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CAPITULO1 Y2 Libro Introduccionalafilosofiadelaciencia Estany 1993
CAPITULO1 Y2 Libro Introduccionalafilosofiadelaciencia Estany 1993
1 ›uCCIC'2N
II 1; ÍJSOFIA
- IINCIA
In.- 2_1_1-.¬-_n-m.-›--
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Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copy-
right, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta
obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografla y el tratamien-
to informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo
públicos.
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je me suis imposé la loi de ne proceder jamais que
du connu à l'i|-rcormu, de ne déduire aucune conséquen-
ce qui ne derive immédiatement des expériences et des
observations, et d'enchaïner les faits et les vérítés chi-
miques dans l'ordre le pà prope à en faciliter l'inte-
lligence aux commençants. Il était impossible qu'en
m'assujettissant à ce plan je ne m'écartasse pas des rou-
tes ordinaires. C'est en effet un défaut commun à tous
les cours et à tous les traités de chimie, de supposer,
dès les premiers pas, des connaissances que l'éleve ou
le lecteur ne doivent acquérir que dans les leçons sub-
séquentes.
Agradecimientos:
I) A David Casacuberta. En su caso es más que un agradecimiento
ya que ha colaborado activamente en la elaboración de algunos as-
pectos de este libro. Su contribución, imprescindible, ha consistido,
fundamentalmente, en proporcionar una buena parte de los ejemplos
presentados en los apartados de «ejemplificaciones». Pero más allá
de esta contribución concreta, su inteligencia, disposición y entusias-
mo en el proyecto han sido de gran ayuda sobre todo en la recta final
de este libro.
2) A mis alumnos de epistemología que han sufrido, pienso que
benignamente, durante los últimos años los ensayos de las diferentes
versiones de este libro hasta llegar al presente texto A los alumnos
de ¿Of-`f0I'0dQ que al proceder de formaciones distintas, han posibili-
tado que este libro ofrezca una visión global de la filosofia de la ciencia.
3) A las personas e instituciones que hicieron posible mi estancia
como profesora visitante en la UCSD (Universidad de California, San
Dfešo), lo que me ha permitido no sólo una mayor disponibilidad de
tiempo sino también la posibilidad de contrastar algún tema con cole-
gas de otros horizontes. Por tanto, mi agradecimiento al Ministerio
de Educación y Ciencia por la beca de investigación concedida; al De-
partament de Filosofia de la Universitat Autònoma de Barcelona y,
muy especialmente, a Jaume Casalz director del departamento y a Da-
niel Quesada, catednítico de Filosofia del Lenguaje, por las facilida-
des que me han dado para resolver problemas administrativos y aca-
démicos que tales permisos y reemplazamientos comportan.
4) A Critica por haber accedido a la publicación de este libro,
y en especial a Victoria Camps, que dirige la colección de Filosofia,
J/ U M." Paz Ortuño, su editora.
5) A mis colegas y amigos Miguel Candel, Toni Domènech, Pe-
dro de la Fuente, Mercè Izquierdo y Carlos Lozares, que pacientemen-
te leyeron el libro, me hicieron sugerencias provechosas y criticas per-
16 INTRODUCCION A LA 1=|uoso|=íA DE LA CiENc|A
tinentes para mejorar algunos aspectos o temas del libro. A ellos todo
mi agradecimiento más .sincero
Psicologia
Sobre el psicoanálisis. ¿Cual es el estatus epistemológico
del psicoanálisis?, ¿tiene razón Popper cuando dice que no es
una ciencia porque es irrefutable?, ¿se trata de una ciencia ya
refutada?, ¿hasta qué punto los excesos explicativos de Freud (que
a veces hacen irrefutable el psicoanálisis) han de ser parte inte-
grante del psicoanálisis o son sólo accidentes y sigue siendo po-
sible tomar el psicoanálisis como una teoria dentro de una teoría?
Sobre las representaciones. Nuestras representaciones men-
tales y los algoritmos con los que realizamos todo tipo de fun-
ciones cognitivas ¿son representaciones y algoritmos explícitos
o bien trabajamos con ellos de forma inconsciente y sólo tienen
un poder representativo implícito? Dicho en otras palabras, ¿tra-
bajamos de forma similar a un ordenador tipo Von Neuman con
reglas y representaciones explícitas o bien nuestra forma de tra-
bajar es radicalmente distinta, y más similar a una red neuro-
nal? Este problema tiene claras implicaciones en cuestiones de
inteligencia artificial y de filosofía de la mente, pero también
interviene en muchas cuestiones de filosofía del lenguaje, espe-
cialmente de semántica y de la forma en que el lenguaje repre-
senta el mundo externo. '
Matemáticas
Sobre la ontología del cálculo infinitesimal. En la primera
formulación del cálculo infinitesimal (Leibniz, Newton) se de-
fendía la existencia de números infinitesimales. Pero estos nú-
meros conllevaban una serie importante de paradojas (Berkeley
tiene algunos escritos en los que ataca el paradigma newtoniano
basándose en estas contradicciones ligadas al concepto de infi-
nitésimo). Más tarde, con la formulación de Cauchy, se da una
nueva fundamentación del cálculo, quedando así inatacable por
las paradojas. Sin embargo, las matemáticas actuales han recu-
perado la noción de infinitésimo para construir una base onto-
lógica alternativa del análisis matemático, de tal manera que evite
las paradojas que la versión antigua comportaba. Diversos pro-
INTRODUCCION A LA Fn.osoFlA DE LA CIENCIA
Biología
Sobre las leyes en biología. Evidentemente, la bioquímica
acoge todo tipo de leyes y lo mismo podemos decir de discipli-
nas como la genética de poblaciones. El problema es si pode-
mos formular leyes estrictamente biológicas. Determinados auto-
res (no siempre de tipo vitalista, algunos, como Ruth Millikan,
son naturalistas) consideran que no es posible ya que el hecho
biológico sea el resultado de un proceso de evolución por selec-
ción natural. Se trata, por tanto, de un proceso histórico resul-
tado del azar y por tanto (como la historia, la psicología y otras
ciencias sociales) tiene un estatus distinto al de las ciencias «du-
ras›› como la física o la química. No se trata sólo de que no pue-
dan formularse leyes estrictas sin cláusulas ceteris paribus sino
que ni siquiera puede conseguirse la más mínima regularidad es-
tadística. Pensemos en el caso de un espermatozoide: está claro
CUESTIONES PRELIMINARES
Lingüística
Sobre la posibilidad de una gramática universal. Chomskl'
afirma que con la pobreza del estímulo que recibe un niño CS
imposible generar unas reglas sintácticas como las que posee-
mos. La única forma de entender esto es postular la existencia
de una gramática universal programada en nosotros de forma
genética, la cual necesitaría para funcionar sólo unos peqll¢fi0S
«parámetros›› que serían lo único que realmente nos pr0D0l'C¡0'
naría la experiencia.
Chomsky se enfrenta a toda una escuela filosófica (Lewis.
Grioe y otros) que defiende que el lenguaje se fundamenta en
un tipo especial de convención. Una de las cuestiones eD¡S1¢m°'
lógicas que surge en este punto es cuál es el objeto de estudio
de la lingüística: el lenguaje externalizado, nuestra habla (idea-
lizada) ta] como se ha hecho tradicionalmente, y como actual-
mente defienden Lewis o Grice, o bien las reglas psicolingüísti-
cas, programadas genéticamente que utilizamos para gene”-I
sentencias tal como afirma Chomsky.
Sobre la existencia de un lenguaje del pensamiento. 5981311
determinados filósofos nuestro pensamiento está fuertemente es-
tructurado. Fodor, que es el más representativo, afirma que un
lenguaje de este tipo ha de ser, en sus conceptos más básicos,
iN'rRoDuCcIóN A LA FiuosoFiA DE LA c|ENciA
Física
Sobre la naturaleza de las partículas subatómicas. La in-
terpretación de Copenhague de la mecánica cuántica ha genera-
do, en el mundo filosófico, una serie de paradojas de difícil so-
lución que chocan frontalmente con el sentido común. Una de
las más complejas es, sin lugar a dudas, el hecho de que es nece-
sario considerar que las partículas subatómicas son un paquete
de ondas que indican distribuciones de probabilidades. Esto plan-
tea una serie de complicados problemas tanto de tipo ontológi-
co como epistemológico. Algunos filósofos y científicos han uti-
lizado la física cuántica para defender posturas idealistas
(Wegener con su defensa de la conciencia como bloqueadora del
paquete de ondas es un buen ejemplo) mientras que otros filó-
sofos de tipo más materialista afirman que hay algo de incorrecto
en la interpretación de Copenhague y que hace falta rehacer to-
talmente la interpretación de la física cuántica. Temas clásicos
como la naturaleza de la materia y del tiempo o la perturbación
que la observación experimental introduce en la realidad obser-
vada han tenido un replanteamiento radical con la mecánica
cuántica.
