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Paris, por Carlos A.

Villanueva,... Prologo de don


Julio Calcaño,...

Source gallica.bnf.fr / Bibliothèque nationale de France


Villanueva, Carlos A.. Paris, por Carlos A. Villanueva,... Prologo de
don Julio Calcaño,.... 1897.

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ARDOUIN 1970
PARIS ,

POR

CARLOS A. VILLANUEVA
OMCIAL DE ACADEMIA
DE LA RTAL SOCIEDAD DE ARCHJEOLOGIA DE BRUSELAS

PROLOGO

DE DON JULIO CALCANO


Sccretario Perpetuo
de la Academia Venezolana de la Lengua
correspondiente de la Real Espanola.

PARÍS
LIBRERFA ESPANOLA DE GARNIER HEHMANOS
6, RUE DES SAINTS-PERES, 6

I897

JLE SENNE
PARIS
OBRAS DE CARLOS A. VILLANUEVA

Enprensa :
LaVidaLiteraria.
Enestudio:
Notassubre diplomacia vcnczolana.
PARIS
POR

CARLOS A. VILLANUEVA
OFICIAL DE ACADEMIA
DE LA REAL SOCIEDAD DE ARQUEOLOGIA DE BRUSELAS

PRÓLOGO

DE DON JULIO CALCANO


Secretario Perpetuo
de la Academia Venezolana de la Lengua
correspondiente de la Real Española.

PARIS
LIBRERÍA ESPANOLA DE GARNIER HERMANOS
6, RUE DES SAINTS-PERES, 6

1897
,
Dedicoestas Jiojas, que toman hoy forma
de libra, a mis padres y d ml espnsa. como
recherdo carinoso de quiell los ama con todo
el corazon.

Carlos A. VILLANEVA

Londres, mavo de 1897.


,
PROLOGO

Acababa yo de felicitar á mi amigo y


companero el insigne historiador don
Agustin Gomez Carrillo por la entrada
de su digno hijo Enrique como Corres-
pondiente en la Real Academia Espa-
ñola, y rompía la faja de un libro de
Emilio Rodríguez Mendoza, que llegará
á ser uno de los mas notables escritores
de Chile, y a quien Rubén Dario apa-
drina y saluda con el célebre TIL Mar-
!
cellus eris cuando otro joven, tan
sobresaliente como Enrique Gomez Ca-
rrillo y Emilio Rodriguez Mendoza, llega-
y me manifiesta el d'eseo de que sea yo-
Carlos A. Villanueva desde nino como á
.cosa mia, ytratándose de uno de los mas
-calificados prosadores de la nueva gene-
ración, estas primeras lfneas de su libro,
.desaliñadas y todo, tenian que ser escri-
.tas por mi, y escritas con amor y con.
juhilo.
No contendran ellas un juicio litera-
tio porque no se trata de un hombre de
letras, sino de sus primeros escritos, de
105 principios de un obrero en los traba-
jos de la inteligencia. Pero si se pueden
.apreciar en ellas ciertas cualidades esen-
.ciales: eltalento, el ingenio, lasagacidad,
el estilo, la via que emprende y los me-
,dios ó los instrumentos de que se vale, y
deducir si tiene ó no merito, pronosticar
si irá lejos ó habrá de quedarse, como
atascado, en el camino.
El talento y el estilo brillante de su
ilustre padre; la delicadeza de sentimien-
tos y la austeridad cristiana de la noble
mujer que le dio el ser y que, en las vir-
tudes del hogar y en cl aspecto severo y

10s tiempos gloriosos de Roma ;


majestuoso, recuerda á las matronas de
el lujo
voluptuoso de la naturaleza tropical que
rodeÓ su cuna, y el espiritu democratico
y un tanto revoltoso del medio en que se
desarrollan sus facultades, atemperado
por la educacion y generosos instintos ;
todo esto aparece en ellibro de este raro
estudiante del Barrio Latino que dobla
las rodillas ante la divinidad de Jesu-
cristo, y que tanto se aparta de la moda
del día, del mal comprendido natura-

del comunismo ;
lismo y del decadentismo, del ateismo y
que siente palpitar su
corazón en medio de las grandes miserias
de la capital del mundo, y se horroriza
ante el crimen, se lastima con el dolor
ajeno, se regocija con la moneda que cae
en la mano del pordiosero, y proclama
la excelencia del amor casto. de la cari-
dad y de la virtud. Es un corazón noble,
y un talento vigoroso y honrado.
De estas calidades nacen sus defectos
como escritor, sobre todo cuando estudia
lostrabajos de otros escritores, como que
supone en los demás sus propias calida-
des, su generosidad, su talento. su bondad
y sus virtudes. Da de todo lo que tiene.
Es un pródigo que quiere enriquecer á
los demas á costa de su propio caudal.
No le aconsejo yo que prefiera el camino
de la crítica. Su corazón es demasiado
bueno para dejar en completa libertad su
inteligencia y su saber. Mas nada perde-
ría el con dejarlo á un lado ; porque las
ramas del árbol de las letras son nume-
rosas y le convidan con su sombra. Sus
generosos arranques y el medio, como
hoy se dice, en que se ha educado, son
los que tienen la culpa de estas observa-
ciones mias.
Sainte-Beuve tenía razón al creer en
la influencia del medio y de los proge-
nitores, asi como en la de la raza, el clima
y otras circunstancias de que no es posi-
ble prescindir al estudiar la obra de un
autor, aunque Shakespeare nada haya
tenido de Halnlet, ni Calderon de Segis-
mundo, ni nada de Yorick se encuentr?
en Tamayo y Baus.
Pero no debe considerarse ello como
un sistema completo de crítica, según lo
entendia él y lo entiende Zola, porque
no tiene nada de absoluto y equivaldría
á negar la grandeza del ingenio y ellibre
albedrío ó libertad del hombre. Es si una
influencia innegable que no es posible
desconocer, que obra generalmente y se
modifica en virtud de otras influencias.
Observo que aún la edad del individuo
tiene parte poderosa en sus creaciones.
El joven gusta de Victor Hugo y de By-
ron, de Alfredo de Musset y de Espron-
ceda; el hombre entrado en anos busca
á Corneille y a Quintana, á Alfredo de
Vigny y á Lista; y así segun la forma y
el fondo de los escritores. Poetas existen
en cuyos versos amanerados y pobres
se ad vierte que éstos fueron escritos des-
pues de los cuarenta anos. Triste es esto,
pero consuela el pensar que tampoco es
absoluto, una vez que hay ancianos que
conservan en el corazón y en la inteli-
gencia toda la frescura y vigor de la ju-
ventud, y jóvenes que son ya ancianos
aun en la primavera de la vida.
En ellibro de Villanueva todo es pri-
maverai y huele á flores recién cortadas.
Por donde quiera se ve un corazon vigo-
roso y una inteligencia sana. Y cosa
!j

singular quemanifiesta un carácter jo-


ven y estudiante del Barrio Latino,
cuando la mayor parte de la juventud,
arrastrada por la novedad, rinde culto a
la ridiculez del decadentismo 6 á la fal-
sedad del llamado naturalismo, Villa-
nueva se aparta de ellas y las condena
con la entereza de un pensador ya ma-
duro. Y hace bien: el decadentismo no
es mas que un viento de locura de las
postrimerias del siglo, un testimonio del
japoneisismo engendrado por ellujo y la
corrupcion moderna, en consorcio con
la vaciedad producida por el extravio de
lasideas filosóficas.El"naturalismo im-
perante, cl naturalismo de Zola. y sus
admiradores, que busca lo inmundo, la
llaga, el vicio, el crimen, las pasiones
desapoderadas y los instintos villanos,
para presentarlos à la contemplacion del
mundo, es algo corno el Arimanes de los
persas, el Osirisde los iniciados de Eleu-
sis, cl dios negro, la sombra de la pode-
rosa Isis.
Desde los principios del mundo con-
cibio la humanidad la idea del bien y la
idea de1 mal, porque por donde quiera
vio el antagonismo de dos fuerzas contra-
rias que daban por resultado la armonfa
de la creacion y de todas las cosas, porlo
que ninguna podría comprenderse sin la
otra, la sombra sin la luz, la llanura sin
la cumbre, el mal sin e1 bien,lo finito sin
lo infinito; y juntas hacen camino sir-
viendo á los fines inescrutables del Crea-
dor. Mostrar tantas inmundicias á los
ojos de los mortales es envilecer y co-
rromper la humanidad, y sentar una ne-
la
gation de la castidad, virtud y la belleza,
cuando lo que necesita la sociedad es el
ejemplo del bien y el vigor de la fe. Pro-
clamar el predominio de lo que hoy se
entiende por naturalislno, es deificar á
Circe, que encanta y envilece, que de-

;
grada las almas y les inspira brutales
pasiones es poner en trono á Medea
envenenadora, infanticida, mala madre,
mala esposa, cuyoamor es más perjudi-
cial que todos los tormentos y todos los
odios.
No se conforma con las leyes de la na-
turaleza que el hombre pueda ser presa
exclusiva de todas las malas pasiones,
de todos los vicios y de todos los cri-
menes.
Luego, i como pretender que eso sea
?
nuevo en el arte El naturalismo mo-
derno. lo obsceno, lo descastado, lo vi-
cioso, indecente y ctudo, es muy antiguo.
Viejos son los polvos de lamadre Celes-
;
tina vieja la escena de Cervantes en que

;
don Quijote observa que Sancho olia y
no á ambar viejo el nacimiento de Gar-
gantua, que habia comido demasiadas
tripas, y viejos ya El baronciio de Fanr
bias y Los perfumes de Barcelona.
Lo nuevo, lo admirable es que tan
grande escritor como Zola haya preten-
dido establecer esto como un sistema li-
tcrario fundado en la experimentacion
cientitica y considerando al hombre como
una maquina á la que hace funcionar,
como el dice,bajolainfluenciadelmedio,
sin tener cuenta para nada de la libertad
racional y del poder espontáneo y creador
del espiritu. No ha caído en que así
transforma al hombre en un bruto, en un
animal estúpido, y en que un materia-
lismo tan crudo no es aplicable a todas
las manifestaciones del arte, y es parto
singular de la corrupcion de la época, y
por lo tanto un desviamiento del arte, de
vida efimera, que ho puedc prevalecer^
que tiene que pasar, como paso la exage-
ración del romanticismo, como pasa ya
el decadentismo. Las obras de semejante
naturalismo quedarán sólo como un tes-
timonio más de las miserias y corrupción
del siglo, que penetran logicamente en las
letras y en las artes por medio de los es-
píritus flacos para resistir á la perversion.
Nada, pues, de ese naturalismo des-
consolador se encuentra en 10s escritos
de Villanueva. Si penetra en el Cabaret
du Pere Lunette, inmundo asilo de la

:
gente perdida de Paris, ó en las cervece-
rias y en los casinos para describirnos
la vida tumultuosa y las miserias de la
gran ciudad, es con la mirada del pensa-
dor cristiano, sólo para instruirnos, que
no para corrompernos ni para injuriar
con falsa filosofia la naturaleza humana,
que no es perfecta, es verdcid, pero que
no es una abominacion ; que cae á me-
nudo, pero que tiene energfas su premas
para levantarse.
El carácter del terrible comunista Má-
ximo Lisbonne, y el de Enrique de Ro-
chefort, están trazados con acierto. Son
dos fanaticos que personifican la causa
a que han consagrado su vida y sus es-
fuerzos. Ninguno de los dos es capaz de
inspirar ni admiracion ni simpatia. por-
que uno y otro se nos presentan como
realmente son y como deben ser conside-
rados por el observador.
El estudio acerca de la obra La Vida
desconocida de JesÚs, de Nicolas Noto-
vitch, es por varios respectos de lo mas
notable que contiene este libro ; y Catulle
Mendes, que sin duda ejerce gran de in-
fluencia en la maneraygusto literario de
Villanueva, no desdenariaalguna de esas
pequenas piezas conmovedoras que a
primera vista parecen sin importancia,
pero que encierran una idea ó un scnti-
miento delicado.
En suma, ellibro es digno del talento
del autor, y testimonio incontestable de
lo que tienen que esperar las letras de
quien con tan bellas calidades emprende
su cultivo.
Yo no le saludaré con el Tu Marcellus
eris! porque no le juzgo como una her-
mosa esperanza que ha de malograrse,
al
pero si imitando mismo Yirgilio :
0 terque quaterque beatus! -

JULIO CALCANO.
Caracas, 1S96.
PARIS

Paris, lieu de la revelation revo-


lutionnaire, est la Jerusalem hn-
maine.
VICTOR HUGo.

Ai fin iba a realizarse una de mis más bellas


ilusiones; mis dorados suenos de nino toma-
ban las formas de la realidad; la csperanza
acariciada desde los bancos de la escuela se
presentaba ya a mivista con todas las bellezas
v todos los encantos imaginados por el pere-
grino que se acerca a la tierra prometida.
Qué joven americano no ha sentido latirel
corazon de nobles emociones al tomar el ca-
?
mino de la Europa i Y quien no suspiró por
llegar algún día a la ciudad gloriosa, a París
?
la ciudad-gigante Es tan dulce ver realizarse
esperanzasque acariciamos en un díasin sol
en que la nieve sepultaba los en otros días
verdes campos de la patria querida.
a
Ibamos entrar en Paris; el corazon nos
latia; estábamos emocionados y al mismo
tiempo asi como asustados de acercarnos a
lo desconocido, que iba tomando en nuestro
cerebro las formas de lo grandiose.
Lo primero que destacóse a nuestra vista,
desde el expreso de Saint-Nazaire, fué la To-
rreEiffel. y mi companero de viaje, senor
doctor Rodulfo Basalo, me dice :i Afire, alii
esta. esc es Paris,yd no se morirdustedsin
haberlo visto! La sensacion fué inmensa.
una lagrima desprendiose de la pupila, y no
se si fuera ella el saludo que al llegar a la
gran ciudad enviaba a los mios, residentes en
América, 6 bien el aviso dado por el Destino
de que alii vivia la Diva hermosa, entre lim-
bos de luz divina, predestinada por el cielo
para ser la carinosa y noble companera de
mi vida. para mi fueron los dos: el saludo
!
y e1 aviso. j Dios lo sabe Y a medida que el
tren se acercaba, y que la densa neblina des-
a
aparecia, iban delineandose nuestravista las
torres del Trocadero y de Nôlre Dame, y las
cúpulas del Panteon y de Los Invdlidos.
j
!
Paris gritaron los empleados del ferro-
carril. Habiamos llegado a la estacion de
Saint-Lazare. La aduana no nos demoro, y
seguimos al hotel. Seremos leales para con
nuestras primeras impresiones: al pasarpor
la rue d'Amsterdan, sufrimos una gran des-
!
ilusion ; i éste no es Paris nos dijimos, nos
;

han enganado !, y apoderose de nuestro es-


piritu una especie de decepción; igual, qui-
zas, a la que experimenta el viajador cuando
sediento y fatigado cree acercarse al oasis
para reposar a la sombra de las palmeras
africanas, y solo encuentra la prolongacion de
la zona de ardiente arena, pues su vista en-
ganose con los espejismos del desierto.
En la noche salimos a conocer los buleva-
res. La gente, la luz, el esplendor, el movi-
miento, el ruido, las mujeres, los coches, los
tranvias, los cafés, en fin, todo eso que se re-
úne para darle vida á esa grande arteria lla-
mada los Grandes Bulevares; todo eso que
pudiéramos llamar la terrible soledad de las
grandes ciudades; todo eso que se mueve y se
levanta cual onda mundana en el flujo y re-
flujo de la vida de Paris; todo eso que no se
ve sino en Piccadilly y Oxford, en Broadway,
y en los Italianos, Magdalena y Capuchinos,
nos aturdio de manera tal que pasamos algu-
nos dias comosumergidos en un largo sueño,
sin darnos cuenta de nada, sin comprender
nada. Habíamos visto una calle que nos des-
ilusiono, y luego unos bulevares cuya mag-
nificencia nos habia asombrado.
A eso de quince días empecé como a des-
;
pertar comenzaba a darme cuenta de mu-
chos detalles: observaba, comprendia, estu-
diaba, y poco a poco fuí entrando en Paris,
cual si entrara á un palacio de hadas. Y es
que Paris no se estudia, no se comprende
sino después de cierto tiempo, para irse uno
asimilando a esa nueva vida, tan diferente a
la vida de América; pretender conocer este
gran mundo en pocos dias, como si dijeramos
á vuqlo de pájaro, es cosa imposible. De mi
no se decir, entre multiples detalles, sinoque
después de mucho tiempo llegué a darme
cuenta de la belleza y grandiosidad de les
CamposEliseos; muchasveces pasé porellos
- había admirado, pero no había comprcn-
dido,-y fué en una tarde de verano, cuando
menos lo pensaba, que pude abarcar de un
golpe de vista, en su conjunto bello, el esplén-
;
dido paseo, y me dije: que lindo! y qucdé
por largo tiempo suspendido en la contem-

;
placion de aquel panorama tan lleno de belle-
zas, de harmonías y de encantos. Nuncamas
!
lo vi tan bello
Paris no son los bulevares con sus diurnas
y nocturnas algara bias, formadas por el pa-
saje del mundo ambulante cosinopolita; no
es el Jardin de Paris, el MoulinRouge, el
Casino y BllIlier, con sus eternas bacanales;
ese es el Paris superficial, el Paris que co-
rrompe, que embrutece. París es la ciudad-
cerebro donde se reconcentran las grandes
ideas para luego iluminar el mundo cientifi-
co, el mundo literario, el mundo artistico.
Paris guarda entre sus murallas la historiade
un mundo, la historia de todas las dinastias
europeas: cualquiera de sus monumentos es
prueba muda que sirve de testimonio ante las
generacionesque van pasando, de hechosque
fueron marcados en el libro de la historia,
ora con caracteres diamantinos, ora con ca-
racteres de sangre. Paris fué la ciudad de los
tiranos, pero tambien fué el nido de la liber-
tad. Y fué ella la que, desde sus altas torres
cual nueva Roma, impuso la ley a los pue-
blos de la Europa al brillar glorioso de la es-
pada de Bonaparte, sólo rota en el campo de
Waterloo. Es la ciudad de las grandes con-
vulsiones populares que estremecen, cual los
volcanes de los Andes, el mundo politico, y
es, en fin, la ciudad del heroismo, de la glo-
ria, de la virtud, del amor, de la poesia, de
la ciencia, del arte, de la belleza, de la locu-
ra, de la corrupcion; es teatro para todas las
pasiones, para todos los instintos, para todas
las inteligencias, para todas las voluntades.
El hombre observadorque entre á estudiar
á Paris desde el punto de vista de la razón filo-

:
sófica, tiene ancho campo para sus investi-
gaciones alii tiene á la vista, como en un
piano, todos los problemas sociales; alli es-
tan los discipulos — llenando el puesto del
maestro — de aquellos grandes pensadores
que sembraron la semilla de la filosofía mo-
derna, conquistando en el mundo liberal el
predominio de la libertad de la conciencia.
AlIi se ven los templ os levantados por el
hombre para el culto de todas las religiones
con que dotase Dios al mundo para que todos
le adorasen cual Padre universal. AlIi leván-
tase el espiritu hasta los cielos para estudiar
con el telescopio de la razon los astros del
mundo moral, y baja hasta la tierra para dar-
se cuenta con el microscopio de la observa-
cion de las pequeneces y miserias de la vida.
Alii vive la virtud con todas sus bellezas, alli
vive el realismo con toda su fealdad.
;
Paris es la ciudad gloriosa de la libertad!
Aquellos obreros del barrio de San Anto-
nio, que alternan la vida entre el taller y la
taberna; aquellos parisiencitos que bailan
can-can y gastan corbata azul celeste y clavel
rojo en el ojal, que cantan canciones v beben
ajenjo, fueron los héroes inmortales del 14.de
julio, que combatiendo heroicamente, sin más
armas que el derecho omnipotente del pue-
blo, tomaron la fortaleza-prision, donde vivia,
prisionera de les tiranos, la República demo-
crático-liberal, y pasearon por las calles de
la ciudad, en rojas picas, las cabezas en-
sangrentadas de Launay, de Flesseiles, de
Sorblay, de Losmes, de Mirav:que pasearon
en triunfo, coronado de flores y laureles, a
Elie, el gallardo vencedor, que no tuvo a sus
espaldas esclavos que le gritaran : ;".Yu olJJides
que eres mortal! Y fué París la ciudad afor-
tunada que albergó en su seno a los hombres
escogidos por el Destino, para que escribie-
ran con sangre de reyes los Derechos del
la
Hombre— paginamas gloriosa en la his-
-
toria de los pueblos. Alli se libro la colosal
batalla entre el advenimiento de la libertad y
los últimos alientos del poder de las tiranias;
alii cayo la cabeza del indolente y voluble
Luis XVI, de Maria Antonieta, que paga en
la cuchilla sus ligerezas de reina y de mujer,
v luego de soldados, de apostoles, de sabios,
de inocentes, de mujeres, de ninos, y sobre
montanas de cadáveres, entre mares de san-
gre, y al fulgor del incendio levantóse desde
la guillotina, cual espiritu glorioso que gana
lainmortalidadolimpica, lavozdel girondino
que canto á las puertas del mundo de las som-
bras el triunfo eterno del derecho de los pue-
blos contra el derecho de los déspotas.
Paris es la ciudad de la filosofía. Durante
cuatro siglos dejo caer sobre la humanidad,
cual manojos de luz, las teorias filosóficas que
están produciendo el perfeccionamiento de las
ideas modernas que entran con paso firme á
conquistar el laurel de la victoria en los recios
combates de la ciencia contra las decrépitas
teorias monacales.
Es el gran faro intelectual que proyectaluz
magnifica sobre todos los pueblos de la tierra.
LA
FIESTA DE LOS ESTUDIANTES
EXPARIS
(Inauguración de la Nueva Sorbona en I889)

(De una carta al doctor Laureano Villa-


nueva. )
Los estudiantes promovieron una fiesta con
motivo de la inauguracion de la Nueva Sor-
bona y del Centenario de la Revolucion Fran-
cesa. Se hicieron invitaciones á las universi-
A
dades de toda Europa. la America se invito
por medio de los Comisarios a la Exposicion
de las respectivas naciones; pero viendo nos-
otros que Venezuela no tenía representacion,
y arrastrados por el entusiasmo despertado
por una fiesta internacional de la juventud,
pedimos puesto para Venezuela, lo cual nos
fué concedido inmediatamente.
Paso aanotarte las diferentes festividades.
Agosto, 4. — Asisti a la representacion
de gala en la Opera con Pablo Acosta Ortiz,

:
José Manuel Prato y Alberto Conturier. El
teatro lo llenaban 10,000 estudiantes unos
vestian trajes regionales, otros uniforme, ó
bien insignias académicas, llevando además,
al pecho, una cucarda simbolica de la ban-
dera francesa. Se pusoen escena á Guillermo
Tell.
Al terminar el segundo acto entró á su
palco el Presidente de la Republica acompa-
nado de los ministros de Instruccion Publica
y de Relaciones Exteriores, como que era
fiesta internacional de la instruccion. El céle-
bre himno de Rouget de l'lsle le saludo, y
j
10,000 voces prorrumpieron en Vive Carnot!
la France!jVivela Republique!
jVivc Eran
los estudiantes del mundo entero que victo-
reaban en nombre de sus respectivos paises
al modesto y cuanto enérgico Presidente de
la Francia, y estas aclamaciones de entusias-
mo y simpatías no terminaron sino con la ope-
ra que se representaba, para continuar luego
hasta la rue des Ecoles, atravesando la aveni-
da de la Opera y la rue de Rivoli para llegar
al boulevard Saint Michel, donde corta la
rue des Ecoles, en que reside en el número
41, la Asociacion General de Estudiantes.
j Bellisima fiesta de la juventud estudiosa y
que ha impresionado agradablemente a la po-
blaciondeParis!
Agosto, 5. — En la inauguracionde La
Sorbona, debian flotar 1as banderas de todos
10s paises representados y 10s pendones de
1as uni versidades. En este estado 10s estu-
diantes venezolanos nos reunimos para man-
dar hacer una rica bandera de Yenezuela,
y realmente quedó espléndida, siendo una de
las más bellas de cuantas recorrieron 1as ca-
lles del Barrio Latino. Era de finisima seda
con un precioso fleco de oro al derredor, el
asta forrada en terciopelo granate con una
lanza de plata atada con hermoso lazo de
cintas tricolores orladas de flecos de oro.
Tambien se mando hacer un escudo de Ve-
nezuela, obra que ejecutó nuestro artista Ro-
jas, siendo colocado en lujoso marco. Ambas
cosas han sido ofrend ad as a la Asociacion en
nombre de los estudiantes de Venezuela.
A las tres de la tarde entramos en cuerpo,
vestidos de rigurosa ctiqueta, a La Sorbona;
tomamos puesto con los delegados de los
otros paises en el semicirculo que forma el
anfiteatro, en cuvo frente estaban los sabios
de la Francia, la Academia, los presidentes
de las Cámaras y muchas otras personalida-
des. La primera fila de asientos quedo reser-
vada al Presidente de la República y á sus
ministros. A las tres y media anunciaron los
acordes de La Alarscllesa que el presidente
Carnot entraba al edificio. Asi fue. A pocos
instantes entre en el anfiteatro, y hurras y vic-
tores le saludaron por más de media hora.
Tenia a su izquierda al ministro de instruc-
cion Publica y á su derecha al de Relaciones
Exteriores. Tomaron la palabra el vicepre-
sidente de la Academia de Francia, y el pre-
sidente del Consejo Municipal de Paris, y
cerro el acto con un espléndido discurso el
ministro de Instruction Pública.
Terminado el ceremonial de la inaugura-
ción, el Presidente de la Republica se colocó
á la puerta de La Sorbona para que desfilaran
ante el todos los estudiantes con sus respec-
tivas banderas; los que al inclinarse respe-
tuosos ante el primer Magistrado de la Fran-
cia, le victoreaban entusiasmados. i Víctores
inocentes que salian de pechos juveniles que
no tienen pasiones ruines en el alma!
-

De alli seguimos en cuerpo al local de la


Asociacion, haciendo primeramente un pe-
queno paseo por las calles y boulevares. A
la entrada de las banderas en el edificio de
la Asociacion era victoreada cada una. (Y
cual sería nuestro orgullo? cuando oímos un
:
grito atronador que decia jVive le Venezue-
l'
la! jVive Amerique!
Embargó al instante el recuerdo de la pa-
tria nuestra mente, y contestamos lleno el
pecho de patriotico reconocimiento:jVive la j

France!jYivent les étudiants!


-
Agosto, 6. Á las nueve y media se con-
gregaron en los Salones de la Asociacion todos
los delegados y estudiantes que iban á asistir
á la recepción que les ofreció el sabio Pas-
teur.
Abrían la marcha las Américas, los Esta-
dos Unidos, la del Norte, y Venezuela la del
Sur. Luego las uni versidades de Escocia, In-
glaterra,Irlanda, Rusia, Suiza, Belgica, Aus-
tria,Italia; 10s estandartes de la Asociacion
y el Pabellon Francés; después segu ían Es-
pana, Grecia, Rumania, la China y las uni-
versidades de Francia con sus brillantes es-
tandartes, entre los cuales sobresalia el de la
universidad de Lyon.
Llegados que fuimos a1 Instituto Pasteur,
ysituados los pabellones desplegados al vien-
to al pie de la escalinata de la entrada, don-
de estaba el ilustre quimico esperando el ju-
i
..venil cortej o, un hurra á Pasteur! fué lan-
zado simultáneamente. Entre los venezolanos
manifestaronse de los más entusiastas, Juan
de Dios Villegas Ruiz y Alberto Conturier,
quienes agitando sus sombreros y nuestra
bandera no podian contener sus victores de
alegria. jCorazones nobles y generosos que se
enloq uecían a la presencia del ilustre an-
ciano!
El senor Champeaux, en cuyo pecho había
colocado en la manana el Ministro de Instruc-
cion Publica las Palmasde la Academia, sa-
ludo a Pasteur en nombre de los estudiantes
franceses y extranjeros, y entre otras cosas,
:
le dijo La ciencia, senor, no tiene patria, y
por eso teneis aqui á los estudiantes de todos
lospaises que vienen d presentar sus respetos
alsabio ilustre,gloriabrillantisima de nues-
iro siglo.
Pasteur quiso estrechar la mano a los dife-
rentes delegados, y cuando los de Venezuela
estuvieron frente a el, tomo las manos de
Acosta Ortiz y de Ríos Llamozas, y les dijo :
Sientoplacer en ver la America tan bien re-
presentada en estafiesta delestudio.
En seguida nos abrieron las puertas del
!
Instituto y entramos a visitar los diversos la- i
j
boratorios. Vimos inocular la rabia en 10s
conejos. Pasteur hacia personalmente expli-
caciones y estuvo muy amable con todos los
jovenes.
A la vuelta desfilamos con nuestras ban-
deras ante él, dandolevictores, y el, descu-
:
briéndose, grito jViva la juventud!
En la noche hubo una fiesta de gala en el
Plradi-Catill, en honor de los estudiantes.
Agosto, ï.-EI presidente Carnotrecibio
hoy á 10s jefes de las delegaciones, y por Ve-
nezuela me toco á mi asistir al Elíseo. En
la manana, y antes de la recepcion, ofreci-
mos una hermosa cesta de orquideas a la se-
nora de Carnot; estaba atada con lazos de
cintas con los colores de las diversas nacio-
nes que habían tornado parte en estas fiestas;
le fué presentada por una senorita griega, de
la Facultad de Medicina. El Presidente nos
acogio conmuestras de simpatías y afecto, y
nos manifesto el deseo de la senora de Car-
not,de agradecernos personalmente lasflores
que le habíamos obsequiado; la senora diri-
gio á cada uno una frase, y nos insto á ador-
narnuestros fracs con delicadosramilletes de
flores que un criado nos presento en una ban-

a el
:
deja de plata. E1 Presidente nos dijo Hoy
est rejuvenecido Elíseo; es un dia defla-
)
res juventud. La presencia de llstedes, me
trae á la memoria los gratos recuerdos de
mis días de estudiante.
A la salida del Palacio del Eliseo, e1 senor
Champeaux, nos dijo que el director de
La Sorbona nos esperaba á almorzar con él
en los salones del Restaurant Foyot. Alli es-
tuvimos hasta las cinco de la tarde bajo las
mas agradables impresiones. En el momento
de los brindis, e1 Delegado de los Estados
Unidos me tendio su copa de champagne
:
para tomar por Monroe, y me dijo No olvi-
déis los del Sur, que la America es solopara
los americallos.
Agosto, 8. — El día de hoy se destino á
una visita á la Exposicion, y la Torre Eijfel
solo estuvo abierta para 10s estudiantes.
En la noche efectuóse e1 baile que nos da
el Ministro de Instruccion Pública. Entre
otros estudiantes venezolanos, asistimos Car-
los Pedro Morales, Bernardo Herrera Vegas,

:
Manuel Felipe Herrera Tovar, Conturier y
Acosta Ortiz. Cuando el criado anuncio ,Ins
senores delegados de Vellezuela! nos saluda-
:
ron con el grito de /VivaVenezuela! que
repercutio simpatico por todos los salones
del Palacio.
Fue una hermosa fiesta y de 1as mas dis-
a
tinguidas. El ministro se acercaba cada uno
de nosotros para presentarnos á las damas
para el baile, que termino cuando la luz del
sol penetro en los salones perfumados de aro-
mas de flores v de juvcntud.
A('{jst(), 9. — Terminaron 1as fiestas uni-
versitarias con un banquete servido en los
jardines del Observatorio de química y de
flsica, sito en Meudon.
A la
una de la tarde subimos á bordo de
cuatro vaporcitos que nos esperaban en el
muelledel Pont Royal; a1 desamarrarse 10s
cables, los pabellones y estandartes se dieron
al viento y todos entonamos La Marsellesa;
en las orillas del Sena y en los puentes, api-
nados grupos de hombres y mujeres nos sa-
ludaban con sombreros y panuelos.
Al desembarcar en Meudon nos esperaba
en el muelle un grupo de bomberos con su
banda de musica y doradas palmas. La pro-
cesion se puso en marcha en elmismo orden
en que lo hiciera en Ja visita á Pasteur, y de-
túvose en la plazoleta donde se levanta la es-
tatua de Rabelais, y en cuyas gradas nos es-
peraba e1 Consejo Municipal para darnos la
bienvenida. Luego subimos la colina y pene-
tramos en 10s parques y jardines.Unos die-
ronse á juegos de sport, otros Ilenaron las
salas de un pintoresco teatrillo, donde can-
taban canciones y recitaban monólogos las
artistas de Cluny, y los demás subieron á la
torre del Observatorio para asistir á las ob-
servaciones cientificas.
Alas siete de la noche sirviose el banq uetc
bajo los árboles del parque principal; faro-
lillos venecianos pendian de las ramas entre-
i
lazados con banderillas francesas y extranjc-
Àla hora del champagne tomo la palabra
ras.
el director de la Sorbona, pero ya los vinos
hacian su efecto v en cada mesa subian 10s
oradores juveniles, y fué fuerza para el sabio
anciano de suspender su discurso, pues nadie
]e prestaba atencion ni le oía; lasala se había
convertido en una algarabía espantosa, los
extranjeros escalaban la tribuna y cada cual
hablaba en su propio idioma, asi que tenia-
mos al mismo tiempo discursos en espanol,
en inglés,francés, aleman, italiano, portu-
gues. ruso y griego.
Alas voces de jviva Italia! estuvimos al
punto de asistir á un encuentro personal entre
los estudiantes italianos, pues unos eran re-
publicanos y otros monarquicos, y cada cual
dio expansion á sus sentimientos y pasiones
politicas inj uriandosemutuamenteenardiente
polémica; y á no ser un toque de clarin que
anunciaba el término de la fiesta y la hora
para bajar á tomar el tren, mal hubieramos
terminado.
Ya en la estacion, venezolanos y norte-
americanos cambiamos de pabellones; los
hijos del norre formaronse militarmente y
descu brieronse para tomar en sus manos el
iris de Colombia que flameara victorioso
como pendon de libertad, desde el Orinoco

a
:
hasta El Plata; le recibieron emocionados,
le llevaron a sus labios v dijeron esta es la
bander deBolivar, y nosotros Ius hijos de
Washington la besamosy abrazamos con or-
gullo, pues es nuestra hermana en lalibertad.
Así terminaron 1as fiestas universitarias de
Paris en 1889.
ARTURO MICHELENA

E1 Salon de los Campos Elíseos ha abierto


sus puertas.

