Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Présidents honoraires
L.E. BOYLE (†) (Biblioteca Apostolica Vaticana e Commissio Leonina,
1987-1999)
L. HOLTZ (Institut de Recherche et d’Histoire des Textes, Paris, 1999-
2003)
Président
J. HAMESSE (Université Catholique de Louvain, Louvain-la-Neuve)
Vice-Président
O. MERISALO (University of Jyväskylä)
Sécretaire
J. MEIRINHOS (Universidade do Porto)
Membres du Comité
O. R. CONSTABLE (University of Notre Dame)
G. DINKOVA BRUUN (Pontifical Institute of Mediaeval Studies, Toronto)
M. J. MUÑOZ JIMÉNEZ (Universidad Complutense de Madrid)
A. OLIVA (Commissio Leonina, Paris)
O. PECERE (Università degli Studi di Cassino)
2
3
Porto
2013
4
ISBN: 978-2-503-55034-3
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a
retrieval system or transmitted, in any form or by any means, electronic,
mechanical, photocopying, recording or otherwhise, without the prior
permission of the publisher.
ÍNDICE
Presentación..................................................................................... 9
LAS EDITORAS
10
GEORGINA RABASSÓ*
1. INTRODUCCIÓN
*
Universidad de Barcelona. Departamento de Historia de la Filosofía, Estética
y Filosofía de la Cultura, Facultad de Filosofía, Universidad de Barcelona. C/
Montalegre, 6. 08001 Barcelona (España). georginarabasso@gmail.com. Este trabajo
se realiza en el marco del Proyecto «Filósofas del siglo XX: Maestros, vínculos y
divergencias» (FFI2012-30645) y del Grupo de Investigación Consolidado Creación
y Pensamiento de las Mujeres (SGR2009/647) de la Universidad de Barcelona.
Agradezco a la Prof. Rosa Rius Gatell sus valiosos comentarios al presente texto.
1
El término magistra designaba un rol complejo que incluía las funciones de
priora, administradora y madre espiritual de las mujeres de una comunidad
cenobítica. No puedo citar aquí sino una muestra de los numerosos estudios
publicados sobre esa temática: P. DRONKE, Las escritoras de la Edad Media, trad. J.
Ainaud, Crítica, Barcelona 1994; M. MARTINENGO - C. POGGI - M. SANTINI - L.
TAVERNINI - L. MINGUZZI, Libres para ser: mujeres creadoras de cultura en la
Europa medieval, trad. C. Ballester, Narcea, Madrid 2000.
430 GEORGINA RABASSÓ
2
Cfr. S. EL KHOLI, Lektüre in Frauenkonventen des ostrfränkisch-deutschen
Reiches vom 8. Jahrhundert bis zur Mitte des 13. Jahrhunderts, Königshausen -
Neumann, Würzburg 1997; J.H. OLIVER, «Literary Sources for the Gradual’s
Imagery: Exploring Nun’s Libraries», in Singing with Angels. Liturgy, Music and
Art in the Gradual of Gisela von Kerssenbrock, Brepols, Turnhout 2007, pp. 74-80.
3
Herrad of Hohenbourg, Hortus deliciarum, ed. R. GREEN - M. EVANS - CH.
BISCHOFF - M. CURSCHMANN, col. T. J. BROWN - K. LEVY, dir. R. GREEN, The
Warburg Institute–Brill, London–Leiden 1979, 2 vols. En adelante, HD.
EL CIELO Y LA TIERRA EN EL HORTUS DELICIARUM 431
4
Se recogen aquí solamente las informaciones esenciales relativas al
manuscrito del HD, las cuales se encuentran ampliadas en: M. EVANS, «Description
of the Manuscript and the Reconstruction», in HD, vol. I, pp. 1-8.
5
R. GREEN, «The Miniatures», in HD, vol. I, pp. 17-36.
6
Vita Odiliae Abbatissae Hohenburgensis, ed. W. LEVISON, Hannover 1979
(1ª ed. 1913) (Monumenta Germaniae Historica Scriptores rerum Merouingicarum,
6), pp. 24-50.
432 GEORGINA RABASSÓ
7
M. SANTINI, «Las pinturas del Hortus deliciarum», in Libres para ser:
mujeres creadoras de cultura…, op.cit., pp. 113-160; 155.
8
F.J. GRIFFITHS, The Garden of Delights. Reform and Renaissance for
Women in the Twelfth Century, University of Pennsylvania Press, Philadelphia
(Pennsylvania) 2007, pp. 24-48.
9
HD, f. 1v (2): «Herrada, por la gracia de Dios abadesa de la iglesia de
Hohenbourg, aunque indigna, desea la gracia y la gloria del Señor a las dulcísimas
vírgenes de Cristo que trabajan fieles en esa misma iglesia como en la vid del Señor.
