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Bulletin Hispanique

El "Genius Natalis" en la oda IV de Fray Luis de León


Soledad Pérez-Abadín Barro

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Pérez-Abadín Barro Soledad. El "Genius Natalis" en la oda IV de Fray Luis de León. In: Bulletin Hispanique, tome 97, n°2,
1995. pp. 493-501;

doi : https://doi.org/10.3406/hispa.1995.4880

https://www.persee.fr/doc/hispa_0007-4640_1995_num_97_2_4880

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Résumé
L'un des aspects les plus problématiques de l'ode IV de Fray Luis, la scission entre l'âme et le corps de
l'enfant nouveau-née à laquelle est dédié le poème, peut être considéré comme une réminiscence du
Genius protagoniste du genethliacus classique. Conformément au modèle canonique de la littérature
ayant trait à la naissance, cette divinité protectrice de l'individu fait l'objet d'un culte comprenant des
invocations, des prières et des offrandes propitiatoires. Avec la Genius, d'autres éléments interviennent
comme la requête de favorables auspices, l'horoscope ou le dernier voeu qui révèlent le caractère
généthliaque de cette ode.

Abstract
One of the most problematic aspects of fray Luis' oda IV, the split between the soul and body of the
newborn girl to whom the poem is addressed, is able to be set up as a remembrance of Genius who
protagonizes the classical genethliacus. According to the standard model of literature concerning
births,this protective god receives a worship that includes invocations, requests and helpful gifts. Along
with Genius, there are other éléments involved like the claims for auspicious protection, the horoscope
or the last wish, all of which shape the ode's genethliaque character.

Resumen
Uno de los aspectos más problemáticos de la oda IV de fray Luis, la escisión entre el alma y el cuerpo
de la recién nacida a la que se dedica el poema, puede plantearse como reminiscencia del Genius
protagonista del genethliacus clásico. Conforme al modelo canónico de la literatura natalicia, este
numen protector del individuo es objeto de un culto que incluye invocaciones, ruegos y ofrendas
propiciatorias. Con el Genius concurren otros elementos como la solicitud de auspicios favorables, el
horóscopo o la optación final, que componen el marco genetlíaco de esta oda.
EL "GENIUS NATALIS" EN LA ODA IV
DE FRAY LUIS DE LEÓN

Soledad PÉREZ- ABADÍN BARRO*

L'un des aspects les plus problématiques de l'ode IV de Fray Luis, la scission entre l'âme
et le corps de l'enfant nouveau-née à laquelle est dédié le poème, peut être considéré comme
une réminiscence du Genius protagoniste du genethliacus classique. Conformément au modèle
canonique de la littérature ayant trait à la naissance, cette divinité protectrice de l'individu
fait l'objet d'un culte comprenant des invocations, des prières et des offrandes propitiatoires.
Avec la Genius, d'autres éléments interviennent comme la requête de favorables auspices,
l'horoscope ou le dernier voeu qui révèlent le caractère généthliaque de cette ode.

Uno de los aspectos más problemáticos de la oda IV de fray Luis, la escisión entre el alma
y el cuerpo de la recién nacida a la que se dedica el poema, puede plantearse como
reminiscencia del Genius protagonista del genethliacus clásico. Conforme al modelo canónico
de la literatura natalicia, este numen protector del individuo es objeto de un culto que incluye
invocaciones, ruegos y ofrendas propiciatorias. Con el Genius concurren otros elementos
como la solicitud de auspicios favorables, el horóscopo o la optación final, que componen el
marco genetlíaco de esta oda.

One of the most problematic aspects of fray Luis' oda IV, the split between the soul and
body of the newborn girl to whom the poem is addressed, is able to be set up as a remembrance
of Genius who protagonizes the classical genethliacus. According to the standard model of
literature concerning births,this protective god receives a worship that includes invocations,
requests and helpful gifts. Along with Genius, there are other éléments involved like the
claims for auspicious protection, the horoscope or the last wish, all of which shape the ode's
genethliaque character.

Mots-clés : Louis de León - Genius Natalis - Généthliaque classique - Discours épidéictique.

* Universidad de Santiago de Compostela, Departamento de Filología Española, Facultad de


Filología, 15771 Santiago de Compostela, España.