;
Compuesto dejovenes artistasel Jurado de
este ano, ha sido riguroso como nunca baste
anotar que fueron remitidos i3.5oo cuadros;
solo 1.800 debianseraceptados, según lo pre-
ceptúa cl Reglamento, y pasaron unicamente
i. 5oo. La lucha de los artistas ha sido des-
esperante. Solo los maestros y algunos artis-
tas sobresalientes, cuyas pinturas se impusie-
ron por su valor incontrastable, han tenido
el orgullo de ver lucir sus telas en el Salon
de 1891. Los artistas independientes, desave-
nidos con una rigurosidad tan exagerada, se
retiraron del concurso para fundar el Salon
del Campo de Marte, si no para contrastar el
merito del de los Campos llíseos, al menos
para hacer conocer al publico inteligente y
estudioso las importantes y bellas telas que
un celo y un rigor, llevados al ultimo extre-
mo, han rechazado hoy.
Por el crisol de ese Jurado pasopurificado
nuestroartista Michelenacon suvaliente cua-
dro Combate de Amjzo?ias : caballos que se I

chocan ; lanzas que se rompen al encuentro


formidable de las combatientes amazonas, :
que, sin escudo, llevan el pecho á todo aire;
muertos y heridos entregados á 10s cascos de
indomitos corceles quecruzan el campo, im-
pulsados por el genio del exterminio.
Paso para figurar en la Sala de Honor, al
lado de las telas de Jean-Paul Laurens y
demas maestros.
Cuando un venezülano entra á aquella sala
y ve la tela de Michelena, llena de vida y de J
luz, siente bullir la sangre en las venas, sién- |
tese fuerte y honrado, y quisieradecir á to- j
1

dos 10s desconocidos que admirando el cua-


dro le rodean : ese cuadro es nuestro, es de
J
Venezuela, ese nombre que esta alli en ese
:
angulo, y que dice Arturo Michelcna. —
Paris. — iSgi, nos pertenece, y si el desti-
no lo trajo á estos paises, la gloria de su nom-
bre ;es gloria de mi Patria!
Nosotros mismos nos calificariamosde pe-
tulantes si nos atreviesemos á insinuar algu-
nas ideas sobre una tela que ha conquistado
el derecho de figurar en puesto de honor en la
Salade Honor.Michelena, el artista de la he-
roica Valencia, cuyos pinceles roban al cielo
sus colores y al genio la sublime inspira-
I
cion, no nos perdonaria que fuesemos osados
;
á criticar aquello que esta reservado á los
]
ungidos de Dios para comprcnder é interpre-
ttar los secretos del arte.
Y por otra parte, ,: cÓmo habríamos nos-

)otros de entrar á hablar de luz, de colorido,


bde lineas, de proporciones y valores, cuando
nnadaconocemos del arte? Seguramente que
asi hemos encontrado buena la tela de Miche-
jllena ha sido unicamente porquede antemano
:3estabamos bien impresionadospor losaplau-
sos que le han tributado los que saben, y
además por la fama que acompana ya a nues-
tro distinguido compatriota, que si no hu-
bieramostal vez aduiirado la nueva obra del
artista, puesto que lo bueno hiere la vista,
pero no nos habríamos detenido a contem-
plarla y admirarla, como contempla y admi-
ra el alma las bellezas de lo ideal, — dados
nuestros escasos conocimientos en el arte de
la pintura.
Y ya que hablamos de los nuevos triunfos
que alcanza Arturo Michelena, ; por que no
habremos de dejar caersobre estas cuartillas
un recuerdo siquiera, especie de violeta de
nuestro corazon, para aquel amigo que en-
trego su alma al cielo, cuando la gloria le
cubria ya con sus verdes palmas?
No puede hablarse de los triunfos que al-
canza Michelena sin recordar á Cristobal
Rojas. Estudiaron juntos, tuvieron el mismo
profesor — Jean-Paul Laurens, — asistie-
ron al mismo taller, y unidos, como dos ge-
nios que van al mismo fin, llevaban la vida
humilde del artista pobre en el barrio de
Montparnasse.
Nosotrosconocimos intimamente á Rojas.
Pesamos los quilates de su alma tan sencilla
como noble, y pudimos juzgar, en ocasiones
varias, las grandezas que encerraba su cora-
zon, dcstinado para el arte y la poesía —
conjunto de todas las bellezas del senti-
miento.
En una tarde del verano pasado le encon-
tramos en les jardines del Luxemburgo, bus-
cando en los acordes de la música, en la iri-
sada decoracion del cielo, en el verde follaje
de 10s arboles, impresiones para su alma de
poeta. Le encontramos triste, con esa tristeza
de quien presiente que no podrá llegar.
— La nostalgia me mata, — nos dijo, —
necesito ir á Venezuela para fortificarme en
1as caricias de mi madre, y fuerte ya, regre-
saré para hacer e1 cuadro que debo presentar
al proximo Salon.
i
Oh designios de la vida! no iba á fortifi-
j

carse en los carinos de su madre, sino á es-


tampar sobre la noble frente el ultimo beso!
Peregrino del artetorno á depositar la san.
dalia y la esclavina en el materno hogar y a
llevar, ya formando coronas, las flores y es-
pinas que había recogido en el viaje. Torno
tal vez con la planta ensangrentada y la san-
dalia rota, pero con el alma pura para poder
entregarla a Dios, reclinado sobre el pechode
ese angel que llamainos _'lADf<E.
189I.
MONTMARTRE

I
CERVECERIAS

Las cervecerías de Montmartre están hoy


de moda. En Paris todo tiene su momento.
Eltorbellino constante de la vida bulevardina
obliga siempre á teneruna novedad, pormas
absurdaque ella sea, y á esto debemos ver á
cadainstante asuntcG nuevos y originales, que
salen, como por encanto, del cerebro creador
de los parisienses.
Montmartre esta al norte de Paris, y fué el
lugar donde existieron los molinos de trigo,
en 10s primeros tiempos de Lutecia. Hoy se
encuentra casi sólo habitado por obreros, tra-
peros y gente de clase humilde. Esuna coli-
na que domina la ciudad, y en su cima se 1e-
vanta la colosal fabrica del templo levantado
por el culto catolico á la adoracion del S'a-
grado Corazon de Jesus.
Las cervecerias de Montmartre. llamadas
tambiendelos bulevaresexteriores, estáncasi
todas sobre los bulevares Rochechouard de y
Clichy. La grande arteria que forma los bu-
levares exteriores, desde el Arco de la Estre-
11a xiasta LaVillete, marcaba hasta hace treinta
anos la linea norte de 1as fortificaciones de la
clUaad.
Sobre el bulevardde Clichy destácase el ya
cé.ebre Moulin Rouge, molino que muele sin
cesar el alma, el bolsillo y la conciencia de
tantos hombres y mujeres. Es un fantástico
edificio. La fachadaesun molino rojo, alum-
brado con luces rojas y blancas. La sala es
muy grande y bellamente adornada é ilumi-
nada: en esta se bailan las renombradas cua-
drillas que ejecuta La Gaulu, y que no son
otra cosa que el célebre can-can, de tanta fama
en los dias del segundo Imperio. En el verano
tiene un espacioso jardin donde los visitantes
hacen un paseo en burro, mediante cincuenta
centimos de franco; es gracioso ver á las
franchutas, de la vida alegre sea dicho, mon-
tadas en esos animales que cuando brincan ó
corren las vuelcan por tierra ,sin dárseles cui-
dado de la blanca pierna que dejan ver al ha-
cer la burrada de caerse. Aquí es moneda cc-
rriente lo de mostrar las piern-as; lo bueno
se luce, dice la francesa. En el teatrillo que
tiene se cantan cancioncs y se dicen monolo-
gos de picante sentido. Es lugar de cita, ó di-
gamoslo en buen espanol, mercado demuje-
res, donde estas acuden en busca de galan
que, al menos, habrá de pagarle una perdiz
en el Rat Mort, ó bien

Des écrevisses
En cabinet particulier.

E1 Moulin Rouge se estrenó para la Expo-


sicion de 1889, haciendo furor, pues era lo
mejor de su clase para aquellosdías, pero ya
hoy ha decaído mucho, habiendolo superado
el Casino de ParÍs y Olimpia, construído en
las antiguas Montanas rusas, y montado al
estilo de los teatrillos ingleses de su clase,
tales como The Impire v The Acuarium.
No obstante salirse del area de Montmar-
tre, se encuentra en los bulevares exteriores
e1 Teatro de Batignolles, de ultima clase,

pero notable por haber empezado en el su


carrera artistica la celebrada Jeanne Hading,
hoy en día una de las estrellas de la Comedia
Frallcesa. Jeanne Hading, de familia humilde
como la mayor parte de las artistas, se caso
con Koning, Director del Gimnase; luego se
divorciaron, y laesposa juroarruinarlo. Bella,
elegante, inteligente, con un gran tren pagado
por sus amantes, y por demás dueria ya del
publico parisiense, logro captarse la amistad
de algunos periodistas que trabajaban en la
critica teatral. Armada con tales poderosas
armas, emprendio su campana. El publico
veía con desdén las belHsimas piezas del Gim-
nase, que Koning ponia en escena con el ma-
yor esplendor y Jeanne reía en brazos de sus
am.antes al contemplar los fracasos que á dia-
rio aconteclan á su esposo. Al fin triunfo:
Koning se retirÚ de la direccion del Gimnase
— estaba quebrado — perdiendo su fortuna
en una lucha artÍstica jurada sin cuartel por
su esposa. Koning ha muerto va á la horaen
que publicamos este libro, y Jeanne ha vuelto
a la escena del G-imnase.
Jeanne Hading, a1 salir del Gimnase entró
a1 Vaudeville, y luego coronó su carrera en-
trando á la Comedia Francesa. Mucho se ha
hablado y censurado duramente su entrada á
la pri mera escenadramatica de Francia; pero
sea lo que fuese, bien influencias, dinero,
amorios, lo cierto es que fué recibida hacien-
do sensacion en el mundo de los artistas.
Francisque Sarcev Ie ha dado muy duro ul-
timamente, la llama amanerada y falta de
sentimiento artistico, pues cuida mas del
efecto de su belleza, del éxito de sus tocados
que del papel que representa. Su fama parecc
va apagándose.
En el bulevard Rochechouard esta el Café-
concierto La Cigalle, que no tiene mayor
importancia. Hasta ha cosa de dos anos era
un viejo y desaseado edificio, que iba que-
dando como mancha en el esplendor y belleza
del Paris moderno. Ultimamente lo han re-
faccionado, dándole una pintoresca fachada.
A
veces tiene buenos artistas, y sus revistas
del ano tienen fama por lo saladas y alegres.
El antiguo Elysée Alolltmartre ha desapa-
recido, cediendo el puesto al Trianon-Con-
cert, montado con gran lujo; pero, por des-
gracia para el empresario, no ha llamado la
atencion del parisiense, y fuerza es que siga
frecuentado por la gente baja en el mundo
de la elegancia, es decir, por empleadillos de
comercio, por sirvientes, cocineras, porteras
y mozos de café, que vienen á bailarun can-
can, y á reir y olvidar por un momento las
fatigas de su trabajo profesional.

*
* * :

La primera cervecería que se abrio en este


barrio fue la llamada Qiiat-z-Arts.Su fama
v
1

i
data des de el celebre baile en que Sarah
Brown fué la heroina. Anotemos los hechos.
Para el invierno del 92 organizó un baile de
disfraces, que debia efectuarse en Bllllier, —
situado en el Barrio Latino, — pero e1 punto
de reunion eraen Qiiat-z-Arts. Se destinaron
premios para los disfraces mas originales, y
esto produjo la consiguiente rivalidad de 10s
asistentes para presentarse de la manera mas
fin de siècle. Fué Sarah Brown quien obtuvo
el triunfo: adoradora del realismo, se pre-
sentó con solo las gazas que usa ban las mu-
jeres primitivas para cubrir la desnudez de
las carnes, y fué, en esa noche, la personifi-
cacion del realismo en la mas absoluta reali-
dad. No mas había entrado á la sala de baile
cuando las gazas cayeron hechas girones,
quedando cual Venus al salir de las espumas
del mar. Los mismos hombres protestaron
contra tal impudicia, y Sarah fue á pasar la
noche — que ella creyo de triunfos y de pla-
ceres — en el sucio jergón de un Cuartel de
Policia.
Este baile fué el origen de los sangrientos
sucesosqueseverificaron en el Barrio Latino
en 1893, por la lucha armada entre los estu-
diantes y la Policia, v que tomó un carácter
tan alarmante que hubo menester de declarar
á Paris, durante ocho dias, en estadodesitio
y sometido á la ley militar.
es
Qiial-z-Arts la Cerveceria de losartistas
montmanrenses; la hora de tertulia es de las
nueve á las once de la noche, y se efectua en-
tre vasos de cerveza, humo de pipas y movi-
j
mientos de cartas, pues generalmente uegan
la manilla, el ramps 6 el pocker, y esto ame-
nizado por canciones originales quese cantan
al son del piano. De los cancioneros asiduos
de Quat-z-Arts hay dos que han obtenidola
celebridad ; llamanse Fragson y Luis Ver-
ney, cuyas creaciones son muy conocidas del
parisiense. El cancionero de cervecería es tí-
pico. Generalmente usa melena; — como su
traje porlocomun deja mucho que desear -
lleva levita; el sombrero alto tiene el ala recta
sin ninguna ondulacion, y como corolario de
;
su tipica persona la tradicional pipa. A 1as
nueve de la noche empieza su trabajo va de
cervecería en cerveceria hasta las dos 6 tres
de la manana, y asi recorre todo Paris; llega,
sesienta al piano, canta dos ó tres canciones
— á veces son populares y los asistentes can-
fan en coro, —luegopasa el platillo de mesa
en mesa á usanza de los cancioneros bohe-
mios, donde caen los centavos con que 10s
oyentes pagan la fiesta; y de esta cerveceria
va á otra, y asi sucesivamente hasta que las
altas horas de la noche le impiden continuar
su comercio. Se calcula que cada cancionero
hace en la noche de 20 á 25 francos.
II i

j
]
MAXIME LISBONNE

Cuando se escribe con referencia á las cro-


nicas de Paris, y mas, al tocar al Barrio de |
Montmartre, es fuerza anotar el nombre de
Maxime Lisbonne; sujeto que, ya por sus
extravagancias, como veremosmasadelante,
ó bien por sus creaciones para placer del
mundo que rie, hase formado una reputacion
y una posicion bastante independiente.
Lisbonne es de estatura pequena; no es
grueso perotam poco delgado; gasta bigote,
con las extremidades engomadas; su porte
es vulgar. La blancura del cutis resalta al I
brillar de sus negros ojos,— que tienen la vi-
vacidad de los caracteres audaces é indepen-
dientes. La melena le cae en rizos sobre los
hombros, destacando la redondacara que no
tiene mayor expresion.
No sabemos donde nacio, ni de donde
viene. Poco nos importa.
En 1871 se inscribiobajo la banderadelos
comunistas de Paris; y su valor, actividad,
ó bien su estrategia y resistencia, ó su osadia
salvaje y brutal para incendiar la ciudad, le
valieron el grado de coronel. Cuéntase que
se placia en contemplar el efecto del incendio
que debia destruir á Paris.Neron lanzo una
carcajada de jubilo cuando las llamas devora-
ban á Roma, y.sobre cuyas ruinas debia el,
el monstruo, edificar su nueva ciudad. Lis-
bonne corria de barricada en barricada, con
en
lamechaencendida lamano, en medio del
panico y del estruendo de la lucha buscando
templos, palacios, museos, teatros, bibliote-
cas, almacenes y casas para arrasarlos en
nombre de aquel populacho enfurecido que
se habia levantado para ensenorearse del Go-
bierno y de la sociedad. El mismo Lisbonne
dice, en sus momentos de expansion, que 1as
llamas del incendio. que subian en los aires
como queriendo ganar e1 cielo, le hacían el
e:ccto y el placer del humo de su pipa que
su be en espirales al techo de la taberna.
Destruida esa turba de pillastres por*los
batallones llegados de Versalles, y fusilados
sin piedad 10s prisioneros hechos en e1 civil
combate, toco á Maxime Lisbonne la buena
suerte de ser condenado á presidio de por
vida, y luego remitido á la Nueva Caledonia,
donde debia cumplir su condena. Entre los
companeros deprision que tuvo, anotaremos
á Luisa Michel, expatriada hoy de la tierra
y
de Francia por sus ideas disociadoras anar-
quistas, yresidente en Londres: y Rochefort,
el celebre socialista, director y redactor en
jefe de L'Intransigeant, de Paris, que rompe
sus pergaminos de conde, para entrar en la
masa de las democracias; de ese Rochefort
que le da el primer golpe al trono de Napo-
leon III, y lo precipita al desastre de Sedán,
desde la tribuna de La Lanterne; de ese Ro-
chefort á quien los cocheros y la canalla de
Paris, recibieron no ha mucho tiempo como
en triunfo, al regreso del destierro que le im- -
pusiera la justicia francesa, en un día de ri-
gores y de serias inquietudes para la Repu-
blica. Y fué este Rochefort el companero de
Lisbonne, cuando resolvieron ganar en un
bote, en medio de la obscuridad de la noche,
las costas de tierra extranjera, y escapar así
á las rigurosidades de la galera. Comprendi-
dos mas tarde en la amnistia general dada
por el Gobierno de la Republica, pudieron
ganar el territorio de la Francia, donde los
comunistas, perdonados por las autoridades,
porla sociedad y por el pueblo mismo, se
dedicaban al trabajo de las industrias, del co-
mercio y á las profesiones de cada cual. Lui-
sa lichel continuo desde la tribuna de la
Slla de Conferencias del bulevard de los Ca-
puchinos, proclamando los principios de la
anarquia, y probablemente Ravachol, Yai-
y
llant Emile Henry fueron susdiscipulosmas
aprovechados. Rochefort se hizo el abande-
rado del socialismo, y sus articulos terribles
en L'Intransigeant, cuyas gradas subio con
la fe del convencido, destilan hiel y llegan al
corazon del pueblo. Maxime Lisbonne reti-

;
rose á trabajar en la especulacion de los es-
tablecimientosllamados cafe-conciertos fun-
do Le Casino des Concierges, y mas tarde
Le Concert Lisbonne, en la rue des Martyrs,
y la Brasserie des lVéants, en la Plaza Pi-
gaIle.
Posee coche particular. Es un coupe pin-
tado de rojo — color de la bandera de los
socialistas — v en las puertas tiene inscrito
los caracteres de su firma. El cochero gasta
el traje de postilion, con sombrero negro a
usanza de los piamonteses. con pluma escar-
lata. Los arneses son del mismo color. Este
carruaje lo tira un caballo negro. Cuando
atraviesa las calles de Paris el populacho lo
aclama.
la
Anotemos que una vez en que Academia
Francesa procedía á llenarla vacante de uno
de sus sillones, Lisbonne se dio el placer—
haciendo una reclame para sus negocios de
concierto — de visitar á cada inmortal, para
pedirle su voto para la eleccion académica.
J'aiaussi le droit de poser ma candidature,
decia en 10s periodicos.
En esta ocasion no usó su coche, sino que
alquilo un carro de los que hacen el tráfico
entre Paris y Longchamps en los dias de ca-
rreras de caballos; hizo atarle seis caballos
con cascabeles, y se dio államar á cada puer-
ta inmortal. Alguien pensaria que esto era la
burla terrible contra el centro de las letras
francesas.
Los académicos, hombres de espiritu y de
fina educacion le recibieron, y mas que eno-
jarse por acto tan audaz, rieron de la ocu-
rrencia sin ejemplo del presidiario de la Co-
muna.
Le citoyen Lisbonne es, sin duda alguna,
uno de 10s tipos célebres del París actual.
Su fotografia se vende ya en las casas de
los bulevares al par de los hombres distin-
guidos en la politica, en las artes y en las
letras.
*
* :
Le Casino des Concicrges, esta situado en
la rue Pigalle, ocupando uno de los ultimos
números, y casi en el angulo que forma la
citada calle con la plaza del mismo nombre.
El área que ocupa es pequena, como de ordi-
nario en todos los establecimientos europeos,
razon habida á la carestia del terreno.
La puerta esta siempre cerrada; se necesita
tirar de un cordon, para que el portero per-
mita la entrada del publico á una sala que
tiene las condiciones de lo privado ó secreto,
y en la que están diseminadas mesillas de
madera, sin adornos ni pinturas, ni charoles
deninguna especie; las sillas son de paja y
alternan con taburetes á igual de las mesas.
De 1as paredes cuelgan hojas de carton con
letreros destinados á la critica mordaz del
Gobierno de la Republica y de la sociedad en
general, y en los que se encuentran algunos
muy curiosos y llenos de esa sal que solo
existe por su vivacidad y picardia en el cere-
bro del parisiense. Ni el gas ni la luz eléctri-
ca han entrado alli; el alumbrado se hace con
petroleo y aceite, produciendo desde luego
una luz opaca y triste, que sirve como para
ocultar la fisonomía, á veces sospechosa, de
los concurrentes que por lo general son mc-
rodeadores de los bulevares exteriores. Es
una casa rara y extrana, por su indole.
En el fondo de la sala se encuentra un tea-
•trillo, destinado para representaciones de
piezas libres, y en el cual se recitan monolo-
gos y se cantancanciones populares.
El numero principal es la cancion que can-
ta Lisbonne, decuya letra y musica es autor.
Una salvade aplausos lerecibe cuando, fuete
en mano y vestida la librea de postillón,
canta:
Cocher! au Casino.
!
Au casino des Concierges
Cocher! au Casino.
Au Casino des Concierges.
La orquesta se compone de un piano car-
comido y sucio, y de un violin que bien nos
hace recordar á rascas tripas, de la Gallina
Ciega.
El teatrillo no tiene sino un palco, llama-
do la loge des Senateurs, queriendo indicar
con esto que sólo los grandespuedenocupar-
lo. El precio de esta categoría de asientos es
de un franco por persona, comprendida la
consumacion, y cuando están ocupados cau-
sa general atenciÓn, pues han de ser ricos y
grandes los que hacen semejante gasto de un
franco !
Una vez, el director de L' Horloge, cafe-
concierto de los Campos Eliseos, contrató á
Lisbonne para cantar en su escena su cancion
favorita; quien se presentaba todas las noches
en su omnibus, que adornado de cascabeles
asi eomo los cabalios, lucia un letrero con
esta inscripcion : conduction libré all Casino
des Concierges. Demás esta anotar que Lis-
bonne regresaba acompanado siempre de un
publico que se disputaba el carruaie.
j

busca de nuevas impresiones !


!
Esa es la vida del parisiensej
siempre en
*
* *

Le Concert Lisbonnc ocupa ellocal del an-


tiguo Divan Japonais; y fué poco conocido
hasta e1 día en que Ravachol, el vulgar y mi-
serable anarquista resolvio volar la ciudad
por medio de explosiones de dinamita. En
este entonces la ciudad estabaaterrad a, y en
todas partes setemian diabluras, cuando Lis-
bonne hizo publicar un aviso en grandes car-
telones, dando seguridad al publico, y que
decia: Concert Lisbonnc, le scul concert a
Vabri des bombes. j Ingeniosa y oportuna
manera de llamar la atencion del publico en
aquellos momentos de zozobras é inquie-
!
tudes
Hubo un dia en que Maxime Lisbonne re-
solvió hacerse domador, y al efecto subio á
la escena en una jaula con dos leones y un
!
tigre, para cantar A bas les huissiers Alar-
mose el gremio, y el propietario del inmue-
ble (1) impidiole las representaciones por ser
acreedor á dos trimestres de alquileres. Lis-
bonne se hizo del dinero necesario, y pago
para recuperar sus derechos; hecho esto,
publico en grandes y rojos cartelones, un
aviso que traducido copiamos :
Yo Y LOS PRINCIPES REALES, somos los uni-

;
cos echados. Ellos no vuelven porque la Re-
publica no lo permite pero YO, mas fuerte
y mas grande que ellos, volveré esta noche á
cantar, en la jaula de los leones, A bas les
!
/Zuissiers Yo volveré al Concert Lisbonne
porque compre con oro mi derecho al abo-
gado del anarquista Emile Henry.
A bas les huissiers !
j
Viva la ciudad de Montmartre !
LE CITOYEN LTSBONNE.

*
*

Llegamos á la última y terrible creacion de

(1) No recordamos su nombre, pero es el abogado que


hizo la defensa de Emile Henry, el anarquista del HôtPl
Terminus y de la avenida de la Ópera.
Lisbonne : La Brasserie des JVeallts. La fa-
chada esta pintada de negro. A1 entrar sor-
préndese la vista con los adornos de la sala,
que son como si dijéramos, de una galería
mortuoria. Las paredes cubiertas de telas
negras; las cortinas de las puertas y venta-
nas del mismo color, y lagrimas y estrellas
;
de plata las mesas afectan la forma de pe-
;
quenas urnas las lámparas estan envueltas
en crespones ; las copas y vasos son envases
de porcelana, de todos tamaños, ligurando
cráneos ; y por todas partes del salon se ven
regados, ya en las paredes como en el suelo,
huesos y craneos ; y como si estuviesen á to-
mar un trago, esqueletos humanos sentados
en mesillas funerarias. Los mozos visten el
tra je de sepultureros.
Pero la fantasía del antiguo comunista lIe-
gatodavia á mas; y estremécese el visitante
al bajar al sotano. Está adornado con orna-
mentos fúnebres cualla sala, mas 10s mozos
llevan el vestido de los monjes. En el centro
se levanta una capilla ardiente, iluminada por
cirios de amarillenta luz, que arrojan triste
claridad sobre una urna descubierta que re-
mata el monumento. En esta urna se acues-
tan los visitantes que á ello se resuelven,
pues el efecto es terrible; el cuerpo queda
cubierto por grandes panosnegros, quedando
la cara afuera para tomar á los pocos mi-
nutos las formas cadavéricas; y luego, y de-
bido á nuevas combinaciones opticas y á me-
canismos, queda tapada la cara, apareciendo
sólo un esqueleto dentro de la urna.
Esta cerveceriaestaabiertatoda lanoche, y
es muy concurrida por 10s asiduos al Moulin
Rouge, á La Cigale y a1 Trianon Concert.
A las dos de la manana se reparte a los
concurrentes, á titulo gratuito, un ejemplar
del periodico La Morte, organo del estableci
miento.
III
LACANCION

La cancion ha marcado en todos tiempos


el carácter de una época : bélica en 93, 48 y
70. romanticadesde Bernardino de Saint-
Pierre hasta Lamartine y Alfredo de Mus-
;
set revolucionaria en los terribles momentos
de conmociones populares, sea para destro-
nar tiranos ó alcanzar conq uistas que nos
acerquen á los ideales de la justicia y de la
libertad; anarquica entre las detonaciones de
la dinamita y el golpe del puñal; socialista
al flamear de los pendones rojos; sangrienta
ante los patíbulos que levantaron los barba-
ros para ejercer venganzas; caritativa y cris-
tiana frente á la Cruz del Calvario; conquis-
tadora cuando los pueblos pasan las fronteras
para cambiar el mapa de las naciones en
nombre del derecho de la fuerza: patriotica
y magnifica cuando el extranjero bombardea
las ciudades y aldeas patrias; y decadente,
como en la actualidad, para cantar en calles
y pl azas la glorificacion del realismo.
La cancion celebra hoy en Francia dos
tendencias — á cual mas funestas, — el deca-
dentismo y la anarquia. Son las dos fuerzas
sociales que se chocan hoy con estrépito terri-
ble en ese gran pueblo. Una con sus libros
prcdicando la realidad absoluta de la vida;
la otra proclamando sus principios, matando
é incendiando. Y á pesar de ello la sociedad
se equilibra, girando al derredor de ese gran-
de eje llamado la moral; eje sobre el cua l
han girado todos 10s pueblos desde los tiem-
pos primitives. En 10s mismos dias dela bar-
barie levantóse un dique entre las invasiones
devastadoras del Norte y el sacrosanto tem-
plo de la familia. Piaton predico la moral en
las playas del Egeo, y Jesus en los valles del
Cedron.
*
* ,

Tratemos deanotaresos parajes, general-


mente desconocidos, donde vive el Paris de
la canción. Son lugares de lucha Iiteraria, de
vida, de armonías artisticas. Lugares que
llegan á amarse por la atraccion intelectual,
que cautiva el espiritu.
Lemercier, antiguo cantante en Quart-z-
arts, es el propietario-director del Cabaret
des Elephúnts. Establecimientoespecial don-
de se cantan canciones criticas y burlescas
referentes á escritores célcbres, ya scan de
piezas teatrales ó en asuntos sociales ó poli-
ticos de actualidad.
Luego tenemos el Mirliton, dirigido por
Bruant, cancionero realista. Preséntase al
publico en traje marron, con botas de charol
y un gran panuelo de seda encarnada al derre
dor del cuello, lleva sombrero á la mejicana
tirado hacia atrás. E1 lugar es de lo mas
obsceno. Cuando alguien penetra en la sala
se forma una algarabia espantosa; todos le
insultan, ocasionando un cambio de impro-
perios de lo mas grosero y sucio que tiene la
langue. verte ó argot. La puerta esta siempre
cerrada; para penetrar se necesita tocar tres
veces — indicando con esta serial que el que
llamaes -
un cliente; elbock (i) cuesta trece
centavos, y debe de ser pagado antes de to-
marse asiento. Bruant canta de diez á once
de la noche. Las demás horas las dedica a tra-
bajar en otros cafés-conciertos.
IJAuvergne du Clou es una cerveceria fre-
cuentada por artistas. No tiene de particular
otra cosa que la parranda que forman las chi-
casy jovenes cuandovienen ácenar en tardes
horas de la noche. Todos cantan y gritan y
aplauden á la influencia del champagne.Ya
una muchacha con la copa levantada alza la
pierna, que cubre con blanca 6 negra media
de seda rematada en liga de finisimas punti-
llas de Bruselas, para hacer un simulacro de
can-can que le permite echarportierracon el
zapatillo el sombrero alto de los amigos que
la admiran. Ya un joven que imprime vol up-
tuoso beso en los labios — coloreados por el

(i)Vasodecerveza.
carmin y refrescados con los vinos — de una
chica mas borracha que bella.
A1lado de este establecimiento se encuen-
tra L'Anne Rouge, de igual caracter, y Cam-
brunus, apacible y tranquilo, frecuentado
por gente seria, alejada del mundo de las
fiestas.
Le Ccirrillonhasidoedificadonuevamente
en la rue de la Tour cTAuvergne. Frecuén-
tanlo unicamente poetas y artisras. Es un lu-
gar serio, cuya atmósfera de literatura y arte
le hace centro de la juventud pensadora que
acude alli en busca de ideas y cambio de
pensamientos. A veces se recitan composicio-
nes poeticas bellisimas v se representan dra-
mitas que encantan por el espiritu delicado
que domino al autor. -
Nos queda por anotar el chat-AToir. Cen-
tro también de poetas y artistas. Alli va el
dulcisimo Jean Rameau, cuyas composi-
ciones hacen el solaz de los cultos salones de
Paris. Tiene un teatrillo chinesco donde se
ridiculizan las grandes personalidades de
Francia, ya en las letras como en el arte, la
politica ó la industria.
En el alto Montmartre se encuentra el Tea-
tro de Montmartre5 teatrillo de ultima clase,
v celebrado por habcr empezado su carrera en
el artistas quesedistinguieron en la Comedia
Franesa, Vaudeville, Gymnase y Odean. Los

vos. Frecuentado por


:
precios de entrada son 25, i5 y 10 centa-
la gente baja del barrio,
esto es, por las obreras y obreros que gas-
tan la blusa y la casqllette. Las piezas que se
dan son las que tienen éxito en los grandes
teatros dramaticos de la ciudad.
Una noche en que comimos juntos varios
amigos y amigas, tuvimos la humorada, y
mas, la imprudencia,deirnos al teatrillo que
no conociamos y sobre el cual nos llamaba
la atencion la curiosidad. Cuando uno es jo-
ven no reflexiona, y seguramente menos si
estamos de viaje, que entonces todo lo desea-
mos conocer, ver y estudiar. Lo cierto fué
que empecé á tener miedo al atravesar las
obscuras y estrechas calles por donde nos
el auriga. jDiablos! jaqui nos dan
conducia
una cuchillada sin saber uno como ni cuán-
do! Manifesté mis temores, pero los ami-
gos me armaron chacota, y fuerza fué callar
mis impresiones de cobardia. Llegados que
hubimos accntuáronsc estas al aspecto, poco
grato, de la fachada teatral y del publico que
se apinaba en las taquillas y se golpeaba para
fomar localidades.
En fin, entramos.
La sala es pequena, mal iluminada y peor
aseada. Nadie se quita el sombrero.
La concurrencia, toda obrera, recordóme
los teatrillos de aquellas inmensas fabricas
en Inglaterra y en Alemania, que tienen para

:
los miles y miles de personas que viven de
su industria iglesia, teatro, escuela, lnédico,
farmacia, y cuanto es necesario para la vida
de un pueblo;que no otra cosa son estos talle-
res que pueblos encerrados entre las mura-
llas de manufacturas gigantescas.
Era tal mi temor de encontrarme en aquel
lugar que logre infundir recelos á mis com-
paneros, é hicimos que las damas se quita-
ran con cautela las joyas que lucian. Cuando
e1 coche nos puso en la avenida Trudaine
quedamos tranquilos.
Tal es el recuerdo, que vive en mi memo-
ria, de una noche decuriosidades de viajero.
Aventurarse uno á que le agarren porla
pechera y le digan, al brillar de una lamina
de acero : la bolsa Ó la vida! por ir á conocer
j

un teatro sucio y feo y olr á unos malisimos


artistas, es cosa que, indudablemente, mere-
ceuna buena paliza. Que me la den si fuere
j

reincidente, que bien me guardaré de ello!