Sobre la reducción a la microfísica. Dejando de lado de-
terminados casos paradìgmáticos, como los choques entre obje-
tos rígidos (verbigracia, las bolas de billar) parece que para es-
tar seguros de la realidad de una ley científica y conocer la forma
en que opera, es decir, para explicar la ley, hemos de reducir los
componentes que la forman a otros más básicos hasta llegar a
una ley de tipo microfísico. Si podemos llegar, o al menos pen-
samos que hay en principio una forma de llegar, entonces dare-
mos por buena la ley; en caso contrario, la ley estará bajo sos-
pecha. Así, las leyes de la herencia no quedarían realmente
clarificadas y explicadas hasta que no pudieran ser reducidas a
leyes bioquímicas, y la bioquímica no quedaría realmente clara
cuEs'rIoNEs PRELIMINARES 23
Sociologia
Sobre individualismo vs. holismo metodológico. ¿Cuáles
son las unidades de análisis de la sociología: los individuos o
las colectividades? El problema que se plantea es dónde reside
lo significativo en sociología.
Sobre comprensión vs. explicación. ¿Es posible explicar los
fenómenos sociales o sólo podemos llegar a comprenderlos a tra-
vés de una cierta empatía? Se plantea el problema del potencial
teórico de la sociología.
Sobre interferencia del investigador en los experimentos.
¿Son posibles los experimentos neutrales en sociología? En caso
de que haya interferencia, ¿puede ser controlada?
4. Hay que señalar que es más adecuado hablar de filosofía de la ciencia que de
metodologia de la ciencia, ya que el análisis de la ciencia tiene otros aspectos además
del metodológico.
CUESTIONES PRELIMINARES 29
5. la filosofía no tiene por que atarse las manos a las últimas investigaciones em-
píricas, pero no puede hacer caso omiso de ellas. Por ejemplo, en la última década,
la neurociencia ha experimentado un desarrollo espectacular que posiblemente tendrá
consecuencias importantes en los presupuestos filosóficos (tanto en la M2 como en la
M3) que forman el sustrato de la ciencia. Es decir, la filosofla de la mente no puede
establecerse a espaldas de cómo funciona el cerebro y esto no nos lo dirá la lilosofia.
CUESTIONES PRELIMINARES 31
vez por todas sino que los supuestos metafísicos varían (o al menos
pueden variar) con los cambios científicos.
Los cambios afectan también -según Suppes al método, defen-
diendo el pluralismo frente al monismo metodológico. Dice Suppes:
Creo que quedan claras las diferencias entre Laudan y Popper, pero
los dos aportan criterios de tercer orden. La contrastación con la his-
toria real dela ciencia propuesta por Laudan y las «buenas razones»
de Popper pueden englobarse en este tipo de criterios.
P. Thagard (Thagard, 1988) critica dos mitos metodológicos, a sa-
ber: el mito hipotético-deductivo y el mito inductivo. En este caso el
modelo de explicación hipotético-deductivo y el modelo inductivo for-
man parte dela M2, pero la evaluación de los modelos de explicación
forma parte de la M3.
U. Moulines (Moulines, l982) propone un principio metafilosófi-
co, «Principio de la Relevancia de las Distinciones Graduales», que
puede ser considerado una guía metodológica de tercer orden. Dicho
principio reza así: «Son filosóñcamente relevantes las distinciones con-
ceptuales que atienden sólo a diferencias de grado y no a diferenCifi$
absolutas en el objeto o dominio de estudio. Son filosóficamente peli-
grosas, y frecuentemente perniciosas, las distinciones conceptuales ta-
jantes que pretenden determinar supuestas diferencias absolutas en el
objeto o dominio de estudio» (Moulines, 1982232).
Las referencias de los científicos a cuestiones metodológicas se en-
Cufinlfflll, fulldflflìellïfllmcllïe, en las ciencias menos desarrolladas. Ac-
tualmente, en los programas de los estudios de física apenas encontra-
mos asignaturas sobre métodos y técnicas, en cambio en psicología
y en sociología los métodos y técnicas constituyen una parte esencial
en el conjunto de los estudios. No sólo esto sino que, cuanto mCn0S
cuEsr1oN1=_s P|usL|M1NA|tras 37
6. Para algunos autores, como M. Bunge. que identifican metafísica con ontolo
gía, puede parecer reiterativo hablar de metafisica de la onlología, pero yo no compar-
to esta identificación, y los niveles ontológicos expuestos en este trabajo -siguiendo
en algunos puntos a Moulines (Moulines, 1982 y 1992)- abogan por una complejidad
mayor del campo ontológicoš
cussriomas PRELtM1N/mias 41
Según Goodman sólo los sistemas atomistas pueden seguir las ins-
trucciones nominalistas. 0 sea, si un sistema es nominalista entonces
es atomista. Pero de esto no se desprende que todos los atomistas sean
nominalistas. Además -según Goodman- el nominalismo es una con-
dición necesaria (pero no suficiente) para que un sistema filosófico
sea aceptable. Según este esquema podríamos concluir que el que sea
un sistema atomista es una condición necesaria para que un sistema
filosófico sea adecuado.
Sin embargo, el nominalismo no nos preserva de escoger un mal
material de base. El nominalismo nos dice que escojamos átomos pero
no nos dice cuáles son buenos y cuáles no. Dice Goodman:
9. Sin embargo, cita dos articulos de alumnos suyos que han analizado la compa-
tibilidad o incompatibilidad del nominalismo con sistemas atómicos. Véanse Yoes (1967)
y Schuldenfrei (I969).
cuEs'ri0NEs PRELIMINARES 45
Principal puede ser enunciada como la oposición entre HQUCUOS Que Cree"
que los tipos existen en la naturaleza y aquellos que creen que el clasifi-
cador los «descubre›› (Willey y Phillips, 1958213).
abordar estos discursos con una sola lógica, por ejemplo, con la lógi-
ca clásica o hay que recurrir a las llamadas lógicas no estándar para
determinados discursos, en los que se viola alguno de los principios
de la lógica clásica (tal es el caso de la física cuántica que recurre a
la lógica cuántica) o porque el grado de complejidad del discurso en
cuestión exige una lógica polivalente (tal es el caso de las ciencias jurí-
dicas que requieren la lógica modal). Este aspecto del análisis lógico
está dentro de los límites del primer grado de teorización.
IO. En el capitulo sobre teorias se expondrán las principales tesis de estas dos con-
cepciones.
cues-riomas i›iusi.iMiNAiuss Sl
significa utilizar los medios adecuados para conseguir un fin. Esta dis-
tinción equivale a la distinción entre racionalidad de medios (hipoté-
tica) y racionalidad de fines (categorial). Sin embargo en ambos casos
tenemos racionalismo entendido -según Giere- como el punto de
vista que sostiene que hay principios racionales para evaluar las teo-
rías. Por el contrario, desde una postura naturalista las teorías son acep-
tadas a través de un proceso natural en el que intervienen el juicio in-
dividual y la interacción social. Giere propone un «realismo naturalista»
por ser el más compatible con su propuesta mucho más general que
denomina «aproximación cognitiva a la teoría de la ciencia», entendi-
da como una filosofía de la ciencia que utiliza los recursos de las cien-
cias cognitivas (Giere, 198821-2).
frenando asi la condena por parte de la Iglesia. Esta cuestión está co-
nectada con uno de los temas más debatidos actualmente en el campo
de la filosofía de la ciencia, a saber: el realismo de las teorías científicas.
Platón y los pitagóricos fueron los precursores en el planteamien-
to de cuestiones metafísicas, tales como la relación entre matemática
y mundo real, realismo/instrumentalismo de las teorías, de tal forma
que cuando un filósofo o científico defiende la realidad de las entida-
des matemáticas suele considerarse como influido por las ideas pla-
tónicas.
El ideal de sistematización deductiva era compartido por la mayo-
ría de los escritores de la Antigüedad. Este ideal parecía haber culmi-
nado en la geometría de Euclides y en la estática de Arquímedes, afec-
tando directamente a la estructura de la ciencia. Esta cuestión surge
de nuevo en la actualidad relacionada con la estructura de las teorias
científicas, cuestionandose si el sistema deductivo es o no la única es-
tructura posible para la ciencia. Losee resume los tres aspectos del ideal
de sistematización deductiva como sigue: «l) que los axiomas y los
teoremas estén relacionados deductivamente; 2) que los propios axio-
mas sean verdades evidentes; y 3) que los teoremas concuerden con
las observaciones» (Losee, l985:34). Cada uno de estos ideales pue-
den recuperarse en la filosofía de la ciencia posterior. Respecto al pri-
mero podemos decir que la geometría de Euclides fue refundida en
una forma rigurosamente deductiva por D. Hilbert en la última parte
del siglo xrx. Respecto al segundo aspecto, la interpretación que se haga
de las verdades evidentes depende de si nos situamos en la tradición
pitagórica o en la de «salvar las apariencias». Para la primera tradi-
ción las verdades evidentes encajan perfectamente, para la segunda bas-
ta con que las consecuencias deductivas de los axiomas estén de acuerdo
con las observaciones. El tercer aspecto nos lleva, dicho en terminolo-
gía actual, a la correspondencia entre términos teóricos y términos ob-
servacionales. Las propuestas del método axiomático plantean la re-
lación entre lógica y teorizaciones de segundo orden, cuestión central
para la filosofía de la ciencia actual.