B. HL, T. 97, 1995, n° 2, p. 493 à 501.


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La oda que fray Luis de León dedica a doña Tomasina de Borja1 se adscribe,
dentro del género encomiástico, a la variedad del genethliacus, composición
celebratoria de cumpleaños y, en sentido amplio, también de nacimientos2. Se
debe a Francisco Rico (1981 : 245-248) esta filiación3 de obligada referencia al
evaluar el significado y algunos matices del poema en tanto pieza
circunstancial. Entre los elementos heredados del natalicio latino destaca la implícita
presencia del Genius, equivalente a la parte espiritual de cada individuo según
las creencias grecorromanas. Sobre esta entidad se opera un proceso despa-
ganizador que amortigua su intervención sin hacerla irreconocible. A la luz
de este dato, los apostrofes supuestamente dirigidos a la recién nacida trans-
parentan su cabal significado y contribuyen a definir el perfil temático del
poema. El presente trabajo, por lo tanto, trata de calibrar el significado del
Genio en la oda IV, no sin antes esbozar los rasgos que componen el marco
genetlíaco del poema.

Según la definición de Menandro, el discurso de cumpleaños se inicia con


un proemio, al que seguirán los elogios del día, de la familia, del nacimiento
y de los méritos de la persona celebrada que, de tratarse de alguien muy joven,
se planteará en forma prospectiva. Dionisio de Halicarnaso se detiene algo
más en la explicación de los sucesivos pasos del genethlíakos lógos y añade otros
motivos de alabanza como la época del año, el lugar y el ruego final a los
dioses4.

En conformidad con tales prescripciones retóricas, la oda IV se abre con una


lira introductoria que solicita la inspiración de Calíope y encarece la materia
objeto del canto5. Las exhortaciones al sol (estr. 2-3) sugieren que el nacimiento
ocurre al amanecer, en los instantes previos al despuntar de « aqueste día »
(v. 2) que lo celebra6. Esta figurada coincidencia en el tiempo comporta la
asignación de facultades del astro a la « luz nacida » capaz de sustituirlo. Al
referir el mutuo intercambio de las cualidades del cuerpo y del alma (estr. 8-
12) se procede al mismo tiempo a un encomio escindido entre la hermosura,

1. Comúnmente titulada como Canción al nacimiento de la hija del marqués de Alcañices. Para otros
epígrafes, véase la ed. de Blecua (1990 : 167).
2. Aunque las teorizaciones retóricas y la mayor parte de los ejemplos de la poesía latina conciben
el genethliacus como discurso de cumpleaños, la similitud de las circunstancias permite extender la
denominación a los poemas natalicios. Frente a ello, Cesáreo (1929 : 213-219) opta por la acepción
restringida y excluye de la categoría muestras como la égloga IV de Virgilio, dedicada a un niño no
nacido.
3. « Los versos de fray Luis pertenecen a otro género, nada conspicuo en vulgar, pero comunísimo
entre los autores neolatinos, en España y fuera de España : el genethliacus (...), escrito a manera de
horóscopo en ocasión de un natalicio o cumpleaños » (Rico, 1981 : 247).
4. Menandro, « Discurso de cumpleaños », en Sobre los géneros epideícticos, ed. de F. Romero Cruz,
Universidad de Salamanca, 1989, p. 76. Dionisio de Halicarnaso, « Procédure for Birthday Speeches »,
Appendix to Menander Rhetor, ed. by D. A. Russell and N. G. Wilson, Oxford, Clarendon Press, 1981,
p. 368-370. En referencias sucesivas a estas obras se indican sólo las páginas.
5. Responde así a la noción de proemio expuesta por Menandro para elbasilikós pero aplicable, según
observa el rétor, a cualquier tipo de discurso epideíctico (p. 53).
6. A la oportunidad de las fechas relacionadas con los comienzos se refiere Dionisio : « Thus if it is
the new moon, it is the beginning of the month, and beginnings are best, and all things come from a
beginning : it is indeed half the whole, or rather, as Plato says, it is the whole » (p. 368).
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las virtudes espirituales7 y la gloria y nobleza consustanciales al linaje (estr.


