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Bulletin Hispanique

Proust en España y en Hispanoamérica : la recepción 1920-1929


H.E. Craig

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Craig H.E. Proust en España y en Hispanoamérica : la recepción 1920-1929. In: Bulletin Hispanique, tome 101, n°1, 1999. pp.
175-185;

doi : https://doi.org/10.3406/hispa.1999.4999

https://www.persee.fr/doc/hispa_0007-4640_1999_num_101_1_4999

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Résumé
L'œuvre de Marcel Proust a été connue en Espagne et dans les pays hispano-américains bien plus tôt
que ne l'ont cru les critiques. Dès 1920, des articles sur la Recherche ont paru au Venezuela, en
Espagne et en Argentine. Peu après, des journaux et des revues littéraires d'autres pays hispano-
américains, comme le Chili et le Mexique, commencèrent à parler de Proust.

Resumen
Se conoció la obra de Marcel Proust en España y en Hispanoamérica más pronto de lo que han creído
los críticos. Ya en 1920 se publicaron artículos sobre la Recherche en Venezuela, en España y en la
Argentina. Poco después se comenzó a hablar de Proust en los periódicos y en las revistas literarias
de otros países hispánicos, y en particular Chile y México.

Abstract
The work of Marcel Proust was known earlier in Spain and Spanish America than the critics believed.
Already in 1920 articles on the Recherche were published in Venezuela, Spain and Argentina. Soon
afterwards Proust was talked about in the newspapers and literary magazines of other Hispanic
countries, and in particular Chile and Mexico.
PROUST EN ESPAÑA Y EN HISPANOAMÉRICA
LA RECEPCIÓN 1920-1929

Herbert E.CRAIG*

L'œuvre de Marcel Proust a été connue en Espagne et dans les pays hispano-américains
bien plus tôt que ne l'ont cru les critiques. Dès 1920, des articles sur la Recherche ont paru
au Venezuela, en Espagne et en Argentine. Peu après, des journaux et des revues littéraires
d'autres pays hispano-américains, comme le Chili et le Mexique, commencèrent à parler
de Proust.
Se conoció la obra de Marcel Proust en España y en Hispanoamérica más pronto de lo
que han creído los críticos. Ya en 1920 se publicaron artículos sobre la Recherche en
Venezuela, en España y en la Argentina. Poco después se comenzó a hablar de Proust en
los periódicos y en las revistas literarias de otros países hispánicos, y en particular Chile
y México.
The work of Marcel Proust was known earlier in Spain and Spanish America than
the critics believed. Already in 1920 articles on the Recherche were published in
Venezuela, Spain and Argentina. Soon afterwards Proust was talked about in the
newspapers and literary magazines of other Hispanic countries, and in particular Chile
and Mexico.
Mots-clés : Marcel Proust - roman - littérature espagnole - littérature hispano-américaine
- Réception.

Para el centenario del nacimiento de Marcel Proust, Miguel Capistrán


escribió « Proust en Mexico » (¡ Siempre !, 14-VII-1971), y una década más tarde
Luis Maristany publicó « Informe crítico : Proust en España » {Voces, 3). En
estos estudios hallamos noticias de unas de las primeras publicaciones en
México y en España con motivo de A la recherche du temps perdu. Capistrán
citó, en particular, unos fragmentos de A l'ombre des jeunes filles en fleurs que
se habían traducido paraRevista de Revistas (7-III-1920), y Maristany habló de
varios artículos, empezando con « Un escritor sinfonista » de Gaziel (La
Vanguardia, 22-XI-1922) y « La vida literaria de Marcel Proust » de Enrique
Diez-Canedo (España, 2-XII-1922).

* University of Nebraska at Kearney. Department of Modern Languages, 215 Thomas


Hall - Kearney, Nebraska 68849-1310. - USA.

B. HL, T. 101, 1999, n° 1, p. 175 à 185.


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Sobre los otros países hispánicos, y aun en el caso de México y en el de


España, se conoce mal la primera etapa de la recepción de la obra proustiana.
Por ejemplo, en « Proust en Chile » {El Mercurio, 14-XI-1982) Carlos Ruiz-
Tagle sólo se refirió en forma general a la oposición que existía entre el crítico
Hernán Díaz Arrieta y el humorista Jenaro Prieto. Ni los aficionados a la
Recherche en los distintos países (con la excepción de Alfonso Reyes), ni los
bibliógrafos proustianos se han esforzado por buscar los primeros artículos u
otros textos relacionados con Proust ni los de los años siguientes. El propósito
de este estudio es presentar lo que he podido encontrar después de unas
investigaciones relativamente exhaustivas1.

