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Franck Gaudichaud ,
Chili, 1970-1973. M ille jo n r s q ui ébranlérent le m on de , 2 0 1 3 , 3 4 6 p.
A lejandro E. G ómez,
Le spectre d e la révolution noire. L'impact d e la révolution h a itien n e dans le M onde atlantique,
1790-1886, 2 0 1 3 , 3 1 0 p.
H um b erto C ucchetti,
S ervir Perón. Trajectoires d e la Garde d e Fer, trad. D enis R odrigues, 2 0 1 3 , 2 9 8 p.
F ran$ois-M ichel L e T ourneau avec la collabo ration de A n n a G reissing ,
Le Ja n . Géohistoire d iin g ra n d flen v e am azonien, 2 0 1 3 , 2 4 6 p.
mi i o i
DE L M H R 0P 0L06BE
HISTORiUE
MÉLANGES OFFERTS A NATHAN WACHTEL
Sous la direction de
Juan Carlos Garavaglia, Jacques Poloni-Simard et Gilíes Riviére
mm
PRESSES UNIVERSITAIRES DE R E N N E S
La publication des Mélanges Wachtela été rendue possible gráce á deux subven-
tions: la premiére, accordée par la Cátedra Unesco de Cultura Iberoamericana,
déla Universitat Pompeu Fabra (Barcelone), dirigée par Juan Carlos Garavaglia;
la seconde, par le Centre de recherches sur les mondes américains (CERM A)
- Mondes Américains, U M R 8168 - , de l ’École des hautes études en Sciences
sociales, dirige par Véronique Boyer.
■
JACQUES POLONI-SIMARD ET CARMEN BERNAND
UN HISTORIEN-ANTHROPOLOGUE EN AMÉRIQUE
N athan W achtel, historien et anthropologue. C ’est par cette invite que l ’on veut
ouvrir ce volume d ’hommages1, car c’est dans cette association entre les deux disciplines
que réside la cohérence de l’itinéraire intellectuel de notre collégue.am i ou maitre, ainsi
que 1acuité de sa démarche scientifique et l ’importance de son ceuvre. Cette association,
N. Wachtel l a pratiquée de m aniere exemplaire dans ses ouvrages, oü le questionnaire
historien est nourri des problématiques anthropologiques et le traitement des données
ethnographiques passé au crible de la méthode historique. La démarche wachtelienne,
éprouvée sur des objets qui permettent un va-et-vient entre passé et présent, est marquée
du sceau de 1 empirie, fondée sur le travail d ’archives et l ’enquéte de terrain. L’oeuvre,
enfin, se résout dans la centralité des enjeux de mémoire, ce lieu oü affleurent les traces
du passé et de ses transformations historiques, et fruit des opérations de reconstructions
et d ’oublis. Lafécondité de cette démarche, N athan l a communiquée á tous ceuxqui
ont travaillé á ses cótés et léguée en héritage a ses éléves.
N athan W achtel est historien, au sens plein du terme. N ’oublions pas Finitia-
tion recue auprés de Robert Schnerb a Clermont-Ferrand2; les premieres lectures
des Amales, celles de Robert M androu (secrétaire de la revue entre 1954 et 1962), á
Fépoque« form ative» ; l ’exemple de la voie tracée par Fernand Braudel, celui, surtout,
de La Méditerranée et du monde méditerranéen a l ’époque de Philippe II et de « la
longue durée » ; la radicalité exigeante de Ruggiero Romano, sous la direction duquel
il a préparé son doctorat de 3e cycle; et la référence réitérée á M arc Bloch, jusque dans
le sous-titre du Retour des ancétres : « Essai d ’histoire régressive » (sa thése de doctorat
d ’État, sous la direction d ’Alphonse Dupront).
Au-delá des titres académiques qui relévent de Clio, tout le parcours académique et
scientifique de N. Wachtel associe histoire et anthropologie. Dans les années 1960, avant
done de partir au Pérou pour la premiére fois, Nathan Wachtel a suivi réguliérement les
séminaires de Claude Lévi-Strauss et de M aurice Godelier, se formant ainsi á la pensée
symbolique et a Fanthropologie économique. Un peu plus tard, ces enseignements lui
1. Sauf indicación contraire, les références bibiiographiques ci-dessous corresponden! aux publications de
Nachan Wachtel.
