DHA - Conlactei 2019

LOS CONLACTEI EN LA ROMA ANTIGUA.
IMÁGENES EPIGRÁFICAS,
ICONOGRÁFICAS Y LITERARIAS
Pedro David Conesa Navarro
Presses Universitaires de Franche-Comté | « Dialogues d'histoire ancienne »

Document téléchargé depuis www.cairn.info - - - 155.54.220.67 - 27/01/2020 16:56 - © Presses Universitaires de Franche-Comté
2019/Supplement19 S 19 | pages 171 à 192
ISSN 0755-7256
ISBN 9782848677170
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Dialogues d’ histoire ancienne supplément 19, 2019, 171‑192
Los conlactei en la Roma Antigua. Imágenes epigráficas,

iconográficas y literarias1
Pedro David Conesa Navarro
Universidad de Murcia - Università degli Studi di Roma “Tor Vergata”
pedrodavid.conesa@um.es
I- Introducción2
1
A diferencia de otros pueblos de la Antigüedad, caracterizados por tener un

pasado heroico y cuyos ritos fundacionales se han distinguido por resaltar una hazaña
legendaria, en Roma ocurrió todo lo contrario. La ciudad se originó a partir del
asesinato de Remo a manos de su hermano gemelo Rómulo.3 Siempre ha sorprendido
cómo una urbe que llegó a ser capital de un Imperio, difundiera una leyenda de tal
calibre para explicar su origen. Fábula que se revela por haberse mantenido inalterada
por la influencia helena, cuyas raíces hundían en tradiciones de origen indoeuropeo,
viendo en los gemelos a seres prototípicos de fecundidad, fuerza vital y abundancia.4 Lo
interesante no es el relato en sí, sino observar cómo desde la fundación de la ciudad se
dio el caso de dos individuos amamantados no por su madre biológica, sino por otro ser.
1
Este trabajo ha sido posible gracias a la concesión de un Contrato Predoctoral FPI de la Fundación
Séneca. Agencia Territorial de Ciencia y Tecnología de la Región de Murcia (19829/FPI/15). Miembro
del grupo de Investigación “Arqueología Histórica y Patrimonio del Mediterráneo Occidental” de la
Universidad de Murcia, cuyo investigador principal es el Dr. José Miguel Noguera Celdrán.
2
Para la descripción de las inscripciones, así como las abreviaturas de los distintos corpora se ha seguido
como modelo los criterios empleados por la base de datos Clauss-Slaby (http://www.manfredclauss.de/es/
index.html).
3
Otra de las leyendas sobre el origen de la ciudad se fundamenta en el héroe troyano Eneas. Pese a que
no lo trataremos en este trabajo, somos conscientes de su importancia en el sustento de la fundación de la
ciudad.
4
Molas Font 2009, p. 138. Según Beard 2016, p. 57-58, este relato sorprendió tanto a antiguos como
a modernos, que han pretendido ver en el fratricidio una forma de antipropaganda elaborada por los
enemigos y víctimas de la agresiva expansión romana, opinión desechada actualmente.
DHA supplément 19
172 Pedro David Conesa Navarro
Algo que sorprende sobre todo si fue una loba quien desempeñó dicho papel; o según
otras interpretaciones, por una diosa o una prostituta.5 También es significativo que una
vez que fueron acogidos por el pastor Fausto, su esposa los atendió y cuidó junto a sus
once hijos. Livio es quien mencionó que Larentia, la esposa del pastor, posiblemente
fuera la prostituta que dio de mamar a los gemelos. La madre biológica, la vestal Rea
Silvia, se vio imposibilitada de lactar a sus hijos, ya que tras ser violada6 por el dios Marte,
Amulio tenía reservada para los hermanos una muerte segura. Independientemente de
la veracidad del relato, lo que aquí interesa es comprobar que desde la fundación de
la urbe encontramos un caso de hermanos de leche. No solo fueron alimentados por
otro ser que no era su madre biológica, sino que compartieron sus primeros años de
vida con otros individuos, los hijos de Laurentia y Fausto, quienes, junto con Rómulo,
conformaron los primitivos hermanos Arvales.7
En Roma se pensaba que podían establecerse sentimientos de carácter personal
entre los hoy llamados hermanos de leche, que en las fuentes fueron denominados como
collactaneus o collecteus.8 También podían ser definidos con una terminología mucho más
variada: conlactaneus, conlacteus, conlactius, collactius, conlactitius, collactitius, conlactia
o collactia.9 Como puntualizó Crespo Ortiz de Zárate, tanto nutriti como conlactei10
son términos que estaban haciendo referencia a las mismas personas, individuos que
fueron lactados por una misma nutrix. Un elemento definitorio de los conlactei fue la
vinculación que se creó entre estos individuos y el hijo de la nodriza,11 permitiendo
5
Livio, I, 4, 5-8; Herreros González 2001, p. 112; Cid López 2009a, p. 163.
6
La violación también puesta en duda por Livio, I, 4, 2-3.
7
Cid López 2009a, p. 163, nota 18.
8
Sobre la diferenciación de ambos vocablos no vamos a entrar demasiado, pero sí que podemos apuntar
que se dio una distinción terminológica según lo expuesto por el gramático del siglo ii d.C., Flavio Caper,
Collecteus se refiere a un individuo que ha sido alimentado con la misma leche que otro. Por el contrario,
collectaneus adquiere un matiz mayor, ya que no solo hace referencia al alimento en sí, sino también a
la educación, implicando vínculos afectivos entre los denominados hermanos de leche. Cf. Flavio Caper,
Ortografía, 97, 19. Por el contrario, otro gramático que analiza dichos términos, Carisio, ya del siglo iv d.C.,
parece que no atisbó ninguna distinción entre ambos términos, encontrando el de conllacteus en desuso.
Cf. Cariso, 1, 82, 12. Con ello podemos ver una evolución terminológica. Por otra parte, en el Thesaurus
Glossarum Latinorum, VI, viene definido collactaneus, como qui simul bebit lacte (229). En cuanto al
término griego empleado, aunque no lo trataremos en este trabajo, cabe recordar que era suntrophos.
9
Crespo Ortiz de Zárate 2006, p. 270.
10
Debido a la amplitud terminológica, emplearemos a partir de ahora este término cuando hagamos
referencia a los hermanos de leche en plural, siendo el término conlacteus para el singular.
11
DHA supplément 19, 2019