9, 13). El panegírico de la familia se intercala de este modo dentro de la
alabanza individual y presta a esta un término de comparación, dos ilustres
antepasadas (estr. 13), encarecedor de los futuros méritos de la niña (estr. 14)8.
Sirve de cierre al poema una lira en la que el hablante9 manifiesta su propio
deseo como exhortación a la destinataria, resaltando así el tono optativo
inherente a la profecía.
A esta estructura10, que traduce el designio epideíctico del poema, se
superpone un marco zodiacal de estirpe neolatina11. La formulación del
horóscopo informa así los materiales clásicos y retóricos, acogidos dentro del
esquema general de concesión de dones por los distintos planetas. Las dádivas
de Júpiter y Venus, « quien rige el movimiento / sexto con la diosa, / de la
tercera rueda poderosa » (v. 23-25), se contraponen a la acción de Saturno y
de Marte, que anulan la influencia adversa de sus respectivos signos : « De
tu belleza rara / el envidioso viejo mal pagado / torció el paso y la cara, / y
el fiero Marte airado / el camino dejó desocupado » (v. 26-30). Comparece a
continuación Apolo para augurar una vida virtuosa a la destinataria de su
profecía, en el mismo momento en que el espíritu invocado se une a su cuerpo.
La literatura natalicia suministra asimismo algunos de los topoi silenciados
en las estipulaciones teóricas a pesar de su frecuencia y su marcado valor
genérico. En los primeros versos se solicita de Calíope un « nuevo canto » que
correspondería a la invocación de palabras favorables que suele encabezar el
genetlíaco latino12. Se prepara de este modo el tono deprecatorio mantenido

7. Menandro establece la distinción entre las actitudes y los actos (p. 76), expuesta con más detalle en
el capítulo del basilikós (p. 55-57). En el tratado sobre el discurso de cumpleaños propone destacar las
virtudes y los futuros actos en la alabanza de personas jóvenes : « Puesto que de alguien joven no puedes
decir otras cosas aparte de esas, ya que al ser joven aún no puso de manifiesto sus actos, harás el encomio
de acuerdo con el método así : "Con estos indicios hago vaticinios sobre el futuro : llegará a la cumbre
de la cultura y de la virtud, se esforzará por las ciudades, organizará certámenes, dará ornato a las
fiestas", y cosas por el estilo » (p. 76).
8. Según prescribe Menandro : « En cada capítulo (...) harás una comparación ; luego, tras la
comparación particular de cada capítulo, harás la comparación final referente al tema entero » (p. 76).
También Dionisio sugiere proceder al elogio de las cualidades naturales a través de su parangón con
los héroes mitológicos o personajes que las representan (p. 369).
9. Tanto Rivers (1983 : 23-24) como Alarcos (1989 : 2) ponen la última lira en boca del poeta, que según
García (1944) y Vega (1955) es también el hablante de la estrofa anterior. Llobera (1931), Macrí (1982),
Alcina (1989), Blecua (1990) y Seres (1990) incluyen los versos finales dentro del parlamento de Apolo.
10. En líneas generales, esta división coincide con la que trazan Rivers (1983 : 22-24) y Alarcos
(1989 : 2). Como expongo en otro trabajo (1993 : 43), la oda IV ilustra una estructura bipartita.
1 1 . Alcina (1989 : 85-86) advierte la relación de este poema con elgenethliacus que Juan Petreyo dedica
a Felipe II. Aunque el editor lo considera ausente en los modelos antiguos, no faltan ejemplos aislados
del tema del determinismo zodiacal como la elegía IV-1 de Propercio, en donde el poeta se presenta
como astrólogo : « Certa feram certis auctoribus, aut ego uates / nescius aerata signa mouere pila... »
(v. 75 s.), o el carmen 11-17 de Horacio (v. 17-24), cuyo parentesco con la oda luisiana es apuntado por
Macrí (1982 : 294-295).
12. Cf. « Dicamus bona uerba : uenit Natalis ad aras : / Quisquís ades, lingua, uir mulierque, faue »
(Tibulo, II-2, v. 1-2), « Lucanum canimus, fauete linguis ; / uestra est ista dies, fauete, Musae » (Estacio,
II-7, 19-20), « linguis omnibus et favete votis ; / natalem colimus, tácete lites » (Marcial, X-87, 3-4),
« concipiamque bonas ore favente preces » (Ovidio, Tristia IH-13, v. 18), « lingua favens adsit,
nostrorum oblita malorum, / quae, puto, dedidicit iam bona verba loqui » (Ovidio, Tristia V-5, v. 5-6),
« bona gaudia, dulcia verba, / Omne pium laetumque die Felicis amemus » (S. Paulino, carmen XXVI,
v. 12-13 ; en Cesáreo, 1929 : 177).
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en las palabras de Apolo, que se conforman como discurso votivo13. Aunque