Los bibliógrafos franceses empezaron muy pronto a reunir información


sobre lo que se había publicado acerca de Proust en Francia e hicieron unas
bibliografías muy extensas. A lo largo de los años han agregado los títulos de
textos críticos de Inglaterra, los Estados Unidos y muchos otros países. No
obstante, a pesar de que uno de los mejores amigos de Marcel Proust,
Reynaldo Hahn, nació en Venezuela, y que Pedro Salinas tradujo por primera
vez el tomo inicial proustiano (1920), han prestado poca atención al mundo
hispánico.

En su bibliografía internacional de Comment travaillait Proust (1928), Léon


Pierre-Quint dedicó una pequeña sección a España y a América Latina2.
Confesó al respecto que sus datos estaban muy incompletos, pero hay que
añadir que son a veces francamente erróneos. Por ejemplo, le atribuyó la
traducción española de Du côté de chez Swann a José Ortega y Gasset. En
cuanto a las fechas de los artículos de Gaziel y de Diez-Canedo, eran, como
dijo Maristany, el 22 y no el 26 de noviembre y el 2 en vez del 3 de diciembre.
De Hispanoamérica Pierre-Quint sólo citó dos reseñas que Francis de
Miomandre había escrito para La Nación de Buenos Aires (7-VIII-1921 y 11-
V-1924). Pero lo más débil de toda esta sección es que al crítico francés le
faltaban muchos de los datos sobre los siete últimos artículos de España. Así
puso únicamente el nombre de sus periódicos y el nombre (aveces mal escrito)
de sus autores, y omitió las fechas y en general los títulos. Tal lista sugiere
hasta qué punto la obra proustiana les interesó a los españoles durante los
primeros años de su recepción, pero no nos proporciona ni el orden
cronológico de las contribuciones ni el medio de encontrarlas.

1. Agradezco la beca del Research Services Council de la Universidad de Nebraska, la


cual recibí para terminar el presente estudio. Comencé estas investigaciones y otras
parecidas hace mucho tiempo con una beca Fulbright-Hays en la Argentina (1976-1977), y
las he continuado durante dos años sabáticos (1985-1986 y 1997-1998) y en algunos viajes
a España y a Hispanoamérica.
2. Véase Comment travaillait Proust (Paris : Aux Editions des Cahiers Libres, 1928),
108-109.
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Por unas investigaciones en la Biblioteca Nacional en Madrid he podido


completar estos datos en casi todos los casos. Del primero y del último (El
Liberal y El Diagrdficó) no sé nada con seguridad, pero para los otros puedo
dar la información exacta3. A fin de indicar su cronología, sigo ésta en lugar del
orden arbitrario de Pierre-Quint. El primero de estos artículos fue « Marcel
Proust » de Enrique Diez-Canedo, el cual apareció en Hermès (IV- 1920). Poco
después de la muerte del novelista francés, Corpus Barga publicó « Reflejos de
París : El entierro de Proust » en El Sol (28-XI-1922) y Antonio Marichalar,
« El caso de Proust » en « Los Lunes » de El Imparcial (24-XII-1922). Luis
López Ballesteros (y no Billestens) escribió para ABC más de un simple
artículo ; hizo dos series de cinco cada una : « Variaciones sobre Proust » (30-
I, 4, 7, 11 y 12-11-1925) y « Genio y técnica » (24 y 28-11, 14, 20 y 27-III-1925).
Asimismo, Ernesto Giménez Caballero publicó en El Sol un artículo en dos
partes, « Proust en español por Pedro Salinas » (14 y 17-VI-1926).

Estos datos nos ofrecen una visión más completa de la introducción de


Proust en España. Por ejemplo, ya tenemos acceso a la versión inicial del
estudio de Diez-Canedo, la cual Maristany creía inédita. El autor de este texto
nos sorprende por sus ideas sobre la Recherche y, en especial, a causa de su
percepción del sentido arquitectónico de Proust, la cual difiere del concepto
de Ortega de unos años más tarde. No obstante, sería prematuro concluir que
este artículo sea el primero publicado en lengua española. A través de otras
investigaciones he descubierto dos textos críticos anteriores. En una revista
que el guatemalteco Enrique Gómez Carrillo publicaba en España,
Cosmópolis, figura para el mes de febrero de 1920 una reseña de A l'omhre des
jeunes filles en fleurs por Julien Martel. También Corpus Barga incluyó en su
columna de El Sol para el 27 de marzo de 1920 un comentario extenso acerca
de Proust y de su novela. Estos serían quizás los primeros textos sobre la
Recherche publicados en España4.
Al otro lado del Atlántico, el gran erudito mexicano Alfonso Reyes se dio
cuenta desde el primer momento de las deficiencias de la bibliografía de
Pierre-Quint. Ya en 1929 las señaló en la revista argentina Libra. Allí pide que
« los escritores de Hispanoamérica, en interés propio, acudan a llenar los
vacíos de la bibliografía proustiana. » Luego, don Alfonso estableció en su

