Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Résumé
Un canon impérial. Modèles critiques et littéraires pour l'Amérique latine.
La communication étudie la constitution d'un canon littéraire latino-américain et l'élaboration de modèles critiques d'analyse
applicables à la littérature latino-américaine à partir des débats et des perspectives de la critique aux États-Unis. Durant les
dernières décennies du XXème siècle, l'institution académique états-unienne a étudié la littérature et la culture latino-américaine
selon des modèles théoriques et des perspectives de lecture qui répondent, le plus souvent, à des intérêts et des orientations
étrangers à l'Amérique latine. Ses modèles relevaient d'autres phénomènes culturels et historiques (les études post-coloniales
par exemple) et/ou de modèles qui impliquaient un " regard impérial " (les études subalternes, par exemple). La simple lecture à
partir de ces modèles critiques favorise la constitution d'un canon à partir duquel on légifère, on inclut ou on exclut. Ce regard
pesant détermine même les stratégies de formes littéraires qui cherchent à l'affronter, à se constituer en contre-canon. La
circulation et la réception de ces modèles en Amérique latine, leur poids dans la tension périphérie/centre, conduit
nécessairement au débat, au questionnement, à l'acceptation ou au rejet. La communication analyse quelques modèles
théorico-critiques et le double jeu de résistance/acceptation du canon littéraire établi aux États-Unis de la part de nouveaux
prosateurs, comme par exemple, les narrateurs du groupe McOndo.
Amar Sánchez Ana María. Un canon imperial. Modelos criticos y literarios para América latina. In: América : Cahiers du
CRICCAL, n°33, 2005. Les modèles et leur circulation en Amérique latine, v1. pp. 179-186;
doi : https://doi.org/10.3406/ameri.2005.1721
https://www.persee.fr/doc/ameri_0982-9237_2005_num_33_1_1721
Quisiera comenzar esta ponencia con un recuerdo personal. Hace anos lei
una resena en el New York Times que comentaba una nueva edition en
inglés de los relatos de A. Bioy Casares y senalaba su pertenencia a la
estética del realismo rnagico. Mas alla de la anécdota sobre la cômica
ignorancia que ostentaba el autor, me preocupô y sorprendiô entonces — eran
mis primeros anos en la academia norteamericana — la necesidad de leer a
Bioy dentro de un molde tan ajeno a su literatura pero indudablemente
confortable para el resenista. Poco tardé en darme cuenta que este molde no
era inocente y obedecia o encajaba a la perfection con una série de modelos
criticos muy utiles para leer ese objeto que es America Latina.
Los modelos han funcionado desde siempre, en su version mas
degradada, como una aplicaciôn, la coartada a la que ha recurrido cierta
pobreza del pensamiento académico para aprehender, reducir, llevar a
dimensiones tranquilizadoras la complejidad de un texto que por lo general se
le résiste. Los modelos, en este sentido, resultan la antitesis de una prâctica
critica o una reflexion teôrica. Sin embargo, en sus versiones fin de siglo han
ocupado un lugar sin duda importante en el universo de los estudios
latinoamericanos de los ûltimos anos, al menos en la prâctica académica
norteamericana.
Podria pensarse, y lo es en un cierto sentido, nuestro présente como un
momento de gran riqueza o complejidad teôrica y cultural, donde puede
hacerse un balance, recuperar perspectivas, considerar o reconsiderar los
diversos aportes teôricos. Este debate parece, sin embargo, disolverse en
nuestro campo frente a la hegemonia del pensamiento académico
norteamericano que ha logrado reunir bajo el titulo de Estudios Culturales un
diverso, y a veces inconsecuente, numéro de perspectivas. Deseo dejar claro
que no me refïero a todos los trabajos que surgen bajo el nombre de Estudios
Culturales, sino a ciertas corrientes que funcionan como modelos, aplicados
de manera irreflexiva, en particular a las teorias postcoloniales y los estudios
subalternos que, provenientes de otros campos y coyunturas histôricas y
politicas, resultan altamente funcionales para la mirada imperial.
El trabajo con la literatura se ha vuelto un ejercicio, un uso de modelos
— aunque no lo sean en el sentido tradicional de la palabra — de léxicos, de
teorias " adaptadas ", que permiten al critico ser aceptado y reconocido como
miembro del mundo académico. La reflexion sobre los discursos esta lejos
entonces de ser un debate entre perspectivas y la prâctica critica ha dejado de
1 80 Ana Maria Amar Sanchez
1 . Véase, entre otros, Eduardo GRÛNER, prôlogo a F. JAMESON y S. ZlZEK, Estudios culturales:
reflexiones sobre el multiculturalismo, Buenos Aires, Paidôs, 1998; Claudio REYNOSO, Apogeo y
decadencia de los estudios culturales, Barcelona, Gedisa, 2000; Mabel MORANA (éd.), Nuevas
perspectivas desde/sobre America Latina: El desafio de los estudios culturales, Santiago de Chile, Cuarto
Propio, 2000.