EL CONDE DE PARÍS

El 8 de septiembre de 1894 extinguiose la


vida del Conde de París, jefe de la casa real
de Francia, en su residencia de Stowe-House,
situada á 10 kilometros de ta aldea de Buc-
kingham (Inglaterra).
Los principes y princesas presentes en el
castillo, estaban en el lúgubre momento de
la agonia arrodillados al derredor del lecho
delmoribundo; la Condesa de Paris, con una
gran presencia de espiritu, conservó entre las
suyas la mano de su esposo hasta el instante
supremo. Constatada la muerte por el Doctor
Recamier, la Condesa inclinose ante el cada-
ver, le'cerrolos ojos, deposito unultimo beso
!
sobre la helada frente, y le dijo : Adios En
seguida, y arrodillándose, fueron besando la
mano del Conde todos los principes de Or-
lcáns, en el orden siguiente: e1 Duque de Or-
leáns, el Duque de Chartres, el Duque de Ne-
mours, e1 PrincipedeJoinville, el Duque de
Aumale, el Conde de Eu, e1 Duque de Alen-
çon, el Duque de Penthievre, el Principe An-
tonio y el Principe Emmanuel. Efectuadaesta
real ceremonia, toda la familia y los amigos
dirigieronse á la capilla del castillo, donde
lonseñor d'Hulst rezo una misa.
El Duque de Orleáns trasmitio a todos les
soberanos de Europa el siguiente telegrama:
Tengo el dolor de anunciar d S. M. que llli
padre Fdipe, Condede Paris, ha muerto cris-
tianameiite en Stoipe-House, hoy 8 deseptielll-
bre. — FELIPE.
La Condesa de Paris yel Duque de Orleans
cubrieron el cuerpo con el pabellon francés.
La capilla ardiente fué levantada en el Sa-
lón de lllirlllol, y todas las paredes como los
adornos todos estaban cubiertos de p'afios y j

telas de color violeta, color destinado en la j

corte de Francia como emblema de duelo. j


,
I
E1 Príncipe fué enterrado en la capilla de
Weybridge, perteneciente á la familiade Or-
lcáns, y situada en la linea de Londres á Sou-
thampton.
*
* *

La revolucion estaba en el corazon del pue-


blo que pedía al gobierno de Luis Felipe una
politica orientada en el progreso y en la li-
bertad. E1 Rey, al olvidar que el pueblo es
omnipotente cuando reclama sus derechos y
sus libertades, no temio la accion popular. En
10s banquetes populares se proclamaba la re-
volucion, y la voz de los oradores fijaba el
rumbo del movimiento insurreccional. El
Prefecto de policía compromete la suerte de
la monarquia queriendo impedir el banquete
del 11,° departamento, donde la palabra de
Ledru-RoIlin y de Luis Blanc debia lanzar
rayos contra el Rey y sus Ministros. Con este
motivo la revolución se desencadena como
terrible huracan. En la noche toma el con-
flicto carácter tan alarmante que hubo menes-
ter llamar á las armas á la Guardia Nacional,
y que solo las tomo para defender a1 pueblo
de las provocaciones de la fuerza de linea;
otra vez iban las tropas á confraternizar con
el pueblo para levantar sobre sus hombros la
Diosa de la República.
Cuando el Gobernador de Paris manifesto
al Revel incremento que tomaba la guerra

tia duramente, respondio :


de calles, y que en las barricadas se comba-
ltedes llaman
barricada d un cache volteado por dos necios.
Las Tullerias temblaron al saber la actitud
de la Guardia Nacional. Paris estaba en po-
der de la revol ucion, y solo en la plaza del
Palais Royal se sostenian los soldados del Rey
acuchillando al pueblo.
Thiers aconseja la separacion, pero la Reina
y la Duq uesa de Orleáns protesfan: ei con-
fiÏcto y la indecision reinaban en Palacio cuan-
do se presenta Girardinquetraia en un pliego
escrita la resolucion de la situacion : Ilbdica-
cion del Rey, regencia de la Duquesa de Or- j

leans, disolucion de fa cdmara, amnistia. E1


Rey medito algunos instantes y luego firmo
su abdicacion en favor de su nieto el Conde
de Paris.
Luis Felipe, salvando mil peligros y peri-
pecias, ganó el Havre y se embarco para In-
glaterra.
La Duquesa de Orleáns se presenta en la
Cámara, acompanando al Conde de Paris, á
quienes seguia el Duque de Nemours por in-
dicacion de Dupin. Los monarquicos iban á
luchar porla regencia de la Duquesa. No mas
iiabian salido de lasTullerias,cuando el pueblo
las invade en nom bre de la Revolución y des-
truye cuanto encuentra á la mano. El pueblo
es cruel y terrible en los momentos solemnes
de las catástrofes politicas; y entonces pre-
séntase el fenomeno, inexplicable para 10s
historiadores, de la sed de sangre y de exter-
minio, sacan su fatidica cara los demagogos,
que, siempre cobardes, atacan la virtud don de
quiera que se encuentre, ya este en el campo
contrario ó entre las filas amigas5bien diceDu-
mas que pertenecen á 1as clases bajas y ruines.
Los diputados reciben á la Duquesa y al
Principe con vivas demostraciones de simpa-

;
sesiones ;
tia. El pueblo estaba alli en la sala misma de
el momento era terrible el espiritu
revolucionario brillaba en todas las miradas.
Marie y Cremieux proponen, en medio del
silencio de 10s Diputados y de las aclamacio-
nes del pueblo, el nombramiento de un Go-
bierno provisorio. Barrot aparece de repente,
palidoy nervioso, pero no asustado—los hom-
bres de espiritu superior jamástiemblan ante
el peligro, mas lo desafían con frialdad,—-y
con paso firme gana la tribuna para decir un
brillante discurso, en el cual cree salvar la
situacion estableciendo esta formula guber-
namental: Nuestro deber está marcado: la
corona de Julio descansa sobre la cabeza de
un niilo y de una mujer. E1 entusiasmo que
levantara al principio cambiase en silencio,
ytermina su discurso en medio de la frialdad
completadelauditorio. Ledru-Rollin pide
des de su banco e1 nombramiento del Gobier-
no provisorio; unruido sordo anunciaba ya
la terrible voz del pueblo, que golpeaba colé-
rico á las puertas de la Cámara. Lamartine
se adelanta y en medio de un silencio que
pasmaba por lo imponente del momento, sube
á la tribuna para hacer un magniifco elogio
de la Duquesa de Orleans, y de repente cam-
bia de camino y sigue, entre los victores del
pueblo y de la Cámara, la senda ya marcada
por Marie, Cremieux y Ledru-Rollin: el Go-
bierno provisorio. En este momento el pue-
blo, ya armado, invade la sala y lo destruye
todo. La monarquia habia caido completa-
mente; la última esperanza habia desapare-
cido. La Republica se levantaba.
La Duquesa, el Principe y algunos Dipu-
tados huyen y buscan en las calles vecinas
donde ocultarse. La mano protectora de un
amigo fiel conduce la familia real å la fronte-
ra de Bélgica. Dicen que la Duquesa, al en-
contrarse fuera de latierrafrancesa, lloró con
dolor la ausencia de la patria.
*
* *

El Conde de Paris hizo sus estudios litera-


nos en Elisenach (Alemania). Luego se dió á
viajar por el Oriente, y publico sus impresio-
nes en un volumen sin dar su nombre.
Empezada la guerra de secesion en la Amé-
rica del Norte, el Conde de Paris se inscribio
en las filas federales, y fué Ayudante de Cam-
po del General Mac Clellan, que mandaba el
Ejército del Potomac. Tomo parte en el sitio
de York-Town, yen las batallas de William
Bay, de Town-York y de James River.
En 1864, á su regreso de América, se tras-
ladó á Espana para visitar á su tío el Duque
de Montpensier, ycontrajo matrimonio, á los
pocos dias de llegar, con su prima Maria Isa-
bel, hoy Condesa de Paris.
Terminada la desastrosa guerra de 1870,
el Conde de París regresa á Francia, y em-
pieza sus trabajos en favor del Conde de
Chambord, que había sido reconocido como
jefe de la Casa Real. Muerto el Conde de
Chambord, el Conde de Paris queda heredero
de la Corona de Francia, y da principio a sus
intrigas para establecer una propaganda ac-
tiva é inteligente en favor de la Restauracion.
El Gobierno de la Republica observa el tra-
bajo de los legitimistas, pero considerandose
fuerte los veia con desprecio dejándolos hacer.
En este estado estaban las cosas cuando se
presenta el matrimonio de la Princesa Amelia
(hija del Conde de Paris) con el heredero del
Trono de Portugal. La boda revistió un ca-
racter real tan marcado, que el Gobierno del
Presidente Grevy, alarmado con la prepon-
derancia tomada por el elemento legitimista.
presentó á la Camara el proyecto de Decreto,
prohibiendo la permanencia en el territorio
de la RepÛblica a lus fefes de las familias que
hubicran reinado en Francia y á sus herederos
directos. Este decreto produjo en todas partes
una grande emocion ; era un acto de energía
gubernamental y al mismo tiempo un pre-
servati vo de 10s intereses amenazados de la
Republica. La Cámara lovotoconlucidama-
yoria.
El Conde de Paris se embarcó en el puerto
de Treport para Inglaterra.

*
**
111 Conde de Parisnacio en Paris en 1838,
muriendo á los cincuenta y seis anos de re-
sultas de un cáncer en el estomago. Era hijo
legitimo de Ferdinand, Duque de Orleáns, y
de la Princesa Helena de Mecklem bourg-
Scheweri n.
El Principe se levantaba diariamente á las
cinco de la manana, yterminado su afeite pa-

;
saba al salon de estudio para leer su correo y
los periodicos franceses y extranjeros cono-
cía a perfección el inglés, el alemán, el espa-
y
nol el italiano. La mayor parte de su co-
rrespondencia la contestaba personalmente.
Se asegura que recibia cerca de cien cartas
al dia.
Buscaba descanso del fatigante trabajo in-
telectual en la distraccion de la caza y en lar-
gos ejercicios a caballo.
Cuando iba a Espana se retiraba al cam-
po, y se entreteniaentrabajos de-agricul-
tura y de cria.Nunca quiso ocuparse de po-
litica en Espana, v si alguno le trataba la
cuestion manifestaba que solo en Londres se
ocupaba de tales cosas, y que por el momen-
to estaba entregado a la familia.

*
**
ElCondede Parisconstituyo a su hijoma-
yor Luis Felipe, Duque de Orleáns, heredero
de la Corona de Francia. La familia le reco-
nocio como tal a los pocos instantes que si-
guieron a la muerte del Conde. El Duque,
como jefe de la Casa Real, ocupo el primer
puesto en todas las ceremonias de la familia
y de los funerales.
Recordaremos que este Principellamo hace
poco tiempo la atencion del mundo politico,
cuando penetro en Francia para pedir su in-
corporación en el ejercito como ciudadano
francés, no obstante la ley que prohibia su
entrada, como Principe heredero, al territorio
de la Republica. El Duque de Orleáns fué re-
ducido á prision y la clemencia presidencial
lo puso en la frontera. Desde entonces su nom-
bre ha quedado en la memoria de los france-
ses, y para ello reclamo su uniforme de sol-
dado para servir en los regimientos de su pa-
tria.
LA MANANA

El parisiense por lo general no se deleita en


la contemplacion de la hora matutina. Sus
ojos no veil en el oriente las primeras luces
quetinen el cielo de colores varios para cu-
brir la tierra con un manto de oro y grana;
de esas luces que preceden la aurora para la
majestuosa ascension del Rey de los astros
en el infinito espacio sideral.
Esa hora es grandiosa. jMirad como van
desaparecicndo una a una las estrellas que
Dios fijara en el firmamento para que vela-
el
ran cu idadosas por sueno de lahumanidad!
i
Estrellas que alumbran con tenue luz la copa
altisima de los arboles que forman el bosque,
para decir a las cantoras avecillas que allí
está Dios velando por ellas en medio de la
obscuridad del follaje, entre el murmullo de
la brisa y el rugir de las fieras, que a sus bra-
midos conmueven la tierra!
La naturaleza despierta al besode la auro-
ra, y con ella el hombre a librar un combate
mas en las tempestades de la existencia.
La manana es la hora de la vida, la hora
del estudio. jEs el momento glorioso de la
poesía del alma! El jilguero trina en las aca-
cias, el ciervo bala en el rebano de la monta-
ria, abandona el jornalero la pajiza choza para
ir en busca del arado; la casta virgen, al dejar
el blanco lecho, arrodillase ante la imagen
cristiana para bendecir al Creador. Y la ma-
dre, la santa y buena madre que lleva en el
corazón el amor de los amores — al decir de
la leyenda biblica — corre solicita por todo
el hogar para depositar sobre la frente de sus
hijos el besoglorioso que recibiera Jesus en
la colina del Calvario.
*
**
La manana no se hizo para el parisiense;
para vivir tiene la noche. La luz de las Iám-
paras eléctricas le cuadra más que las clari-
dades matinales.
En la vida de Paris ocupa la mananalugar
aparte; es un mundo generalmente descono-
cido para el viajero que, de ordinario, no se
da cuenta de como le asearon la casa y de
como y á que hora barrieron la calle, y sor-
préndele el aeo interior de la ciudad. Esto
acontece cuando todos duermen.
La cocinera Ó el criado bajan todas las no-
ches, de cada vivienda, las basuras del dia,
que deposita en el cajón ó barril que tiene
para el efecto la portera, para ser luego reco-
gidas en la manana tem prano por el servicio
municipal.Nada tienen que pagar las fami-
lias. La Municipalidad, ó sea la Ville de Pa-
ris, percibe por trimestres los impuestos, y
con ellos está obligada á sostener elaseo pú-
blico de la ciudad de una manera rigurosa y
admirable por la regularidad y orden en que
se efectua. Nadie se queja de pagar la contri-
bucion llamada de puerlasy ventanas, desde
que está plenamente satisfecho del aseo, 6,
mejor, de la higiene pública.
Pagan y se les sirve; dan dinero y se les

;
retribuye asegurando la salubridad. AlIi no
hay inmundicias ni asquerosidad es la lim-
pieza absoluta en la habitaciÚn, en la calle,
en la plaza, en todas partes.
El clzifonnier, 6 sea el trapero, eonstituve
una de las personalidades que mejor caracte-
rizan la manana de Paris. Estudiémosle, que
en verdad es interesante.
El progreso industrial en sus trabajos para
hacerse de la materia prima en la fabricacion
de los tejidos, del papel y de los diversos y
variados productos de la industria, hubo de
formar el trapero, que no sólo es hoy un tra-
bajador aislado, sino que hace de su trabajo
una profesion, una industria, que va pasando
de padres á hijos, y constituyen un gremio
respetable en el campo de las especulaciones
y del trabajo.
Antes de seguir adelante, digamos que la
esfera de accion del trapero noes unicamente
Pan's: ella seextiende a las aldeas, a las ciu-
dades de Provincia; y hasta en los campos,
en medio del sembrado v de la fiorida huer-
ta, le hemos visto, mugriento y miserable,
trasteando las basuras infectas y por lo gene-
ral en estado de putrefaccion.
:
El trapero se divide en dos categorias ei
rico y el pobre. El primero es aquel que, a
fuerza de economias y de especulaciones, ha
llegado á formarse un patrimonio, algo respe-
table para algunos; y, debido a la influencia
monetaria, se ha hecho jefe de los pobres, de
esos harapientos que se dan a la calle desde
la media noche, acompanados de la mujer y
de los hijos, con un farolillo en lamano para
buscar en medio de la calle, en las aceras y
en los cajones de basura, 10s desperdicios de
las familias,los trapos inutiles ytodo aquello
que constituye las migajas de las ciudades.
Da lastima verles en la noche helada cuan-
do caminan por la calle encorvados al peso
del saco inmundo lleno de papeles rotos, tra-
pos, cartones, vidrios y todo lo que por unos
cuantos sueldos puede comprar la fabrica de
tejidos.
;Oh! j Cuan desgraciado es el trapero po-
bre! ; Pasartoda la noche aspirando el aire
iTiefitico de los depositos de basuras para ga-
nar sólo tres, cuatro 6 cinco sueldos a lo
sumo, es el colrno de la desgracia humana !

Sus habitaciones son nidos de infeccion, de


miseria, de asquerosidad. Ninguno tiene otra
ropa que la que lleva puesta:solo cuando
empieza a caeren pedazos la remuda. Regu-
larmente viven ocho 6 diez personas en un
cuarto. Duermen en el suelo, teniendo por
jergon las basuras recogidas; y la comida, la
comida ;Dios mio! son los desperdicios de
las mesas, mezclados con conchas de legum-
bre, pedazos de tripas, migas de pan. todo
lo que se recogio en el cajon de basuras. Este
es el alimento de esos infelices; yo los he visto
en la caja de inmundiciasponiendo de lado
10s pedazos de legumbres que ellos creían
poder uiilizar; deesos infelices que pagan un
centavo por mes á la Societede Pauvres para
que al morir recoja su cadaver en el hospital
y lo deposite bajo la cristianacruz, amparán-
dolo asi de ser descuartizado por los estu-
diantes de medicina en el anfiteatro de ana-
tomia de la Facultad Ó de Clamart. -

Estos infelices, desam parados de todos,


que viven en el horror de la miseria sin aca-
riciar jamás la idea del bienestar, sinoque,
al contrario, tienen la persuacion de morir
bajo el peso del saco de trapos, viven ham-
brientos sin tener el pan suticiente que im-
ploran 10s chiquillos en la buhardilla inmun-
da y se dan á cantar en la mugrienta taberna,
como si quisieran con ello olvidar los mo-
mentos espantosos de la vida incierta, la can-
cion del aguardiente :

!
Vive le vin
Vive le jus divin!
Je veux jusqu'à la fin
Qu'il égaye ma vie.
Una noble señora, de alma cristiana y pu-
ra, en cuyo corazón no ha existido sino el
amor,la bondad y la virtud magnifica de la
caridad, modelo de madre amantisima y de
esposa cariñosa, tipo caracteristico de aque-
llas mujeres patriarcales de que nos habla la
Biblia, apiadose un dia del estado lamentable
en que se encontraba la trapera que veniato-
das las mananas á recoger las basuras en el
patio de su casa. La infeliz hacia ocho dias
que no ejercia su profesion. La senora adi-
vino que estaba en La Mateenidad. La ulti-
ma vez que vino, encorvada al peso del saco,
revelaba lo adelantado de su estado. En efec-
to, Dios le habia dado una chiquillamas.
A los ocho dias abandonaba el lecho hospi-
talario, para volver en medio de la nieve y de
la escarcha á recoger las basuras de la ciu-
dad. La buena senora mando servir a la
desgraciada un desayuno, tan bueno como lo
hiciera para sus hijos. Tenia hambre, las
fuerzas le faltaban; en los dias de hospital no
hubo pan en la buhardilla, los cinco chicue-
los llamaron en vano a la madre para que le
diera sopa. una vecina compasiva llevóles
alimcnto.
— ë
Que hace usted de sus hijos cuando
sale?—preguntole la senora.
— Mi obligación me manda salir á las diez
de la noche y no regreso hasta las nueve de
la maiiana en verano y a las diez en invierno,
y para ello dejo a mis hijitos encerrados y
entregados a la mirada de Dios que siempre
me los protege; solo cuando el patron nos
paga 10s pocos sueldos del trabajo de la no-
che, es que regreso a su lado para llevarles el
alimento.
Desde este dia la infeliz trapera contó de
diario con unos sueldos que ledaba la senora
y una taza de leche con bizcochos, estos en
abundancia para que pudiera llevar a los chi-
cuelos.
El recuerdo de la buena senora, que habi-
taba por entonces en el bulevard Magenta,
habrá quedado grabado para siempre en el
corazon de aquella mujer tan llena de mise-
riasydolores.
;
; *
Alii estan, a la primera hora, en la terrassc
de los cafés, sonolientos aun, los jovenes de
la vida alegre tomando el chocolate con blan-
cos paneciJJos, en union delachica con quien
bailaron la cuadrilla en el Jardín o el boston
en el Casino, con quien cenaron docenas de
cangrejos con espumante champagne, entre
10s besos de una noche de amor.
Yo gozaba a veces, desde mi balcon, figu-
rándome enjambres de hormigas, el paso que
se efectúa á las ocho de la manana, de las chi-
cas y jóvenes que van a sus quehaceres, unos
a la oficina, otros al taller Ó a la fabrica, á la
escuela, a la Facultad, al anfiteatro, a la con-
ferencia, al hospital.
Van alegres y contentos por aquellas calles
que fueron regadas y barridas desde la ma--
drugada. Todos van leyendo el diario, cosa
de la cual nadie se priva en los paise? civili-
zados; los ricos se pagan Le Figaro, el pe-
riodico aristocrático, y los pobres Le Petit
Journal, generalmente conocido por le journal
des cuisinières. Los periodicos son, en la era
moderna, el pan del espíritu; ellos nos hacen
conocer todaslaspalpitaciones sociales y po-
liticas, resuelven con su fuerza poderosa to-
dos los más complicados problemas, nos
hablan del adelanto de la literatura en todos
los pueblos, el movimiento publico en todas
las naciones; son civilizadores porque pene-
tran con sus viajeros, armando expediciones,
hasta el corazón de los pueblos salvajes, como
ultimamente hicieron en New-York, para
explorar el centro del Africa, y más tarde
el Polo Norte, dondequedaron sepultadas
entre los hielos más de una expedicion. Los
pueblos que no leen los diarios son pueblos
salvajes, donde no ha llegado la luz de la ci-
vilizacion con sus irradiaciones majestuosas.
Los pueblos de Europa, como los de Norte-
America, conocen sus deberes para con el
Estado y la familia en la lectura diaria del
periodico, que lee el jornalero, la cocinera, el
criado, el banquero, el politico, el comercian-
te, el cochero; es el el que senala el camino
de la plazapublica, para 10s grandes mee-
tings que conmueven las naciones. No hay
montana, ni caserio, ni aldea, ni playa á
donde no llegue; es lo primero que compra-
mos a] anclar el buque, al llegar el tren á la
estacion, porque el periodismo constituye en
los tiempos presentes la principal fuerza crea-
dora de la civilizacion moderna.
Hoy se considera que los periodicos y los
hospitales, — los templos de la libertad y de
la caridad, — son el reflejo veridico de la cul-
tura de un pueblo.
LE PÈRE LUNETTE

Entre las tantas rarezas y originalidades


que encierra Paris, habremos de referirnos á
una casa donde come y duerme la gente
pobre de la última clase, es decir, esa gente
cuya miseria hallegado a no tener un pedazo
de techo para abrigarse de las inclemencias
del invierno, v que no tiene en el mundo sino
les jirones de tela que lleva sobre si en forma
de vestido para cubrir la desnudez de las
carnes y que marcha por el camino de la
vida cual bohemios que no han ni patria, ni
familia, ni hogar, ni pan, ni fuego, pero que
tienen, sí, a Dios, que no los desampara y
los cubre carinosamente con el manto pia-
doso de su bondad infinita.
La casa a que nos venimos refiriendo se la
conoce en el mundo parisiense con el nombre
de Cabaret du Pere Lunette. Esta situada en
una de las calles vecinas a la PlaceMaubert
y cuyo nombre olvido en e] momento de po-
ner en limpio estos apuntes. El viajero ob-
servador hase detenido siempre a estudiarla,

:
dada la originalidad y condiciones que la ro-
dean alIi vive la miseria con todos sus do-
lores; es el techo que encuentra la madre
cargada de hijos para ampararlos de les hie-
los; alii va huyendo el castigo del hogar pa-
terno, el pilluelo; el rondador de calles, can-
sado de recorrer la ciudad sin encontrar el
momento propicio para cometer un crimen,
ocurre alii en busca de miserable asilo: y en
fin, toda esa banda de vagabundos, de ban-
òidos y de miserables — que son el terror de
las ciudades y de la sociedad — ocurre al
Cabaret duPereLunette, en solicitud de pan, 1
de techo y de aguardiente, mediante unos |
sueldos, como en seguida á 1
pocos vamos
verlo. 1
El cuadro que se observa en las salas del I
establecimiento, es aterrador; aquello es la
expresion viva y palpitante de la miseria en
la más chocante desnudez, es la última ex-
presion de la suciedad : la asquerosidad com-
pleta; jamás la higiene entró alli; el edificio
todo parece infiltrado de sucio; las paredes,
las puertas, las ventanas, el techo, el suelo,
las mesas, las sillas, los cubiertos, los pla-
tos. tienen un aspectohorripilante, te-
rrible.
El precio de un puesto en la sala es de un
centavo, y se tiene derecho para estar alii

;
desde las siete de la tarde hasta las cinco de
la manana; jamás se hace fuego la aglo-
meracion de gente desarrolla una gran canti-
dad de calórico; el cliente duerme en el suelo,
unica cama del establecimiento. A las cinco
de la manana todos tienen que marcharse.
Dos centavos cuesta un trago de aguar-
dicnte con derecho a una dormida hasta
las doce de la noche, hora en que nuevos
clientes reclaman el puesto. c A donde van á
tan altas horas de la noche esos infelices?
2Irán a dormir sobre los hielos de la calle,
faltos de un centavo mas, para pasar toda la
noche en el Cabaret? ; Iran, quizas, llena el
alma de dolores, de vicio, de crueldad por
las privaciones en busca de un tranq uilo
transeunte para clavarle un cuchillo en el
pccho y arrancarle luego la bolsa para llenar
las necesidades del hambre ? Seguramente

oculta tantos crimenes!