El atomismo de Demócrito y Leucipo tiene algunas repercusiones
importantes para la reflexión sobre la ciencia, además de las conse-
cuencias que pueda suponer para la filosofía en general o para la éti-
ca. Losee señala dos aspectos del atomismo relacionados directamen-
te con el campo metateórico: uno es la idea de que los cambios
observados pueden ser explicados haciendo referencia a procesos que
Ai>rioxrMAc|óN |-nsnoRicA 65
[Las leyes] se nos presentan bajo dos aspectos diferentes. POI' U" 1333:
son verdades basadas en la experimentación y aproximadamflltelvdo
ñcadas en lo que concierne a los sistemas casi aislados. Por 0U'° “má
son postulados aplicables a la totalidad del universo y consideiad0S C01 1)
rigurosamente ciertos (Poincaré, 1905, en Losee, 1985, nota 10. WP* ^
Queda claro que Poincaré tenía en cuenta los dos aspectos delas
leyes científicasQ pero esto no le exime su inclusión en la con¢¢P°'Ón
convencionalista. _ .
Pierre Duhem (1861-1916) sc interesó por la historia de la ciencia
e intentó que fueran compatibles la historia y la filosofía de ¡fl UÉÍÉ'
cia. También realizó estudios sobre la estructura de las teorias cientifi-
cas y sobre el papel de la inducción en la investigación cientifica: P¢f°
quizás su aportación más conocida está relacionada con la lógica de
la refutación. Supongamos el siguiente esquema explicativ0ï
L (leyes)
C (condiciones iniciales)
S (supuestos auxiliares)
E (fenómeno que tratamos de explicar)
condiciones apropiadas y, las segundas, las que estipulan que hay algo
que permanece a través del cambio. Meyerson pensaba que, mientras
el conocimiento de las leyes empíricas satisface nuestras exigencias de
previsión, solamente el conocimiento de las leyes causales satisface nues-
tro deseo de comprensión. Es interesante señalar que la filósofa de la
ciencia N. Cartwright (Cartwright, 1983) hace también una clasifica-
ción de las leyes de la naturaleza, distinguiendo entre leyes de asocia-
ción y leyes causales, con muchas similitudes con la clasificación de
Meyerson.
Después de estos autores ya nos situamos en los años veinte de nues-
tro siglo, década en la que surge el Círculo de Viena y con ello la
filosofia de la ciencia con entidad propia, como una actividad inde-
pendiente de los científicos y como una especialidad dentro de la fi-
losofía.
Hay que señalar que de las diferentes funciones del lenguaje, sólo
la informativa es pertinente para expresar el conocimiento científico.
Carnap en Der Iogische Aufbau der Welt (1928) esbozó en lineas
generales la construcción de los conceptos, entendiendo por «cons-
truir» establecer una regla según la cual hayan de sustituirse todos los
enunciados que contienen este concepto por enunciados que conten-
gan otros conceptos. Carnap basó la construcción de conceptos en lo
vivencialmente dado. Dice Kraft a raiz de la postura de Carnap res-
pecto a lo vivencialmente dado:
hombres, y algunos tan eminentes, que se han dedicado con tanto fer-
vor y energía a esta actividad. Dice Carnap:
Resllllfli PUES. que hay al menos las siguientes tesis sostenidas por
algunos de los proponentes de la «nueva filosofia de la ciencia» (inclu-
yendo, como veremos, a Feyerabend):
a) Una supuesta teoría del significado: el significado de todos los
APRoxlMAcióN Hlsrokrc/t 79
los demás a éste. Esta postura fue defendida por algunos miembros
del Círculo de Viena, que tomaban el lenguaje fisicalista como base
al que debian reducirse todos los demás. Esto significa definir los tér-
minos de las otras disciplinas a partir de conceptos físicos. Otra for-
ma de reduccionismo consiste en aceptar sólo un tipo de definición,
tal es el caso del programa operacionalista de Bridgman (más adelan-
te detallaremos las bases fundamentales de dicho programa), que pro-
pone el análisis operacional como el único método riguroso de dar sig-
nificado a los términos cientificos.
Frente al reduccionismo, podemos plantear el pluralismo a distin-
tos niveles, a sabcr: cn función de las distintas ciencias, en función
de los distintos tipos de definición y en función de distintos tipos de
lenguajes. En este sentido, P. Suppes (Suppes, l984a:l22) aboga por la
pluralidad del lenguaje, favoreciendo la divergencia del lenguaje en
la ciencia, lo cual no es motivo /de escepticismo ni de pesimismo pa-
ra el desarrollo de la ciencia. Para Suppes la pluralidad de lenguajes
en la ciencia es tan deseable como la pluralidad de opciones politi-
cas en una democracia.
Si partimos de que los términos usados para formular enunciados
cientificos tengan significados claramente especificados y sean enten-
didos en el mismo sentido por todos aquellos que los usan, es necesa-
rio que haya criterios claros y uniformes de aplicación de dichos con-
ceptos. Para llevar a cabo este objetivo de clarificación el método más
apropiado es la definición.
nifica una clase amplia y «especie›› una clase más pequeña, que es una
subclase del género. Por ejemplo, podemos hablar del género animal
y de la especie de los mamíferos, o del género mamífero y de la espe-
cie felino. Es decir, la distinción entre género y especie es una clasifi-
cación relativa. La diferencia es el atributo o atributos que distinguen
las distintas especies en un mismo género. Por ejemplo, lo que distin-
gue a los instrumentos de cuerda de otras especies en el género de ins-
trumentos musicales, es el tener una caja de resonancia, el estar cons-
truidos de madera, el tener cuerdas, etc. Esta idea tradicional de
definición se asienta sobre cuatro reglas que pueden enunciarse como
sigue: i) una definición debe dar la esencia de lo definido; ii) una defi-
nición no debe caer en un circulo vicioso; iii) una definición no puede
ser negativa cuando puede ser positiva; y iv) una definición no puede ser
expresada en lenguaje figurado u oscuro! Según esta concepción tra-
dicional, las definiciones se clasifican en reales y nominales (a veces
a las nominales se las denomina verbales). Las definiciones reales ex-
presan la naturaleza de una cosa o especie y pueden ser verdaderas
o falsas. Las definiciones nominales expresan el significado de un nom-
bre, estableciendo la palabra con que, en lo sucesivo, designaremos a
un objeto que tiene unas propiedades determinadas.
Esta clasificación es equivalente a la establecida por Hempel (Hem-
pel, l977:l27) entre definiciones descriptiva.: y estipulativas. Las des-
criptivas se proponen analizar el significado aceptado de un término
y describirlo con la ayuda de otros términos cuyo significado debe ha-
ber sido comprendido con anterioridad. Las estipulativas sirven para
introducir una expresión que se ha de usar con algún sentido especifi-
co en el contexto de una discusión, de una teoría, etc.
Descriptivas
Especie: clase de seres vivos en la que cualquier miembro pue
de reproducirse y tener descendencia fértil y exclusivamente si
lo hace otro miembro de tal clase.
Visión (en psicologia cognitiva): visión es el proceso de des-
Eslipulativas \
Inteligencia artificial (una de las posibles definiciones): dis-
ciplina de la informática que pretende generar programas para
resolver problemas que, si fueran resueltos por una persona, di-
riamos que su actuación sería inteligente.
Conjunto infinito: es aquel para el cual es posible poner en
correspondencia biunívoca todos sus elementos con los elemen-
tos de algún subconjunto propio.
Categoría vacia: todo aquel elemento que, a pesar de tener
importancia lingüística, no es pronunciado por el hablante (por
ejemplo, un sujeto eliptico).
