da freudiano que da origen a la separación con la la ausencia de construcción psíquica se haga latente,
cosa a través del lenguaje. La palabra hace puente con habría un S1 en el sentido de que éste ocupa una
la cosa se nos dice, pero ¿en qué momento se presen- suplencia de lo imaginario en lo real?
ta este coagulamiento del significante que nos presenta
la clínica cuando vemos a estos pequeños sostener en ¿El trabajo analítico entonces consistiría en hacer un
sus manitas un objeto inerte que asegura una presencia corte en lo real, por vía de un corte sobre este signifi-
permanente, es decir, en lo real?. cante amo que no es Ley sino goce?
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Esta es la discusión a la que se pretende llegar. En primer los pulgares como para suprimir un estímulo que no

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lugar, discutir en un caso1, si este objeto que el pequeño sos- puede aguantar”3.
tiene en sus manos de manera estereotipada y a veces per-
manente es una posibilidad de asegurar una presencia en Su historial está marcado por una madre exigente, un
calidad de suplencia de la madre. Presencia que evitaría el poco tiránica, cuyos objetivos educativos están basados
terror del vaciamiento. Tapón a la manera de un “fantas- en la limpieza y en la buena educación, “es intransigente
ma” real, que impide la destrucción. Y en segundo lugar, y partidaria de la <mano dura>”4. El único intercam-
introducir la propuesta del esquema “e” como una posible bio que tiene con su madre está regido por un código
forma de explicación donde este objeto se podría considerar gestual y verbal específico, es decir con una significación
como un significante petrificado, sin significar y que es la específica.
presencia sin la ausencia. Postular que sería la ausencia la
que le daría a la presencia su estatuto dialéctico. Es como si Siendo prematuro, pasa algunas semanas en la incu-
en esta etapa ese significante -ausencia- considerado como badora, para después ser retomado a los ocho meses
primitivo o preludio a la organización psíquica, queda- por su madre quien no puede alimentarlo. No obstante,
ra también forcluido. El objeto pues, fungiría como S1, su desarrollo parece normal gracias a una nodriza (y
como una suplencia, significante de presencia, de goce a quien el niño se liga con ternura y con la que trata
y el S2, de la ausencia, de la dialectización del pequeño de hablar y le ha dirigido sus primeras palabras) quien
por la falta. Por último, discutir la tríada imaginaria ne- le atiende hasta los 18 meses, tiempo en el que ella se
cesaria dentro de toda construcción psíquica. va. Debido a ello, “Martin sufre una conmoción total.
El rostro de un niño sonriente comienza a languidecer.
caso martin2 Primero deprimido, luego progresivamente apático, su
transformación es brutal. Comienza a tirar objetos con-
Martin es un niño autista de 7 años que no habla, se tra las paredes como si toda su actividad se redujera a
niega a masticar todo alimento sólido, carece de acceso ese gesto incansablemente repetido”5. Y en este sentido
a la palabra. Toda agresividad oral se encuentra eludida, parece escenificar la pura ausencia en el sentido freu-
nunca chupó el pulgar ni otros objetos y además evita diano, puro “fort- fort-fort...”.
todo contacto con la cavidad bucal, la boca no existe.
Para Sami-Alí,“las identificaciones primarias se en-
Según Sami-Ali (psicoanalista tratante) los juegos a cuentran amenazadas y sufren efectivamente el asalto 1 .- Alí, S. Caso Martin.