los apostrofes del dios tienen por término general a la recién nacida, la efectiva
destinataria es su alma, que de este modo se hace equivalente a su Genio, en
el sentido antiguo del término. El recurso a esta figura constituye una de las
principales evidencias del peso de la tradición genetlíaca en esta oda.

El conjunto de los comentarios sobre el entramado gramatical de las estrofas


que en el discurso de Apolo plasman la disociación entre el alma y el cuerpo
ha omitido cualquier referencia al presumible fundamento de este artificio.
En sus notas a esta oda, Macrí (1982 : 295) afirma a propósito del pasaje en
estilo directo : « Alocución de Apolo al espíritu de Tomasina », sin establecer
un parentesco con los modelos latinos de este género temático. En punto al
discutido reparto de los determinantes posesivos en la lira 11, ofrece la
solución « tu rostro », « su beldad » y « tus ojos »14, justificada desde un ideario
platónico : « Apolo piensa directamente en el rostro y en los ojos de la niña
una vez que el « espíritu real » ha descendido al « cuerpo hermoso ». El
enlace, la fusión de cuerpo y alma se han realizado ya en el cambio explicado
en las dos estrofas precedentes » que constataban el mutuo intercambio de
nobleza terrena y virtud interior (Macrí, 1982 : 295).

Alarcos (1989 : 8) rebate la lectura propuesta por Macrí y suscrita por Alcina
(1989), para defender en su lugar un inverso orden de los determinantes de
segunda y tercera personas : su rostro, tu beldad, los sus dos ojos15, acorde con la
distinción entre « cualidades morales, abstractas » y « componentes concretos
y físicos » continuada en la estrofa siguiente.

Este dilema textual es solventable a la luz del concepto de Genius implícito


en todo el parlamento de Apolo. Dentro de las creencias religiosas de la
Antigüedad se considera la existencia de espíritus protectores vinculados a
cada persona desde su nacimiento que reciben las denominaciones de Daímon,
entre los griegos, y Genius, con su equivalente femenina Juno, en la versión
romana. A la conmemoración de estas deidades personales se destinaba la
fecha del propio aniversario, según testimonia la abundante literatura
natalicia promovida por tales circunstancias16.

13. En los modelos clásicos, los ruegos al Genius constituyen uno de los ingredientes obligados en el
ritual de su celebración : « et pete, qua polies, ut sit tibi forma perennis, / inque meum semper stent
tua régna caput » (Propercio, 111-10, v. 17-18), « Adnuat et, Cornute, tibi, quodcumque rogabis » (Tibulo,
II-2, v. 9), « At tu, Natalis, quoniam deus omnia sentis, / Adnue » (Corpus Tibullianum, III-ll, v. 19-20).
El valor de este topos experimenta una inversión en las expresiones ovidianas de repudio alGenius (véase
Cairns, 1972 : 135-137) : « si tamen est aliquid nobis hac luce petendum, / in loca ne redeas amplius
ista, precor, / dum me terrarum pars paene novissima, Pontus, / Euxinus falso nomine dictus, habet »
(Tristia, 111-13, v. 25-28).
14. « En tu rostro se vean / de su beldad sin par vivas señales ; / los tus dos ojos sean / dos luces
inmortales, / que guíen al sumo bien a los mortales ».
15. Se inclinan por la lectura su rostro, tu beldad, los sus dos ojos A. Merino (1816), J. Llobera (1931),
F. García (1944), A. C. Vega (1955). En J. M. Blecua (1990) y G. Seres (1990) aparece tu rostro, su beldad,
los tus dos ojos.
16. Para una más detallada explicación sobre el significado, atribuciones y culto a esta divinidad,
véase Cesáreo (1929 : 13-63).
EL "GENIUS NATALIS" EN LA ODA IV DE FRAY LUIS DE LÉON 497