3. Es posible que el artículo en cuestión de El Liberal sea la noticia del Premio


Goncourt (16-XII-1919), la cual va acompañada de la versión española de un texto
proustiano, "El elogio de la mala música", pero allí no figura el nombre citado en la
bibliografía, Gonier de la Levuer. Aunque examiné varios años de este periódico no
encontré ningún otro texto sobre la Recherche y ni siquiera un artículo del autor citado.
4. De la primera época vale la pena citar también un texto curioso sobre Proust de Pedro
Salinas, el cual salió en índice (1921), y las reseñas que C. Rivas Cherif hizo de las
traducciones de Salinas : La Pluma, IX- 1921 (Por el camino de Swann) y España, 14- VII- 1923
(A la sombra de las muchachas en flor).
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correo literario Monterrey la sección « Proust en América », donde presentó


los datos de casi dos docenas de artículos hispanoamericanos, al igual que los
de cinco textos brasileños. Tal bibliografía se puede hallar esparcida en
distintos números de Monterrey : 1 (VI-1930), 2 (VIII-1930), 5 (VII-1931) y 10
(III-1933). También como Reyes había pedido, Raúl Silva Castro ofreció su
contribución en Monterrey 7 (XII-1931) : « Notas para la bibliografía chilena
de Proust », donde hallamos las referencias de más de una docena de artículos
de Chile. De todos estos textos críticos, puedo decir que algunos son de fecha
relativamente temprana. El mismo Reyes publicó en Social de La Habana
« Vermeer y la novela de Proust » (11-1924), y el novelista argentino Manuel
Gálvez incluyó en su libro El espíritu de aristocracia y otros ensayos (1924) « La
literatura y el conocimiento : A propósito de Marcel Proust ».
Para encontrar los primeros artículos escritos o publicados en
Hispanoamérica, al igual que en España, las bibliografías que existen no han sido suficientes.
He tenido que examinar con paciencia las secciones literarias de los periódicos
y de las revistas principales de los distintos países. Puesto que la fama de Proust
empezó cuando su segundo tomo, A l'ombre des jeunes filles en fleurs, recibió
el Premio Goncourt, ha sido posible usar la fecha de éste, el 10 de diciembre
de 1919, como punto de partida5.

Curiosamente según mis investigaciones, el primer artículo del mundo


hispánico no apareció ni en el país más cercano a Francia, España, ni en una
nación tan cosmopolita como la Argentina6. Se publicó en el país de origen de
Reynaldo Hahn, Venezuela. Fue precisamente un artículo sobre el Premio
Goncourt y su autor era un corresponsal francés para El Universal de Caracas,
Francis de Miomandre. La fecha del artículo, el 23 de enero de 1920, es de
verdad sorprendente, apenas seis semanas después del otorgamiento del
Premio7. Miomandre, quien había sido uno de los primeros críticos en escribir
sobre X&Recherche, ya en 1914, destaca su profundidad psicológica y su sentido
poético : « las más sutiles de sus divagaciones cerebrales tienen ... una poesía
y una cautivadora e instintiva belleza... ».
Por otra parte pensándolo bien, no deberíamos sorprendernos mucho a
causa del lugar de la publicación. Hahn siempre era muy amigo de Proust.
Desde 1894, cuando el joven escritor francés y el pianista nacido en Caracas se

5. El primer tomo, Du côté de chez Swann, era de 19 13, pero pasó casi desapercibido, aun
en Francia.
6. Como se puede imaginar, no me refiero a la mera noticia del Premio Goncourt, la cual
salió en muchísimos periódicos y no da prueba de conocimiento de Marcel Proust. En
algunos casos sugiere más bien desconocimiento, pues se le atribuyó el Premio a Marcel
Prévost, quien era mucho más famoso que Proust (e.g. La Nación de Santiago, 13-XII-19 19).
7. Para comparar, es interesante ver que el primer artículo estadounidense citado por
Pierre-Quint es de mayo de 1920, y que, según el índice del New York Times, el artículo
proustiano inicial de este periódico cosmopolita apareció el 13 de agosto de 1920.
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conocieron, hasta la muerte de aquél, el 18 de noviembre de 1922, Marcel y