2 .- Sami-Ali. (1980) Psi-
los que se entrega son de naturaleza autoerótica. Se del proceso de desorganización”6. Sin embargo, existe cosis Infantil. Génesis de la
aísla en algún rincón tranquilo y acostado de espal- la constitución de un objeto transicional. Un pedazo de Palabra en un niño Autista.
das “manipula balanceándose y sin terminar nunca mi- trapo que el niño chupa en su cama antes de dormir- Contribución a la teoría de los
objetos transicionales. Nueva
núsculos objetos en los que se queda absorto. Jamás se se. Dice Sami-Ali que esto muestra que una introyec- Visión. Argentina.
le ocurre tomar alguno de los juguetes de que puede ción parcial ha permanecido intacta, en el sentido de lo 3 .- IDEMpp.86
disponer a su antojo. Martin huye tanto de los ruidos que Winnicott dice respecto a que un objeto transicio- 4 .- IDEM, pp,87
5 .- IDEM.pp87
como de las voces, con frecuencia se tapa los oídos con nal puede reemplazar al pecho externo, pero de modo 6 .- IDEM
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indirecto. Para Sami-Alí, este objeto interno es el que tiempo que él también se avienta. Por lo que se puede
finalmente protege al niño de un hundimiento psicótico observar esta transferencia, pero una transferencia en 7 .- Se dice que no le parece
terrorífico en tanto que no en-
más importante. lo real, al mismo tiempo que su actividad sólo registra tra en ansiedad por la ausencia
la ida: aventar, aventar, aventar... que desde el punto temporal del objeto que sostiene
De esta manera, Martin llega al consultorio de Sami-Alí, de vista de este trabajo, eso que se podría llamar un en sus manos en sus estereoti-
pias.
mudo, con un juego estereotipado en un rincón, el cual significante petrificado o sin significar. En este sentido, 8 .- Recordando la fórmula
consistía en lanzar hacia arriba y atrapar una pelota. se trata de que el significante sólo es significante en la del significante: un significante
es lo que representa a un sig-
Sami-Alí, se introduce en este “juego” donde no existe medida que se ha sido anulado por S2, es decir, que nificante para otro significante,
nada, no existe una diferenciación entre ese par opositor por oposición encuentra su sentido8. Es más que eso, se se puede advertir que un signi-
que es “arriba-abajo”. Sólo existe una indiscriminación trata de un significante que no había podido advenir y ficante presencia en cuanto tal
no significa nada, es sólo a tra-
absoluta del interior y el exterior. Pareciera que en ese que es el significante “ida de su nodriza” y que desde vés del significante ausencia es
“juego” sólo existe un juego tautológico sin salida, un re- luego es un significante que al nivel de la transferencia como adquiere sentido dentro de
corrido en un círculo permanente que como condición tal como lo hizo Sami-Alí se puede desvanecer y hacer la cadena significante.
9 .- Freud, S. Sobre las Tras-
autoerótica no le permite la salida en espiral. Es como un que fluya ese “da”, de la presencia por la ausencia, para posiciones de la pulsión, en
flujo continuo en una banda de Moebius. dar entrada a los primeros intercambios simbólicos. Si particular del erotismo anal.
En este artículo Freud da “un
el niño no había podido acceder a anudar la presencia testimonio lingüístico de esta
El trabajo terapéutico de Sami-Alí, consistió en lograr in- con la ausencia, fue porque las ausencias quizá fueron identidad entre el hijo y la caca
troducirse transferencialmente. Logra cachar la pelota en tan frustantes que no se podían relativizar. Y aunque es el giro “recibir de regalo un
hijo”. En efecto la caca es el
el aire y se la devuelve arrojándosela a Martin, quien la se puede observar en este juego de ausencias cuando el primer regalo... en torno de la
atrapa. A Martin no le parece terrorífico7 y parece son- niño lanza la pelota y luego cuando avienta las revis- defecación se presenta para el
reír. En sesiones posteriores Sami-Alí observa que Martin tas, no se trata de un significante, puesto que para que niño una primera decisión entre
la actitud narcisística y la de
balbucea para sí mismo y le lanza esta premisa: “Martin adquiera esa estatuto era necesario que la presencia se amor de objeto. O bien entrega
se cuenta cosas que no se atreve a pronunciar”, Martin lo negara en la ausencia para darle dicha connotación de obediente la caca, la “sacrifi-
ca” al amor, o la retiene para
