Vous êtes sur la page 1sur 4

Exercice 31

I- Traduire le texte extrait du libre de Romain Gary La promesse de l’aube (2)

«Je ne cachais jamais à mes petits camarades polonais que je n’étais parmi eux que de passage
et que nous comptions bien rentrer chez nous à la première occasion. Cette naïveté obstinée
ne me facilitait pas la vie à l’école… je sentais bien qu’ils se moquaient de moi mais j’étais au-
dessus de leurs insultes…Ce jour-là la séance avait commencé de la manière habituelle, lorsque
cinq ou six élèves plus âgés que moi vinrent m’entourer, avec beaucoup de considération. –
Tiens, le camarade est encore parmi nous ? Nous croyions pourtant qu’il était parti pour la
France, où on l’attend si impatiemment ? J’allais me lancer dans mes explications habituelles
lorsque l’aîné du groupe intervint : -On n’accepte pas les anciennes cocottes, là-bas…Ai-je
besoin de dire que rien, dans le passé de ma mère, ne justifiait une telle calomnie ?... Ma
surprise fut si complète qu’elle prit l’apparence de la lâcheté...Lorsque ma mère revint à la
maison, je me jetai vers elle et lui dit tout…Brusquement toute trace de tendresse, d’amour,
quitta son visage. Elle ne dit rien, et me regarda longuement, presque froidement...Elle ne se
coucha pas cette nuit-là. En me réveillant le matin, je l’ai trouvé assise sur le même vieux
fauteuil de cuir vert glauque, face à la fenêtre, une cigarette à la main… Lorsque je ramassais
mes livres et mes cahiers pour me rendre en classe, son visage se durcit à nouveau - Tu ne vas
plus là-bas. C’est fini. - Mais…- Tu vas aller étudier en France. Seulement…Assieds-toi… Ecoute-
moi bien Romain. La prochaine fois que ça t’arrive, qu’on insulte ta mère devant toi, la
prochaine fois, je veux qu’on te ramène à la maison sur des brancards. Tu comprends ? Je
restai là, la bouche bée. Son visage était complètement fermé, très dur…Je ne pouvais croire
que c’était ma mère qui parlait…-Rappelle-toi ce que je dis. À partir de maintenant, tu vas me
défendre. Ça m’est égal ce qu’ils te feront avec leurs poings. Tu vas te faire tuer, au besoin…
Elle alla tout droit au Consulat de France et entreprit énergiquement des démarches pour nous
faire admettre comme résidents dans ce pays où, écrivait-elle dans la demande « mon fils a
l’intention de s’établir, étudier, devenir un homme » ; mais là, je suis sûre que l’expression
dépassait sa pensée et qu’elle ne se rendait pas entièrement compte de ce qu’elle exigeait
ainsi de moi.»

Le Demi-Monde. La demimondaine (mujer mundana, cortesana…)