2. V oir« Préface », C. H érody-P ierre , Robert Schnerb, un historien dans le siecle: 1900-1962. Une vie atttour
d'une thése, París, L’Harmactan, 2011, p. i-vm.
2. Sobre la construcción de la categoría de indio en lo que se refiere a los aspectos religiosos, consultar los
trabajos de Estenssoro J. C., “Les pouvoirs de la parole. La prédication au Pérou : de l’évangélisation á
l’utopie”, Alíñales. Histoire, Sciences sociales, 51,6,1996, p. 1225-1257; Id., “El simio de Dios. Los indígenas
y la iglesia frente a la evangelización del Perú, siglos XVI-XVII”, Bulletin de l'Institut Franjáis d ’Études
Andines, 2001, 30, 3, p. 455-474.
3. G ruzinski S. y W achtel N., “Cultural Interbreedings; Constituting the majority as a m inority”,
Comparative Studies in Society and History, 39, 2,1997, p. 240-241.
4. Ibid., p. 241.
5. Sobre la hisroria del Cerro Rico durante los siglos XVI y XVII, consultar el libro de Bakewell P., Mineros
de la montaña roja, Madrid, Alianza Editorial, 1989, y para el siglo XVIII, ver el estudio de Tandeter E.,
Coacción y mercado. La minería de la plata en el Potosí colonial, 1692-1826, Buenos Aires, Editorial
Sudamérica, 1992.
6. El término incaico ¿eyanacona alude a una persona que no pertenecía a ningún ayllu (grupo de parentesco)
y que estaba al servicio directo (como doméstico, pastor, administrador, etc.) de una figura dominante de
la sociedad (el mismo Inca, los nobles, jefes militares, caciques locales, etc.) y que estaba exonerado del
pago de tributo. Con la conquista, numerosos yanaconas — que constituían un grupo numéricamente poco
importante pero en expansión— pasaron del servicio a dignatarios incas al de los nuevos amos españoles.
Los yanaconas fueron entonces considerados como miembros de la comunidad cristiana, tenían derecho
a la propiedad a título individual, podían dedicarse al comercio y estaban exonerados del tributo, por lo
menos hasta 1572.
7. hAKEWELhP.,Mineros..., op. cit., p. 47-71.
8. La encomienda es una institución española que corresponde a la asignación por parte de la Corona a los
conquistadores o inmigrantes españoles de un cierto número de indios de los cuales reciben tributo. El
encomendero debía dar a cambio instrucción religiosa.
9. G onzález C asasnovas I., Las dudas de la corona. La política del repartimientos para la minería de Potosí
(1680-1732), Madrid, CSIC, 2000, p. 37-38.
10. Para el sistema de ia mita, consultar el libro de C oleJ. A., The Potosí Mita 15/3-1/00. Compulsory indian
labor in the Andes, Standford, Standford University Press, 1985.
11. C apoche L„ Relación general de la Villa Imperial de Potosí (1585), Madrid, Editorial Atlas, “Biblioteca de
Autores Españoles”, t. CXXII, 1959, p. 173; Bakewell P., Mineros..., op. cit.
12. Ibid.
192 Carmen S a Ia z a r- So Ie r
el período de caída de la producción que comenzó hacia 1615, usaron solamente de
manera m arginal el dinero para contratar mingas sustitutos.
Si bien una parte de la población minga estuvo constituida al comienzo áe. yanaconas
y de indios “flotantes” residentes ya en Potosí (llegaron a la ciudad atraídos por el boom
minero durante los años 1570-85), en su m ayoría estuvo conformada por mitayos en
huelga quienes vendían su fuerza de trabajo en las minas o ingenios durante su período
teórico de descanso. También se convertían en mingas los mitayos que permanecían
en Potosí luego de haber term inado su año de servicio y que no regresaban a sus
comunidades de origen. Sabemos gracias a un censo de 1779 que entre los mingas no
habían solamente indios, sino también cholos, mestizos, mulatos y zam baigos.13
16. AGI, E.C. 868A, citado por S aignes T., “Ayllus...", art. cit., p. 136.
17. A bercrombie T., “Q’aqchas and la plebe in ‘rebellion’: carnival vs. Lent in 18th-century Pocosi”, Journal
o f Latín American Anthropology, 2, 1, 1996, p. 84-89.