Reynaldo solían ayudarse en sus proyectos artísticos y personales. Por eso, fue
Hahn el encargado de informarles a los amigos y los periódicos sobre el
fallecimiento. De este modo, El Universal de Caracas publicó también muy
pronto para el Nuevo Mundo (23-XII) un artículo sobre la muerte de Proust.
Su autor fue un francés, Jean Tinaire8.
En el caso de Venezuela, hay que admitir que los corresponsales
desempeñaron un papel preponderante. Los autores nacionales no escribirían de Proust
hasta muchos años después. Entre los corresponsales hay que destacar a Corpus
Barga porque sus primeros artículos proustianos de El Sol se reimprimieron en
El Universal (28-V-1920 y 25-1-1923). Del anterior, que podríamos llamar el
comienzo de la apreciación compartida en lengua española de la obra
proustiana, citaré una frase9. Corpus Barga, que luego hablaría en varias
ocasiones acerca de Proust, ya se dio cuenta de la importancia del tiempo en la
Recherche y del enigma que el título proustiano encerraba para sus lectores
iniciales : « el personaje principal es el tiempo ... y en contra de lo que pudiera
esperarse por el título, A la recherche du temps perdu, el tiempo se pierde en esas
páginas, hasta el segundo tomo, más que se encuentra ».
Es muy interesante estudiar la interrelación entre los críticos españoles (o
hisnanoamencanos residentes en Enrona) v los artículos acerca de Proust <^ue
se publicaron en Hispanoamérica. Por ejemplo, Alberto Insúa envió desde
París « Un psicólogo : Proust », que parece ser el primer texto sobre el
novelista francés de La Nación de Buenos Aires (17-X-1920). Sin embargo, esto
no significa que entre los que vivían en Hispanoamérica no había nadie que se
ocupara en los primeros años de la Recherche. En Santiago de Chile un crítico
de origen francés, Orner Emeth (Emile Vaísse), redactó para El Mercurio el
artículo « Marcel Proust - ¿ En qué consiste la novedad de su arte ? ». Este, que
lleva la fecha del 11 de abril de 1921, es muy temprano y ha de ser el primer
artículo realmente escrito en Hispanoamérica. Aquí el autor habla de la ya
creciente fama de Proust en Inglaterra y en Holanda, además de los valores de
su novela.

8. El vínculo inicial entre Proust y los venezolanos es muy evidente, pues el escritor y
diplomático caraqueño Pedro Emilio Coll asistió a las exequias de Proust en Saint-Pierre de
Chaillot. Luego, desde París envió una carta sobre sus impresiones a una señora venezolana,
Elvira Zuloaga, quien permitió la publicación del texto veinticinco años después. Véase
Revista Nacional de Cultura 61 (III-IV-1947) : 14-21.
9. Con motivo del Premio Goncourt, Ángel Guerra 0osé Betancourt Cabrera) parece
haberse adelantado un poco a Corpus Barga, pero no para elogiar a Proust, pues lamentó
que éste hubiera ganado el Premio. No sé si su artículo "Marcel Proust" llegó a publicarse
en España, pero apareció en El Universal de Caracas (4-III-1920) y en La Nota de Buenos
Aires (21-V-1920).
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Para examinar el fervor inicial de los españoles y los hispanoamericanos en


torno a Marcel Proust es mejor considerar la participación de José Ortega y
Gasset. Se puede contar a este gran pensador español entre los primeros
aficionados a Proust porque dictó una conferencia sobre su obra en el Instituto
Francés de Madrid el 9 de mayo de 1922. Hay noticias al respecto en El Sol (10-
V-1922), en La Pluma (V-1922) y en Cosmópolis (VI- 1922). Unos meses más
tarde en compañía de los críticos proustianos más importantes de la época,
Ortega publicó « Le temps, la distance et la forme chez Proust ». Este estudio
fue parte del « Hommage à Marcel Proust » de La Nouvelle Revue Française
(1-1-1923). Se conoce bien su texto en francés, pero pocos saben que su versión
española se publicó por primera vez en La Nación de Buenos Aires y que fue
impresa sólo quince días después de su aparición en París, es decir el 14 de
enero de 1923.