Representación: «después de que una experiencia haya cesa-
do, algún cambio ha tenido que mediar para producir los efec-
tos subsecuentes que tal experiencia tendrá. Este cambio es
a lo que se llamará en el resto del articulo representación».
n°cc qnc a Vcccs Ilo hay una línea clara entre términos de tipo A Y
dc nP° B- cstc cS› hay términos que no se sabe dónde ubicarlos. Por
c-Icmpb' t°mem°5 el término «rojo›› definido en psicología como «sen-
cación subjetiva que tiene un sujeto de un objeto que está percibiendo
Y dl-1° Se c°“'c5P°¡1de con la propiedad natural de presentar un trío
de reflectancias ame ¡a ¡uz de onda jaj-ga, media y corta, respectiva-
Incntc- que sc nana entre ciertos valores determinados del espacio de
c°|°¡'”^ Esta c°nd¡0ión expresada en el definiens es suficiente pero no
1199953113» Ya que fixisten objetos llamados metámeros, los cuales a pe-
Sa' de tcnc' rcflcctdncias diferentes aparecen, dependiendo de las con-
nicicncs dc lnnnnlâción, como si fueran del mismo color.
Incluso Pncnc darse el caso de términos que, SCEÚH 00m0 Se nen'
HHH, Pueden S91' incluidos en la lista A o en la lista B. Por ejemplo.
In ncnnìción dc “áCìdo›› en el Webster's New International Dictionary
_“"n npc nc substancia que es soluble en el agua, sabor salado, en-
mjccc ¡cs Vegetales azules como tornasol››- se incluiría en la lista A.
P°f° la d°f¡“¡°¡Ó“ que de este término da J. N. Bronsied en 1923 -«una
substancia quc puede dar un protón a otra substancia» (en contrapo-
sición a “base” dcfìnida como «una substancia que puede recibir Un
DPOÍÓH dc Otra S“bStaneia››)- se incluiría en la lista B. Otro caso pa-
recido es el de «coef¡c¡eme de ¡me|¡gen¢¡a»_ Si tomamos la definición
C0m0 Si fufïfa esüpulativa, entonces cumple con todas las condiciones
(necesarias Y 5“f¡Cientes, además de pertinentes) pero si lo tomamos
c°m° si fuera la graduación métrica de una capacidad humana real, co-
mo es la de Ia imclìgencia, en ese caso podria ser incluso que nl SÍ'
qlncfn Sc cnmpncffln las condiciones de pertinencia.
F¡"*11m°'"°› la Posibilidad de gmduaeidn numérica puede realizarse
tantc c°n ¡c“n¡n°S de la lista A como de la lista B. "tendríamos, por
1° ta"n°› cl'-le nn féfrnino pertenecería a dos listas, con lo cual la clasi-
ncncicn n° cnnlpnfía los requisitos formales exigidos para 188 Pard-
ciones.
Términos observacionales
Términos teóricos
Si para dar significado a los términos teóricos hay que definirlos con
el vocabulario observacional, Hempel se pregunta si no sería suficien-
te y menos complicado buscar un sistema de leyes generales que men-
cionaran sólo observables, pero su respuesta es que no es suficiente.
Hempel propone una transición sistemática de los datos observacionales
a la predicción que también se expresa en lenguaje observacional aun-
que en medio establece una serie de enunciados que conectan sistemá-
ticamente con el vocabulario observacional pero que tienen algún tér-
mino teórico. Esta conexión se realiza por medio de las reglas de
correspondencia*
Decir que Kepler y Tycho ven la misma cosa al amanecer sólo por-
que sus ojos son afectados de un modo similar es un error elemental.
Existe una gran diferencia entre un estado fisico y una experiencia vi-
sual. Supóngase. sin embargo, que se sostiene, como se ha hecho más
arriba, que ven la misma cosa porque tienen la misma experiencia de
datos sensoriales. Las disparidades entre sus descripciones aparecerán
en interpretaciones ex post facto de lo que se ve, no en los datos visua-
les básicos. Si se sostiene esto, aparecerán pronto dificultades adicio-
nales (Hanson, l977:84).
Lo que quiero decir cuando afirmo que esta dicotomía está <<C°m'
pletamente rota» es esto: 1. ado
A) Si un «término observacional» es el que no Puedf ser ap lc
a uno inobservable, entonces no hay términos observacionales. 1
B) Muchos términos que hacen referencia, en Pfimer hfgar' a 0-S
que Carnap clasificaria como «inobservabIes›› no son términos teóri-
cos; y al menos algunos términos teóricos hacen referencia, en Pflmef
lugar, a observables.
C) Las exposiciones observacionales pueden y 8 men udo contie-
nen términos teóricos.
IIO INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Suppe afirma:
4. DE LO CUALITATIVO A LO CUANTITATIVO
I. Reflexiva C
V x Cxx
2. Simétrica C
V Xi' (Cxy -' CYX)
3. Transitiva C
V xyz (Cxy /\ Cyz -t Cxz)
4. Transitiva P
V xyz (Pxy A Pyz -r Pxz)
EL LENGUAJE ciEN'rti=ico ll5
5. P es C-irreflexiva
V xy (Cxy -f ¬ Pxy)
6. P es C-conexa
V xy (Cxy V Pxy V Pyx)
7. Irreflexiva P
V x (¬ Pxx)
8. Asimétrica P
V xy (Pxy -> ¬ Pyx)
l. Aqui sólo vamosa tratar de las hipótesis científicas en general, no de los proble-
mas especificos de las leyes, cuestión que vamos a tratar en un capítulo aparte.
2. Para el análisis de la etapa de formulación de hipótesis voy a seguir de cerca
a Hempel (Hempel, 1977).
ll8 1N†Ro|:›ucc|oN A LA Frtosoru. DE LA cnaNc|›\
Hipótesis no adecuadas
Lingüística. Suponer que a la hora de caracterizar sintácti-
camente una frase sólo importan las palabras realmente emiti-
das o escritas. Es inadecuada, ya que existen elementos sin re-
presentación fónica o escrita que tienen importancia sintáctica;
por ejemplo, los sujetos elípticos.
Geologia. Suponer (como de hecho hacen los creacionis-
tas) que la Tierra sólo tiene 6.000 años de antigüedad, pues es
incompatible con una cantidad enorme de evidencias: el regis-
tro fósil, las evidencias geológicas de procesos de erosión que
requieren cientos de millones de años, la existencia de diversos
procesos de desintegración nuclear, etc.
Hipótesis no consistentes
Matemáticas. Suponer que un número par superior a dos
es primo. Es inconsistente pues se contradice con la definición
de primo: número que sólo es divisible por si mismo y por la
120 INTRODUCCION A LA r=rr.osoFi›\ DE LA CIENCIA
Hipótesis no comprobables
Zoología. La afirmación de que existe un tipo de virus me-
nor que la longitud de onda asociada a cualquier partícula ele-
mental y que además no interactúa para nada con porciones de
materia más grandes que ellos. Tal hipótesis no puede ser con-
trastada de forma directa (escapa a la observación del mejor mi-
croscopio electrónico posible) o indirecta (tampoco puede ob-
servarse su influencia sobre el medio ya que sólo interaccionan
con materia inobservable), por tanto, es una hipótesis no com-
probable.
Física y/o astronomía. Existen universos paralelos al nues-
tro, con los cuales es totalmente imposible cualquier tipo de in-
teracción (dicho sea de paso, esto no es un ejemplo estúpido para
mostrar una idea, diversos físicos entusiastas de versiones «he-
terodoxas» de la mecánica cuántica lo mantienen). Evidentemen-
te, es una hipótesis lógicamente incomprobable.
Experimentos cruciales
Falacias
Estas son algunas de las falacias que pueden ser motivo de argu-
mentos no válidos y, por tanto, las hipótesis no quedarían justifica-
das. Habría que tener en cuenta también todas las falacias formales
(tales como la afirmación del consecuente y la negación del antece-
dente) e informales (tales como las ad hominem, ad baculum, ad mi-
sericordiam, etc.) de las que dan cuenta los libros de lógica formal.
Sin embargo, hay que señalar que las falacias informales son poco sig-
nificativas en el contexto de la formulación y contrastación de las hi-
pótesis científicas ya que, normalmente, este tipo de falacias son razo-
namientos erróneos muy generales y fácilmente detectables que nunca
han aparecido en una discusión científica. Es impensable una discu-
sión cìentífica histórica donde se haya utilizado un ad hominem con-
tra Einstein por ser judio. Quizás se han dado situaciones remotamente
parecidas a éstas por cuestiones sociológicas, pero esto es una cues-
tión aparte que nada tiene que ver con la justificación de las hipótesis
científicas.
LAS 1-|n>úr|as|s c|EN'rI|=1cAs 129
3. Srs1'rzMAsrzs'rocÁs'rrcos
Las hipótesis estadisticas simples son las que tienen en cuenta una
sola variable y, por tanto, constan de una sola proposición. Ejemplos
de hipótesis estadísticas simples son los siguientes: «el 4l "lo de los uni-
versitarios españoles varones fuma cigarrillos», «una de cada 20 per-
sonas que viven y trabajan en Barcelona es alcohólica», «el 10 "70 de
la población mundial del año 2000 serán minusválidos», «aproxima-
damente el 40 % de las mujeres españolas adultas trabaja remunera-
damente». Aunque nadie pone en duda que las hipótesis estadísticas
simples proporcionan información, las correlaciones son mucho más
fructíferas desde el punto de vista explicativo.