. En resumen, una vez en la ciudad, los mitayos fueron atraídos por algunos trabajos
que contribuyeron a sustraerlos del servicio obligatorio. Ya hemos mencionado algunos
de los oficios que interesaron a los indios y cuyos jornales les permitieron pagar los
pesos hebdomadarios que correspondían al servicio obligatorio durante cada semana.
No olvidemos mencionar a las indias, quienes acudían al servicio doméstico de los
españoles de la Villa o de las autoridades locales, por un salario de medio real diario
pagado en especies (generalmente en semillas).19
Vemos pues cómo la aplicación de la mita fue el detonador de un proceso económico
y social complejo en al región. Teresa Cañedo afirma que las dieciséis provincias del
altiplano que prestaban el servicio de la mita sufrieron durante la época colonial un doble
proceso de concentración y de dispersión. La concentración estaría dada por la común
incidencia de la población masculina adulta en Potosí a donde acudían acompañados de
sus familias a prestar servicio de mita. Desde a llí se iniciaría antes o después “el proceso
de diáspora hacia lugares alejados de sus pueblos de origen” con el propósito de huir
de la mita y transformarse tts yanaconas. O tra proporción se instalaría en las cercanías
de Potosí al servicio de hacendados españoles o caciques en calidad de maharaques. 2021
Efectivamente, otra táctica sustractiva de mano de obra mitaya, consistió en alquilar
a los españoles vecinos de la ciudad o dueños de haciendas, unos tributarios en calidad
de “yanaconas temporarios” (durante un año generalmente) contra dinero: los llamados
maharaques (en aym ara, indio de año) eran sacados por los caciques del contingente de
la mita para entregarlos a los estancieros españoles. Sabemos por ejemplo, que desde
1654 el asiento de Topoco se convirtió en una feria a la cual acudían españoles, mestizos
e indios adinerados en dem anda de mitayos para que trabajasen en sus haciendas o
trajines. El contrato estipulaba el pago a los capitanes de mita por el hacendado o
minero de 150 pesos más las tasas o tributos a los que estos indios estaban obligados.
Debían pagar al indio maharaque un real y medio o dos reales según el tipo de labor a
desempeñar. Esto daba derecho al servicio del indio maharaque en faenas relacionadas
con la agricultura, la ganadería o la m inería durante un año. En la práctica este tipo
de compromisos se prolongó durante los seis años subsiguientes al tum o de la mita}1
18. C añete y D omínguez P. V., Guia histórica, física, política, civil y legal del Gobierno e Intendencia de la
Provincia de Potosí (1787), Potosí, 1952, p. 384-385.
19. C añedo -A rguelles Fábrega T ., Potosí..., op. cit., p. 89-90.
20. /bid., p. 90.
21. Ibid., p. 87, afirma que la documentación hace mención a la venta de indios no a su alquiler. Sobre esta
práctica, ver también el artículo de S aignes T., “A yllus...”, art. cit., p. 124.
22. C añedo -A rguelles Fábrega T., Potosí ..., op. cit ., p. 93.
“Además mano y poder para prenderlos en sus mismas casas, donde los someten a
tratamientos insolentes [...] en menosprecio de la justicia y haciendo de sus casas cárcel
privada por vengar sus pasiones, en donde los insolentan poniéndoles las manos encima
[...] y ante la imposibilidad de que los capitanes enteren de su caudal a tan grande
cantidad de indios faltos, los ponen en cepos en medio de la plaza pública de la Villa de
Potosí, sacándoles a la vergüenza en carneros por las calles y teniéndolos toda la semana
en la cárcel hasta el lunes que es cuando en el cerro se reparte la mita.”24
Es por eso que varios trataron de evitar que sus hijos heredasen el cargo, procurando que
no reuniesen las condiciones requeridas para su desempeño: “Antes prefieren (afirmaba
en protector de los naturales) que sean agrestes sin que entiendan en las reglas de la
urbanidad y la cortesía y no sepan leer ni escribir para que así sean inexpertos e incapaces
de usar el cargo de caciques.”