No hablaré aquí en detalle de « Tiempo, distancia y forma en el arte de


Proust », pues lo he hecho en otro lugar10. Sólo quiero sugerir la reacción que
provocó en Buenos Aires. Allí algunas personas le pusieron reparos a Ortega,
cuyas ideas eran realmente polémicas. Un español que vivía en la Argentina,
Antonio Herrero, comenzó el debate al juzgar demasiado evidentes unas
observaciones de Ortega sobre la nueva manera en que Proust enfocó el
tiempo y la distancia (Nosotros, VI-1923). Manuel Gálvez rechazó la idea
orteguiana de que Proust era « un miope que se acerca demasiado a las cosas ».
Por su parte, el novelista argentino lo imaginó a Proust con un microscopio en
cada ojo « de manera que puede advertir lo infinitamente pequeño, ya sea en
el orden espiritual o entre las cosas materiales » (La Nación, 4-XI-1923).
En cierta forma, la crítica proustiana nació en Buenos Aires cuando los
argentinos reaccionaron al ensayo de Ortega. Posiblemente no se atrevieron a
cuestionar los juicios de los críticos franceses, pero sí a responder al escritor
español. En los años siguientes se publicaron muchos artículos sobre Proust en
la Argentina. Algunos eran de tipo académico, como « Du côté de chez
Proust » de Carlos María Onetti (Valoraciones, IX-1925) o « La sensación
olfativa en Marcel Proust » de Aníbal Ponce (Revista de Filosofía, XI-1925). En
este artículo el autor destaca la validez psicológica de las observaciones de
Proust acerca del poder evocador de las sensaciones olfativas y gustativas.
Otros artículos fueron redactados por unos escritores jóvenes, como Roberto
Mariani y Max Dickmann (ambos en Nosotros, IV-1927).
Según Julio Irazusta, quien escribiría « Proust, ayer y hoy » en 1936 (La
Nación, 22-XI), durante la segunda mitad de los años veinte los jóvenes
argentinos experimentaron la lectura de la Recherche como una gran acción
colectiva. Recibieron su último tomo, Le temps retrouvé, con los brazos

10. Véase mi artículo « Ideas de Ortega y Gasset sobre la novela proustiana », Bulletin
Hispanique 88.3-4 (1986) : 445-456.
PROUST EN ESPAÑA Y EN HISPANOAMÉRICA 181

abiertos. En la pequeña revista Fiesta, la cual se había inaugurado precisamente


un 10 de julio - es decir el cumpleaños de Proust - y cuyo título podría
referirse a los saraos proustianos, Arturo Seeber publicó dos artículos
sobresalientes. En el primero, « Marcel Proust y el momento actual » (30- VIII-
1927), ubica la obra proustiana dentro de su contexto literario y filosófico, y
concluye : « Su visión personal del mundo interior, la independencia de un
criterio estético renovador y las características marcadas de su estilo, la
señalan como una de las más grandes creaciones del ingenio humano. » El
segundo, « El artista de la memoria » (15-X-1927), nos permite ver hasta qué
punto Seeber estaba al tanto, pues pudo comentar el final de la Recherche
apenas un mes después de su publicación.

Contrario a lo que uno se imaginaría, la situación de España era diferente.


Los artículos españoles que cité antes con relación a la bibliografía de Pierre-
Quint sugieren el comienzo muy temprano y el crecimiento progresivo del
interés de los españoles en Proust. Pero los diez artículos de López Ballesteros
de 1925 y los dos textos de Giménez Caballero de 1926 sólo reflejan la
situación antes de la publicación de Le temps retrouvé. Fue en la misma época
cuando Ortega publicó en El Sol (del 10-XII-1924 al 12-1-1925) las distintas
secciones de Ideas sobre la novela, en las cuales hallamos muchas alusiones a
nuestro autor francés. De igual manera, Azorín escribió entonces « El arte de
Proust » {ABC, 4-XI-1925), cuyo texto se incorporaría luego en Andando y
pensando (1929)11.
A pesar de tanto fervor proustiano aparente, los españoles publicaron
relativamente poco en los años 1927 y 1928, los que eran los más fecundos en
la Argentina, en Chile y en México. Para el año que sigue la aparición de Le
temps retrouvé he hallado únicamente un artículo acerca de este tomo (Andrés
Revesz, ABC, 4-1-1928), una reseña sobre un libro menor de Proust,
Chroniques (Adolfo Salazar, Revista de Occidente, V-1928), y otra sobre el
estudio Marcel Proust de Ernest Robert Curtius (J. F. Pastor, La Gaceta
Literaria, l-X-1928).