mira y le saca la lengua y Sami-Alí le contesta: “Martin significante Lacan mismo decía que la mera ausencia satisfacción autoerótica...Es
le saca la lengua a su madre”, con ello el psicoanalista o la mera presencia no tenían sentido si no se unían en probable que el siguiente sig-
intenta una forma de transferencia donde él toma el lugar una pareja binaria para darle sentido y significación. nificado hacia el que avanza
la caca no sea oro-dinero, sino
de la madre de Martin puesto que Martin posiblemente le regalo. El niño no conoce otro
hace eso a su madre. Sami-Alí, parte de lo sustancial que es la transferencia y dinero que el regalado, no posee
dinero ganado ni propio, here-
al igual que Freud en su artículo “Sobre las Trasposicio- dado. Como la caca es su pri-
Martin realiza otra actividad interesante en donde se nes de la pulsión...”9 intenta que su ecuación simbólica: mer regalo, transfiere fácilmente
puede observar que se deposita a sí mismo de forma revista=madre=materias fecales=propio cuerpo, que su interés de esa sustancia a la
que le aguarda en la vida como
indiferenciada en un objeto y al mismo tiempo es -aun- estaban ahí de forma indiferenciada -es decir que se el regalo más importante”. De
que el niño no pueda tomar todavía cuenta de ello- realizaban en acto-, en lo que Sami-Alí llama “objetos esta manera Freud muestra
una forma de transferencia (al igual que Sami-Alí con transicionales no verbales”, se puedan transferir en fe- las transiciones del erotismo
anal dentro de la fase de objeto:
la pelota). Dicha actividad se centra durante algunas nómenos transicionales por la palabra. En este sentido caca-regalo-dinero y al mismo
sesiones a aventar revistas al diván y las destruye, al Sami-Alí, retoma a Winnicott cuando dice “la palabra tiempo la caca-pene-hijo.
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que yo poseo y que me posee es eminentemente un ob- desintegrarse. En Martin hubo algo al nivel de la signi-

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jeto transicional ” y “es precisamente el propio cuerpo el ficación que desató la ligadura autista; porque visto el
que permite esta reducción original a lo idéntico de don- objeto (pelota) como un objeto que coagula (pelota que
de nace el símbolo. También es revelador que en el juego resguarda la presencia) y la “ida” o “ausencia” que se
se introduce inmediatamente un segundo término. En el expresó en un aventar, aventar... objetos, las revistas, él
curso de la misma sesión, tomando una revista en cada mismo, etc. como un significante por significarse, en el
mano, las separa y luego las acerca hasta hacerlas coincidir, tratamiento, la ausencia se pudo insertar anulando la
hay que completar la ecuación: revistas=Martín=yo. Todo presencia y por tanto ejecutar un acto metonímico y
sucede como si el proceso de identificación narcisística hu- Martin pudo hablar.
biera vuelto a ponerse en movimiento”10.
Este objeto en lo real no es lo que obtura la falta como
Se pueden posteriormente observar sus progresos: en caso del objeto del fetichista11, sino lo que tapona es
Martin se lleva algo a la boca, se trata de agua que el trayecto en el ser (en el otro), haciendo que el niño se
ha recogido de la lluvia en un cubo, así como comer mantenga de forma estereotipada en un círculo vicioso
mejor, ya no papillas y ha hablado en varias oportuni- que lo obliga a circular sin parar. En este sentido es com-
dades, pronuncia “papá”, “mamá” y “conejo”. parable a la banda de Moebius (gráfico 1) la cual no tie-
ne interior ni exterior, ambos son la misma y única cosa
Sobre el conejo expresa Sami-Alí: “El conejo es el pri- que obliga al niño a mantenerse en un circular infinito,
mer objeto simbólico durable, desde la décima sesión la donde no se puede diferenciar el interior del exterior.
elección parece haberse fijado. En lugar de venir con Aquí el objeto real o inerte podría suponerse que le sirve
un objeto diferente cada vez, la preferencia de Martin al niño de instrumento para cerrar en lo real todo riesgo
parece haber recaído en un conejo de felpa rosa al que de vaciamiento y efectuar en acto un recorrido infinito.
le falta una oreja. Ya no lo avienta sino que pasa a con- Aquí la ausencia no puede operar significante, opera
vertirse en un juguete en un personaje simbólico. A este realmente como mero vacío.
conejo le dirige un “um-um”, canturrea pegándoselo a 10 .- Sami-Ali. Génesis de la
la boca”. Gráfico 1. palabra...IDEM.