Fray Luis incorpora a su oda la idea de esta espiritualidad inmanente


concillándola con el platonismo cristiano que preside su pensamiento. Al
igual que el Genio, el alma de la destinataria goza de rango divino17 y
permanece desligada del eventual soporte del cuerpo, según revela el primer
apostrofe que recibe : « Alma divina, en velo / de femeniles miembros
encerrada » (v. 16-17). El discurso de Apolo mantiene la disociación entre
ambas dimensiones del ser, desde que reclama la venida del alma, « Deciende
en punto bueno, espíritu real, al cuerpo hermoso » (v. 36-37), hasta que la
exhorta al retorno a su prístino origen : « creciendo te levanta / a estado el
más dichoso / de cuantos dio ya el cielo venturoso » (v. 78-80). En estas
apelaciones, los indicios gramaticales de la segunda persona no pueden hacer
referencia ni al cuerpo18 ni a la persona de Tomasina, que en el futuro
encarnará la virtud alentada por su espíritu19. Por el contrario, la oda tiene por
única destinataria y principal término de encomio al alma, aunque se
presuponga su accidental corporeización en la recién nacida.
El recurso al Genius o, por tratarse de una mujer, Iuno20, lleva aparejada la
adopción de los topoi que las versiones canónicas del natalicio asocian al
tratamiento de esta figura central de sus invocaciones, plegarias y ofrendas.
Sobre este arquetipo se efectúan las modificaciones requeridas por el
particular designio de la oda.
Corresponde a Apolo pronunciar la deprecatio al espíritu del nacimiento,
anticipada por el discurso laudatorio en boca del poeta hablante (v. 1-35). Las
palabras iniciales del dios solicitan el advenimiento del alma, « Deciende en
punto bueno / espíritu real, al cuerpo hermoso » (v. 36-37), en conformidad
con las fórmulas ritualísticas ilustradas por los modelos romanos para
convocar al Genius Natalis21.
A modo de ofrendas propiciatorias se consagran al « espíritu real » el linaje,
« la gloria / que en el terreno cerco es más tenida » (v. 41-42), y la belleza
sensible (estr. 11-12) del ser que lo encarnará. Para corresponder a los

17. En un genetlíaco incluido en su Apología, Apuleyo identifica al destinatario y su Genio, en


congruencia con la teoría expuesta en sus tratados platónicos De deo Socratis y De dogmate Platonis. En
la concepción de este autor, el Genius pierde la autonomía de que goza en las creencias romanas como
divinidad protectora para hacerse equiparable al Demonio griego, que está en el ánimo humano, de lo
que resulta la igualdad entre el Genius y el animus (véase Cesáreo, 1929 : 153-159).
18. Por lo tanto, el iónico posesivo de segunda persona de la estrofa 11 aparece en tu beldad, atributo
del espíritu al que se apostrofa, frente a las propiedades físicas determinadas con la tercera persona,sw
rostro y sus dos ojos.
19. Para Alarcos (1989 : 8) la aparición de esa futura persona se relega a la última lira : « La fusión
de cuerpo y alma sólo se cumple después del parlamento del dios, cuando en la estrofa final el poeta
ya no se dirige sino a la niña, a la ilustre y tierna planta ». Más adelante, parece contradecir esta
afirmación al observar que en las estrofas posteriores a la 11 « las cualidades de virtud y hermosura, o
de gracia y belleza ya se refieren a personas con alma y cuerpo ».
20. Esta divinidad femenina aparece invocada, entre otros lugares, en las elegías III-6 y III-12 del
Corpus Tibullianum : « Etsi perqué suos fallax iurauit ocellos / Iunonemque suam perqué suam
Venerem » (III-6, v. 47-48), « Natalis Iuno, sanctos cape turis aceruos, / Quos tibi dat teñera docta puella
manu » (111-12, v. 1-2).
21. Cf. « optime natalis! quamvis procul absumus, opto / candidus huc venias dissimilisque meo,
/ si quod et instabat dominae miserabile vulnus » (Ovidio, Tristia V-5, v. 13-15), « At tu, Natalis multos
celebrande per annos, / Candidior semper candidiorque ueni » (Tibulo, 1-7, v. 63-64). En la elegía II-2
de Tibulo se solicita la triple presencia deNatalis, Genius y Amor (véase Cairns, 1972 : 113).
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galardones recibidos, el alma adornará el cuerpo con sus cualidades y