UN CANON IMPERIAL. MODELOS CRITICOS Y LITERARIOS 181
1 . Roman de la CAMPA, " De la deconstrucciôn al nuevo texto social: pasos perdidos o por hacer en los
estudios culturalcs latinoamericanos " en M. MORANA, Nuevas perspectivas desde/sobre America Latina,
op.cït., p. 79.
1 82 Ana Maria Amar Sanchez
ocurrido... " . Y Paz Soldân, una figura ejemplar del grupo McOndo,
recuerda que "esta generaciôn [...] se mueve con soltura en un mundo de
fast-food y fast-culture [...] a sus autores mas conocidos no les interesa
cultivar el tradicional linaje del intelectual latinoamericano... "
Los textos McOndo parecen entonces construirse de modo absoluto a
través de la cultura mediâtica, podria senalarse un" exceso " en el gesto
desafiante de constituirse con lo mediâtico como aparente ûnico punto de
referencia cultural. Los relatos son un despliegue de côdigos y signos de esa
cultura y ellos mismos se convertirân en un côdigo, un signo " MacOndo " —
enfrentado al canônico realismo mâgico.
Sin embargo, poco se repara en que son también un compendio de citas
cultas y remisiones a la " alta literatura ", a esa tradiciôn latinoamericana que
no es legible desde el canon imperial. Quizâ donde mejor pueda leerse esto es
en la producciôn de Edmundo Paz Soldân. Su novela Suenos digitales es un
relato de ciencia fîceiôn en el que resuenan los ecos de un Philip K. Dick, pero
también es una " version electrônica posmoderna " de La invention de Morel
de A. Bioy Casares que nos remite a la vez a un cuento aparentemente tan
lejano como " El vampiro " de Horacio Quiroga publicado en la colecciôn
Mâsallâen 1935 4.
Suenos digitales explora todas las posibilidades de la reproducciôn de
imâgenes; todo lo real es o se confonde con fotografîas, pantallas de
televisores, computadoras, juegos electrônicos. Todos los personajes estân
involucrados con la imagen de una u otra manera; todo résulta simulacro,
montaje y vida digital. La expresiôn " digitalizar la realidad " condensa el
relato y, a su vez, lo conecta con La invention de Morel. El protagonista de
Suenos trabaja insertando y borrando de la historia personajes y escenas,
haciendo lo que el narrador de La invention logra consigo mismo hacia el
final, incorporate a la historia, hacer un montaje como el que admira en las
peliculas. La mâquina, archivo de imâgenes y constructora de fantasmas
artificiales del relato de Bioy, se duplica en la computadora de Suenos
digitales y la frase de Morel " Yo y mis companeros somos apariencias,
somos una nueva clase de fotografïas " es un punto de cruce entre los très
relatos, vale para todos y nos recuerda la " alucinaciôn en movimiento ", el
fantasma de " El vampiro ". Nueva clase de fotografïas, formas " derivadas "
del cine, nuevos modos de manipulaciôn; en todos los casos se busca atrapar
lo real, modificarlo, producirlo o reproducirlo a partir de la mâquina, y se opta
por lo artificial como forma mas perfecta de la vida. Estamos en el corazôn del
debate en torno a los medios. Mâquinas que matan a la vez que producen la
inmortalidad (al menos alguna clase de inmortalidad), estas extensiones del
cine o de la computadora en clave de ciencia ficciôn son formas de la cultura
mediâtica que vampirizan lo real. No parece casual que el nombre de la
computadora de Suenos, Lestât, remita claramente al titulo del cuento de
Quiroga. Vampirizar, por otra parte, es aqui una relaciôn reflexiva, el
manipulador o el inventor resultarâ siempre tragado, borrado por su mâquina.
La ilusiôn de inmortalidad se consigue entonces a costa de la vida. Reproducir,
manipular, falsificar, preservar: es interesante cômo los textos, y en especial la
novela de Paz Soldân (donde se hace explicito) dramatizan un debate central
en torno a los medios masivos. Formas por excelencia de lo fugaz,
responsables de la pérdida de memoria histôrica, son en Suenos esto y a la vez
su contracara: posibilidad de borrar, digitalizando las imâgenes, el pasado
siniestro de un dictador fâcilmente identifîcable; pero también ûnica forma
(gracias al archivo de negativos) en que, quizâ sea posible reconstruir ese
pasado en un futuro sin esperanzas, donde las imâgenes han matado y
reemplazado, como en Bioy y Quiroga, a la vida real.