Según parece, varios factores contribuyeron a este cambio. Por una parte,
Ortega, que se había enfrentado con Benjamin Crémieux al negar en Ideas
sobre la novela la unidad estructural de la Recherche, perdió esta polémica
cuando en su último tomo Proust mostró definitivamente su estructura

1 1 . Este artículo fue reproducido en El País de Montevideo (1 1-XII- 1925) . Otros artículos
de Azorín sobre Proust se publicaron en La Prensa de Buenos Aires (18 y 22-X-1925).
También debería mencionar quejóse María Salaverría publicó en ABC en el mismo mes que
Azorín dos artículos proustianos (21 y 24-XI). Una versión del segundo se reimprimió en
La Nación de Buenos Aires (29-XI-1925) y en El Espectador de Bogotá (14-1-1926).
182 BULLETIN HISPANIQUE

monumental12. Asimismo, es posible que, después de haber traducido casi la


mitad de la obra de Proust, Pedro Salinas se haya desilusionado con respecto
a ella porque unos críticos quisieron ver en su libro Víspera del gozo demasiadas
huellas proustianas13. Además, deberíamos aceptar como factor posible los
ataques contra Proust que se habían hecho en Francia ya desde la publicación
de Sodome et Gomorrhe I y II (1921-1922) y que comenzaron a recibir atención
en España. No sólo sus detractores le criticaron por ser un esnob social, sino
también porque había estudiado en detalle el mundo homosexual. En España
López Ballesteros habló más abiertamente de este asunto, sobre todo en
« Variaciones sobre Proust II » {ABC, 4-II-1925), donde citó los comentarios
de Paul-Léon Fargue acerca del amaneramiento del petit Marcel. De este
modo, aunque López Ballesteros escribió un gran número de artículos sobre
la Recherche y trató de defenderla negando que fuera una « obra de enfermo »,
terminó por socavar el entusiasmo de los españoles hacia Proust14.

Algo parecido ocurrió en unos países hispanoamericanos a causa de un


artículo de Enrique Gómez Carrillo, « El calvario de un gran escritor ». Este
se publicó en al menos tres periódicos : El Diario de la Marina de La Habana
(3-IX-1926), El Tiempo de Bogotá (17-X-1926) y El Universal de Caracas (4-XI-
1926). Cuando habló del « soplo enfermizo » y del « aliento morboso » de
Proust, el cronista guatemalteco parece haber desalentado el incipiente interés
en Proust de los cubanos, los colombianos y los venezolanos. Al igual que en
España, el silencio acerca de la Recherche se volvió notorio en estos países
durante los años siguientes15.

12. Como sugerí en mi artículo antes citado, Ortega hizo publicar en Revista de
Occidente (VIII y IX- 1924) un estudio de Crémieux porque esperaba sostenerse "frente al
arma fina del crítico francés", pero como no tenía la misma información sobre el final de
la Recherche que Crémieux había recibido directamente de Proust, Ortega no podía
sospechar qué ocurriría en Le temps retrouvé.
13. En torno a este libro y su relación posible con Proust, hubo toda una polémica,
especialmente en El Sol. Además del artículo en dos partes de Giménez Caballero ya citado,
El Sol publicó dos de Corpus Barga (29-XI-1925 y l-X-1926), uno de Enrique Diez-Canedo
(16- VI- 1926) y uno de E. Gómez Baquero (22- VII- 1926). Azorín estudió el mismo tema en
ABC (9- VII- 1926).
14. En "Marcel Proust et l'Espagne" (Hommage à Marcel Proust, Paris, 1928) Jean de
Joannis habla de las contribuciones españolas de los primeros años. Aunque dice "L'Espagne
n'a pas été en retard pour payer à Marcel Proust le juste tribut de son admiration", el hecho
de lamentar la ausencia en España de un estudio detallado de là Recherche sugiere la sorpresa
de los franceses ante el silencio de los españoles.
15. Debo responder aquí a Alejo Carpentier, quien sostuvo que la obra proustiana fue
conocida en Cuba antes que en ningún otro país hispanoamericano ("Marcel Proust et
l'Amérique Latine", Bulletin de la Société des amis de Marcel Proust, 1972). Mis
investigaciones han mostrado lo contrario porque el primer artículo cubano sobre la
Recherche parece ser el de Alfonso Reyes, el cual era de 1924. En realidad se publicó
relativamente poco en La Habana durante los años veinte, incluso al final de esta década.
PROUST EN ESPAÑA Y EN HISPANOAMÉRICA 183

