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DD1019 – TÉCNICAS DE DIRECCIÓN DE EQUIPOS DE TRABAJO

Nombre: María José Proaño Poveda


Fecha: 01 de MAyo de 2023
Usuario: ECSPMSP4400769

Billie Joyce Sturey yacía en una cama de la unidad de cuidados intensivos del
Suburban Hospital. Su corazón de 70 años es la causa del problema; pero, al igual que
muchos pacientes de las unidades de cuidados intensivos, tiene otros problemas de
salud que complican su atención. Afuera de su cuarto, un grupo de especialistas se
reúne para analizar la mejor forma de tratarla. ¿Tendría algún efecto nocivo el
medicamento que mantiene en funcionamiento su corazón? ¿Debe practicarse un
angiograma? ¿Es su estado suficientemente bueno para transferirla de la unidad de
cuidados intensivos a otra? Ese tipo de reuniones cara a cara son infrecuentes en
muchos hospitales públicos, donde los médicos suelen expresar sus decisiones por
teléfono o las garabatean en los expedientes mientras corren de un lado a otro. Sin
embargo, en la unidad de cuidados intensivos la comunicación deficiente puede ser
mortal… En Suburban Hospital, de 217 camas y situado en las afueras de Washington,
ha utilizado una estrategia de equipo en su unidad de cuidados intensivos desde
1996. Entre los miembros del equipo se incluyen un intensivista, un farmacéutico, una
trabajadora social, un nutriólogo, la enfermera en jefe de la unidad, un inhaloterapeuta
y un clérigo. Cada mañana van de cuarto en cuarto y hablan con la enfermera de
cabecera de cada paciente para comentar y analizar el tratamiento óptimo. Los
intensivistas permanecen en la unidad de cuidados intensivos durante su turno para
supervisar la atención de los pacientes. El Suburban Hospital acredita a su atención
de equipo la disminución de errores, el acortamiento del tiempo que los pacientes
están en la unidad de cuidados intensivos de 12 camas, así como la mejora de la
comunicación entre la familia de los pacientes y el personal médico. Desde 1996,
cuando inició su programa de equipo en la unidad de cuidados intensivos, el hospital
ha reducido en un 23 por ciento el tiempo que los pacientes reciben tratamiento con
ventilador. Ello reviste importancia, ya que cuanto más tiempo se use el ventilador,
tanto mayores las probabilidades de que surja neumonía. En el nivel nacional
estadunidense, los pacientes sometidos a ventilación artificial en los que sobreviene
neumonía tienen 50 por ciento más probabilidades de morir y sus costos de
hospitalización aumentan, en ocasiones, hasta más de 20 000 dólares, según afirma
el Dr. Tom Rainey, director médico de servicios de cuidados intensivos en el Suburban
Hospital.

“Se evita el costo de las complicaciones en términos monetarios, sin dejar de


mencionar la prevención de sufrimiento humano”, concluye Rainey. La contratación
de intensivistas y tener un equipo disponible las 24 horas del día en la unidad de
cuidados intensivos cuesta dinero, mientras que la reducción de errores,
complicaciones y tiempo de estancia de pacientes en la unidad ahorra dinero en
última instancia, Según Rainey. Además, los médicos de atención primaria también
aprovechan mejor su tiempo, al no tener que ir y venir frecuentemente al hospital… El
personal médico del Suburban Hospital se cuenta entre el número cada vez mayor de
instituciones similares de EUA que adoptan la idea –tomada de otros ramos- de que el
enfoque de equipo triunfa sobre el comportamiento de lobo solitario.

Empero, si bien este concepto se ha analizado y debatido por décadas en la


comunidad médica, su adopción ha sido lenta fuera de los centros médicos
universitarios. “Los equipos de este tipo probablemente sean la mejor forma de
disminuir el porcentaje de errores. Sin embargo, apenas el 10 por ciento de las
unidades de cuidados intensivos tiene ese tipo de atención” afirma Rainey. Una razón
de tal demora es la cultura de los mismos médicos. Por principio de cuentas, los
facultativos están acostumbrados a ser autónomos. Y algunos médicos podrían sufrir
la disminución de sus ingresos ya que los intensivistas se encargan de la atención de
muchos de sus pacientes en las unidades de cuidados intensivos. Así pues iniciar un
equipo de esos requiere mucho tacto. En las unidades de cuidados intensivos que han
adoptado este enfoque, usualmente cuenta con alguien que convence a los médicos
de atención primaria y especialistas para que trabajen con el equipo encabezado por
los intensivistas. “Tienen que estar claro que éste es un esfuerzo de equipo”, comenta
Rainey. “Se aplican planes de tratamiento que deciden conjuntamente los médicos”
Instrucciones para el desarrollo de la actividad