Suenos digitales, lo mismo que La invenciôn, reûne en el mismo punto,
en la reproducciôn de imâgenes, un proyecto utôpico que es a la vez una
distopia totalitaria (recuérdese otra novela de Bioy, Plan de evasion y sus
islas-prisiones, una de las cuales tiene un castillo, obvia referencia a Kafka
que aqui se réitéra en la Ciudadela donde trabaja el protagonista). Los seres
digitales, suenos o quimeras, se transforman en pesadillas y siguen el mismo
proceso que los " fantasmas artiflciales " de los anteriores textos. La muerte es
en todos ellos la ûnica salida que espéra a los protagonistas atrapados por las
imâgenes. Si en Bioy insertarse en la historia fantasmai es una forma de
inmortalidad, en Suenos el suicidio (que invierte el final de La invenciôn, al
borrarse primero las imâgenes que las personas) indica un paso mâs hacia la
resoluciôn distôpica. Ninguna ilusiôn sobrevive y si alguna posibilidad de
memoria subsiste, esta se halla solo en el archivo de negativos. Puede verse la
distancia que media entre el protagonista que en su infancia se " pasaba
recortando fotos de revistas " y haciendo collages a los que llama " tristes
fotomontajes " y Toto, el personaje de La traiciôn de Rita Hayworth de
Manuel Puig para quien la misma actividad représenta el ingreso en el
imaginario y, por consiguiente, la ilusiôn cinematogrâfîca.
Suenos digitales se construye entonces sobre una tradiciôn " culta " que
se pregunta desde muy temprano sobre la presencia (y los efectos) de los
medios, se inquiéta sobre sus " resultados fatales " y le atribuye pocas
alternativas de " salvaciôn " a su capacidad de memoria histôrica. El relato,
atravesado por lineas donde se cruzan Philip Dick, la literatura cyberpunk y
una ciencia ficciôn impecablemente " alta y culta ", parece contradecir la
UN CANON IMPERIAL. MODELOS CRITICOS Y LITERARIOS 1 85
acusaciôn de " antiliterario " que recae sobre el grupo, pero sobre todo esta
bastante mâs alla de un coyuntural enfrentamiento con las formas del realismo
mâgico, al menos no es este el punto que puede interesar a un critico/a
latinoamericano/a.
En el 2003, Paz Soldân publica su no vela mâs reciente, El delirio de
Turing , casi una continuaciôn de la anterior; de hecho hay alusiones al
protagonista y a episodios de Suehos. Se réitéra y acentûa el mundo de la
realidad virtual, los hackers, el lenguaje cibernético, otra vez atravesado por la
tradiciôn literaria " culta ". El relato puede leerse como una version mass
media en el siglo XXI del cuento " La biblioteca de Babel " de Borges del que
esta tornado el epigrafe. La obsesiôn por el desciframiento y la bûsqueda del
sentido convierte todo en signo, todo es susceptible de interceptar, interpretar,
codificar, en un mundo en que lo virtual es lo ûnico que produce la ilusiôn de
lo " real verdadero ". El encuentro, a través de las formas masivas y la
tecnologia, con el paradigma del canon literario latinoamericano genera un
texto donde se propone abiertamente lo que ya comenzaba a desarrollarse en
Suehos digitales. En torno al lider de hackers, Kandinsky, se organizarâ la
resistencia al gobierno y las multinacionales. El regreso a la Utopia adquiere
un nuevo camino: Internet y el cyberespacio inician la lucha. Como dice el
narrador, es el comienzo del ciberhacktivismo, una utopia pirata que une en la
pantalla la foto de Marx y un graffiti, una nueva forma de lucha para
refuncionalizar la tradicional despolitizaciôn de los medios masivos.
Es obvio que desde ese mundo global, virtual e indiferenciado estos
relatos disenan otra America Latina que ya no es exotica o extrana. Su rechazo
explicito de las formulas del realismo mâgico va mâs alla aûn de la polémica
con los autores, lectores y académicos del primer mundo que insisten en la
bûsqueda de hechos maravillosos y a quienes " los ârboles de la selva no les
dejan ver la punta de los rascacielos " como se dice en el prôlogo de McOndo.
Este rechazo puede leerse, claro, como una estrategia contra una estética y
también contra una mirada que desde el exterior reduce y congela en la
diferencia. Pero hay que recordar que los textos del realismo mâgico forman
parte de una tradiciôn mucho mâs amplia y comparten un imaginario sobre
America Latina en el que se exacerba la dicotomia entre dos espacios (uno
" civilizado " y el otro " natural "). Se insiste en una figura constituida por
diferencias en la que la naturaleza define la " zona latinoamericana " frente a
un primer mundo siempre sinônimo de civilizaciôn. En ese sentido, la
insistencia de los " textos McOndo " en lo urbano, en la pertenencia de
America Latina a un mundo globalizado y en la semejanza de côdigos
masivos y sociales con los de EEUU, es una respuesta explicita a esa tradiciôn
dominante. Podria, sin embargo, objetarse que el mismo intento de borrar esas