Los conlactei en la Roma Antigua. Imágenes epigráficas, iconográficas y literarias173
que establecieran relaciones afectivas que superaban en algunos casos a los sentimientos
creados entre los individuos de sangre.12 Abordamos en este estudio dicha relación,
en ocasiones reflejada en la epigrafía, los testimonios literarios13 y alguna referencia
iconográfica. También, a partir de los aspectos escogidos, procuraremos responder
a una serie de cuestiones que nos hemos marcado como hipótesis de trabajo: ¿Qué
testimonios han perdurado hasta la actualidad que ayuden en nuestra investigación?,
¿fue una práctica habitual entre la sociedad romana la colactancia? Y, sobre todo, ¿qué
implicaciones sociales tenía? De manera indirecta, también abordaremos la relación
que mantuvieron estos individuos con sus nutrices, también presentes de manera
significativa tanto en la epigrafía como en los relatos de autores clásicos.
Una de las dificultades que emergen a la hora de emprender esta investigación
es saber si a priori existieron huellas explícitas de lazos sentimentales mantenidos entre
hermanos de leche, así como de los nutriti con respecto a sus nodrizas. Según Corbier14
fueron más numerosos los vínculos existentes entre aquellos niños amamantados hacia
sus nutrices y viceversa, que de los conlactei entre sí.15 Debido a su carácter pragmático,
las inscripciones son más asépticas en las descripciones, y ello impide conocer con
exactitud los sentimientos que pudieron existir entre homenajeados y dedicantes.16
Sin embargo, son las inscripciones funerarias nuestro principal material,17 que, junto
con las narraciones literarias y ayudados por la documentación iconográfica, vienen a
completar nuestro argumento.
Lo que sí se puede afirmar, al margen de los ejemplos particulares que vamos a
analizar, es que tuvo que tener una gran envergadura el hecho de amamantar a otros
niños y los sentimientos mantenidos entre estos con respecto a sus nodrizas. En la Lex
Aelia Sentia se establecieron cláusulas relacionadas con la manumisión tanto a nodrizas,
hermanos de leche como a pedagogos. Concretamente, podían ser liberados por su
12
Se han documentado importantes vínculos de cariño entre los hermanos de leche y de estos hacia sus
nodrizas, cf. Dixon 1992, p. 54.
13
Curchin 2000-2001, p. 542-543; Pedrucci 2015, p. 39.
14
Corbier 2000, p. 39.
15
Las relaciones de lactancia por sustitución o colactancia carecen, inicialmente, de trascendencia
jurídica. Sin embargo, no es imposible encontrar referencias en el Corpus Iuris Civilis, como Ulpiano,
Digesto, FN26.10.1.7 o Ulpiano, Digesto, FN40.2.13.
16
Corbier 2000, p. 39.
17
Dasen 2012, p. 44.

propietario incluso antes de que este cumpliera los veinte años.18 Estas disposiciones
legales muestran lo importante que llegaron a ser estos grupos mencionados para los
propietarios, lo que manifiesta una relación afectiva, ya que fueron piezas fundamentales
en su infancia y en su formación personal.19 De hecho, algunas nutrices habrían tenido una
posición económica desahogada muchas veces, debido a que fueron promocionadas por
sus hijos de leche.20 La nutrix de Plinio el Joven fue uno de los ejemplos más conocidos.
En una carta le agradecía a su amigo Vero haber cultivado la parcela que le regaló a
su nodriza.21 Otra fue la del emperador Adriano, Aelia Germana, mencionada en una
inscripción encontrada en Tívoli22 junto con su alumnus, Aelius Felix, que estaba casado
con Aelia Hermione, también alumna de Aelia Germana. Aparece también nombrados
tanto el hijo de Aelia Hermione, un tal Aelius [… nus], como los libertos de Hermione
y de sus hijos, presentando en el epígrafe hasta un tercer nivel de dependencia.23 Todo
parece indicar que fue la alumna de la nutrix junto con sus hijos quienes dedicaron la
inscripción a sus patronos. Lo interesante es que podemos ver cómo una nodriza, en
este caso liberta de un emperador, tuvo la capacidad económica suficiente para tener
bajo su dependencia a un importante número de personas.24 También se han constatado
casos de familias distinguidas, como la de los Escipiones, que se enterraron junto con
sus nutrices.25 Ello viene a confirmar la significación que tuvieron estas mujeres en la
18
Gayo, Instituciones, I, 19; I, 38-39; Ulpiano, Digesto, XL, 2, 13. cf. Corbier 2000, p. 36; Rawson 2003,
p. 219-220; Bretin-Chabrol 2015, p. 32-33. En el Digesto también se establecían cláusulas relacionadas con
la lactancia de niños nacidos de esclavas urbanas que podían ser alimentados por nodrizas rusticas. Digesto,
32, 99, 3: Eum, qui natus est ex ancilla urbana, et missus in villam nutriendus, interim in neutris esse quídam
putant, videamus, ne in urbanis esse intelligatur; quod magis placet: Veamos si el que nació de una esclava
urbana y fue mandado para que se criase en una casa de campo, opinando algos que mientras tanto no está
ni entre unos ni entre otros, es considerado que está entre los urbanos: y esto es lo que parece mejor. Trad.
Ildefonso L. García del Corral, 1892, p. 591.
19
Rosa Cid, establece que, por lo general, una nodriza solía estar con el niño que amamantaba hasta los
tres años, aportándole además de su primer alimento, también sus primeros conocimientos. Cf. Cid López
2016, p. 135.
20
Crespo Ortiz de Zárate 2011, p. 220.
21
Plinio, Cartas, 6, 3; Medina Quintana 2014, p. 82.
22
CIL XIV 37, 21 =  CIL VI 10909; cf.  Goethert 1972, p.  71, nº  378, con foto nº  6; Crespo  Ortiz  de  Zárate
2005, p. 21-23. No hay que desechar el lugar donde fue enterrada la nodriza, en Tívoli, que es conocida por
albergar la villa del emperador Adriano.
23
24
Crespo Ortiz de Zárate 2005, p. 22-23.
25
CIL VI 16128; Dixon 1990, p. 32-33; Mangas Manjarrés 2000, p. 236, p. 238; Crespo Ortiz de Zárate
2006, p. 200-203; Cid López 2016, p. 135.

sociedad romana, cuyos lazos de unión con la familia a la que servían perduraron para
toda la vida. Lo mismo podemos decir de los conlactei. Al igual que las nodrizas, algunos
de ellos fueron promocionados por sus hermanos de leche, alcanzando un relevante
papel social como veremos más adelante.
Una alusión, aunque sea somera, tenemos que hacer a los papiros procedentes de
Egipto de época romana. En las cartas que se han conservado y en las que se vinculan a la
infancia, en una gran proporción, aluden a cuestiones relacionadas con la educación, las
enfermedades infantiles y las consultas de madres preocupadas por sus hijos a sus maridos
que se encontraban en el frente.26 En muy pocas se menciona a la lactancia y aunque no
hablen directamente de conlactei si tememos casos en los que se recomienda que no
amamante la madre biológica.27 También se han documentado contratos realizados con
nodrizas.28 El problema que encontramos con este tipo de documentación es que, al
igual que en la actualidad, las cartas se preocuparon por mostrar problemas concretos,
de ahí su carácter parcial. El mal estado de conservación sería un elemento añadido que
dificulta su estudio. Solo los contratos tuvieron cierta intención de perdurabilidad.29
La mayoría de éstos estaban relacionados con la búsqueda de nodrizas para las niñas,
documentándose el doble de contratos que con respecto a los varones. Esta diferencia
cuantitativa, posiblemente fuera a consecuencia de la práctica de la expositio, ya que
las niñas abandonadas y una vez destetadas fueron mas vulnerables a caer en redes de
prostitución, además de ser esclavizadas o vendidas.30
II- Las referencias epigráficas
Resulta complejo analizar el término conlacteus a través de los testimonios en

soporte epigráfico, aunque también es verdad que en las fuentes literarias son más escasos
los ejemplos y, en algunos casos, más complejos de analizar. Hanne Sigismund Nielsen
realizó un estudio sobre los epitafios paganos y cristianos, diferenciando un cambio de
mentalidad con la irrupción de la religión cristiana. Aunque el trabajo se reduce solo a
26
Bagnall, Cribiore 2006, p. 77.
27
PMich 3, 202; Bagnall, Cribiore 2006, p. 76.
28
Un ejemplo sería el fechado el 29 de marzo del 13 a.C. (BGU 4, 1058; Rowlandson 2009, p. 275-276.
La mayoría de ellos están datados entre los años 15 a.C. y 305 d.C., localizándose su mayoría en las ciudades
de Alejandría y Oxirrinco, en las que primaban las mujeres de procedencia griega. Pomeroy 1984, p. 161-
162; Cid López 2016, p. 134.
29
Perea Yébenes 2010, p. 202-203.
30
Cid López 2016, p. 133.