Para vuestra santidad os ofrezco este libro, que se titula El jardín de las delicias,
florilegio de diversos escritos sagrados y filosóficos. He realizado con ellos un
conjunto, como si fuera una abeja inspirada por Dios, en alabanza y honor a Cristo y
a la Iglesia, y para vuestro gozo lo he reunido en un único panal de miel. Por lo tanto,
EL CIELO Y LA TIERRA EN EL HORTUS DELICIARUM 433
es importante que os nutráis a menudo con la dulce lectura de este libro, aligerando
vuestro ánimo cansado con sus gotas de miel». Las traducciones del HD son mías.
10
HD, f. 30v (115-116): «Después del diluvio algunos se dedicaron a la
filosofía y a las artes liberales, otros en cambio, obnubilando su razón, estudiaron
poesía y artes mágicas. […] Por filosofía se entiende el amor a la sabiduría, de la cual
existen tres tipos. La física, es decir, la natural, que trata sobre la naturaleza.
Pitágoras la subdivide en aritmética, geometría, astronomía y música. La lógica, es
decir, aquella que argumenta, por la que se distingue lo verdadero de lo falso.
Aristóteles la ha subdividido en dialéctica, retórica y gramática. La ética, es decir, la
moral, que rechaza los vicios y procura las virtudes. Sócrates la subdivide en justicia,
fortaleza, templanza y prudencia».
11
Tomo de R. Rius Gatell la expresión «voz no prevista», entendida como
contraposición a la idea de «excepcionalidad» que durante tantos años ha ido ligada a
434 GEORGINA RABASSÓ
esas artes que, nos dice, se llaman liberales precisamente porque «liberant
animum a terrenis curis et faciunt eum expeditum ad cognoscendum
creatorem»12. La miniatura se hace eco del topos al que dio pie un pasaje del
libro de Proverbios13 que acabó convirtiéndose en el motivo literario e
iconográfico del templo de Sabiduría y sus siete columnas, representadas
bien por las artes liberales, bien por el conjunto de las virtudes teologales y
cardinales14. El texto citado y su representación pictórica ponen de manifiesto
que Herrada se hace eco de dicho motivo y lo transforma al identificar la
Sabiduría con la Filosofía, cuya corona tricéfala alude a su división en física,
lógica y ética. ¿Qué uso concreto debió hacer Herrada de la filosofía y de las
artes liberales en su magisterio? Quizás no lo lleguemos a determinar. Sin
embargo, la referencia explícita tiene por sí misma un gran peso, no solo para
poder pensar en la educación recibida e impartida en Hohenbourg, sino
también en el caso de otras magistrae de la época cuya obra muestra un alto
valor filosófico sin que la filosofía sea una scientia humana con la que
vinculan su formación. Un detalle sobre la efectiva formación en las artes
liberales de las canonesas de Hohenbourg nos lo brinda la imagen de
Aritmética, cuyo utensilio de cálculo no forma parte de una iconografía
establecida.
En el pasaje antes citado se situaba la aparición de las artes liberales en
el período que siguió al diluvio universal descrito en las sagradas escrituras,
la fuente principal del HD. El eje didáctico que hilvana los textos, las glosas
y las ilustraciones que allí se reúnen es, recordemos, la historia de la
salvación, cuya narración la autora articula en cuatro partes. La primera de
ellas está dedicada a la antigua alianza que anuncia y prepara la venida de
Jesús, la segunda trata de la redención que tiene lugar con la llegada del
Mesías, la tercera versa sobre la Iglesia como cuerpo místico de Cristo, y la
última sobre el fin de los tiempos15. Si tomamos en consideración el carácter
enciclopédico de la obra junto con su temática de fondo, llegamos a la
conclusión de que el HD constituye un corpus enciclopédico-didáctico en el
16
F.J. GRIFFITHS, The Garden of Delights, op.cit., p. 7-16.
17
Gent, Universiteitsbibliotheek, ms. 92, c 1120. Cfr. A. DEROLEZ, The
Autograph Manuscript of the Liber Floridus. A Key to the Encyclopedia of Lambert
of Saint-Omer, Brepols, Turnhout 1998.
18
L. STURLESE, «L’‘ape nel giardino delle delizie’ della Scolastica: Herrad di
Hohenbourg», in Storia della filosofia tedesca nel Medioevo. Degli inizi alla fine del
XII secolo, Olschki, Firenze 1990, pp. 176-182; 177.
19
Ibid., p. 178.
20
CH. BISCHOFF, «Le texte», op.cit., pp. 43-59; C. POGGI, «Los textos del
Hortus deliciarum», in Libres para ser: mujeres creadoras de cultura…, op.cit., pp.
51-112.