Las correlaciones nos dicen que dos o más variables están relacio-
nadas, es decir, que la aparición de una propiedad va ligada a la apa-
rición de otra. Aquí nos limitaremos a considerar la correlación entre
dos variables que toman, cada una de ellas, dos valores. Sin embargo,
hay que señalar que en el proceso de investigación se toman muchas
variables en juego, para lo cual hay que recurrir al análisis multivaria-
ble, Ejemplos de correlaciones con dos variables son los siguientes:
el peso y la altura, el fumar y el pertenecer al sexo masculino, el ser
pelirrojo y pecoso, etc.
LAS 1-nrúrlasis cnaN'rIr=1cAs 131
6. CoN1'iLAs'rAcróN DE co1u1ELAc1oNEs
dos. Por ejemplo, por muchos cisnes blancos que encontremos nun-
ca se puede verificar la hipótesis «todos los cisnes son blancos», pero sí
se puede confirmarla; o bien, a pesar de no haber encontrado un cisne
negro hasta el momento, no por ello queda refutada la hipótesis «hay
un cisne negro» aunque sí podemos decir que está desconfirmada.
1. ACLARACIONES Y DISTINCIONES
/J¢oría\
ley l ley 2
I \ I \
observación l.l observación 1.2 observación 2.1 observación 2.2
Sociologia
Ley de los tres estados (formulada por A. Comte en el Cours
de philosaphie positive, 1830-1842): «El progreso de los acon-
tecimientos humanos atraviesa tres estadios o estados:
1) El estado teológico, estado en el que el hombre explica
las cosas y los acontecimientos atribuyendo, o bien a las cosas
mismas, o bien a seres o a fuerzas sobrenaturales e invisibles,
su propia naturaleza, su voluntad, sus sentimientos, sus pasio-
nes, etcétera.
2) El estado metafísico, estado que se caracteriza por el re-
curso a entidades abstractas, a ideas, en cuya virtud se cree po-
der explicar la naturaleza de las cosas y la causa delos aconteci-
mientos.
3) El estado positivo, estado en el que el hombre intenta,
mediante la observación y el razonamiento, percibir las relacio-
nes necesarias entre las cosas y entre los acontecimientos, y ex-
plicarlas por medio de la formulación de unas leyes» (Rocher,
1973:195-196).
Ley de la gmvitación del mundo social (formulada por Durk-
heim en De la division du travail social): «El crecimiento de la
densidad demográfica da lugar simultáneamente al progreso de
la división del trabajo y al progreso de la densidad moral. La
división del trabajo y la densidad moral constituyen, a su vez, los
factores principales del progreso de la “civilización”, es decir,
del desarrollo económico, social y cultural» (Rocher, 19792429).
Arqueologia
Ley de Worsaae que lleva el nombre de la persona que la for-
muló, Iens J. A. Worsaae, un arqueólogo danés que en 1843
enunció el principio según el cual «los objetos que acompañan
a una sepultura eran, en la mayoria de los casos, objetos que
se utilizaban durante la época en que murió la persona sepulta-
da» (Row, 1962).
Lxs LEYES c1ENrli=icAs 153
Quimica
Ley de Boyle-Mariotte: «El volumen de un peso dado de
cualquier gas seco, a temperatura constante, varía inversamente
a la presión a que se somete» (Babor-lbarz, l968:46).
Ley de Charles-Gay-Lussac: «Todos los gases se dilatan
igualmente por los mismos grados de calor y que, por conse-
cuencia, su mayor o menor densidad, su mayor o menor solubi-
lidad en agua y su naturaleza particular no influyen nada sobre
su dilatación» (Babor-lbarz, 1968:48).
Fisica
ley l del movimiento: «Todo cuerpo continúa en su esta-
do de reposo o de movimiento uniforme en línea recta a menos
que sea forzado a cambiar ese estado por fuerzas que actúan
sobre él».
ley ll del movimiento: «El cambio de movimiento (es de-
cir, de momento mecánico) es proporcional a la fuerza motriz
que se le ha impreso, y sigue la dirección de la línea recta en que
se le imprimió la fuerza».
Ley lll del movimiento: «A toda acción se opone siempre
una reacción igual; o las acciones recíprocas de dos cuerpos uno
sobre otro son siempre iguales y dirigidas a partes opuestas».
Icy de la gravitación universal: «Todo cuerpo material atrae
a otro con una fuerza directamente proporcional a sus masas
e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre
ellos».
Principio l de la termodinámica: «La diferencia entre las
energías internas de dos estados de un sistema es igual a la dife-
rencia entre el calor absorbido y el trabajo externo hecho al ir
de un estado a otro».
Principio ll de la termodinámica: «Es imposible convertir
calor en energía mecánica sin que el calor “caiga” desde un lu-
gar caliente a un lugar frío» (Gamow, 1980).
Lingüística
Principio de proyección: La información léxica se halla re-
presentada sintácticamente (Haegeman, 1991).
154 INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFIA DE LA CIENCIA
Biologúx
En la mayoría de los mamíferos practicantes de la poliga-
mia, cuanto mayor es el harén mayor es la diferencia de tamaño
del macho con respecto a la hembra (siendo el macho siempre
el mayor) (Alexander, 1989).
Cristalografúz
Icy de Steno: Los ángulos entre las caras equivalentes de
los cristales de la misma substancia medidos a la misma tempe-
ratura son constantes.
Psicologia
Si se plantea a un grupo resolver un problema de lógica, el
tanto por ciento de personas que lo resuelven es mucho mayor
si el problema está planteado dentro de un contexto concreto que
si está planteado de forma abstracta (Holland et al., 1986).
ley de Hofstadter: A la hora de llevar a cabo una tarea,
siempre se necesitará más tiempo del que en principio se había
calculado, incluso si se tiene en cuenta la ley de I-Iofstadter.
Desde el momento que las disciplinas de las que proceden
estas leyes se consideran ciencias (más o menos desarrolladas pero
en ningún caso pseudociencias) el filósofo de la ciencia no pue-
de ser ajeno a lo que sus investigadores llaman «1ey›› ni a lo que
en los libros de texto correspondientes se presenta bajo este
rótulo.
v›t(Ax-›B›<)
que se lee como «todos los A son B» o «para cualquier x, si x es A,
entonces x es B». El «si entonces ...›› es una conectiva interpretada
155
Las LEYB ciEN'rlFrcAS
Una vez vistos algunos ejemplos de lo que ¡HS dlsnfnas menclas par-
ticulares consideran leyes, lo que nos interesa es ver si hay algl-1005 fas'
gos compartidos por todas ellas. Vamos a centrarnos en tres rasgos
fundamentales: regularidad, universalidad y necesidadí La 0119511011
está en saber hasta qué punto estas características dfififlen ¡És ¡eyes
si pueden ser consideradas condiciones lógicamente fl¢C¢5a"a5› mg"
camente suficientes, ambas o ninguna. Es decir, 10 que P1fimea"Í°s es
si es posible establecer criterios de demarcación entre los enul'IC1fid0S
que son leyes de los que no lo son.
. ' ca el estu-
2. Para el desarrollo de las características delas leyeS VOY 3 "su" de C"
dio de Achinstein (1971).
156 iNrRoDuccioN A LA i-*iiosorlx DE LA ciENc|›.
rar que dos formulaciones pertenecen a leyes distintas es que las regu-
laridades que describen sean incompatibles. 1-lay que señalar que el
criterio de incompatibilidad es razón suficiente para que nos encon-
tremos ante dos leyes distintas, pero de ningún modo puede conside-
rarse una condición necesaria, es decir, puede, y de hecho es lo más
habitual, que haya leyes distintas que no sean incompatibles.
V x (Ax -› Bx)
gas tiene que exhibir la regularidad expresada por la ley. En una pala-
bra, una ley no admite excepciones. Aquí hay que determinar cómo
interpretamos esta restricción de los enunciados generales en el caso
de las leyes probabilísticas, ya que, tomada al pie de la letra, esta res-
tricción no se cumple para las leyes probabilísticas.
Una ley no puede introducir referencias a objetos particulares. Una
ley no puede ser formulada en los términos siguientes:
(3) Los ángulos entre las caras equivalentes de los cristales del
diamante expuesto en el Museo de la Ciencia de Barcelona medidos
a la misma temperatura son constantes.