salen a todo. La obscuridad de la noche
j

j
En estas grandes
ciudades se ven tantas cosas en 10s dramas
de la miseria, que el pensamiento se pierde
en inflnitas reflexiones al considerar la vida
quellevan esos infelices harapientos!
El servicio que se efectúa durante el día en
el Cabaret difiere completamente de lo que
sucede en la noche. Se sirven almuerzos y
comidas a 10 centavos el cubierto, inclusive
vino. Cuántas inmundicias no habrán de
j

servirles, en forma de comida, á esos desgra-


ciados! jY cuenta que tienen dos platos de
carne y uno de legumbres! Alii van crimi-
nales, ladrones, bandidos de todas clases, con
sus fisonormas espantosas, revelando en la
mirada la ferocidad del alma. Y van tam.
bién mujeres, y muchas llevan sus hijos de
la mano. y entre ellas ; cuántas tienen aún
viva la cicatriz del grillete de Saint-Lazare!
Aquello es el nido del vandalaje. Todo en
la casa está asegurado contra el robo - indi-
cacion elocuente de que toda la clientela es
ladrona; — las mesas y los bancos están cla-
vados y fijos en el piso, los vasos y platos
son de metal y, como el cubierto, se encuen-
tran atados a la mesa por una cadena; estos
enseres de mesa no se lavan sino una vez al
día — en la manana — y desde luego jamás
para servir á un nuevo cliente, que tiene que
comer en el plato sucio dejado por ;u ante-
cesor. Todos pagan al mismo entrar. Para
nadie hay crédito.
En la noche se duerme sobre y bajo de las
mesas, en los bancos, en las sillas, en las
ventanas, en medio de las salas, en los rin-
cones, en fin, dondequiera que se encuentre
un lugar para extender los miembros ó bien
para acomodar el cuerpo y pasar algunas ho-
ras de descanso. Una lampara de aceiteilu-
mina con opaca y amarillenta luz cada sala.
La SegliridadPÚblica ha encontrado mu-
chas veces en dicha casa la pista de un robo
ó de un crimen. Los agentes de la policia se-
creta se disfrazan de harapientos y se intro-
ducen entre los miserables, y ya en un rin-
con, ó acostados en la sala — cambiando de
lugar — ó bien en una mesilla tomando un
trago ó jugando á las cartas, oyen todo lo
que se cuentan los bandidos entre si; y con
la perspicacia que les caracteriza entran en
conversacion con los más sospechosos, y de
aqui el hilo de una pista, de una indagacion
tal vez trascendental para la justicia. Gene-
ralmente se asegura que el Père Lunette está
subvencionado por la Prefectura de Policia y
forma parte de la policia secreta. Esto no
puede evidenciarlo nadie, pues dicho servi -
cio es de lo más secreto de la administracion
publica; pero multiples circuntancias hacen
sospechar que asi sea, sicndo como es la casa
un foco de gente sospechosa, de donde puede
sacar la autoridad multitud de datos para
amparar a la sociedad de tantos bandidos.
Muchos viajeros han visitado el Cabaret
duPère Lunette, haciéndose acompaiiar por
oficiales de la Seguridad PÚblica, pero todos
han ido disfrazados, a fin de evitar la sos-
pecha y más de un atentado contra personas
que revelen en su traje la situacion social a
que pertenecen; se han ennegrecido las ma-
nos para presentarlas cual si fueran sucias y
callosas, v no la mano delicada y fina del ca-
baJIero, y es de anotarse aqui, que cuando
entra al Cabaret algún extrano, las miradas,
antes de fijarse en la cara, van a las manos
cual si fueran la senal para conocerse los
amigos; llevan las botas roidas y sin charol ;
les pantalones rotos; faltos de chaleco, y, si
lo tienen, lo llevan sobre la chaq ueta ; por lo
regular usan la casquette. En fin, la figura
que presenta el visitante, tiene que aseme-
jarse en mucho a la de los parroquianos.
Nosotros, cuando eramos estudiantes y vi-
viamos la vida del Barrio Latino, fuimos una
noche v, lo confesamos, salimos con el alma
enferma de ver cuadros tan tristes y tan lle-
nos de horror. Recordamos, y creemos que
el recuerdo vivirá siempre en nuestra me-
moria, haber visto en una de las salas, acos-
tada en el suelo con dos chiquillos á los lados
y uno más grande a los pies, a una infeliz
mujer; todos dormian envueltos en andrajos
cuyo color era imposible precisar; tenían los
labios y las mejillas palidos de frío y de
j
hambre. Una de las criaturillas acariciaba
adormida, con su blanca é inocente mane-
cita, el frio rostro de la pobre madre! Sobre-
cogidos de compasion y caridad, nos inclina-
mos ante aquel cuadro de miseria y de do-
lor, y pusimos en cada una de aquellas tier-
nas rnanecitas unas cuantas monedas. Qué j
contento al despertar! Nos alejamos de la
sala con el respeto de quien se aleja de un
templo de Dios : j aquel era el templo de la
miseria, el templo del dolor!
El Gran Duque Alexis, hermano de Ale-
jandro III y Grande Almirante de la flota
imperial rusa, acompañado del Principe de
Gales, hizo una visita al Pere Lunette. Desde
le vispera tomó la Prefectura de Policia todas
las medidas necesarias para asegurar el or-
den v evitar cualquier diablura. Les acompa-
naron el Director de la Seguridcid PÛblica y
algunos oficiales de la Brigada Secreta. Los
principes llegaron á la media noche y pasa-
ron media hora en aquel centro de miseria,
de suciedad y de vandalaje.
Ivette Gilbert, la estrella parisiense de la
chansonnette, la diva de laScala y de Am-
bassadeurs, tuvo la humorada una vez — di-
cen que después de una comida donde corrio
á mares el champagne de ir á cantar su

repertorio entre los parroquianos de la Place
Maubert. Se presentó como una loca : el pelo
destrenzado, el traje medio abierto, la gar-
ganta al aire y el pecho lleno de diamantes;
alguien hubiera dicho que sus labios estaban
aún húmedos de la ultima copa y trémulos
»
del contacto ardiente del ultimo beso. Los
harapientos la recibieron como en ovacion
espléndida, y quedaron sorprendidos al ver a
aquella mujer, vestida de manera tan rica —
cosa por demasnunca vista en aq uella casa
— que, montada sobre una mesa de la ta-
berna, entonaba sus picantes chansonnettes
de cafe-concierto. Dicen que la diva canto
cm un sentimiento y ardor tan grandes, que
nunca más lo hizo igual, ni aún cuando arre-
bataba de entusiasmo al pueblo de Paris,
desde las tablas de la Scala.
Aquellos hombres, acostumbrados á todo, :;

respetaron a la diva del arte, que abandono,


j
en noche triste y fria, la sala de triunfos, en
j
donde la coronaban el amor y el dinero, para
ir a obsequiar a aquellos infelices abandona- j
dos de la suerte, con el trinar de su garganta; i

v ellos, reconocidos, la colmaron de aplausos -J

)
y de vi vas, por haber traido con su canto la
alegria a sus tristes y enfermos corazones.
EL BARRIO LATINO

:
Paris estaba dividido en sus primeros tiem-

;
pos en tres cuarteles
Universidad
la Ciudad, la Cité y la
el área que comprendia este ul-
timo es el Barrio Latino, 6 como le llamo
Yíctor Hugo, le pays latin.
Digamos sus limites :
Por el Nortetiene el Sena, desde el puente
Saint-Michel hasta el puente de Austerlitz ;
por el Oeste, desde el puente Saint-Michel
sigue por el boulevard del mismo nom bre
hasta el boulevard Saint-Germain, por donde
sigue hasta tomar la calle de l'Odeon, vadea
el teatro, y orillando el Luxemburgo toma el

Avenida del Observatorio ;


boulevard Saint-Michel, para llegar hasta la
por el Sur, el
boulevard Saint-Jacques hasta la plaza de Ita-
lia; por el Este, el boulevard del Hospital
para terminar en el puente de Austerlitz.
Anotemos 10s edificios que tiene :
El Tribunal de'Comercio, la Alta Corte, la
Santa Capilla, la Prision de la Conserjeria,
el teatro de l'Odeon, el Museo de Cluny, la
Sorbona, la Facultad de Medicina, la Escuela
de Farmacia, la Escuela de Antropologia, e1
Panteon, Saint-Etienne du Mont, Santa Ge-
noveva, Saint-Jacques, el Observatorio, la
Escuela de Minas, los Gobelinos, el Hospital
de Val de Grâce, Saint-Marcel,Saint-Medar-
do, el Mercado de Vinos, el Jardin de Plan-
tas, el Colegio de Francia.
Podria asegurarse que el Barrio Latino me-
cio la cuna de Paris, y desde su ninez hasta
nuestros días le encontramos mezclado a todas
si
sus vicisitudes;y fuéramos á profundizarla
historia, encontrariamos que todos los hom-
bres creadores — por su valor, su audacia,
o
saber ó talento, — de la grandeza He Francia
salieron siempre del Barrio Latino.
d En
que epoca trascendental no tomaron
?
parte los estudiantes Cuando fué que uni-
dos no llegaron a la plaza publrca a proclamar
las nuevas doctrinas que 10s viejoscombatian
v luego triunfaron en el desenvolvimiento del
porvenir? ; Y no fueron ellos los que infun-
dieron valor a los miembros de la Asamblea
para dar el primer toque de guerra en las pla-
zas de Versalles cuando Luis XVI se nego a
?
aceptar el veto i Y no fueron ellos los que

a 10s agentes del Rev:


vitorearon a Mirabeau cuando grito magniifco
; Id,ydccid d vuesiro
amo que estamosaquipar la volurJad del pue-
j-
blo, que no saldremos sino por lafuerza de
las bayonetas !
En el Barrio vivia Danton— en el Pasaje
del Comercio — frente a cuvo portal se levan-
ta hoy la estatua del amigo del pueblo. En
la Conserjeriaestuvo Maria Antonieta v
Luis XVI y Maria Isabel, y casi todos los
ajusticiados de los dias del terror. En sus cer-
-
canías Hotel de Ville— le rompieron con
una pistola la quijada a Robespierre, cuando
vino en busca de apoyo después de su desco
nocimiento en la Convención; y en Notre-
Dame celebróse la fiesta de la diosa Razon,
en que se pisotearon las imagenes y en cuyos
altares se celebro la bacanal del Parisrevo-
lucionario.
Camille Dumoulins no era sino un revolu-
cionario recorredor de las cervecerías del Ba-
rrio Latino, cuando arengo al pueblo en la
plaza del Palacio Real.
Y la imprenta de Marat estaba en los sota-
nos de hI Escuela de Medicina. ,

Y en la hoy Escuela de Antropologia se


reunia el Club de los Franciscanos. i
}

* j
* *

Errados andan los que propalan á diario


que el Barrio Latino es centro de corrupcion;
que alii no se estudia, sino se parrandea; que
lasescuelas se reconcentran en los cafés y
5 que los jovenes se pierden entodo
cervecerias el
can-can de Bullier; que las chicasquitan
el tiempo al estudiante. j Cuan errados estan>
los que tales cosas dicen Y donde no se pa-
!

?
rrandea yen donde no es la fiesta momento
de solaz para quien trabaja sin descanso sobre
el cadáver en el hospital, en el pizarron del
cuarto de estudiante los matemáticos v en el
laboratorio los mineros?
!
Bah, que si hay chicas ; que se baila can-
;

!
can y se grita y se canta j que hay desÚrde-
nes donde llega la policia y el estudiante corre
!
y la mofa Pero esto no es el Barrio Latino,
puesto que el es centro intelectual del mundo
entero; a el van los jovenes de todas partes a
terminar sus estudios 6 bien á hacerlos de un
todo. Alii está el movimiento cientirtco. Alii
van diariamente los sabios a ensenar a los
[
r

jovenes, unos al hospital, otros a la Escuela


»
de Derecho, ó a la Sorbona, 6 a la Facultad,
>
6 á la Escuela de Minas, ó a Puentes y Cal-
l zadas. En la plaza de la Facultad se levanta
[ la estatua de Brocca, fundador de los estudios
j
antropológicos, y en los jardines del Colegio
>
de Francia la de Claude Bernard, el natura-
[ lista eximio; y en todas partes se encuentran
monumentos destinados á la gloria de hom-

**
bres cuyo saber abrio nuevas vias á todas las
ciencias, á todas las artes, á todas las letras,
á todas las industrias.

El estudiante tipico, que llenara en otros


-tiempos la novela y la leyenda, ha termina-
;
do ya no se le encuentra con el sombrero á
lo Bolivar, mal vestido y peor alimentado, y
que vivia en el Barrio como alzado, pues el
jamás pasaba el rio, pero quien venia á visi-
tarlo tenia que someterse á sus leyes.
?
I Y la grisette No existe. Desaparecio con
la civilizacion parisicnse, para ocupar puesto
entre las cocottes, que exigen carruajes y co-
midas en londas de primera clase, y beben
j
champagne, y uegan bacarat, y gastan sede-
rias y sombreros comprados en la calle de la
Paix, y lucen diamantes y perlas. Ah Que
j
! j

aquella vida de otros tiempos ha cambiado, j

y sólo se encuentra rastro de ella en libros


queleimosenlaninez.
El estudiante moderno gasta smokin, y ga-
bán de pieles y zapatos de charol-no es
estudiante, sino gentleman, — pero como
existen tambien algunos que no pueden llevar
esa vida, puesto que sus pensiones no se lo
permiten, sesometen á contar un centavo y
se dan á la trampa; y encontramos que deben
a la patrona, y abren cuentas con el editor
para luego vender los libros a bajo precio
donde el anticuario, como a menudo sucede
con los griegos v rumanos.
Pobre ó rico, el estudiante es tipico en la
alegria; á veces acontece que entre veinte no
se reúne un franco, pero recorren en com-
parsa el boulevard, y cantan y bailan y abren
>
credito en la primera cerveccria, y si encuen-
tran alguna chica conocida, ay, de la infe-
r

[ !.
liz
j

la toman en hombros y la pasean en-


r toncesentre victoresatronadores porlascalles,
y cuando la pobre desfallece de cansancio, la
[ largan en una esquina cualquiera y siguenla
fiesta, locos de contento y de felicidad.
Un decreto de la Prefectura de Policia de
Paris prohibe, pasadas las doce de la noche,
toda demostracion de placer 6 alegria, tales
como cantos, gritos; pero acuerda dos horas
más para el Barrio Latino, de manera tal que
una vez venía cantando un grupo de estu-
diantes por la calle de las Escuelas, v el po-
licia de faccion le detuvo para invocar el si-
lencio de lev, pero ellos sacaron el reloj y
arguyeron que faltaban cinco minutos para
las dos de la manana, y el gendarme cruzo
los brazos, y, al darles la espalda, les dijo:
- Allez, vousavez encore cinq minutes.

*
* *

Entremos al cuarto del estudiante pobre.


En una calle extraviada, y después de su-
birestrecha y obscura escalera, llegamos a la
-
bohardilla, donde dicho sea de paso se -
encuentran regulares habitaciones.
El aj uar es sencillo, cual corresponde a la
renta de su dueno: una cama de hierro, una
mesa de noche, ires 6 cuatro sillas de pino,
un baul, Ó simplemente una maleta;
a veces
una botella sirve de candelero, y una mesa
de trabajo donde encontramos libros y cua-
dernos, en union de platos y cubiertos. Tal
es el cuarto del estudiante pobre.
No va a la fonda sino en dias de gala, pues
personalmente se prepara sus comidas, que
consisten en un pedazo de jamon 6 una chu-
leta con ensalada, pan y un pedazo de queso,
y a veces, cuando se trata de principios de
mes, añade una lata de sardinas.
En nuestros cuadernos de viajeencontra-
mos dos cuentas de fondas del Barrio Latino.

Pan. -
i

Collin. Boulevard Saint-Germain :

Scrvilleta.
d'nv:'l:.
1Iors
frs. 0,05
o.o5
o,15
Bl:d-stcak.
Ensalada.
Frutas.
-
o.35

Víno. o,25
0,20
o,5o

frs.1,50
Foyot. — Frente al Luxemburgo:
Horsd'oevre..frs.1,00
Beef-steak.
Ensalada.
Queso.
Vino.
Frutas I,25
2,5o
1,00
0,50

Cubierto. 2,00
i,5o
frs.9,75

Se verá por esto que la vida del Barrio no


es toda barata ; hoy es un cuartel como cual-
quier otro de Paris; tiene establecimientos
para la vida humilde, pero tambien los hay
caros, y muy caros, como se verá por los da-
tos que venimos de anotar, cuya diferencia es
de francos 8,25.
HISTORIADE UN ESTUDIANTE

Era provincial.
Sus padres, ricos industriales, le enviaron
á Paris á hacer sus estudios. El banquero de
la familia recibio orden de pasarle una pen-
sion mensual.
El joven entre á la escuela con gran con-
tracción. Pronto se recibio de bachiller.
Los padres, satisfechos, aumentaron la pen-
sion.
Una boulevardiense habiase apoderado del
joven estudiante. Esto no le impidio tomar
sus inscripciones para seguir los cursos de
Medicina en la Facultad, que al contra-
rio, mostrábase asiduo á las lecciones del
maestro.
* *

mundanal :
Mas á poco em pezo a deslizarse en la vida
el carruaje, 10s teatros, el baile,
las carreras, todo iba distrayendo a nuestro
individuo del centro de los estudios. En el
primer examen fué rechazado. Los amigos de
aulas fueron alejandose, y quedo entregado a
la vida de los placeres.

Muere el padre y le deja una gran fortuna.


El joven ya en la mayoridad pide se le de-
posite en oro toda su herencia donde un ban-
quero. Montasuntuosahabitacion: damasco
y oro en los muebles; cristales y espejos de
Venecia; mármoles y bronces; lacayos y ca-
rruajes; abonos en la Opera v en el Frances.
Habia dinero, luego el lujo era necesario en
su más bella esplendidez.
Comidas y bailes sucedianse a diario. Las
li'randes damas y también las pequerias pasa-
ban semanas y meses entre las fiestas del jo-
ven rico.
Xo llevaba cuentas.
El cheque llegaba con enorme cifra todos
los sabados a la taquilla del cajero.
Los estudios esraban abandonados.
Solo se seguía h locomotora de la vida di-
sipada.

Jc

La pobre madre percibiose de la existen-
ci a del hijo, y en correspondencia llena de
amor le hacía refiexiones para llamarlo al
orden.
as fué sordo, y las bacanales continuaron.
* ;;,

Un dia, al regreso de una partida de placer


hecha a Niza, encontro una carta de su ban-
quero. Solo quedaban en caja pocos francos.
Las deudas eran enormes.
Los muebles y enseres de la espléndida
mansion fueron vendidos á vil precio en los
remates del HotelDruont.

*
* *

Las mujeres desaparecieron y los amigos


también.
Las prendaslasrecibio el Monte de Piedad
en cambio de unos pocos francos.
La madre nego la ayuda por el hijo implo-
rada en el desamparo.
Paris no volvio a verle mas. Hubierase di-
cho que habia ido a ocupar su puesto en Le
Pere Lachaisse ó Montmartre.

*
**
De repente el joven llega de nuevo a los
centros de los placeres con la cartera llena de
billetes y un libro de cheques.
La madre habia muerto, y el dinero estaba
donde el banquero, y se reanuda la misma
vida con los mismos amigos y amigas.
Al poco tiempo igual carta del banquero:
bancarroca completa; perdida absoluta de
todos los haberes.

*
* *

:
Ahora cuatros anos le conocimos en el Ba-
rrio Latino, vestia andrajos en el Cafe re-
cogia los cabos de cigarrillos, y ganaba la
subsistencia mediante diez centavos que le
daba el empresario del Odeón (su aungo en
otros tiempos) para servir el puesto de telo-
nero.
Los estudiantes le daban algunas piezas.
Y las chicas del Barrio le protegian, cual si
quisieran con ello pagar deudas por otras de
ellas contraidas.

*
**
— Usted no se arrepiente de tantas locuras,
le dijimos una noche en el Vachette.
- Absolutamente, senor. Solo lamento no
tener otra fortuna para despilfarrarla en el
juego, en las mujeres y en los placeres. Hoy
mismo, en mi miseria, cuando reúno un luis
corro un trueno que me hace recordar mis
antiguos tiempos.-Pero desde que me encuen-
tro en desgracia no he vuelto a salir del Ba-
rrio. Moriré sin pasar el rio. La alegria del
Barrio, con sus cantos, sus chicas, cervece-
rias y desordenes, es el único alivio de mi
pobreza.

*
* *

Le pagué un chartresse, le di un franco y


desaparecio.
FERDINAND DE LESSEPS
JEAN GIGOUX. — AUGUSTO BURDEAU
HENRI BRISSON
EL CAPITAN DREYFUS

Nuevosclaros anótanse entre las filas de


los gran des hombres de la Francia. Parece
que el destino marcara con el dedo de la fa-
talidad, á este gran pueblo. No ha mucho
tiempo, apenas tres anos, anotamos la muerte
del filosofomas transcendental del siglo, que
gana la gloria de su nombre uniendolo a su
Vida de Jeszls; más tarde desaparecen Char-
cot y Brown Sequard, que llenaron con su
saber las paginas de las ciencias medicas
Mac-Mahon, el viejo veterano que inmorta-
;
liza su nombre en el campo de Magenta, para
fundar la unidad italiana, cae también al
peso de los anos; Jules Ferry, el atleta del i
progreso intelectual, que establece en Fran-
cia los estudios laicos contra las protestas del:
terrible elemento clerical, y Carnot, el Presi-
dente Mártir, que muere como los hombres
de la antigua Roma, envuelto en el iris de
;
la Patria; y como complemento del fatal
designio, que parece pesar sobre la tierra de
Francia, vemos extinguirse la vida del Coloso
del Norte, del Padre de la Rusia civilizada,
que selló en Cronstad la alianza franco-rusa,
para sostener el equilibrio europeo. Afortu-
nadamente que el nuevo Czar ha declarado
que continuará, sin modificacion alguna, la
politica exterior que domino en los consejos
de Gobierno de su difunto padre, y que á
este valiera el bello titulo de Emperador de
la Paz, dado por los pueblos de la Europa,
como demostracion simpatica de agradeci-
miento por su levantada cuanto humanitaria
política.
Y como si no tuera suficiente desgraçia
tanta, caen hoy, casi al mismo tiempo, tres

:
notabilidades de las ciencias, del arte y de la
politica Ferdinand de Lesseps, Jean Gigoux
y Augusto Burdeau.
El Gran francés, como le llamara Gam-
betta en un momento de entusiasmo, ha
muerto bastante tarde para la gloria de su
nombre. La campana funeraria toca á des-
tiempo en su tumba, y si su sonido no im-
presiona al pueblo para rodear su féretro en
el día de la gran desgracia como en otros ro-
deara su carruaje cuandovenia, con la aureo-
la del éxito, de unir en Suez las aguas del mar
Rojo y del Mediterráneo, si habrá de resonar
tristemente en los umbrales de la eternidad,
.para anunciar su entrada en el mundo de los
muertos. Su espiritu, deshecho de las vesti-
duras terrestres, ha subido al cielo de la in-
mortalidad y quedara de hoy en lo adelante
consideradopor todos los pueblos yportodos
-los hombres, como uno de los más trascen-
dentales en la vida de la humanidad.
=
Ferdinand de Lesseps nacio en Versa lles el
19 de diciembre de 1805. Terminados sus
estudios, que efectuara en el Lycce Henry IV,
entre a seguir la carrera consular, donde le
habían precedido, con honra v lustre, su
padre y su abuelo.
La obra monumental de Lesseps, Ú bien,
la obra monumental del siglo xix, habrá de
ser sin duda alguna el Canal de Suez. Gran-
des dificultades presentaronse para su reali-
zacion. Intrigas politicas de orden interno y
de orden diplomatico pusiéronse en juego.
El primer contrato fué anulado, debido a 10s
trabajos de la Inglaterra cerca del Gobierno
Egipcio. Fué necesario la poderosa y enérgi-
ca influencia de Napoleon III para que los
trabajos empezaran. El proyecto fué feliz.
Los presupuestos salieron conformes. Laem-
presa colosal, que tantas y tan serias difi-
cultades había encontrado, realizose al tin
entre los aplausos de todos los pueblos y de
todos los gobiernos. Lesseps había conquis-
tado puesto distinguido entre los grandes de
la ciencia. La Cruz de Honor fué colocada en
su pecho; la Academia de Ciencias de Paris,
le nombre su miembro; el Instituto de Fran-
cia le obsequio con uno de sus sillones va-
;
cantes las sociedades de geografía le rogaron
el honor de presidirlas. Todo eran triunfos,
honores, distinciones altisimas.
Fuerte, coronado por el éxitobrillante, en
pleno goce de sus potentes facultades intelec-
tuales, mimado de la fortuna, agasajado y
hasta adulado por los hombres de todas las
clases sociales — desde el hombre de ciencia
hasta e! lenador, — con las cajas de toda la
Francia, — particulares y públicas, — abier-
tas a su disposicion para realizar sus nuevas
empresas; con fe en su estrellaoen sus talen-
tos o en su saber, llego a acariciar la idea de
un nuevo canal. La mirada que se detuvo en
Suez, -la lengua de tierra desde dondeviera
Aloises desaparecer en las aguas, de la marea
que subia. al famoso ejercito de Faraon, —
detuvosetambien en Panama, la tierra por
donde pasara Bolivar para ir hacia el Sur a
completar la independencia de la América.
Triste momento ese en que el pensamiento
del rompedor de istmos se detenía en el estu-'
dio de lacinta de tierra americana. Pana-
;

má fué su Calvario. así como Suez fué su


Tabor!
Bajo mejores auspicios que la primera em-
presa, abriose la propaganda. Escritos, estu-
dios, conferencias, congresos, movimientos
bancarios, influencias oficiales,todo en fin,
se puso en juego para suscribir los seiscientos
millones defrancos presupuestos, yverificada
que fué la suscripcion, rompieronse 10s tra-
bajos en medio del mayor entusiasmo.
Los ríos de oro corrian, aquello era la fie-
bre del trabajo, de la especulación; todos
buscaban contratos, concesiones. Trabajado-
res de todas las nacionalidades vinieron en
busca de fortuna; muchos hicieron capital, y
otros cayeron víctimas de la mortifera fiebre
en el campo del trabajo, lejos, muy lejos tal
vez de los pedazos del alma que se abando-
naron para ir en pos de la suerte.
j
Panama fué la tumba de grandes capitales,
del honor de muchos hombres y de millares
de personas!
Los seiscientos millones de francos se ago-
taron. Los trabajos estaban apenas empeza-
dos. Fuerza era levantar nuevos y fortisimos
capitales. Esta fué la gran calamidad. Los
financistas concibieron felices operaciones,
entre ellas el decreto del gobierno francés,
autorizando la loteria anual de Panama. Pero
joh fatalidad! hubo que comprar concien-
cias. en la Cámara de Diputados hubo que
comprar votos. y los directores de la em-
presa, mal su grado y mal su conciencia, tu-
vieron que hacer las compras para salvar la
obra emprendida, y con ella los capitales ya
invertidos. Esto dió origen al grandeescan-
dalo conocido con el nombre delpancimismo,
y que tuvo lugar hace dos anos en Paris. Yo
niego la honradez que parece guiara á 10s
hombres que lanzaron la primera piedra, en
el sentido de sancionar un acto de gran mo-
ralidad pública. Fue una cuestion politica
lanzada por 10s radicales. Consumado el es-
cándalo, ellos mismos se aterraron de las
consecuencias, terribles por demas, para el
honor de los hombres publicos franceses.
El venerable ancianohubo de ser condena-
do como corruptor de altos empleados pú-
blicos, pero la sentencia no fué notificada. La
dureza empleada en el ruidoso proceso se
calmó llegado que fué el momento de anun-
ciarle el fallo de los Altos Tribunales de Jus-
j
ticia. La cana cabellera del ya moribundo
anciano, im puso el respeto que se debe a la
j
desgracia! Pobre viejo! tmurio ignorante
del formidable escandalo!
j
La posteridad habra de levantar a la entra-
da de Suez v de Panama la estatua de Ferdi-
nand de Lesseps, para absolverlo así ante la
historia de los cargos con que sus contempo-
ráneos pretendieron manchar su nombre
ilustre!
Corrompidos fueron los que vendieron sus
conciencias por unas cuantas monedas de
oro, yno los que las compraron paraobtener
un gran fin de trascendental utilidad publica
para las naciones hispano-americanas, ytam-
bien para los pueblos de la Europa. Desde este
punto de vista filosofico,sera, que la posteri-
dad ha de estudiar los hechos de Ferdinand
de Lesseps en el asuijto Panama.

**
Jean Gigoux ha muerto en el campo del
trabajo con los pinceles en la mano. Fué un
grandeartista, un genio superior y un obrero
incansable. Pertenece á esa falange de hom-
bres de humilde cuna, cuya existencia empie-
za en las luchas por la-vida para terminar
en una carrera brillante de triunfos. Hombres
que nacen sin nombre y lo dejan luego nota-
ble en los combates de la inteligencia, del es-
tudio y del mérito distinguido, tienen puesto
especial en los anales de las naciones civili-
zadas.
Nacio el6 deenero de i8o(5, en la aldea de
Besançon. Su padre fue un pobre obrero que
se ganaba la vida en.el trabajo del hierro.
Desde sus primeros años manifestó, en ju-
guetes allapiz y al creyon, sus inclinaciones
por la pintura. Sin dineros, sin relaciones,
sin proteccion, por unicos companeros su
pobreza y su genio andaz y decidido, tomó
en una mariana de primavera, cuando las
flores perfumaban los campos, el camino de
Paris, adonde llegó con soloi5o francos en
el bolsillo, que deblan servirle para vivir y
estudiar mientras encontraba trabajo, pero
suficientes para quien confia en el porvenir.
Después de obstáculos terribles, decontrarie-
dades sin cuento, arrastrándose por las calles
cual un pordiosero, encontrótrabajo en una
litografia que le pagaba la piedra á 24 fran-
;
!
cos. Aqui empezo su vida artistica que tan-
tos triunfos le reservaba en el porvenir Su
primer éxito fué como retratista, llegando á
ser considerado como uno de los más no-
tables de la época. Luego se dio á la pintura
historica, produciéndo, tal vez en sus mo-
mentos más tristes, su famoso Deraiers mo-
ments de Leonardo de Vinci, que vimos en la.
seccion francesa de pintura en la Exposicion
de Paris en 1889.
Presentóse en 1833 por primera vez al Sa-
lon de los Campos Elíseos, y obtuvo una
medalla de segunda clase. Hasta su muerte
continuo concurriendo cada ano, pero sin as-
pirar á mayores premios pues había sido de-
clara do fuera de concurso.
Uno de sus cuadros más apreciados era
Charlemagne dictant scs Capillilaires, que
pertenecio al Consejo de Estado, y desapa-
recio entre las llamas de los pavorosos incen-
diosde1871.
Anotaremos su delicado gusto de coleccio-
nionista; poseía algo de todas las escuelas.
Los alemanes le hicieron proposiciones tenta-
doras por su coleccion; el artista las rechazo,
como todas las que á su estudio llegaron,
pues argumentaba que con su renta podía
vivir con desahogo; que el gozaba en sus
momentos de triste melancolia, viendo, al
humo de su pipa, los cuadros que poseia. Es
la expresion y el placer de un espiritu ro-
mántico. Y agregaba que legaria su valiosa
coleccion, como carinoso homenaje de agra-
decimiento á su pais, al Museo del Louvre;
y así lo establecio en su testamento.

* *

Con la muerte de Augusto Burdeau, Pre-


sidente de la Cámara de Diputados, la Fran-
cia republicana ha perdido una de sus claras
inteligencias, uno de sus hombres más dis-
tinguidos.
La democracia pierde en Burdeau uno de
sus apóstoles más sobresalientes que unía a
la energía del acero y al talento claro y frio,
la delicadeza de un gran corazon. Era una
de las figuras más simpaticas de la actuali-
dad, y una gran fuerza en el movimiento re-
publicano. Poseia un espiritu templado al
fuego de los combates parlamentarios, y des-
tinado para efectuar radicales reformas en la
legislacion francesa actual y en las prácticas
repu b licano-democraticas.
|?
Le muerte le sorprendio en medio de la
jllucha, en medio de su poderosa iniciativa re-
)lformadora.
i Su vida, desde los primeros anos, tiene pa-
laajes tiernos, distinguidos y bellos que le des-
::tacan, entre sus contemporáneos, como un
[Ievado espiritu.
Cuando nacio en la ciudad de Lyon, el
iiio de septiembre de 185I, su padre hacÎa un
mes que había muerto. Su madre fué una
numilde y pobre mujer del pueblo, que de-
oido á prodigios de orden y de economias
)Ogr6, con los 3o centavos de salario diario
l[lue ganaba en una manufactura, alimentar
i las cuatro criaturillas que Dios le había
;Hado; no tenían maujares, pero si pan negro
ioara no morir de hambre. En medio de ese
j:uadro triste y miserable, en una buhardilla
ltbscura y sin aire, en la desesperacion del
Hegro pan que a veces tardaba, levantóse Au-
Justo Burdeau, cuya muerte lamenta hoy la
Republica y la Francia toda. Fué una virtud,
una inteligencia, un carácter.
Desde que llego á la escuela se hizo simpá-
tico á sus profesores, por 1o estudioso y do-
cil, y más por lo despejado de su inteligencia.
El miserable presupuesto de la infeliz madre
no permitía el gasto de una luz, de suerte
que el joven escolar tenía que acostarse en el
suelo para leer sus libros y estudiar sus lec-
ciones al reflejo de la luz de la chimenea, du-
rante las largas y tristes tardes de invierno.
Diez anos tenÍa cuando se vió forzado á de-
jar la escuela para ir al taller en busca de
unos cuantos centavos para ayudar al soste-
nimiento del hogar. El tra bajo no le impedia
el estudio. Uno de sus parientes, de algunos
recursos, creyó notar en este joven — y no se
equivoco — el indicio de una inteligencia de
gran porvenir, y ofreciole dar lo que ganaba
en el taller a la condicion de que siguiera los
estudios, y le hizo entrar en el Lycée de Lyon.
En este camino hubode pensar, animado por
un noble sentimiento, en su pobre madre, y

para ayudarla;
creyó que era indigno de un hijo no trabajar
entonces se dio á repetir a
sus camaradas las lecciones que aprendia,
así ganaba algunos francos que hacia llegar á
!
su familia. j Noble corazon
La ayuda de su pariente le proporcionolos
medios de venir á Paris para entrar en el
LvceeSaintc-Barbe, donde en 1870obtuvo,
en el concurso general de filosofia, el premio
de honor.
Empezada la guerra franco-alemana, tomó
[ las armas para defender la Patria. Herido en

) el combate de Villersexell
fue hecho prisio-
1 nero.
Después de varias tentativas logro es-
> caparse en medio de grandes peligros. En
1
premio de esta heroica conducta, el Gobierno,
j por medio del ministro Jules Simon, puso en
2 su
pecho la Cruzde Honor.
Hijo del pueblo no podía traicionar su hu-
1 milde origen : Gambetta y Paul-Bert le en-

Dcontraron en las filas republicanas. Termi-


inada la guerra y hasta 1881 se dedico á la
aenseiianza. Es en este ultimo ano, puede de-

I pública..
^cirse, que empieza su rapida y brillante vida
- -
En el mes de noviembre de 1881, fué nom-
bradosecretario de Paul-Bert, Ministro de
Instruccion Publica. En 1885, después de
rudo combate electoral, fué elegido diputado
por el departamento del Rodano, siendo ree-
lecto en 1889 y 1893. En el gabinete Loubet-
Ribot, desempeno elMinisterio de laMarina,
v en el de Casimir Perier, el deFinanzas.
Nombrado Casimir Perier, Presidente de
la Republica francesa, Burdeau le reemplazó :

en la Presidencia de la Cámara, en cuyo


puesto le ha sorprendido la muerte, cuando
la Francia fijaba en el tan bellas y nobles
esperanzas. i

jMuere pobre, muy pobre. Hombre de una 0

gran rectitud no entró en ninguna especula- ;


cion, en que pudiera ayudarle su influencia ;
oficial, sobre todo cuando desempeno la car-
terà de Finanzas, donde la ocasion se pre-
sento propicia para levantar fortuna, al efec- !

tuarse la conversión al 3 1/2 o o de la Renta 1


francesa. Sus enemigos le llamaban millo- i
nario. 1
Su última preocupacion fué el incierto por-
venir de su viuda y de sus hijos; no les de-
jaba para ampararlos de la miseria. El Go-
bierno francés, en vista de la triste situacion
financiera de esta familia, presento á la Cá-
mara un proyecto, que fué aceptado, decre-
tándole una pensionanual de 12,000francos,
al igual de lo que se hizo con la familia de
Paul-Bert, cuando murio en el Tonquin, vic-
tima del mortifero clima, en medio del campo
de la ciencia y del deber cumplido.