la ciudad de Roma, se pudo apreciar que tanto las dedicatorias entre los hermanos de
leche o de estos hacia sus nodrizas representaron un porcentaje bajo, siendo todavía
más reducido, casi inexistente, durante el cristianismo.31 En las fuentes epigráficas, en
ocasiones, se mencionan tanto a los conlactei como a la propia nodriza, como resultado
de la actividad de una nutrix que además de alimentar con sus pechos a sus hijos recién
nacidos, también hizo lo propio con los descendientes de la familia que la contrataba o
a la que pertenecía.32 Pero sí se observa una diferencia sustancial entre las inscripciones
que mencionan a los conlactei: casi siempre el nombre de la nodriza no se refleja. Esta
ausencia de la nutrix se ha interpretado como una confirmación de la relación íntima
existente entre estos hermanos de leche.33 Los epitafios fueron promovidos por conlactei
que ofrecieron sus dedicatorias a sus “iguales”, por lo que se dejaba en un segundo plano
a la persona que los alimentó. Lo mismo ocurrió con aquellos epitafios dedicados por
nutrices lactariae a sus pupilos cuando morían de manera repentina o prematura. Por
lo general, se desconoce el nombre de los padres del individuo fallecido,34 ya que son
dedicados por estas apenadas mujeres para sus hijos de leche.
Uno de los trabajos que analizó de manera más pormenorizada la presencia
de conlactei dentro del campo epigráfico fue la aportación de Keith R. Bradley.35 La
información ha sido extraída principalmente de las inscripciones encontradas en Roma,
ya que como este autor indicó, los testimonios fuera de la capital imperial son muy
escasos.36 La presencia de individuos de una clase social elevada es un indicativo de
la existencia de conlactei,37 ya que generalmente el conlacteus fue el hijo de una nutrix
esclava, mientras que el nutritus solía ser el filius del paterfamilias de la domus.38 No
siempre, sin embargo, tenía que responder a ese esquema, porque hay casos en los que
los hermanos de leche disfrutaron de la misma condición social. El requisito principal,
31
Los corpora que empleó fueron los siguientes: CIL VI para la época pagana y las inscripciones cristianas
de las catacumbas de San Calisto y Domitila. Mientras que, para la época pagana, el porcentaje es de un 2 %
(108), para la cristiana se ha testimoniado una inscripción. Cf. Nielsen 2001, p. 167-168, esp. tabla 10.1).
Sobre la aclaración de la misma, ver esa misma obra (176, nota 5).
32
Bradley 1991a, p. 150; Mangas Manjarrés 2000, p. 235-235; Herrmann-Otto 1994, p. 12, nota 12.
33
34
Herrmann-Otto 1994, p. 295.
35
Bradley 1991a, p. 149-155.
36
Bradley 1991a, p. 154.
37
Bradley 1991a, p. 150. Especialmente, cf. la tabla 6.1 (151-152) donde se indican todos los individuos
y desde la que se hace el análisis posterior. Para ver la relación entre ellos cf. Bradley 1991a, p. 150-153.
38

por no decir el único, era haber vivido en su más tierna infancia bajo la supervisión y
protección de la mujer que los amamantó.39
La relación fraternal de los conlactei durante la infancia no tuvo necesariamente
que mantenerse a lo largo de la vida. Una vez adultos pudieron separarse por cuestiones
de diversa índole, de modo que una convivencia cariñosa y feliz durante la infancia no
implicó que una vez adultos conservaran el mismo trato que en el pasado.40 Aunque
sí que es verdad que ser alimentados por la misma nodriza posibilitó que la relación
perdurara para toda la vida.41
Junto con el estatus social, el nombre también ha sido interpretado como un
elemento que puede ayudar para saber que estamos ante conlactei, sobre todo si es de
origen griego. Se debe a la moda de recurrir a mujeres de procedencia helena para ser
las encargadas de criar a los hijos de las clases sociales más altas.42 Se trata, sin embargo,
de una teoría que actualmente se encuentra en revisión, ya que la posesión de cognomen
heleno no es un indicativo seguro de que estemos ante una persona de origen servil;
empero, es un indicio importante a tener en cuenta. Muestra de ello lo encontramos
en un ara43 encontrada en Trigaches,44 Portugal, dedicada a Antonia Helice conlactea
de Marcus Antonius Maximus. Sabemos que ambos pertenecieron a la gens Antonia,
siendo la madre de Antonia Helice la nodriza que amamantó a los dos individuos,
mientras que Maximus fue el hijo del dueño de la domus.45 El cognomen Helice es de
39
40
41
Dasen 2010, p. 710; Así queda reflejado no solo en la literatura, sino también en la epigrafía. Cf. Bretin-
Chabrol 2015, p. 22, p. 29-32.
42
Beerden, Naerebout 2011, p. 765. Tácito, en su Diálogo para oradores 28, 4-5; 29, 1 critica duramente
que se dejaban al cuidado de “criadillas” griegas a los niños recién nacidos. Estas nodrizas se encargaban
de contaminarlos con chismes y aberraciones propias de su cultura. Siendo calificado por el autor latino
como una de las causas principales del declive de la oratoria y, por ende, de toda la sociedad romana. Por
el contrario, en antaño, añora el autor, los niños de una madre honrada se criaban en el regazo y seno de
su propia madre. Cf. Sparreboom 2014, p. 145. En contraposición, ensalzó a las germanas que criaban a
sus hijos e hijas con sus pechos, prescindiendo de nodrizas o esclavas para desempeñar dichas funciones.
Cf. Tácito, Germania, 20, 1-2; Cid López 2016, p. 132.
43
Parece que d’ Encarnação no estaba del todo convencido que sea un ara. Cf. d’ Encarnação 1984, p. 371,
nota 298.
44
CIL II 104 = ILER 4315: D(is) M(anibus) s(acrum) / A(ntonia?) Helice / an(norum) XXXVII / con[l]
actia / M(arci) A(ntonii) Max(imi) /posuit / mater / h(ic) s(ita) e(st) s(it) t(ibi) t(erra) l(evis).
45

procedencia griega, encontrándose paralelos en la zona de Tarragona,46 mientras que el

gentilicio lo adoptó de la casa a la que perteneció.
A través de la inserción de términos como verna, libertus, liberta, alumnus,
alumna, ingenuus o ingenua, podemos entender que se estaba dando una diferenciación
social entre los distintos individuos. En ocasiones se precisaba el nombre del nutritus
como una garantía social, que, a partir de su inclusión, era capaz de situarse por
encima de las distintas personas que se mencionaban en el texto.47 En una inscripción
encontrada en Roma,48 la diferenciación social viene marcada por la aparición de las
palabras libertus y liberta. Arruntia Cleopatra fue liberta de Lucius Aruntius, de quien
tomó el gentilicio, siendo el cognomen de esta de origen heleno.49 Fue a su vez conlactea
del también liberto Lucius Arruntius Dicaeus, quien dedicó la inscripción a su hermana
de leche. Arruntia Cleopatra además de conlactea fue también nutrix. Por tanto, estamos
viendo cómo la profesión se pudo transmitir a sucesivas generaciones. Se ha sostenido
que la madre biológica de Cleopatra fue la nodriza que alimentó a ambos, tanto a ella
como a Dicaeus, y que su hija fue la que heredó la profesión.50
También contamos con testimonios relacionados con las familias distinguidas o
imperiales. Por ejemplo, un tal Aticus, que murió a los cuatro años y fue hijo de la nutricia
Stacte, fue esclavo (su madre también) de la familia senatorial de los Statilii Tauri. El
collacteus de Aticus fue probablemente hijo de Sisena Stalius Taurus, cónsul en el año 16
a.C.51 Otro caso relacionado con una familia noble sería el de M. Vipsanius Thales, que
murió a la edad de dieciocho años y fue conlacteus de Servius Asinius Celer, cónsul en el 38
d.C. Los padres de este segundo fueron C. Asinius Galus, cónsul también en el año 8 a.C.
y Vipsania Agripina, la ex esposa de Tiberio, que fue la encargada de manumitirlo.52
46
D’ Encarnação 1984, p. 141.
47
48
CIL VI 5939, p. 3418 = Sinn, 46: Arruntia / L(uci) l(iberta) Cleopatra / nutrix / L(ucius) Arruntius
L(uci) l(ibertus) / Dicaeus conlacteus.
49
Herrmann-Otto 1994, p. 293, nota 12; Crespo Ortiz de Zárate 2005, p. 27.
50
51 2
PIR S 852; CIL VI 6324; Bradley 1991a, p. 150 y tabla 6.1 nº 4). Para ver la inscripción, cf. Caldelli,
Ricci 1999, p. 117, nº 354), ofrecen la siguiente lectura: Atticus f(ilius) / Stactes nutricis / Sisennae f(ilius)
conlacteus / u(ixit) ann(is) IV. Sobre Sisena Statilio Tauro, cf. RE III A2 (1929) 2207 nr. 39; Herrman-
Otto 1994, p. 293, nota 12.
52
CIL VI 9901a = D 08540 = BCAR 1978, 79-95: M(arcus) Vipsanius / Agrippinae l(ibertus) / Thales
conlactani(us) / Celeris Galli fili(i) / vix{s}it ann(os) XIIX / Chryses frater merenti / fecit. Cf. Bradley 1991a,
p. 151, nota 7.