(4) Todos los 16 cubos de hielo de la bandeja del refrigerador tie-
nen una temperatura inferior a 10 grados centígrados.
bio, este hecho no queda explicado por una generalización del tipo
«las profesoras de la Universitat Autònoma de Barcelona siempre se
retrasan en la finalización de los libros que escriben».
c) Si una generalización es una ley siempre podemos encontrar
nuevos ejemplos que la confirmen. Goodman (Goodman, l983:73) dice
que si un enunciado es legal -independientemente de su verdad o fal-
sedad o de su importancia científica- puede recibir confirmación de
una de sus instancias. Cualquiera de las leyes antes enunciadas consti-
tuyen ejemplos de esta característica. La cuestión está en si hay enun-
ciados universales que son considerados como leyes pero que (al me-
nos hasta el momento) no tienen instancias concretas, o, dicho de otra
forma, no tienen modelos reales.
d) Si una proposición expresa una ley entonces se puede apelar
al hecho de que una ocurrencia satisfaga un término-sujeto y la con-
dición antecedente para ofrecer una correcta explicación de por qué
dicha ocurrencia satisface la condición consecuente, es decir, se puede
recurrir a la condición antecedente para contestar a preguntas como
la siguiente: «¿por qué esta ocurrencia satisface la condición consc-
cuente?›› (Achinstein, l97l:43). Esta condición es similar a la b), la única
diferencia es que mientras Hempel pone el acento en su capacidad ex-
plicativa, Achinstein remarca su capacidad de poseer modelos reales.
e) Se puede atribuir necesidad a una ley si hay hechos que pro-
porcionan fuerte soporte a su favor y en contra de sus competidores.
En el caso de encontrar alguna ocurrencia que pertenezca al sujeto
y satisfaga la condición A pero no la condición B, desde un punto de
vista falsacionista, es suficiente para abandonar la ley. Achinstein es
más moderado y dice que, aunque hay que tener en cuenta los con-
traejemplos, habrá cierta reticencia a abandonar la ley, pudiéndose to-
mar varias alternativas: pensar que no está claro que la ocurrencia per-
tenezca al sujeto o que no satisface plenamente la condición A; pensar
que la ley está restringida a cierta clase de casos; y sostener que la ley
es sólo una aproximación (Achinstein, l97l:46). Esta condición cons-
tituye un grave problema para el establecimiento de leyes en muchas
ciencias sociales. La posibilidad de falsación constituye para Popper
un criterio de demarcación. En los ejemplos de leyes antes expuestos,
ni la ley de Comte ni la de Durkheim resistirian la prueba de Popper.
f) La necesidad de las leyes puede entenderse en el sentido de que
expresan verdades analíticas. El carácter analítico puede expresarse,
bien apelando al uso de sus términos, bien apelando a expresiones del
|.As uzves cnzN†ir=rcAs 163
4. Este criterio fue propuesto por Achinstein (l97l), sin embargo, podría ser oom-
partido por todos los cientificos y filósofos dela ciencia. Una cuestión más discutida
seria hasta qué punto este criterio se considera como el único válido en la distinción
entre generalizaciones accidentales y no-accidentales.
S. Véanse las consideraciones en torno a los conceptos de pertinencia y centrali-
dad introducidos en el marco de las definiciones en el capítulo 2.
l64 rm-Roouccrou A LA Fnosortx DE LA cr|aNc|A
Entre los criterios para distinguir las generalizaciones que son le-
yes de las que no lo son adquiere especial importancia el criterio basa-
do en los contrafácticos. Podríamos enunciarlo en los términos siguien-
tes: «Una ley puede servir -mientras que una generalización accidental
no- para justificar condicionales contrafa'cticos››. Vamos a detener-
nos en la propuesta de N. Goodman (Goodman, 1983) y de N. Res-
cher (Rescher, l964), dos autores que han tomado los contrafácticos
como criterio para establecer las diferencias entre leyes y generaliza-
ciones accidentales.
Un contrafáctico -o condicional contrario a los hechos- es un
enunciado condicional en el que interviene la noción de posibilidad,
expresada gramaticalmente por la introducción del subjuntivo. La for-
ma estándar de un contrafáctico es: «Si A fuera (hubiera sido) el caso,
entonces B sería (habría sido) el caso», donde A no es (no ha sido)
de hecho el caso. Así, la aserción «si hubiéramos puesto esta vela de
parafina en una caldera de agua hirviendo, se habría fundido» podría
justificarse recurriendo a la ley de que la parafina es líquida por enci-
ma de los 60 grados centígrados, además del hecho de que el punto
de ebullición del agua son 100 grados centígrados. Sin embargo, el
enunciado «todos los minerales que hay en esta caja contienen hie-
rro» no podría ser utilizado de forma análoga para justificar el enun-
ciado contrafáctico «si hubiéramos puesto este mineral en la caja, con-
tendría hierro».
Goodman plantea una serie de problemas filosóficos acerca de las
leyes, de los enunciados contrafácticos y del razonamiento inductivo,
examinándolos desde un punto de vista analítico. Sin ánimo de repro-
ducir el interesante análisis de Goodman vamos a hacernos eco de al-
gunas de las cuestiones que plantea:
l-lay que señalar que, incluso esta solución, hay que verla como
parcial en el sentido de que esto no soluciona el problema de la induc-
ción y de la confirmación de los enunciados en función de la eviden-
166 iN'rizoDUccióN A LA i=iLosoi=tA De LA ciENciA
(Jomparemos este caso con otro análogo, pero esta vez (1) no es
min ley:
7. Los ejemplos que pone Armstrong van en la linea de los ejemplos que hemos
puesto en el apartado sobre «ley y regularidad», en el sentido de encontrar enunciados
que expresaran regularidades pero no eran leyes.
8. Estos casos se refieren a la discusión sobre si la regularidad era o no una condi-
ción necesaria para que un enunciado fuera una ley.
9. Pensemos en las conslricciones impuestas a los enunciados universales para dis-
tinguir entre generalizaciones accidentales y leyes.
172 mrnooucciou A LA Fitosot-'IA DE LA crENciA
los universales que existen en el mundo, esto es, las propiedades que
tienen los particulares y las relaciones que hay entre particulares, hay
que decidirlo a posteriori, sobre la base de la ciencia total (Armstrong,
1983:83).
10. Para un estudio más detallado de la relación entre ley de la naturalidad, causa-
lidad y determinismo, véase Estany (1991).
176 INTRODUCCION A LA I~1LosoI=iA DE LA CIENCIA
Creo que, dada la forma como trabajan las teorías de la fisica ma-
temática, sólo tiene sentido pensar en sus enunciados causales y no en
sus leyes explicativas (Cartwright, l983:74).
Tanto las leyes de azar como las leyes causales formarlan parte -se-
gún Bohm- de las leyes de la naturaleza.
N. Rescher (Rescher, l970) pone el acento en la legalidad de las
leyes y esto se plasma en que el «principio regulativo» necesario para
las leyes científicas, no resida en el «principio de causalidad» sino en
el «principio de legalidad». Dice Rescher:
178 |N†RoDuccroN A LA r1uoso|=lA DE LA cnaNc1A
/
/._c
l
\
/
6. LAS TEoR1'As ciENTiF1CAs *
l. Cuiasrromas Piu=.1.1MrNA1uzs
Las teorías cientiñcas son entidades con las que representamos nues-
tro conocimiento científico. No son las únicas formas de representa-
ción, y buena prueba de ello es que a lo largo de los precedentes capí-
tulos hemos introducido una serie de categorias que, sin ser teorías,
expresan parte del conocimiento sistematizado. Decir que las teorías
cientificas son entidades que forman parte de un sistema conceptual
general nos aclara muy poco sobre qué tipo de entidades son, pero
es lo único sobre lo que habria acuerdo entre la comunidad de filóso-
fos dela ciencia. Con ello no querria transmitir la idea de que la con-
fusión reina entre la comunidad de filósofos de la ciencia, en este tema
concreto. Lo que sí es cierto es que la caracterización de las teorias
cientificas ha sido un tema clave para el análisis filosófico de la cien-
cia y que la concepción sobre este tipo de entidades conceptuales ha
marcado muchas de las diferencias entre las diversas concepciones o
tradiciones en filosofía de la ciencia.'
Las teorias cientificas pueden considerarse como uno de nuestros
logros epistémicos más importantes (Thagard, 1988133). Con todo, esta
afirmación ya sería incluso problemática puesto que alguien podría
argüir que primero deberíamos ponernos de acuerdo sobre qué enten-
demos por teorías cientificas, lo cual nos lleva a plantear diversas con-
cepciones sobre las mismas y, por tanto, de nuevo al punto de partida.
IS.--unuv
194 iwrnonuccióu A LA rrLosoFiA Dr: LA cn¿Nc1A
4. Esta reflexión hay que considerarla como una crítica sólo si se piensa que éste
es el único, o el más importante, objetivo de la filosofía de la ciencia. Por mi parte,
a pesar de tener ciertas dudas respecto a lo fructífero que puedan ser las reconstruccio-
nes (formales o informales) en relación a la solución de problemas metaeientíficos, cóm-
parto muchos de los puntos de vista de los filósofos de esta concepción (por ejemplo,
comparto la mayoría de las reflexiones de Moulines en su último libro Plurulidad y nz-
cursión acerca de los objetivos de la metafilosofía, de los problemas del realismo o de
las incoherencias del relativismo).