En contraste, los chilenos, como los argentinos, llegaron a sentir de una


manera evidente la presencia del fervor proustiano. Poco después del artículo
de Omer Emeth, Alone (Hernán Díaz Arrieta) comenzó a leer la Recherche y
se entusiasmó muchísimo. Su primer artículo sobre Proust data de junio de
1923 {La Nación) y él redactó tres más en 1924. Para Alone la publicación de
Le temps retrouvé constituyó un verdadero acontecimiento literario. De marzo
a septiembre de 1928 escribió para La Nación ocho artículos sobre Proust. En
estos textos estudió diversos aspectos de la Recherche : el uso de la poesía y del
humor, los temas de la naturaleza, el amor, la inmortalidad y el tiempo. Al
final trató de un asunto atrevido : el temperamento femenino de Proust16. En
el mismo año otros chilenos comentaron lu Recherche. Hubo once notas en La
Nación y cinco notas y dos artículos en El Mercurio, pero de aún más
importancia son la respuesta de Osvaldo Vicuña Luco a Alone, « Cartas acerca
de Marcel Proust » {Atenea, 31-V-1928), y un artículo de Januario Espinosa,
« El Balzac del subconsciente » {Atenea, 31-X-1928)17.
Sin duda alguna, Proust estaba muy de moda en Chile hacia 1928, pero tenía
también allí unos detractores. El más obvio, Jenaro Prieto, escribió una sátira
de Proust y de sus lectores. Este texto, « Una víctima de Proust », se publicó
en El Diario Ilustrado (18-VII-1929). Aquí el autor se mofa del protagonista de
A l'ombre des jeunes filles en fleurs llamándole « marica », y dice de los
proustianos, « a pesar de que no leen a Proust sino cuando están enfermos son
temibles en estado de convalescencia ».
En cuanto a los mexicanos, quienes podían leer ya en 1920, como vimos, tres
fragmentos breves de la obra proustiana (« Las jóvenes », « Las flores » y « Las
sirenas »), su relación con nuestro novelista francés demoró un poco en
desarrollarse18. Aunque un amigo de Proust, Paul Morand, envió unos tomos

En el índice analítico del Suplemento Literario del Diario de la Marina (1927-1930) (La Habana :
Editorial Academia, 1983), que incluye los años más importantes, no figura ni siquiera el
nombre de Proust.
16. Para los datos les remito a mi artículo "Alone, Chilean Critic of Proust" {Proust Research
Association Newsletter, 1986) . Allí examino el caso de este crítico, quien en su carrera de muchos
años llegó a publicar al menos cuarenta artículos y reseñas en torno a Proust.
17. Es también muy interesante leer lo que Vicuña Luco escribió hacia 1927 acerca del
comienzo de unas capillas proustianas en Chile : « Los admiradores de Proust vamos formando,
sin quererlo una religión ecuménica ; religión en el significado estricto de la palabra, que es 'ligar
entre sí'. En todas partes la admiración de Proust provoca simpatías, suscita amistades, forma
espontáneamente grupos que no cesan de comentarlo ». Véase Correspondencia : Crítica
literaria, apuntes íntimos, artículos y divagaciones (Santiago : Imprenta Universitaria, 1946), 130.
18. Estas selecciones de A l'ombre des jeunes filles en fleurs se habían publicado antes en
la revista América Latina (11-1920), que Ventura García Calderón editaba en París. Proust
parece haberse comunicado con el escritor peruano, pues le citó en unas cartas a Gaston
Gallimard y a Paul Morand. Véase La correspondance de Marcel Proust t. XIX (Paris : Pion,
1993), 43-44 y 129-130.
184 BULLETIN HISPANIQUE