*
* i:

El dia 19 del corriente tuvo efecto la elec-


cion para Presidente de la Cámara, habiendo
sido electo Henri Brisson, en oposicion de
Meline. Los otros dos candidatos, Ribot y
Felix Faure, retiraron desde un principio sus
candidaturas.
Dos agrupaciones se disputaron el triunfo,
y con ello el predominio de sus ideales en el
Parlamento francés. Veamos : Henri Bris-
son, es diputado por Paris,jefe de los radi-
cales y defensor del librecambio; Meline,
es diputado por los Vosges, encarnando la
politica moderada y el proteccionismo.
La mayoría obtenida por Brisson fué ab-
soluta, ydeclarado el resultadodel escrutinio
fué saludado con vitores y aplausos porla
izquierda y extrema izquierda; el centro,
como era natural, guardo silencio; en la de-
recha, donde estaba Faberon, gritaron :
!
i Viva et socialismo
Meline tenia un grandeinconveniente. Ha-
j

biendo sido en otra ocasion Presidente de la


Camara,dejo ingratos recuerdos en el animo j
de la opinion pública, pues se le acusa de no
haber estado a la altura de la situacion en
que se encontraba, de falta de energia, de au- j
toridad y de la sangre fria necesaria para
cumplir el dificil encargo que le confiaran
sus colegas. No así Brisson que, no obstante
su carácter grave y triste, tiene unagrande
autoridad, de manera tal, que los adversarios
de la politica radical consideran su eleccion
como peligrosa para la estabilidad del actual
Gobierno.
Su discurso inaugural ha sido muy bien
recibido. Termina pidiendo la concentracion
republicana en estas frases : Los progresos
de la Republica, desde hace treinta aJÌos, se
deben precisamente d lalibertadde discusiúll,
ytambien d la union, en las cuestiones tras-
cendentalcs, de todns los republicanos; la
lIJlÙJJl, para COJlservar las posiciones
no es
adquiridas, sino para seguir haciael porve-
nir. Esta ag-rupacion de todaslasfuerzas
republicanas en un esfuerzo comun ha dado
en los JJwmeJltos dificiles y dard siempre la
confianza d la Francia democrJtica. Este
aciterdo serasiempre fecundo.
Henri Brisson nacio en Bourges en 1835.
En i860 fue nombrado diputado por Paris.
En 1871 formo parte de la Asamblea Nacio-
nal teniéndo la misma representación, y desde
este entonces ha mantenido su puesto en la
Camara. Vice presidente de ella en 1881,
a
sucedio Gambetta en la Presidencia. En
1885, con motivo de la caída del Ministerio
Ferry, fué nombrado Presidente del Consejo
de ministros. Tres veces ha sido candidato a
la Presidencia de la Republica francesa : con-
tra Grevy, contra Carnot y contra Casimir
Perier. Fué Presidente de la celebre Comi-
sion para el estudio de los escandalos de Pa-
nama.
Henri Brisson, dice un notable publicista,
evoca la figura de aq uellos célebres hombres
de la Reforma, que eran a la vez soldados,
iflosofos y apostoles.

>.: .:

A fines del pasado octubre anuncio el pe-


riodico IJEclair que un grave escindalo se
presentaba en las oficinas del Ministerio de
la Guerra, y tan grave que habia motivado
la detencion del capitan Dreyfus, acusado de
traicion a la Patria. En efecto, el dia i5 del
referido mes fué arrestado dicho oficial. El
Gobierno y la familia habian tenido el mayor
cuidado en que tan alarmante suceso fuese
ignorado, hasta su debida oportunidad, de la
opinion pública; pero revelado el secreto por
un diario, que todo lo escudrinan, averiguan
y revelan, el asunto se hizo publico y cada
cual se crcyÚ en posesion del verdadero mo-
tivo que hubiera ocasionado acto tan enér-
gico como inesperado de parte de la autori-
dad militar; y en este sentido hemos estado
viendo diariamente en los diarios, aun en los
más serios, infinidad de cuentos, anécdotas,
cartas y escritos sobre suposiciones mil; pero
la verdad, la estricta verdad ha quedado se-
creta, y solo se ha podido precisar que el ca-
pitan Dreyfus, revelo al extranjero — asegu-
rase a la Alemania — puntos secretos de la
movilizacion del ejército, de la defensa nacio-
nal y de la estrategia de las plazas militares.
Sometido a ser juzgado por el primer Con-
sejo de Guerra de Paris, los debates fueron
secretos y con la mayor rigidez, y nada abso-
lutamente ha podido traslucirse. Los debates
duraron tres dias, efectuándose en la prision
militar de Cherche-Midi.
Et dia 22 del corriente, á las siete de la
tarde, tuvo lugar el veredicto del Consejo de
Guerra, que declara :

I
En nombre del pueblo frances se condena
alllamado Alfredo Dreyfus,a destierro d
vida en un lugar fortiJieado, y d la degra-
daeión militar.

Comprobada la traicion de Dreyfus, el es-


piritu de los jueces fue de condenarlo á
muerte, pero el representante del Gobierno
hizo observar que el articulo 5° de la Consti-
tución de 1848, y el articulo 113 del Codigo
de Justicia militar, prohiben la pella de
muerte en los asuntos de politica.
Según las leyes militares francesas el con-
denado no debeestar presente en el momento
que se lee públicamente el veredicto del Con-
sejo de Guerra, asi que a Dreyfus se le ley6
la sentencia solo en la presencia de la guar-
diaque lo custodiaba y del oficial de faccion.
En el momento de la lectura las guardias
presentaron las armas.
Dreyfus oyó la sentencia con la serenidad
del militar, pero no pudo retener dos lagri-
mas que cayeron de sus ojos, provocadas sin
duda por la dura impresion que recibiera su
espiritu. Su abatimiento ha sido profundo, y
solo se ha logrado, como total alimento dia-
rio, que acepte una taza de caldo.
Muchos dolores le faltan todavia; momen-
tos terribles, espantosos, ante los cuales re-
vélase la dignidad del hombre; y luego, el
trance supremo de separarse para siempre,
no obstante vivir, de la esposa y de los pe-
quenuelos del alma, de la tierra querida, de
los amigos, de todo en fin, para ir á llevar,
después de usar la espada del oficial francés,
la vida solitaria y triste, del presidiario en la
Guayana. ;Es el castigo que el pueblo im-
pone á los hombres sin honor que venden la
Patria por unas cuantas monedas de cobre !
Antes de la partida para la Guayana, Drey-
fus sera degradado militarmente. Este acto,
tan imponente como terrible, tendrá lugar
en Paris.
Hace algunos anos la degradacion militar
tenia efecto en el Campo de Marte; pero
desde 1886, es en el patio principal de la
Escuela militar donde se efectúa tan grave
ceremonia.
A la hora reglamentaria, todas las tropas
de la guarnicion de Paris designadas para to-
mar parte, se reuniran en ellugar que deter-
mine la autoridad militar, y se formarán en
cuadro. En el centro estará el oficial general
delegado del general Saussier, Gobernador
militar de Paris. Cuando el capitán Dreyfus
llegue al centro del cuadro, el comandante
de las tropas mandara tocar los tambores y
cornetas, acompanados de las musicas mili-
tares, y luego se leerá la sentencia. Termi-
nada esta formalidad, el comandante, de
acuerdo con elarticulo 190 del Codigo de
Justicia Militar, le dira :
DreJus, sois indignode llevar las armas;
ellllombre del pueblo francés os degradamos.
!
Entonces un ayudante se acercará al con-
) denado, Ie sacara la espada del forro, y rom-
I piéndola tirara los pedazos al suelo, y luego
1 le arrancará las presillas, gal ones, bordados,
1
números y botones que arrojará por tierra.
:
2 No tendrá el valor del soldado para arro-
i jarse sobre las filas para que una bayoneta le
?
parta el corazon
Despojado de los ornamentos militares,
tendra que pasar frente á las tropas, para ser
entregado, ya como civil, a los gendarmes
que le habrán de conducir á la prision ordi-
naria.
CARNOT ;
iAl fin ganaron los anarquistas una bata-
! jEllos están deplácemes
1la

j
! Pero el mundo
entero esta de duelo. Ancha faja de crespon
cubre tristemente la fachada del Palacio de
Gobierno de todas las naciones !

Carnot, al caer mortalmente herido por el


punal de Caserio, ha conquistado la inmor-
talidad! Murio como el soldado en el campo
de batalla, envuelto en el iris de la Patria.
El cuchillo de Caserio mato a un hombre,
representante de un pueblo glorioso; hirio en
el corazon a la Patria francesa, pero la Re-
pública se sal vo, y, en medio del panico y del
desconcierto, levantase, aun más grande to-
davia ante el mundo y ante la historia. La !
Europa entera se estremecio de horror á la
sTatal noticia y, en un
dtuosas cubrieron el :
momento nubes tempes-
horizonte europeo
tiitaliano había matado al Presidente de la Re-
un

qpublica francesa, y el pueblo francés, lleno


ade colera, gritó: jnluera ltalia! y en un mo-
lmento, digo, parecio romper la linea de la
Ifrontera para vengar en Roma la muerte de
2su integro Presidente. Pero Italia, rapida
) como el viento, conj ura la tempestad, rene-
gando del hijo y dejando caer sobre su frente
Ila maldicion de un pueblo; Crispi declara
) ante el mundo, que el asesino de
Carnot NO
[ ES ITALIANO, porque
los anarquistas no tienen
patria; y la Cámara de Diputados levanta la
s-
sesion en senal de duelo, y el pueblo mani-
fiesta en las calles y en la plaza publica sus
simpatias por el pueblo francés en tan tristes
momentos; el reyHumberto declara duelo
publico la muerte de Carnot, y en fin, Italia
entera se une á Francia y llora con ella su

dos en Solferino y en Magenta -


tremenda desgracia. Los pueblos hermana-
y luego ale-
iados — se acercan hoy y se abrazan carino-
samente ante la tumba del Presidente ilustre.
j
La escultural figura de Carnot ha veni-
do á delinearse en todas sus bellas y armo-
nicas proporciones, al caer por tierra, victi-
ma del purial de un miserable! Carnot llega
al Elíseo encontrando la Francia completa-
mente dividida — habia acabado de dividirse
y subdividirse con motivo de la renuncia de
-
Grevy. Ardua y delicada tarea la de atraer-
se, para unirlas, las diferentes fracciones;
unirlas era, ademas de un deber politico para
buscar la unidad republicana sobre cuya base
debia descansar el Gobierno, un deber de pa-
triotismo para salvar la bandera de la Repu-
blica, amenazada de muerte por Boulanger—
caudillo estupido de la monarquía que probo
era un ignorante pretencioso dándose muerte
cobardemente en la tumba de unameretriz—
Carnot obtuvo la concentracion repu blicana;
y la batalla librada rudamcnte por todos los
monarquicos en Francia, fué ganadavictorio-
samente por la Republica. Triunfo debido al
tacto de Carnot.
En 1889, tenia lugar en Francia la celebra-
cion del primer centenario de la Revolución
Francesa — que parte del día historico en
que los Estados Generales se declararon in-
dependientes en Versalles, y donde la voz de
Mirabeau repercutio como trueno de liber-
tad en el corazon del mundo. El Gobierno
frances, para celebrar dias tan grandiosos,
cuya trascendencia hirio la frente de los reyes
é ilumino el camino de la libertad y de la
republica universal, decretó una Exposicion
Universal. Las monarquías no podian aso-
ciarse a la Francia para celebrar la proclama-
cion de la Republica, mucho menos al tratar-
se de una fecha que marca, entre girones de
carne, de odio, de venganza y de exterminio,
la caida de la cabeza de Luis Capeto y de su
esposa, aquella desgraciada Maria Antonieta,
— unico espiritu varonil en el trágico 10de
agosto — y cuya memoria no puede recor-
darse sin dejar ver en el corazón la tristeza
de aquellos dias, marcados en la historia con
letras de sangre sobre un fondo de fuego. j La
libertad debia nacer entre los charcos de san-
gre de una guillotina regicida! Deciamos que
las monarquias se negaron á concurrir á la
Exposicion, y sin embargo, todas concurrie-
ron á la Cindad del Progreso, y muchas dis-
putaron á la Francia la palma del triunfo en
los adelantos de la ciencia, de la industria y
de las artes. Pues bien, fué Carnot quién,
desplegando toda su actividad diplomática,
obtuvo de los reyes y de los emperadores
que dejasen concurrir sus respecti vos países
á la Exposicion. Y el exito fué espléndido;
y Francia, á los veinte anos de vencida en
Sedan, se presentaba más grande, más fuerte
y más rica.
Hace apenas un ano que le vimos obtener
un gran triunfo internacional europeo. Nos
referimos á la visita hecha por la Escuadra
Rusa del Mediterráneo á la Francia. La Ru-
sia devolvía la visita de la Escuadra Francesa
del Norte, á Cronstad. Fué el Presidente-
ciudadano quien llevó a feliz termino la union
-
cjelos dos pueblos unión sobre la cual des-
) cansa la paz europea. Cuando los marinos
T rusos
entraban en Paris, la Triple Alianza
1 temblaba, porque no veía la
Francia aislada,
J
defendiendose sola de las intrigas de las Cor-
t tes, sino la miraba dándose la mano con
[ Rusia, para cumplir 10s grandes deberes que
f habra de imponerle el porvenir en 10s com-

< bates por la libertad. La union franco-rusa


> es el hecho más trascendental que puedeano-
r tarse en la politica europea. Observemos que
son dos nacionesdetendencias completamen-
te antag('»nicas — en la una impera el César
absoluto y en la otra la República en la ley
— y, no obstante, se unen por propia conser-
vacion, asegurando la paz con:inental. Las
alianzas no las hacen hov los pueblos para
hacerse poderosos y destruír a los contrarios,
no; las hacen con un fin filosofico que les
conduce a hacerse fuertes para imponer la
paz y seguir tranquilos el camino del progre-
so eterno de los pueblos.
Y el hombre que había conquistado tantos
laureles en el campo de la paz, levantando á
la Francia a una grande altura; el hombre
que no hizo mal a ningun hombre, y a todo
el que pudo hizo bien, es asesinado cobarde-
mente cuando recorria, aclamado por cl pue-
blo, la carrera triunfal que le había preparado
la ciudad de Lyon. No se trata de la muerte
de un emperador, cuyo nombre y cuyo des-
potismo pesara sobre el pueblo; ni se trata
de un general cuya espada hubiera cambiado
las fronteras de las naciones; ni del conq uis-
tador que impone su religion y su idioma a
10s vencidos que ata a su carro de tri unfos;
no, se trata de un justo, de un ciudadano in-
tegro, de un magistrado modelo, que tuvo
siempre como doctrina de su gobierno, el
cumplimiento estricto del deber — sin haber
llegado jamás a apartarse ni un punto del ca-
mino que el honor le marcara como hombre
y como magistrado. Dejó el poder sin que sus
manos se hubieran manchado con el pecula-
do, y era sabido de sus intimos que estaba
resuelto a no dejar presentar su candidatura
para ser reelegido — y decia, interpretando
patrioticamente un punto de derecho consti-
tucional, que era verdad que la Constitucion
permitia la reeleccion, pero que el principio
republicano imponia a los hombres de honor
el deber de trabajar por la alternabilidad de-
mocratica, unica gran fórmula gubernamen-
tal para sostener en los pueblos el amor á la
república liberal.
Charles Dupuy dijo, en su discurso del
Panteon, que Lázaro Carnot había sido el
organizador de la victoria, y Sadi Carnot el
organizador de la paz. Nunca se encontraron,
a traves del tiempo, dos miembros de una
misma familia, representando dos ideas an-
tagonicas: el uno la guerra, el otro la paz;
ambos la omnipotencia y la gloria de la
Francia.
Carnot ha sido conducido al templo de los
inmortalcs de la Patria francesa,en hombros
de todos los pueblos de la tierra. Su duelo
puededecirse, fue universal. El pabellon de
la Francia cubria la urna, simbolizando asi,
y de manera espléndida, que la nacion entera
cobijaba con amor el cuerpo del que la repre-
sentó con honra y gloria en el interior y en
el exterior. Todos los partidos con todas

sus sectas — estaban alli unidos, haciendo
justicia al ilustre muerto, que debía tcner por
séquito glorioso el mundo entero, represen-
tado en las cruces, palmas, ramilletes y coro-
nas que — conducidas en multitud de argen-
tados carros — habian sido ofrend ad as por
la Francia entera, por la Italia y la Rusia,
por la Inglaterra y la Alemania, por la Gre-
cia, la Turquía y el Japon, por Mejico y Ve-
nezuela, los EstadosUnidos y la Argentina;
representantes mudos y sublimes de los reyes
y emperadores, de la Republica y las demo-
cracias, de las mujeres y de esos sencillos y
nobles hijos del pueblo, a quienes nosotros
vimos dejando caer carinosamente de sus as-
peras manos, sobre el catafalco va adornado
con las ofrendas de los grandes de la tierra,
modestos ramilletes que traían desde lejos,
formados de bellas y olorosas flores recogidas
en los campos.
:
Sobre el mármol de la tumba habrá de
grabarse el lema de los polilecnicos Pour
la Science, pour la Patrie et pour la Gloire.
Tiene derecho a ello quien llevo al cinto la
espada del poIitécnico, cumpliendo con honra
la grandiosa divisa de la escuela donde se
formo.
El Gobierno francés, al despedirle para
siempre en nombre de la Francia, inclino so-
bre elsepulcro el enlutado estandarte de la
Patria.
HENRI ROCHEFORT

A1 fin regreso al seno siempre amado de la


Patria el célebre Director de L'Infransigeant.
El pueblo de Paris vistio sus galas para reci-
birle, cual si fuera una de aquellas persona-
lidades sobresalientes que en la vida de las
naciones marcan dias gloriosos 6 trascenden-

Rochefort no pertenece a esos hombres ;


tales para lasevoluciones de la libertad; mas
es,
si, uno de esos falsos astros que seducen á las
multitudes en los momentos de decaimiento
de las sociedades,dedisolucion de lospueblos,
de agotamiento en las fuerzas públicas 6 bien
en las tempestades terribles de la anarquia.
El socialismono puede vivir sinoen el calen-
turiento cerebro de los agitadores de los pue-
blos, ya sea en Francia como en Inglaterra,
va en Alemania como en la America del Nor-
te. Es el cáncer que mina amenazando la
existencia de la sociedad moderna. No ade-
lantemos ideas, que cada asunto tiene su pues-
to en las cuartillas que vamos escribiendo.
Henri Rochefort nacio en Paris el 3o de
Junio de I1-Uo, haciendo sus estudios en el
Lieco San Luis;sus profesores le calificaron
de grandc inteligencia pero de poco juieio;
el mismo lo confiesa así en sus Memorias.
Sus primeras inclinaciones fueron por la me-
dicina, como si hubiera querido estudiar en
el organismo del hombre las leyes que rigen
el organismo politico de las sociedades. Su
estado nervioso le hizo cambiar de rumbos.
Se enfermaba en la diaria visita al hospital,y
llegaba a su cuarto de estudiante creyendo
sentir los síntomas de la enfermedad que en
la manana diagnosticara el profesor en la cama
del enfermo. Nunca pudo presenciar una ope-

los cuchillos caia desvanecido


horrorizaba.
;
racion quirúrgica; a la vista de la sangre y de
el cuadro le
Referente a estos estudios medicos y a su
destino,ha dicho el mismo Rochefort en una
carta al Director de la CroniqueMe'dicalc
Il est certain que ma nature m'aurait
:
«

» porté
à la médecine. J'ai toujours eu l'es-
a
prit plutôt exact et disposé à procéder par
»
induction et raisonnement. Mais comme a
»
dit Victor Hugo:

Tandis que d'année en année


Nous nous perdons en tristes voeux,
Le souffle de la destinée
Frissonne à travers nos cheveux. »

El instinto le llamaba a la medicina, y e1


destino le condujo de la mano a las luchas
políticas del periodismo, a la ardiente lucha
delas ideas.
Abandona los estudios médicos en medio
de la mayor pobreza; busca trabajo y no en-
cuentra, y solo pudo proporcionarse dos dis-
cipulos para prepararlos al bachillerato, ob-
teniendo 80 francos mensuales como remu-
neracion por las dos clases. Con. esta suma
se arreglaba para llevar la vida en el Barrio
Latino, en el cuarto de una buhardilla. Su
padre le consigue un puesto de escribiente en
de
laMunicipalidadconelsueldo 100 francos
al mes, entrando a ocu parlo el .° de enero
de 185r, esto es, a sus veintiun aiios. Dicen
las cronicas que lleno mal este empleo, pues
gastaba el tiempo borroneandopapel para
presentarse en el teatro y en el periodismo.
En los archivos del Odeon se encuentran sus
primeros estudios de este género. En 185(5
sube su primer drama a las tablas de Folies
Dramatiques; a fines del mismo ario presen-
tose con el Charivari, levantando olas tumul-
tuosas en los bulevares. Desde entonces em-
pezo Rochefort a hacerse conocer en el mun-
do de las letras.
En 1867 funda La Lanterne, y tres anos
más tarde aparece de nuevo al frente de
L'Intransigeant, diario de campana, de lu-
cha, de combate diario cuerpo a cuerpo, de
resistencia terrible, de manera tal, que ha po-
dido sostenerse en medio de las tempestades
politicas que se han desencadenado en estos
últimos veintisiete aiios sobre la tierra de
Francia.
Rochefort ha entrado por la violencia de
su pluma en esa categoria de personajes pa-
risienses tan conocidos, tan profundamente
grabados en el corazon del pueblo, tan vul-
garizados por la leyenda, por la historia, por
la injuria, laapoteosis y la caricatura: que no
pueden vivirsinoen Paris, en el fragor de 10s
bulevares, en la mesilla del café y entre los
bastidores de la Opera, gozando en las curvas
que describen las bailarinas en el aire con su
pie calzado de blanco raso.

* :
Hereda de su padre el titulo de Conde, y
rompe estos viejos y empolvados pergaminos
para ponerse al nivel de las democracias y
proclamar desde las columnas de su periodico
las doctrinas del socialismo.
Inscribese bajo- la bandera que flameara en
la plaza misma de la Opera el General Boulan-
ger, y abre una vigorosa cam pana que ter-
mino tristemente con la muerte del fantastico

- -
caudillo sobre la tumba de su amada en el
Cementerio de Ixelles Bruselas y donde

:
[.un se lee en el mármol la inscripcion que
hiciera grabar Marguerite! bientot je serai
avec toil
Aun están frescos los recuerdos del bou-
langismo. En el momento critico se huye el
General; algunos de sus companeros le si-
guen y otros le dan la espalda acusandole de
cobarde. Rochefort fué desterrado y tomó el
camino de la Inglaterra, la tierra hospitala-
ria delproscrito, como lallamo Victor Hugo
en un momento de nostalgia en las playas de
Jersev.
El Director estaba ausente, pero el perio-
dico se sostenia fuerte y vigoroso, publicando
diariamente, durante seis años, el articulo
cuotidiano que desde Londres remitia el pros-
crito. jQuearticulos! jDestilaban sangre,
destilaban hiel! Fué terrible con Carnot, el
Presidente martir, y con los hombres de su
Gobierno; las palabras de la difamacion, el
insulto y la calumnia, agotáronse para con
Constans, cerebro luminoso y brazo de hierro,
quizas en la actualidad unico capaz de des-
truír en Francia la situacion anarquica que la
viene devorando lentamente. Debo confe-
sarlo, UIntransigeant se me cayó muchas
veces de la mano alleer escritos que sólo hu-
biera producido la pluma de Satanas. El es-
t
tilo era chocante, sucio.
Al fin llegó el día de las sublimes amnis-
tias. El Gobierno de Félix Faure, surgido por
la inesperada y violenta renuncia de Casimir
Perier, abrio, al inaugurarse, las puertas de
la Patria á todos los proscritos y suspendio
los juicios que corrian en los tribunales de
justicia por delitos políticos. El proscrito de
j

hacia seis anos iba á regresar a su Paris que-


rido para pasearse desde la Magdalena hasta
la Puerta San Martin y respirar ese aire en-
cantador y voluptuoso de los bulevares!;Ya
estaba cansado de las neblinas londinensas!
El horrible spleen inglés le consumia, y eso
quizas en mucho influía, en sus momentos
nostálgicos, para esas cuartillas virulentas
que publicaba su periodico en Paris.
Rochefort abandona el sabado 2 de Febre-
ro su residencia de Clarence-Terrace. Multi-
tud de amigos le esperaban en Charing-Cross.
La alegria del proscrito en este momento de
partida era inmensa, parecía rejuvenecido; la
cana cabellera, sobre la cual tantas veces ha-
bía nevado, ondulabaseconmas soltura, co-
mo si todo hubiera querido unirse para feste-
jar su regreso al solar nativo. En el instante
de subir al carruaje, un pilluelo le implora
unpenny, y Rochefort le da una libra ester-
j
lina; pensad la alegria de aquel infeliz aca-
riciando por primera vez, y tal vez por ulti-
ma de su vida, una moneda de oro! El co-
chero que le condujo á la estacion no quiso
recibir paga alguna, pues argumentó encon-
trarse orgulloso de haber tenido ocasion de
conocer á Rochefollevandole en su coche.
El frio estaba picante; el termómetro cen-
tigrado marcaba o°i 8. El canal, tempestuo-
so, parecía no ser sino una sola ola dispuesta
a barrerlo todo. Rochefort sube al Eoam, y
desde cntonces no abandona el puente; no
queria perder un instante de impresiones, y
deseaba, el primero, ver en el horizonte las
sombras de la tierra.
Al pisar el muelle cae en brazos de sus in-

:
timos, de sus companeros de causa, de sus
amigos de siempre Ayrud-Degeorge, Vau-
ghan, Vervoot, Philippe Dubois, Giffauld y
Olivier Pain. El pueblo, que llenaba los mue-
lles y las calles y plazas cercanas, le victoreo
con entusiasmo. El Eliseo de Calais organizo
en su honor una brillante velada. Advertire-
mos que Calais es un distrito minero, de con-
siguiente poblado de obreros que profesan el
socialismo. Rochefort es Presidente Honora-
rio de muchos Sindicatos de estas agrupa-
ciones.
Al siguiente dia, en la manana, tomo el
expreso para Paris.
La multitud tomo posesion de la estacion
del Norte. La rue Lafayette estaba intransi-
table; las grad as de San Vicente de Paul fue-
ron tomadas de asalto; el tráfico suspendido;
casi todos los cocheros alli congregados agi-
taban en el aire el fuete y el sombrero de
huie. No habia menos de cien mil personas.
Llegaba el gran de hombre de los cocheros,
su defensor constante, — natural se hacía lo
recibieran como en triunfo ruidoso.
Por todas las calles vendian el retrato del
proscrito, con su autografo al pie. Le retour
du grand proscrit se cantaba por doquiera.
Multitud de canciones concernientes al héroe
del día se cantaban y se ofrecian en venta en
toda la carrera. Veamos. Con el aire del
Barbari se celebra la llegada de Rochefort, y
:
dice

Ils voulaient qu'il crève à London,


La faridondaine
La faridondon.

-
Otra expresa la gratitud de los democratas
por la medida tomada :
C'est roublard pour un président,
D' faire voter l'amnistie
L' p' tit tanneur, assurément,
Gob' la démocratie.
Aussi les proscrits l'acclameront
La faridondaine
La faridondon
Quand ils rentreront dans Paris.

Maurice Barres, acompanado de la redac-


cion de La Coccirde, fué el primer periodista
que llego a la estacion. Llevaba en el ojal de
la levita el clavel rojo del boulangismo y co-
lor de la sociale. Nadiemas lo llevo. En nin-
guna parte se vendia. Lainsignia decom bate
de otros días estaba rota en la conciencia
popular; Barrés hubiera podido cantar con
Souher:

J'ai laissé de mon sein de neige


Tomber un oeillet rouge.

El aspecto de la estacion del Norte era ver-


daderamente fantastico. La gente había roto
el cordon de policias, ganando las locomoto-
ras, los vagones, coches y carros, el techo,
los arcos y todo, en fin, donde existia un lu-
gar en alto que permitiese ver al proscrito á
su llegada. El pueblo le toma en el vagon
para llevarle en hombros hasta el carruaje,
cuyos caballos en la rue Dunkerque marchan
con dificultad, tal es el apinamiento de la
multitud.
Rochefort estaba solemne en medio de
aquella apoteosis popular. En las lineas de
la fisonorrria se percibia su estado nervioso;
rie, saluda con la enguantada mano, con el

;
sombrero; sus labios quieren articular algu-
nas frases, pero la excitacion lo impide sólo
le es permitidollevar la mano al corazón para
expresar su gratitud. El pueblo cantaba en
toda la carrera una cancion del boulan-
gismo:
C'est Rochefort, Roch'fort, Rochefo. re,
C'est Rochefort qu'il nous faut.