En cuanto a los ejemplos vinculados con las familias imperiales, podemos

destacar dos casos fundamentalmente. Uno relacionado con los Julio Claudios, fue un
epitafio encontrado también en Roma53 dedicado a un tal Communio que vivió dos años
y diez meses, siendo su hermano de leche, Drusus. No aparece el nombre de la mujer que
amamantó a los dos individuos. La diferenciación social entre los dos se percibe a partir
de la inserción de la palabra verna. Se ha interpretado que, pese a no aparecer el nombre
de la nutrix, esta perteneció a una domus distinguida, concretamente fue esclava de
Antonia, poderosa mujer perteneciente a la domus Julio Claudia. La diferencia en el
nombre de los dos individuos, en el que uno de ellos, concretamente Drusus, aparece
con la filiación, hace pensar que Communio fue el hijo de la esclava, mientras que el otro,
Drusus, formó parte de la familia de Antonia.54 El cognomen de Drusus, Blandus, ha
permitido interpretar que pudiese ser el hijo mayor del matrimonio de Julia y Rubellius
Blandus y, por tanto, estaría relacionado directamente con la familia imperial, ya que
esta Julia fue la hija menor del Tiberio.55 El término verna indica que Communio nació
esclavo dentro de la domus Augusta y que tanto él como su madre se instalaron en la casa
imperial para alimentar a Drusus.56 El otro ejemplo está vinculado con el emperador
Adriano. En una inscripción encontrada en Tívoli se menciona que tuvo un hermano
de leche.57 En el epígrafe se alude al hijo de la nodriza Alia Gemina, un tal Aelius, no
encontrándose completo su cognomen. Solo se conserva el nomen del individuo que, al
igual que su madre, fue otorgado por el propio princeps una vez que fue manumitida la
nutrix.58
Interesantes son también las inscripciones que hacen referencia a hermanos de
leche de distinto sexo. Por poner un ejemplo, en Roma se documentó el caso de una
tal Volusia Siluana que dedicó una lápida a su conlacteus, Publius Aulius Pastoris.59 En
53
CIL VI 16057 = AÉ 2005, 106: Communio verna / Antoniae Augustae / v(ixit) a(nnos) II me(n)s(es)
X / collacteus Drusi Blandi f(ilius).
54
Rawson 2005, p. 223; Dasen 2012, p. 49.
55
Rawson 2003, p. 257-259; Rawson 2005, p. 223; Cid López 2016, p. 136.
56
Dasen 2012, p. 49.
57
CIL XIV 3721 = CIL VI 10909: D(is) M(anibus) / [Aeli]ae Germanae divi / [Had]riani nutrici
et Aelio / […]no filio eius inscripserunt / [Aeli]a Hermione Aeli Felicis / [alu]mni eorum coniunx / [et
fili] eorum sibi libertis liberta / [busque] posterisque eorum. cf. Goethert 1972, p. 71, nota 378, fig. 6);
58
59
CIL VI 10760 = Louvre 00286: D(is) M(anibus) / P(ubli) Aeli Pasto /ris Volusia / L(uci) f(ilia)
Salviane / conlacta/neo.

los tratados médicos recomendaban a las nodrizas no amamantar a niños de distinto

sexo por miedo a que los varones se feminizaran, o, por el contrario, a que las niñas se
masculinizaran.60 No podemos saber con seguridad si responde a un caso aislado o si se
dieron más ejemplos que no quedaron registrados en la epigrafía. Ahora bien, lo que
podemos advertir es que todo parece indicar que la realidad fue bien distinta a lo que
señalaron los médicos.
Pero sin duda, más importantes para nuestro estudio son aquellos testimonios
epigráficos en los que se muestra claramente la promoción social de alguno de los
individuos mencionados. Un ejemplo fue Paenia Daphne, titular de un alumnus,
Marcus Vibius Proculo, y cuyo hijo, M. Vibius Felix, que fue su conlacteus, ejerció
el cargo de lictor.61 Lo interesante de la inscripción no es el puesto que desempeñó,
sino que la nodriza incidió en la promoción social de su hijo tras ocupar el cargo de
lictor.62 Podemos pensar con ello que, a diferencia de otros individuos también de
condición servil, los conlactei tuvieron a priori mayores oportunidades de promocionar
socialmente. Sin embargo, dicha hipótesis debe ser tomada con cautela, ya que creemos
que el contexto social en el que se desenvolvieron fue vital para que ocurrieran tales
situaciones y no el simple hecho de ser hermano de leche de un individuo adinerado
o de posición social desahogada. Otro caso fue el de una inscripción encontrada en
la ciudad francesa de Lyon,63 correspondiente a una tumba de carácter comunal, por
el número de individuos mencionados, relacionada con la casa Claudia y erigida por
el liberto Lucius Claudius Rufinus. Entre los personajes indicados podemos destacar a
Marciana y Verina, ambas siervas. La primera fue la encargada de la crianza de Rufinus
como de los otros hijos vernae de la domus, donde tendríamos que insertar a Verina.
Siguiendo el esquema planteado por Crespo Ortiz de Zárate, es probable que esta
60
López Pérez 2005, p. 234.
61
CIL VI 1903 = AÉ 2001, 169 = D(is) M(anibus) / Paenia Daphne / M(arco) Vibio Proc(u)lo / alumno
suo / M(arci) Vibi Felicis / lictoris collact(i) / fili(i) sui fecit. La mención de alumnus viene a indicar que dicho
individuo fue expuesto, abandonado y después, criado, alimentado y educado por otra persona distinta a su
madre. Cf. Crespo Ortíz de Zárate 1992, p. 225; Crespo Ortíz de Zárate 2005, p. 79, p. 160, p. 191).
62
63
CIL XIII 2104 = CLE 01278 = CAG-69-02, p 504: D(is) M(anibus) / [et] m(emoriae) aeternae
L(uci) Cl(audii) Rufini / Cl(audius) hunc vi[v]us Stygias Rufinus / ad umbras instituit / titulum post animae
requ / [i]em qui testis vitae fati / sit lege [ fut]urus cum do / mus acci[piet] saxea corpus ha /bens quodque
meam / retinet vocem data litte / ra saxo vo[ce] tua vivet / quisque lege[s titu]los / Rottio hic sit[us es]t iuve /
nili robore quondam / [q]ui sibi moxq(ue) su[ae]nutrici / Marcian(a)e ítem Verinae / conlactiae haec mon[u]
menta debit et su asc(ia) / dedicavit / curante Cl(audio) Se quente patrono. Cf. Crespo Ortiz de Zárate 2005,
p. 114-115; Dasen 2012, p. 48.