11 .-En el caso del fetichista
el objeto bajo la desmentida
El supuesto entonces es que el éxito terapéutico posi- cubre toda posibilidad de tenér-
blemente se deba a que exista un efecto transferencial selas que ver con el problema de
castración. Con el objeto des-
por la entrada de una ausencia que deshaga el nudo miente que a la madre le falte.
que un objeto real cierra a nivel de la presencia y que En esta situación no es compa-
impide ese tránsito en el ser. Se trata de la petrificación rable ya que el niño autista está
apenas en la transición del ser,
del sujeto autista debido a la falta de significación de un banda de Moebius. ser en el otro. Lo que él cierra
significante que permanece ausente: la ausencia; de ahí con el objeto es toda posibilidad
Se puede decir finalmente que la diferencia con el fe- de carencia que le arroje a un
que el resguardo con la presencia real de un objeto sea agujero donde se vaciaría por
para preservarse. Es decir, un soporte en lo real para no tichismo, es que en éste el objeto encierra una signifi- completo.
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cación y que tiene que ver con la vacilación entre la mento fálico que impide que la mirada se centre en el
relación dual y la relación triangular. En el autismo el hijo. Si el hijo puede comenzar a preguntar sobre qué
objeto -que los niños toman en sus manos- en sí mismo hay con su madre, es porque la madre puede depositar
no encierra una significación, se trata de un objeto real la mirada más allá de él mismo, gracias a este signifi-
que tapa todo acceso a una significación no dada. En cante falo. La madre puesta así en falta, puede a su vez
este sentido habría que significar un significante faltante ser el prólogo de la falta en el hijo. En este tiempo de
(ausencia) que en ese momento articule en unión y en completud narcisística, el niño es el objeto que completa
oposición el significante (presencia). Aquí, el objeto real a la madre y la madre al hijo, pero la Ley del padre pone
sólo es un acompañante que asegura y preserva en lo distancia a esa tríada porque la madre finalmente debe
real la no-separación. mirar hacia el padre y por tanto el hijo debe resignar
a la madre también como objeto de deseo y pasar a la
Se ha hablado hasta ahora de un significante no signi- relación triangular desde donde se puede desear. Parece
ficado en el tránsito del “ser”, pero ¿qué se quiere decir un juego de palabras la inscripción de la frase “dejar de
con esto? El verbo “ser” , es un verbo que se puede con- ser para ser”, pero tiene sentido, “dejar de ser objeto de
jugar en oposición, es decir: “yo soy...” y “Tú eres...”. la madre” para pasar a “ser hablante”, un “ser desean-
de esta manera el sujeto puede decir “quién es”; pero te”, que ahora da más sentido a la frase “el sujeto está
puede decirlo sólo en razón de lo que los otros han di- constituido por la falta de ser” que implica una renuncia
cho quién es. En pocas palabras “yo soy” lo que el otro o resignar al objeto, además de dejar de ser el objeto,
“dice que soy” ¿y cómo me dice que soy? Me dice por para “dar origen al deseo, un anhelar-ser”, en donde
el lenguaje. Yo soy a partir del lenguaje; es decir que el “anhelar-ser” significa buscar volver a ser, es decir,
el lenguaje me constituye a partir de un otro quien me retornar, pero que como esto se vuelve una cuestión ya
dice quién soy (ser) y qué lugar (estar) ocupo gracias a la harto difícil para el sujeto, se verá comprometido en una
cadena significante; es decir, en lo simbólico. búsqueda continua (e inconsciente) -marcada por la re-
petición - del objeto de la satisfacción, del objeto que lo
Inevitablemente, con esto no se puede dejar de pensar complete y que desde luego nunca se encuentra
en la triada fálica o bien tríada imaginaria donde el niño
en un principio es (en el sentido del ser) el objeto del Se ha planteado entonces que el asunto que atañe a este
deseo de la madre. En esta tríada está compuesta por trabajo está ubicado como un problema en el “ser” objeto
tres elementos: la madre, el niño y un elemento tercero de deseo de la madre. Es este tránsito del “ser” (al tener)
que es el falo. En un principio el niño es el falo de la el que se ve afectado por un significante que no ha sido
madre y viceversa, pero en realidad este elemento fálico significado que impide que el niño finalmente “sea” en lo
representa algo más allá de lo imaginario; es decir, que simbólico, lugar que lo convertiría en sujeto del deseo, en
el falo marca una distancia entre la madre y el niño. Al un “ser hablante”.