Al fin llegó a la rue Montmartre para su-


bir las gradas de L'Intransigeant, don de le
esperaba todo el personal. El pueblo conti-
nuo aclamandolo como si no quisiera des-
prenderse del héroe del día para seguir aque-
11a fìesta de calles tan caracteristica del po-

pulacho parisiense.
EMILE ZOLA

La ultima palpitacion del movimiento


Iiterario ha sido la derrota sufrida por la
escuela realista de Zola en el templo de los
Inmortales. La escuela zolacista ha per-
dido terreno en lugar de ganarlo, en el
animo de los hombres que representan las
letras y las ciencias francesas.
Anotemos los hechos.
La Academia Francesa procedió el día
3o de mayo del año corriente, á la eleccion
de dos miembros, para llenar los sillones
dejados vacantes por la muerte de Hippolyte
Taine y de Maxime Du Camp. Para el sillon

;
de Taine se presentaron : Albert Sorel, Emile
Montegut y Emile Zola y Paul Bourget,
1
Jean Aicard, Emile Zola, para el sillon de
Maxime Du Camp.
'Albert Sorel fué elegido para ocupar el ,
sillon de Taine. Tuvo 19 votos contra i3 que
obtuvo Emile Montegut. En el escrutinio 1

resultó un boletin en blanco. j

Para sJ sillon de Maxime Du Camp, fué


elegido Paul Bourget, que en la concreta-
cion del escrutinio obtuvo 19 votos contra
14 acord ados á Emile Deschanel.
Habrase observado que Zola presentó su ,
j
candidatura en las dos elecciones, y no llegó
á obtener un solo voto. Recordamos que
cuando la eleccion de Pierre Loti, Zola
obtuvo 3 votos, que forma ban ya una base r
para luchar las subsiguientes elecciones, y i
;
hoy, ;ni un solo voto! cuando hubo bole- j
tines en blanco! Pierre Loti en su discurso -

I
de recepcion abrio una ruda campana contra
las doctrinas realistas de Zola, campana que,
sin duda alguna, ha llegado á ejercer decisiva
influencia en el animo de los inmortales que :
j
en un principio votaron para consagrar, con
da elección del maestro, la escuela realista.
ITodavia sentimos el entusiasmo que pro-
fcdujo el brillantediscurso de Loti en el
nánimo de los que amamos la literatura seria
w decente, y que, si mal avenidos con el
nmisticismo de la literatura religiosa, no que-
nmamos mirra en el altar del realismo. La es-
xuela realista no ensena nada, no funda
rmada. No es una ensenanza levantar el velo
pque piadosamente cubre la sociedad, para

-
^presentarla al mundo en todasufeadesnudez
ese es un falso principio lilosofico. La
lmano del hombre debe levantarse para cu-
ibrir con el manto de la piedad las desnudas
fformas de la sociedad, y levantarlo sería
rvolver á los tiempos primitivos en que se
fvivia la vida del salvaje sin la nocion del
jpudor y de la virtud; sería, en fin, proclamar
jen la plaza publica, el triunfo de la corrup-
tion social, es decir, el triunfo de la materia
j en sus grotescas formas.L'Argent, Nand, La
Bete Humaine, son pedazos de fango tirados
l
)
-
á la cara de la sociedad. Son libros que se
ell
leen con repugnancia, pues no dejan en
espíritu sino una gran tristeza — especie de
decaimiento de las fuerzas morales.
Nosotros, que creemos en el triunfo de la
sociedad cristiana, aplaudimos la derrota su-
frida por Zola — y gozamos en el hecho,
porque él nos demuestra que en esta nueva
Babilonia — en que a veces, en el ardor de
las pasiones, nos parece observar 1a desapa- 1

ricion de toda virtud, de todo sentimiento i


noble y grande, y levantarse, proclamando
victoria, la materia cual si fuera una fuerza
social — nos demuestra, digo, que existen
aun los principios fun damentales de la moral
filsosÓfica, y que hay hombres que defien-
den desde la alta cupula del Instituto los
fueros sacrosantos de nuestra sociedad.
Esa literatura de taberna no puede vivir
en una sociedad inteligente, culta é ilustrada.
Esa literatura no tiene derecho a desarro-
llarse sino entre los adoradores de Margarita `
Gautier, que no tienen la nocion del pudor y
de la virtud. Tiene que desaparecer como
desaparece una ulcera de las cárdenas meji-
llas de una nina candorosa y angelical.
Nosotros preguntariamos a Zola, si el de-
jaría leer sus producciones — por ejemplo, a
Nana — a su esposa y a sus hijas, y estamos
seguras que nos diria que no, si es, como
dicen sus íntimos, un hombre honrado, que
;
tiene hogar y familia; y si es asi, por que
busca que sus libros penetren al hogar
ajeno? ; Pensara acaso consolidar su reputa-
cion de escritor de ideas avanzadas desarro-
,
llando sus teorias realistas?Nosotros cree-
mos que tiene mas amor al otÌcio que a la lite-
ratura, y que se preocupa mas de su editor,
que de la moral que puedan llevar, entre las
hojas, sus libros.
Zola es un gran trabajador. Es incansable
en el estudio. Su pluma fue tajada para la
descripcion — nos describe cuadros de ma-
nera magistral, y los adorna con luces y
medias tintas bellisimas, cual si fueran sa-
n lidos de la pluma del poeta. Para describir
en La Bete Humainc, una locomotora en
marcha, fué necesarioque, en una noche de 1

invierno, cuando la nieve sepultaba les cam-


pos, hiciera un viaje allado del maquinista y
del fogonero, y con el cuaderno de viaje en la
mano tomara una por una las impresiones
que recibiera y los detalles del viaje. Como
buen francés no necesito ir a los cuarteles
para describir la vida del soldado en La De-
bdcle, pero si fue á los hospitales militares
para ver hacer una amputacion y ligar una
arteria, para pintarnos, mastarde, los cuadros
que se suceden en el campo de batalla, y el
desorden que ocasionara el panico que se j
apoderó del ejércitofrancés a la presencia de
j
10s escuadrones prusianos en e1 territorio de
,
la Francia; para escribir a Lourdes, su ultimo
libro, hizo viaje especial a la gruta, yforme
parte de las peregrinaciones — y muchas de
sus paginas están escritas bajo la impresion
que producen en el alma las oraciones del
culto. ,1

En el conjunto de sus obras es cansado,


fatigante; y cuando acabamos de leerle
aemos bostezado más de una vez, pues sus
tarraciones son infin itamente largas. A1 me-
nos esta es nuestra manera de apreciarlo.
No son libros que seducen, que cautivan y
:n cuya lectura pasamos las noches enteras
sin separarnos de la mesa de trabajo. Son
iibros quemuerenalleerse el ultimo capitulo.
LA VIDA DE JESUS

Entre los libros importantes publicados en


el año que va a terminar hemos encontradn
La vie inconnue de Jeslls Christ, por el renom-
bradopublicista ruso NicolasNotovitch. Li-
bro interesantisimo, que viene á derramai
más luz en el estudio de la vida del Hombre-
Dios. Desde luego que Jesús existio, la filo-
sofia de la historia tiene que estudiarlo como
hombre, aunque descanse sobre su frente la
celeste diadema de la divinidad. El hombre
queda en los dominios de la historia, y el
Dios, poderoso é inmortal, en el cielo esplén-
dido de lo divino.
Jesus fué el gran revolucionario espiritual
de la humanidad, y fundo la religión mas
noble, más grande y más bella, — y, según
na expresiondeRenan, — la dulce religion
liel porvenir.
No entra en nuestro propósito anotar ideas
ilosoficas sobre el espiritu de la religion cris-
iiana, sino presentar á grandes rasgos el con-
ienido dellibro que nos ocu pa, y que habrá
le llamar la atencion de los hom bres de estu-
lio, desde "que viene á resolver, 6 mejor, á
Meterminar un periodo de la vida de Jesus,
lesconocido hasta hoy por 10s historiadores.
Yeamos por partes tan preciado estudio :
Notovitch emprendio una serie de viajes
or.el Oriente, terminada que fué la guerra
tde Turquia (1877-1878). Después de viajar
por el Asia Central, por la peninsula de los
Balkanes, por el Caucaso y por la Persia, se

-
xlirigio hacia la India, con el proposito de es-
tudiar sobre el teatro mismo — los pue-
folos que la habitan, sus costumbres, la ar-
squeologia grande y misteriosa y la naturaleza
leolosal y llena de majestad de esa regionen-
icantadora.
Del Afghanistan montanosogano.la India,
A
atravesando los pintorescos pasajes de Bolan
y de Guernaï. Remonto el Indus hasta Raval
Pindi, recorrió el Pendjab — el país de 10s t;

cinco ríos — visito el templo de oro de Am-


ritsa, y se dirigio hacia Kachmyra — el valle
de la felicidad eterna — y de aquí siguio has-
ta Ladak. f
Dice Natovitch : Durante la visita que //j-
cia una vez a un convento buddlzista, situado!
recorría, supe de boca de un
en el camino que
lama(/)queenlosarchivosdeLassaexis-
s

tian memoriasmuy antiguas referentes a la jL

a de JesÛs Cristoy d la naciones del Occi-


rid
dente, y que ciertos gTandes monasterios po-
y
seian copias traduccionesdeestascronicas. ;
Fué en el monasterio Himis, situado en la )
*
ciudad de Leh, capital del Ladak, que Noto-
vitch pudo obtener del superior de los lamas ,
el permiso necesario para estudiarlos manus- !
crítos referentes a Jesus Cristo, existentes en j
la biblioteca de dicho monasterio,
J
manuscri- j

(i) Sacerdote de Buddha.


tos que fueron traducidos de la lengua thi-
beitiana y cuidadosamente anotados por No-
tovitch en su cuaderno de viaie.
En los monasterios buddhistas se prefiere
la visita de los europeos á la de los musul-
manes. Un lama se expresaba así :
— Los musulmanes no tienen ningun pun-
to de contacto con nuestra religion; en su
ultima campana victoriosa han sometido por
la fuerza una gran parte de buddhistas al is-
lamismo. Mucho habrá de costarnos traer á
estos mulsumanes, descendientes de buddhis-
tas, al camino del verdadero Dios. En cuanto
á los europeos, es por completo diferente : no
sólo profesan los principios fundamentales
del monoteismo, sino que forman parte de los
adoradores de Buddha, casi en las mismas
condiciones de los lamas que habitan el Thi-
bet mismo. La falta de los cristianos es que
despues de haber adoptado la gran doctrina.
de Buddha, se hayan completamente separa-
do de él creandose un Dalaï-Lama diferente;
sólo el nuestro ha recibido el don divino ,de
ver cara á cara la Majestad de Buddha, y po-
der servir de intermediario entre la tierra y
elcielo.
— ;Quien es ese Dalaï-Lama de los cris-
tianos? respondioleNotovitch. Nosotros te-
nemos « un hijo de Dios n, á quien dirigimos
nuestras oraciones, y á el ocurrimos para que
interceda por nosotros cerca de nuestro Dios,
unico é indivisible.
Noes de él que tratamos aqui replico
— —
ellama. Nosotros tambien respetamos al que
ustedes reconocen como hijo de un Dios
unico, pero no vemos en el un hijo único,
sino el ser excelente, el elegido entre todos.
Buddha, en efecto, se encarnó con su inteli-
gencia enla persona sagrada de Issa, que sin
emplear ni el fuego ni el hierro, fué á propa-
gar nuestra grande y verdadera religion por
todo el mundo. Quiero hablar del Dalaï-Larna
terrestre, á quien ustedes llaman el Padre de
toda la Iglesia.
Notovitch comprendio que se trataba del
Papa, y dijo :
— Usted me dice que un hijo de Buddha,
Issa, el elegido entre todos, ha difundido su
religion sobre la tierra. 2(2uién es él?
El lama abrio los ojos enormes, y como
sorprendido, murmuro de manera ininteli-
gible :
— Issa es un gran profeta, uno de los pri-
meros, después de 10s veintidos Buddhas; es
más grande que un Dalaï-Lama, porque el
constituye una parte de la espiritualidad de
Nuestro Senor. Es el el que os instruye, y el
que reconduce en el seno de Dios las almas
frivolas; que os ha hecho dignode las bonda-
des del Creador, y que ha permitido, en fin,
á cada ser, conocer el bien yel mal. Su nom-
bre y sus actos han sido anotados ennuestras
Santas Escrituras, y leyendo- su gran de exis-
tencia, pasada entre gente perdida y corrom-
pida, lloramos el horrible pecado cometido.
por los paganos, que lo asesinaron después
de torturarlo.
i
Sorprendentedeclaracion!
I. El profeta- Issa,
sus torturas .y su muerte;
nuestro Dalaï-Lamacristiano; los buddhistas
reconociendo el cristianismo; todo esto me
hacía pensar de más en más en Jesus Cristo
— dice Notovitch — y agrega que pidio á su
interprete noperder ni una sola palabra de la
conversación que tenia con ellama.
La entrevista duro todavía algún tiempo, y
Notovitch quedo pensativo reflexionando so-
bre las declaraciones del lama. ;Issa profeta
de los buddhistas! (,Y como lo habia sido:
De origen judio, vivio en la Palestina y en el
Egipto, y el Evangelio no contiene una sola
palabra, pero ni la más minima alusion, so-
bre la influencia que el buddhismo ejerciera
en la educacion de Jesús.
Dicen las memorias á que nos venimos re-
firiendo, en el v. 5, del cap. IV :

«
Un nino maravilloso nacioen la tierra de
»
Israel. Era el mismo Dios, hablando por la
»
boca de ese nino de las miserias corporales
» y
de las grandezas del alma. » Y agregan :

(t que Dios bendijo el nacimiento deesta cria-


» tura
divina, y sus padres, humildes artesa-
» nos, le dieron por nombre Issa. Desde sus
»
primeros anos empezó á hablar del Dios uni-
» co
é indivisible. De todas las tierras venian

»
á oirle, y la gente quedaba sorprendida de
»
las palabras y conceptos que salian de labios
n tan
imberbes; los israelitas todos estuvie-
» ron de acuerdo en decir que e] espiritu de
»
Dios vivia en este nino.
»
La casa de Jose se había convertido en
» sitio de
reunion de las personas ricas y no-
»
bles que deseaban tener por yerno al joven
» Issa, ya celebre por sus filosóficos discur-
» sos.
Fué en este entonces que Issa abando-
»
no la casa paterna, saliendo de Jerusalen
» con direccion al Sindt, en
compania de va-
D
rios mercaderes, con el fin de perfeccionar-
» se en
la palabradivina y estudiar las leyes
» de
los grandes Budhas. »
I
Es del caso anotar las palabras de Renan,
en su Vida de Jesús, al hablar del lenguaje
original que el Divino Maestro usaba en sus
f discursos :
| «
Su estilo no tenía nada del griego, pero
i
»

\)

»
»

»
se acercaba mucho más al de los parabo-
listas hebreos, y sobretodo en las senten-
cias de los doctores judios

» mo

de mansedum b re yel sent


» que
animaron
naciente y el
en

igualmente
budhismo,
cientes para explicar estas
— sus contem-
poráneos — tales como los leemos en el
PtrkeAboth. Era sobre todo en

esto.
laparabola
que el maestro brillaba. Nada en el judais-
le había dado el modelo de género tan
delicioso. Fue el quien lo creo. En verdad
a que se encuentran en

» es
los libros budhicos,
parábolas del mismo tono y de la misma v
hechura que las parábolas evangélicas; pero
dificil admitir que una influencia budhica
hubiera sido ejercida
imiento
el
son
El

tal
profundoi
espiritu

cristianismo;
vez
anologlas.
Renanignoraba, cuando escribio su Vida
de JesÛs, que Issa, como llaman los budhis-
tas á Jesus, hubiera estado en la India, pero
si encuentra, sin poder explicarselo, una ana-
logia sorprendente entre las parábolas evan-
gelicas y las parabolas budhicas.
» j
sufi-
j
Ya vamos á saber dondepasoJesus el pe-
riodo de su existencia comprendido de los
doce á los veintiocho 6 treinta años. Lapso de
tiempo del cual no nos hablan ni los evan-
gelios, ni el padre Didon, ni Renán —este ul-
timo dice que fué á eso de los treinta anos
que Jesus entre de lleno en sus predicaciones
— y las memorias budhicas, á que nos veni-
mos refiriendo, dicen que Issa regreso al pais
de Israel á los veintinueve anos de edad. Se
establece, como punto primordial historico,
la concordancia que existe entre el celebre
historiador de Jesus y las notas que hemos
apuntado.
Empieza el viaje de Jesus por la India.
En el curso de sus catorce anos, el joven
Issa, bendecido de Dios, vi no del Sindh y se
establecio entre los Aoyas.
La fama llevo su nombre maravilloso por
el
todo Sindh septentrional; cuando atraveso
el« pais de los cinco rios» y el Radjipoutan,
los adoradores del dios Djaine, le suplicaron
se quedase entre ellos, pero no los compla-
cio,ysiguio hacia Djagguernat, en el valle de
Orsis, donde los sacerdotes blancos de Brah-
ma le hicieron una entusiasta acogida. Leen-
senaron á leer y á comprender los Vedas (i),
á curar por medio de oraciones, a ensenar y
á explicar la Escritura Santa al pueblo y, en
fin, á expulsar del cuerpo del hombre el es-
piritu del mal.
Issa paso seis arios en Djagguernat, Rad-
jagriha, Benares y en otras ciudades santas;
todo el mundo le amaba, pues supo vivir en
paz con los veises y los Sondras á quienes en.
senaba la Escritura Santa. Nego el origen di-
vino de los vedas v de los pouranas, y dijo :
Teme d tu Dios. No le arrodilles sino ante el,
y solo a Elllevale tus ofrendas.
Y nego tambien la trimourti, y la encarna-
cion de Para-Brahma en Vischnou, Siva y
otros dioses, porque decía en sus parábo--
las :

El Juez eterno, elEspiritu eterno componen

(i) Libros sagrados de la India.


el alma única é indivisible del universe), la
cual contiene yvivifica el todo. No hay sino
y
il que hayasido creado, que exista desde
laeternidad. ycuya existencia noteuga Jin;
no tiene semejantes ni en los cielos ni en la
tierra. El Gran Creador no ha compartido
y
su poder con nadie, mucho menos con obje-
tos inanimados, porque sÔlo el es Jòdo pode-
rosa.
Y termina predicando lo que debía procla-
mar más tarde á orillas del lago, y como
base inmortal y gloriosa del cristianismo :
jAyudad a ;
i i
los pobres! Amadlos.' Soste-
i
ned los debiles! Xo hagdis mal d n..ldie.' iVO
envidies las riquezas de tu projimo!
Los sacerdotes blancos y los guerreros,
alarmados con los discursos de Issa, resolvie-
ron su muerte, y al efecto, dieron las orde-
nes necesarias. Pero el joven profeta, adver-
tido del peligro por los Sondras, dejo los al-
rededores de Djagguernar, gano la montana,
para establecerse en el pais de los Gaontami-
des, donde nacioel gran budha Cakya-Mouni,
en medio del pueblo que adora al unico y su-
blime Brahma.
Después de aprender á la perfeccion la len-
gua pali, se dio al estudio de los papeles sa-
grados de Sondras; y seis años después los
explicaba perfectamente, elegido que fué por
Budha para esparcir la palabra santa. Enton-
ces dejo el Napal y los montes Himalaya;
bajo al valle de Radjipoutan, y se dirigio
hacia el Occidente predicando á los diversos
pueblos la suprema perfeccion del hombre, y
atravesando estos paises establecio que la
adoracion de dioses visibles era contraria á
la ley natural.
Llegado que fué á Persia, los sacerdotes le
arrestaron y lo condujeron donde el Gran
Sacerdote para ser interrogado, y fué en este
interrogatorio donde Jesus se declaro profeta,
diciendo : el pueblo ha reconocido á su Padre
en el Padre de quienyo soyprofeta.
Los magos resolvieron no hacerle mal, y
en la noche, cuando todo dormia, le condu-
jeron fuera de la ciudad y le abandonaron en
el camino, pero protejido por Dios, el profeta
pudo ganar la tierra de Israel á donde llegó
á la edad de veintinueve años; y siguio, como
en la India, predicando la doctrina de las
nuevas ideas que debian fundar más tarde la
dulce religiondel cristianismo.
Issa iba de ciudad en ciudad predicando la
palabra de Dios, pero los gobernadores de
las ciudades se alarmaron con el prestigio que
levantaba el profeta en el pueblo, y resolvie-
ron acusarlo ante el gobernador principal
que residia en Jerusalén : Que un hombrella-
mado Issa habia liegado alpals, que con sus
sermones insurreccionaba elpueblo contra las
autoridades, que le oia con respeto y abando-
naba los trabajos del Estado. Entonces Pila-
to, gobernador de Jerusalen, decreto la pri-
sion del predicador Issa.
Los ancianos, constituidos en jurado, le
preguntaron :c- Quién eres liiP c'De donde vie-
nes? Nunca hemos oído hablarde ti, y hasta
1u nombre ignoramos.
Yo soy israelita, — respondió Issa, — y en
el día de mi nacimiento vi las murdlas de
Jerusalen. Mi alma se entristecio de dolor
cuando vi que mis hermanos habian olvidado -

el verdadero Dios. Nino aun abandoné la


casa de mis padres para ir á vivir en otros
pueblos. Pero habiendo oído decir que mis
hermanos sufrían terribles torturas, vine al
pais que habita mi familia, para recordar á
mis hermanos la ley de sus antepasados, que
nos ensena la paciencia sobre la tierra para
ganar luego la felicidad perfecta y sublime.
Como sabemos bien, los doctores declara-
ron á Jesús inocente de los cargos que habían
motivado su prision, y le dejaron en libertad
para que siguiera en las ciudades y en los
templos la predicacion del cristianismo; pero
Pilato le hizo espiar durante mucho tiempo,
y al fin ordeno de nuevo su prision.
El filósofo inmortal, el predicador glorioso
de la paz del alma y del amor del projimo,
subio la recia cuesta del Gólgota con la cruz
al hombro para morir como un justo, como
un Dios.
Los valles del Cedrón y del Hinnon reco-
gieron el ultimo aliento del Divino Maestro,
y Maria de Magdala — la redimida — cerro
con piedad los ojos del hijo de Dios, cuando
le bajaron, ya cadáver, delleno de ignominia)
que Quatrefages prueba, en un estudio de an-
tropologia prehistorica, haber servido desde
los tiempos primitivos de simbolo de reden-
cion.
La obra de Jesus ha quedado y quedará
llotando eternamente en los espacios infinitos
de los cielos, para alumbrar, como luz di-
vina, la senda de la humanidad en la noche
incierta de la vida.

Las memorias referidas establecen que Je-


sus permanecio de los catorce á los veinti-
nueve anos en los pueblos de la India, donde
fortaleciosuespirituycultivo por el estudio
su inteligencia para venir á predicar la doc-
trina del verdadero Dios entre las naciones de
Occidente. Su permanencia en aquellos pue-
bios explica la analogia que existe entre las
doctrinas buddhicas y las doctrinas cris-
tianas.
Pero, si por este respecto se resuelve el pro-
blema de donde estuvo Jesus durante los quin-
ce anos, que no anotan los historiadores y que
cada cual explicaba á su manera ó pasaba sin
anotar, por ignorarlo, por otro respecto se
establece ei dilema de donde nacioJesus, ver-
daderamente.
Será en Bethlehem? como dicen los Libros
Santos.
I Será en Nazareth? como lo asienta Renan.
I Sera en Jerusalen ? como él mismo lo dice
:
á los ancianos en esta frase « en eldia de mi
nacimiento vi las murallas de Jerusalén. »
Diciembre de 1894.
LILIANNE -

(BARRIO LATINO)

Hacia mucho frio. La nieve cubria con su


manto de muerte la naturaleza toda. Era no-
che de tristezas. en más de un hogar no ha-
bia fuego, y cuántas inocentes criaturillas
j

temblaban de hambre y de frio, sobre el mu-


griento jergón de la buhardilla! Lamadrein-
feliz no tenia trabajo; en vano imploraba la
caridad alli donde lucian las fiestas. Sin ca-
lor ni pan, debian morir cual muere la brisa
cuando falta al aire el cilor vivificante de la
costa.
i
Cuan terrible es la miseria en la rudeza
del invierno !

Envuelto en mi gabán de pieles recorria las


calles sin rumbo determinado; desde la Sala
de Estudios, don de un maestro nos leyÚ una
leccion sobre La quimica aplicada d la meta-
lurgia, nos habiamos dado a marchar sin sa-
ber á donde iríamos á calentarnos. El cerebro
trabajaba, y milcuadros detristezas yde ale-
grías dibujabanse en la mente: era el pasado
con sus dolores, triunfos y reveses; el pre-
sente con sus esperanzas; el porven ir con las
bellas ilusiones de un alma enamorada.
Cansado de caminar, de pensar v de helar-
me, entré en la taberna. Aquí artistas de es-
pesasmelenas; allá estudiantes, en brazos de
chicas, que jugaban á las cartas; alii,mas allá

;
y en todas partes de la sala el gritar y el can-
tar de hombres y mujeres el ruido de las
botellas, de los platos v vasos; la salida de
los unos y el entrar de los otros: el humo
asfixiante del tabaco, la atmosfera viciada,, el
ruido de la muchedumbre y la claridad de las
lámparas eléctricas, que quiebran sobre vi-
drios de múltiples colores, todo esto prestaal
cuadro la semejanza de la entrada en el in-
fierno de que nos habla el Dante. Aquello
era el apoteosis de la locura.
Jadeante de fatiga, tome asiento en una me-
silla que unos estudiantes acababan de dejar.
Se que un mozo me sirvio algo, no recuerdo
que fué; poco importa lo que fuera.
— Luis, manana me venden los muebles
si no pago al propietario. Búscame plata,
I sabes?— dijo Lilly.

— es
Eso imposible. No ten go un cuarto.
— Yenderemos la biblioteca—interrumpio
Enrique, -pues además de tener que dar di-
nero á esta chica tenemos que correrla ma-
nana. No debes olvidar que paso mi quinto
examen de Medicina.
— Los ultimos libros los llevé hoy al Monte
de Piedad, replico Luis, y me dieron los fran-
cos con que pagué la comida del CafeAz-ul.
-
— Necesitamos
:
dinero —dijo Lilly Y te-

nemos que buscarlo vamos. Y desaparecie-


ron cantando :
L'avez vous vu
Le long de la rivière,
Boitant par devant
Boitant par derrière.

j Cuantos dialogos semejantes cayeron á mi

Barrio11
oido en aquella sala de fiestas y de desorden,
destinada para cita de la juventud alegre del

Era ya la hora del sueño, y tomamos el


camino de nuestro hotel.
..J

A1 salir de la taberna nos encontramos en .:

venderles

flores.
la puerta con Lilianne, quien temblando de
frio, esperaba la salida de los jovenes para

Caballero,
Tengo mucho frio.
un ramilletito de violetas.
1

Aquella chiquilla de diez anos, bella como l

-
un Amor, mal vestída casí harapienta, —
que vendia flores á la puerta de la taberna,
en medio de los hielos, me tocó el corazón.
Era la miseria que buscaba un pedazo depan
;
en las altas horas de la noche era la inocen-
cia que vendía flares. para con su producto
alimentar á los hermanitos que lioraban de
hambre en la buhardilla inmunda; era el ca-
rino fraternal haciendo la caridad.
— Cuentametu historia—la dije. —~Quien
es tu madre ?
— No tengo historia — respondiome; — mi
mrdre me dijo una vez que mi padre la habia
engañado; cuando nací no quiso casarse.
;
Nunca le he visto dicen que es rico y perte-
nece á la nobleza. Mi madre trabajaba de día
ydenocheenlaManufacturadeTabacos, para
i
sostenernos. Ay, Senor! mi pobre y buena
madre esta en el hospital. yme encargó de
velar por mis dos hermanitos. poreso vendo
flores á las puertas de las tabernas.
Una lagrima corrio por sus blancas meji-
llitas, y al percibirla pareciome, á la luz de
los fanales del boulevard Saint-Michel, ser un
diamante que desprendiase de sus ojos azules
tan tranquilos como bellos.
— No me cuentes mas—la dije. Me dolía
ya el alma. Toma, y sacando de mi cartera
varias piezas, las puse en su mano.
— No vale tanto dinero el canastíllo- me
díjo,-yfijó sus ojos en los mios, asi como
sorprendida.
— No, hija mia. Guarda tus flores; otro te
las comprará. Esos sueldos son para ti.
Señor, yo vendo mis violetas y no im-

;
ploro Jimosna en las calles no me equivoque
con esas bohemias italianas. Tome usted sus
monedas. Mi madre me enseno á no recibir
sino el valor de mis flores. Ella tambien fué
florista; cuando me ve salir con el canastillo,
me besa y llora. Pobre madre mia
j
!
Diosj

sabeque recordara!
Maquinalmente puse la mano en el canas-
tillo, tomevarios paquetitos de violetasydeje
caer mi cartera en el fondo.

*
* *

La nieve seguia cayendo sin cesar, como


si quisiera sepultar la ciudad entera. El frio
era terrible; las calles estaban solitarias.
Toda la noche pensé en Lilianne; á cada
instante me parecia verla á la puerta de la
taberna.
A1 siguiente dia, al leer en el diario de la
mariana la cronica de la tempestad de nieve,
vi que unos barrenderos habian encontrado,
sepultada en la nieve, una chica con un ces-
tillo de violetas engarzado en el brazo. El
carro de la ambulancia recogió el cuerpo.
Era Lilianne, la florista de la taberna.
EL ARCO DE TRIUNFO
DE LA ESTRELLA

A Fernando Pumar.
O vaste entassement ciselé par l'histaire
!
Edifice inoui'
t
Manceau de pierre assis sur un monceau de gloire
Toi que l'homme par qui notre sieclc commence.
De loin, dans les rayons de l'avenir immense,
Voyait, tout ebloui!

VICTOR HUGO.
Chant à VArc de Triomphe.