última fuera hija de Marciana, algo que no puede saberse con exactitud.64 El promotor
del monumento lo levantó además de para él, para su conlactea y para su nutrix. Una
vez alcanzado cierto prestigio y poder económico, se preocupó no solo de erigir un
epitafio dotado de un bonito texto,65 sino que también dejó espacio en su tumba para
dos mujeres que lo acompañaron durante gran parte de su vida y qué mejor honor que
enterrarse con ellas.
III- Testimonios de carácter iconográfico
Las inscripciones podían venir acompañadas por relieves o paneles escultóricos

que completaban la información que decían sus textos, aunque no fue lo común. Un
documento singular es un altar funerario conservado en el Römisch- Gesmanisches
Museum de Colonia,66 confeccionado con piedra caliza amarillenta y datado en torno al
siglo iii d.C.67 Es probable que esté incompleto, faltando una parte que haría referencia
a los nombres y la edad del fallecido.68 Al parecer se lo dedicó la nodriza, destacando
los relieves que albergan sus laterales donde se muestra la labor que hizo esta. En ambos
paneles escultóricos, concretamente encima de las representaciones, viene indicado
el nombre de la nodriza: Severina.69 En las imágenes se muestra cómo lo arropó en la
cama, símbolo de protección y de cuidado, pero más interesante para nuestro estudio
es el otro panel donde se ve explícitamente que le está dando de mamar. En otro de
los frontales, debajo del medallón con el retrato del que se supone que es el fallecido,
y debajo de la cornisa del relieve que alberga la palabra memoriae, aparece una figura
humana con un cordero sobre sus hombros y a sus pies un reptil.70
Las imágenes constituyen un ejemplo de gran ternura y exemplum de una situación
que se debió de repetir con frecuencia. No es difícil suponer que se está representado la
64
65
66
Inv. 74.414. Cf. Galsterer, Galsterer 2010, p. 363, nota 436), con imágenes de la pieza. Fotografiado
también por D’ Ambra 2007, p. 108, fig. 53, 54; Dasen 2012, p. 45, fig. 3).
67
Se han propuestos diversas dataciones, aunque no oscilan demasiado entre sí. Por ejemplo, Päffgen ha
propuesto como data entre el 220-230 d.C., mientras que Briditte Galsterer y Hartmut Galsterer en dos de
los catálogos que han realizado sobre las inscripciones de Colonia, se inclinan más por la segunda mitad del
siglo iii d.C. cf. Galsterer, Galsterer 1975, p. 79, nota 331; Galsterer, Galsterer 2010, p. 363, nota 436.
68
Galsterer, Galsterer 1975, p. 79, nota 331; Galsterer, Galsterer 2010, p. 363, nota 436.
69
Galsterer, Galsterer 2010, p. 363, nota 436.
70
Galsterer Galsterer 1975, p. 79, nota 331; Galsterer, Galsterer 2010, p. 363, nota 436.

vida del difunto, contada por la persona que le promocionó la inscripción y que muestra
los momentos más especiales que vivieron juntos. En ningún momento se menciona al
hermano de leche del fallecido, aunque tampoco podemos asegurarlo con rotundidad,
pues la pieza se encuentra dañada. Sin embargo, la presencia de la nodriza nos da a
entender que tuvo que tener un hijo, ya que, de no estar en período de lactación, no
habría podido amamantar al niño fallecido al que se dedicó la inscripción.
Otro testimonio iconográfico es un altar encontrado en Roma y datado en el
siglo iii a.C. (figura 1).71 En la escena principal, que corresponde con el lado donde se
inserta la inscripción,72 aparecen dos individuos vestidos idénticamente con la toga y
sosteniendo cada uno de ellos en su mano izquierda un rollo de papiro. La dedicante es
Publicia Glypte que ofreció el altar funerario a su hijo y a su verna. Viene mencionada
la edad con la que fallecieron: Niconus murió con once meses y ocho días, mientras que
Eutychetus tenía un año, cinco meses y diez días cuando feneció. Interesante es el caso
del segundo, porque debajo del nombre aparece la palabra verna, de modo que indica
que estamos ante un esclavo de la familia. Ambos antropónimos tienen un origen servil,
ya demostrado por Solin en su monumental trabajo.73
71
CIL VI 22972.
72
CIL VI 22972 = Mander 73 = AÉ 2010, 89: D(is) M(anibus) / Niconi filio / dulcissimo / qui v(ixit)
mens(ibus) XI / diebus VIII / Eutycheti / vernae / qui vix(it) an(no) I / mens(ibus) V dieb(us) X / Publicia
Glypte fecit.
73
Para Nico, cf. Solin 1982, p. 837-839 y Eutychetus cf. Solin 1982, p. 796-801.

Figura 1: Altar funerario. Roma, Villa Albani, (Foto: DAI Roma. EA 4553 negativo).

Además del status, hemos visto que también se reflejó la distinta edad de los
niños. Las diferencias sociales entre ambos no impidieron que fueran representados de
forma idéntica. Podría ser interpretado como una muestra de la relación estrecha que
tuvieron los dos conlactei, que compartieron juegos y primeros años de vida. También
creemos que a ojos de la nodriza ambos niños tuvieron la misma consideración, ya que
se preocupó no solo de amamantarlos, sino también de cuidarlos y proporcionarles
un epitafio una vez que fallecieron en igualdad de condiciones.74 Sobre esta última
cuestión, Medina Quintana apuntó que existía una diferencia significativa entre
aquellas nutrices libres con respecto a las esclavas. Mientras que las primeras una vez que
terminaban el período de la lactancia dejaban su trabajo puesto que no tenían motivos
para permanecer con los niños; las segundas lo por el contrario, siguieron manteniendo
una relación próxima, lo que vendría a explicar que se documentaron más epígrafes de
nutrices serviles que de libres.75 También a ello podemos añadir que esclavas, libertas e
ingenuae aparecieron con más frecuencia en la epigrafía, con mención de su profesión,
que las mujeres de condición social elevada. Esto se debió a los prejuicios que las
sociedades clásicas tenían sobre el trabajo femenino, prefiriendo ser recordadas las
matronas y mujeres con posición económica desahogada por sus virtudes domésticas
y femeninas, y no por el oficio que ejercieron, en el caso de que hubieran desempeñado
algún trabajo.76
Aunque es difícil de determinar, la calidad de ambas piezas, dotadas no solo de
epígrafes, sino también de bonitos relieves escultóricos, hace pensar que estas nutrices
tuvieron el suficiente capital para poder costear tan excelentes monumentos. Por
supuesto, la edad con la que fallecieron los nutriti mencionados nos induce a pensar
que la capacidad adquisitiva de estas nodrizas pudo estar relacionada más bien con los
honorarios percibidos, más que por la promoción social que podían ofrecerles sus hijos
de leche. Sin embargo, estos ejemplos son importantes, pues ilustran a la perfección la
importancia del oficio de nutrix para la sociedad romana.
IV- Referencias literarias
Uno de los testimonios más célebres donde se observa la presencia de conlactei

amamantados por una misma mujer, fue el caso de Licinia, la primera esposa de Catón
74
Rawson 2010, p. 198-200, fig. 8, 1; Dasen 2012, p. 49-51, fig. 3.
75
Medina Quintana 2014, p. 82.
76
Cid López 2016, p. 129.