Significa "medio mundo". El término deriva de una obra de teatro llamada Le Demi-Monde ,
de Alexandre Dumas fils , publicada en 1855. La obra trataba de la forma en que la
prostitución en ese momento amenazaba la institución del matrimonio. El demi-monde era el
mundo ocupado por hombres de élite y las mujeres que los entretenían y a quienes
guardaban, el mundo peligroso y amante del placer que Dumas inmortalizó en la novela de
1848 La Dame aux Camélias y sus múltiples adaptaciones. Demimondaine se convirtió en
sinónimo de cortesana o prostituta que se movía en estos círculos, o de mujer de posición
social con el poder de burlarse de las convenciones y lanzarse a la vida nocturna hedonista.
Una mujer que hiciera esa elección pronto encontraría perdido su estatus social, ya que se
convirtió en "déclassée". La película de 1958 Gigi , basada en una novela de 1944 de Colette ,
retrata vívidamente el mundo de los demimonde cerca del final de su existencia. La tía de Gigi,
Alicia, una cortesana legendaria que ahora disfruta de una jubilación adinerada, entrena a su
sobrina adolescente en modales y comportamiento elegantes y en el valor de las joyas y trata
de despertar su interés por la moda, para prepararla para la vida en el medio, complaciendo a
los caballeros. que le proporcionará los medios para vivir hermosa o miserablemente. Para los
hombres, la alta vida del demimonde estaba aislada del otro mundo de esposas, familias y
deberes (si los hubiera). Abarcaba el consumo excesivo de alcohol, el uso de drogas, los juegos
de azar, la asistencia al teatro, el ballet y las carreras de caballos, la búsqueda de la alta costura
en todos los aspectos de la vida y, por supuesto, la promiscuidad sexual. El gasto generoso
condujo al endeudamiento, la promiscuidad condujo a la enfermedad . Históricamente, el
apogeo de la demimonde estuvo encapsulado por el período conocido en Francia como La
Belle Époque (1871-1914), desde el final de la Guerra Franco-Prusiana hasta el comienzo de la
Primera Guerra Mundial . El siglo XX trajo consigo el surgimiento de la Nueva Mujer , cambios
en las economías y estructuras sociales, así como en cambios de modas y costumbres sociales,
particularmente después de la Primera Guerra Mundial . La prostitución y la tenencia de
amantes no desaparecieron, pero la etiqueta demimondaine se volvió obsoleta a medida que
cambiaba el medio mundo.

Marguerite Gautier es el paradigma de la cortesana, de la cocotte, de la demimondaine[1] que


vive en los márgenes de la sociedad respetable en un tiempo en el que la mujer burguesa es
para su marido una «carta de presentación» ante la sociedad. Frente al binomio del ama de
casa o la prostituta de la calle, en palabras de Proudhon,[2] las mujeres como Marguerite
establecen una tercera vía subversiva: son emancipadas, tienen ambiciones fuertes que no
pasan por ser la esposa o la madre de nadie

¨…las cocottes también pueden ser buenas personas y en ellas se puede encontrar un amor
verdadero que la sociedad no perdona. ¨ ¨ Es verdad –prosiguió– que nosotras, criaturas del
azar, tenemos deseos fantásticos y amores inconcebibles. Nos entregamos lo mismo para una
cosa que para otra. Hay quien se arruinaría sin obtener nada de nosotras, y hay otros que nos
consiguen con un ramo de flores. Nuestro corazón tiene caprichos; ésa es su única distracción
y su única excusa. Yo me he entregado a ti con más rapidez que a ningún hombre, te lo juro.
¿Por qué? Porque al verme escupir sangre me cogiste la mano, porque lloraste, porque eres la
única criatura humana que se ha dignado compadecerme. (…) Todos los que rodean a las
chicas como yo tienen mucho interés en escrutar sus menores palabras, en sacar
consecuencias de sus más insignificantes acciones. Naturalmente no tenemos amigos.
Tenemos amantes egoístas, que gastan su fortuna no por nosotras, como ellos dicen, sino por
su vanidad. Para esa clase de gente tenemos que estar alegres cuando ellos están contentos,
gozar de buena salud cuando quieren cenar, ser escépticas como ellos. Se nos prohíbe tener
corazón, so pena de ser abucheadas y de arruinar nuestro crédito¨.