En union del señor Manuel Alberto Lares,


nuestro distinguido amigo, companero de
viaje, y colega en la comision oficial que nos
habia confiado el Gobierno de Venezuela (i),
nos dirigimos antes que todo y cual primor-
dial deber de patriotismo y de gratitud al

(I) Fuimos honrados con el cargo de Comisarios de


Venezuela en la Exposicion Universal de París en 1889.
Arco de Triunfo de la Estrella. Resonaban
en nuestro corazón los ecos de la Patria, y
la gratitud de americanos libres nos orde-
naba ir alii donde el mármol de la gloria
conserva el nom bre del caraquenoilustre,
del protegido de Catalina de Rusia, del sol-
dado de la revolucion francesa, de Miranda,
el Generalísimo de Venezuela, precursor de
la independencia de la América espanola, y
muerto tristemente, entre cadenas, en las
mortiferas mazmorras de La Carraca. Es- ;
pana!jlos libres hijos de América no per-
donan á tu Rey tal cobardia! jLa América
lo maldice, cuando no encuentra, para un-
girlos con el oleo santo de la gratitud, los
huesos venerandos del heroico y virtuoso
General!
Miranda es un sol de Libertad, que, colo-
cado por la mano de Dios en la mitad del
Atlantico, ilumina el cielo de la Francia y el
cielo de la América.
Alii esta, esculpido en el mármol, entre
les Generales que mandaron en jefe el ejér-
cito del Norte, el nombre de Miranda; alii
esta entre los astros que forman la constela-
cion gloriosa de la Francia militar; alIi nos
descubrimos ante el nombre del compatriota
ilustre. Estábamos en presencia de uno de
los dioses de la Patria americana, y la reli-
gion del patriotismo nos mandaba reveren-
ciarlo en el altar de la inmortalidad guerrera
del siglo xix.
Los hijos de Venezuela cuando vienen á
Paris, van como en peregrinacion civica, al
Arco de Triunfo de la Estrella, á saludar
con la demostracion muda y elocuente de la
admiracion, al hijo de la Gloria y de la Vir-
tud, que dejando un día las playas de la
Patria alcanzó que se inmortalizara su nom-
bre entre los grandes de la Francia.
Permítanos el lector detenernos á consi-
derar en su conjunto armonico la gloriosa
cuanto universal figura de tan esclarecido
varon.
*
* *

Francisco de Miranda nacio en Caracas


(Venezuela) en el año de 1752, y pertenecio
á una de las familias más distinguidas y ri-
cas de la ciudad. Sus padres fueron de aque-
llos nobles espanoles que abandonaron la
Madre-Patria, para fundar en la tierra de
Colon la nacionalidad americana, y traernos
junto con la sangre, la bravura, el idioma,la
religion y las costumbres castellanas.
Sus primeros anos se pasaron á la sombra
del Avila. Su inteligenciaseilumino al rayo
ardiente del sol de nuestro clima, y su gran-
dioso espiritu vislumbró la libertad en la
contemplacion de nuestro cielo tan claro,
bello y puro como destinado por Dios para
servir de palio á la gloria sublime de los pa-
dres de la Patria americana.
A los diez y siete anos de edad, una fragata
encargose deconducirlealascostasdeEspana,
adonde su padre le enviaba á completar su
educacion. No bien hubo llegado cuando ob-
tuvo, por mediacion de su familia que estaba
muv bien relacionada, el grado de capitán, y
permiso para entrar á formar en el ejército.
La autoridad militar le negó la licencia que
solicitara para ir á Paris en busca de libros
y profesores, que pudicsen preparar su inte-
ligencia para entrar en el camino que sus
inclinaciones guerreras le marcaban.
Estudio á perfeccion las rnatematicas y
algunas lenguas vivas. La Inquisicion, en
su tarea de querer ahogar en las hogueras
la libertad de la conciencia, apoderose de la
rica biblioteca que había hecho llevar de Pa-
ris, — con todos los adelantos de las ciencias,
-y la quemó en una plaza pública. jQue
verguenza!
Miranda asistio al sitio de Melilla, en las
costas pfricanas de Marruecos; y después
formó parte del cuerpo del ejército espanol,
que unido al ejército francés á las ordenes
del Mariscal Rochambeau, fué en ayuda de
Washington para contribuir á la indepen-
dencia de la América inglesa. A1 regreso de
esta campana pasó_á la isla de Cuba, don de
sirvio comoAyudante de Campo del Capitan
General don Juan Manuel de Cajigal.
Grabado en la mente trajo de la América
inglesa el proyecto de libertar á su Patria, y
retirado del servicio empezó sus trabajos
para conseguir parques, escuadras, dinero
y ejércitos; y con tal fin visito la Inglaterra,
la Prusia, el Austria, la Italia, la Grecia y la
Turquia; no encontrando nada de lo que so-
licitaba de los gobiernos de estos paises, se
dirigio a Rusia, y llegó á Kiev donde fué
presentado a la Emperatriz Catalina por el
PrincipePotenkin. Catalina le colmó de dis-
tinciones y honores; le nombre Coronel de
su milicia; y lo invitó, asegurándole una bri-
llante posicion en el ejercito ó en la Corte,
á quedarse en Rusia. La Espana no es elpaís
que convienc d listed, le decía la Emperatriz,
allá lo quemaran vivo los hombres de la In-
quisición. Miranda agradecio tanta genero-
sidad de parte de aquella soberana y le ex-
puso sus proyectos de independizar su país
de la dominacion espanola. Catalina le ofre-
cio su ayuda para tal empresa, y le dió auto-
grafa una carta para todos 10s Embajadores
del Imperio, ordenandoles protegerle, con
autorizacion de girar contra el tesoro impe-
rial por los gastos particulares de tan distin-
guido caballero.
Extranas cosas se dijeron entonccs y aun
se repiten hoy, dice Baralt, acerca de lapre-
dileccion que mostro esta gran seiiora por el
viajero americano; pero Miranda las con-
tradijo siempre como discreto caballero,y no
haypor cierto necesidad delevantarirrespe-
tuosamente la purpura que cubre las jlaqlle-
zas de Catalina para explicar su favor hacia
los hombres de merito, cuando ella sabia juz-
garlos y premiarlos.
En 1792 presenta á Pitt su atrevido
proyecto para libertar las colonias espanolas
de América. El ministro ingles le acogió con
interes y estudiaba el asunto, cuando se re-
suelve ellitigio entre Inglaterra y Espana re-
ferente al estrecho de Notka. El proyecto se
abandona, no obstante la declaracion de Pitt,
de que la emancipation de la America espa-
iiola era una medida que acabaría por ser
adoptada tarde Ó temprano.
Desalentado, vuel ve la vista a Paris, donde
se efectuaban los terribles sacudimientos de
la Revolucion francesa. Penso encontrar en-
tre 10s hombres del Gobierno y de la Asam-
blea nacional, la misma eficaz ayuda que
prestara Luis XVI á las colonias inglesas.
Entro en estrecha relación con Dumouriez,
Brissot, Petion y demás miem bros del par-
tido girondino.
Miranda cree que el triunfo de la Revolu-
cion francesa facilitara la independencia sur-
americana, y en esta conviccion se ciñe la
espada de oficial francés. Rico, de caracter
altivo, no piensa en grados militares ni ri-
quezas, yjamas hombre alguno, dice un his-
toriador francés, ha merecido menos el epíteto
de aventllrero que la ignoranciay maligni-
dad han podido darle en algllnas memorias
historicas, biograjias

ras

por
1a

experto guerrero,

culpa de
con
y
I
el
otros escritos. Un
hecho bien averiguado basta para demostrar
cl dcsprendimientoy desinterés de Miranda : :
sirrio dos alios en Francia en calidad de Gc-
llerat de division y lllJllca recibionireclamo
ningun slleldo.
Em pezada la guerra alistase
de República
,

y
grado
en las bande-
de Genera1
á las ordenes de Dumouriez. Condújose como I
valeroso leal.
En Belgica llénase de gloria cubriendo la .j
retirada del ejercito derrotado en Nerwinde ?
Dumouriez, que le acusa
,

infa-t
v

j
t
j
:

memente de Jiaberdesobedecido sus ordenes 1


tenninantes, atacalldo el ala derecha de los 5

austriacos, en lugar de guardar su posicion |


y defenderse. El 8 de abril de 1793 es inte- j-
rrogado por la Junta de guerra de la Con-
vencion Nacional, y en seguida entregado al
Tribunal Revolucionario, que le absolvio por
J
unanimidad de votos. No obstante la bri-JB
llante defensa de Chauveau-Lagarde, puede M
asegurarse, v en ello están de acuerdo mu- a
chos historiadores, que debio su salvación á
la fortuna de haber conservado la orden por
la cual Dumouriez le mandaba pasar el
Gheete menor por todos los puentes y atacar
vigorosamente el enemigo en su position.
Estoy decidido á pasar el Rubicon é ir a
París a someter la Convention á la razóll,

batalla, y este le responde:


dice Dumouriez á Miranda la víspera de la
General, listed
no es Cesar, ni el ejército franees se com-
pone de las legiones del vencedor de las Ga-
si
lias: llega d sospecharse que ha dicllOliSfed
semejante cosa, el ejercito Ie contestard á ti-
ros y sablazos.
Jamas quiso Miranda reconciliarse con
Dumouriez; la severidad de su carácter le
hizo rechazar siempre toda insinuacion so-
bre el particular. Los esfuerzos de Lady
Stanhope á este fin en Londres, fueron ne-
gativos. Aquel hombre, de corazón romano,
había sido herido en su honor de soldado,
de caballero, y patriota; natural era que des-
denara la mano del innoble traidor, califica-
tivo con el cual le conoce la historia de aque-
llos dias.
Robespierre, el tigre hambriento, le se-
pultó en una prision, de donde sólo pudo sa-
lir á la muerte del terrible jacobino.
Se niega con energía a tomar parte en la
guerra de conquistas. Bien sabido es que
Napoleon no perdono nunca á los Generales
de la Revolucion que se opusieron a sus pri-
meras empresas, sobre todo á la campana
del Egipto. Proclamado Primer Consul le
borro de la lista de los generales franceses.
Bonaparte le encarcela con motivo de la pri-
mera conjuracion, y debe la libertad á las
instancias del Senador Lanjuinais.
Miranda alejóse entonces y para siempre
de la Francia, y llegado que hubo á Ingla-
terra se consagró á la realizacion de su pro-
yecto de libertar la América espanola.
Diputados mejicanos vienen á Europa
en 1795 en busca de Miranda para concertar
con él los medios de independizar á Mejico
del dominio espanol. Todas las combina-
ciones fracasaron por la negativa del Presi-
dente Adams.
Reanuda sus trabajos con el gobierno bri-
tánico. Largas y continuadas conferencias
tiene con el general ingles Sir Arthur We-
llesley, que exasperado de no saber que con-
testar á Miranda en su argumentacion sobre
la independencia americana, se levanta, pone
la mano sobre la empunadura de la espada y
dice violento de colera : No, jctmds hare uso
de mi espadapara defender la causa de la li-
bertad.
El Gobierno inglés, le ofrece el mando en
jefe de los ejércitos destinados á Espana, y el
noble caraqueno lo rechaza sin vacilar. He
aquí su respuesta, digna de rememorarse
eternamente como deber cumplido del mi-
litar de honor y corazon : He servido en los
ejercitos franceses, y aunque Napoleonhay a
sido injusto respecto de mi jamas usaré mi
espada contra mis antiguos hermanos de ar-
mas; tampoco olvido que he sido ojicial en el
ejercito de Espmla, y cuando veo hombres
tales como 0' Farril,Mazarredo y Azanza
seguir el partido de Jose, no se en verdad
for quién optar; por otraparte,yo he re-
suelto consagrar el resto de mi vida a nn
solo objeto : fa emancipacion de mi pais na-
tal: es alia, unicamente alia, donde combatire
a los espaholes.

*
* *

Miranda lleva á Venezuela su expedicion,


— quehabia organizado en Norte-America,
-
con mil díficultades por las costas de Ocu-
mare el 25 de marzo de 1806: pero traicio-
nado en su empresa le reciben y acometen
furiosamente dos bergantines de guerra, que ,
apresan dos de las goletas expedicionarias ;

después de un largo combate; Miranda tiene


que huir en la corbeta que montaba, á la isla.
de Trinidad. Sus proclamas y retratos fue-
ron quemados por mano del verdugo en Ia;
plaza principal de Caracas; su cabeza puesta
en precio por 3o,ooo pesos; y la inquisicion 1

I
de Cartagena le declaro enemigo de Dios y
del Rey, é .indigno de recibir pan, fuego ni
asilo.
Como á los seis meses de este descalabro,
avista la Vela de Coro. El heroico general
no encuentra en la tierra coriana ninguna
ayuda; al contrario, sintio la frialdad de
aquella gente á quien llevaba la libertad.
Ante tal situacion reembarcose para la isla
neerlandesa llamada Aruba, en espera de re-
fuerzos y noticias que habia pedido á Trini-
dad, á donde llego en breve de paso para
Europa.
Bolivar le lleva á Londres la trascendental
noticia del desconocimiento de Emparan, y
el grito de libertad dado por el pueblo de Ca-
racas. Tal acontecimiento conmueve el espi-
ritu republicano de Miranda y lo impele á
tomar el camino de América. A su arribo á
La Guaira encuentra serias dificultades para
desembarcar, pues la Junta le temia; pero el
pueblo, audaz y terrible en dias de crisis, le
trae á tierra en brazos. Caracas le recibe con
entusiasmo y le proclama en las calles y pla-
zas Padre y Redentor de la Patria. El Go-
bierno, en vista de la actitud de la ciudad y
queriendo simpatizar con ella, le nombroTe-
niente General; y ordenó buscasen y des-
truyesen todos los documentos con que la
administracion anterior intentara manchar
su buena fama.
Miranda firma el acta de declaratoria de
independencia, — como Diputado por e1 Pao,
provincia de Barcelona — hecha por el Con-
greso el 5 de julio de 1811.
Valencia se subleva contra la autoridad del
Congreso, que acababa de declarar para
siempre la independencia de Venezuela, y
proclama á Fernando VII. En tal conflicto
encargase del ejercitoelMarques del Toro, y
sale á someter á les insurrectos, que le de-
rrotan en La Cabrera: en tal percance nom- ;

bra el Gobierno á Miranda jefe de las tropas;


marcha el General al teatro de las opera-
ciones, y somete en el cerro del Morro á los
realistas, entrando triunfador á Valencia el
13 de julio, después de ofrecer una capitula-
cion honrosa á los jefes españoles. Por un
fatal descuido las tropas vencidas habian con-
servado las armas, y saliendo precipitada-
mente de los cuarteles hicieron correr á los
palriotas, á los cuales protegio la noche. Mi-
randa se rchace y ataca terrible, en 12 de
agosto, la ciudad sin aceptar las proposi-
ciones que le hiciera el espanol, y la ocupa á
fuego y sangre.
Todo aparentaba calma, cuando no era
sino el natural preparativo de 10s espiritus
belicos para los tremendos sacudimientos
publicos.
Aprovéchase el perfido Monteverde del es-
panto producido por e1 terremoto de 1812, y
ocupa sin resistencia á Barquisimeto, para
batir á los pocos días en las inmediaciones de
San Carlos a1 General Miguel Carabano. De-
bido á este suceso hacen causa comun con
los soldados de Fernando las princi pales ciu-
dades de Occidente, y e1 caudillo espanol
avanza sobre el centro.
El Gobierno de Caracas delega todas sus
facultades en el Marqués del Toro, pero no
habiendo este aceptado, se confio la suerte
de la República al General Miranda, que
se encargó del mando del ejercito con el ti-
tulo de Generalisimo, que cuadraba mejor á
su raodestia que el de Dictador.
Miranda instala su Cuartel general en Ma-
racay; confía la Gobernacion de Valencia al
Coronel Uztariz: coloca en Puerto Cabello
al Coronel Simon Bolivar; fortifica á La Ca-
brera, Guaica y Magdaleno. Con estas me-
didas pretendio cerrar el paso á Monteverde,
cuyas fuerzas, al mando de Antonanzas, ven-
cian en Calabozo, San Juan de los Morros y
Villa de Cura, y pasaban á cuchillo, sin pie-
dad, á hombres, mujeres y ninos. Tanta
crueldad fue el principio de la guerra sin
cuartel que terminara en 1821 con la bri-
llante batalla de Carabobo.
En medio de la penosa situación de aque-
llos días en que sentía el desaliento de las
tropas y la frialdad de las ciudades — que
atribuye Baralt á la falta de decision en las
-
operaciones militares del Generalisímo re-
solvio Miranda en 19 de marzo dar una ley,
— que se llamó marcial, — en que obligaba
á todos los ciudadanos a tomar las armas
con sólo excepcion de 10s ordenados in sa-
cris, y en que daba la libertad á los esclavos
que se alistaran bajo las banderas indepen-
dientes. Monteverde avanza al fin y corta las
posiciones al ejercito republicano, atacando
violentamente la Victoria, pero es rechazado.
Miranda confiaba en Bolívar que defendía a
Puerto Cabello; más el 3o de junio flamea
en el castillo de San Felipe, — hoy Castillo
Libertador, — la bandera de Fernando VII,
debido este suceso á la traiciondeArinoni; a
pesar de esto Bolivar pelea durante tresdias
contra las baterías del Castillo; pero se vio
al fin obligado á embarcarse para La Guaira,
vista la desercion de la mayor parte de sus
tropas.
Monteverde sitia á la Victoria, é intima la
capitulacion. Miranda, no obstante la opi-

nion de la oficialidad que queria pelear al es-
pañol, y vencerle cuanto contaba con mayor
número de tropas, — firmó la entrega de la
plaza, y con ella la suerte de las armas repu-
blicanas, el 25 dejulio de 1812.
Los patriotas de aquella epoca, asi como
los historiadores, han sido severos para con
Miranda, á quien se llegó á calificar cruel-
mente de traidor, cuando lo que hubo fué
falta de fe en la Nacion, desconfianza en los
hombres y temor de encontrarse en un teatro
en absoluto diferente de aquellos que en Eu-
ropa dieron brillo y gloria á su espada. Bo-
livar probo, no obstante, en su magnífica
campana del ano i3, que las fuerzas repu-
canas del pais estaban vivas y enérgicas.
Y era tal la idea de que Miranda habia co-
metido una traicion, que no se le permitio
embarcarse en La Guaira con destino á Eu-
ropa, y que sus mismos oficiales le arres-
taron. Antonanzas, cuyo nombre será eter-
namente maldecido por los americanos,
llega á La Guaira con sus tropas, encarcela
á cuantos patriotas pudo agarrar, y entre
ellos hombres eminentes como Madariaga,
Roscio y Mires; y por ultimo encierra en
una bóveda al Generalisimo, victima ino-
cente de sus errores y debilidades pero ja-
más culpable de infamia y cobardia. Luego
fué conducido á Puerto Cabello, después á
Puerto Rico, de aqui á Cadiz y por ultimo al
arsenal de La Carraca.
Triste es por demás tener que llegar al
término desgraciado de la vida del glorioso
soldado cuya espada brillo magnífica en los
campos de la libertad, ya en Norte América
como en Francia, Bélgica y Venezuela.
Cargado de cadenas, triste y enfermo mu-
rio en La Carraca el 14 de julio de 1816.
No permitio Dios que las dianas de la vic-
toria americana revivieran su dolorido espi-
ritu, pero el clarin de guerra que ensordecia
los aires desde Caracas hasta el Plata, le
acompano desde América á su tumba soli-
taria.
Sólo las ondas del Mediterraneo recogieron
súsúltimas plegarias elevadas desde los um-
brales tétricos de la eternidad al Dios de las
Naciones, por la gloria y libertad de su amada
Venezuela, á quien ofrendo sus riquezas, su

!
nombre, su sangre y su vida entera.
Sabe joh Miranda desde el calvario de tu
gloria, que los venezoianos no somos ingra-
tos á tus nobilisimos esfuerzos y sacrificios
!
por nuestra libertad
Nuestros pueblos bendeciran tu nombre
1

eternamente!
*
* *

Era el año de 1806.


Napoleón había roto con su sable 10s li-
mites de las naciones de Europa. Su poder
omnipotente dominaba en el interior y en el
exterior. La Francia veía en el Corso afor-
tunado al Dios de la Guerra. El Senado re-
cibe las banderas, tintas en sangre, tomadas
al enemigo en los campos de Arcole, de
Ulm, lena y Wagram. Se habia llegado á la
plenitud de la gloria militar.
El Senado, á fin de perpetuar las victorias
del ejercitofrances, expresa el deseo de que
se levante en una de las plazas de la ciudad
un vasto edificio para recibir pinturas y es-
culturas referentes á tanta gloria, y en el que
debía depositarse la espada del vencedor en
Austerlitz, cuyo dia de nacimiento acababa
de ser declarado fiesta nacional. El Empe-
rador acepta la idea en 18 de febrero del
mismo año, y decreta la construccion de un
monumento á la gloria del Grande Ejército
(à la gloire de la Grande Armée) en la ba-
rrera de Neuilly, y en el centro de la vasta
plaza circular llamada La Estrella, que co-
rona el vértice de la colina de Roule y ter-
mina la Avenida de los Campos Eliseos.
Apruébanse los pianos y dibujos del ar-
quitecto Chalgrin para un Arco Triunfal, el
más colosal que se levanta en la tierra. El
15 de agosto colocóse la primera piedra,
como se ve en la siguiente inscripcion :
Uan 1806. Ie quinzieme d'août, jour de
l'anniversaire de la naissance de Sa Majeste
Napoleon le Grùlld, cette pierre est la pre-
mierequi a été posée.
Los trabajos presentaron mil dificultades,
por motivo de la poca solidez que ofrecian
las capas calcáreas del suelo, que no habrían
podido soportar el peso enorme de la cons-
truccion proyectada. Hubo que hoyar pro-
fundamente para colocar los cimientos de I

piedra de enormes dimensiones, destinados


á sostener la base del edificio.
La obra empezo á salir de tierra el .° de
abril de 18 10, cuando la entrada solemne a
Paris de Maria Luisa, hija del Emperador
de Austria, cuyo matrimonio con Napoleon
se habia resuelto en yde febrero. Para mayor
esplendor de tan brillante ceremonia, se le-
vantaron parapetos cubiertos de telas pinta-
das, para figurar el Arco de Triunfo, con las
dimensiones y magnificencia que debiera te-
ner terminado.
La comitiva, después de atravesar las ba-
rreras de La Villette y de Neuilly, franqueó
la bóveda del Arco, para dar idea á la nueva
Soberana del brillo de la capital del Imperio
Francés, v recordarle la gloria del soldado
que pudo aspirar á su mano real.
Por los sucesos de 8 14, que precedieron á
1

la caída del Coloso, se suspendieron los tra-


bajos que estaban va bastante adelantados; y
fué en 1823, por una orden real cuando vol-
vieron á emprenderse, pero pretendiose por
los Borbones consagrar el monumento gi-
gante á la gloria del Duque de Angulema.
El arquitecto Blouet termina el Arco de
Triunfo en 3i de julio de i832, y debido á
los constantes cambios de la politica fué con-
sagrado A la glrlire de toutes les armies

:
jranc.iises depuis 1793 y no como lo dis-
puso Bonaparte A11gloire de la Grande
Annie. Inaugurose el29 de julio de 183c).
En 13 de diciernbre de 1840 pasa bajo la
alta boveda, por segunda vez, el vencedor en

con Maria Luisa ;


Marengo y Austerlitz. Pero esta vez no viene
le acompana la nacion
entera que se inclina reverente ante la ca-
ja que guarda sus restos y sobre la cual
bate sus blancas alas el Angel de la Glo-
ria.
Pero alguien masdebia descansar bajo el
techo de piedra de la Estrella; no grande en
la guerra, pero si en el civismo y en las le-
tras : VICTOR HUGo. Antes de ser conducido
al Panteon, paso la noche del 3i de mayo
de 1885 bajo la inmensa cúpula, custodiado
l.-ueblo.,
por el ejercito y el
Nadie más ha dormido á la sombra del
Arco de Triunfo de la Estrella.
Pero debiatenertambien su día sin sol.
En 1871 al pasar el casco germano bajo la
granitica boveda humillaba la allivez gala.
El aleman temblo alleer : IENA.
Durante el sitio de 1871sirvio de blanco
á las baterías enemigas, que le causaron se-
rios deterioros, reparados luego. El Gobierno
de la Defensa Nacional instalo en su plata-
forma un observatorio para vigilar las ope-
raciones del enemigo.
Doce magnlficas avenidas dan á la plaza y
forman una estrella; á esto se debe su nom-
bre. Dichas avenidas fueron creadas por de-
creto imperial de 1854.
Digamos cuáles son :
Avenida de los Campos Elíseos.
Avenida de Friedland.
AvenidaHoche, primitivamente Avenida
de la Reina Hortensia.
Avenida TVagram.
Avenida Mac-Mahon, antes Avenida de
Phalsbourg.
Avenida Carnal, antiguaAvenidad'Essling.
Avenida de la Grande Armee, llamada pri
meramente Avenida de Neuilly.
Avcnida del Bosque de Boulogne; Avenida
de la Emperatriz bajo el Imperio; luego
avenida Uhrich despues del 4 de septiembre
de 1870, y nombre del General que defendio
á Strasbourg.
Avenida Victor Hugo; primero llamada
Avenida de Saint-Cloud, y luego y á la muerte
del gran poeta, Avenida d'Eylau.
Avenida Kle'ber; en el Imperio, Avenida
del Rey de Roma.
Avenida de lena.
Avenida Marceau; en el Imperio, Avenida
Josefina.
Una bella calle circular rodea la plaza
uniendo estas avenidas, llamada rue de Til-
sitt del lado Norte y rue de Presbourg del
lado Sur. Nombres dados en recuerdo de los
dos gloriosos tratados de paz.
El Arco mide 5o metros de alto por 45 de
ancho. Costó 9.651,115,62 francos.
Dice un escritor que estos millones equi-
valen más ó menos á lo que costaron enhom-
bres las batallas del Imperio y la Republica.
En diferentes épocas se ha creido que falta
un grupo colosal que corone el Arco, pero
no ha sido posible llegar á un resultado sa-
tisfactorio, pues ningun proyecto ha corres-
pondido á las lineas grandiosas del conjunto.
Un trabajo fué presentado en 1885-86 por el
célebre Falguière, pero no roerecio la apro-
bacion de la Comision de Bellas Artes.
No hay en el mundo nada mas bello ni
más grandioso que el golpe de vista desde
el monolito de la Concordia para admirar
á través de 10s Campos Eliseos el Arco de
Triunfo de la Estrella.
Ni Roma, ni Berlin, ni Londres, ni Nueva
York, ni San Petersburgo, ni Madrid tienen
nada semejante;,aquello es único. Conmué-
vese el espiritu á la contemplacion de aque-
11a mole de*piedra que representa no sólo la.
gloria militar del primer imperio napoleo-
nico, sino tambien el brillo de las armas de
la Revolucion. Allí esta el verdadero renom-
bre de la Francia guerrera.
En el centro de la superficie que ocupa el
Arco esta en bronce, abriendo sus alas ma-
jestuosas, cual si quisiera con ellas abrazar
el universo entero, cl Aguila imperial que
lleva inscrita en cada una de sus blancas plu-
mas nombres gloriosisimos como Marengo,
Arcole, Rivoli, Friedland, Moscow, Auster-
litz, Alma y Wagram.
En la pared que da el frente á los Campos
Eliseos, y á la derecha, esta el bajorelieve
que representa La Partida. No encontramos
nada igual en la escultura guerrera, ni an-
tigua ni moderna; la inspiracion de Rude
es valiente y feliz; el cincel trabajó inspirado
en el más puro y ardiente patriotismo fran-
cés; yo no temeria asegurar que la mano del
artista estrecho la mano del Emperador en
el mismo campo de batalla, para que pu-
diera brotar de su pensamiento semejante
creacion.
Mirad el Genio de la Guerra como se
cierne tremendo y feroz con la cuchilla en
la mano, envuelto entre los pliegues de las
banderas, entre lasalas del Aguila y los pen-
dones bélicos, y grita terrible, mostrando á
j
la lejos el enemigo : A las armas! En el
centro esta un jefe, casco en mano, que llama
sus soldados al combate y lleva entre los bra-
zos á un joven que se aprieta á el.
A la izquierda un guerrero se inclina para
tender el arco, mientras que otro suena en el
campo el clarin de alarma. A la derecha ve-
mos á un anciano envuelto en una manta,
que sostiene en una mano la cuchilla y en la
otra el escudo para volar al combate. Y de-
trás otro anciano que si bien debil de fuerzas
da sus consejos á los que parten á morir por
la Patria.
Este grupo magistral es la imagen de las
fuerzas vivas de una nacion que se prepara á
la lucha suprema. Generalmente se le llama
La Mcirsellesaporque parece evocar en su
creacion magnifica, la idea del himno de
Rouget de Lisle ó los primeros versos del
Chant duDepart, de Marie Joseph Chénier :

La victoire, en chantant, nous ouvre la barrière,


La Liberté guide nos pas ;
Et, du Nord au Midi, la trompette guerrière
A sonné l'heure des combats.

El Triunfo pertenece á Cortot.


Alli esta, de pie, en traje romano y coro-
nado por La Victoria, el atrevido Bonaparte.
La Fama, que domina el espacio, proclama
con su áurea trompa la inmortalidad del
héroe. Una ciudad vencida inclinase å sus
pies, en serial de esclavitud. A un lado ve-
mos á un prisionero cargado de cadenas. Y
los trofeos de armas quitados al enemigo á
la espalda del Conquistador.
No penso Napoleon, cuando Cortot le in-
mortalizaba en una escultura semejante, que
mas tarde dijera Beranger :

Il avait fatigué la victoire à le suivre;


Elle était lasse, il ne l'attendit pas.

Las otras dos esculturas dan hacia la ave-


nida de la Grande Armée.
Digamos aquí que Napoleon escogio la
plaza de La Estrella para levantar el Arco,
por haber entrado por alIi a su regreso de
Egipto con el Grande Ejército, y en cuyo
honor se dio el nombre a la Avenida.
La Resistencia, por Etex, es también mag-
ninca.
Un joven espera el enemigo á pie firme, y
á
con la desnudacuchilla protege un anciano,
que herido se abraza a sus pies. Mirad alii
á la esposa desolada, que lleva en los brazos
al hijo amado, y que en vano pretende im-
pedir la resistencia heroica del joven gue-
rrero : ni la mujer ni el hijo le ablandan, la
Patria le domina y por ella morira.
Un guerreio cae del caballo herido de
muerte, en medio del combate.
Y detrás, corona el grupo El Genio del
Porvenir, que sable en mano infunde valor
á los héroes para sostenerse en la resistencia
y ganar la victoria, que es el triunfo amado
de la Patria.
La Paz es del mismoautor.
Bellísima y adorable alegoria. Ella es la
aspiracion de todos los pueblos, y sus favo-
res los imploramos diariamente en la ora-
cion patriotica al Dios de las Naciones.
En el centro vemos al guerrero que guarda
la cuchilla en su vaina. A la derecha esta el
labrador preparando el arado, y detras un
soldado trata de domar el buey para llevarle
al labrado. Allí se encuentra á la izq uierda
la madre adorada ensenando á leer á uno de
sus chicos, mientras acaricia sobre las rodi-
11asal otro.
Y dominando el cuadro tenemos a Mi-
nerva, la diosa de la Sabiduría, quien co-
ronada de laureles lleva en una mano la
lanza y en la otra ]a oliva, slmbolo de la
paz.
La pared izquierda que sostiene la bóveda
que da hacia la Avenida Wagram esta desti-
nada á la inmortalidad del ejército del Norte,
de las Ardennes, de la Moselle, del Rhin, 'de
Holanda y de Hanover; y entre los primeros
oficiales generales de la segunda columna de
nombres se :
lee MIRANDA.

*
* *

Para terminar este estudio, senalemos en


la cornisa del Arco, las esculturas secun-
dari as.
Losfunerales de lvfarceall, representan el
momento en que el Estado Mayor austriaco
rinde el ultimo homenaje al joven gene-
ral, héroe republicano, muerto como bravo
en el combate deAltenkirchen, el 19 de se-
tiembre de 1796.
LaBatalladeAboukir(24 de junio de 1799).
Un ayudante de campo lleva á Napoleon, ya
vencedor, y rodeado de oficiales, el bajá
generalisimo del Ejército otomano que acaba
de ser destruido.
La Batalla de Arcole (i5 de noviembre
de 1796). Bonaparte levantando una bandera
se lanza terrible sobre el puente de Arcole,
no obstante el fuego de los austriacos, para
llevar los soldados á decidir la victoria. El
coronel Muiron, cae a sus pies con las pier-
nas destrozadas por una bala de canon.
La tomadeAlejandria (2 de julio de 1798).
El general Kléber, herido en la cabeza, con-
tiene con una mano la sangre que corre, y
con la otra muestra el enemigo á sus tro-
pas.
Batalla de Austerlitz (2 de diciembre
de i8o5). Napoleón manda que se detengan
les granaderos de la guardia. El general
Friant, con un fusil en la mano, se lanza en
medio del enemigo. Los franceses en una
carga a la bayoneta derrctan a los austria-
cos.
LA TUMBA DE NAPOLEON

Entremos hoy al Cuartel de los Invalidos.