el Censor. Plutarco77 nos recordaba que, además de amamantar a su hijo, Marcus Porcius
Cato Licinianus, también se preocupó de proporcionar alimento a los esclavos de su
domus, lo que ha sido visto por el de Queronea como un ejemplo femenino digno de
imitación78 y calificado posteriormente por Edmondson79 como un hecho excéntrico.
Lo insólito de este suceso deriva de que fue una matrona quien asumió el papel que
venían ejerciendo las esclavas. Aunque lo más sorprendente, fue que no lactó a niños de
alta condición social, sino a esclavos.
Los motivos que condicionaron a Licinia a amantar a sus servi junto a su hijo
son diversos. Uno de ellos lo tendríamos que ver como una respuesta ante la costumbre
que se estaba desarrollando en Roma a partir de finales del siglo iii y durante el ii a.C.,
consistente en encargar el amamantamiento de los hijos de las distinguidas familias a
nodrizas como parte de la influencia helena que se fue desarrollando,80 una situación
que modificó algunas tradiciones propiamente romanas y que disgustó a Catón, quien
lo puso de manifiesto.81 Ahora bien, es cierto que las nodrizas fueron necesarias en
todas las culturas de la Antigüedad, ya que bien por enfermedades, por la muerte de
parturientas durante el parto, escasez o carencia de leche, o bien por cuestiones de
otra índole, muchas se vieron imposibilitadas de amamantar a sus hijos y tuvieron que
recurrir a los servicios de estas mujeres.82 Durante los años finales de la República y
durante el Imperio la práctica creció, lo que alertó a una parte de la población que no
quedó impasible, como ha sido reflejado en sus escritos.83
En segundo lugar, en la sociedad romana se pensaba que a través de la leche se
transmitían cualidades físicas e incluso morales. Por tanto, también se podría pensar
que era intención de Catón perpetuar el linaje puro a través de la leche materna de
Licinia y no contaminar a su hijo con la de una esclava. Sin embargo, de ser cierta esta
77
Plutarco, Catón el Viejo, 20, 4.
78
Bradley 1994, p. 41.
79
Edmondson 2011, p. 358.
80
Conesa Navarro, González Fernández 2015, p. 97.
81
Además de Catón, otros autores también expusieron su opinión contraria a que dejaran de amamantar
a sus propios hijos y las relegaran a matronas. Podemos destacar los casos de Tácito (Germania, 20), que
nos habla que este hecho muestra la poca moral que tuvieron las mujeres romanas que se preocupaban más
de su cuerpo y de otras actividades que de alimentar a sus hijos. Aulo Gelio (12, 1, 17), en sus Noches Áticas,
rescató el testimonio de Favorino de Arles que reclamó que las mujeres se dedicaran a alimentar a sus hijos.
82
83
Mangas Manjarrés 2000, p. 324; López Pérez 2005, p. 229; Guillén 2009, p. 321; Bretin-Chabrol
2015, p. 23.

interpretación no tendría sentido que alimentara también a los esclavos. Por tanto, será
en el plano afectivo y económico donde tendremos que movernos para intentar explicar
este caso insólito. Para empezar, sabiendo la relación de cariño y de afinidad personal
que se dio entre los distintos hermanos de leche, podríamos pensar que alimentar
también a los esclavos fue una manera de asegurar no solo la fidelidad de estos hacia
Catón, sino también hacia el hijo de este, ya que una vez adultos, el vástago del Censor
sería el dominus de los esclavos de la casa.84 También hay que tener en cuenta que los
servi compartieron algo que en principio les estaba vetado, la leche de una distinguida
matrona; por lo que su lazo de unión se extendería no solo a todos los miembros de la
familia, sino que, además, constituía un incentivo para que la producción familiar no
decayera. Por tanto, estamos viendo como al status jurídico y social, cuya obligación
de servir y obedecer a sus amos era algo incuestionable, se le une el plano moral; el
sentimiento de estar en deuda con sus señores, ya que sin ellos no habrían sido capaces
de sobrevivir.
Asimismo, podemos añadir una cuestión más que podría estar en el pensamiento
de Catón: si la encargada de cuidar a su hijo era su propia esposa, al igual que a sus
esclavos, se aseguraba que siempre prefirieran a Licinia en vez de a una extraña. Por
tanto, también era una manera de asegurarse que su vástago en ningún momento
despreciara a sus padres biológicos, ya que desde su nacimiento no habían desatendido
ninguna función que la naturaleza les había marcado como progenitores. Pero es que,
además, sabemos que para los autores grecolatinos la leche humana poseía cierto poder
terapéutico, relacionado con ciertas enfermedades de los ojos85 y con otras dolencias.
Por tanto, si los esclavos recibían una leche buena de una distinguida matrona, no sería
descabellado pensar que se perseguía que los sirvientes crecieran fuertes y robustos, con
el objeto de servir así mejor a la domus familiar. Por su parte, Julio Mangas planteó
que esta maniobra verdaderamente escondía una motivación económica. Al amamantar
la esposa de Catón a sus servi, posibilitaba que las esclavas no interrumpieran su ciclo
reproductivo y así aumentar el número de trabajadores de la villa. En la Antigüedad
se entendía que una mujer que mantenía la lactancia no podía quedarse de nuevo
embarazada, por lo que la rentabilidad pudo ser una de las motivaciones principales.86
84
Sobre todo, era durante los primeros años de la infancia cuando se creaban los vínculos más importantes.
Cf. Dixon 1992, p. 11. Esta idea de atraerse la fidelidad de los esclavos a través de esta maniobra ejercida por
Catón, ha sido tratada por diversos investigadores. Cf. por ejemplo, Mencacci 1997, p. 217.
85
Plinio, Historia Natural, XXVIII, 72-75; Danese 1997, p. 41-42.
86
Mangas Manjarrés 2000, p. 224. Esta idea también aparece entre otros trabajos en los de
Medina Quintana 2014, p. 81, nota 49 y Rubiera Cancelas 2014, p. 147, nota 187.