virtudes : « Tú dale en cambio desto / de los eternos bienes la nobleza, / deseo
alto, honesto, / generosa grandeza, / claro saber, fe llena de pureza » (v. 46-
50). Este mutuo intercambio de dádivas, al que añade énfasis la reiteración del
verbo dar22 : « El te dará la gloria » (v. 41), « Tú dale en cambio desto » (v. 46),
remite al culto antiguo transmitido por las convenciones genetlíacas. Según
el testimonio de la poesía latina, en las celebraciones de aniversarios se agasaja
a este numen protector con presentes que intentan atraer su voluntad en la
concesión de favores a la persona bajo su tutela. Así lo ilustran las elegías de
Tibulo 1-7, II-2, dedicadas respectivamente a Mésala y a Cornuto, y la III-ll
del Corpus Tibullianum, que consagra incienso a Natalis para que atienda a los
votos del suplicante23.
Al mismo tiempo, la atribución de dones por parte del alma refuerza el
engarce de este núcleo con las estrofas previas, dedicadas a esbozar el
horóscopo que por lo demás sirve de marco al discurso de Apolo. Se logra así
la integración de topoi de diversa estirpe, clásica y neolatina, en la medida en
que los dioses olímpicos y el Genius desempeñan el cometido de dotar a la
recién nacida de un bagaje de cualidades.
El planteamiento deprecatorio de la oda, plasmado en forma apelativa, se
realiza asimismo por medio de optaciones que denotan la implicación de un
yo, identificado con Apolo. De este modo, el hablante recurre al subjuntivo
para formular los propios deseos : « En su rostro se vean... » (v. 51), « los sus
dos ojos sean... » (v. 53), « ... a sus dichosos siglos represente » (v. 60). En su
calidad de vate, adivina el porvenir : « serán por ti en desprecio / y puestas
en olvido » (v. 68-69), « contra quien no valdrá ni oro ni ruego » (v. 75) y
orienta los acontecimientos hacia el futuro24 : « creciendo te levanta / a estado
el más dichoso / de cuantos dio ya el cielo venturoso » (v. 78-80). Al aludir a
la gloria o bienaventuranza del más allá, esta exhortación final dota al poema
de una proyección religiosa hasta estos versos imperceptible25. En su discurso

22. Que enlaza con los versos « del rico don que el cielo les invía » (v. 5) y « Diéronte bien sin cuento »
(v. 21).
23. « Hue ades et Genium ludis Geniumque choréis / Concelebra et multo témpora funde mero : /
Illius et nitido stillent ungüenta capillo, / Et capite et eolio mollia serta gerat. / Sic uenias hodierne :
tibi dem turis honores, / Liba et Mopsopio dulcía melle feram » (1-7, 49-54), « Ipse suos Genius adsit
uisurus honores, / Cui décorent sanctas mollia serta comas. / Illius puro destillent témpora nardo, /
Atque satur libo sit madeatque mero » (II-2, v. 5-8), « Mane Geni, cape tura libens uotisque faueto »
(III-ll, v. 9). Añádanse, entre otros muchos ejemplos, la invocación a Juno como receptora de un triple
galardón : « Ter tibi fit libo, ter, dea casta, mero » (Corpus Tibullianum, 111-12, v. 14) y los versos iniciales
del carmen IX de Apuleyo : « Florea serta, meum mel, et haec tibi carmina dono. / Carmina dono tibi,
serta tuo Genio » (en Cesáreo, 1929 : 154). En las Tristia ovidianas 111-13 y V-5, el motivo de la ofrenda
de incienso, perfumes, guirnaldas, vino y pasteles de miel al Genio es presentado en sentido paródico.
24. También la elegía 1-7 de Tibulo concluye con una inflexión prospectiva, al requerir para años
venideros una presencia del Genio cada vez más benévola : « At tu, Natalis multos celebrande per
annos, / Candidior semper candidiorque ueni » (v. 63-64). Bail (1983 : 120-121) advierte las
connotaciones épicas de estos versos que cierran el canto triunfal de las proezas de Mésala. En su oda,
fray Luis recurre a las imágenes lumínicas para encarecer la virtud del alma : « que con la luz nacida
/ podrá ser nuestra esfera esclarecida » (v. 14-15), « los tus dos ojos sean / dos luces inmortales, / que
guíen al sumo bien a los mortales » (v. 53-54).
25. Varios de los Natalicia de S. Paulino a S. Félix Nolano desarrollan el motivo de la muerte terrena
que permite alcanzar el nacimiento en Dios. En la medida en que representan las primeras tentativas
de poesía genetlíaca cristiana (Cf. Cesáreo, 1929 : 169-179), las composiciones de S. Paulino pueden
situarse en la tradición genérica que llega a fray Luis.
EL "GENIUS NATALIS" EN LA ODA IV DE FRAY LUIS DE LÉON 499