Nunca les ocultaba a mis pequeños camaradas polacos que yo no estaba entre ellos más que
de paso y que contábamos con regresar a casa a la primer ocasión. Esta obstinada
ingenuidad no me facilitaba la vida en la escuela…yo sentía que ellos se burlaban de mí pero
estaba por encima de sus insultos…Ese día la sesión había comenzado de la manera habitual,
cuando cinco o seis compañeros más grandes que yo vinieron a rodearme, con mucha
consideración. – Que tenemos aquí, el camarada continúa entre nosotros? Nosotros
creíamos sin embargo que el había partido para Francia, donde se lo espera tan
impacientemente? Me iba a lanzar a dar las explicaciones habituales cuando el mayor del
grupo intervino: - No aceptamos prostitutas viejas, allá…- Tengo necesidad de decir que
nada, en el pasado de mi madre, justificaba una calumnia tal?...mi sorpresa fue tan completa
que tomó la apariencia de la cobardía…Cuando mi madre volvió a casa, yo me senté enfrente
de ella y nos dijimos todo…Bruscamente todo rastro de ternura, de amor, abandonó su
rostro. Ella no dijo nada, y me miró largamente, casi fríamente…ella no se acostó esa noche.
Al despertar a la mañana, la he encontrado sentada sobre el mismo viejo sillón de cuero
verde mar (verde azulado), frente a la ventana, un cigarrillo en la mano…Cuando recogía mis
libros y mis cuadernos para irme a la escuela, su rostro se endureció nuevamente – Tu no vas
más allá. Se terminó. – Pero… - Tu vas a ir a estudiar a Francia. Solamente…siéntate…
escúchame bien Romain. La próxima vez que te aborden así, que insulten a tu madre delante
tuyo, la próxima vez, quiero que te traigan a casa en camilla. Entiendes? - Me quedé ahí, con
la boca abierta. Su rostro estaba completamente cerrado, muy duro…no podía creer que esa
que hablaba era mi madre… - Acuérdate de esto que te dije. A partir de mañana, me vas a
defender. Me da igual lo que te hagan con sus puños. Vas a tener que hacerte matar, si es
necesario… - Ella se fue directamente al Consulado de Francia y tomó medidas enérgicas
para que nos admitieran como residentes en ese país donde, ella escribía en el formulario:
¨mi hijo tiene la intención de establecerse, estudiar, y convertirse en hombre¨; pero este
caso, estoy seguro que la expresión excedía su pensamiento y que ella no estaba
completamente consciente de lo que ella exigía así de mí. ¨

II- Complétez avec les verbes proposés au passé composé ou à l’imparfait.

(Le passé composé exprime l’action comme un événement; l’imparfait exprime l’action comme

une situation)

- Elle n’avait (avoir) aucune nouvelle de son père quand elle a reçu

(recevoir) ce message : « Il a demandé (demander) à vous voir. Faites vite, il y a peu

d’espoir. »

- Quand elle est arrivée (arriver) à la gare de Nantes, il pleuvait (pleuvoir).

- Elle est sortie (sortir) de la gare. Elle ne connaissait pas (ne pas connaître) cette ville.

- Il voulait (vouloir) la revoir mais il est parti (partir) avant.

- Elle est arrivée (arriver) à l’heure, elle s´est installée (s’installer), a commandé (commander)
un thé et deux croissants et a attendu (attendre). Jacques n´était pas (ne pas être) là.

- Le départ du train approchait (approcher). Toujours personne! Puis, le

Train est parti (partir)

III- Le Verbe Connaître

Présent Passé Composé

Je connais Nous connaissons J’ai connu Nous avons connu

Tu connais Vous connaissez Tu as connu Vous avez connu

Il/Elle connait Ils/Elles connaissent Il/Elle a connu Ils/Elles ont connu

Je te connais de quelque part ? le jeune lui a dit

Elle n'a jamais connu son nom malgré le sentiment qu'elle l'aimait déjà
Imparfait Futur

Je connaissais Nous connaissions Je connaitrai Nous connaitrons

Tu connaissais Vous connaissiez Tu connaitras Vous connaitrez

Il/Elle connaissait Ils/Elles connaissaient Il/Elle connaitra Ils/Elles connaitront

Elle ne connaissait pas sa force pour se remettre des coups de la vie

Le jour où tes amis te tournent le dos, tu connaitras la douleur de la trahison

Passé Récent Futur Proche

Je viens de connaître Nous venons de connaître Je vais connaître Nous allons connaître

Tu viens de connaître Vous venez de connaître Tu vas connaître Vous allez connaître

Il/Elle vient de connaîtreIls/Elles viennent de connaître Il/Elle va connaître Ils/Elles vont


connaître

On vient de connaître la tour Eiffel, c'est magnifique!

Bientôt, Tu vas connaitre où nos ancêtres sont nés

Vous aimerez peut-être aussi