Lxs 'rEORí/ts ciEN†íFic/ts 207
I4.-t-srmcv
210 |NrnoDuccroN A LA F1Dosor=IA DE LA c1ENcrA
7. LAs 1'1PoLooíAs5
5. Este apartado sobre tipologías constituye la primera parte de una ponencia so-
bre el papel de las tipologías en la explicación de la dinámica científica, presentada en
el simposio sobre Carnap (Madrid, noviembre de 1991).
LAs †EoktAs ciEN'rtE1cAs 211
tipo ideal, cuando Weber aún no creía que las cc.ss. debían imitar a
las ciencias naturales. Sin embargo, Weber, en su obra póstuma Wirt-
schaft und Gesellschaft (1922), aboga por tipos ideales que tengan po-
der explicativo, construidos analizando la forma de las disposiciones
típicas y socialmente signiñcativas para luego demostrar cómo, en va-
rias situaciones típicas, este análisis nos lleva a ciertos principios de
conducta social (Weber, 194415-18). Esto lleva a Watkins a proponer
el principio metodológico que reza: «El científico social puede conti-
nuar buscando una explicación del fenómeno social hasta que lo ha
reducido a términos psicológicos» (Watkins, l952). Hay que señalar
que la idea de Watkins de reducir los fenómenos sociales a términos
psicológicos se debe a que Watkins considera que lo significativo en
una conducta social es el aspecto psicológico. No vamos a discutir aquí
qué es lo que da significación a los fenómenos sociales, lo que nos
interesa es la idea de que para construir un tipo hay que hacerlo des-
pués de haber analizado los elementos significativos de un fenómeno.
El recurrir o no a elementos significativos para la construcción de ti-
pos es el criterio que introduce Watkins para distinguir entre tipos in-
dividualistas y tipos holísticos según tengan 0 no en cuenta, respecti-
vamente, las unidades de significación.
X es lo representado e Y es la representación.
fotografiado fotografía
pintado pintura
imitado imitación
X es la representación e Y es lo representado
esquema esquematizado
imitación imitado
pintura pintado
7. Véanse los primeros apartados de este capítulo en los que se exponen las dife-
rentes concepciones de las teorias científicas.
220 mrnoouccrou A LA r=|uosoFí›. DE LA cnzucm
9. Hesse no le llama mod2, pero lo que ella llama «analogía››, en nuestra termino-
logia es mod2A.
224 INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
modelos (es decir, los mod2A que son predictivos y explicativos) co-
rresponden a lo que otros autores -como Black y Giere- califican
de modelos teóricos, tema del apartado siguiente.
l0. Voy a tener en cuenta los ejemplos que Suppes (l988: capítulo Vll) presenta
como usos de modelo y que él reduce a lo que considera el único sentido riguroso de
modelo.
LAs 11aonlAs cieN1'|`i=icAs 225
uistas, los cuales denominan estructura a lo que los lógicos llaman
modelo. En resumen:
econometrirtas lógicos
modelo teoría
estructura modelo
l. Debo esta idea a Toni Domenech, idea surgida en el curso de una conversación
filosófica.
LA cxi=LicAcióN c1|zN'ríF1cA 229
con el saludable uso común, que nos lleva a decir que basada en los
elementos limitados de prueba iniciales, la verdad del explanans -y,
por ende, la solidez de la explicación- había sido bastante probable,
pero que la mayor evidencia ahora disponible hizo muy probable que
el explananx no fuera verdadero; de ahi que la explicación no era, ni
habia sido nunca, correcta (Hempel: 19792249-250),
Fisica
Explanandum: El cohete se elevó unos 800 metros y después
volvió a caer en la tierra.
Explanans' En primer lugar tendríamos unas condiciones ini-
ciales que serían la posición del cohete, su peso, la cantidad de
combustible y la forma en que se realizará la combustión. Asi-
mismo tendríamos una serie de leyes sobre las que aplicar las
condiciones iniciales. Por un lado, tendríamos toda una serie de
leyes de la química que nos permitirían calcular la energía libe-
rada por la combustión del hidrógeno y oxígeno líquidos, por
otro, tendríamos algunas de las principales leyes de Newton: la
de acción-reacción que nos permitiría calcular la velocidad ini-
cial del cohete, la segunda ley del movimiento que nos permiti-
ría calcular su velocidad y aceleración en cada momento y la
de la gravitación universal que nos permitiría saber la influen-
cia de la gravedad terrestre a la hora de frenar el cohete. Una
vez combinadas las condiciones iniciales y las leyes indicadas ten-
dríamos la explicación de la caída del cohete.
Química
Explanundum: El xenón es un gas inerte que no se combina
casi nunca con otros elementos para formar moléculas.
Explanans: Por un lado, tendríamos unas condiciones ini-
ciales que podríamos reducir, en principio, al hecho de que el
xenón tiene 8 electrones en su orbital más externo; por otro lado,
tendríamos las leyes de la química y de la física cuántica que
nos dicen que para realizar un enlace químico es necesario ce-
der/aceptar o compartir electrones para así tener orbitales en un
estado de máxima estabilidad (con todos los electrones que pue-
dan caber, de forma que los números cuánticos de cada uno de
ellos no sean todos idénticos). Sin embargo, el xenón tiene su
capa orbital totalmente llena, con ocho electrones y por ello no
puede realizar enlaces químicos.
INTRODUCCIÓN A LA FILDSOFÍA DE LA CIENCIA
Lingüística
Explamzndum: La asignación al pronombre «ella›› de la re-
ferencia «Maria›› en la frase «ella no sabe que María lo sabía»
es asintáctica.
Explanans: Las condiciones iniciales serían las posiciones de
las palabras «ella›› y «Marian en la frase que se ha de analizar.
Asimismo, para demostrar la asintacticidad de la interpretación
deberíamos recurrir a una serie de reglas y principios lingüísti-
cos (que bien podemos considerar leyes) que nos lo muestran.
La ley principal que se sigue es la que dice que un pronombre
no puede tener como referencia una frase nominal si esta frase
nominal «c-gobierna» al pronombre. Por «c-gobierna» se entien-
de la relación entre dos elementos X e Yde una frase tales que,
en un diagrama arbóreo m, ni X domina Yni Ya X (X domina
a Y si X es la raíz de un subárbol del cual pende Y) y además
el primer nudo ramifìcado que domina a X, también domina a X
Ri
Dice Hempel a raíz de las explicaciones I-E:
2. Aqui habría que citar también a R. Jeffrey y J. Greeno, asociados a este modelo
de explicación.
LA i:xPL|cAcroN cnaN'rI|=1cA 237
P(B› A-Ci) = Pl
P(B. A-C2) = Pz
p(B, A-Ci) = Pt
donde
A.C,, A.C,, ..., A.C,, es una partición homogénea de A respecto
a B.
Siendo pi = p, sólo si i = j
y x G A.C,,
Comparando su propuesta con la de Hempel, dice Salmon:
Deductivo-estadísticas
Tèorfa de la computación
Explanandum: El próximo signo que presentará un autóma-
ta generador de una gramática a*e será una «a›› con una proba-
bilidad del 50 por 100.
Explanans: Supongamos que en un ordenador tenemos si-
mulado un autómata no determinista generador de la gramática
a'e. A la hora de calcular las transiciones matemáticas el orde-
nador utiliza un sistema X generador de números casi aleato-
rios. Estas serían las primeras condiciones iniciales (el tipo de
gramática y el sistema generador de aleatoriedad).
Seguidamente tendríamos la otra condición inicial de que el
autómata hasta ahora ha escrito «aa››. Ahora tan sólo tenemos
que aplicar la teoría de la matemática estadística al sistema ge-
nerador de aleatorìedad más las leyes generales que rigen la ge-
neración de gramáticas para hallar que, efectivamente, la pro-
babilidad sería del 50 %.
Tëorúz de juegos
Explanandum: En principio, el juego de la ruleta es desfavo-
rable para el jugador y favorable para la banca.
Explanans: Las condiciones iniciales serían la cantidad de nú-
meros que hay en la ruleta, la forma en que se pueden hacer
apuestas, lo que se paga por cada apuesta, etc., y después, una
vez aplicadas las leyes generales dela estadística se deduciría fá-
cilmente el explanandum indicado.
LA Exi>LicAcióN ciEN1'Ii=icA 243
lnductivo-estadísticas
Física
Explanandum: Es muy probable que la bomba nuclear que
se acaba de activar explote antes de los 40 segundos.