436 GEORGINA RABASSÓ
21
Summarium Heinrici, 3 vols., ed. R. HILDEBRANDT (vols. I-II) y R.
HILDEBRANDT - K. RIDDER (vol. III), De Gruyter, Berlin–New York 1974-1995.
22
Cfr. M.-D. CHENU, La théologie au douzième siècle, Vrin, Paris 1976 (1ª
ed. 1957); A. SPEER, Die entdeckte Natur. Untersuchungen zu
Begründungsversuchen einer «scientia naturalis» im 12. Jahrhundert, Brill, Leiden–
New York 1995; S. RITCHEY, «Rethinking the Twelfth-Century Discovery of
Nature», Journal of Medieval and Early Modern Studies, 39/2, 2009, pp. 225-255.
23
HD, f. 10r (39).
24
HD, f. 10v (41).
25
HD, f. 9r (29); Beda Venerabilis, In Pentateuchum Comentarii, PL 91, col.
192B: «Scinditur auricolor coeli septemplicis aether, quorum haec sunt nomina, aer,
aether, olympus, spatium igneum, firmamentum, coelum angelorum, et coelum
Trinitatis». No he conseguido localizar los pasajes citados de Beda en la edición de
sus obras en el CCSL.
EL CIELO Y LA TIERRA EN EL HORTUS DELICIARUM 437
26
HD, f. 10r (39A-B): «Algunos dicen que los cielos son siete: el primero
aéreo, el segundo etéreo, el tercero sideral, el cuarto ígneo, el quinto es el
firmamento, el sexto acuoso, el séptimo angélico. […] Según los maestros, los cielos
están ordenados y se distinguen de formas diversas. Según algunos hay siete cielos,
según otros hay cuatro, y otros distinguen tres, pero todos ellos convergen
racionalmente en uno».
27
Guillelmus de Conchis, Dragmaticon philosophiae, II, 2, 82-87, ed. I.
RONCA, CCCM 152, Brepols, Turnhout 1997; Honorius Augustodunensis, De
imagine mundi, PL 172, col. 121A; Hildegardis Bingensis, Sciuias, I, 3, CCCM 43-
43A, ed. A. FÜHRKÖTTER - A. CARLEVARIS, Brepols, Turnhout 1978; Ead., Liber
diuinorum operum, I, 2, CCCM 92, ed. A. DEROLEZ - P. DRONKE, Brepols, Turnhout
1996.
28
Gn 1,6. La separación de las aguas referida en el Génesis fue una cuestión
problemática en la búsqueda de una compatibilidad entre las descripciones pagana y
cristiana relativas a la constitución del universo material.
29
Timaeus (Plato). A Calcidio translatus commentarioque instructus, ed. J. H.
WASZINK, The Warburg Institute–Brill, London–Leiden 1975.
30
HD, f. 9r (29); Beda Venerabilis, In Pentateuchum Comentarii, PL 91, col.
192C: «el primero es el cielo de la Trinidad, el segundo el de los ángeles y el tercero
el firmamento».
438 GEORGINA RABASSÓ
31
HD, f. 13v (50): «Terra est in media mundi regione posita […]. Orbis creiz
a rotunditate, quia sicut rota est». La cursiva señala, en la edición de Green, un
término en vulgar.
32
Cicerón, El sueño de Escipión, IV, trad. J. RAVENTÓS, Acantilado,
Barcelona 2004, pp. 31-33; Macrobio, Comentarios al Sueño de Escipión, I, 19, trad.
J. RAVENTÓS, Siruela, Madrid 2005, pp. 93-98.
33
HD, f. 11r (41B): «a firmamento usque ad infinitum, quod est superius
celum».
34
Alexander Neckam, De naturis rerum: libri duo, ed. TH. WRIGHT - M.
GABRIELLE, La Finestra, Lavis 2003.
35
HD, f. 10v (inscripción junto al diagrama): «Aer spacium a terra ad lunam,
ether a luna usque ad celi firmamentum». La transcripción de las anotaciones en las
ilustraciones del HD se encuentra en: R. GREEN, «Catalogue of Miniatures», in HD,
vol. I, pp. 89-228; 94.
36
Aristóteles, De caelo, I, 2, 269a-270b.
EL CIELO Y LA TIERRA EN EL HORTUS DELICIARUM 439
que entra en contacto en cada una de sus zonas: «Ab aethere lucidissimo aer
in terram usque diffusus est […]. Sed non per omne spatium sui similis est;
mutatur a proximis»37. En relación con las características de los elementos
(en qué proporción son fríos o cálidos, secos o húmedos) Herrada trata sobre
las «complexiones» del cosmos, e introduce así un nuevo aspecto en la
analogía entre el universo y el ser humano, cuyo cuerpo está formado por
distintos humores. Además, en la glosa «Las cuatro complexiones del
mundo» estas se vinculan a la sucesión de las estaciones del año38.