Esta ultim a cita ilustra bien las características de estos capitanes de m inas: debían
saber leer y escribir y conocer las reglas de urbanidad. Citemos por ejemplo el caso
de Don Juan Collqui el Mozo, natural de los Q uillacas, capitán de los Asanaques y
Q uillacas, del partido de U rcusuyu, quien “ha oído gram ática en el Colegio de la
Compañía de Jesús y anda vestido a nuestro modo, con mucha seda”. Estos capitanes
podían “andar como españoles y tener indios en calidad de asistentes o criados” y
además gozaban de franquicia para poseer pulperías para despachar vino sin pagar sisa
ni alcabala y ni siquiera arrendamiento.25
Los documentos muestran a estos personajes complejos manejando tanto antiguos
sistemas como los nuevos códigos del mundo urbano de Potosí. Luis Capoche, el
cronista de Potosí del siglo XVI, afirm a que el control de la mita era llevado a cabo
por los capitanes de mita por medio de los quipos, “unos hilos de diversos colores cuyas
descripciones significan los ayllus y parcialidades, los pueblos y los indios”. Añade que
aunque los caciques tenían “indios ladinos que sepan leer y escribir, como los hay en
los repartimientos no los encargan ni fían de la tinta y papel esta razón” En cambio
Cañete y Domínguez, más tarde, asevera que el control se hacía por medio de listas
que levantaban los corregidores “con expresión de su número, de los pueblos de donde
son y de los capitanes enteradores de cada ayllu ”26
Gracias a los trabajos de John M urra y Roberto Choque tenemos conocimiento
de las actividades económicas y comerciales de estos capitanes de mita y en general
2 3 . 11/id., p. 66-67.
24. Acusaciones del protector de los naturales contra el gremio de azogueros, “Causas de la disipación de la
provincia de Pacajes”, s.f., AGI, Escribanía, Leg. 868,1666 (citados por C añedo -A rgüelles Fábrega T.,
Potosí..., op. cit., p. 78 y 80).
25. Ibid., p. 76; C apoche L., Relación general..., op. cit., p. 137.
26. Ibid., p. 138, y C añete y D omínguez P. V., Guia histórica..., op. cit.
27- M urra J. V., “El valle de Sama, isla periférica del reino de Lupaqa, y su uso dentro de la economía minera
colonial”, R. H artman y U. O berem (ed.), EstudiosAmericanistas II (Librojubilar en homenaje a Hermann
Tribom), 1978, y C hoque R., “L os caciques aymaras y el comercio en el Alto Perú”, O. H a rris et alii
(comp.), La participación indígena.... op. cit., p. 357-377.
28. Ibid., p. 361-362.
29. Ibid., p. 365.
30. Ibid., p. 370-371.
Colofón
Dos procesos simultáneos parecen caracterizar la dinám ica colonial. Por un lado la
creación de una diferencia, una oposición entre españoles e indios, las dos repúblicas, a la
cual se vino agregar luego otro grupo, el de los negros. Por el otro, la de u n a; ' '' "
36. Itier C., “La propagación de la Langue Genérale dans le Sud du Pérou”, Lesavoir, potivoir des élites dans
l ’empire espagnold’Amérique, París, université de la Sorbonne N ouvelle- Paris-III/CRAEC, 2001, p. 63-74.
una fusión, una occidentalización, un acercamiento creado tanto por las instituciones
coloniales como por la m ism a práctica social. Estos procesos son inseparables y se
influencian mutuamente.
Estos procesos se dan tanto a nivel social como a nivel económico. Hemos visto
como la creación de una indianidad y la recreación constante de las fronteras étnicas
responde a las necesidades de supervivencia del poder colonial: nace así la categoría de
indio, sinónimo de aquél que está sujeto a la m ita minera, que paga tributos y que no
puede ejercer determinado tipo de cargos administrativos.
Pero el análisis de. la dinám ica social colonial, particularm ente en las grandes
ciudades como Potosí, muestra en ciertos casos una fluidez y un intercambio entre las
fronteras étnicas y un mestizaje que pone a prueba o permite superar la oposición indio/
español. En otros casos la fluidez de las fronteras se m anifiesta en la práctica no en
términos de un mestizaje sino en términos del intento de reunir o aglomerar elementos
culturales de distinta procedencia étnica como una manera de acum ular el poder que
se encuentra disperso en la sociedad colonial.