Un segundo caso, aunque más complicado de analizar, es el que nos transmitió

Juvenal. El autor latino criticó la actitud adoptada por dos collectae, Tullia y Maura,87
siendo la sátira sexta en su conjunto, una crítica contra las mujeres romanas.88 Tras un
período de paz, las mulieres distinguidas se dedicaron a actividades impropias de la
dignitas de las matronas romanas, como fue frecuentar banquetes, consecuencia de las
modas griegas y egipcias que se estaban adentrando en el Imperio.89 El lenguaje empleado
por el poeta latino, sarcástico y ácido, ha sido excesivamente crítico con estas. De su
pluma tampoco se escaparon otros sectores de la sociedad, como ricos, políticos o malos
escritores. Sin embargo, pese a las exageraciones que empleó, se piensa que describió
la realidad en la que vivió sin haber cambiado un ápice de veracidad.90 Estas hermanas
de leche rompieron con las tradiciones de pudicitia y pudor propias de su condición
de género. Actitud crítica que no solo fue desarrollada por Juvenal, sino también
Horacio, Séneca, Plutarco, Tácito, Favorino o Marcial, entre otros, reprocharon dichos
comportamientos.91 A ello, tenemos que sumarle que muchos no entendieron que
algunas mujeres no alimentaran con sus pechos a sus hijos recién nacidos y que fueran
por tanto atendidos por una nodriza o una persona externa. Siguiendo con este mismo
discurso, nos gustaría señalar unos epígrafes que fueron estudiados entre otros por Julio
Mangas, donde una serie de individuos dedicaron epígrafes a sus madres, ensalzando
su actitud incólume de haberlos amamantado y cuidado. Dicha información viene a
complementar las denuncias vertidas por los autores clásicos antes mencionados.92
87
Juvenal, VI, 306-313: I nunc et dubita qua sorbeat aera sanna Tullia, quid dicat notae collactea Maurae
Maura, Pudicitiae ueterem cum praeterit aram. Noctibus hic ponunt lecticas, micturiunt hic effigiemque deae
longis siphonibus implent inque uices equitant ac Luna teste mouentur; inde domos abeunt: tu calcas luce
reuersa coniugis urinam magnos uisurus amicos. “Ve ahora y duda de la mueca de desdén con que inhala aire
Tulia, de lo que dice Maura, hermana de leche de la célebre Maura, cuando pasan a la vera del viejo altar de
la Castidad. De noche detienen aquí sus literas, hacen pipí aquí, y cubren la estatua de la diosa con largos
chorros, y se montan la una a la otra, y ejecutan los movimientos con la Luna por testigo. A continuación,
se van a casa. Cuando vuelve la luz del día tú pisoteas”. Trad. Bartolomé Segura Ramos 1996, p. 72.
88
Cortés Tovar 2005, p. 141.
89
Larmour 2016, p. 108. El dinero es uno de los causantes principales de la introducción de dichas
costumbres, así también lo deja por escrito Livio, XXXIX, 6, 7-8.
90
Beltrán Noguer, Sánchez-Lafuente Andrés 2008, p. 226.
91
Guillén 2009, p. 320; Salazar Revuelta 2013, p. 217.
92
CIL IX 4864; CIL IX 1154; Mangas Manjarrés 2000, p. 235-236. En una inscripción encontrada en
Roma, un marido definió a su mujer, Graxia Alexandra, como un ejemplo de pudicitia ya que amamantó
a sus hijos con su propia leche. Cf. CIL VI 19128 = D 8451: Graxiae Alexandriae / insignis exempli / ac
pudicitiae / quae etiam filios suos / propriis uberibus educavit / Pudens Aug(usti) lib(ertus) maritus / merenti
vix(it) ann(os) XXIIII m(enses) III d(ies) XVI.

Estas dos mujeres, después de participar en banquetes, en el transcurso hacia su

casa, pararon el carro que las transportaba y en el altar de Pudicitia Plebeia miccionaron
tanto en la estatua como en el terreno. Al parecer, una vez cometido el sacrilegio contra
la divinidad, entablaron una relación lésbica. Al día siguiente, sus maridos pisaron sus
orines de camino a la salutatio. Este pasaje fue empleado por el satírico para explicar
las desviaciones y comportamientos negativos de las mujeres en el plano religioso.93 Lo
interesante no es el hecho en sí, sino que Juvenal al hablar de ellas expresó claramente la
relación que mantuvieron: Tullia colectea Maurae. Se ha discutido sobre el significado
del término, si hacía alusión o no a una colactancia, o si realmente deberíamos de
tentenderlo como un símil en el comportamiento ejercido por ambas. Esta cuestión ha
sido objeto de debate, posicionándose los investigadores en una determinada postura
que no podemos tratar aquí.94 Por ello no descartamos la posibilidad de que quizá el
autor latino quería establecer una semejanza en la actitud, y no en el sentido literal de la
palabra, aunque no podemos decantarnos en absoluto por ninguna hipótesis.
En el plano mitológico hay que mencionar el caso de Hipsípila y sus hermanos
Cidone y Creneo. Mientras que Estancio fue comedido y no señaló una relación de
conlactancia en su sentido estricto, ya que los definió como hermanos del mismo padre:
oblicum a patre genus,95 fue Lactancio quien empleó el término de collactanei.96 Al
igual que en el caso anterior, son pasajes difusos y difíciles de interpretar que, o bien no
responde a hermanos de leche en stricto sensu, o pueden tener diversas lecturas.
Pero sin duda, uno de los testimonios más celebres de conlactei fue el caso de
Nerón y Cecinia Tuscus.97 De condición humilde este segundo, fue promovido por el
emperador hasta llegar a ocupar el cargo de prefecto de Egipto, algo impensable en
un individuo de condición servil. Suetonio en su libro seis mencionó una serie de
acciones crueles que emprendió Nerón durante su gobierno y en las que se vio afectado
su hermano de leche. Nos dice que Cecinia Tuscus fue eliminado por haberse bañado
en unas instalaciones que les estaban reservadas para el hijo de Agripina la Menor.98
93
Cortés Tovar 2005, p. 152-153.
94
Para ver las distintas tendencias, cf. entre otros, Courtney 1980, p. 297, Friedlaender 1985, p. 302,
donde en sus comentarios aportan bibliografía además de posicionarse.
95
Estacio, Tebaida, 5, 223.
96
Lactancio, Scholia, 549-552, concretamente, 550.
97 2
PIR D 129.
98
Suetonio, Nerón, 35, 5. Suetonio parece que es comedido a la hora de hablar de la muerta de su hermano
de leche, ya que únicamente menciona que lo relegó: Tuscum nutricis filium relegavit, quod in procuratione

Siguiendo la interpretación de Crespo Ortiz de Zárate, debe entenderse que Tuscus

fue vástago de una tercera nodriza del emperador que no ha quedado registrado su
nombre.99 Después del trato que recibió Tuscus por parte de su augusto conlacteus, es
lógico pensar que una vez muerto este último, la nodriza de Nerón no quiso participar
en las pompas fúnebres del emperador.100 Aunque también podría haberse dado el caso
de que la nutrix hubiera fallecido antes de que el princeps matara a su hermano de leche,
o incluso antes de que el emperador fuera asesinado. Lo interesante de este relato es que
vemos cómo un individuo fue promocionado por su hermano de leche que gozó de una
consideración social elevada, en este caso inmejorable, ya que el conlacteus de Tuscus
fue el mismísimo imperator de Roma. Es verdad, no obstante, que este caso fue insólito
y la situación descrita no podemos generalizarla. Sin embargo, también es cierto que
la relación de ambos, que posibilitó que uno de ellos alcanzara un puesto relevante se
debió a la vinculación estrecha que mantuvieron desde que fueron criados por la misma
nodriza. No nos importa el cargo alcanzado por Tuscus, ni siquiera que su conlacteus
fuera Nerón, lo interesante es que ambos en algún tiempo tuvieron una relación fraternal
que posibilitó que uno de ellos se preocupara por el otro, y aprovechando su posición
privilegiada, el emperador Julio-Claudio veló por el bienestar de su hermano de leche.
Domiciano, por lo que señaló una vez más Suetonio, parece que también tuvo,
en este caso, una hermana de leche. Tras ser asesinado, su cuerpo sin vida fue depositado
en una vulgar caja y fue su nodriza Filis, la que se encargó de rendirle los últimos honores
en su finca que se encontraba en la vía Latina. Después se preocupó de depositar el
cadáver en el sepulcro de la familia Flavia, mezclando las cenizas del princeps con las de
Aegypti balineis in adventum suum exstructis lavisset

99
Las nodrizas más conocidas de Nerón fueron Alexandria y Ecloge.
100
Crespo Ortiz de Zárate 2005, p. 147. Además de las fuentes clásicas, también apareció registrado
Tuscus en la epigrafía.