Se ha hablado ya de la constitución de los cielos, por lo que toca dar
paso a la cuestión del movimiento. La autora manifiesta un claro
conocimiento de la existencia de un doble movimiento que tiene lugar en las
esferas celestes, según sostenía la tradición filosófica basándose en el
Timaeus de Platón y en el De caelo de Aristóteles. Las teorías en torno al
doble movimiento celeste se difundieron en la Edad Media a través de un
amplio espectro de las obras compilatorias del saber. Por ese motivo, y
debido a la ausencia de referencias explícitas al respecto en los textos
conservados del HD, desconocemos cuál habría sido la fuente primaria en la
que se basó Herrada para describirlos, como sigue:
Duo motus sunt in superis, unus rationalis, alius irrationalis. Rationalis est
in firmamento qui est semper unimodus, nam cottidie surgit ab oriente et
pertransiens occidentem reflectitur ad orientem. Irrationalis motus est in
planetis que semper contra firmamentum nituntur39.
37
L. Annaei Senecae, Naturales Quaestiones, II, 10, 2 vols, ed. C. CODOÑER
MERINO, Madrid 1979, vol. I, p. 64: «Desde el éter resplendeciente hasta la tierra se
extiende sin interrupción el aire […]. Pero no es semejante a sí mismo a lo largo de
todo el trecho, cambia según las zonas contiguas».
38
HD, f. 11r (41B).
39
HD, f. 10r (39B): «Existen dos movimientos en los cielos: uno es racional y
el otro irracional. El del firmamento es racional y siempre uniforme, puesto que cada
día sale el Sol por oriente y, atravesando occidente, retorna a oriente. El movimiento
de los planetas es irracional, pues lo llevan a cabo en dirección contraria al del
firmamento».
440 GEORGINA RABASSÓ
40
HD, f. 10r (39B): «El movimiento racional del firmamento se refleja en el
movimiento racional del alma que, yendo más allá de occidente, es decir, de lo
caduco, tiende siempre al verdadero oriente. El movimiento errático de los planetas
representa los deseos carnales, que apartan al ser humano de oriente (es decir, de las
realidades celestes), lo sumergen en occidente (es decir, en las cosas caducas) y lo
contraponen totalmente al espíritu».
41
HD, ff. 16v, 20v; 109v; R. GREEN, «The Adam and Eve Cycle in the Hortus
deliciarum», in Late Classical and Medieval Studies in Honor of Albert Mathias
Friend, Jr, ed. K. Weitzmann, Princeton, N.J. 1955, pp. 340-347.
42
München, Bayerische Staatsbibliothek, Clm 13002, c 1158/68, f. 7v. Cfr. R.
GREEN, «Catalogue of Miniatures», op.cit., p. 96.
EL CIELO Y LA TIERRA EN EL HORTUS DELICIARUM 441
43
Bernard Silvestris, Cosmographia, ed. P. DRONKE, Brill, Leiden 1978.
44
Hildegardis Bingensis, Liber diuinorum operum, I, 2-3, op.cit.
45
HD, f. 20v (78); Honorius Augustodunensis, Elucidarium, I, 13-15, PL 172,
cols. 117B-1120A.
46
HD, f. 109v (374). Lamentablemente la mayoría de esas piezas líricas
aparecen sin la notación musical original. La vertiente musical del HD ha sido aún
poco explorada. Cfr. K. LEVY, «The Musical Notation», in HD, vol. I, pp. 87-88; G.
RABASSÓ, «Las piezas del Hortus deliciarum de Herrada de Hohenbourg»,
Sonograma Magazine, 13 (2012). En cuanto a la discografia, cfr. Discantus, Hortus
deliciarum. Hildegard von Bingen (1098-1179) Herrad of Landsberg († 1195).
Chants grégoriens du XIIe siècle [CD], Naïve, Paris 2003.
47
HD, f. 13v (50). Isidorus Hispalensis, De natura rerum, ed. A. LABORDA,
Instituto Nacional de Estadística, Madrid 1996; Hildegardis Bingensis, Liber
diuinorum operum, I, 2, I, 3, op.cit.
48
HD, f. 14r-v (50-54).
442 GEORGINA RABASSÓ
4. A MODO DE CONCLUSIÓN
49
T.S. KUHN, La revolución copernicana. La astronomía planetaria en el
desarrollo del pensamiento, trad. D. Bergadá, Ariel, Barcelona 1996, p. 87.
50
Una grata excepción: L. STURLESE, Storia della filosofia tedesca nel
Medioevo, op.cit., pp. 163-182.
EL CIELO Y LA TIERRA EN EL HORTUS DELICIARUM 443