se entretejen también moralizaciones : « cual hace la verdad con lo fingido »


(v. 70) y consejos : « huyan luego, / si fueren poderosos, / antes que prenda
el fuego » (v. 72-74). Las facultades proféticas de que está investido, así como
su condición de dios, habilitan a Apolo para dirigirse al alma divina de su
destinataria y tributarle la plegaria adecuada a su rango.

Los débitos contraídos con la mitología pagana en nada contravienen el


ideario religioso y moral de fray Luis de León26. Bajo la envoltura clásica se
exponen el concepto platónico del viaje del alma desde las esferas hasta el
cuerpo (v. 16 s.), la exaltación de las cualidades espirituales frente a las glorias
mundanas (v. 41-50) y el paradigma de conducta virtuosa en el sentido
cristiano del término (v. 58 s.).

Conforme a la categoría accesoria que le corresponde en la fórmula clásica


del genethliacus, el tema amoroso27 apenas insinuado se supedita a la
exaltación de la virtud y forma con ella una dicotomía paralela a la establecida
entre el cuerpo y el alma. La destinataria, al igual que la dama petrarquista28,
se pondera como dechado de cualidades simbolizadas en sus ojos (v. 53-55,
71-75). Aunque se exaltan la belleza y el poder de la mirada como medio de
atracción amorosa, los topoi de la tradición petrarquista y neoplatónica
subvierten su valor habitual para significar la virtud del alma. De este modo,
los conceptos de hermosura y amor entran en antagonismo, ya que la primera
no se concibe como un don mundano y fingido, sino espiritual (v. 70).

El arquetipo genérico de las odas luisianas, reconstruible a partir de su


estimación conjunta, ha sido modulado en este ejemplo con arreglo a una
finalidad encomiástica adquirida en las tradiciones grecorromana y
humanística. En contrapartida, de la literatura natalicia se seleccionan los
rasgos susceptibles de acomodarse al designio del corpus al que pertenece el
poema analizado29.

En este estudio se ha considerado la huella que el Genius Natalis ha dejado


en la oda IV. Sin pretender postular un intencionado parentesco, se ha puesto
de relieve la similar configuración que reciben el espíritu invocado en el
natalicio de fray Luis y las entidades auspiciadoras de los aniversarios en la
poesía latina. Tales concomitancias, buscadas o casuales, avalan la
pertenencia de esta oda a la modalidad temática del genethliacus clásico.

26. Para una caracterización del contenido intelectual y filosófico de las odas, véanse Rico (1970 : 170-
189), Macrí (1982 : 43 s.) y Alcina (1989 : 11-15).
27. El tema amoroso se inserta en el marco de celebración del cumpleaños en las elegías III-ll, III-
12, 111-13, 111-14 del Corpus Tibullianum, III-10 de Propercio y en la oda IV-11 de Horacio.
28. En su introducción y notas advierte Alcina (1989 : 84-90) el origen petrarquista de imágenes y
conceptos (v. 6-10, 19-20, 54-55, 71-75).
29. Como expongo en otro trabajo (1993 : 20), la oda IV guarda coherencia con el conjunto temático
de los veintitrés poemas originales, a pesar del porte circunstancial que desfigura en cierta medida los
elementos éticos.
500 BULLETIN HISPANIQUE

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Obras poéticas, ed. de J. Llobera, Cuenca, 1931-1933 {Las poesías originales, 1931,
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