tiempo que señala su conjunción señala su disyunción.
Esto es, que por ser la madre un sujeto adscrito al Otro, En el gráfico (2) se muestra en efecto metonímico las de-
sujeto deseante, la madre se ve mediada por este ele- mandas realizadas por el niño a través del corte que rea-
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liza la inserción del significante ausencia o frustración, Gráfico 3

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hasta llegar a la angustia de castración y al complejo de
Edipo o en el sentido lacaniano hasta llegar a la entrada
de la Ley Nombre-del-Padre, que representa las vicisitu-
des de la prohibición del incesto y las de la constitución
como sujeto al deseo12.

transición irregular del ser .


(la flecha indica la falta del significante ausencia y
que condena al niño a cerrar con un objeto en lo
real todo riesgo de vaciamiento)

He aquí el diagrama que he llamado “e”, -que en lo


personal se conceptualiza bajo los conceptos freudianos
grafico 2.-transición regular del ser al tener.
(las tres flechas indican las demandas del niño) y lacanianos- dónde este tránsito en el “ser” en el otro
(que se imagina como un efecto en espiral en la medida
En siguiente gráfico (3) se observa que hay un signi- que va avanzando con todas las vicisitudes que encierra
ficante (presencia) que impide al niño la experiencia este proceso) se detiene debido a que algo obtura el se-
de la frustración (ausencia) cerrando toda posibilidad guimiento de esta transición.
de desplazamiento en esta transición del ser, debido
a que la madre en función no aportó los significantes Gráfico 4
adecuados para darle al niño un lugar dentro de su
deseo. Se tiene pues, que a falta de un significante por
significar (ausencia) se cierra con un objeto en lo real
toda posibilidad de carencia, de frustración alguna, lo
cual quiere decir que el significante que faltaría por
significar sería la ausencia, y que de alguna forma este
par binario entre en unión y en oposición para permi- Diagrama “e” que muestra
el circular continuo que el niño autista
tir la salida metonímica. repite en acto no con
el objeto de la satisfacción sino con los 12 .- El Nombre-del-Padre
objetos que de alguna manera le resguardan (Nom), por homofonía en
francés también significa el
No-del-Padre (Non) en tanto
prohibición.
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Pagina 45 Fotografía Chiles
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Referencias iconograficas chilesok.jpg
Pagina 52Fotografía trompos
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Pagina 7 Fotografía box Pagina 71 Ilustración hombre-mujer
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132&tbnw=170&ei=xzy7TczkAcSftgeFsKXDBQ&prev=/search%3 Pagina 85 Fotografía niña
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Pagina 16 Fotografía Lacan http://centroap.com/blogs/tag/depresion-monterrey/
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Pagina 37 Fotografía Lacan atencion_a_la_psic
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Pagina 38 Pintura Freud
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Pagina 44 Freud
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