I. Luego de estudiar el caso descrito, responda las siguientes interrogantes:

1. De acuerdo a su criterio y experiencia, cuáles son las ventajas y/o desventajas


de la estrategia de trabajo de equipo en un hospital.
Ventajas:
● Incremento de las posibilidades de creatividad y superación
● Aumento de la participación y la sociabilidad
● Rápida solución de problemas
● Desarrollo de la individualidad y de la colectividad
● Rapidez y productividad
● Cohesión
● Más visiones
● Mejor reparto de funciones
● La alianza conlleva al éxito
● Conocimiento de todos los integrantes
● Coordinación y cooperación que ayuda a cumplir los objetivos: la atención
cálida, segura y eficiente al paciente

Desventajas:
● Falta de preparación de los miembros del equipo
● Temor a la crítica
● Divergencias en la velocidad del trabajo
● Exceso de reuniones
● Abundancia de personal
● Toma de decisiones lentas
● No sentirse cómodo
● Mal liderazgo

2. Conforme a lo visto en el contenido de la asignatura, explique cómo implementaría


la estrategia de trabajo en equipo en su área de trabajo.

Reconocer los esfuerzos (aunque no haya logros), detectar líderes informales, ser flexibles
con las metas y pedir opinión a los colaboradores, considero que son las claves para crear
un círculo virtuoso y empático en el trabajo. Mi estrategia debería contar con los
siguientes puntos:

1. Elegir un equipo adecuado y diverso


Cada persona posee distintas fortalezas y debilidades, por lo mismo, un equipo se debería
conformar por colaboradores que se complementen.
Para la asignación de tareas se tomará en cuenta no solo las habilidades, también los
rasgos del temperamento. Con un equipo diverso cada integrante aporta ideas,
habilidades, experiencias y conocimientos que abarcan un espectro muy amplio,
favoreciendo una toma de decisiones más rica.

2. Promover un ambiente de colaboración


El equipo debe visualizarse como un todo, olvidarse de protagonismos y trabajar en pro de
objetivos comunes. Para fomentar el trabajo conjunto se deben establecer principios que
los identifiquen como unidad.
Tener reglas muy claras desde un principio que se refieran a las responsabilidades y
derechos de cada individuo dentro del equipo, sus funciones y tareas, tiempos de entrega,
metodología del trabajo, etc.

3. Mantener una comunicación abierta con el equipo


La comunicación y retroalimentación es esencial para alcanzar cualquier objetivo. Se debe
llevar un registro e informar a todos los miembros sobre los avances diarios.
Con las nuevas tecnologías resulta muy sencillo tener una comunicación ágil para informar
en tiempo real cualquier asunto que requiera de atención inmediata: modificaciones al
proyecto, detección de fallas, imprevistos, conflictos internos, incluso felicitaciones por un
buen resultado.

4. Generar confianza
La confianza se irá generando con el tiempo, conforme se desarrollen proyectos y se
cumplan metas. En un principio es importante motivar al equipo a confiar en las
capacidades de los demás, dando la oportunidad a todos los integrantes de realizar su
trabajo y participar.
Lo más valioso que puede desarrollar un equipo y que favorece como ninguna otra cosa la
productividad es la confianza y el respeto.

5. Fomentar el sentido de pertenencia


El sentido de pertenencia es esencial para lograr un compromiso real con el proyecto,
tomando los éxitos de la empresa como suyos.

Bibliografía:

● Asencio, A. D. (2018). Trabajo en equipo. Editorial Elearning, SL.

● Katzenbach, J. R. (Ed.). (2000). El trabajo en equipo: ventajas y dificultades.


Ediciones Granica SA.

● Torrelles Nadal, C., Coiduras Rodríguez, J. L., Isus, S., Carrera, X., París Mañas, G., &
Cela, J. M. (2011). Competencia de trabajo en equipo: definición y categorización.
Profesorado: revista de currículum y formación del profesorado, 2011, vol. 15, núm.
3, p. 329-344.

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