Explanans: Lo que tendriamos aquí sería una explicación a
p arti r d e probabilidades condicionadas apoyándolas en una se-
rie de leyes de la física nuclear más una especificación de las ca-
racterísticas g en e r a l es de la bomba (sus condiciones
' ' iniciales):
` ' `
cuánto plutonio hay, cómo está distribuido , qué ti p o de exp 1 osi-
'
vos de compresión se utilizarán, etc. Una vez realizados los cál-
culos resulta que, efectivamente, es muy probable que la bomba
explote.
Biología
Explanandum: Es muy poco probable que el hijo que va a
tener el matrimonio Casas-Forcadell sea hemofílico
Explanans.- Por un lado, tendriamos
' unas condiciones ini-
ciales tales como que la hemofilia es un rasgo recesivo, que el
pa d re es h emofílico y, por tanto, es transmisor seguro del gen
de la hemofilia a su hijo y, por otro, que en la familia de la ma-
d . _
re nunca se han dado casos de hemofilia, por lo cual es real-
mente muy poco probable que la madre sea portadora del gen
A u, 1. , . _
q i, ap icando las leyes de Mendel es facilmente deducible que
es muy poco probable que el hijo del matrimonio Casas-Forcadell
padezca hemofilia.
Pertinencia estadística
Psicología
Explanandum: Existe un gen causante de la esquizofrenia.
Explanans: Deberiamos mostrar que existe una pertinencia
estadística entre el hecho de compartir determinados genes y pa-
d ecer l a enfermedad. Además deberíamos realizar ` particiones
de manera que este hecho fuera pertinente y no quedara enmas-
cara d o por otros (por ejemplo, vivir en un ambiente opresivo
que ayudarla a la aparición de la esquizofrenia). Si la aparición
tie ne l ugar en subclases homogeneas
' de la población y se observa
244 INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
Sociología
Explanandum: La decisión del Likud de retirarse de las ne-
gociaciones de paz con Palestina hizo que la intención de voto
se desplazara significativamente desde el Likud a los laboristas
israelíes.
Explanans: A través de unas encuestas bien construidas rea-›
lizadas antes y después de la decisión del Likud deberíamos mos-
trar que, efectivamente, una vez realizadas las particiones correc-
tas, ha habido un desplazamiento significativo de voto entre antes
y después de la retirada del Likud, desplazamiento que no mues-
tra ninguna pertinencia estadística con algún otro hecho colateral.
Meteorología
Explanandum: El 9 de febrero de l992 cayó una copiosa ne-
vada en Balaguer causada por la conjunción de una borrasca
junto con los vientos polares.
Explarians Una vez realizada una partición correcta entre
las subclases homogéneas de los diversos eventos meteorológi-
cos que se producen en los cielos de Balaguer, considerando sus
posibles conjunciones, se debería mostrar que, efectivamente, hay
una correlación entre la conjunción de una borrasca y los vien-
tos polares, cosa que explicaría la copiosa nevada del 9 de febrero.
entendemos por explicaciones causales aquellas que subsumen los fenómenos que quie.
ren explicar bajo leyes causales. Este tipo de explicación encaja con la estniçmm
nomológica-deductiva propuesta por Hempel-Oppenheim.
246 iN'riioDucc|oN A LA F|Losoi=lA DE LA c|ENc|A
8. Hay que tener en cuenta que hay presentaciones altemativas que cabrian en el
mismo esquema. pero la claridad que pretendemos en este texto nos lleva a ;;¢¡¡fi¢¡¡
la profundidad y olvidarnos de las sutilezas. Lo importante es pmsmm, un “quem
que sea representativo de una inferencia práctica y Von Wright nos lo pi-0p°¡¢¡°n¿a
252 INTRODUCCIÓN A LA FIIDSOFÍA DE LA CIENCIA
intenciona.les pueden emplear estrategias del tipo «un paso atrás y dos
adelante», que se dan sólo por accidente en la evolución biológica.
La explicación intencional comprende esencialmente una relación triá-
dica entre acción, deseo y creencia.
Elster presenta un esquema de su argumentación sobre la intencio-
nalidad:°
CONDUCTA
no intencional intencional
¢
racional irracional
K \
optimizadora satisfaciente
Í \
paramétrica estrategica\\
En primer lugar vemos que Elster rechaza como posible objeto del
explanandum de una explicación intencional la conducta no intencio-
nal. Este tipo de conducta es la que Von Wright consideraba acciones
a las que les falta el aspecto interno como las acciones reflejas.
El punto siguiente en el esquema es la relación entre intencionali-
dad y racionalidad, ¿puede darse la una sin la otra? La racionalidad
implica mínimamente consistencia entre metas y creencias, por tanto,
para demostrar que no es lo mismo hay que demostrar que hay creen-
cias inconsistentes. Para demostrar este tipo de creencias Elster recu-
rre a una historia sobre Niels Bohr, según la cual, una vez Bohr colgó
una herradura en la puerta de su casa. Cuando se le preguntó si la
habia colocado allí porque creia que le traería suerte, contestó: «No,
pero me dijeron que trae suerte incluso a quienes no creen en ella».
Si Bohr no estaba haciendo una broma, tenemos un caso de una ac-
ción claramente irracional, y sin embargo explicada intencionalmente.
Biologúz
Explanandum: El camaleón tiene la facultad de cambiar de
color.
Explanans: La capacidad de poder cambiar de color tiene
como función poder carnuflar al camaleón, al hacerlo similar
al lugar donde se halla, para así facilitar su supervivencia,
Psicologúz
Explanandum: La estudiante de filosofia escondió el libro
de Heidegger al ver llegar a su profesor.
Explanans: La alumna era aficionada a Heidegger; por con.
tra, su profesor lo encontraba detestable de manera que para
evitar que su profesor se incomodara con ella (función) lo es-
condió.
LA Exrticxcróu cn:N'riFrc›. 255
Sociologia
Explanandum: Los profesores no numerarios de instituto rea-
lizaron una huelga la semana pasada.
Explanans: Al considerarse discriminados los profesores fue-
ron a la huelga para asi' conseguir que el Estado hiciera caso a
sus reclamaciones.
Lingüística
En los inicios de la lingüística generativa, Chomsky formu-
ló el llamado principio A sobre A(A/A) para solucionar proble-
mas de referencia; según él, no se podia trasladar una cate-
Psícologúr
Partiendo de la base de que en la teoría psicoanalista el yo
freudiano es el eje alrededor del cual se estructura la personali-
dad, es de suma importancia para dicha teoria toda discusión
alrededor de este concepto. Melanie Klein y Heinz Hartmann
son dos autores que continuaron los trabajos de Freud, desarro-
llando el concepto de yo freudiano.
En este contexto, Joseba Achotegui (tesis doctoral, 1990) ar-
gumenta a favor de la importancia de Klein en función de la ca-
pacidad integradora de su modelo. La teoría de las relaciones
objetales integra, abarcándolas, teorías psicoanalíticas previas
como la psicología de los impulsos y la psicología del yo.
M. Klein y H. Hartmann desarrollan sus planteamientos par-
tiendo del marco del paradigma psicoanalítico clásico, teniendo
como referente teórico el modelo freudiano ello-yo-superyó
(1923). Sin embargo, M. Klein construye en su obra un nuevo
modelo que surgirá de la integración de este modelo ello-yo-
superyó con otros dos modelos también freudianos: el modelo
de las relaciones objetales (1914-1915) y el modelo instinto de vida-
instinto de muerte (1920).
Achotegui concluye que «estos tres modelos, a pesar de ha-
ber sido teorizados por Freud, no fueron integrados por él y sí
por M. Klein, quien, a través de la práctica clínica y basándose
en ellos fue haciendo surgir un nuevo modelo mucho más com-
plejo y explicativo de la vida mental del bebé y de los transtor-
nos mentales».
260 lN1'RooUccióN A LA Fitosoríx DE LA c1ENc1A
I) El tema P,,
2) La clase de contraste X = {P,, ...P,,...}
3) La relación pertinente R
Q = [Ph X, R1
Veamos en qué consisten estos tres elementos a partir de un ejem-
plo. Supongamos la pregunta siguiente, propuesta por Van Fraassen:
LA Exrucxclon creN'rlF1ci›. 265
Hay que señalar que podemos tener el mismo tema pero distintas
clases de contraste. Por ejemplo, con la pregunta «¿por qué Adán se
comió la manzana?››, el tema es «Adán comió la manzana» pero po-
demos considerar distintas clases de contraste: una podria ser por qué
comió una manzana en lugar de una pera, otra, por qué aceptó la man-
zana en lugar de rechazarla.
Tenemos, pues, que la estructura de la respuesta es como sigue:
8. Cousioiarmcromzs 1=n~uu.Es
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274 mrnooucciów A LA i=n.osoi=tA DE LA cuaNciA
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