Si se impresiona siempre el espiritu al acer-
carnos á la puerta de los templos levantados
por las religiones á la glorificacion de sus
Dioses, tambien se exalta bajo las cúpulas
graniticas destinadas por los pueblos á la
inmortalidad de sus héroes; en los unos pal-
pitan las oraciones del culto divino, en los
otros vive el estandarte y la historia de la
Patria.
En los Invalidos todo tiene el sello de la
guerra.
La primera observacion que hacemos al
franquear la reja de la parte Sur, que conduce
1
á la Capilla de la tumba imperial, es el ser-
vicio confiado á los invalidos de las guerras
sostenidas por la Francia. Ellos viven, llenos
de gloriosÍsimas cicatrices, en ese asilo au-
gusto que la nacion francesa les da para que,
como soldados caídos al pie de la bandera,
velen el sueno del Capitan invicto, delEmpe-
rador amado que, si muerto en dura roca,
preside desde la azul esfera la bravura de su
pueblo, siempre la misma, ya en Wagram
como en Waterloo, en Magenta como en
Sedan; la adversidad no lo abate, y a seme-
janza de los antiguos helenos, se rehace y dis-
puta de nuevo el triunfo que el Destino le
arrebatara contra las cargas de sus coraceros
v la metralla de sus escuadrones.
Cuando el Rey Ciudadano ideo trasladar
el cuerpo de Napoleón el Grande, de Santa
Helena a Paris, hubo de considerar que solo
podía descansar entre sus hermanos, los gue-
rreros, bajo la dorada cupula del Cuartel de
los Inválidos. Ningunsitiocuadraba mejor al
sueno del soldado que de simple oficial de
artilleria en los dias de la Revolucion, llega a
cenir la espada de General en Jefe de los
Ejercitos de Italia; que atrevido,ejecuta la
campana de Egipto y arenga á sus escua-
dronès al pie de las Pirámides; que de Primer
Consul sube las gradas del Trono para recibir
de manos de un Papa, en el altar de Notre
Dame, la Corona de los Emperadores de
Francia; que cambia las fronteras de las na-
ciones europeas y repudia á Josefina, para
dar descanso á su frente, cargada detodos los
laureles, sobre el blanco pecho de una Prin-
cesa de la Casa de Austria.
Pasemos por la férrea puerta del templo
levantado en 1671 por Luis XIV, y cuya aurea
cúpula domina sobre las altas torres de los
monumentos de Paris.
El frio de los marmoles que forman pare-
des, y columnas y estatuas, es asi como la
demostracion lúgubre v melancolica de la
casa donde moran muertos ilustres.
Alli esta la tumba del Rey Jeronimo.
Más allá dos grupos alegoricos, de altas
dimensiones sobre los sepulcros de los ma-
riscales Vauban y Turena.
El altar del mausoleo imperial esgran-
dioso. Dos escaleras de marmol blanco con
barandas de marmol negro conducen á la
base de aquél. El baldaquin, de bronce, lo
sostienen cuatro torneadascolumnas de onix
jaspeado. Un cristobellisimo, de color de
nieve, sobre cruz de oro, domina el templo.
Es Jesus desde la marmorea altura ampa-
rando con sus abiertos brazos al glorioso ven-
cedor de Europa; es la Religion del cristia-
nismo unida á la Patria para consagrar la
inmortalidad del guerrero omnipotente.
Bajo la cúpula principal esta la tum ba de
Napoleón. Una galena abierta rodeada de
baranda de mármol presenta á la vista el
magnífico monumento. Once gradas condu-
cen pordetras del altar a la entrada de esta
cripta, la más suntuosa entre los sepulcros de
Reyes y Emperadores antiguos y modernos.
Tres mill ones de francos costó su construc-
cion.
Sobre la puerta de bronce, leemos lo si-
guiente : Je desire que mes cendres reposent
sur les bords de la Seine, au milieu de ce
peuplefrangais que j'ai tant aime.
Un inválido, de riguroso uniforme, monta
la guardia de honor.
Dosestatuascolosalesse elevan a los extre-
mes de esta puerta. Unarepresenta la Fuerza
civil, la otra la Fuerza militar; sostienen en
las manos, sobre cojines, el Globo y el Cetro
Imperial.
i
iAlii están Duroc y Bertrand! Aun átra-
vés de las sombras de la muerte montan cen-
tinela los bravos granaderos! A1 leerse en el
marmol negro el nombre de Bertrand, parece
que el eco repitiera la heroica frase que vivira
eternamente sobre el campo de Waterloo : la
guardia muere pero no se rinde, arrojada á
la cara de los lanceros de Wellington, cuando
les pardos celajes de aquella tarde de muerte
y de exterminio cubrian la derrota de las
águilas francesas, y en el campo de los ejér-
citos aliados los clarines tocaban el himno de
la victoria.
:
La cripta es circular tiene 23 metros de
diámetro, y seis bajo el pavimento. Doce
estatuas colosales sostienen el techo; cada
una de ellas simboliza una victoria, y entre
una y otra se observan haces de banderas
extranjeras,unas cortadas por las lanzas y
los sables, otras manchadas de sangre y de
polvora, y las demás agujereadas por el
plomo delosfusilesydelcanon. El sarcofago,
de granito rojo de Finlandia, recuerda los
pórfidos de la antiguedad; su forma esta to-
mada de la escultura egipcia; descansa sobre
un zocalo de granito de Rusia de color verde
claro.
Mide cuatro metros de largo por dos de
ancho y cinco de alto. El piso delacripta esta
cubierto de rico mosaico figurando una in-
mensa corona de laurel sobre una estrella, y de
cuyos rayos caen los nombres de Rivoli, las
Piramides,Marengo, Austerlitz, Jena, Fried-
land, Wagram, Moskowa; del centro de estas
figuras se levanta el monumento. Doce inmen-
sas lamparas, estilo pompeyano, rodean la
galería abierta que se ilumina solo en losdias
aniversarios del nacimiento y de la muerte
del Emperador.
El Cuarto de la Espada es de marmol ne-
gro, y esta destinado a servir de cofre á reli-
quias que pertenecieron al Emperador : alli
están la espada que ciriera Napoleon en Aus-
terlitz, las cruces que usaba al pecho, la
corona deoroofrendada porlaciudadde Cher-
burgo. Sesenta banderas arrebatadas por Bo-
naparte al enemigo en los campos de batalla,
cubren desplegadas las paredes de aquella
mansion de lúgubre belleza; banderas egip-
cias y turcas, rusas y alemanas, austriacas v
¡
espanolas, prusianas é italianas; sólofaltala
!
inglesa el aguila imperial quedo vencida en
las dos ocasiones en que midiera sus fuerzas
con el leopardo; y ambas veces el triunfo
cambio las corrientes de la politicaeuropea,
y marco sus nombres en los anales de la
i
guerra : Trafalgar y Waterloo! json dos
tumbas que estremecen la historia militar de
!
las naciones
Duerme tranquilo joh, magno guerrero!
j
La Francia guardará tu sepulcro con la
fuerza de sus canones, pero las democracias
pasarán por sobre tus laureles para impJan-
tar en la tierra la luminosa antorcha de la li-
bertad!
EN EL TALLER DE CHECA

Entre las variadas y nobles sensaciones


que experimenta el viaj ador es sin duda
alguna la que dedicamos á la amistad, á los
buenos amigos que hubimos de dejar en las
diferentes ciudades recorridas, y que jamas
olvidamos sean cuales fueren los parajes
*
adonde nos lleve el inconstante destino; así,
luego de tocar á la puerta de los hoteles ó
J luego de estrechar contra el corazón á los
pedazos del alma, y refrescarnos de las
fatigas del buque ó de las penosas y largas
horas del camino de hierro, tomamos las
calles en solicitud de la carinosa mano del
amigo, para relatarnos las peripecias de la
vida durante los dias de ausencia, comuni-
carnos los reveses, los triunfos alcanzados,
las esperanzas del manana, los nuevos etu-
dios, los acontecimientos ocurridos en el
pais, los santos amores, como crecen v se
desarrollan los hijitos adorados, sus gracias
y encantos, y recordar la sombra de la
fronda y el jardin florido que guarda entre el
follaje el secreto de instantes felices.
Cierto. A1 llegar por tercera vez a este
París encantador, donde se levanta el templo
que consagrara mis nupcias, donde todo es
bello y es artistico, donde el alma se abre a
los deleites de la fantasia como abren las
flores tropicales sus petalos para perfumar la
onda de la brisa destinada a morir en el
espacio infinito del éter, hemos dedicado mo-
mentos dejados libres en las ocupaciones del
oficio, a tocar á las casas de losamigos.Al-
gunos se han marchado a paises lejanos; otros,
caídos al golpe de la segadora implacable, no
los volveremos á ver, y los demás aqui están
en la brecha de la vida, lleno el pccho de
esperanzas, bellas, pues jamás la juventud se
desalienta por más duras que sean las caidas
en la agria cuesta que subimos aquí piedras
enormes,altos precipicios sin cuento, el
huracan da por tierra con los olmos gigan-
tes. nosotros continuamos, firme el brazo,
a ganar la altura.

*
* *

Encontramos al artista y amigo Checa


dando las ultimas pincelas a un retrato de
cuerpo entero del Presidente de la República
del Salvador. Es un coqueto taller; por do-
quiera estudios hechos ya durante sus viajes
por Italia, Suiza y Holanda, ó bien en las
excursiones veraniegas en Espana v Francia,
y otros que sirvieron para los aplaudidos
cuadros que le han validoellaurel de artista
eximio; ora cuelgan telas chinescas atadas
con lazos de cintas, como distribuidas aquí v
allá vemos armas antiguas, bronces y mar-
moles de preciado mérito; nos recibio con la
proverbial gentileza castellana. Despues de
charlar sobre asuntos varios y prender un
cigarrillo, le preguntamos :
— Que
(J
opina usted sobre el arte hispano-
americano?
— Mi conviccion es que conservándose
como se conservan caracteres escncialmente
espanoles en todos los ramos del saber, como
en el comercio, industrias, politica, y en el
carácter de la raza, tambien habemos de
observarlos en el arte. Si bien el numero de
artistasque cuenta la America espanola es en
si reducido no debe atribuírse á que las apti-
tudes de sus hijos sean inferiores á los de la
América in.glesa, sino á que no se ha fomen-
tado este ramo del saber cual se hace en los
Estados Unidos, en donde las Escuelas de
Bellas Artes, museos y profesores particu-
lares han llamado la atencion del pueblo
hacia ese placer de lo bello que existe desde
los tiempos primitivos. La inclinacion al
arte viene desenvolviéndose ha tiempo entre i

particulares, como lo monumentos conme- i


ustedes. Los magníficos edificios publicos y j

j
morativos en plazas y paseos hasta las colec-
ciones de antigiiedades del pais, de cuadros
y de estatuas, como el fomento de los Mu-
seos nacionales dan testimonio de amor á las
bellas artes, y que si no encontramos más
artistas es sin duda alguna, como acabo de
decirlo, por la falta de escuelas y academias
donde la juventud pueda estudiar, ó si las
hay no estan suficientemente organizadas
para el estudio completo de la pintura, de la
escultura, de la arquitectura y del grabado.
— Conoce usted á nuestro Michelena?
— Ya lo creo que le conozco. Es de lo
mas notable entre los artistas hispano-ame-
ricanos, y su nombre ha resonado con cele-
bridad en el mundo entero; no hay pintor en
ningun lugar que no lo conozca. Despues de
Michelena esta Hernández, del Peru; en la
escultura sobresale Rosillo, de Lima; y en
la musica Gaspar Villate, de La Habana. —
Todos ellos han producido obras tales que
han llamado la atencion en estos últimos
tiempos, más en Europa donde es tan difícil
llamar la atencion en medio de tanta notabi-
lidad verdadera, y su educacion artistica fue
aqui en Paris donde larecibieron.Michelena,
que es de quien me habla usted es, sin duda,
uno de los que han tenido la palma más alta
y más segura. Ignore sus primeros estudios
artisticos; le conoci aqui hechoya un ar-
tistón discipulo del gran J.- P. Laurens
desde un principio llamo la atención de los
;
maestros en,el Salon de los Campos Eh'scos,
dondesolo el ser aceptado es un triunfo. y
más para el extranjero.Elniho enfermo, El
Diputado, La jO]Jell madre, La vara rota,
Las Amazonas, así como sus ilustraciones, e-
tán consideradas como de lo primero entre I03
que saben. En 1887 obtuvo la segunda me-
dalla y en la Exposicion de 1889, una me-
dalla de oro; hoy esta declarado por el jurado
fiura de concurso (Hors Concours). Premios
ganados en el rudo trabajar, y merecidos
como pocos.
Me llena usted el corazón de orgullo

patrio con tales declaraciones, mi amigo.
Precisamente tengo en la mano un número
de El Cojo Ilustrado, donde esta el foto-
grabado del ultimo cuadro del artista : MI-
RANDA EN LA CARRACA. Voy a obsequiárselo.
Abriolo con impaciencia y detúvose largo
rato en suestudio.
— i
Esto es magnified Veo que Michelena
conserva la fibra de grande artista que le
conoci; sólo por el fotograbado se aprecia la
profunda expresion del asunto, la correccion
envidiable de las lineas y la fuerza del color
con que esta pintado. Por su organo man-
dole un apretón de manos muy sincero.El
Cojo Ilustrado hace honor á Venezuela, y
es digno del país más exigente; los fotogra-
bados que veo en este número están á la al-
tura del dia. Yo espero y deseo que el home-
naje que hace hoy á iNIichelena, publicando
su ultimo cuadro, redunde en beneficio del
autor y del periodico, que ha tenido la feliz
idea de ofrecer al arte la obra de uno de los
más descollantes hijos de Venezuela y de
America. La direccion de este quincenario
presta un gran servicio al arte universal ofre- :
ciendo vistas de cuadros de vida nacional y :
paisajes regionales, que nosotros no podemos i
ir á buscar a todas partes, y que nos son de
un grande interés para las combinaciones y
desenvolvimiento muchas veces de nuestros
trabajos.
- (Como considera usted el arte en la y
actualidad?
— Pues en lo que digo de Michelena, esta
expresada mi manera de considcrar el arte.
Yo creo que en la actual época, en que se
hace tanto arte en todas sus manifestaciones,
la pintura esta en una decadencia horrible,
y gracias á algunos de los que no se dejan )
dominar po,r las escuelas convencionales que
las llamadas impresionistas, puntillistas,
;
son
efectistas, idealistas y tantas otras, no nos
desviaremos del verdadero camino del arte -

que es el de la pintura seria ó la gran pintura <

con sus cuadros historicos 6 modernos, y cro- ;

nologicos 6 ideales, retratos 6 cuadros de gé- ;

nero, pero siempre según las reglas necesarias !


,
del arte cuyos estudios son el dibujo, color,
composicion y con ayuda de la perspectiva,
anatomía y estética. Condiciones que mu-
chos de los que se llaman artistas no tienen,
ó bien porque es dificil de estudiar ó porque
para hacer mamarrachos nada de eso es
necesario. A1 decir esto no quiero decir que
se respeten de tal modo las antiguas doc-
trinas que no se pueda trabajar con indepen-
dencia; al contrario, la independencia mo-
derna ó el gusto es tal que no pareciendOse

;
en nada a la época del renacimiento es exac-
tamente igual en cuanto á su desarrollo la
pintura historica con el realismo moderno;

;
la pintura decorativa ú ornamental con los
motivos del natural la escultura polícroma
y el paisaje — arte del siglo xix — son cosas
que en manos de un artista de genio y conla
educación necesaria para el arte, están hoy a
una grande altura. Pero esto es lo que po-
dríamos llamar el grano, v desgraciadamente
es la paja lo que abunda; y por paja entiendo
todo lo que, debido al favor de un jefe cual-
quiera, de un profesor interesado, 6 de un
éxito ignorante y estúpido, nos quieren hacer
tragar mujeres ú hombres con la cara verde
Ó amarilla, paisajes azules y cielos verdes y

todo ello sin la más pequena nocion de la


correccion de la forma y demás condiciones
necesarias que debe reunir toda obra de arte.
Tarde va cerramos la mano del artista y
nos marchamos a llevar al papel las notas
escritas.
AL NATURAL

El jueves último subia a las tablas de la


Comedia Francesa, la celebrada pieza Les
Rantzall. El mundo elegante llenaba el tea-
tro; Duminil, la graciosa artista, desempe-
naba el papel de Luisa. Francisque Sarcey,
— de estatura pequena, gordo, de barba
blanca, y cuya cabeza corona la calvicie de
los anos, presidia, apoyado en un grueso bas-
tón negro, desde un balcón de primera fila,
la representacion, que, réprise, equivalía á
une premiere; el teatro estaba de bote en
bote; los artistas desempeñábanse correcta-
mente, temerosos de la pluma del renom-
brado crítico teatral de Le Temps, que, desde
el balcon, seguia con cuidadosa observación
el desenvolvimiento de la obra de Erckmann-
Chatrian. Nocheartisticamente deliciosa;
mujeres hermosas lucian tocados primave-
;
rales de exquisito gusto en los palcos brilla-
ban, bajo encajes y muselinas, diamantes y
perlas prendidos de pechos vol u ptuosos; las
lamparas eléctricas a media luz hacían que
se destacara el escenario, de manera que los
cuadros aparecieran envueltos en los colores
de la fantasia; una olorosa atmosfera, como
de flores tropicales, dominaba por todas
partes, como si fuera destinada á perfumar
la blanca alcoba de Luisa.
Eran dos hermanos, Jacq ues y Jean; su
padre al morir, favorecio al primero. De aqui
una guerra de familia durante treinta anos.
Georges era hijo de Jean, y Luisa de Jacques.
Educáronse juntos en la escuela de la aldea;
crecieron aparentandose mutuamente el odio
terrible que los padres se empenaban en in-
fundir á tiernos corazones, que se amaban.
Jacques resuelve casar á Luisa; da magni-
fico sarao y ordena hacer las publicaciones
oficiales. La nina lo sospechaba, pero el
padre no le había hablado de la futura suerte
que la esperaba. Es Florence, maestro de es-
cuela, el encargado de revelarle su proximo
enlace.
— Mi padre resuelve sin consultarme.
No, no acepto. Lo que deseo es dedicarmc a
Dios eQ la soledad del claustro.
Responde Luisa con energia.
El padre se encoleriza; la toma violento
porla mano y la arroja sobre la alfombra,
como una débil pajilla :
— No aceptas el marido que te day, por-
que amas á Georges, el hijo de mi hermano
maldito. Yo te sorprendi ayer cuando comas
al jardin, para verlo al bajar de la montaña,
miserable.
Luisa cae desde aquel dia, gravemente en-
ferma; y, resuelta á morir, rechaza medici-
nas y alimentos.
Los Dlédicos diagnostican una enfermedad
moral, que la niña se obstina en ocultar. Las
aldeanas se apirian en la plaza; y entonces
Florence, de temperamento cobarde, se anima
como por encanto, y declara la pasion de
Georges y de Luisa.
Los medicos al retirarse dicen a Jacques
La Luisa esta
:
— vida de en tus manos.
El padre reflexiona, y tembloroso toea, en
la obscuridad de la noche, a la puerta de
Jean; este abre, y al distinguir a la luz de la
lampara la palida cara de su hermano, le
grita :
— (Qué quieres a mi puerta, malvado ?
Marchaos de aqui antes que os arroje a punta-
pies.
— Conoces lo que pasa.., (Dejarias morir
a tu hijo ?
Alomento de silencio.
— Entrad.
Y Jacques pasó bajo el arco de la puerta
de Jean, con la cabeza casi contra el suelo.
Al siguiente dia firmábase el contrato nup-
cial.
Jacques cedia a su hija la quinta que con
todos los muebles habiale dejado el padre
con detrimento de su hermano; — sólo los
novios ]a habitarian; — devolvia á Jean en
dinero efectivo, con todos sus intereses, la
suma que guardo durante treinta años, y
unas tierras que, en justicia, no le pertene-
cian.
Luisa estaba como nunca bella;vestiasen-
cillo trajecito de rosada muselina, cubierta
la cabeza de una mantilla blanca; la tez, de
color de nieve, le prestaba la palidez de las
virgenes que suben pudorosas al altar de las
desposadas.
Georges revela desde su asiento lo nervioso
de su espiritu en el trance supremo. Al leerse
el articulo primero del contrato, se puso de
pie; soltó la mano de Luisa que contra la
suya oprimia; la mirada alterada, el sem-
blante livido.
El escribano publico ofrecio la pluma á
Jacques, quien con ademan altanero y pulso
firme escribio sobre el papel su rúbríca.
Jean firma también, no sin reflexionar
unos instantes, con la pluma en la mano.
- Á usted, Luisa; dice el escribano.
Y cuando esta intenta levantarse, Georges
ladetiene.
— No, no firmaras ese contrato. Ese es el
contrato del odio que quieren, despuesde
treinta anos hacer eterno. No. Yo quiero el
contrato de la reconciliación, del amor. Rom-
ped eso que ambos acabais de firmar: y va-
mos al pie del lecho que ocupara vuestra
madre á sellar el contrato que os pido; para
que luego podais acompanarnos al altar.
Momentos de silencio. silencio que ence-
rraba el definitivo resultado del porvenir de
la familia de los Rantzau.
Jacques se adelanta, toma el contrato y
lo rompe en mil pedazos.
Como por toque eléctrico, banado el ros-
tro en lagrimas, los dos hermanos, Jacques
y Jean se estrecharon en un abrazo al que
se unieron Luisa y Georges, llenos de emo-
cion y alegría.
— Redacta, Georges, nosotros firmarernos
lo quetu quieras.
Horas despues padres e hijos dividian el
pan en la misma mesa que lo hicieran sus
antepasados.
Luisa, amando a Georges, unia a los dos
hermanos divididos de manera feroz durante
treinta anos.
Et amor habia triunfado del odio !

*
* *

Comedia, aprovechando un entreacto ;


Yo estaba en uno de los balcones de la
me
complacia en ver la gris espiral que formaba
el humo de mi cigarrillo, para perderse luego
en el éter de la noche.
Vuelto en mi, torné la mirada hacia el sa-
lon, para ver el paseo de damas y caballeros
que distraianse, ora saludando á amigos 6
amigas, ora observando el arte que llevo al
marmol y al lienzo los bustos de los padres
del teatro, ya antiguo como moderno. Mi
vista tropezo con un cuadro natural de belli-
sima poesia; parecía colocado en el muro
porla mano del amor; el marco de madera
lo forma ban los listones que cuadraban la
ventanilla. Eran dos jovenes, que apartados
de cuanto les rodeaba, solo pensaban en sí.
La dama vestía de azul marino adornado
de encajes; con la mano en la mejilla recrea-
base en contemplar la negra barba de su
companero, que la veia tambien, amoroso,
tras el vidrio de 1as gafas.
Ella desato una rosa de un ramillete que
llevaba al pecho, y besola con cari no para
colocarla luego en el ojal del frac del joven
enamorado.
Yo los veia detrás de la cortina del balcon.
j
Cuántas cosas se dirían, y como debian
palpitar sus corazones con las sensaciones
del arte que se sucedian en las tablas!
i
Noche artisticamente deliciosa!
Un timbre electrico llamó a la sala. La re-
presentacion iba a continuar.
La concurrencia abandona e1 salon.
Cada cual se retira a su palco, balcon 6
poltrona.
Sólo quedaban los jóvenes enamorados,
formarido/el cuadro. Tal vez en acecho de
lasoledad.
Yo permanecí tras la cortina del balcon,
observando la poesia de aquel conjunto de
amor.
j
jOh! cuan bello era!
Otro timbre eléctrico anuncio que se levan-
taba la tela de la escena.
Ellos se estremecieron de sorpresa. Yo
quise alejarme; y al hacerlo. oí un sonido
melodioso, como el contacto de los picos de
dos palomas en la copa de una acacia.
Volvi la mirada para verlos. Habian
desaparecido.
Del cuadro solo quedó el marco.
UN CURA EN LA GUILLOTINA

j
Agostode1894.
Senor Director deEl Tiempo.
Caracas.

La atencion publica haestado pendiente en


estos ultimos meses de la marcha del juicio
seguido al abate Bruneau, vicario de Entram-
mes, acusado de haber dado muerte al cura 'I

Fricot. Como bien habrá de comprenderse,


esta causa ha venido haciéndose célebre por
haber sido, víctima y victimario, dos minis-
trosdel cristianismo. El clero ha estado terri-
blemente impresionado con este suceso, que
desde un principio se presentó con todos los <-

caracteres de un crimen con premiditacion y


alevosía, y debiendoresolverse por la ejecu-
cion de un sacerdote.
Despues de cuatro sesiones de la Corte, el
Jurado, en i3 de julio delanocorriente, con-
deno el abate Bruneau, sin circunstancias
atenuantes, a la pena de muerte. Nada ha
sido suficiente para salvarla vidaalcriminal;
todas las diligencias, todas las influencias,
han sidoinutiles; la comision de Gracias pre-
sentó un informe desfavorable á la conmuta-
cion de la pena; el Presidente de1a Republica
devolvio el expediente sin haber firmado el
decreto de Gracia.
El aj usticiado fue ejecutado hoy á las cua-
tro y cuarenta y cinco de la mañana.
Entremos a detallar los varios episodios
de uh crimen que habrá de llamar la atencion
del mundo cristiano.Nuestras creencias, y
creencias quetenemos querespetar, nos mar-
can el camino que debemos seguir en esta
revista: apartarnos de toda apreciacion y
anotar los hechos.
El abate Bruneau tenía veintinueve anos.
Ordenóse en 1886, y fué nombrado vicario en
elpueblodeAstille.
Bruneau es el tipo del bandido que se dis-
fraza con la sotana : borracho, parrandero.
j

libertino, jugador! Para llevar tal vida tuvo


necesidad de dinero, y para ello robo, y tres
veces incendio el presbiterio para hacérselo
pagar por las compañÍas de Seguros. Fué
denunciado en sus fechorias, y la autoridad
a
superiorloenvio Entrammes. Aqui conti-
nue) la misma vida, sacándole dinero á los
inocentes campesinos, de quienes se hacia dar
sus pequenas economias, para gastarlas en
casas secretas de Laval (1), de las que era
cliente asiduo. Los cocheros que le llevaban
y traían casi todas las noches, se lo disputa-
ban, pues dicen era un cliente muy generoso.
Fricot, cura de Entrammes, no tardó mu-
cho en conocer al vicario, que presentaba to-
dos los sintomas de un bandido; y quiso de-
nunciarlo, pero Bruneau no le dio tiempo v
1

1) Laval esta á diez kilomctros de Entrammes.


y, antes que hablara, resolvio asesinarlo.
A eso de las seis y media de la tarde del
2 de enero, entre al presbiterio el cura Fricot,
instalandose allado de la chimenea para es-
perar li hora de la comida. Bruneau, bajo un
pretexto desconocido, hizo que Fricot saliese
al jardin, v, llegados junto al pozo artesiano
na1)ibe, del patio de la iglesia, y poniendo
en el suelo el breviario y el sombrero, agarró
a Fricot por la garganta y, tumbandole, lo
precipito en el pozo; pero no cae al fondo,
sino que se agarra de cuerdas que habia en-
contrado en la caida, y grita pidiendo auxi-
Iio; pero el asesino estaba alii al lado de la
victima, v empieza a lanzarle pedazos de ma-
dera que, tocando al pobre cura por la cabe-
za le hicieron caer al fondo, donde murio en
medio de tristes gemidos que, si oidos por
los vecinos, fueron tornados por gritos de
borracho. Nadie acudiÓ.
El cura había desaparecido del pueblo.
Toda la noche fué pasada por la autoridad y
los amigos en su solicitud, y entre ellos iba
jquien lo creyera! el criminal con el brevia-
rio bajo del brazo. Muchas personas habian
visto entrar á Fricot en la iglesia, nadie lo
habia visto salir. A1 fin fué encontrado en
el fondo del pozo. Todas las sospechas caye-
ron sobre Bruneau, y fué en el acto reducido
a prision. El proceso establecio su culpabili-
dad. En las averiguaciones, computaciones y
declaraciones conocio el tribunal que Bru-
neau habia cometido otro cnmen en La-
val, en una ftorista, Ilamada la viuda Bour-
dais.
Otro crimen del vicario para llegar al ter-
cero, cometido en las personas de los esposos
Halopeau. Parece que una vez habia venido
Bruneau de visita donde el cura de Livré,
cuando llegaron los esposos a decir al cura
que tenian 3.ooo francos de economias. Bru-
neau estaba presente. Al siguiente dia esta-
ban asesinados y los 3.ooo francos desapa-
recidos.
Nos aproximamos á la ejecucion.
Deibler llega el 29 á Laval para ejecutar
el condenado; este pide confesarse, comulgar
yoir la misa.
La multitud hace noches que grita en los
alrededores de la prisión pidiendo la cabeza
del vicario, que creyendo llegada su ultima
hora perdio completamente el sueno.
A las cuatro de la manana del día de hoy,
3o de agosto, penetran los magistrados al ca-
labozo del condenado. Bruneau no dormia,
el procurador de la Republica le dice :
— ;
Bruneau, valor! La hora ha llegado.
— ,;Puedo levantarme? Respondio el aj us-
ticiado.
— Si. Vistase usted.
Pusose un pantalon. El procurador de la
Republica le pregunto si tenia alguna decla-
ration que hacer.
— Xo, respondio*, yo soy inocente de todos
los crimenes que se me atribuyen, y por uno
; de los cuales voy á morir. Yo no he cometido
sino atentatos contra el pudor. Muero ino-
cente.
Y luegoentrego una carta al procurador.
— Usted la leerá, dijo, al mismo tiempo
que mi defensor, y después pueden publi-
carla.
En dicha carta dice que es inocente, y que
al morir perdona á todos los que le han he-
cho mal, inclusive al clero. Como la carta
contiene imputaciones calumniosas para los
testigos en el proceso, el procurador ha deci-
dido no entregarla a la prensa.
El condenado pide oirlamisa, loque hace
contoda contricion y con firmeza de animo.
Terminado el acto religioso en que acaba
de tener efecto la ultima entrevista entre Dios
y el hombre pecador, el verdugo Deiblerapo-
deróse del condenado paraproceder al afeite.
Bruneaupide de comer, lo cual le es conce-
dido, haciéndolo con grande apetito.
De la puerta de la prision á la guillotina
habrá algunos trescientos metros. Bruneau
los hace lentamente, sostenido por un ayu-
dante del verdugo y un sacerdote; á tres me-
tros del fúnebre aparato pide besar porla
ultima vez la efigie del Cristo, que le espre-
sentado por el sacerdote; y luego se voltea
para no ver la guillotina. Esta lucha contra
la muerte dura bien tres minutos.
El verdugo se apodera del asesino que iba
á pagar con la vida el crimen tan vulgar que

nadie.
habia cometido en la persona de un pobre
cura de aldea que no habÍa hecho mal á

Desprendiose de lo alto del parapeto la

aplaudio
cuchilla, y la cabeza cayó en el canastillo.
La multitud

Las poblaciones de Laval, Entrammes y


demás de la región, según dicen los diarios,
estaban excesivamente exaltadas con el refe-
rido crimen, y hasta las mujeres pedlan la
cabeza de Bruneau, en los cafés y en las
-

calles. Es de anotartambien que la opinion


publica en Francia ha pedido la pena capital,
y á ello se debe que el Presidente de la Re-
publica no haya complacido á las altas per-
sonalidades eclesiasticas que pusieron en jue
go todas sus inftuencias parasalvar del opro-
bio de la guillotina a un colega. Parece que
Casimir Perier, fluctuo varias veces en favor
del clero, pero al fin oyo la voz del pueblo,
la voz de la Francia, la voz de los catolicos
honradosque pedian el castigo tremendo
para el infiel sacerdote de Jesus, y no firmó
la gracia.
Es el segundo sacerdote ejecutado en Fran-
cia durante el siglo actual.
El 3 de enero de 1857, dia de Santa Ge-
noveva, fue asesinado el arzobispo de Paris,
en la iglesia Saint-Etienne-du-Mont, por el
abate Verger. Cuando el verdugo vino á bus
carle parece que dijo : Si hay que monryo
quiero hacerlo Sill curas ni rcliquias. A las
suplicas de un sacerdote accedio a confesar-
se. Al subir a la guillotina dijo : Ofrezco mi
vida en expiation de mis culpas.
El abate Mingrat (y van tres abates asesi-
nos.) asesino en 1822, á una senora de vein-
tiseis anos. Fué con denado á muerte pero
logro escaparse de la prision, y
refugiandose
cn la Saboya no fué posible obtener la extra-
.icÍón.
Otro sacerdote, Jean-Baptiste-Dellacollon-
ge, cura de Sainte-Marie-la-Blanche, fué con-
dcnado tn 1836 á trabajos forzados a perpe-
tuidad y á la exposicion publica, por haber
asesinado á una mujer de nombre Fanny
Besson.

FIN
INDICE

Paris.
PRÓLOGO.
Michelena.
La fiesta dc los estudiantes en Paris
Arturo
Montmartre. Cervecerías
1889.
VII
i
10
23

Paris.
29


Maxime Lisbonne. 38

La mañana.

Lunette.
El Conde de

Latino.
Le Père
El Barrio
Lacanción

83
g3
5i
5g
71

Historia de un estudiante io3

Dreyfus.
Ferdinand de Lesseps. — Jean Gigoux. —
Burdeaux. — Henri Brisson. — El capitan

Carnot
Henri
Emile Zola.
Rochefort.
Jesús.
La Vida de
Lilianne
109
134
144
i5y
164
181
Estrella.
Napoleón.
El Arco de triunfo de la I:-':S

EneltallerdeCheca-3
La tumba de

Natural241
223
>
3i

A1
suillotÍna.
Un cura en la 2o

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