de la Recherche a un corresponsal de Excelsior a mediados de 1922, nada sobre


ella apareció en Mexico hasta unos años más tarde19. Sólo en 1925 comenzaron a
salir unos artículos de corresponsales extranjeros en El Universal Ilustrado
(e.g. Rose Lee, 8-X) y hubo una reseña en Antorcha en el mismo año. Pero los
jóvenes mexicanos hicieron una contribución muy importante a la crítica
proustiana hispanoamericana cuando le dedicaron a Proust en noviembre de 1928
un número de la revista Contemporáneos. Este homenaje en ocasión del sexto
aniversario de su muerte fue dirigido por Jaime Torres Bodet y en él participaron
también Mariano Azuela, Genaro Estrada, Enrique Gonzalez Rojo, Bernardo
Ortiz de Montellano y Julio Torri. Vale la pena mencionar que Torres Bodet
respondió a un comentario de Ortega, quien en Ideas sobre la novela tachó a la
Recherche de ser una « novela paralítica ». Según el poeta y novelista mexicano,
« Sólo un análisis superficial creería inerte el cultivo de acciones apasionadas,
intensamente dramáticas que hierve en^l la recherche du temps perdu ».
Examinando el final de los años veinte, sería tentador hacer una distinction
neta entre tres naciones - la Argentina, Chile y México - y los demás países
hispánicos. En las primeras, la obra proustiana parecía ya aceptada por sus
muchos valores, mientras que en los segundos, todavía había muchas dudas al
respecto. Sin embargo, hay que hacer hincapié en la gran diversidad entre los
países de este último grupo. Los españoles habían llegado a apreciar la
Recherche y a escribir mucho sobre ella, pero en el momento culminante
pusieron su valor en duda al no prestar debida atención a Le temps retrouvé. En
países como Venezuela, Colombia y Cuba habían aparecido unos cuantos
artículos enviados desde Europa, pero pocos escritores nacionales se
atrevieron a comentar a Proust. Por otra parte, dentro de la comunidad
francesa del Uruguay no sólo se escribió sobre Proust, sino que en una ocasión
se usó la lengua de él. Así, Alvaro Guillot Muñoz redactó « Marcel Proust,
essai d'une littérature introspective » para La Cruz del Sur (X-1925). Luego en
« De Rimbaud a Proust » (VI y VII- 1929) el mismo autor comenzó un estudio
más extenso, el cual no pudo terminar. En algunos otros países recién se
comenzaba a hacerle caso al escritor francés. En Costa Rica Joaquín García
Monge reprodujo en su Repertorio Americano (9-VI-1928) un artículo que
Mario Santa Cruz había publicado en México. El peruano José Carlos
Mariátegui se refirió brevemente a Proust en su artículo « El alma matinal »
{Mundial, 3-II-1928). En el Ecuador sólo hubo unas pocas referencias al
escritor francés (e.g. « La novela moderna », El Comercio de Quito, 5-1-1927).
Desafortunadamente, 1929 no fue un año muy bueno para Proust. Hasta en
los tres países más aficionados a la Recherche se notaba la oposición. Ya señalé
la sátira de los proustianos en Chile. Salvador Novo en México no tardó en

19. Morand se refirió a este corresponsal, Jean Chuzeville, en una carta del 6 de mayo
(Véase La correspondance de Marcel Proust t. XXI, 171-172). Según las investigaciones de
Philip Kolb y las mías, nunca se publicó el artículo anticipado.
PROUST EN ESPAÑA Y EN HISPANOAMÉRICA 185

anunciar en su columna « El cesto y la mesa » de Revista de Revistas (5-V-1929)


que se disminuía el interés en Proust. Los argentinos seguían publicando
textos sobre la Recherche, al igual que Alone y sus discípulos en Chile20. Pero
en Buenos Aires, como en Madrid, se sentía la necesidad de defender a nuestro
autor francés. Por eso, el artículo de Manuel Bueno « El amor y el dolor de
Marcel Proust » se reimprimió en La Razón (30-VII-1929), luego de su
publicación en ABC (4- VI- 1929). Erróneamente pero con toda sinceridad, Bueno
negó que Proust hubiera tenido vínculo alguno con el mundo « depravado »
que había descrito.

Tal necesidad de defensa continuaría durante los años treinta cuando se le


criticaría a Proust también de ser esnob, servil y podridamente burgués. No
me queda tiempo ahora para explicar cómo la obra proustiana terminaría por
salvarse de estos escollos. Dejo tal asunto para otra ocasión21. Sólo les digo con
anticipación que por fin se aceptaría la Recherche como una obra fundamental
del siglo veinte en casi todos los países hispánicos. Las circunstancias de cada
uno serían un poco diferentes, pero hoy en día una persona culta del mundo
de lengua española no puede desconocer la inmensa novela francesa.

20. Poco después, un argentino, Ulises Petit de Murat, publicaría tres artículos
proustianos (La Nación, 27-IV-1930 ; Síntesis, V-1930 ;y El Hogar, 6-II-1931) y una chilena,
Magdalena Petit comenzaría una serie en Atenea (IV-1930, V-1930, III-1933, 11-1935).
21. Escribo un libro sobre Proust en Hispanoamérica, donde estudio la relación
intertextual entre la Recherche y numerosas obras narrativas del Nuevo Mundo, además de
la crítica proustiana en Hispanoamérica. En el futuro espero volver al caso de España.

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