Resume
« La construction sociale de l'lndien:
société et travail dans le Pérou des xvie et xvue siecles»
Des le xvic siécle, les centres miniers furent, en Amérique, des creusets vers lesquels afflué-
rent des populations d origine ethnique diverse pour y travailler, et oü les identités locales se
diluérent au profit de nouvelles. Véritables laboratoires sociaux, économiques et techniques,
c’est dans ces villes que, pendant la période coloniale, la figure de l’lndien s’élabora face au
colonisateur chrétien. Le but de cet article est d’illustrer, á travers le cas de la Villa Imperial et
Cerro Rico de Potosí, située dans le Haut-Pérou, la dynamique qui aboutit á la création d’une
« indianité », et, en méme temps, d’étudier les processus de métissage et d’occidentalisation qui
prospérérent dans la vice-royauté du Pérou pendant les xvic et xviicsiecles, tant du point de vue
social que du point de vue économique. Ces processus furent particuliérement vigoureux dans
les villes miniéres et répondent á la dynamique générale de la société coloniale que les travaux
de Nathan Wachtel ont analysée.
Le présent travail tente ainsi de montrer comment la dynamique mise en branle á Potosí á partir
du milieu duxvie siécle détermine les mécanismes qui entrérent en jeu et les variables á prendre en
compte dans la « construction de l’lndien » en tant que catégorie, dans le Pérou colonial. L’artide
se concentre sur l’organisation et l’implantation de la mita miniére, Service obligatoire en travail
auquel était assujetde la population indienne, qui produisit un triple processus: d’hybridation, en
mettant en contact des populations natives d’origine ethnique différente, les obligeant á travailler
ensemble; de métissage, en confrontan! quotidiennement cette population aux Européens; d’occi
dentalisation, par l’incorporation de la main-d’osuvre indienne au marché. Celle-ci déclencha un
vigoureux mouvement d’urbanisation de la population indienne, qui s’accompagna de l’organi-
sation sociale de la Villa Imperial. On attire également l’attention sur un autre des processus qui
conféra, á cette époque, son unité á la figure de l’lndien : l’usage de la lengua general, la « langue
de Cuzco », processus dans lequel Potosí a joué un role central pour la diffusion de celle-ci.
1. S eed P., American Pentimento. The Invención oflndiam and the Pursuit o f Piches, Minneapblis-Londres,
University of Minnesota Press, 2001, p. 72, por ejemplo, insiste que este haya sido el punto clave que
distinguía la colonización inglesa de la española.
2. “Vitoria on the Justice of the Conquest”, J. H. Parry y R. G. Keith (ed.), New Iberian World: A Documentary
History o f the Discovery and SeCtlement o f Latín America to the Early 17h Century, New Cork, Times Books,
1984, vol. 1, p. 290-323, en p. 294. Esta visión se confirmó en una bula de 1537 que declaró que los indios
eran seres racionales capaces de conversión, libres y dueños de sus posesiones: G reen L. C., “Claims to
Territory ¡n Colonial America”, L. C. G reen y O. P. D ickason (ed.), The Law ofNations and The New
World, Edmonton, University of Alberta Press, 1989, p. 3-139, en p. 18.
3. Byrd S impson L. (ed.), The Laws o f Burgos o f 1512-1513, San Francisco, John Howell Books, 1960, p. 15.
4. N ovell W. G., “La tenencia de tierra en la América central española: modelos de propiedad y actividad
en las tierras altas de los Cuchumatanes de Guatemala, 1563-1821”, Anales de la Academia de Geografia e
Historia de Guatemala, 59,1985, p. 87-101, en p. 90.
5- “Diego Núñez de Montesdoca Cacique principal y gobernador de San Cristóbal de Patate y los demás del
común de indios de dicho pueblo”, Archivo Nacional/Quito (en adelante ANQ), Tierras 47, Exp. de 1735,
fol. lr-2v.
Naturales y a d v e n e d i z o s , j 203