Julia, a la que también había criado.101 Este último dato aportado por Suetonio, se ha
interpretado como una prueba para confirmar la colactancia de Domiciano y Julia.102
V- Conclusiones
Como se deduce de la exposición que venimos realizando, los testimonios más

abundantes sobre conlactei fueron los epigráficos. Erigir monumentos o epitafios,
además de promocionar socialmente a algunos de ellos, es el único indicio que nos
hace pensar que hubo lazos fraternales entre los conlactei, ocurriendo lo mismo con
las nodrizas hacia sus hijos de leche. Pese a todo, no podemos olvidar que, en origen,
estas relaciones estaban marcadas por un principio económico. Dicho de otra forma,
alimentar a los servi garantizaba que crecieran y así desarrollar labores en la domus, a
lo que podemos añadir que compartir los primeros años de vida junto a los hijos de la
casa familiar era una forma de asegurar la fidelidad de los servi hacia sus futuros dueños.
Por tanto, la lactancia se convirtió en el nexo común que permitió una dependencia de
por vida de aquellos individuos de condición social baja con respecto a sus señores.103
Un dato también interesante que queremos destacar y que ya fue apuntado en su día
por Bradley, es que la presencia de estos individuos demuestra la compleja estructura
familiar que imperaba en Roma,104 algo que también se puede hacer extensible a otras
culturas y épocas. Una cosa es que jurídicamente estuvieran repartidos los roles sociales
dentro del seno familiar y otra cosa muy distinta es que fuera de la legalidad se saltaran
dichos estereotipos y primaran los lazos afectivos o sentimentales. Ejemplos como los
de Nerón o Domiciano otorgaron el papel principal de llevar las honras fúnebres a
101
Suetonio, Domiciano, 17, 3, Occisus est XIIII Kal. Octob. Anno aetatis quadragensimo quinto, imperri
quinto decomo. Cadauer eius popular sandapila peruespillones exportatum Phyllis nutrix in sunarbano suo
Latina uiafumerauit, sed reliquias templo Flauiae gentis clam intulitcineribusque Iulia titi filiae, auqm est
impsam educarat, conmiscuit. “Fue asesinado el decimocuarto día antes de las calendas de octubre, a los
cuarenta y cinco años de edad y en el decimoquinto de su reinado. Su cadáver fue transportado en una
vulgar caja por los sepulcros de los pobres, y su nodriza Filis le rindió los últimos honores en su finca situada
a las afueras de Roma, en la Vía Latina, pero luego llevó en secreto sus restos al templo de la familia Flavia y
los mezcló con las cenizas de Julia, la hija de Tito a la que también había criado”, trad. de Rosa Mª Aguado
Cubas, 1992, p. 341-342.
102
Así vino reflejado, por ejemplo, en las distintas tablas que nos aportó Crespo Ortiz de Zárate 2006,
p. 273.
103
Mencacci 1997, p. 217.
104

las personas que los habían amado y cuidado,105 negándoles ese privilegio a miembros
de su familia y a distinguidos senadores y caballeros, ilustran a la perfección lo que
estamos indicando. Por ello, decía Dixon que una cosa fue la unidad básica familiar,
compuesta por padres e hijos y otra muy distinta la realidad donde primaron otros
muchos factores.106 Por tanto, podemos ver cómo en el plano social afectó la presencia
de conlactei, ya que muchos de ellos fueron promocionados alcanzando una posición
económica importante que les permitió ocupar cargos impensables para aquellos de
condición servil, aunque para ello hay que tener en cuenta el contexto social en el que
se desenvolvieron. También la capacidad económica se pudo apreciar en la erección de
epitafios, ya que suponía un coste de dinero importante. Solo aquellos que tuvieron
cierto nivel adquisitivo pudieron permitírselo.
En cuanto a si fue una práctica habitual la colactancia en el mundo romano,
creemos que en la epigrafía puede estar la respuesta. Crespo Ortiz de Zárate observó,
entre todas las inscripciones que analizó, que en una cuarta parte de las mismas
aparecían las nodrizas junto a sus hijos biológicos, mientras que el resto, que eran la
gran mayoría, figuraban exclusivamente junto a sus nutriti. Si a ello le sumamos que, en
las primeras, junto con los hijos biológicos aparecían también en una gran proporción
estos acompañados de sus conlactei,107 podemos pensar que fue una práctica extendida.
De igual forma, se puede seguir argumentando que, a diferencia de las nodrizas, que en
su mayoría fueron esclavas o libertas de condición humilde, no ocurrió lo mismo con
los nutriti, caracterizados por tener una variada condición social, desde emperadores
hasta personajes humildes,108 por lo que tan amplio espectro social induce a pensar que
la colactancia se desarrolló sin demasiados problemas y se pudo contratar a nodrizas
en distintos ámbitos y formas para desarrollar tales labores. También a partir del plano
literario podemos sacar conclusiones interesantes. Si una leyenda tan importante como
fue la de Rómulo y Remo nos muestra claramente un caso de conlactei, es un indicio
a tener en cuenta. Detrás de ella responde a una situación que tuvo que darse con
frecuencia, o por lo menos, creemos que no fue visto como algo insólito por la sociedad
105
Concretamente, una vez que se suicida Nerón, nos relata Suetonio que quienes depositaron las cenizas
del emperador en el sepulcro familiar de los Domicios, fueron sus nodrizas Alejandría y Égoge además de
Acte, su concubina (Suetonio, Nero, 50). Por otro lado, tras ser asesinado Domiciano, su nodriza Filis fue la
encargada de celebrar las honras fúnebres del emperador tal y como hemos visto anteriormente (Suetonio,
Domiciano, 17, 3).
106
Dixon 1988, p. 35.
107
108

romana. En las leyendas fundaciones de las ciudades estuvo la esencia del pueblo al
que pertenecieron dichas fábulas, y si en Roma desde sus orígenes se muestra un caso
de conlactei, es más que probable que desde tiempos inmemoriales se desarrolló dicha
práctica.
Bibliografía
Abreviaturas
AÉ = L’ Année épigraphique. 1888-

BCAR = Bollettino della commissione archeologica communale di Roma, 1, 1872-
BGU = Berliner Griechische Urkunden (Ägyptische Urkunden aus den Kgl. Museen zu Berlin).
CAG = Carte archéologique de la Gaule, Paris, 1931-
CIL = Corpus Inscriptionum Latinarum, Berlin, 1853-
CLE = F. Büchler, E. Lommatzsch (eds), Carmina Latina Epigraphica, Leipzig.
D = H. Dessau (1892-1916), Inscriptiones Latinae Selectae, Berlin.
ILER = J. Vives (1971-1972), Inscripciones latinas de España romana, Barcelona.
Mander = J. Mander (2013), Portratis of Children on Roman Funerary Monuments, Cambridge.
PIR2 = Prosopographia Imperri Romani. Saec. I. II. III., 2a ed. 1933-
PMich = Michigan Papyri, 1931-
RE = Realencyclopädie der classischen Altertumswissenschaft, 1894-2000, ed. K. Ziegler [neue bearbeitung
von G. Wissowa].

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LOS CONLACTEI EN LA ROMA ANTIGUA.

Pedro David Conesa Navarro

Presses Universitaires de Franche-Comté | « Dialogues d'histoire ancienne »

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Los conlactei en la Roma Antigua. Imágenes epigráficas,

A diferencia de otros pueblos de la Antigüedad, caracterizados por tener un

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II- Las referencias epigráficas

Resulta complejo analizar el término conlacteus a través de los testimonios en

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procedencia griega, encontrándose paralelos en la zona de Tarragona,46 mientras que el

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En cuanto a los ejemplos vinculados con las familias imperiales, podemos

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los tratados médicos recomendaban a las nodrizas no amamantar a niños de distinto

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Las inscripciones podían venir acompañadas por relieves o paneles escultóricos

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Uno de los testimonios más célebres donde se observa la presencia de conlactei

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Un segundo caso, aunque más complicado de analizar, es el que nos transmitió

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Estas dos mujeres, después de participar en banquetes, en el transcurso hacia su

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Siguiendo la interpretación de Crespo Ortiz de Zárate, debe entenderse que Tuscus

Aegypti balineis in adventum suum exstructis lavisset

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Como se deduce de la exposición que venimos realizando, los testimonios más

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